JW Broadcasting: Enero de 2020 (reunión anual del 2019)

Les damos a todos una cordial bienvenida.

Este es el programa de enero de 2020 de JW Broadcasting®.

¡Qué emoción se respiraba entre los hermanos de todo el mundo que se reunieron en el Salón de Asambleas de Newburgh, Nueva York, para disfrutar de la reunión anual el 5 de octubre de 2019!

Hubo informes muy animadores y anuncios emocionantes que dejaron claro que Jehová está bendiciendo la predicación.

Ahora ustedes también podrán escucharlos.

Esperamos que les guste la primera parte de la reunión anual del 2019.

He elegido el título “Su Líder es uno, el Cristo”, que está basado en Mateo 23:10.

Desde la época de Nemrod, en Babilonia, el mundo ha visto muchos líderes, tanto religiosos como políticos.

Cuando Hitler gobernaba en Alemania, los nazis crearon un eslogan: “Un pueblo, un imperio, un líder”.

Pero ¿qué le ocurrió a aquel líder?

Después de causar la muerte de millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, según se dice, se suicidó.

Los líderes humanos han fracasado.

¿Por qué?

Una razón es que no amaban lo suficiente a Dios y a las personas.

Usaron su posición para conseguir riquezas, fama y poder.

Otros tenían buenas intenciones pero, aun así, fracasaron.

¿Por qué?

Porque los seres humanos imperfectos no pueden dirigir o liderar de manera perfecta a los demás.

En el pasado, Jehová era el Líder de la nación de Israel.

Él les dijo lo que menciona Levítico 11:45: “Porque yo soy Jehová, el que los sacó de la tierra de Egipto para ser su Dios”.

Pero nombró a Moisés su representante, aunque era imperfecto, para que liderara a su pueblo.

Después eligió a Josué, más tarde a los jueces y luego a los reyes.

Aun así, la gente a veces los rechazó como líderes.

Pero hoy, existe un Líder que es perfecto: Jesucristo.

Fue nombrado por Jehová.

Tenemos un Líder que no es como los humanos; está libre de pecado.

Su sabiduría y su justicia son perfectas.

Es más poderoso que todos los líderes humanos juntos.

Su amor también es perfecto.

Es un Líder que dio su vida por todos.

¿Verdad que todos apreciamos su dirección?

Seguro que sí.

Una manera en que Jesús dirigió a sus discípulos fue con su ejemplo y, a la vez, mostrando humildad al tratar con otros.

Él ha mostrado amor a sus discípulos durante siglos hasta hoy día fortaleciéndolos cuando los han perseguido.

Nunca los ha abandonado, tal como dijo en Mateo 28:19, 20.

¿Quieren seguir su dirección?

Estoy seguro de ello.

En el primer siglo, en el Pentecostés del año 33, se formó la congregación cristiana.

Había un cuerpo gobernante de cristianos maduros, los apóstoles, quienes eran responsables de dirigir la congregación.

Cuando algunos de ellos fueron ejecutados o murieron por enfermedad o por vejez, se nombró a otros ungidos para formar parte de ese grupo.

Igualmente, el Cuerpo Gobernante de la actualidad no tiene una cantidad fija de miembros.

En el primer siglo, el espíritu santo guiaba al cuerpo gobernante y, en asuntos doctrinales, incluso lo inspiraba.

Hoy día, el espíritu no lo inspira, pero sí lo guía.

Por eso, aceptar la dirección de Cristo implica ser sumisos y cooperar con sus hermanos espirituales y con otros superintendentes nombrados.

Después del hermano Russell, el hermano Rutherford se convirtió en presidente de la Sociedad, nuestro líder humano en aquel tiempo.

Es cierto que al principio quería que los demás lo vieran como el líder de la organización, pero después cambió de actitud porque se dio cuenta de que los hermanos no tenían que considerarlo el líder.

El libro Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios, en la página 220, dice: “En 1941, en la asamblea de San Luis (Misuri), poco antes de su muerte, habló sobre el acaudillamiento y dijo: ‘Quiero que cualesquier extraños que haya aquí sepan lo que ustedes piensan acerca de que un hombre sea el caudillo o líder de ustedes, para que no lo vayan a olvidar. [...] Si hay alguna persona en este auditorio que piense que yo, este hombre de pie aquí, es el caudillo de los testigos de Jehová, que diga Sí’.

La respuesta fue un silencio impresionante, roto solo por un categórico ‘No’ por parte de algunos del auditorio.

El orador prosiguió: ‘Si ustedes los que están aquí creen que yo soy solo uno de los siervos del Señor, y que estamos trabajando hombro a hombro en unidad, sirviendo a Dios y sirviendo a Cristo, digan Sí’.

Al unísono la asamblea respondió con un contundente ‘¡Sí!’”.

De enero de 1942 a junio de 1977, el hermano Nathan Knorr fue el presidente de la Sociedad.

Poco a poco, el presidente fue teniendo menos autoridad porque Jehová ayudó a su pueblo a entender que debía ser el Cuerpo Gobernante como grupo quien tomara las decisiones, y no una sola persona.

Hoy en día, Jesús sigue siendo el Líder que dirige las congregaciones.

También dirige la predicación mundial desde el cielo.

Pero le ha delegado autoridad al “esclavo fiel y prudente”, es decir, el Cuerpo Gobernante, mediante el cual suministra alimento espiritual al tiempo debido, tal como dice Mateo 24:45-47.

Ningún miembro del Cuerpo Gobernante tiene el título de líder, ya que Jesús dijo que ninguno de sus discípulos debía ser llamado líder, según Mateo 23:10-12.

La expresión “cuerpo gobernante” apareció por primera vez en la página 328 de “La Atalaya” en inglés del 1 de noviembre de 1944, en el artículo “La organización teocrática en acción”.

