Hola a todos, bienvenidos al programa.
Hoy vamos a hablar acerca de los estudios académicos.
¿Les interesa?
Bien.
Pero primero tenemos algunas noticias.
Desde el último informe, se han celebrado ocho asambleas especiales en los siguientes lugares: Gante (Bélgica), Glasgow (Escocia), Zagreb (Croacia), Sacramento (Estados Unidos), otra más en Gante, también en Kigali (Ruanda), Yokohama (Japón) y, finalmente, Fort Lauderdale (Estados Unidos).
Nos encanta ver las radiantes sonrisas y la unidad internacional que hay entre los hermanos.
Al pensar en estas ocasiones tan felices, se preguntarán: “¿Qué hay de la asamblea del año que viene?”.
¿Les gustaría saber el título para la asamblea del 2026?
Es uno bueno, se titulará “Felices para siempre”, ¿les gusta?
Además, queremos anunciarles que el año que viene se celebrarán 19 asambleas internacionales en 17 países.
En septiembre, se enviará más información a las congregaciones.
Como se dijo recientemente en la reunión de entre semana, en septiembre, estaremos muy ocupados con una campaña mundial presentando la revista La Atalaya que se titula “Un mundo sin guerras es posible”.
¿Verdad que es un título apropiado?
Durante ese mes, la portada de jw.org destacará ese tema.
Así que podremos usarla en la predicación.
¿Han pensado en hacer el precursorado auxiliar?
Si es así, recuerden que pueden elegir hacerlo de 15 o de 30 horas.
Y otra pregunta, ¿podrías ser precursor regular a partir de septiembre?
También tendremos un discurso especial con el mismo título que La Atalaya: “Un mundo sin guerras es posible”.
El discurso especial se presentará en la mayoría de las congregaciones la semana del 22 de septiembre.
Ahora, durante el resto del informe, hablaremos de los estudios académicos.
Aunque nos dirigiremos principalmente a los jóvenes y a sus padres, a todos nos conviene escuchar esta información.
A muchos niños les preguntan: “¿Qué quieres ser cuando crezcas?”.
Claro, la mejor carrera es el servicio de tiempo completo.
Aun así, los que escogen esa carrera también tienen que ganarse la vida.
En algunos lugares, con la educación básica se puede conseguir un empleo para mantenerse; pero en otros sitios hacen falta estudios adicionales si se quiere conseguir un empleo que tenga un horario y un sueldo razonables.
En ese caso, un hermano quizás se pregunte: “Y yo, ¿debería seguir estudiando?
Si es así, ¿qué estudio?”.
¿A qué nos referimos con estudios adicionales?
Pues a cualquier educación o formación que se adquiere después de la educación básica estipulada por el gobierno.
Esto pudiera incluir estudios cortos o largos en universidades, en escuelas técnicas, vocacionales, escuelas de oficios y cualquier otra educación especializada.
¿Es correcto que un cristiano tome la decisión de seguir estudiando?
En este informe, nos gustaría aclarar lo que pensamos de este tema.
Aunque algunos tipos de educación pueden encerrar ciertos peligros, básicamente, la decisión de seguir estudiando o no es una decisión personal.
En Gálatas 6:5, la Biblia dice: Así que cada adulto debe decidir por sí mismo si va a seguir estudiando o no.
Y, en el caso de los menores, los padres son los responsables de esa decisión.
Y, además, deben guiar a sus hijos para que, cuando sean adultos, tomen buenas decisiones sobre sus estudios.
¿Qué nos ayudará a tomar buenas decisiones en lo que tiene que ver con los estudios?
Cada cristiano adulto —y en el caso de los menores cada cabeza de familia— debe orar y pensar en principios bíblicos y en todo lo que implicaría un determinado programa de estudios antes de tomar una decisión.
Y, aunque un anciano o un cristiano maduro puede comentar con nosotros los pros y contras de obtener estudios adicionales, ningún cristiano —ni siquiera los ancianos— debe juzgar la decisión personal que tome un hermano.
Seguir estudiando tiene ventajas y desventajas.
¿Qué te ayudará a tomar una buena decisión?
Recordemos el consejo de Proverbios 14:15.
En parte dice: Ora sobre el tema.
Voy a repetirlo, ora sobre el tema.
Si eres joven, háblalo con tus padres.
Después, hay que seguir estos pasos: primero, piensa en tus motivos.
Y, segundo, analiza lo que implicarán esos estudios.
