¡Bienvenidos, queridos hermanos!
Este es un momento histórico.
Nuestro estudio se encuentra ahora a unos cuantos minutos de los demás edificios que componen la nueva central mundial, en Warwick (Nueva York).
¡Y cuántas joyas espirituales nos esperan en este primer programa desde el nuevo estudio!
Para comenzar, ¿qué clase de obstáculos ha superado la Biblia para llegar a las manos de la gente?
Este emocionante documental nos mostrará la valentía de William Tyndale, de Inglaterra.
¿Qué llevó a dos enemigos a muerte a convertirse en grandes amigos?
Esta historia da testimonio del enorme poder que tiene la Biblia.
¿Y cómo nos ayuda el ejemplo del apóstol Pablo a predicar con más entusiasmo?
Lo descubriremos junto a esta familia en su noche de adoración.
¡Este es el programa de enero de 2017 de JW Broadcasting!
Los testigos de Jehová de verdad amamos la Biblia. ¿Por qué?
Porque sabemos que es la Palabra de Dios.
Por eso nos encanta leerla, estudiarla y aprender acerca de su historia.
Cuando nos detenemos a pensar por un momento en el tremendo esfuerzo que se ha hecho para estorbar e incluso detener la distribución de la Biblia, nos damos cuenta de que su Autor, Jehová, ha intervenido a fin de preservar y difundir su Palabra.
Y esto concuerda con lo que se menciona en Isaías capítulo 40, versículo 8: Con esto en mente, hoy me complace hablarles de un tema que a mí me gusta mucho, a saber, que “la palabra de nuestro Dios durará hasta tiempo indefinido”.
Cuanto más valoremos la Palabra de Dios, más motivados nos sentiremos a leerla y a poner en práctica sus consejos.
Jehová nos dio un magnífico regalo al inspirar a hombres fieles para que escribieran su Palabra.
Es a través de ella que aprendemos cuánto nos ama Dios.
Sí, su Palabra contiene consejos prácticos para la vida.
Explica el porqué de nuestra existencia y describe las maravillosas promesas que recibiremos al vivir para siempre en un mundo pacífico.
Con razón el apóstol Pablo escribió por inspiración en 2 Timoteo 3:16, 17: Claro, Satanás el Diablo no quiere que las personas tengan acceso a las valiosas verdades de nuestro Padre celestial, Jehová.
Por eso no nos sorprende que se hayan presentado obstáculos para que la Biblia llegue a toda la gente.
Quizás Satanás no haya estado detrás de cada uno de ellos, pero sí que los ha aprovechado.
¿Cuáles han sido algunos?
¿Y cómo se han superado?
Analicemos el primero: la barrera del idioma.
Los primeros 39 libros de la Biblia, conocidos como el Antiguo Testamento, se escribieron principalmente en hebreo.
Los siervos de Jehová de habla hebrea conocían muy bien estos libros.
Sin embargo, con el paso del tiempo, particularmente después de la destrucción de Babilonia, muchos judíos se mudaron a otros lugares de la Tierra.
La mayoría comenzaron a hablar en griego.
Ya no usaban el idioma hebreo, por lo que muchos judíos ya no tenían acceso a las Escrituras en un idioma que pudieran entender.
Entremos en más detalles.
Como Alejandro Magno empezó a conquistar más y más zonas del mundo de su época, el griego se convirtió en la lengua de gobernantes y comerciantes en su imperio.
Si los judíos y prosélitos esparcidos a lo largo y ancho de aquella amplia región de habla griega querían entender la Biblia, sería necesario traducirla al griego.
Es por eso que, a partir del año 250 antes de nuestra era, las Escrituras Hebreas comenzaron a traducirse al griego.
Con el tiempo, a aquella traducción se la conoció como la Septuaginta.
Los cristianos del siglo primero de habla griega la usaron una y otra vez.
De hecho, los redactores de las Escrituras Griegas Cristianas, también conocidas como el Nuevo Testamento, con frecuencia citaron directamente de la Septuaginta.
Así se superó la primera barrera del idioma.
Pero se avistaban otras dificultades en el camino.
Cuando el Imperio romano comenzó a expandirse, el latín tomó el lugar del griego como la lengua más común.
Había llegado el momento de traducir la Biblia al latín.
Poco después, comenzaron a aparecer algunas traducciones de la Biblia en este idioma.
Pero no fue sino hasta el año 405 de nuestra era que Jerónimo terminó la traducción completa de la Biblia al latín.
Se la llamó Vulgata latina.
La traducción de Jerónimo llegaría a ser la traducción oficial de la cristiandad durante casi 1.000 años.
Sin embargo, el latín no tardó en convertirse en el idioma de eruditos y privilegiados, por lo que la Biblia quedó fuera del alcance de la gente común.
Durante toda aquella época, hubo hombres sinceros que tradujeron partes de la Biblia a otros idiomas; y, lógicamente, dichas traducciones fueron hechas a mano.
Así que eran difíciles de conseguir y muy costosas.
Por esa razón, tener una Biblia en las lenguas vernáculas, es decir, las de la gente común, era complicado.
