“El hombre que tiene entendimiento encuentra orientación experta”.
¿Pero qué es el entendimiento?
Un diccionario explica que es usar la mente para comprender un asunto, o la capacidad de comprender, analizar, distinguir y juzgar.
La obra Perspicacia, cuando profundiza en el concepto de distinguir, menciona que una persona con entendimiento es capaz de examinar un asunto, distinguir las partes que lo forman y entender cómo se relacionan unas con otras.
Por ejemplo, una persona que entiende de construcción no ve solo un edificio; puede ver todo lo que forma parte de él, su diseño.
Sabe que detrás hubo una ingeniería, sistemas eléctricos, de agua, ventilación… Entiende cómo todos esos sistemas trabajan en conjunto y puede o bien asombrarse por la estructura o bien señalar dónde hay que hacer mejoras.
Así que tener entendimiento es algo muy valioso.
¿Entonces por qué una persona con entendimiento necesita orientación experta?
La persona que tiene entendimiento sabe cuatro cosas.
Veamos cuáles son.
Primero, entiende que es responsable de pensar por sí misma.
Segundo, entiende que hay cosas que desconoce.
Tercero, entiende qué le puede enseñar Jehová, y, cuarto, también entiende lo que puede aprender de otros.
Analicemos la primera.
Busquemos lo que dice Marcos, capítulo 12.
Aquí Jesús le acaba de explicar a un escriba cuál es el mandamiento más grande de la Ley de Moisés.
El escriba estuvo de acuerdo y dijo lo que leemos en el versículo 33: “Y amarlo [a Dios] con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale mucho más que todas las ofrendas quemadas y los sacrificios”.
Sí, Jehová espera que usemos nuestra mente, que usemos nuestra conciencia, que le demos “un servicio sagrado” con nuestra “capacidad de razonar”, como dice Romanos 12:1.
Así que la persona que tiene entendimiento no espera que los demás piensen por él.
Esa no es la razón por la que busca orientación experta.
Al contrario, se toma el tiempo para meditar, para pensar las cosas de acuerdo con su conciencia que está entrenada por la Biblia.
Él sabe que hay cosas que desconoce.
Él sabe que lo que Jehová espera es que lo ame con todo su entendimiento.
Quizás en este momento alguno de ustedes esté pensando: “Sí, ¿pero qué pasa con Proverbios 3:5?
Ahí dice que no tenemos que apoyarnos en nuestro ‘propio entendimiento’”.
Eso nos lleva al segundo punto: la persona con entendimiento sabe qué cosas no comprende, qué cosas desconoce.
Vayamos, por favor, a Proverbios, capítulo 19, y veamos cómo lo describe el siguiente versículo, Proverbios 19:25.
Dice: “Golpea al burlón, y así el inexperto se hará prudente; corrige al que es capaz de entender, y ganará en conocimiento”.
El que es burlón se ríe, se burla de los que no piensan como él.
Golpearlo, por así decirlo, sirve de advertencia para el que es inexperto.
Pero incluso una persona con entendimiento necesita, como dice ahí, corrección, porque no lo sabe todo.
El que tiene entendimiento sabe qué cosas desconoce, sabe que no tiene todos los detalles.
Él probablemente no conozca todas las circunstancias ni vea las cosas como las ven los demás ni tampoco es capaz de leer el corazón.
¿Entonces qué necesita?
Orientación experta.
Proverbios 11:14 dice: “Cuando no hay orientación experta, el pueblo cae, pero con muchos consejeros las cosas salen bien”.
Y todos nosotros haremos bien en pensar en esto cuando estemos hablando por teléfono o si escribimos una carta a otra persona, a un cuerpo de ancianos, a otro departamento en Betel, a otra sucursal o a cualquier hermano.
En vez de juzgarlos, confiemos en nuestros hermanos.
Confiemos en que son inteligentes, espirituales, que tienen experiencia.
Pidámosles ayuda a hermanos que han pasado por las mismas cosas que ellos para entender sus puntos de vista.
Busquemos “orientación experta”.
Además, fíjense en lo que dice el capítulo 21.
Proverbios 21:2.
Como somos imperfectos, muchas veces no nos damos cuenta de que nuestra manera de ver las cosas puede parecerles limitada a otras personas.