Hablemos más de estos dos pasos.
Primero, piensa en tus motivos.
Pregúntate: “¿Por qué quiero estudiar más?”.
Muchas personas lo hacen para conseguir un trabajo que les gusta, en el que pagan mejor o hay mejor horario.
¿Son malos motivos?
No necesariamente.
A un hermano quizás eso le permita ser precursor o servir a tiempo completo de otra manera.
Pero la Biblia nos advierte que no seamos materialistas o pensemos que solo el dinero nos dará seguridad.
Si tu motivación es obtener riquezas o prestigio, no solo puede que al final te sientas vacío, sino que probablemente te alejarás de Jehová.
Nada, voy a repetir esto, nada debería ser más importante para nosotros que servir a Jehová.
Así que la razón por la que querríamos estudiar más debería ser poder mantenernos y llevar una vida centrada en servir a Jehová de todo corazón.
Recuerden lo que dijo Jesús en Mateo 6:33: Veamos el caso de una hermana llamada Josefina.
Ella hizo un curso para trabajar en un salón de belleza.
La hermana dijo: “Decidí estudiar para tener un trabajo que me permitiera servir más a Jehová.
Los estudios no eran lo más importante de mi vida, mis metas espirituales sí”.
Otra hermana, llamada Iris, hizo un curso más largo relacionado con la odontología.
Ella dice que estudiar más tiene ventajas, pero no te va a dar verdadera felicidad y satisfacción.
Y añade: “La fórmula es sencilla.
Si Jehová es el centro de tu vida, la felicidad y la satisfacción están garantizadas”.
Así es, cuando nuestra amistad con Jehová es lo más importante de nuestra vida, tomamos decisiones que nos hacen felices de verdad.
Un segundo paso para tomar buenas decisiones es analizar lo que implicarán los estudios que elijamos.
¿Podrías ganarte la vida sin tener que estudiar más?
Muchos precursores lo hacen trabajando a tiempo parcial.
Otra hermana llamada Johanna, de Finlandia, no cursó estudios adicionales.
Ella dice: “Después de la escuela, me hice precursora y trabajé a tiempo parcial.
He tenido muchos trabajos, y he visto que Jehová siempre cumple su promesa de darnos lo necesario”.
Joven, si hablas de esto con tus padres con antelación, podrán investigar juntos diferentes opciones.
Quizás ya puedas elegir asignaturas que te preparen para un futuro trabajo o estudios adicionales.
Y, si estás pensando en estudiar más, ¿cuánto tiempo necesitarás?
¿Tendrás suficiente tiempo para tus actividades espirituales y obligaciones familiares?
¿Te dejarán los estudios agotado mentalmente, sin fuerzas para prepararte para las reuniones o para tu estudio personal?
¿Y qué hay de la duración?
¿Cuántos meses o años durarán tus estudios?
Eclesiastés 12:1 les aconseja a los jóvenes: Entonces, joven, ¿te permitirán los estudios adicionales darle a Jehová lo mejor, quizás sirviendo a tiempo completo mientras todavía eres joven?
¿Hay cursos más cortos de lo que quieres estudiar?
Piensa también en otros detalles importantes como el lugar y cuánto costará.
Quizá tengas la posibilidad de estudiar cerca de tu casa.
Pero ¿y si tienes que mudarte a otra ciudad o incluso tienes que ir a vivir a un campus universitario?
¡Cuidado!
Mudarte y vivir lejos de tu familia podría ser peligroso para tu espiritualidad.
Sobre todo si vas a vivir con familiares u otras personas que no sean Testigos.
Si decides seguir estudiando, ¿podrías hacerlo sin tener que mudarte de casa o incluso estudiar por internet?
Recuerda el importante consejo que dio Jesús en Lucas 14:28.
Él habló de pensar bien las cosas.
Dijo: En algunos países, los estudios adicionales no son caros.
Y hasta puede que el Gobierno los pague.
Pero en otros países hay que endeudarse durante años para poder pagar esos mismos estudios.
Así que el momento de pensar si vas a seguir estudiando es antes de hacerlo, no cuando ya hayas empezado.
Hay otro factor muy importante: el mercado laboral.
¿De verdad te ayudarán tus estudios a encontrar un trabajo?
Y, lo que es más, ¿te permitirán poner el Reino en primer lugar?
Bueno, digamos que ya oraste, pensaste en por qué querías estudiar y en lo que eso implica.