Pero, en realidad, en 1944 todavía no había un Cuerpo Gobernante que tomara decisiones de forma colectiva.

Hubo un cambio histórico el 6 de septiembre de 1971.

Se decidió que la presidencia del Cuerpo Gobernante rotara anualmente en orden alfabético.

El 1 de octubre de 1971, el hermano Frederick Franz fue nombrado presidente del Cuerpo Gobernante por un año, tal como se indica en el libro “Proclamadores”, página 106.

A partir de 1971, el Cuerpo Gobernante fue teniendo cada vez más miembros.

Con el tiempo, llegó a haber 18.

Cuando se formó el Cuerpo Gobernante, se dejó por escrito que ningún miembro era superior a los demás; todos eran igual de iguales.

¿Quién fue el más importante de los 12 apóstoles?

Ninguno.

En Apocalipsis, capítulo 21, versículo 14, se hace una descripción simbólica de la Nueva Jerusalén —el Reino mesiánico— y se dice que habrá “12 apóstoles del Cordero”, pero no dice que ningún apóstol sea superior a los demás.

El Cuerpo Gobernante también nombra ayudantes que colaboran con ellos, y esto se puso en marcha en 1992.

Todos los comités del Cuerpo Gobernante cuentan con ayudantes, y ahora mismo hay más de treinta.

Estos ayudantes participan en las reuniones del comité del Cuerpo Gobernante en el que están asignados.

Ellos no toman decisiones, pero aportan ideas y sugerencias.

Y también se aseguran de que las decisiones que se toman se llevan a cabo.

El Cuerpo Gobernante también nombra Comités de Sucursal y Comités de País en diferentes lugares del mundo, que supervisan la obra en uno o más países.

¿Y quién es el más importante en un Comité de Sucursal?

Nadie.

El más importante es Cristo.

Los Comités de Sucursal también tienen un presidente que rota anualmente por orden alfabético.

Esto es así desde 1976.

El presidente del Comité de Sucursal de Estados Unidos a partir de enero será el hermano Lon Schilling.

¿Quién es el líder en un cuerpo de ancianos?

Bueno, aunque todos dirigen la congregación, no hay que ver a ninguno como el más importante.

Y los ancianos no rotan.

En cierto sentido, se podría decir que Jesús es el más importante, su Líder.

Es la cabeza de la congregación.

Los coordinadores de los cuerpos de ancianos no rotan, pero saben que no hay ningún anciano superior a los demás.

Todos son igual de iguales.

¿Estamos convencidos de que nuestro Líder es Cristo?

Bueno, no seguimos a ningún hombre.

Así que estemos resueltos a aprender más sobre nuestro Líder, a imitarlo en nuestro día a día.

Jehová nos amará si seguimos ahora al Líder que él ha nombrado y, si lo hacemos, tendremos el honor de seguirlo para siempre, por toda la eternidad.

Ahora tendremos el privilegio de escuchar al hermano Stephen Lett, del Cuerpo Gobernante.

Nos hablará de lo siguiente: “Nuestras labores de socorro, un medio que Jehová usa para ayudarnos”.

Jehová es un Dios maravilloso; un Dios de consuelo y alivio.

En el otro extremo está Satanás el Diablo; un dios horrible que provoca dolor y sufrimiento.

De hecho, se podría decir que Satanás tiene la culpa de todo el dolor y sufrimiento que causan los desastres naturales.

¿Por qué decimos esto?

Bueno, Jehová puede controlar el clima, pero, al alejar a los humanos de Dios, Satanás los privó de esa protección.

Además, bajo la gobernación de Satanás, los humanos han administrado muy mal la Tierra y sus recursos.

Esto ha provocado cambios climáticos que, sin lugar a dudas, han contribuido al aumento de los desastres naturales.

Por eso, estamos muy agradecidos de que Jehová sea, como dijimos antes, un Dios de consuelo y alivio.

Una de las maneras en las que hace honor a este título es motivándonos a participar en labores de socorro para ayudar a los hermanos que han sido víctimas de una catástrofe natural.

Y, cuando permitimos que Jehová nos utilice de esta manera, estamos imitando a nuestros hermanos del siglo primero.

Vayamos por favor a Hechos 11:29.

Es alrededor del año 46 de nuestra era, y los hermanos de Judea están pasando un hambre terrible.

Como el precio de la comida está por las nubes, los hermanos no pueden comprarla.

La situación es muy muy grave.

¿Qué hacen los hermanos de Antioquía, tanto judíos como gentiles, para ayudar a sus hermanos de Judea?

Vamos a verlo leyendo a partir del versículo 29: “Así que los discípulos decidieron enviarles ayuda, cada uno según sus posibilidades, a los hermanos que vivían en Judea.

Y eso hicieron.

Les enviaron la ayuda a los ancianos mediante Bernabé y Saulo”.

¿Pueden imaginarse lo agradecidos que se sintieron los hermanos de Judea cuando recibieron la ayuda de sus hermanos de Antioquía?

¿Y pueden imaginarse lo contento que se sintió Jehová con lo que hicieron los cristianos de Antioquía por sus hermanos necesitados?

Este relato es solo un ejemplo de las muchas ocasiones en las que los hermanos que viven en una zona participan en labores de socorro para ayudar a los hermanos de otra zona.

Ahora bien, ¿de qué maneras específicas nos ayuda Jehová a través de las labores de socorro?

Vamos a analizar tres.

Una: ayuda física.

Se suplen las necesidades básicas de los hermanos, como comida, ropa, alojamiento, medicinas, primeros auxilios...

Dos: ayuda emocional.

Se les recuerda que no están solos.

Jehová está con ellos, y también sus hermanos están con ellos en estos momentos de angustia.

Y la más importante: ayuda espiritual.

Nos aseguramos de que nuestros hermanos tengan lo que necesitan para reanudar sus actividades espirituales lo antes posible.

