Kenneth Cook: Aprovechemos bien el tiempo como José (Col. 4:5)

A medida que se acerca el fin de este sistema, queremos asegurarnos individualmente y como organización de que estamos aprovechando el tiempo de la mejor manera.

Para lograr esto, podemos imitar el buen ejemplo de José, el hijo de Jacob.

Como sabemos, muchos años después de que sus hermanos lo vendieran como un esclavo, se convirtió en un poderoso gobernante en Egipto.

Durante siete años de hambre, fue administrador de la comida.

En ese tiempo, sus hermanos fueron a Egipto para conseguir alimento, pero, cuando se lo encontraron, no reconocieron a su hermano.

En Génesis 45:3, se explica que José les reveló a sus hermanos quién era, pero no se vengó por lo que le habían hecho.

Por el contrario, en el versículo 5 leemos que les dijo lo siguiente: “No sufran por haberme vendido ni se lo echen en cara unos a otros, porque Dios me ha enviado aquí antes que a ustedes para salvar vidas”.

¿Por qué les pudo decir eso José?

Porque tenía una gran fe y comprendía por qué había pasado todo aquello.

Había reflexionado en todo lo que había vivido y llegó a una conclusión importante.

José se dio cuenta de que Jehová lo había bendecido durante todos aquellos años y que le había dado un puesto superior para serle más útil.

¿Y qué ayudó a José a hacerse un buen nombre tanto delante de Jehová como delante de los hombres?

En pocas palabras, aprovechó el tiempo de la mejor manera sirviendo a Jehová.

Analicemos tres etapas en la vida de José en las que hizo esto.

Hablaremos de cuando era joven, de cuando fue esclavo y prisionero y de cuando fue administrador de los alimentos en Egipto.

Primero, ¿cómo aprovechó bien el tiempo José cuando era joven?

Bueno, lo que hizo fue aprender y hacerse sabio.

José aprendió mucho de sus padres, que eran personas maduras en sentido espiritual.

Por ejemplo, aprendió de sus buenas cualidades.

También aprendió a distinguir lo que está bien de lo que está mal.

Cuando tenía 17 años, José ya trabajaba como pastor.

Una vez, mientras ayudaba a sus hermanos, se dio cuenta de que estaban haciendo algo malo.

¿Y qué hizo él?

¿Se quedó callado, sin decir nada?

No.

José hizo lo que tenía que hacer: contó lo que ocurría.

Tuvo que ser valiente.

Y quizás por eso Jacob tuvo un concepto aún mejor de su hijo José.

Además, José también se hizo más sabio que los jóvenes de su edad.

Esto nos recuerda lo que dice Salmo 119:100: “Me comporto con más entendimiento que los hombres de edad porque obedezco tus órdenes”.

¿Qué ayudó a José a ser un joven tan sabio?

Lo mismo que al salmista: obedecer las órdenes de Jehová, sus mandamientos.

¿Qué cosas específicas ayudaron al joven José?

Desde pequeño tuvo su propia relación con Jehová.

No se dejó influenciar por otros, lo que incluye el mal ejemplo de sus hermanos.

José también fue muy humilde.

Él nunca pensó que era mejor que los demás, y eso que había tenido sueños proféticos que se habían cumplido.

También aceptó responsabilidades difíciles.

Por ejemplo, en Génesis 37:13, José dijo “¡Aquí estoy!” cuando su padre le dijo que fuera a ver cómo estaban sus hermanos, aunque para entonces ellos ya lo odiaban.

Así que José aprovechó el tiempo de la mejor manera aprendiendo de personas espirituales y llegó a ser más sabio que los jóvenes de su edad porque obedeció las normas de Jehová.

¿Cómo puedes hacer esto si eres joven?

Imita a José.

Ten tu propia relación con Jehová.

No te dejes llevar por lo que hacen los demás.

Sé valiente y que no te importe ser diferente cuando te enfrentes a una tentación.

También, sé humilde.

Si Jehová te bendice de alguna forma, sé agradecido con lo que has recibido, pero no te sientas superior a los demás.

Y, por último, no evites lo difícil.

Por ejemplo, participa en los aspectos de la predicación que quizás también te parezcan difíciles.

Confía en Jehová y di lo mismo que dijo José: “¡Aquí estoy!”.

Más adelante, ¿cómo aprovechó José el tiempo de la mejor manera cuando era un esclavo y también cuando estuvo en prisión?

En resumen: trabajó duro y fue un buen ejemplo.

