¡Bienvenidos a otra edición de JW Broadcasting!
Este mes veremos lo que han hecho jóvenes de distintas partes del mundo para buscar primero el Reino.
Además, conocerán a un hermano que, de joven, se metió en muchos problemas.
¿Cómo le ayudó la verdad a enderezar su vida?
¡Ya verán qué interesante historia!
También asistiremos a un curso de idiomas en Ecuador.
¿Cómo se aprende una nueva lengua a fin de ampliar el ministerio?
Vamos a ver.
¡Este es el programa de marzo de 2017 de JW Broadcasting!
El título del discurso de este mes es: “Jóvenes, construyan su futuro con Jehová”.
Si toman en cuenta a Jehová, como dice 1 Timoteo 6:19, tendrán “un fundamento excelente para el futuro” y disfrutarán de “la vida que realmente lo es”.
Por supuesto, mucho de lo que se dirá en el programa está dirigido a nuestros queridos jóvenes de la organización de Jehová.
Aunque, pensándolo bien, todos somos muy jóvenes, en vista del futuro eterno que esperamos vivir.
Por lo tanto, la información de este programa nos edificará a todos.
En lo personal, le agradezco a Jehová haber experimentado un tipo de presión de grupo que fue muy positiva para mí, porque me impulsó a empezar el precursorado cuando terminé la escuela.
¡Qué bendición y qué protección fue para mí comenzar el servicio de precursor regular a los 17 años e ir a servir en Betel a los 18!
A pesar de que hubo gente que no servía a Jehová y que me presionó para que me fuera a la universidad, le agradezco a Jehová que me orientara para tomar la decisión de construir mi futuro con su ayuda.
De verdad, no me arrepiento de mi decisión.
Así también se sienten los jóvenes que sirven a Jehová con todo su corazón: no se arrepienten de su decisión.
Veamos lo que dicen algunos de estos hermanos que están construyendo su futuro con Jehová.
Antes de hacerme precursora, me preocupaba mucho no poder alcanzar la meta de horas cada mes.
Comenzar a servir de precursor fue difícil, ya que no tenía auto.
Mi jefe no me dejó trabajar de media jornada.
Realmente tuve que esforzarme para poder estudiar y ser precursora al mismo tiempo.
Batallé mucho con el temor al hombre.
Fue un gran obstáculo, pues hablar con la gente no era mi fuerte.
Mantener una buena rutina fue toda una lucha.
En casa, solo mi hermano y yo somos testigos de Jehová.
Mi familia no podía entender por qué queríamos ir a predicar.
Creía que yo no podría ser una buena precursora.
Desde los 5 años tengo diabetes tipo 1.
Así que no sabía si iba a poder sobrellevar mi enfermedad y, al mismo tiempo, servir de precursora.
Los retos no parecen tan grandes ahora, pero en aquel momento los veía enormes.
Lo mejor de todo fue ver cómo me ayudó Jehová.
Orar a Jehová me ayudó a superar mis miedos.
Le agradezco a Jehová que mi familia me haya ayudado tanto.
Mi papá fue el primero que me animó a hacerme precursora.
Y cuando inicié el precursorado, me prometió que contaría con el apoyo de todos en casa.
Lo que en realidad me ayudó fue hablar con hermanos que dedicaron su juventud al servicio de tiempo completo.
Eso me animó y me motivó muchísimo.
Ahora yo quiero escribir mi propia historia en el servicio de tiempo completo.
Tuve que ser más práctico: si no tenía auto, simplemente caminaba o tomaba el autobús.
Primero tenía que determinar cuáles eran mis prioridades.
Así que calculé las horas que tenía que hacer por semana en la predicación.
Luego organicé mi agenda para planear qué días saldría a predicar y qué días iría a la escuela; y también aparté tiempo para hacer mis tareas y estudiar.
Una muy buena idea fue elaborar un horario por escrito que pudiera ver en todo momento.
Así me di cuenta de que, en realidad, la meta de horas no era tan difícil de alcanzar.
Mi primera meta a corto plazo fue servir de precursora en los meses de actividad especial.
Después, me hice precursora auxiliar de continuo y, finalmente, inicié el precursorado regular.
Lo mejor que pude haber hecho antes de comenzar el precursorado regular fue servir de precursora auxiliar.
Eso me preparó para superar los distintos retos que vendrían más tarde.
Pensé mucho en lo que dice Malaquías 3:10.
Yo creía que Jehová te bendice, pero debía darle la oportunidad de hacerlo.
Oré a Jehová, decidí confiar en él y entregué mi solicitud.
Después de haber entregado mi solicitud de precursor, un hermano me llamó y me ofreció un empleo.
Me quedé sin trabajo por tres meses, y no fue nada fácil.
Pero durante ese tiempo, me concentré en hacer lo que es más importante para Jehová.
Y, como siempre, él me apoyó y no me decepcionó.
Algo que me ayudó mucho fue invitar directamente a algunos hermanos a ir a predicar conmigo los días en que normalmente no hay mucho apoyo.
Esto me permitió organizar mi horario y, también, pude conocer mejor a otros hermanos.
