Donald Gordon: "Jehová está de mi parte" (Sal. 118:6)

“Jehová está de mi parte, no tendré miedo”.
Una de las expresiones más animadoras que encontramos en la Biblia: “Jehová está de mi parte”.
Esto me recuerda a cuando estaba en la escuela y con mis compañeros íbamos a jugar algún juego, por ejemplo, básquetbol.
Se elegía a dos alumnos para que fueran los capitanes, y ellos tomaban turnos para escoger a los jugadores que formarían parte de su equipo.
Siempre pasaba que uno de los dos capitanes jugaba mejor, y todos queríamos ser parte de su equipo.
Si ese capitán te elegía, ¡era genial!
Te sentías muy bien.
Bueno, el texto de hoy nos recuerda algo importante: que de nuestro lado está Jehová.
Estamos en su equipo.
Eso garantiza que tendremos la victoria y nos irá bien.
No podemos perder.
Y en la Biblia encontramos muchos ejemplos de personas que obtuvieron la victoria porque tenían a Jehová de su lado.
Tenemos el ejemplo de David: cuando se enfrentó a Goliat, tuvo una victoria impresionante.
¿Pero qué hay de otros ejemplos como el de Esteban?
Sus enemigos lo apedrearon hasta matarlo.
A simple vista, tal vez nos parezca que Esteban no salió victorioso.
¿Pero dónde está ahora?
Obtuvo sin duda una tremenda victoria.
Esto es gracias a lo que Jehová nos promete en Isaías 54:17.
Solo la primera parte del versículo, es muy animador: “Ningún arma que fabriquen contra ti dará resultado”.
Entonces, si Jehová está de nuestro lado, ganamos.
Lamentablemente, no siempre nos sentimos como si ganáramos.
A veces, esto podría pasar porque tal vez tengamos que esperar a que Jehová responda nuestra oración.
Tal vez nos impacientemos o hasta sintamos que Jehová no nos escuchó.
“¿Seguirá Jehová de mi lado, o se habrá olvidado de mí?”.
Otras veces, no dudamos de que Jehová está de nuestro lado y confiamos completamente en él.
Ya le hemos explicado a Jehová cuál es nuestro problema y ahora estamos esperando la respuesta de Jehová.
Estamos atentos para discernir cuál es su respuesta.
Pero a veces esa respuesta no es tan clara como quisiéramos o esperábamos.
Y entonces nos surgen dudas: “¿Soy realmente capaz de discernir la respuesta de Jehová?”.
Y empezamos a dudar, no de Jehová, sino de nosotros mismos, de si podemos reconocer su respuesta.
¿Qué puede ayudarnos?
Es muy importante que recordemos que Jehová ve el cuadro completo y ve cosas que obviamente nosotros no vemos.
Tenemos que mantener un punto de vista espiritual sobre las cosas y enfocarnos en lo que importa de verdad.
Cuando pasamos por momentos de mucha ansiedad, podría parecernos que vamos perdiendo el juego.
Pero, incluso en esos momentos, Jehová sigue de nuestro lado.
Él ve más allá de lo que nosotros vemos y puede ver la victoria.
Así que, ¿qué aprendemos?
Debemos tranquilizarnos y esperar en Jehová.
La victoria está garantizada.
Otras veces podría parecernos que nosotros mismos somos el obstáculo.
Cometemos muchos errores, somos imperfectos, tenemos muy mala salud o sufrimos por culpa del “mal momento” y el “suceso imprevisto”.
En esos momentos, sentimos que vamos perdiendo.
Pero tratemos de no pensar así.
Jehová sigue de nuestro lado.
Él no se está fijando en cómo va el marcador ahora; él está pensando en el resultado final, en el futuro, en la victoria que seguro vamos a tener.
Así que sigamos jugando.
Sigamos con Jehová de nuestro lado.
Confiemos en él.
Claro, queremos que Jehová esté de nuestro lado todo el tiempo.
Pero hay momentos en los que especialmente necesitamos que Jehová esté de nuestra parte.
Por ejemplo, cuando tenemos que tomar una decisión difícil o importante, necesitamos más que nunca que Jehová esté de nuestro lado, sentir que está con nosotros y que aprueba nuestra decisión.
Cuando sentimos esa seguridad, dejamos de tener temores y de preocuparnos demasiado de si la decisión que vamos a tomar estará bien o estará mal, o de si habrá consecuencias negativas por esa decisión.
O quizás tenemos miedo de no ser capaces de aplicar los principios bíblicos.
Claro, sabemos qué principios están envueltos.
Pero ¿se nos hace difícil saber cómo ponerlos en práctica?