Ahora bien, para que puedan continuar con su rutina espiritual, necesitan tener cierta estabilidad en su vida.

A menudo esto significa que hay que reparar o reconstruir los Salones del Reino e incluso, en muchos casos, sus casas.

Así ellos pueden continuar con sus actividades espirituales.

Ahora vamos a ver un video que muestra cómo los hermanos de Indonesia recibieron ayuda para reanudar su rutina espiritual después de que, en el 2018, un terremoto y un tsunami azotaran la zona.

Cuatro días después del terremoto, empezamos a evacuar a 132 personas.

El jueves por la mañana, el día después de la evacuación, llegamos a Poso cuatro hermanos de la sucursal.

Las congregaciones de Poso y Palu se juntaron para una reunión en la que un miembro del Comité de Sucursal presentó un discurso.

Era importante cuidar de las necesidades espirituales de nuestros hermanos y hermanas, y, aunque parezca increíble, no se canceló ni una sola reunión.

Varios de los que veníamos de la sucursal presentamos discursos para animar a los publicadores.

También se celebraron reuniones para predicar, y los publicadores salieron al ministerio solo un par de días después de la evacuación.

Tuvimos la oportunidad de predicar en Poso.

Muchas personas tenían ganas de hablar de lo que había ocurrido en Palu.

Escucharon el mensaje de la Biblia y pidieron que los volviéramos a visitar.

Después de hacer una reunión para predicar en el Salón del Reino de Poso, pudimos mostrarles a varias personas sordas videos de jw.org® en lenguaje de señas.

Aunque vivimos un desastre natural, pudimos seguir yendo a las reuniones y a predicar.

Le doy muchas gracias a Jehová, a los hermanos de la sucursal y a otros que oraron por nosotros, nos pusieron un buen ejemplo y estuvieron aquí.

Nos ayudaron a aguantar y a seguir confiando en Jehová pase lo que pase.

Con nuestras labores de socorro demostramos que imitamos al Dios de consuelo y alivio, y que obedecemos el mandato que se encuentra en Efesios 5:1, 2, donde dice: “Por lo tanto, imiten a Dios como hijos amados y sigan el camino del amor”.

Si lo pensamos bien, nosotros fuimos creados para imitar a Jehová.

Fuimos hechos a su imagen, ¿verdad?

Los animales, en cambio, no pueden imitar a Jehová, un Dios de amor, consuelo y alivio.

Por ejemplo, no nos imaginamos a un perro pensando: “¿Sabes qué?

Me siento fatal por haberle quitado el hueso a otro perro.

Voy a tratar de no ser tan egoísta”.

Tampoco nos imaginamos a un caballo contemplando una puesta de sol y diciendo: “¡Oooh! Esta puesta de sol me hace querer más a mi Creador.

Voy a esforzarme por agradarle más en el futuro”.

¿Y se imaginan a un águila orando: “Señor, muchas gracias por el pescado que me voy a comer”?

Los animales no están hechos a la imagen de Dios; nosotros sí.

Nosotros podemos imitar a nuestro amoroso Dios de consuelo y alivio.

Una pregunta: ¿de qué maneras glorifican a Jehová nuestras labores de socorro?

Vamos a ver tres maneras.

La primera: demuestran que somos cristianos verdaderos, y eso le da honra a Jehová.

Segunda: nos une a la hermandad.

El amor y la oración nos unen.

En cuanto nos enteramos de que un desastre ha afectado a nuestros hermanos, ¿qué hacemos?

Empezamos a orar por ellos, ¿verdad?

Y, cuando los ayudamos, entonces ellos empiezan a orar por nosotros y a colaborar con nosotros.

Así que también nos une trabajar juntos.

Cuando los hermanos lo necesitan, enseguida ponemos manos a la obra, y ellos también hacen todo lo que pueden para apoyarnos.

Veamos en un video a hermanos de Estados Unidos, Indonesia y África saliendo rápidamente a socorrer a sus hermanos.

Estamos muy contentos de estar aquí y ayudar a reconstruir las casas que están dañadas para que los hermanos se sientan seguros en ellas.

Sentimos que esto es prueba del amor que nos tenemos unos a otros.

Se ha fortalecido la fe de las familias afectadas por el incendio y también la de todos los que estamos ayudando.

Hemos tenido el privilegio de ver todo lo que Jehová ha hecho para que su pueblo tenga lo necesario en sentido físico, emocional, espiritual y mental.

Nos fortalece mucho la fe saber que Jehová nunca nos abandona.

Justo después de que el ciclón golpeara Beira, tuvimos el privilegio de venir aquí para ayudar.

Me sentí muy feliz de poder estar ahí para ayudar a los hermanos a enfrentar esa situación tan difícil.

Aprendí mucho.

Siempre siempre siempre hay que seguir la guía de Jehová.

Es lo mejor para nosotros.

Ahora estamos poniendo un techo nuevo en el Salón del Reino porque la tormenta lo destruyó.

La Conmemoración es la próxima semana, y la idea es que el salón esté listo para que puedan celebrarla aquí.

Estamos muy felices de poder ayudarlos.

Además, nuestras contribuciones también nos unen.

Damos con generosidad y alegría.

Y los que han recibido esa ayuda ¿qué hacen?

Ellos, a su vez, ayudan con sus contribuciones a otros que lo necesiten.

A continuación vamos a ver unas estadísticas que muestran la magnitud de las labores de socorro durante los últimos dos años de servicio.

Tan solo en estos dos años de servicio, más de 900.000 hermanos han sido afectados por desastres, casi un millón: 62.000 tuvieron que abandonar sus hogares; 190 resultaron heridos; desgraciadamente, 64 murieron; más de 700 Salones del Reino y más de 15.000 hogares sufrieron daños o quedaron destruidos.