Una de mis mayores alegrías ha sido servir de tiempo completo con mi mamá.
Nos tocó ir juntas a la Escuela del Servicio de Precursor, ¡y eso fue algo muy especial!
Salmo 16:8 me recuerda que Jehová está justo a mi lado.
Cuando estoy predicando, es como si él me llevara de la mano.
Me encanta hacer feliz a Jehová sirviéndole de tiempo completo.
Con todo lo que él me ha dado, al fin siento que yo le estoy dando algo a él.
Creo que empezar a servir de precursor fue lo mejor que pude haber hecho.
Esa decisión me ha abierto muchas puertas en el servicio y me ha ayudado a cultivar el deseo de seguir sirviendo de tiempo completo.
Ayudar a alguien a encontrar el camino que lleva a la vida eterna no se compara con nada; ¡simplemente no tiene precio!
Lo único que te puedo decir es esto: “¡Si eres joven, hazte precursor!”.
¡Qué buena actitud demuestran estos jóvenes!
Sin duda, están siguiendo el ejemplo de Cristo.
Jesús fue el hombre más sabio que jamás haya pisado la Tierra.
Él podría haber emprendido cualquier carrera en la vida y haber sobresalido en ella.
Podría haberse convertido en el mejor carpintero de la historia.
Piensen en esto: él ya había ayudado a su padre a crear el universo.
¿Se imaginan las casas tan impresionantes que podría haber construido?
¿Y si hubiera decidido ser inventor?
Con un cerebro perfecto, probablemente podría haber inventado el teléfono, los autos o las computadoras en el primer siglo.
¿Y si hubiera optado por dedicarse a los negocios?
Con su insuperable inteligencia, podría haber ganado millones y, así, haberse convertido en el empresario más rico de todos los tiempos.
¿O qué habría pasado si hubiera decidido ser atleta?
En el tiempo de Jesús, las personas se esforzaban mucho por sobresalir en competencias deportivas.
Con un poquito de entrenamiento, es muy probable que Jesús, con su cuerpo perfecto, hubiera superado a todos los demás atletas, con cuerpos imperfectos, y se hubiera convertido en el deportista más famoso del mundo.
Otro ejemplo: ¿y si hubiera decidido ser médico?
Él podía curar a las personas, incluso levantarlas de la muerte.
¿Se imaginan cuánto les podría haber cobrado a los ricos para resucitar a sus seres queridos?
Sin embargo, ¿por qué no escogió ninguna de esas opciones?
Porque sabía que cualquier carrera solo tendría beneficios limitados y temporales.
En cambio, eligió una carrera que produciría beneficios significativos, eternos: el servicio de tiempo completo.
Si el hombre más sabio de todos los tiempos razonó de esa manera, sería sensato de nuestra parte pensar del mismo modo.
Esto me recuerda lo que me contó un joven maduro, a quien conocí mientras yo servía en la obra de circuito, hace muchos años.
Este jovencito comenzó el precursorado regular en cuanto terminó la escuela.
Le pregunté por qué había tomado esa decisión.
Me dijo que había considerado aceptar un trabajo de tiempo completo para comprarse un auto nuevo.
Pero luego razonó que, en pocos años, ese auto se oxidaría, dejaría de funcionar y él se quedaría sin nada.
Por otro lado, sabía que podía hacerse precursor y disfrutar de una relación muy cercana con Jehová.
Como precursor, hasta podría encontrar a alguien de corazón sincero y enseñarle la verdad.
Él entendía que estas cosas durarían para siempre.
La forma de pensar del joven fue muy acertada.
Hoy día, ese hermano tiene una hermosa esposa cristiana, les ha enseñado la verdad a varias personas y es un excelente anciano de congregación.
Si tú, joven, concuerdas con esta forma de pensar y sigues tras metas espirituales, es fundamental que sepas escoger bien a tus amistades.
De cierta forma, nuestros amigos son como un elevador.
¿Por qué?
Bueno, los amigos te pueden hacer subir o bajar.
Si escoges bien a tus amigos, ellos te pueden hacer llegar muy alto: contribuirán a que desarrolles las cualidades que tienes y te ayudarán a ser mejor persona.
Por el contrario, si no escoges bien, te pueden hacer caer muy bajo.
De hecho, si eliges muy mal a tus amigos, ellos te pueden llevar hasta la planta baja, o incluso hasta el sótano, hasta la parte más baja.
En Proverbios 13:20, nuestro amoroso Padre celestial, nuestro Creador, nos explica este asunto.
Allí él dice: “Estar andando” y “tener tratos” significa relacionarse con los demás.
¿Y quiénes son los estúpidos?
Bueno, este texto los contrasta con las personas sabias.
Pero no se refiere a alguien a quien le falta inteligencia.
Se refiere a quienes no toman decisiones sabias desde el punto de vista de Jehová.
Si lo pensamos bien, cualquier persona que no sirve a Jehová —al menos no por ahora— está actuando imprudentemente.
Entonces, si nos relacionamos estrechamente con personas así, Jehová nos dice que nos irá mal.
