Señor, ha vuelto a rechazar tu oferta.
Guésem, es hora de poner en marcha tu plan.
Tobías, escribe esto: “Entre las naciones se anda diciendo —y Guésem también lo dice— que tú y los judíos planean rebelarse.
Por eso estás reconstruyendo la muralla”.
¿Sí?
Dale esto a Nehemías.
Dile a tu amo: “Nada de lo que cuentas es cierto.
Son cosas que tú te estás inventando”.
Es un engaño.
Lo que quieren es asustarnos para que dejemos de trabajar.
Sí, saben que el rey no cambiará su ley.
Pero, créeme, no pararán.
Jehová, dame fuerzas para seguir.
¿Cómo vamos a detenerlos?
No nos queda tiempo.
El muro está casi terminado.
Sanbalat, tengo una idea.
Semaya, ¿me llamaste?
Sí.
¡Rápido!
Tu vida corre peligro.
Y la mía, —porque me he enterado de que...
—Dinos, ¿de qué te has enterado?
Van a venir a matarte.
Esta noche.
Tenemos que ir al templo y encerrarnos dentro.
Semaya, ¿debería huir un hombre como yo?
—Es que no lo entiendes.
—No, ¿qué va a pensar el pueblo si me ve escondiéndome?
Es el único lugar seguro.
Tú sabes que no soy sacerdote.
Si entrara en el templo, merecería la muerte.
¡No lo haré!
Te estás equivocando, Nehemías.
Ya veo.
Fueron Tobías y Sanbalat los que te enviaron.
Eres un hipócrita.
Que Jehová los castigue a ellos y a los falsos profetas como tú, que quieren intimidarme.
Vamos, Hananí, tenemos trabajo.
¡Agggg!
Seguimos trabajando día y noche.
Y, antes de que nos diéramos cuenta, ya habíamos terminado la última sección de la muralla.
Jehová nos ayudó a conseguir lo imposible. Estábamos cansados, pero recuperamos algo que habíamos perdido: la alegría. ¡Nehemías, terminamos la muralla!
¡Sí! ¡Sí!
—¡Increíble!
—Y solo en 52 días.
https://tv.jw.org/#es/mediaitems/VODMoviesBibleTimes/pub-wcgv_9_VIDEO