La organización gastó 49,5 millones de dólares en labores de socorro durante este tiempo.

¡Casi 50 millones de dólares en tan solo dos años!

Como ven, las labores de socorro han alcanzado proporciones gigantescas.

Para que sepan cómo se usan las contribuciones, vamos a ver un video con imágenes del antes y después de las casas de los hermanos tras el paso del ciclón Idai por África.

Solo un detalle.

De las casas que acaban de ver, unas cuantas fueron reconstruidas y otras reparadas.

Reparar una de estas casas cuesta entre 50 y 900 dólares; y reconstruirla, entre 900 y 3.500 dólares.

Como han visto, las casas reconstruidas no son lujosas, aun así, a menudo los hermanos acaban teniendo una casa mejor que la que tenían antes, porque se han usado materiales de mayor calidad.

Ahora sus casas están mejor preparadas para las tormentas.

Llegado este punto, me gustaría parar un momento para darles las gracias, queridos hermanos, por sus generosas contribuciones, que hacen posible estas labores de socorro.

Pueden estar seguros de que Jehová se siente muy contento.

De hecho, Hebreos 13:16 dice: “Además, no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con los demás, porque estos sacrificios le agradan mucho a Dios”.

Me encanta esta idea.

No solo “le agradan”, sino que “le agradan mucho” sus contribuciones.

Muchísimas gracias.

El Cuerpo Gobernante les da las gracias de todo corazón.

Y los hermanos que han recibido ayuda también les dan las gracias de todo corazón.

De hecho, van a ver un video en el que algunos hermanos de Estados Unidos y África les expresan su agradecimiento.

Jehová nos ha ayudado muchísimo durante este desastre.

Ha usado a los hermanos para fortalecernos y animarnos de maneras que no habíamos experimentado antes, y eso nos ha acercado mucho más a él.

Jehová, a través de su organización, me mandó dos personas maravillosas, que estuvieron ahí para cuidarme y darme lo que necesitaba.

Ellos se encargaban de todo.

Tener a alguien con quien hablar, que se preocupe por ti...

Llevo casi cincuenta años en la verdad, y siempre he tenido amigos y me he sentido querida y cuidada.

Pero nunca había sentido tanto el amor de Jehová.

El Departamento de Servicio llamó a los hermanos para avisarles de que vendría una gran tormenta el jueves.

Vimos que los hermanos de la sucursal nos quieren muchísimo, y seguimos su ejemplo.

Arriesgamos la vida para ir a decirles a los hermanos que vinieran al salón.

Los hermanos de la sucursal estuvieron todo el tiempo en contacto con nosotros, y eso me animó mucho.

Estuvieron hasta tarde en la noche enviándonos mensajes en los que nos decían que seguían despiertos y orando por nosotros.

Estos mensajes nos consolaban mucho.

La organización nos ha apoyado mucho emocionalmente.

La sucursal envió representantes para que visitaran a los hermanos y los animaran.

Nos trajeron comida variada —comida buena y nutritiva—, ha sido impresionante.

Queremos darle muchas gracias a Jehová por cómo nos ha cuidado.

Lo que la organización de Jehová está haciendo va mucho más allá de lo que hacen los gobiernos humanos.

Muchas muchas gracias.

Jehová nos quiere mucho.

Este video nos motiva aún más a ayudar a los hermanos mediante nuestras contribuciones y también con nuestro trabajo.

Y, hablando de trabajo, nos alegra informarles de que más tarde, durante el programa, el hermano Lösch nos hablará de una nueva manera de ofrecerse para ayudar en las labores de socorro y en otros campos.

Así que estén muy atentos a la información que se les dará.

Y una manera más, la tercera, en la que las labores de socorro alaban y glorifican a Jehová es que dan un buen testimonio a los que nos observan.

Eso honra a Dios.

Nuestros vecinos, nuestros familiares, las autoridades ven nuestro amor en acción.

Y, como resultado, algunos aceptan la verdad.

En el siguiente video veremos a un esposo no creyente que se hace Testigo gracias a las labores de socorro.

Amo a mi familia.

Siempre he querido lo mejor para ellos y he trabajado para darles lo necesario.

Es mi deber.

Mi esposa se bautizó dos años antes que yo.

Construí nuestra casa justo aquí.

Pero, un día, nuestra vida cambió para siempre.

Así quedó mi casa.

Tenía que volver a empezar.

Dos hermanos vinieron a verme y me dijeron: “No te preocupes por nada.

Todo se arreglará.

Los hermanos se encargarán”.

Pero yo pensé: “Mmm... este no sabe lo que está diciendo”.

Cuando los hermanos empezaron a llegar, me pregunté: “¿Pero por qué me ayudan?

Si casi no me conocen”.

Todas las mañanas me quedaba mirándolos: hacían una oración, tomaban sus herramientas y se ponían a trabajar.

Le dije a mi esposa: “Esto... esto es increíble”.

Un día vi a una hermana mayor cargando bloques de cemento que eran muy pesados para ella...

Entré corriendo con lágrimas en los ojos.

No quería que nadie me viera llorar.

Pensé: “A esta gente le pasa algo raro...

¿O será que el problema soy yo?”.

Empecé a valorar lo que hacían y cómo lo hacían.

Solo había amor.

No se me ocurre otra forma de describirlo.

Solo había amor.

Hasta compartían su comida conmigo.

Quedó claro que el trabajo que hacían era una muestra del amor de Jehová.

Y todo esto me llegó al corazón.

Me di cuenta de que, guau, esta organización hacía todo lo que dice la Biblia, que era la verdad.

Quería ser uno de ellos.

Decidí dedicarle mi vida a Jehová porque me demostró que nos quiere muchísimo a mí y a mi familia.

Ahora cuido de mi familia mejor que nunca.