Piensa en este otro ejemplo: alguien enfermo y con mucha fiebre.
Si pasamos mucho tiempo con esa persona, es muy probable que nosotros también nos contagiemos.
O peor aún, si pasáramos mucho tiempo cerca de un cadáver, seguramente contraeríamos alguna enfermedad.
Sucederá lo mismo si pasamos mucho tiempo junto a una persona que está enferma, o incluso muerta, en sentido espiritual.
En cambio, si escogemos como amigos a quienes aman a Jehová y están construyendo su futuro eterno con él, obtendremos grandes beneficios.
Prestemos atención a estos jóvenes, de diferentes lugares, que se mantienen muy ocupados acumulando tesoros en el cielo con Jehová.
¡Qué conmovedor es para nosotros —y por supuesto para Jehová— ver a estos valiosos jóvenes hacer lo que Jesús aconseja en Mateo 6:20, 21!
Allí Jesús nos dice: Si nos detenemos a pensar un momento, veremos que, a fin de cuentas, seamos jóvenes o mayores, nuestro verdadero patrimonio será lo que hayamos acumulado en el cielo con Jehová.
Los bienes materiales no servirán de nada durante la gran tribulación.
Y si morimos, obviamente no podremos llevarlos con nosotros.
Sin embargo, los tesoros espirituales nos servirán de mucho en la gran tribulación y perdurarán aun si morimos y luego resucitamos.
Las palabras de Revelación 14:13 tienen que ver con todos los miembros del pueblo de Jehová, sean ungidos o no.
Allí se dice: “Las cosas que hicieron van junto con ellos”.
¡Cuánto nos anima ver a los jóvenes bautizarse y demostrar públicamente que le entregan su vida a Jehová!
De verdad, esperamos que ustedes, los jóvenes que aún no se han bautizado, no se demoren y hagan todo lo necesario para lograrlo.
Cuanto antes se bauticen, más pronto recibirán una mayor protección de parte de Jehová y muchas bendiciones.
Por cierto, hace poco me dio mucho gusto ver a un jovencito de 10 años bautizarse.
Joven, jamás te avergüences de identificarte como testigo de Jehová.
No permitas que el miedo a lo que digan los demás te detenga de expresar que le sirves a Jehová.
Dios nos dice lo siguiente en Proverbios 29:25: Hace muchos años, cuando aún estaba en la escuela, me preocupaba mucho cómo me veían los demás.
Sin embargo, poco después salí de la escuela y nunca volví a ver a la mayoría de mis compañeros.
Luego me di cuenta de que, en realidad, no importa lo que los demás piensen de uno; lo que realmente cuenta es cómo nos ve Jehová.
Ninguno de nosotros puede agregar ni 5 segundos a su vida.
Sin embargo, Jehová puede darnos o quitarnos la vida eterna.
Además, solo él nos puede dar la verdadera felicidad.
Tal como se indica en Proverbios 29:25, identificarnos con valor como testigos de Jehová nos protege.
Así demostramos que confiamos en Jehová y que hemos decidido ponernos de su parte.
Por eso, nunca te avergüences de quién eres.
¡Tú eres un testigo de Jehová!
Joven, te animamos de todo corazón a escuchar a quienes te aman.
Jehová te ama muchísimo; el Cuerpo Gobernante también te quiere muchísimo; los ancianos de la congregación te aman profundamente y, por supuesto, también tus padres que sirven a Jehová.
Todos ellos te dirán la verdad, aun cuando en ocasiones no sea lo que quieras escuchar.
Ellos no te regalarán los oídos, como quizás lo hagan en la escuela o en el vecindario quienes en realidad no te aman o no quieren lo mejor para ti.
Por favor, presta atención a quienes te dicen la verdad porque te quieren.
Jamás pienses que las leyes y principios de Jehová te privan de algo bueno.
Considéralos una protección contra lo que te puede lastimar.
Si recuerdas, Satanás convenció a Eva de que Jehová la estaba privando de algunos beneficios y de que se estaba perdiendo de algo bueno.
Ahora bien, es verdad que Eva se estaba perdiendo de algo, pero ¿de qué?
De una conciencia atormentada, de que su hermoso cabello se tornara gris, sus dientes se le cayeran, su piel perfecta se arrugara como una pasita, de andar encorvada por la edad, de caminar con la ayuda de un bastón y, finalmente, de morir.
Pero Satanás la convenció de que Jehová le estaba quitando algo bueno.
Entonces, tontamente, extendió su mano para tomar lo que ella pensaba que se estaba perdiendo.
Bueno, Satanás intentará usar la misma estrategia contigo.
¡Por favor, no permitas que logre engañarte!
Esto me recuerda una experiencia que un hermano me contó en una ocasión.
Él estaba visitando un zoológico cuando, de repente, un enorme león se lanzó contra él.
El animal no pudo hacerle daño gracias a un panel de vidrio grueso que separaba a los animales de los visitantes.
Mientras el león estaba allí sentado, arañando el vidrio y mostrando sus grandes dientes, el hermano se dio cuenta de cuánto lo había protegido esa barrera.