Pero la barrera lingüística no fue el único obstáculo que enfrentó la Palabra de Dios.
Hablemos de otro: la tenaz oposición de líderes religiosos a que se tradujera y distribuyera la Biblia.
Dicha oposición se agudizó en 1229 cuando el Concilio de Toulouse (Francia) decretó: “Está del todo prohibido para cualquier laico tener en su poder libros del Antiguo o Nuevo Testamento”.
En 1234, el Concilio de Tarragona decretó: “Nadie debería poseer libros del Antiguo o Nuevo Testamento en la lengua vernácula.
Si alguien los tuviera, deberá entregarlos al obispo de la localidad, en menos de ocho días a partir de la promulgación de este decreto, para que sean quemados”.
Por lo tanto, durante una época considerablemente larga, hubo poco acceso a la Biblia en los idiomas de la gente común.
¿Pero significaba eso que la Palabra de Dios se extinguiría?
Ni la barrera del idioma ni la oposición de los líderes religiosos podrían impedir que llegara a conocerse la Palabra de Dios.
Incluso en aquellas épocas de oscurantismo hubo personas que amaban la Palabra de Dios y que se esforzaron por traducirla y distribuirla.
Tan solo pensemos en John Wyclef y sus seguidores, los lolardos.
John Wyclef y sus colaboradores terminaron su traducción de la Biblia al inglés alrededor del año 1382.
Llenos de emoción, hicieron copias a mano de la traducción y fueron de pueblo en pueblo leyendo la Biblia a la gente común.
A pesar de la enconada oposición de la iglesia, Wyclef y sus seguidores pusieron la Biblia en inglés al alcance de muchas personas de corazón sincero.
Tras la muerte de Wyclef, en 1384, sus seguidores sufrieron fuerte persecución.
A muchos les confiscaron tierras y propiedades, mientras que otros fueron quemados en la hoguera.
En respuesta al trabajo realizado por Wyclef y los lolardos, en 1408 Thomas Arundel —arzobispo de Canterbury— declaró: “Por tanto, decretamos que nadie podrá traducir, a partir de ahora y por su propia iniciativa, ninguna porción de las Escrituras al inglés o a cualquier otra lengua. [...] El castigo por incumplimiento será la excomunión”.
¿Acabaría aquella oposición con los esfuerzos por traducir y distribuir la Biblia?
¡Claro que no!
El trabajo de Wyclef y sus colaboradores generó interés por la Biblia en toda Inglaterra e incluso en Europa central.
Los líderes religiosos fueron incapaces de silenciar la Palabra de Dios.
De hecho, solo unas cuantas décadas después del fallecimiento de Wyclef, 2 factores influyeron mucho en que se distribuyera la Biblia.
El primero ocurrió alrededor del año 1454, cuando se creó la imprenta con tipos móviles.
Este invento permitió, con el tiempo, imprimir biblias en grandes cantidades y en muchos idiomas.
El segundo factor fue la recopilación e impresión del texto original en hebreo y griego de las Santas Escrituras.
Esto permitió que muchos traductores tuvieran acceso a los escritos en los idiomas originales para entonces poder producir traducciones de alta calidad en su lengua materna.
¿Con qué resultado?
En el siglo XVI, por toda Europa se produjeron y distribuyeron traducciones en lenguas vernáculas, o comunes.
Entre ellas, alemán, inglés, italiano, francés, holandés, checo, danés, sueco, español, esloveno y muchas otras.
Sin embargo, la oposición no cesó.
La Inquisición hostigó a los traductores de la Biblia.
Y algunos de ellos, como William Tyndale y John Rogers, fueron asesinados debido a su trabajo.
A pesar de todo, la Palabra de Dios perduró.
Y poco a poco, más personas tuvieron acceso a ella en sus propios idiomas.
A principios del siglo XIX, el proceso de traducción cobró rapidez.
Sociedades bíblicas e intrépidos traductores comenzaron a trabajar en diversas partes del planeta.
Gracias a ello, la Biblia se produjo en idiomas propios de Asia, África, las islas del Pacífico y en algunos idiomas indígenas de América.
De 1800 a 1899 se tradujeron porciones de la Biblia a unos 400 idiomas; y de 1900 a 1950 se sumaron otros 500 idiomas a la lista.
Pensemos por un momento en lo que se ha logrado con la Traducción del Nuevo Mundo.
Hasta este momento, la Traducción del Nuevo Mundo se ha producido completa o en parte en 149 idiomas, ¡y ya se planea producirla en otros 37!
Queda claro que ni las barreras lingüísticas ni la oposición de los líderes religiosos han logrado frenar la distribución de la Biblia.
Jehová siempre ha protegido su Palabra.
Es tal como dice Salmo 12:6, 7: Sí, Jehová ha protegido cada uno de sus invaluables dichos a lo largo de la historia.
Hablemos ahora del tercer obstáculo.
A pesar de que la Biblia está disponible, completa o en parte, en casi 3.000 idiomas, a muchas personas ya no les interesa leerla.
