Stephen Lett: Si los israelitas iban a la guerra, ¿por qué no deben hacerlo los cristianos de la actualidad? (1 Juan 3:10-12)

Hay quienes dicen que la guerra no puede acabar con el amor, pero el amor sí puede acabar con la guerra.

Y un ejemplo de esto somos los testigos de Jehová, pues todas las terribles guerras del hombre no han podido acabar con nuestro amor, al contrario, lo han hecho más fuerte.

Ese amor impide que estemos en guerra entre nosotros o incluso que surjan en nuestro corazón sentimientos de odio.

Primera de Juan 3:10-12 en esencia dice: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se reconocen por esto: los hijos de Dios aman a sus hermanos.

Los hijos del Diablo matan a sus hermanos, como Caín mató a su hermano”.

Ahora bien, ¿no les ha pasado, cuando están predicando o en alguna otra ocasión y tratan de explicar por qué no participamos en las guerras, o nuestra neutralidad cristiana, que alguien dice: “¿Pero qué hay de los israelitas?”?

Dicen: “Ellos eran el pueblo de Dios y fueron a la guerra.

¿Por qué no podrían hacerlo también los cristianos?”.

¿Qué responderían si alguien les dijera eso?

Bueno, para dar una buena respuesta, obviamente tendrían que explicar que hay una gran diferencia entre los israelitas de tiempos bíblicos y los verdaderos cristianos de la actualidad.

¿Qué les parece si vemos cinco diferencias?

Número uno, en tiempos bíblicos el pueblo de Dios estaba reunido en una sola nación.

Así que cuando entraban en guerra contra otras naciones no mataban a otros israelitas, no mataban a sus hermanos.

Pero hoy, como dice Apocalipsis 7:9, los verdaderos cristianos forman “una gran muchedumbre […] de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas”.

Así que, si nosotros participáramos en las guerras de hoy, ¿qué pasaría?

Pues que acabaríamos matando a nuestros propios hermanos.

Y eso es justo lo que está pasando con algunos que afirman ser el pueblo de Dios pero “usan la espada”.

Podemos ver católicos matando a otros católicos, y lo mismo vemos entre metodistas, bautistas o musulmanes, que matan a miembros de su propia religión.

Esto me recuerda una conversación que tuve hace muchos años con un anciano mormón muy reconocido.

Yo le pregunté: “¿Qué opinan ustedes de la guerra?”.

“No nos gusta”, dijo.

“Y, entonces, ¿qué hacen si el Gobierno del país en el que viven los llama para ir al ejército?”.

Me contestó: “Bueno, si el Gobierno nos obliga, es su responsabilidad.

Vamos y luchamos”.

Le dije: “Entonces, ¿matan a otros mormones en la batalla?

Porque sé que hay mormones en muchos países”.

Me dijo: “Si sé que es mormón, lo dejo ir”.

Le dije: “Normalmente no es posible preguntarle a alguien de qué religión es antes de dispararle”.

Y, bueno, él no quiso admitirlo, pero estoy seguro de que entendió el punto en cuestión.

Ahora veamos la segunda diferencia.

Jehová Dios, que puede leer los corazones, juzgó y condenó personalmente a las naciones contra las que pelearon los israelitas.

Jehová les mandó directamente que ejecutaran su sentencia contra esas naciones que adoraban demonios, con prácticas sexuales repugnantes y hasta sacrificios de niños.

Por favor, abran sus biblias en Levítico, capítulo 18, y veamos qué les dijo Jehová a los israelitas sobre los cananeos.

Leamos juntos Levítico 18:24.

Jehová dice: “No se hagan impuros con ninguna de estas cosas, porque con todas estas cosas se han hecho impuras las naciones a las que voy a expulsar delante de ustedes.

Por lo tanto, la tierra es impura y la castigaré por su error, y la tierra vomitará a sus habitantes”.

Así que Jehová les mandó que ejecutaran su sentencia contra estos pueblos.

Tercera diferencia: los israelitas no mataban indiscriminadamente.

Hay muchos ejemplos de esto, pero vamos a ver solo dos.

El capítulo 6 de Josué nos cuenta que Jehová salvó a Rahab y su familia de manera milagrosa.

¿Por qué?

Porque Rahab demostró fe en Jehová.

¿Y recuerdan lo que dice Josué 9 y 10?

Ahí habla de los gabaonitas.

Recuerden que ellos estaban condenados a muerte, pero Jehová les perdonó la vida porque demostraron que tenían fe en él.

Esos son tan solo unos ejemplos.

Pero, en las guerras de hoy en día, ¿acaso la gente se salva por su obediencia y su fe?

No.

Normalmente mueren muchos más civiles que soldados durante los bombardeos.

¡Los llaman daños colaterales!