Él cuenta que, momentos antes, había visto el panel de vidrio como una restricción, pues unas manchas le estorbaban un poco la visión.
En cambio, ahora veía el panel de vidrio como una verdadera protección.
De forma similar, Jehová describe a Satanás como un “león rugiente, procurando devorar a alguien”, según 1 Pedro 5:8.
Jehová no quiere que Satanás te devore a ti, joven.
Por eso, ha puesto sus leyes y principios como una barrera para protegerte.
Por lo tanto, por favor, escucha a Jehová: ¡él sí te ama!
Estarán de acuerdo conmigo: tener buenos amigos nos ayuda a sentirnos felices sirviendo a Jehová.
Y también se habrán dado cuenta de que para conseguir amigos, hace falta más que hacer clic en una computadora o en un teléfono inteligente.
¿Podrías encontrar buenos amigos, cuando parece que ni siquiera hay dónde buscarlos?
En esta escenificación, veremos a un hermano joven que se enfrentó a dicho problema.
Me llamo Akil.
Cuando tenía 18 años, mi familia y yo nos mudamos a otra ciudad.
De por sí dejar a mis amigos fue duro, y la idea de hacer nuevos amigos era peor.
Mis padres se veían muy felices.
Como no quería hacerlos sentir mal, no les decía cómo me sentía.
En la escuela, las cosas no iban mejor.
Entonces conocí a Cameron.
Parecía un tipo genial.
En poco tiempo, sus amigos ya eran mis amigos.
... David lo creía; incluso lo demostró a la hora de elegir a sus amigos.
Si pensamos en una de las amistades más estrechas de las que habla la Biblia, se nos viene a la mente la de David y Jonatán.
¿Qué tenían ellos en común?
No era la edad.
¡Akil, estabas mensajeando en la reunión!
No debí hacerlo.
Lo siento.
Pero Cameron es una buena persona.
Tal vez algún día estudie la Biblia.
Entiendo eso, Akil.
Pero todos debemos tener cuidado con el tiempo que pasamos con personas que no aman a Jehová.
No tienen los mismos valores que nosotros.
Tú sabes que en Proverbios 13:20 se nos recomienda andar con personas sabias.
¿Por qué no buscas amigos que amen a Jehová?
Así, encontrarás amistades que durarán para siempre.
¿Pero de dónde los saco?
No hay nadie de mi edad en la congregación.
Akil, a veces hay amigos donde menos te lo esperas.
Mamá, yo tenía buenos amigos...
allá, en casa.
No era fácil hablar de eso.
Al día siguiente, Cameron subió fotos de una fiesta que había organizado.
¡Mis padres tenían razón!
Me alejé de Cameron y sus amigos, pero me sentía muy solo.
Hola.
¿Akil?
¿Tienes planes para predicar el sábado?
Eh... no.
Pues ahora ya los tienes.
Nos vemos en el grupo, a las 9:30.
¿OK?
Después de predicar, Max invitó a los del grupo a su casa.
¿Tú tomaste estas fotos?
¿Te gustan?
¡Sí!
Mi esposa...
ella era la fotógrafa de la familia.
Le encantaba tomar fotos.
Y un día, en un aniversario, me regaló una cámara.
Desde entonces, me hice aficionado a la fotografía.
El tiempo vuela.
No puedo creer que ya hayan pasado 12 años desde que murió.
Lo siento.
Está bien.
¿Y aún tomas fotos?
¡Claro!
Me encanta la fotografía.
Ver de cerca la creación de Jehová no tiene precio.
Me recuerda que nunca estamos solos.
¿No crees?
Puedes encontrar buenos amigos donde menos te lo esperas y de edades que no te imaginas.
Al pasar tiempo con Max, me di cuenta de que éramos como David y Jonatán.
Ellos no eran amigos por ser de la misma edad, sino porque amaban a Jehová.
Siempre se ayudaron entre ellos.
Con el apoyo de Max, empecé a participar con regularidad en actividades espirituales.
Aunque no éramos de la misma edad, Max llegó a ser un gran amigo.
Y ahí había estado, frente a mí, todo el tiempo.
Sí, tus amigos pueden ser personas de distintas edades.
El mejor amigo es aquel que te anima a servir a Jehová.
Todos debemos esforzarnos por progresar en sentido espiritual, es decir, aprender cosas nuevas acerca de Jehová y de sus cualidades.
Así que queremos amigos que nos ayuden a lograrlo.
Hay un refrán que dice que la experiencia hace al maestro.
Pero eso no es del todo cierto.
Aprender por experiencia casi siempre significa aprender por las malas.
El hermano Fernando Casillas nació en México, pero cuando era un bebé, su familia se mudó a Estados Unidos.
Él se crió en un vecindario en el que las pandillas ejercían una gran influencia, y eso tuvo un efecto muy negativo en él.
Pero, aun en medio de aquellas circunstancias, se sintió atraído por la verdad.
Veamos cómo.
Me encantaba la violencia.
¡Hasta en mis sueños!
Mi pandilla era mi religión.
Entré al sistema penitenciario siendo muy joven.