En esta era moderna, muchos se han vuelto incrédulos y se han alejado de Dios.
Los científicos han colocado la teoría de la evolución sobre un pedestal y dicen que es inteligente dudar de la existencia de un Creador.
Además, este mundo anima a las personas a tomar decisiones dejándose llevar por los dictados de su corazón.
¿Y en qué ha resultado esto?
En un mundo lleno de personas egoístas, dominadas por sus deseos carnales.
Pero en vez de sentirse realizadas, muchas personas terminan vacías y decepcionadas.
¿Cómo se ha contrarrestado dicha actitud?
Personas de todo el mundo están abriendo la Palabra de Dios para leerla con sus propios ojos.
Se están percatando de que las ideas de la Biblia no provienen de mentes humanas.
Y al aplicar los principios bíblicos en su vida, llegan a sentirse satisfechas y felices; su autoestima y dignidad crecen gracias a que viven de acuerdo con las normas morales de Jehová Dios.
Tal y como dice Salmo 119:97-100: ¡Qué prueba tan clara de que la Palabra de Dios durará para siempre!
Mientras que los consejos humanos suelen fallar, los consejos bíblicos siempre funcionan.
Si los ponemos en práctica, nos ayudarán a superar o sobrellevar cualquier problema que enfrentemos.
Lo que es más, al hablar a los demás de las promesas divinas para el futuro, crecerá en nosotros la seguridad de que esta Tierra se convertirá en el paraíso que en un principio fue: un lugar lleno de paz y justicia.
¡Qué maravilloso regalo de Jehová ha sido la Biblia!
Ni las barreras lingüísticas ni la oposición ni un mundo cada vez más alejado de Dios podrán evitar que la Biblia llegue a la gente.
¿Cómo podemos nosotros aportar pruebas al hecho de que la Palabra de Dios dura para siempre?
Leámosla a diario, estudiémosla, reflexionemos en sus palabras y apliquemos sus insuperables enseñanzas en nuestra vida.
Si lo hacemos, no solo en la página impresa o en una biblioteca, sino en nuestra mente, en nuestro corazón y en nuestra vida, la Palabra de Dios durará hasta tiempo indefinido.
Ahora conozcamos a una de las personas que mencionamos al principio, una que amaba mucho la Palabra de Dios.
En el siglo XVI, el erudito inglés William Tyndale estuvo dispuesto a aguantar feroz persecución con tal de traducir la Biblia porque estaba convencido de que esta debía traducirse.
Notarán que el siguiente documental está diseñado para captar la atención de aquellos que no son testigos de Jehová.
Y esto se debe a que pronto se publicará en nuestro sitio oficial: jw.org.
En el otoño del año 1536, William Tyndale fue trasladado de su celda, en el castillo de Vilvoorde, al sitio donde sería ejecutado.
Allí había un poste preparado para él.
Tyndale fue encadenado al poste, estrangulado, y después su cuerpo fue quemado ante la multitud.
¿Qué crimen había cometido?
Tyndale se daba cuenta de que lo que aprendía de la Biblia no coincidía con las enseñanzas de la Iglesia.
William Tyndale murió convencido de que la Biblia es la Palabra de Dios.
Tyndale fue la primera persona que hizo el esfuerzo de traducir la Biblia al inglés a partir de las lenguas originales.
Tyndale nació a finales del siglo XV en la zona de Gloucestershire; luego, en Oxford, se formó como sacerdote.
En el siglo XV había enconada oposición a la idea de que la Palabra de Dios estuviera al alcance del pueblo en general.
La gente escuchaba la Biblia en latín en la iglesia, donde el sacerdote la traducía para ellos.
Pero no tenían acceso a ella directamente.
A Tyndale no le permitieron trabajar en su traducción en Inglaterra.
Pidió permiso al obispo de Londres para traducir el Nuevo Testamento al inglés a partir del griego, el texto original, pero no se lo concedió.
La oposición a que se tradujese la Biblia era tan fuerte que Tyndale escribió tiempo después que no había lugar en Inglaterra donde hacerla.
Con la ayuda de mercaderes que apoyaban su causa, Tyndale huyó hacia Alemania, donde le sería más fácil trabajar en su traducción al inglés del Nuevo Testamento.
Para 1525, la traducción estaba completa, lista para imprimirse.
En la Biblioteca Británica, en Londres, averiguaremos qué ocurrió más tarde.
La doctora Karen Limper-Herz, conservadora principal, nos hablará sobre eso.
Esta es una copia única de la primera edición del Nuevo Testamento de Tyndale, impresa en Colonia en 1525.
El Fragmento de Colonia es el único ejemplar conocido.
Que se trate de un fragmento indica que traducir era arriesgado.
Después de beber varias copas, el encargado de la imprenta le contó a alguien que estaba imprimiendo un Nuevo Testamento proluterano en inglés para un hombre de apellido Tyndale.
Eso llegó a oídos de las autoridades, y se hizo una redada en la imprenta.
Tyndale y sus socios huyeron,
así que esto es lo único que queda hoy.
