Empezaremos el programa de hoy hablando de las siguientes palabras: “Sirvan a Jehová con alegría”.
Esto es lo que dice el Salmo 100:2.
Ahora bien, ¿servimos a Jehová con alegría siempre?
Supongo que estarán de acuerdo conmigo en que a veces es difícil estar contentos.
Por eso, ¿de verdad es tan importante servir a Jehová con alegría?
¿Y qué significan estas palabras?
Dicho de otro modo, ¿qué implica servir a Jehová con la actitud alegre que él espera de nosotros?
¿Y qué podemos hacer para servir felices a Jehová y mantener una actitud alegre?
¿Por qué decimos que es importante servir a Jehová con alegría?
Bueno, nosotros queremos reflejar la personalidad de Jehová.
Y en 1 Timoteo 1:11 a él se le llama “el Dios feliz”.
¿Verdad que es lógico que Jehová espere que seamos felices sirviéndole?
Vamos a leer en el capítulo 28 de Deuteronomio algo que Dios les dijo a los israelitas.
Jehová les dio una advertencia.
Les dijo lo que les iba a pasar si le desobedecían y si dejaban de servirle con alegría.
Deuteronomio, capítulo 28, a partir del versículo 45, dice: Jehová había cuidado muy bien a los israelitas, aun así ellos no estaban contentos.
A Jehová no le gustó nada esa actitud.
Esto nos muestra que para Jehová es muy importante que le sirvamos con alegría.
Jesús también enseó que esto es importante.
Por ejemplo, en el Sermón del Monte, él les explicó a los que lo escuchaban cómo ser felices.
A veces, a esta parte del capítulo 5 de Mateo la han llamado las nueve felicidades.
Tiempo después, el apóstol Pablo escribió sobre “el fruto del espíritu”.
La felicidad es una de las cualidades del fruto del espíritu.
Es importante que seamos felices, y con la ayuda de su espíritu Jehová nos ayuda a servirle con alegría.
Pero ¿es realista esperar que estemos todo el día alegres sonriendo y cantando todo el tiempo?
No, eso no es lo que Jehová espera.
Todos tenemos personalidades diferentes y expresamos nuestra alegría de distintas maneras.
Además, hay momentos en la vida en los que nos sentimos tristes y decepcionados.
Y Jehová sabe muy bien que algunos de nosotros no tenemos buena salud.
Otros quizás estén luchando contra la depresión, y por eso no siempre pueden expresar alegría.
Aun así, él nos quiere a todos y nos valora muchísimo.
Entonces, ¿qué tipo de alegría espera Jehová que demostremos?
¿Qué es exactamente este espíritu o actitud alegre?
Aquí en Deuteronomio la palabra “alegría” se refiere a la felicidad que sentimos interiormente y a nuestra manera de expresarla.
La Biblia también habla de “un corazón contento”.
El corazón representa a la persona que somos en el interior.
Y se puede ver la clase de persona que somos por dentro por las cosas que hacemos, nuestros deseos, sentimientos, emociones, pensamientos, etcétera.
Así que, como hemos visto, la felicidad está en nuestro interior.
Pero ¿depende la felicidad de la que estamos hablando de las circunstancias?
Por ejemplo, ¿verdad que a todos nos gustan los días soleados?
Pero, si fuéramos un agricultor que necesita urgentemente la lluvia para que crezcan sus cosechas, ¿cómo nos sentiríamos?
Probablemente estaríamos más felices si lloviera.
En estos últimos días, es muy difícil, por no decir imposible, no tener problemas.
Así que está claro que nuestra felicidad al servir a Jehová no depende de nuestras circunstancias.
Y en este programa y en nuestras publicaciones hemos visto muchos ejemplos de hermanos que han conseguido ser felices sirviendo a Jehová a pesar de circunstancias difíciles, como la mala salud o la oposición.
Entonces, ¿qué puede ayudarnos a ser personas felices?
Para contestar esta pregunta, ¿qué les parece si hacemos un pequeño experimento?
Por favor, cierren los ojos un momento.
¿Ya los tienen cerrados?
Pues, ahora, piensen en una manzana.
Ya pueden abrir los ojos de nuevo.
Déjenme preguntarles algo: ¿pensaron en una manzana roja, una manzana verde o una manzana amarilla?
¿Por qué vieron un color?
Si yo solo les pedí que pensaran en una manzana...
La respuesta es...
porque pensamos en imágenes.
De hecho, a diario nos vienen a la mente incontables imágenes.
Podríamos decir que es como si apiláramos todas esas imágenes en un montón.
Y, cuando volvemos a pensar en algo por segunda vez, es como si sacáramos esa imagen de abajo y la pusiéramos encima del montón.
Cuanto más tiempo pasa sin que pensemos en una imagen, más abajo se va quedando en el montón y más difícil es recordarla.
Este montón de imágenes representa nuestros pensamientos, que influyen en nuestras emociones.