Primero me mandaron a un centro de detención de menores, de donde fui expulsado por armar un alboroto.
Básicamente, me consideraban una amenaza para la seguridad de la institución, de los guardias y de otros reclusos.
Me pusieron en aislamiento el resto de mi condena.
Si antes de ir a la cárcel era violento, aquello no era nada comparado con lo peligroso que me volví allí dentro.
Cuando sales, solo piensas en ser el mejor asesino.
Al salir de prisión, fui deportado a México.
Llevaba un arma todo el tiempo.
Poco después, mi novia y yo empezamos a andar con gente mala.
Ella acabó metiéndose en problemas.
Una vez que se libró de ellos, encontró un Salón del Reino.
De niña, ya había ido a las reuniones, así que prácticamente me hizo acompañarla.
Todos fueron muy amables.
Allí conocí a Omar.
Mi novia y yo empezamos a pasar tiempo con él y su esposa, e íbamos a las reuniones.
Entonces me di cuenta de que él solía ser uno de mis rivales, y eso me enfureció.
Me sentí traicionado porque nunca me lo dijo.
Lo único que pensaba era: “Tengo que encontrar la forma de que venga a casa, para hacerle daño”.
Después de darle vueltas a la idea una y otra vez, decidí que quería seguir siendo su amigo.
Finalmente, decidimos empezar a estudiar la Biblia juntos.
Por mi forma de ser, pensé que sería imposible que Dios me perdonara.
Pero me ayudó muchísimo el texto de Isaías 55:7, que dice: “Deje el inicuo su camino, y el hombre dañino sus pensamientos; y regrese a Jehová, quien tendrá misericordia de él”.
Aunque me tomó tiempo entenderlo, comprendí que Jehová sí perdona.
Para ese entonces, me había propuesto no regresar a prisión.
Decidí alejarme de todas las personas que estuvieran involucradas en actos ilegales.
Me sentía libre.
Después de hacer cambios y vencer los malos hábitos, como fumar y beber en exceso, llegué a ser publicador no bautizado.
Pero mi padre falleció y volví a tener malas compañías.
Por esa razón, ya no pude seguir siendo publicador.
Y Satanás me atacó de nuevo.
Cierto día, mi esposa iba a cruzar la frontera para hacer algunos trámites de los niños, pero la patrulla fronteriza la detuvo porque le dijeron que había drogas en su automóvil.
No sabíamos que el dueño anterior había escondido drogas en la camioneta.
Aunque la policía comprobó que las drogas no le pertenecían a mi esposa y ella fue puesta en libertad, no nos devolvieron a nuestros hijos.
Estaba pensando en volver a las andadas y tramar algo con mis viejos amigos para traer de vuelta a mis hijos a México.
Pero decidí confiar en Jehová y apoyarme en los hermanos que me visitaban regularmente, quienes con sus palabras positivas y animadoras me ayudaron a entender que Dios se encargaría de todo.
Con la ayuda de Jehová, nuestros hijos volvieron a casa.
Seguí esforzándome y entonces pude volver a predicar.
Unos meses después, me bauticé.
Me siento más feliz que nunca.
Una vez, mientras predicaba en un centro de rehabilitación, me encontré con un conocido de la infancia.
Cuando supo quién era yo, me dijo: “¡Por tu culpa tuve que huir de la ciudad!
Donde me encontrabas, me disparabas”.
Después de un rato, logré convencerlo de que mi verdadera intención al visitarlo no era hacerle daño, sino enseñarle las verdades bíblicas y el camino a la vida eterna.
Ya no soy una persona violenta.
Me alegro por las bendiciones que Jehová me ha dado.
Desde hace 2 años soy siervo ministerial.
Ahora, en vez de robar dinero, como lo hacía antes, estoy a cargo de las cuentas de la congregación.
Para ganarme el sustento, trabajo de jardinero.
Ya no llevo cuchillos; solo mis herramientas.
Se podría decir que convertí mis armas en rejas de arado o, mejor dicho, ¡en una cortadora de césped!
Me siento feliz de servir a un Dios amoroso, que se interesa por ti y te perdona.
Fernando y su familia sirven en una congregación de habla inglesa en México.
Con todo lo que vivió, el hermano Casillas comprendió que Jehová es el mejor maestro.
Si escuchas a Jehová, no tienes por qué aprender por las malas.
Jehová es “aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo”.
Jeremías 17:13 transmite la idea de que los nombres de quienes no sirven a Jehová se escribirán “en la tierra”, o el polvo.
Pero si ustedes, jóvenes, construyen su futuro con Jehová, se asegurarán de que él escriba y preserve sus nombres en “el libro de la vida”, que se menciona en Filipenses 4:3 y en Revelación 3:5.
Al principio del programa, vimos cómo algunos jóvenes están construyendo su futuro con Jehová.
¿Cuánto logran sus esfuerzos a favor de la organización?
Veamos, por ejemplo, lo que ocurrió durante la construcción de la nueva central mundial, en Warwick (Nueva York).
En menos de 4 años, los testigos de Jehová construyeron un complejo de 149.000 metros cuadrados.