Se fueron por el río Rin hasta Worms.
Solo pudieron producir una parte de Mateo; su trabajo era muy peligroso.
Las primeras copias completas de la traducción de las Escrituras Griegas Cristianas de Tyndale se imprimieron en Worms (Alemania) en 1526.
La tirada fue de al menos 3.000 ejemplares.
Tyndale dejó Alemania y se instaló en Amberes (Bélgica).
Esta bulliciosa ciudad resultó ideal.
Gracias a su próspera industria en el campo de la impresión y a su transitado puerto, sería fácil que los libros llegaran hasta los lectores en Inglaterra.
El profesor Guido Latré se ha ofrecido amablemente a guiarme por las mismas calles en las que Tyndale quizás haya caminado hace unos 500 años.
Tyndale vio que aquí las personas comunes tenían acceso a la Biblia en holandés y deseaba que la gente de Inglaterra tuviera la misma oportunidad.
Si alguien quería contrabandear biblias a gran escala, disponía del puerto marítimo más grande del norte de Europa.
Claro, no era fácil esconder artículos voluminosos o en grandes cantidades.
Así que traían las pequeñas hojas a lugares como este, a bodegas subterráneas.
Entre las páginas de libros más grandes que no estuvieran prohibidos escondían las hojas pequeñas de la traducción de Tyndale.
Al llegar a Londres, alguien podía identificar los libros y decir: “¡Ajá!
Es en estos libros donde debo buscar para encontrar las hojas sueltas de la Biblia de Tyndale”.
Había unas 30.000 copias de la Biblia de Tyndale para el tiempo de su muerte.
Tyndale fue un gran hombre: audaz, valiente, dedicado...
Se arriesgó muchísimo, y eso es algo que nunca deberíamos olvidar.
William Tyndale fue encarcelado aquí en Vilvoorde, al norte de Bruselas.
Estuvo consumiéndose en prisión por más de un año, donde sin duda se daba cuenta de que le esperaba una muerte atroz.
A Tyndale se lo respeta por su gran aportación a la lengua inglesa, pero su obra no fue el mero resultado de las ambiciones de un erudito.
Tyndale amaba la Biblia.
Seguramente sentía lo mismo que el salmista que, al referirse a la Palabra de Dios, exclamó: “¡Cómo amo tu ley!”.
A pesar de feroz oposición, la Biblia —con toda su sabiduría— ha perdurado hasta el día de hoy y sigue transmitiendo fielmente las palabras de sus escritores.
¡Con razón tantas personas atesoran la Biblia!
Les alegrará saber que, antes de que termine este mes, se hará disponible una versión extendida del documental que narra esta y otras historias de aquellos que arriesgaron la vida para llevar al prójimo la Palabra de Dios.
Se titula Atesoraron la Biblia, y podrán encontrarlo en la sección “Videos”, bajo la categoría “La Biblia”.
Está claro que fue Jehová quien se encargó de que su Palabra sobreviviera y quedara al alcance de todos.
Este hecho nos confirma que solo con la ayuda de la Biblia podremos acercarnos a él.
Cuando era niño, David Sibrey, de Inglaterra, no pudo leer la Biblia.
Todo lo contrario: le enseñaron tradiciones de hombres.
¿Cómo logró encontrar la verdad?
Nací en 1930.
Mi familia vivía en Littlehampton, una pequeña ciudad costera muy agradable y tranquila.
Me gustaba mucho caminar por el campo.
Mi curiosidad por la naturaleza era mayor que mi interés por los libros.
En 1939, estalló la guerra y nuestra calle se convirtió en zona de combate.
Y, por supuesto, había aviones sobrevolando los cielos.
Un niño menor que yo vivía cerca de mi casa.
Un domingo por la mañana, hubo un ataque aéreo y la casa donde vivía su familia quedó destruida, así que el niño murió.
Recuerdo que le pregunté a mamá: “¿Por qué tuvo que morir?”.
Ella me dijo: “Bueno, él ya está en un lugar mejor.
Está con Dios en el cielo”.
Pero aquella respuesta no me sonaba nada lógica.
No podía entender que Dios fuera responsable de su muerte.
De ser así, él también era el causante de la guerra.
Así que toda aquella experiencia fue deprimente, por decirlo de alguna manera.
Yo entendía que existieran las religiones, pero no lograba entender si tenían algo que ver con lo que estaba pasando a mi alrededor.
Tampoco lograba entender si mi religión podría ayudarme.
Cada vez que iba a la iglesia, llevaba un libro de canciones y otro de oraciones, pero la Biblia se quedaba en casa.
La abrí por primera vez cuando empecé a estudiar con los testigos de Jehová.
Tendría 17 o 18 años cuando empecé a estudiarla.
Un hermano llamado Joe Gladwin me visitó.
Yo no sabía nada de la Biblia.
Así que aceptaba sus explicaciones de buena gana.
Él decía que las basaba en la Biblia.
OK, pero ¿qué opinaban otras personas?
Decidí investigar por mi cuenta.
Comprobé que lo que Joe me decía era cierto.