Incluso los pensamientos de los que no estamos conscientes influyen en cómo nos sentimos.
Pueden hacer que nos sintamos tristes o contentos, aburridos o entusiasmados, y así por el estilo.
Jehová, nuestro Creador, conoce muy bien la conexión que hay entre los pensamientos y las imágenes.
Busquemos 2 Reyes, capítulo 6, para ver un ejemplo de cómo se valió Jehová de esto para ayudar a alguien.
Aquí encontramos la historia del rey de Siria, que quería atrapar a Eliseo.
¿Cómo se sentía el sirviente de Eliseo?
Vamos a verlo en 2 Reyes, capítulo 6, a partir del versículo 15: El sirviente de Eliseo tenía mucho miedo.
Probablemente estaba pensando en lo indefensos que estaban, y ya se veía siendo capturado por el ejército sirio.
¿Podría Eliseo ayudar a su sirviente?
El versículo 16 dice: En otras palabras, Eliseo estaba diciendo: “Piensa en otra cosa.
Piensa en que son más los que están con nosotros”.
¿Funcionó eso?
Parece que al sirviente le costó concentrarse en ese pensamiento animador.
No era capaz de visualizar a Jehová rescatándolos.
¿Cómo ayudó Jehová al sirviente?
Veámoslo en 2 Reyes 6:17: Jehová ayudó al sirviente con imágenes.
Los caballos y los carros llamaron su atención.
Ahora sus pensamientos estaban centrados en el hecho de que Jehová estaba con ellos y lo tenía todo bajo control.
Podía imaginarse a Jehová venciendo, y dejó de tener miedo.
Se sentía feliz.
Lo que vio influyó en sus pensamientos y cambió su estado de ánimo.
Los pensamientos tienen mucho poder.
Y qué comprensivo fue Jehová.
Recordemos que al final Jehová no usó ni los caballos ni los carros.
Salvó a Eliseo y a su sirviente dejando ciegos a los soldados sirios.
Comparemos los sentimientos de Eliseo con los de su sirviente.
¿Por qué eran diferentes?
Sus circunstancias eran exactamente las mismas.
Pero sus pensamientos eran distintos.
Bueno, ¿qué tiene que ver todo esto con nuestro tema, “Sirvan a Jehová con alegría”?
Ya hemos visto que Jehová espera que seamos felices.
También hemos visto que los pensamientos son como imágenes que influyen en nosotros y en cómo nos sentimos.
Las imágenes y los pensamientos están muy conectados entre sí.
El apóstol Pablo en Romanos 12:2 explicó lo importantes que son los pensamientos cuando dijo: “Transfórmense renovando su mente”.
Y en Efesios 4:23 recalcó esta idea al decir: “Deben seguir renovando su forma de pensar”.
Estos textos muestran que los pensamientos son muy importantes y determinan la clase de persona que somos.
Además, Pablo sabía que podemos cambiar nuestra forma de pensar.
Por favor, busquen conmigo 2 Corintios, capítulo 10, y veamos lo que Pablo nos recomienda hacer.
Aquí, en 2 Corintios 10:5, dice: Eso es exactamente lo que debemos hacer: controlar lo que pensamos.
Evitemos llenar nuestra mente de pensamientos que debiliten nuestra fe o que debiliten nuestro deseo de servir a Jehová.
Recordemos: los pensamientos son como imágenes que se quedan grabadas en la mente.
No podemos borrarlas, y van a influir en nuestros sentimientos.
Pero hay algo más que podemos hacer.
¿Están listos para un segundo experimento?
Por favor, cierren de nuevo los ojos y no piensen en una manzana.
Ya pueden abrir los ojos.
¿Consiguieron no pensar en una manzana?
Si lo lograron, probablemente tuvieron que obligarse a pensar en otra cosa.
Estamos hechos para pensar siempre en algo.
La clave para ser felices sirviendo a Jehová está no solo en evitar los pensamientos negativos, sino en pensar en cosas positivas.
Algunas de estas se encuentran en Filipenses 4.
El versículo 8 dice: Si pensamos y meditamos en estas cosas positivas, formaremos imágenes en nuestra mente que nos ayudarán a ser felices sirviendo a Jehová.
Servir a Jehová con alegría depende de nosotros.
Nuestra felicidad no depende de las circunstancias que tengamos, sino de que hagamos las cosas a la manera de Jehová.
Si nos esforzamos por controlar nuestros pensamientos, llenaremos nuestra mente de imágenes agradables.
Incluso si en el pasado hemos vivido cosas que nos impiden expresar alegría, con el tiempo esas imágenes desagradables quedarán enterradas debajo de pensamientos como los que leímos en el capítulo 4 de Filipenses.
Poco a poco tendremos más paz interior y seremos más felices, y otros podrán verlo.
Jehová, nuestro Dios feliz, valora mucho todos los esfuerzos que hagamos por servirle con alegría, porque para él eso es muy importante.