Por eso el proverbio dice: “Al hombre todos sus caminos le parecen correctos, pero Jehová examina los corazones”.
Eso nos lleva al tercer punto: alguien con entendimiento sabe qué cosas solamente puede enseñarle Jehová.
Como reconocemos que nos falta sabiduría, lo primero que hacemos es lo que dice Santiago 1:5: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios […], porque él da generosamente a todos y sin reproches”.
El entendimiento tiene un origen.
¿Cuál es? ¿Dónde está la fuente del entendimiento?
En Job, capítulo 28, aparece esa pregunta dos veces, y el versículo 28 responde diciendo que “el temor de Jehová […] es la sabiduría” y “apartarse del mal es el entendimiento”.
El salmista cantó: “La revelación de tus palabras ilumina, les da entendimiento a los inexpertos”.
Salmo 119:130.
Y no olvidemos que Jehová puede hacer por nosotros lo mismo que hizo por Bezalel.
Con su espíritu santo, Jehová puede potenciar nuestro entendimiento e incluso prepararnos para enseñar a otros.
Así que confiamos en la sabiduría de Jehová.
Tengamos cuidado de no pensar que, aunque la Biblia es excelente, no nos sirve o no es útil para todas las situaciones.
Jesús dejó bien claro que la Palabra de Dios es la verdad.
En un minuto hablaremos de eso.
Pero antes recordemos que la Biblia también enseña que es bueno aprender de los que saben.
Ese es el cuarto punto: alguien con entendimiento sabe lo que puede aprender de otros.
Job 12:12 dice: “¿Acaso no hay sabiduría entre la gente mayor?
¿Y no da entendimiento una larga vida?”.
Así que cada uno de nosotros se puede preguntar: “¿Suelo pedir consejo a los mayores?
¿Paso tiempo con ellos?
Y, si no, ¿me estaré perdiendo de algo?”.
¿Y qué hay de aquellos que tienen experiencia en economía, mecánica, construcción, diseño, idiomas, escritura, música o en cualquier otro tema?
¿Estaría mal pedir ayuda, orientación experta, a alguno de ellos?
Claro que no.
“El hombre que tiene entendimiento encuentra orientación experta”.
1 Crónicas 25:7, 8 habla de músicos que “habían recibido preparación”, todos expertos.
Y esa es en hebreo la misma palabra que se traduce como “entendimiento”.
Daniel, capítulo 1, dice que el jefe de los funcionarios de la corte de Nabucodonosor les enseñó a Daniel, Hananías, Misael y Azarías la escritura y el idioma de los caldeos.
Así que recibir orientación experta de personas que aún no conocen a Jehová no es algo malo.
Alguien con entendimiento sabe lo que puede aprender de otros, pero también se da cuenta de que hay límites en lo que ellos pueden enseñarle.
Si todavía siguen en Proverbios 21, miren el versículo 30.
Proverbios 21:30 dice: “Contra Jehová no hay sabiduría ni discernimiento ni consejo que valga”.
Así que, si un supuesto experto dice algo que va en contra de un principio bíblico, siempre nos quedamos con lo que dice la Biblia.
Si un erudito critica o dice mentiras sobre un escritor bíblico, rechazaremos de inmediato ese comentario.
Si un tratamiento médico pasa por alto una ley de Dios, seguimos buscando uno que no lo haga, porque “no hay sabiduría ni discernimiento ni consejo que valga” contra Jehová.
Así que, para repasar, ¿qué es el entendimiento?
Es la capacidad de ver cómo se relacionan las diferentes partes que intervienen en un asunto.
¿Qué cosas comprende la persona que encuentra orientación experta o tiene entendimiento?
Sabe que es responsable de pensar por sí mismo.
Sabe que hay cosas que desconoce.
Sabe lo que le puede enseñar Jehová, y también sabe lo que puede aprender de otros.
¡Cuánto le agradecemos a Jehová que nos pida a nosotros, sus siervos, que tengamos entendimiento!
Si nos esforzamos por mostrar entendimiento, otros lo verán.
Y como dijo Moisés en Deuteronomio 4:6: “Ellos dirán: ‘No hay duda de que esta […] nación es un pueblo sabio y entendido’”.