En resumen, nuestras labores de socorro son una muestra de amor del Dios de consuelo y alivio al que servimos.

Jehová nos usa, mediante ellas, para dar ayuda física, emocional y espiritual a nuestros hermanos.

Además, glorifican a Jehová porque 1) nos identifican como cristianos verdaderos; 2) nos unen a la hermandad —nos unen el amor, las oraciones, trabajar juntos y las contribuciones—, y glorifican a Jehová 3) porque atraen a las personas de buen corazón a la verdad.

Nos alegra saber que muy pronto Jehová traerá el nuevo mundo.

Entonces ya no habrá más desastres naturales.

Pero, hasta que llegue ese gran día, continuaremos participando en labores de socorro para ayudar a los hermanos.

Si lo hacemos, nos mantendremos centrados en los asuntos espirituales, estaremos más unidos, daremos un buen testimonio a los que nos observan y estaremos preparados para la gran tribulación y la gran reconstrucción que habrá después.

Gracias, hermano Lett.

Nos alegra saber que los hermanos se ayudan unos a otros cuando ocurren desastres naturales, ¿verdad?

Ahora los invitamos a ver un video que les gustará.

Se titula: “La mano de Jehová está con nosotros...

‘¡Pongámonos a construir!’”.

En la actualidad, la organización de Jehová supervisa cerca de 80.000 edificios por todo el mundo, que ocupan un área de más de 20 millones de metros cuadrados o 215 millones de pies cuadrados.

Esto es aproximadamente el área de 2.800 campos de fútbol, o seis veces el área de Central Park, en Manhattan.

Todas las sucursales, los cientos de Salones de Asambleas y las decenas de miles de Salones del Reino por todo el mundo son una prueba clara de que el Reino de Dios está gobernando.

¿Por qué decimos esto?

Porque, como dice el Salmo 127:1, nada de esto sería posible sin la bendición de Jehová.

Nos sentimos como Nehemías y los judíos que reconstruyeron las murallas de Jerusalén.

Estamos seguros de que “la bondadosa mano” de nuestro Dios está con nosotros.

Estos edificios se han dedicado a Jehová.

Así que para nosotros es un privilegio asegurarnos de que sigan cumpliendo con el propósito para el que fueron construidos.

En especial, nuestras sucursales están muy bien cuidadas.

Algunos de estos edificios son relativamente nuevos, pero hay muchos que se construyeron hace treinta años o más.

Un edificio puede aguantar treinta, sesenta o incluso cien años, pero quizá cosas como la calefacción o el sistema eléctrico solo sirvan durante quince o veinte años.

Por eso necesitamos reconstruir o renovar muchos de nuestros edificios.

Además, las tareas que se realizan en Betel están cambiando, así que a veces hay actualizar el diseño de los interiores.

Todo esto presenta un desafío: ¿cómo podemos seguir construyendo y manteniendo los edificios de Betel sin descuidar los Salones del Reino?, ¿qué se necesita?, ¿cómo podemos conseguirlo?

y ¿qué puede hacer usted para ayudar?

Acompáñenos a un emocionante viaje alrededor del mundo.

Queremos mostrarle lo que se está haciendo y lo que se va a hacer en las instalaciones de nuestras sucursales.

Abróchense los cinturones, que el viaje está a punto de comenzar.

Normalmente no nos damos cuenta de los cambios que ocurren de forma gradual.

Por eso, hace algún tiempo, la organización empezó un programa para evaluar cada dos o tres años las necesidades actuales y futuras de nuestras propiedades.

Basándose en esta evaluación, se puede decidir si una propiedad necesita renovarse y qué trabajos habría que hacer.

A veces, es mejor renovar un edificio que ya tenemos que construir o comprar uno nuevo.

Y ya se han empezado a hacer grandes reformas en las sucursales que más lo necesitan.

El Cuerpo Gobernante desea que los betelitas participen más en atender sus necesidades domésticas.

Además, la mayoría de los hermanos antes tenían su propia oficina, pero ahora se ha visto que es mejor usar espacios abiertos y poner paneles separadores.

Estos se pueden mover fácilmente para ajustarse a las necesidades.

El complejo de Patterson es muy bonito y práctico.

Cuando se construyó, seguro que nadie se imaginó que todos los días lo visitarían más de mil hermanos.

Tener para ellos un centro de visitantes hace que disfruten más de su experiencia en Patterson y permite que los betelitas sigan realizando sus labores en sus departamentos.

En el 2013, el Cuerpo Gobernante decidió fusionar la sucursal de Finlandia con otras sucursales.

Por otro lado, las partes más antiguas de la propiedad tenían casi sesenta años.

En Finlandia, habíamos impreso publicaciones durante 83 años.

Pero ahora, con la guía del Cuerpo Gobernante, se decidió que dejaríamos de imprimir aquí y que se usaría el espacio de la antigua imprenta para nuevas oficinas y otros propósitos.

No estábamos seguros de si encontraríamos suficientes hermanos para hacer el trabajo.

Pero, cuando pedimos voluntarios a las congregaciones locales, nos llovieron las solicitudes.

Nos pusimos muy contentos al ver que tenemos excelentes hermanos y hermanas jóvenes aquí en Finlandia.

Ver su buena disposición ha sido muy bonito, realmente conmovedor.

A veces, renovar una propiedad no es la mejor opción.

Así que compramos o construimos nuevos edificios y vendemos los antiguos.

Hace poco, se decidió hacer esto en lugares como Argentina, Camerún y la India.

En nuestra familia Betel pasamos de ser unos 350 a 150.

Los edificios estaban repartidos por diferentes lugares y, con la reducción, muchos de ellos iban a dejar de usarse.

Se decidió que era mejor vender nuestros edificios y empezar a buscar un lugar para las nuevas instalaciones de Betel.