Me demostró que la Biblia decía la verdad.
Me di cuenta de que la Biblia enseñaba cosas que yo desconocía.
Llevo años coleccionando distintas versiones de la Biblia.
Cuando las he comparado, me ha quedado claro que la Palabra de Dios nunca cambia.
Me bauticé a la edad de 20 años, en 1950.
Desde entonces, he servido en distintas facetas: primero como precursor, luego, en Betel y como superintendente viajante, en circuitos y distritos.
Finalmente, regresé a Betel, a la sección de redacción.
Las asignaciones que he tenido han fortalecido mi convicción: Jehová está al mando; su espíritu nos da las fuerzas para realizar lo que él quiere que hagamos.
Bajo la dirección del Cuerpo Gobernante, el pueblo de Jehová ha crecido hasta convertirse en una organización incomparable.
Sin duda, permanecer en ella es lo mejor que podemos hacer.
Busqué respuestas a las grandes preguntas de la vida en muchos lugares, pero solo las encontré en la Biblia.
¡Cuánto le agradezco a Jehová que no se canse de educarnos!
Es conmovedor ver el aprecio que el hermano Sibrey siente por la Biblia.
¿Recuerdan cómo puede cada uno de nosotros demostrar aprecio por la Palabra de Dios?
Leyéndola, estudiándola, reflexionando en los pensamientos que contiene y, desde luego, poniendo en práctica sus enseñanzas en nuestra vida.
Si hacemos todo eso, permitiremos que el espíritu santo influya en nosotros y moldee nuestros deseos y metas.
Pero pensemos en una persona que, por años, ha albergado gran resentimiento contra alguien más, y que incluso ha pensado en quitarle la vida.
¿Podría ser útil la Palabra de Dios en un caso tan grave?
Recordemos las palabras de Hebreos capítulo 4, versículo 12: “Porque la palabra de Dios es viva, y ejerce poder [...] y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón”.
Sí, Jehová se ha encargado de preservar su Palabra para que nos beneficiemos del poder que esta ejerce.
Vladimir Olkhov y Valery Zaporozhsky, de Rusia, eran enemigos acérrimos, pero vivieron en carne propia lo que la Biblia es capaz de hacer.
Yo era el líder de una pandilla.
Extorsionábamos a las personas, las amenazábamos y arrastrábamos; llevábamos sus negocios a la quiebra.
Nos daban todo lo que tenían.
La gente me tenía miedo, y eso me gustaba.
Nunca perdonaba a nadie.
Y si alguien me traicionaba, yo decía: “Si me tiras una piedra a mí, ¡yo te enterraré en una montaña de rocas!”.
En 1993 trabajaba para la policía.
Me pidieron que consiguiera información de una pandilla cuyo líder era Vladimir Olkhov.
En cierta ocasión, me atraparon mientras cometía un delito.
Juré vengarme de cualquiera que estuviera involucrado en mi arresto.
Durante los interrogatorios, hice todo lo que pude para humillar a Vladimir y hacer que hablara.
¡Nos odiábamos a muerte!
Le dije a Valery: “Recuerda que algún día saldré de prisión y, cuando eso suceda, serás hombre muerto”.
Pensé: “Para empezar, haré volar en pedazos su auto.
Y si no entiende, entonces voy a liquidarlo”.
Sus amenazas sonaron tan serias que temía por mi vida.
Decidí pedirles a mis amigos y conocidos que le hicieran la vida imposible en la prisión y se aseguraran de que nunca saliera.
Vi que un compañero de celda tenía un pequeño Nuevo Testamento y se lo pedí prestado para leerlo.
Al ver mi interés en asuntos espirituales, alguien me dio una revista La Atalaya.
Mientras la leía, me di cuenta de que había personas reales, allá afuera de la prisión, que vivían de una forma muy distinta y que sí tenían una esperanza para el futuro.
Eso me dejó impresionado.
Luego encontré otras 5 revistas en la prisión y también me las devoré.
Estaba convencido de que había encontrado la verdad.
La primera vez que le permitieron a mi esposa visitarme, de inmediato le dije: “¡He encontrado la verdad!”.
Ella aprendió mucho de la Biblia en poco tiempo y se bautizó dos años después.
Su apoyo fue invaluable.
Cuando me visitaba, siempre me animaba a mantener mi fe en Jehová y a ser leal a él.
En 1993, los testigos de Jehová me visitaron y acepté tomar un curso bíblico.
Pero lo que aprendía no me llegaba al corazón.
Un día me invitaron a una reunión social y me dijeron que Vladimir Olkhov —aquel criminal— se iba a bautizar muy pronto y se convertiría en testigo de Jehová.
Sentí un gran cargo de conciencia y, al llegar a casa, rompí a llorar.
Me di cuenta de que debía poner en práctica lo que enseña la Biblia; si Vladimir, a pesar de sus circunstancias, lo había podido hacer, yo también podía.
En ese momento, oré a Dios por primera vez en mi vida.
Salí de prisión en octubre de 1997, y los hermanos organizaron una reunión social para mí.