Si eres joven ya habrás hablado de las distintas opciones con tus padres, ya habrás pensado en los riesgos y tienes un plan realista.
Entonces tomas la decisión de tener estudios adicionales.
¿Cómo puedes seguir siendo amigo de Jehová mientras estudias?
Sigue el consejo que Jehová te da en Filipenses 3:16.
Dice: El verbo griego que se traduce “andar correctamente por ese mismo camino” se solía usar en contextos militares.
Ese término describía la manera unida en la que marchaban los soldados.
Así que, si decides continuar tus estudios, tendrás que seguir marchando como un siervo de Jehová sin detenerte, ni retroceder.
¿Qué te ayudará a lograrlo?
Una clave: nunca abandones tus actividades espirituales.
Los estudios pueden ser muy muy exigentes.
Si no tienes cuidado, podrías empezar a quitarle importancia a tu servicio a Jehová.
Hasta podrías descuidar tus actividades espirituales.
Seguro que quieres hacer lo que dice 1 Corintios 15:58: Pregúntate: “¿Ya sé lo que voy a hacer para seguir asistiendo a las reuniones, predicando y haciendo mi estudio personal?”.
Recuerda que tu servicio a Jehová va primero, y tus estudios, después.
Una hermana llamada Samanta dijo: “Me prometí a mí misma que, si algún día mis estudios se ponían entre Jehová y yo, entonces dejaría los estudios”.
Otra clave sería proteger tu capacidad de pensar.
Lo que estudies te podría exponer a “filosofías y razonamientos falsos”, como el ateísmo o la evolución.
O podría enseñarte a confiar demasiado en ti mismo.
En Proverbios 5:1, 2 la Biblia te aconseja que “protejas tu capacidad de pensar”.
Y para proteger tu capacidad de pensar tienes que convencerte de que la Biblia tiene la verdad antes de continuar tus estudios.
Podrías hacerte preguntas como estas: “¿Por qué creo en Dios?
¿Por qué creo que las normas de la Biblia son lo mejor para mí?”.
Si decides tener estudios adicionales, asegúrate de ser un buen estudiante de la Palabra de Dios.
Otro factor clave que debes tener en cuenta es cómo vas a manejar tu tiempo.
Tus estudios pueden exigirte mucho tiempo.
Si no aprendes a manejarlo bien, puedes estresarte demasiado o incluso enfermarte.
¿Cómo puedes evitarlo?
Efesios 5:15, 16 dice: Mientras estés estudiando, pregúntate con frecuencia: “El horario que tengo, ¿me permite cuidarme física y espiritualmente, y también estudiar?
¿O es hora de hacer algunos cambios?”.
Y la última clave que vamos a analizar hoy es decidir bien con quién vas a pasar tu tiempo.
Si al final vas a tener estudios adicionales, quizás tus compañeros te quieran incluir en su vida social.
Pero debes tener cuidado.
Aunque compartes el salón de clase con tus compañeros, no compartes sus valores.
Y, si pasas mucho tiempo con ellos, su manera de pensar se te puede pegar.
La Biblia nos advierte de los peligros de las malas compañías.
Proverbios 13:20 dice: Cada mes, más o menos, pregúntate: “¿Siguen siendo mi prioridad las actividades espirituales?
¿Tengo un horario equilibrado?
¿Sigo convencido de que la Biblia tiene la verdad?”.
Si te das cuenta de que algo anda mal, ¡haz algo rápido!
No permitas que tus estudios te impidan servir a Jehová con todo el corazón.
Bueno, ¿qué hemos visto hasta aquí?
Decidir tener estudios adicionales o no es un asunto personal.
Pero recordemos: hay que pensar si pondrán en peligro nuestra espiritualidad.
¿Cómo se puede decidir bien?
Siguiendo los principios de la Biblia.
Hay que orar, repito, hay que orar para analizar nuestros motivos y lo que implicarán esos estudios.
Y, si eres joven, habla de las opciones disponibles con tus padres.
Si decides continuar con tus estudios, ¿qué te ayudará a seguir siendo amigo de Jehová?
No descuides tus actividades espirituales, protege tu mente, aprende a usar bien el tiempo y elige bien tus compañías.
Nunca olvides tu meta.
Y tu meta no es ser alguien en este mundo, es darle gloria a Jehová.
Queridos hermanos, recuerden que los queremos a todos muchísimo.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting®.