Como resultado, muchas personas inocentes mueren a diario.

Vamos con la cuarta diferencia.

Los soldados israelitas tenían que seguir las instrucciones de Jehová cuando iban a luchar contra sus enemigos.

Veamos algunas de las instrucciones que Jehová les había dado.

Vamos a ver un par de ejemplos.

Busquen Deuteronomio, capítulo 23.

Fíjense en lo que Jehová le dijo al ejército israelita, a los soldados.

Deuteronomio 23, a partir del 9: “Cuando estés acampado para luchar contra tus enemigos, debes evitar todo lo que sea malo”.

Y el versículo 12: “Debes escoger un lugar privado fuera del campamento”.

Tenían que ir allí para hacer sus necesidades.

¿Por qué? Vean el 14: “Porque Jehová tu Dios está andando por tu campamento para librarte y para entregar a tus enemigos en tus manos, y tu campamento debe ser santo, para que él no vea algo indecente en ti y deje de acompañarte”.

Jehová quería que los soldados israelitas fueran limpios en todo sentido; si no, no podrían contar con su apoyo.

¡Qué diferencia con los soldados de la actualidad!

No tienen nada que ver.

De hecho, el Perspicacia dice que Jehová les prohibía a los israelitas que violaran a las mujeres de las ciudades que conquistaban.

Es más, ni siquiera podían casarse con ellas hasta que hubiera pasado un mes.

En la página 781 del Perspicacia encontramos muchas instrucciones que Jehová les dio a los soldados israelitas.

Vamos con la quinta diferencia: Jehová luchó con los israelitas, dándoles victorias milagrosas.

De nuevo, hay muchos ejemplos de esto, pero veamos solo dos.

¿Cómo se ganó la batalla contra Jericó?

Los sacerdotes tocaron los cuernos, los soldados marcharon dando vueltas alrededor de la ciudad, gritaron, y las murallas cayeron.

Jehová les dio la victoria.

¿Y qué podemos decir de la victoria de los gabaonitas, de cómo vencieron a los reyes que los atacaron?

Josué 10:11 dice: “Jehová les lanzó desde el cielo grandes piedras de granizo […].

De hecho, murió más gente por el granizo que por la espada de los israelitas”.

Bueno, a diferencia de hoy, Jehová luchó con los israelitas.

Ya vimos las cinco diferencias.

La primera, en la época de los israelitas los siervos de Dios eran parte de una misma nación, así que no luchaban contra sus hermanos en la guerra.

La segunda, Jehová juzgaba y condenaba personalmente a quienes debían morir.

La tercera, en las guerras de los israelitas no se mataba indiscriminadamente.

La cuarta, los soldados israelitas debían seguir estrictamente las instrucciones que Jehová les había dado.

Y la quinta, Jehová luchaba con los israelitas y les daba victorias milagrosas.

Así que podemos decir que Dios aprobaba las guerras de los israelitas.

Pero Dios no aprueba ninguna de las guerras que hay en la actualidad.

De ahí que Jesús dijera que los cristianos verdaderos ya no usarían armas físicas para luchar.

¿Recuerdan lo que dijo en Mateo 26:52?

“Todos los que usan la espada morirán a espada”.

Como pueden ver, Jesús les enseñó a sus seguidores que no debían hacer daño a sus enemigos, incluso debían orar por ellos.

Y esto está de acuerdo con lo que dice la profecía de Isaías 2:2-4.

Ahí dice que “en la parte final de los días” los siervos de Dios convertirían “sus espadas en arados” y ni siquiera aprenderían “más a hacer la guerra”.

Y, claro, mucho menos a participar en ella.



Tal vez te interesen estas entradas

Entrada destacada

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Hay alguien entre ustedes al que no conocen. Es el que viene detrás de mí. Y yo ni siquiera merezco…

Popular Posts

JW Broadcasting: Abril de 2025

JW Broadcasting: Abril de 2025

¡Bienvenidos a JW Broadcasting®! Los testigos de Jehová vem…

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

Imagina que vas a salir de viaje. Te han regalado los bolet…

JW Broadcasting: Marzo de 2025

JW Broadcasting: Marzo de 2025

Bienvenidos a JW Broadcasting®. ¡Qué alegría que estén con …

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

Bienvenidos, queridos hermanos. Para empezar, tenemos una n…

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

¡Bienvenidos, hermanos! ¿Han pensado en lo que vimos en la …

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

El texto de hoy nos prueba muy claramente que tanto Jehová …

El deseo de su corazón

El deseo de su corazón

El rey David quería de todo corazón participar en la constr…

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Pues bien, ¿te parece que en ocasiones te faltan las dos co…

“La palabra profética” nos fortalece

“La palabra profética” nos fortalece

Este análisis se basa en las palabras de 2 Pedro 1:19. Ahí …