Me invitaron a esa reunión.
Cuando iba llegando al lugar, ¡me di cuenta de que justo en ese sitio yo había hecho una redada con la policía!
Entonces, vi a Valery cuando entró a la sala.
Simplemente nos abrazamos y nos pusimos a llorar.
Vi en sus ojos una mirada muy diferente a la de antes; ahora tenía una mirada bondadosa.
Se me llenaron los ojos de lágrimas.
Sentí que me quitaban un gran peso de encima.
Le dije: “¡Mi hermano!”.
Y nos pedimos perdón.
El 23 de noviembre de 1997 me bauticé en la misma piscina que mi nuevo amigo, Valery.
Realmente nos hicimos muy buenos amigos, y ahora servimos como ancianos en la misma congregación.
Con frecuencia, mi esposa y yo hablamos sobre cómo sería nuestra vida si no hubiésemos estudiado la Biblia.
¡Tal vez ni siquiera estaríamos vivos!
Nuestra familia se ha mantenido unida.
Y, además, ahora tenemos una familia espiritual en la congregación.
Mi antiguo enemigo ahora es mi hermano y mi mejor amigo.
Sobre todo, hemos podido cultivar una relación muy estrecha con Jehová.
Solo Dios puede cambiar la forma de pensar de enemigos que se odian tanto como Vlad y yo lo hacíamos.
Anhelo ver el día en el que todo lo que divide a las personas deje de existir para siempre.
¿Pudieron notar una de las razones por las que Jehová ha impedido que su Palabra sea eliminada?
Él sabía cuánto nos ayudaría tenerla a nuestro alcance.
Su mensaje es poderoso...
tanto que pudo motivar a Vladimir y a Valery a cambiar e incluso convertirse en grandes amigos.
Aunque pocos siervos de Jehová han traducido la Biblia directamente, todos podemos llevar su mensaje a las personas y ayudarlas a acercarse a Jehová.
En la siguiente escenificación veremos a una familia participar en las actividades cristianas y lo que tuvieron que hacer para mejorar su ministerio.
OK, OK.
Ya vimos cómo termina esta historia.
No hay sorpresas.
La pregunta es: “¿Cómo llegamos a este punto?” Dicho sea de paso,
nunca pensé que necesitáramos ayuda en nuestro ministerio.
Mi esposa y mi hija ya eran precursoras regulares.
Y mi hijo era un buen publicador.
Y aunque mi horario aún no me permitía ser precursor, hacía todo lo que podía para apoyarlos.
Siempre pensé que el mejor apoyo que podía darles era predicar con ellos tanto como fuera posible.
Pero pronto me di cuenta de que necesitaba hacer más.
Nuestro superintendente de grupo se había esmerado por trabajar regularmente con nosotros en el ministerio las últimas semanas y bondadosamente había mencionado algunos aspectos en que mejorar.
Aunque predicábamos muchas horas, me hizo ver que cada vez teníamos menos revisitas.
Es cierto que mis hijos y yo estudiábamos juntos, pero nadie más en la familia estaba dando cursos bíblicos.
Le pregunté qué podríamos hacer para mejorar la calidad de nuestro ministerio.
Me mostró Romanos 15:19, donde destacó estas palabras del apóstol Pablo: Nos sugirió que en la próxima sesión de estudio en familia analizáramos el ministerio de Pablo, para ver qué podíamos aprender de su ejemplo.
Al reflexionar en el ejemplo del apóstol Pablo, nos dimos cuenta de que para ser más productivos necesitábamos valor.
Efesios 6:19 dice: Rina también destacó que Pablo razonaba con la gente y la persuadía.
Y a Keiko le gustó la forma en que él buscaba un terreno común con quienes conversaba.
Una vez incluso habló de un altar a un dios desconocido con la intención de dirigir la conversación hacia Jehová.
Finalmente, Haruto citó 2 Timoteo donde se dice que Pablo era un trabajador que no tenía de qué avergonzarse, que manejaba la palabra de la verdad correctamente.
Sin duda era hábil al usar las Escrituras para dar testimonio.
¿Lo ven?
Les dije que ya sabían cómo acabaría la historia.
Empecé a servir como precursor auxiliar.
Ahora tenemos muchas revisitas y varios estudiantes que están progresando.
Pero ¿cómo llegamos hasta aquí?
Aprendimos del ejemplo del apóstol Pablo, de cómo “predicó cabalmente las buenas nuevas”.
El superintendente de grupo podría haberse limitado a decirle al padre lo que su familia debía hacer para mejorar.
Pero, en vez de eso, le leyó de la Biblia el principio que les ayudaría.
Después de todo, la Palabra de Dios fue inspirada para enseñar.
En el siglo XVI, las traducciones de la Biblia en los idiomas más comunes se abrieron paso en Europa.
Pero hubo otros lugares más lejanos que tuvieron que esperar mucho más.
No fue sino hasta 1766 que se publicaron las Escrituras Griegas —o Nuevo Testamento— en groenlandés, idioma que hablan unas 50.000 personas hoy.