En total, José pasó unos 13 años siendo esclavo y después encarcelado.

Y se podría haber desanimado y haber dejado de servir a Jehová.

Pero no fue así.

Se esforzó mucho y fue un buen trabajador.

Usó bien el tiempo que tenía y demostró una paciencia extraordinaria.

Mientras estaba en prisión, José interpretó sueños proféticos con la ayuda de Jehová.

Interpretó los sueños del jefe de los coperos y del jefe de los panaderos.

Seguro que la fe de José creció cuando vio que se cumplían aquellas profecías.

Pero tuvo que ser paciente.

Pasaron dos años desde que José interpretó el sueño del copero hasta que este se acordó de que tenía que ayudarlo.

Y, cuando el faraón necesitó a alguien que interpretara los suyos, el copero le recomendó que llamara a José.

José necesitó paciencia.

Si hubiera sido liberado antes de la prisión donde estaba, habría vuelto a casa.

Pero, si hubiera vuelto a su hogar, no habría estado en Egipto para que Jehová lo utilizara en aquel momento tan crucial.

José fue liberado en el momento preciso.

Y, en un solo día, pasó de ser un simple prisionero a ser la segunda persona más importante de Egipto.

Jehová bendijo mucho a José por haber sido paciente y haber usado bien su tiempo.

¿Cómo podemos imitar a José?

Esforzándonos mucho al servir a Jehová y siendo buenos ejemplos al demostrar paciencia.

Debemos usar bien nuestro tiempo, incluso cuando pasemos por circunstancias difíciles.

No sabemos cómo puede utilizarnos Jehová si estamos centrados en servirle.

Nos esperan días muy difíciles.

Pero, si aprovechamos bien nuestro tiempo como hizo José, se nos pasarán muy rápido.

Y tendremos la oportunidad de ver cómo Jehová actúa a favor de su pueblo.

Sin duda será así.

Hablemos de otra etapa en la vida de José.

¿Cómo aprovechó de la mejor manera su tiempo cuando administraba los alimentos en Egipto?

En resumen: actuó con decisión y no perdió el tiempo.

Sabemos que José siguió la guía divina sin demora.

Jehová hizo que José tuviera un puesto de autoridad en Egipto.

Y, como se acercaba una hambruna, tenía que hacer planes y llevarlos a cabo.

Jehová advirtió al faraón que se acercaba aquel periodo de hambre para que el pueblo estuviera preparado.

Eso los salvó, y no solo a ellos, sino a muchos otros como Jacob y su familia.

Como José les dijo a sus hermanos, había sido enviado antes que ellos para salvar vidas.

Está claro que José había meditado en sus circunstancias, se había dado cuenta de que Jehová lo estaba controlando todo y se sometió a la voluntad de Jehová.

Por esa razón, actuó sin demora.

José no perdió el tiempo durante los siete años previos a la hambruna.

Se puso manos a la obra y preparó un plan de acción.

Así, durante los años de abundancia, estuvo ocupado preparándose para lo que venía.

Por ejemplo, nombró supervisores en el país, apartó la quinta parte de la cosecha, la almacenó en las ciudades y la guardó para cuando fuera necesaria.

José también viajó por todo el país.

Génesis 41:46 dice que “se retiró de la presencia del faraón y salió a recorrer toda la tierra de Egipto”.

Como vemos, José no perdió el tiempo y se preocupó de cada aspecto de lo que se le había encargado.

¿Cómo podemos imitar a José?

Actuando con decisión cuando se nos asigne una tarea o un proyecto.

Seamos organizados; podríamos preparar un plan de trabajo y esforzarnos por seguirlo.

Y, como José, usemos bien nuestro tiempo.

Concentrémonos en el trabajo que Jehová nos ha asignado en estos últimos días.

En conclusión, Jehová nos da y nos seguirá dando todo lo que necesitamos para estar preparados para la gran tribulación.

Mientras tanto, seamos como José cuando era joven, José cuando fue esclavo y prisionero y José cuando fue administrador; y sigamos todas las instrucciones que se nos den.

Confiemos en Jehová y actuemos.

Hoy día, representantes de la central mundial viajan por todo el mundo para fortalecernos.

Jehová nos enseña a usar bien nuestro tiempo y así estar preparados para lo que vendrá.

Después de eso recibiremos las bendiciones del Reino.

En ese tiempo, a un grado superior que José, Jesús no perderá el tiempo.

Aprovechará cada día de los mil años.

Hará realidad todas las promesas.