Necesitábamos que la venta de nuestras propiedades ocurriera más o menos al mismo tiempo que la compra y construcción de las nuevas instalaciones.

Y vimos claramente la guía de Jehová.

Por un lado, teníamos la venta de todas las propiedades y, por el otro, la compra de las nuevas.

Y todo ocurrió en un período de 24 horas.

Se ha producido un gran aumento en el territorio de nuestra sucursal, del 4%, algo que nunca había ocurrido en Camerún.

Ahora estamos traduciendo publicaciones a 29 idiomas.

Pensamos en renovar nuestras instalaciones, pero, claro, hubiera sido muy difícil seguir trabajando en una sucursal tan pequeña mientras se hacían las obras.

Resulta que teníamos un terreno junto a uno de los Salones de Asambleas más grandes.

Estaba en una de las ciudades más importantes del territorio de nuestra sucursal, pero por desgracia el acceso era pésimo: era un camino en muy mal estado, lleno de barro.

Entonces, sucedió algo increíble.

Las autoridades locales decidieron construir una carretera que pasaría por el Salón de Asambleas, y que daría acceso al terreno.

Era como si Jehová nos estuviera diciendo: “Construyan la nueva sucursal de Camerún en este terreno”.

Nuestra sucursal ya nos quedaba grande.

Así que el Cuerpo Gobernante decidió que vendiéramos esta propiedad y que lleváramos la sucursal a unas instalaciones más económicas.

Pero nos dimos cuenta de que nos faltaban varios millones de dólares.

Necesitábamos que alguien estuviera dispuesto a comprar nuestras instalaciones por el precio adecuado, que nos adelantara el dinero suficiente para pagar la nueva sucursal y que nos permitiera seguir utilizando la propiedad hasta que la nueva sucursal estuviera lista.

Nos parecía imposible.

Entonces, solo unos días antes de la fecha acordada para comprar la nueva sucursal, una persona que había mostrado interés en nuestra propiedad, pero que aún no había firmado nada, estuvo de acuerdo en cumplir todas nuestras condiciones y firmó el contrato.

También nos dio una gran cantidad de dinero como depósito que nos ayudó a comprar la nueva sucursal.

Para Jehová, no hay nada imposible.

Él lo coordinó todo a la perfección.

Hay muchos más proyectos como estos en marcha.

Queremos que todas nuestras propiedades sean útiles para la organización y den gloria a Jehová.

Aunque se hagan renovaciones, muchas de nuestras sucursales vuelven a quedarnos pequeñas y necesitamos ampliarlas.

El número de publicadores, voluntarios externos, voluntarios a distancia y betelitas ha aumentado a nivel mundial.

En algunos países el número de publicadores aumenta cada año un 5 o un 7%, y a veces más.

También ha aumentado por todo el mundo el trabajo que se hace en la traducción, en la producción de videos y publicaciones digitales y en otros campos importantes.

La organización siempre busca la manera de que el trabajo que se hace en Betel sea más eficaz.

Pero siempre necesitaremos personas para hacer la mayor parte del trabajo.

Por eso, ya se han empezado a hacer planes para ampliar algunas sucursales.

Muchos departamentos de la central mundial participan en estos planes compartiendo sus ideas.

Y el Comité de Sucursal también nos ayuda.

Antes de decidir si ampliaremos una sucursal, nos hacemos algunas preguntas importantes.

Por ejemplo: ¿impulsará esta ampliación las actividades de predicación y enseñanza en el país?

¿Hace falta una ampliación, o quizá con algunos cambios el trabajo de la sucursal se puede simplificar, se puede hacer en otro lugar o se puede dejar de hacer?

Debido a que algunas labores que se realizan en Betel han cambiado, ahora podemos mirar lo que está disponible en el mercado y comprar los apartamentos y oficinas que se necesiten para las instalaciones de una sucursal.

Y, antes de decidir, intentamos averiguar lo que Jehová quiere que hagamos.

¿Qué pruebas hay de que el espíritu santo nos está señalando una opción?

El Cuerpo Gobernante nos ha pedido a todos “dar prioridad a las actividades que contribuyen al cuidado espiritual de los siervos de Dios y al adelantamiento de la predicación a nivel mundial”.

Este principio nos ayuda a saber cómo administrar nuestros esfuerzos de la mejor manera.

Hay muchísimo trabajo que hacer.

Pero es muy emocionante ver que la mano de Jehová está con su pueblo.

Por todo el mundo, nuestros hermanos y hermanas están contentos de apoyar este trabajo con su tiempo, recursos y oraciones.

Confiamos en que Jehová seguirá bendiciendo los esfuerzos que todos hacemos para construir y mantener los edificios que la organización necesita.

Y las habilidades que estamos adquiriendo no solo nos sirven ahora, sino que también nos servirán en el nuevo mundo.

Gracias, hermanos, por contarnos los detalles de lo que se está haciendo con las instalaciones de Betel por todo el mundo.

Para reconstruir las murallas de Jerusalén, Nehemías primero oró a Jehová y después se puso manos a la obra.

Jehová bendijo su forma de actuar porque tuvo fe y confió completamente en él.

Al ver que la “bondadosa mano” de Jehová estaba con Nehemías, el pueblo exclamó: “¡Pongámonos a construir!”.

En la actualidad, el Cuerpo Gobernante hace algo parecido cuando toma decisiones sobre las instalaciones de Betel.

Oran a Jehová y analizan lo que se necesita hacer.

Se aseguran de que tengamos los recursos necesarios para terminar el proyecto.

Después, informan al pueblo de Dios lo que están planeando hacer y les piden su apoyo.

Bueno, ¿qué más les podemos decir?

Hermanos, muchas gracias de antemano por apoyar lealmente todos estos proyectos.

Jehová los bendecirá por su generosidad y sus ganas de ayudar.

Y ahora...