De los 27.035 voluntarios que participaron, 3.247 tienen entre 19 y 25 años.
Pensaba que solo hermanos muy experimentados podrían participar en este proyecto.
Pero muy pronto me di cuenta de que estaba equivocado.
Se necesitaría la energía de los jóvenes, pues la obra era enorme.
Contar con hermanos jóvenes y mayores fue de gran ayuda en Warwick.
Los mayores aportaron la habilidad y la experiencia; y los jóvenes, la energía, las fuerzas y el empuje para hacer el trabajo duro hasta terminar las obras.
Ya fuera de cocineros o de vigilantes nocturnos —o como parte de los equipos que empezaban a trabajar desde las 5 de la mañana a 12 grados bajo cero—, todos aceptaban de muy buena gana y con gran humildad cualquier tarea.
Muchos hermanos y hermanas jóvenes se mudaron a esta zona para trabajar como voluntarios externos.
Y trabajaban incansablemente, a veces hasta el anochecer, para dejar todo listo para el día siguiente.
Era impresionante ver cuánta energía tenían.
Jehová ama a los jóvenes y está deseoso de invertir en ellos, de capacitarlos, a fin de que estén muy activos en su organización.
Eso me quedó bien claro.
Muchos jóvenes con aptitudes técnicas se ofrecieron como voluntarios.
Pero si la humildad de estos muchachos no hubiera sido igual o mayor que sus habilidades, Jehová no hubiera podido utilizarlos.
Estaban dispuestos a adaptarse, y realmente vimos cuánto ayuda esa actitud.
Tanto ellos como nosotros sabíamos que no solo estaban construyendo un complejo en Warwick: estaban participando en una obra espiritual para Jehová.
Se podía ver el espíritu de Jehová en acción, cómo los ayudó a madurar en tan poco tiempo.
Estos hermanos son los ancianos y superintendentes viajantes del mañana.
Pero hoy su contribución como hombres jóvenes también merece todo nuestro reconocimiento.
Todos ellos dicen que servir en Betel ha definido sus metas en la vida; y no quieren que ni el mundo ni las actividades cotidianas los distraigan.
Usen lo que han aprendido aquí y en Betel.
Los necesitamos.
Mantengan fuerte su relación con Jehová y escojan amigos que hagan lo mismo.
Logramos la mejor calidad de vida cuando, como suave barro, nos ponemos en las manos del Gran Alfarero, Jehová, y decimos: “¡Aquí estoy yo!
Envíame a mí”.
Estoy seguro de que no se arrepentirán de haber construido su futuro con Jehová.
¡Sí, los jóvenes hicieron muchísimo durante la construcción de la nueva central mundial!
Por cierto, les interesará saber que los proyectos de construcción de Warwick y Wallkill no se financiaron con las donaciones que todos ustedes hacen para la obra mundial.
No, sus donaciones se están destinando precisamente a eso, a la obra del Reino en todo el mundo.
Los fondos necesarios para los monumentales proyectos de construcción de Warwick y Wallkill se obtuvieron de la venta de propiedades en Brooklyn.
En realidad, solo usamos lo de un lugar en otro.
Canjeamos el valor de las propiedades de Brooklyn por nuevos y hermosos edificios en Warwick y Wallkill.
Y quiero decirles que el Cuerpo Gobernante de verdad está disfrutando del nuevo complejo de edificios en Warwick, resultado del duro trabajo que jóvenes y mayores hicieron a favor nuestro.
Se lo agradecemos de todo corazón.
El apóstol Pablo dijo acerca de Timoteo lo que leemos en Filipenses 2:20-23: Está claro que Pablo amaba muchísimo al joven Timoteo porque trabajaba duro por el Reino, sin esperar nada a cambio.
Bueno, el Cuerpo Gobernante se siente exactamente igual: ama muchísimo a los jóvenes que están esforzándose por cumplir con sus asignaciones dentro de la organización.
Hemos mencionado diferentes formas de servir de tiempo completo.
Y una manera más de buscar primero el Reino es ofrecerte para ayudar cuando surge una necesidad cerca de donde vives.
Por ejemplo, en San Antonio —en el estado de Texas (Estados Unidos)—
se programó una asamblea que tendría más de 20.000 asistentes.
Sin embargo, el local donde se celebraría solo contaba con un tercio de las sillas necesarias.
¿Dónde encontrarían los hermanos las sillas que faltaban?
Bueno, Jehová se encargó de proporcionarlas, y muchos jóvenes estuvieron dispuestos a ayudar.
Cuando me enteré de lo que necesitábamos hacer, pensé: “¿Cómo podremos lograrlo?”.
¡Era una tarea enorme!
¡Fue increíble!
Lo primero que me pidieron hacer fue buscar un lugar donde pudiéramos almacenar entre 6.000 y 8.000 sillas.
Vimos la bendición de Jehová porque el dueño de unos almacenes que administra una hermana nos facilitó un almacén sin costo por un año.
La única condición fue que el contrato especificara que era para la organización de los testigos de Jehová.
Llegaba un camión tras otro.