En agosto del año pasado tuve la oportunidad de estar en una asamblea regional en Groenlandia.
La obra en esta isla la supervisa la sucursal de Escandinavia.
La frontera norte de Terranova —donde fui precursor por 11 años— colinda precisamente con Groenlandia, por lo que fue un placer para mí visitar a los hermanos allí.
Unos 400 hermanos viajaron desde distintas partes de Escandinavia para asistir a esta asamblea.
Groenlandia está cubierta de hielo, pero hay en ella muchos corazones cálidos que anhelan conocer la verdad.
Cuando Jesús habló de predicar
hasta la parte más distante de la Tierra,
supongo que tenía en mente a Groenlandia.
Me llamo Arne Mattsson.
Mi esposa, Karin, y yo llevamos más de 34 años viviendo aquí.
Y hemos disfrutado de experiencias maravillosas al recorrer todo el país predicando el Reino de Dios.
En los años 50 llegaron a Groenlandia los primeros Testigos: dos precursores especiales jóvenes.
Viajaban en bote de poblado en poblado, con sus tiendas de campaña y sus herramientas.
Hicieron frente a los ministros de la localidad,
al frío, y hasta a perros de trineo que se llevaban su comida.
Ellos dieron comienzo al gran esfuerzo que se ha hecho para predicar en todo el país.
Durante los siguientes 20 años llegaron muchas familias de Dinamarca para ayudar en la predicación.
Recuerdo que en 1971, siendo un adolescente, mi familia y yo nos mudamos de Dinamarca a Groenlandia.
No era fácil aprender el idioma, pero los hermanos daneses hicieron su mejor esfuerzo, y eso tuvo un efecto positivo en la gente del territorio.
En 1973, La Atalaya se publicó por primera vez en groenlandés.
Tan solo pronunciar su nombre, Napassuliakˈ Alapernaerssuivfik, era un desafío.
Pero, desde entonces, ha sido muy bien recibida en Groenlandia.
En una ocasión conocimos a una pareja que durante años había recibido ejemplares de La Atalaya cuando se predicaba en su poblado.
Nos contaron que a menudo se despertaban deprimidos, pero que cuando leían las revistas se sentían mejor.
Y, por ello, leían los ejemplares una y otra vez.
Cuando baja la temperatura y cae nieve, una hermosa capa blanca cubre el paisaje durante medio año.
Por lo que los publicadores aprovechan bien el tiempo en los meses menos fríos.
En algunos lugares solo se predica de vez en cuando.
Como no hay caminos que conecten los poblados, llegamos a las zonas aisladas en bote.
Cuando alguien muestra interés en el mensaje, nos mantenemos en contacto por teléfono.
La gente respeta mucho la Biblia.
De hecho, Mi libro de historias bíblicas ya se ha ganado un lugar en muchísimos hogares.
A lo largo de 24 años, Karin y yo hemos navegado lo equivalente a dar dos vueltas alrededor de la Tierra.
Esto nos ha costado mucho esfuerzo y dinero; pero, con la bendición de Jehová, hemos logrado predicar año tras año hasta las partes más distantes de Groenlandia.
Predicar aquí es muy agradable.
La gente es amable y atenta.
Aun así, tuvieron que pasar 18 años de intensa predicación para que se bautizara el primer groenlandés.
Hoy hay más de 150 publicadores, en 5 congregaciones.
Jehová ha bendecido en gran medida la obra que se ha llevado a cabo durante más de 60 años.
En agosto de 2016 se celebró una asamblea especial en Nuuk, la capital del país.
Asistieron hermanos de toda Escandinavia.
Resultó muy animadora la visita de un miembro del Cuerpo Gobernante, el hermano Mark Sanderson, quien fortaleció nuestra fe con sus discursos.
Creo que es un gran honor entender la verdad.
Es asombroso que Jehová se fije en un ser humano tan insignificante como yo.
Cuando comencé a vivir según las enseñanzas y principios de la Biblia, comprendí claramente cuánto me beneficiaba lo que aprendía.
Aunque vivimos en poblados pequeños y muy alejados del resto del mundo, después de esta asamblea, nos sentimos más cerca que nunca de la hermandad mundial.
La asistencia máxima a esta asamblea fue de 614: la más grande en la historia de Groenlandia.
Los hermanos que llegaron desde otras partes de Escandinavia también participaron en una campaña para invitar a las personas a asistir.
En solo dos horas abarcaron toda la capital, la ciudad de Nuuk.
¡Qué gran testimonio!
Y hablando de dar testimonio “hasta la parte más distante de la tierra”, les diré que hace poco el hermano Geoffrey Jackson, del Cuerpo Gobernante, explicó en la adoración matutina cómo se tradujo la Biblia en muchos otros idiomas durante el siglo XIX.
Les alegrará saber que ya pueden ver este segmento en la sección “Videos”.
Se titula: Un mensaje que llega “hasta la parte más distante de la tierra”.
Y en los próximos días se publicará un fragmento de la reunión anual de 2011 que van a disfrutar mucho.
Es una entrevista a 5 hermanas viudas de miembros del Cuerpo Gobernante.
