La verdad es que estamos en guerra.
¿Cuál es el objetivo de esta guerra?
Controlar nuestra mente.
Estamos rodeados por “el espíritu del mundo”, que puede afectar nuestras ideas.
El mundo fomenta enseñanzas que provienen de demonios.
Y tenemos otro enemigo: nuestra propia imperfección.
Y hay algo más, algo que puede traicionarnos.
Se trata de nuestro corazón, que según la Biblia es lo “más traicionero” que existe.
Cuando pensamos en el poder de estos enemigos, nos preguntamos: ¿podemos ganar esa guerra nosotros solos?
Pues no, pero con la ayuda que nos da Jehová venceremos.
Es triste, pero hay que admitir que en esta batalla contra los enemigos algunos de nuestros hermanos han caído víctimas.
Ahora bien, si nos ponemos esa “armadura” espiritual que la Biblia describe en Efesios, capítulo 6, eso no nos va a pasar a nosotros.
Y la armadura no es secreta; está ahí, descrita en la Biblia.
Y queremos centrar nuestra atención en uno de los componentes de esa armadura que tiene que ver con el texto de hoy.
¿Cuál es?
Es “el casco de la salvación”.
¿Por qué se usa en la Biblia esa frase, “el casco de la salvación”?
Porque, igual que un casco protege la cabeza del soldado —donde está su cerebro, que controla lo que piensa y siente—, el casco de la salvación protege nuestra mente.
En La Atalaya del mes de marzo de 2021, en la página 29, hay un artículo titulado “¿De qué maneras nos protege Jehová?”.
En ese artículo se explicaba que “tal como un casco protege la cabeza de un soldado, la esperanza de la salvación protege nuestra capacidad de pensar. […] Nos ayuda a estar centrados en las promesas de Dios y a ver los problemas desde la perspectiva correcta”.
Ese es un pensamiento profundo.
Hay que aclarar algo: la capacidad de pensar no es sinónimo de una actitud de independencia, como la de Satanás.
Un ejemplo de alguien que tiene esa actitud es la persona que cuestiona los consejos que nos da la organización de Jehová mediante el esclavo fiel y prudente.
¿Como cuáles?
Bueno, a lo largo de los años se nos han dado muchísimos consejos relacionados con el tipo de música que escuchamos, estar alertas para no ver ningún tipo de material pornográfico, no frecuentar clubes nocturnos y discotecas, y evitar el uso indebido de bebidas alcohólicas.
Solo por mencionar algunas cosas.
La capacidad de pensar impedirá que lleguemos a decir: “Eso no es para mí.
Tal vez a otros les aplique, pero sé cómo evitar los problemas.
A mí no me va a pasar”.
De hecho, esa actitud de independencia incluso se ha observado entre algunos de nuestros hermanos.
Por ejemplo, ¿has escuchado a alguien decir: “¿Solo eres ama de casa?
Las cosas han cambiado.
¿Por qué no te buscas un trabajo?”?
O tal vez algo como: “El precursorado no es para todo el mundo.
Si quieres que te vaya bien en la vida, vas a necesitar más educación y un trabajo en el que puedas aprovechar tus habilidades”.
O “Si dejo de hablarle a mi familiar que ha sido sacado, ¿cómo lo voy a ayudar?”.
Y, de nuevo, es la capacidad de pensar lo que nos va a proteger de este y otros tipos de razonamientos que no reflejan la forma de pensar de Jehová.
Y, como Jehová nos hizo a su imagen, es lógico y es obvio que hay que adoptar su punto de vista para usar correctamente la capacidad de pensar.
Por favor, lean conmigo Proverbios 1:7.
Noten: “El temor de Jehová es el comienzo del conocimiento”.
Y añade: “Solo los tontos desprecian la sabiduría y la disciplina”.
Claro, la mayoría de los hermanos acepta con gusto la forma de pensar de Jehová.
Por eso es que nuestra hermandad mundial está tan unida y sabe afrontar tan bien los problemas del mundo.
Jehová nos capacita y quiere que usemos nuestra capacidad de pensar, pero no con actitud de independencia.
Como sabemos, los principios bíblicos dan lugar a distintas decisiones dependiendo de las circunstancias.
Pero, si nuestra forma de pensar refleja una actitud de independencia, nos meteremos en problemas, porque nos dejaremos llevar por tendencias egoístas y pecaminosas.
Pero, si nos dejamos guiar por lo que dice la Biblia, alegraremos el corazón de Jehová.
Leamos lo que Pablo escribió en el capítulo 10 de 2 Corintios.
En los versículos 4 y 5, noten lo que dijo bajo inspiración: “Porque las armas de nuestra guerra no son humanas, sino que Dios las hace poderosas para derrumbar cosas fuertemente atrincheradas.
Y es que estamos derrumbando razonamientos y toda barrera que se alza contra el conocimiento de Dios.
Estamos haciendo prisionero todo pensamiento para que sea obediente al Cristo”.
Qué bonito, ¿verdad?
Eso hacemos todos los que pertenecemos al pueblo de Jehová.
Y la capacidad de pensar nos permite también ver las consecuencias de nuestras decisiones, incluso antes de que las tomemos, para saber si serán buenas o malas.
La nación de Israel era un pueblo bendito porque contaba con la dirección de Jehová para todo.
Pero ¿qué hicieron?
¿La aceptaron?
¡La rechazaron!
Acompáñenme a Deuteronomio, capítulo 32.
Y leamos lo que dijo Moisés sobre ellos bajo inspiración en los versículos 28 y 29: “Porque ellos son una nación sin buen juicio [o sin sentido común, o como dice la nota, una nación “que no escucha los consejos”] y son incapaces de entender.
[Versículo 29] ¡Ojalá fueran sabios!
Reflexionarían sobre todo esto.
Pensarían en cómo acabarán”.
Impresionante.
Si somos sabios, Jehová nos permite ver las consecuencias de nuestros actos.
En estos últimos días, nuestra capacidad de pensar se ha puesto a prueba como nunca antes porque Satanás intenta engañarnos por todos los medios.
Algo que la organización de Jehová nos ha dado con el fin de ayudarnos es la publicación Textos bíblicos para la vida cristiana. Quisiera leerles lo que dice la introducción de esta publicación: “El propósito de Textos bíblicos para la vida cristiana es ayudarle a encontrar fácilmente textos bíblicos que puedan servirle para afrontar las situaciones que se le presenten en la vida. [...] Encontrará rápidamente textos animadores y consejos útiles basados en la Palabra de Dios”.
¡Qué gran privilegio es ser enseñados por Jehová!
Un último texto.
Está en Proverbios 3.
Leamos los versículos 21 y 22: “Protege la sabiduría práctica y la capacidad de pensar”.
¿Por qué?
“Te darán vida”.