Teníamos que descargarlos, separar los montones de sillas, repararlas, limpiarlas, ponerlas de vuelta en tarimas, apilarlas y subirlas a los camiones.
¡Y solo estamos hablando de las del almacén!
También nos dieron permiso para preguntar a las congregaciones de San Antonio si podíamos usar sus sillas para la asamblea.
Esperábamos conseguir unas 3.000.
Después aumentó el número de asistentes que se esperaban, así que tuvimos que buscar más sillas.
Pudimos conseguir 6.000 gracias a los entusiastas voluntarios de las congregaciones de San Antonio y sus alrededores.
Oramos al respecto; se empezó a pedir ayuda a los hermanos, y su respuesta fue excelente desde el principio.
Les explicamos a los hermanos lo que necesitábamos hacer y todos ellos dijeron que saldrían temprano del trabajo para venir.
Tratamos de cancelar todos nuestros compromisos de inmediato para poder ayudar en lo que fuera necesario.
Fue emocionante saber que nuestra congregación también participaría.
Estamos muy agradecidos a Jehová por habernos dado la oportunidad de ayudar.
Teníamos miles de sillas de todos los colores: verdes, rojas, cafés, azules...
hasta unas de color naranja brillante, que parecían de los años 70.
Esas decidimos ponerlas atrás.
Pero el problema no solo eran los colores, sino también el tamaño.
¿Cómo íbamos a formar filas bien ordenadas con sillas de tantos tamaños diferentes?
Sabía que podríamos hacerlo, de alguna manera, porque somos el pueblo de Jehová.
Y, con tantos voluntarios, sin duda lo íbamos a lograr.
Todo esto ha sido una hermosa experiencia porque los hermanos pudieron conocerse como nunca antes.
Trabajaron juntos, de buena gana y con mucho entusiasmo.
Todos demostraron con su actitud que estaban trabajando para Jehová, aunque alguien más fuera el dueño del local.
Esto confirma que Jehová es un Dios de orden.
¡Qué bien se siente sabe que das lo mejor a Jehová!
Todo esto me recuerda lo que dice el Salmo 127:1: “A menos que Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan trabajado duro en ella”.
Es por Jehová y por su bendición que todo ha marchado tan bien.
¿Qué otra organización...?
Ninguna, salvo el pueblo de Jehová, podría lograr algo así.
Cuando nuestros jóvenes ofrecen su tiempo, con todo el corazón, se da un enorme testimonio.
En Proverbios 20:29 se dice: “La hermosura de los jóvenes es su poder”.
Ustedes, jóvenes, son dignos de encomio porque usan sus fuerzas para hacerse un buen nombre a los ojos de Jehová.
¿Alguna vez has pensado en apoyar las actividades teocráticas en otro idioma?
Quizás haya en tu circuito personas que necesiten ayuda y que hablen otra lengua.
En toda la Tierra, nuestra organización ofrece cursos de idiomas con el objetivo de que las buenas noticias de la Palabra de Dios lleguen a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
El hermano Juan Carlos Chacón es precursor especial y predica en el idioma shuar, un campo de rápido aumento en Ecuador.
Hace poco se le pidió que asistiera a un curso para formar instructores de idiomas, el cual se impartiría en la sucursal de ese país.
Allí lo capacitarían para enseñar su lengua a publicadores dispuestos a aprenderla.
Anteriormente les han dicho: “Ese es un idioma del Diablo.
Deben olvidarse.
No les sirve”.
Para Jehová, ninguna nación es insignificante.
Yo me crié en un lugar de la selva ecuatoriana donde hay mucha gente de la cultura shuar.
Como en muchos idiomas nativos, el idioma shuar es muy complejo.
Necesitamos muchos muchos obreros en el campo.
Pero si no se les da base, si no se les da una ayuda, un empuje, es difícil crear eso.
Recibí la invitación para asistir a un seminario de instructores de idioma.
Estuvimos 58 estudiantes.
Eran 16 idiomas o grupos lingüísticos diferentes.
Estamos aprendiendo técnicas fantásticas, reales, que sirven.
El instructor nos comentó cómo el humor hace que nuestra mente cree un mundo de conexiones, que uno puede impulsar a la mente.
Sí, soy como un niño dibujando.
Nunca aprendí a dibujar bien.
Dibujamos una escena y luego, con el idioma materno, junto con grandes ademanes, explicamos y escenificamos ese diálogo.
Poco a poco convertimos ese diálogo en un nuevo idioma.
¿Qué me asusta?
Que nunca lo he hecho.
Será mi primera vez.
No tengo ninguna experiencia en enseñar idiomas.
Aunque me sentía intimidado, sabía que con Jehová, todas las cosas es posible.
¡Bienvenidos a este primer día de clases para este curso en el idioma shuar!
Bueno, las técnicas que nos ofrecieron para nosotros fueron como una caja de herramientas que necesitamos estudiar más a fondo y ver cómo aplicarla en cada circunstancia.
A veces, cuando estamos en el territorio, vemos cómo les brillan los ojos a las personas cuando se enteran del nombre de Dios.