Ellas nos cuentan cómo aprendieron de Jehová, así como algunos valiosos recuerdos de su servicio fiel.
El video se titula: Entrevista a hermanas fieles: Viudas de miembros del Cuerpo Gobernante.
Y lo encontrarán en la categoría de “Entrevistas y experiencias”, de la sección “Videos”.
¿Verdad que la Biblia es un maravilloso regalo de Jehová?
Y él no se conformó con dárnosla: también se aseguró vez tras vez de que se preservara para que nos beneficiáramos de ella.
En este programa conocimos a personas como David Sibrey, Vladimir Olkhov y Valery Zaporozhsky, quienes han sido testigos del poder que ejerce la Palabra de Dios y de la guía que nos da.
También aprendimos que la Biblia es “provechosa para enseñar” y “para rectificar las cosas”, pues pudimos observar cuánto se benefició una familia de seguir el ejemplo del apóstol Pablo en la predicación.
En efecto, la Palabra de Dios ha durado y seguirá durando para siempre.
Como ustedes saben, el día 3 de abril de 2017 se abrirán al público las exhibiciones en Warwick.
Además de la magnífica exhibición titulada “La Biblia y el nombre divino”, también habrá otra exhibición que demuestra que la Palabra de Dios dura para siempre.
Por favor, vengan a verla.
Encontrarán una impresionante colección de Biblias, que ilustra muy bien lo que se ha dicho en este programa.
El salmista escribió bajo inspiración: “¡Cómo amo tu ley!”.
Y nosotros nos sentimos igual: ¡amamos a Jehová y su Palabra!
Y también la amaron millones de personas de siglos pasados, incluidos aquellos a quienes Jehová utilizó para preservarla.
Con esto en mente, disfrutemos del video musical de este mes, titulado: Tu Palabra durará por siempre.
♪♪ Con la fuerza del sol ardía en su corazón el celo por anunciar a su prójimo tu amor.
Claramente se ven los frutos de su labor, pues en mis manos, Jehová, este tesoro tengo yo hoy.
Al ver su corazón, les diste tu aprobación para escribir, también, traducir cada letra sin excepción.
(Estribillo) Es tu Palabra, Jehová, y por siempre durará.
Su mensaje de paz ilumina mi andar.
Mi tesoro por siempre será.
Por más que intentaron borrar tu Libro, oh Jehová, con lealtad e integridad defendido fue hasta el final.
Y aunque su vida peligrara ante la cruel persecución, tus leales, Jehová, no cedieron jamás.
¡Cumplieron con su comisión!
(Estribillo) Es tu Palabra, oh Jehová Dios, y por siempre durará.
Su mensaje de paz ilumina mi andar.
Mi tesoro por siempre será.
Vas a santificar tu gran nombre y cumplir tu voluntad.
Gloria a ti se dará porque no fallarán tus promesas nunca jamás.
(Estribillo) Oh, Jehová, es tu Palabra y por siempre ella durará.
Su mensaje de paz ilumina mi andar.
Mi tesoro por siempre será.
¡Amo tu ley! ♪♪ ¡Qué hermosa canción!
Para finalizar este programa, recibamos los saludos de nuestros hermanos de Mali, país que se encuentra en la parte occidental de África.
Una buena parte de él está en el desierto del Sahara, por lo que su extremo norte es caliente y está cubierto de arena.
En cambio, en su extremo sur corre el río Níger, por lo que es verde y está lleno de bosques y vegetación.
Los Testigos de Mali tienen mucho trabajo, ya que solo hay 1 publicador por cada 59.000 habitantes.
Además, las distancias son larguísimas.
Solo hay unos 300 publicadores, quienes deben cubrir una región dos veces más grande que Francia.
Mali es uno de los países más calientes del planeta, por lo que algunas congregaciones y grupos tienen sus reuniones bajo la fresca sombra de un árbol.
El idioma oficial es el francés, pero la mayoría de sus habitantes entiende mejor una lengua local llamada bambara.
Por eso casi todas las reuniones se realizan en bambara o se interpretan a dicho idioma.
Y hace poco se dieron clases de otra lengua local llamada bomu.
Además, hay 1 grupo de lenguaje de señas americano con 7 publicadores, que atienden un territorio de más de 350.000 habitantes con deficiencias auditivas.
La asistencia a la Conmemoración del año pasado superó los 1.100.
Hubo un hombre que recibió la invitación y caminó 3 kilómetros (casi 2 millas) para asistir, a pesar de que tenía un problema en los pies.
Ahora asiste regularmente a las reuniones y está progresando muy bien.
Hace poco se construyó un Salón del Reino en la capital.
Las autoridades municipales y estatales, los vecinos y muchos otros que pasaban por allí se sorprendían al ver el salón.
Varios de ellos incluso hablaron bien de los trabajadores voluntarios.
Nuestros hermanos de Mali nos envían su amor.
Y nosotros a ellos, y a todos ustedes.
Esto ha sido JW Broadcasting, desde la central mundial de los testigos de Jehová.