¿Dudamos de que Jehová está de nuestra parte? ¡No! Sabemos que Jehová está con nosotros.
Si oramos, meditamos, investigamos…, podemos confiar en que vamos a tomar una buena decisión.
Si está basada en sus principios, será una decisión ganadora.
¿Nos ha pasado que, cuando tenemos que tomar una decisión difícil, nos sentimos solos?
Me gusta mucho esto que dijo una hermana muy fiel: “Sé que necesito a Jehová en todo aspecto de mi vida.
Como soy soltera, no tengo cabeza de familia.
Por eso, cuando tengo que hacer algo o tengo que tomar una decisión, siempre se lo cuento a Jehová.
Como hago eso, cuando me enfrento a algún problema, me siento en confianza para hablarlo con él”.
Esta hermana siente que Jehová está de su parte, por eso conversa con él sobre las decisiones que tiene que tomar.
Así, cuando las cosas no están saliendo bien, siente la confianza para hablarlo con él; y él la ayuda a hacer frente a los problemas.
Pensemos en otra situación.
Quizás estamos lejos de nuestra familia porque estamos sirviendo a Jehová en Betel o en la construcción o en el circuito.
Y, ahora que ha pasado algún tiempo, nuestra familia necesita más cuidados, más atención.
Y tal vez nos preguntemos si hemos tomado las decisiones correctas respecto a su cuidado.
A veces puede ser difícil estar seguros.
Pero podemos sentir esa seguridad si recordamos que Jehová está de nuestro lado.
Siempre lo ha estado y seguirá estando ahí en el momento preciso con la ayuda necesaria, sea cual sea la situación, y especialmente en esas situaciones que están fuera de nuestro control.
Está de nuestra parte.
Pero, claro, Jehová solo nos va a ayudar si dejamos que lo haga.
Así que debemos esforzarnos por sacarle el máximo provecho a la ayuda que él nos ofrece.
¿Y cómo lo hacemos?
Fijémonos en lo que dice el Salmo 25:15: “Mis ojos están siempre puestos en Jehová, pues él liberará mis pies de la red”.
Imaginemos que nuestros pies están atrapados en una red.
Quizás nos ha pasado alguna vez que se nos enredan los pies en una cuerda o algo parecido, pero, bueno, aquí en el versículo se usa el ejemplo de una red.
Imaginémoslo.
Si estuviéramos solos, ¿qué haríamos para liberar nuestros pies de esa red?
Quizás miramos hacia abajo y comenzamos a sacudir los pies hasta que nos liberamos.
Pero ¿sería eso aprovechar realmente la ayuda de Jehová?
Si nos fijamos, el versículo decía: “Mis ojos están siempre puestos en Jehová”.
No estamos mirando nuestros pies, tratando de resolver el problema nosotros mismos, sino que miramos hacia arriba, a Jehová.
Le pasamos a él la pelota, por así decirlo; él es el mejor jugador del equipo.
Dejemos que Jehová nos ayude.
Él puede liberar nuestros pies de lo que sea.
Y queremos recordar otra cosa importante.
Jehová no solamente está de nuestro lado; de una manera incluso más poderosa, Jehová está del lado del “esclavo fiel y prudente”, del Cuerpo Gobernante.
Así que los apoyamos, porque Jehová siempre va a estar de su parte.
Ese siempre va a ser el lado ganador.
Por ejemplo, ¿qué pasó cuando comenzó la pandemia?
La organización nos dijo que dejáramos de ir al Salón del Reino.
Además de eso, también se nos dieron instrucciones sobre la predicación.
Haríamos todo de una manera muy distinta a la de antes.
¡El Cuerpo Gobernante tomó decisiones muy valientes!
Pero Jehová estaba de su lado y bendijo los ajustes que se hicieron.
Eso permitió que nuestra organización saliera victoriosa.
Sin duda, ningún arma que se fabrique en su contra dará resultado.
Hay otra cosa muy importante en la que debemos pensar: nuestro poderoso Dios, Jehová, está del lado de su Hijo, nuestro Rey, Jesucristo.
Ya el solo hecho de tener a Jesús de nuestro lado es maravilloso.
Pero, además de eso, Jehová está al lado de Cristo; está al lado de nuestro Rey, nuestro Señor Jesús.
¿Se lo imaginan?
¿Se imaginan el poderoso equipo que forman juntos?
Pensar en esto fortalece nuestra confianza.
No tememos al futuro.
Es algo tan impresionante que hasta cuesta describirlo.
Yo lo intenté, pero mi imaginación se queda corta.
Así que nunca olvidemos Salmo 118:6 —puede animarnos mucho hoy día—: “Jehová está de mi parte, no tendré miedo”.