¡es el momento!

“¡Pongámonos a construir!”.

Vemos que las labores de construcción, mantenimiento y renovación siguen adelante.

Ahora bien, ¿cómo decide el Cuerpo Gobernante cuándo y dónde construir nuevas instalaciones?

Buscando en nuestros archivos, hemos encontrado videos con algunos comentarios de hermanos que ayudaron a comprar terrenos en el pasado.

Estas entrevistas se hicieron antes de que se decidiera trasladar la central mundial que estaba en Brooklyn, Nueva York.

Esperamos que disfruten de este animador video, titulado: “Jehová nos ha guiado en la búsqueda de propiedades”.

En 1926, el hermano Rutherford quiso comprar el área donde hoy está el número 30 de Columbia Heights, pero se encontró con muchos obstáculos.

Así que los hermanos le dijeron que buscara otro lugar.

Al año, la compañía Squibb compró esos terrenos.

Pero, para poder construir allí, tuvieron que perforar 1.600 hoyos de más de 25 metros de profundidad y después llenarlos de cemento, lo que costó un dineral.

Si los hermanos hubieran comprado esos terrenos, no habrían tenido suficiente dinero para poner los cimientos y construir los edificios.

Está claro que fue Jehová quien impidió aquella compra.

Finalmente, consiguieron el terreno donde está el 117 de la calle Adams.

Un día fui a la fábrica que hacía el papel para nuestras biblias, en Carolina del Norte, y le comenté al presidente de la compañía que queríamos ampliar nuestras instalaciones en Brooklyn, pero que no encontrábamos ninguna propiedad.

Él me dijo: “¿Y no les interesaría la de Squibb?”.

Y yo le respondí: “¡Pues claro!

Pero pensábamos que no estaba disponible”.

Él me contestó: “Los puedo poner en contacto con los dueños”.

Y él mismo se encargó de todo.

¡Nos pidieron 3 millones de dólares por 10 edificios, mucho menos de lo que nos imaginábamos!

Era Jehová quien estaba guiando los asuntos.

Decidimos comprar la Hacienda Watchtower porque la familia en Brooklyn estaba creciendo y la Hacienda de la Montaña nos estaba quedando pequeña porque solo tenía 40 hectáreas, unos 100 acres.

Así que el hermano Knorr nos dio permiso para comprar una finca.

Un día le dije a George: “¿Qué opinas de la finca de los Goebel?”.

Y George me dijo: “En esa misma estaba pensando”.

Así que un viernes fuimos para allá.

El hermano que era dueño de la finca les dijo a George y a Max que justo hacía unos días se había reunido toda la familia para hablar de la propiedad, de la finca, y que habían decidido venderla.

Y lo curioso es que el hermano Knorr nos había dicho: “Esta propiedad es para una granja.

No es para ninguna otra cosa; es solo para una granja”.

Y la verdad es que, allá en 1960, cuando compramos los terrenos, ni nos había pasado por la mente poner una imprenta allí.

¿Pero qué tenía pensado el Señor?

Poner una imprenta.

Nosotros estábamos concentrados en echar a andar la granja, pero lo que en realidad nos hacía falta no eran frutas y verduras, sino libros y biblias.

Y hoy vemos los buenos resultados de aquella decisión.

¡Cuánto ha cambiado Wallkill!

¡Quién iba a decir que un día la Hacienda Watchtower llegaría a ser la sucursal de los testigos de Jehová de Estados Unidos!

Para mí, esa es una prueba clarísima de que es Jehová quien dirige nuestra organización.

Años después, en 1980, nos pusimos a buscar una propiedad fuera de la ciudad donde pudiéramos construir nuevas instalaciones.

Nos llamó la atención una propiedad en Nueva Jersey que había sido una escuela.

Pero los edificios estaban en muy mal estado y nos iba a costar mucho arreglarlos.

Así que le dijimos al agente inmobiliario que no estábamos interesados, que no buscara nada más.

Él se molestó un poco y nos dijo: “Entonces díganme qué es lo que están buscando”.

Y yo le dije: “Pues un lugar cerca de Suffern o Brewster, de 200 a 250 hectáreas (de unos 500 o 600 acres), que esté cerca de la carretera, y que sea bonito: que tenga colinas, riachuelos y todo eso.

Dimos por sentado que no iba a encontrar nada, porque nosotros ya habíamos buscado por todas partes.

Pues al día siguiente, como a las once de la mañana, me llamó y me dijo: “Ya encontré lo que buscaban”.

Se lo dije al Cuerpo Gobernante y fuimos a ver la propiedad.

¡Les encantó!

Al principio, pedimos permiso a las autoridades de Patterson para construir un complejo que alojara a 400 o 500 personas, ¡pero al final nos permitieron construir instalaciones para 1.500!

Y desde entonces hemos hecho algunos cambios más en el complejo.

Los funcionarios de Patterson han sido muy colaboradores y prácticamente nos han dado vía libre para construir lo que necesitemos.

Hasta nos han dicho: “Si quieren ampliar, pueden hacerlo”.

Tenemos una muy buena relación.

Todo lo que ha sucedido con estas propiedades ha sido asombroso.

La organización ha tenido lo que necesitaba en el momento en que lo necesitaba.

Hoy hay millones de personas en la verdad, y la Biblia dice que ese número va a seguir creciendo, ¡hasta que llenemos la Tierra!

¿Cuántos millones de Testigos habrá cuando venga el Armagedón?

¡¿Quién sabe?!

¡Ni siquiera sabemos cuándo vendrá!

Pero no es momento de aflojar el paso.

Seguiremos hacia adelante, haciendo las cosas cada vez mejor.

Seguiremos creciendo, y habrá que construir más edificios.

Siempre hay que pensar en el futuro.

Hasta el mismísimo fin de este mundo seguiremos recibiendo alimento espiritual al momento debido.