Al ver que hay tanta necesidad de que ellos aprendan la verdad, eso nos ha motivado a venir aquí y a continuar aquí.
Sabemos que Dios nunca nos va a abandonar porque él fue quien nos creó.
Él piensa en nosotros todo el tiempo y nos ama muchísimo.
Eso yo no lo sabía.
Me siento muy feliz porque ahora sí puedo entender la Palabra de Dios.
Estando en un grupo aislado de congregaciones con mi esposa, hemos sentido y hemos palpado todos los días: Jehová es muy real.
Jehová está mirando ahora, dando atención a sus lugares pequeños.
No importa cuán pequeños sean, si tienen un buen corazón para servir a Jehová, él envía obreros para que se dé la ayuda necesaria.
Solo nos ha impulsado a decirle de todo corazón “gracias” a él.
Sin importar nuestra edad, podemos hacer mucho en la organización de Jehová.
Aun si nuestras circunstancias nos limitan, Jehová valora nuestros esfuerzos por hacer más en el ministerio y por construir un futuro eterno con él.
Por eso, el título del video musical de este mes es Mi futuro con Jehová.
♪♪ Mil puertas hay frente a mí, pero no todas puedo abrir.
Quisiera ver el final y saber qué camino elegir.
Hay algo que sé con toda seguridad: ¡no hay nada mejor que servir a Jehová!
(Estribillo) Sin duda voy a encontrar el rumbo correcto.
Pondré para mí un buen fundamento, si busco agradar a Jehová a cada paso que dé.
Quiero alegrar a Jehová en todo momento.
Le voy a entregar mi vida y mi tiempo.
Así yo podré construir mi futuro con él.
Y si llegara a pensar en caminar a otro lugar, tomar un rumbo que sé que me puede alejar de Jehová, voy a recordar que prometí a mi Creador que suyos son mi vida y mi corazón.
(Estribillo) Sin duda voy a encontrar el rumbo correcto.
Pondré para mí un buen fundamento, si busco agradar a Jehová a cada paso que dé.
Quiero alegrar a Jehová en todo momento.
Le voy a entregar mi vida y mi tiempo.
Así yo podré construir mi futuro con él.
Construyo un futuro que eterno será.
Mi arquitecto es Jehová; él me va a ayudar.
Por siempre a Jehová yo le quiero servir porque así cada día seré muy feliz.
(Estribillo) Sin duda voy a encontrar el rumbo correcto.
Pondré para mí un buen fundamento, si busco agradar a Jehová a cada paso que dé.
Quiero alegrar a Jehová en todo momento.
Le voy a entregar mi vida y mi tiempo.
Así yo podré construir mi futuro con él.
Así yo podré construir mi futuro con él. ♪♪ ¡Qué animadora canción!
Invitamos a todos los jóvenes a que pongan su corazón en el mensaje de este programa: construyan su futuro con Jehová.
Pídanle que los oriente,
que los ayude a ver de qué maneras pueden hacer más en su servicio.
Cuiden siempre su posesión más valiosa: su preciosa amistad con Jehová.
Por favor, nunca vayan a olvidar esto: hay más de su parte que en su contra.
Es cierto que Satanás, los demonios y este mundo están en su contra.
Pero sus hermanas y hermanos —incluyendo al Cuerpo Gobernante— están con ustedes; los ángeles están con ustedes; los ungidos que ya están en los cielos y que nunca morirán también los apoyan; Jesús está de su lado; y lo más importante: Jehová está con ustedes.
¡Así que nunca estarán solos!
Para terminar, queremos recibir los saludos de los asistentes a la asamblea especial que se llevó a cabo en julio del año pasado en París (Francia).
Tuve la oportunidad de asistir a esta asamblea junto con el hermano Kenneth Flodin, ayudante del Comité de Enseñanza.
La mayor parte del programa se presentó en francés y se interpretó simultáneamente a croata, inglés y polaco, para el beneficio de los representantes de distintos países.
Les alegrará saber que 71 hermanas y 41 hermanos simbolizaron su dedicación mediante el bautismo en agua.
Entre ellos, la persona más entrada en años fue una hermana de 80 años; y la más joven, una de 10.
Los jóvenes tuvieron que vencer varios obstáculos para alcanzar la meta de bautizarse.
Cuatro de ellos se bautizaron a pesar de que sus padres no son testigos de Jehová.
Muchos de estos queridos jóvenes tuvieron que enfrentarse a la presión en la escuela, donde los invitaban a hacer cosas que a Jehová no le gustan.
A dos de estos muchachos, que son hermanos carnales, les gustaban los videojuegos violentos.
Pero por su estudio personal de la Biblia y por el interés que se mostró en ellos, llegaron a comprender el punto de vista de Jehová acerca de la violencia e hicieron cambios para progresar en sentido espiritual.
Todos los hermanos que dieron este primer paso del bautismo mostraron que quieren construir su futuro con Jehová.
Hagamos todo lo posible por seguir progresando espiritualmente, seguros de que tendremos la aprobación de Jehová.
Hermanos, los queremos muchísimo.
Esto ha sido JW Broadcasting desde la central mundial de los testigos de Jehová.