Y aún no sabemos qué hará el Señor para seguir cuidándonos justo después de la gran tribulación.

Como decía el hermano Couch, y seguro que el hermano Larson pensaba igual, el Señor es quien dirige la organización, y tenemos que seguirlo.

Siempre haremos lo que él nos diga.

Qué emocionante es ver la dirección de Jehová cuando se buscan propiedades adecuadas.

Y esto está relacionado con lo que viene a continuación.

El título del próximo video es “Un nuevo proyecto de construcción”.

Seguro que lo que ahora verán les encantará.

Vivimos en una era en la que la tecnología nos permite enseñar las verdades de la Biblia de maneras diferentes y más atractivas.

Hemos visto muchos avances en los campos de la impresión, la radio, la televisión, las computadoras y, por supuesto, en Internet.

Seguramente recuerdan la época en la que producíamos solamente unos cuantos videos al año.

Pero ahora producimos cientos de videos, videos que usamos para la predicación, las reuniones de entre semana, los programas de JW Broadcasting®, las asambleas regionales...

Y no olvidemos la serie “Hazte amigo de Jehová”.

La organización de Jehová ha utilizado los videos por muchos años, incluso décadas.

Pero desde el 2014 hemos visto un aumento impresionante en el uso de videos, lo que ha influido en nuestra manera de enseñar y llegar al corazón de la gente.

Como se necesitaban más videos, también se necesitaba más espacio.

Por eso, se compró una propiedad en Mount Ebo, donde se han estado produciendo muchas de nuestras películas.

La reacción de los hermanos por todo el mundo ha sido increíble; les encantan nuestros videos.

Es muy animador para el Comité de Enseñanza y para el Cuerpo Gobernante ver cómo valoran los hermanos los videos, la música y las demás grabaciones que se preparan.

Todo esto les ayuda a entender mejor la Palabra de Dios.

Además, les ayuda a hacer frente a sus problemas y preocupaciones.

Escuchar y ver escenificaciones, entrevistas e informes les ayuda a estar más al tanto de lo que pasa en el mundo.

Dado que la producción de videos ha aumentado mucho, y se prevé que aumentará aún más, el Cuerpo Gobernante está convencido de que Jehová desea que hagamos lo necesario para que se produzcan aún más videos.

Por lo tanto, nos alegra comunicarles que estamos trabajando en un nuevo proyecto: la construcción de unas instalaciones que se usarán principalmente para producir videos.

Este complejo estará ubicado en Rámapo (Nueva York).

El Cuerpo Gobernante ha aprobado la construcción de un complejo en una propiedad de unas 100 hectáreas (248 acres) que se compró en el 2009.

Este complejo formará parte de la central mundial.

La propiedad está a unos tres kilómetros, dos millas, de las oficinas centrales en Warwick.

Nuestro objetivo es edificar unas instalaciones de un tamaño parecido a las de Warwick, que constarán de 10 edificios de viviendas, un edificio de oficinas, 8 estudios de grabación, una zona multiusos —que incluirá una cocina y un área que servirá de comedor y de sala de reuniones—, y también habrá un centro de visitantes.

El nuevo complejo tendrá capacidad para alojar a más de 1.000 voluntarios y dispondrá de espacio para 920 oficinas.

Allí estarán Servicios de Audio y Video, Servicios de Procesamiento de Texto, Correspondencia de Redacción y el Departamento de Arte.

Ya se ha comenzado la fase de diseño.

También hemos empezado las negociaciones con las autoridades locales.

Y, si es la voluntad de Jehová, esperamos comenzar las obras en el 2022 y terminarlas para el 31 de diciembre de 2026.

Hace un año, justo en esta misma semana de octubre, el Comité de Enseñanza habló sobre el trabajo que se llevaba a cabo en Servicios de Audio y Video.

Y vimos que lo tenían muy difícil, pues el departamento estaba repartido en un total de 16 plantas de 10 edificios de 4 complejos diferentes.

Así que les resultaba un poco difícil trabajar en equipo porque estaban en diferentes ubicaciones.

Hace algunos años, queríamos ampliar las instalaciones del Betel de Patterson, en Nueva York.

Pero, en ese momento, se estaban llevando a cabo dos obras, una en Wallkill y otra en Warwick.

Así que no era posible empezar una nueva construcción.

Sin embargo, el departamento de Audio y Video necesitaba urgentemente más espacio.

Por lo tanto, el Cuerpo Gobernante aprobó la compra del edificio de Mount Ebo como una solución temporal.

El uso de videos en nuestra enseñanza estaba aumentando rápidamente, así que se necesitaba más espacio para seguir produciendo videos.

Después de buscar diferentes lugares en el área de Patterson, vimos que la propiedad de Mount Ebo era la mejor opción.

La compra fue muy fácil, y pudimos renovarlo y empezar a usarlo en poco tiempo.

Le hemos sacado mucho provecho desde entonces.

La idea era que se usara esa propiedad durante diez años más o menos y después, cuando se encontrara otra que pudiera ser más permanente, se vendiera Mount Ebo y se recuperara el dinero.

Por lo tanto, Rámapo será ese lugar donde estarán los estudios de grabación permanentes.

Cuando un departamento está dividido en varias ubicaciones, es más difícil llevar a cabo el trabajo.

Además, a veces se repiten las mismas tareas.

Eso complica mucho las cosas.

Así que tener el departamento de Audio y Video en la misma ubicación seguramente va a facilitar mucho la colaboración de todos los hermanos que trabajan en él.

Obviamente, esto tendrá un efecto positivo en la predicación, las reuniones, las asambleas de circuito y las asambleas regionales.

Con el fin de que todo el departamento estuviera en el mismo lugar, presentamos al Cuerpo Gobernante un diseño y un presupuesto de costes.

Después de que lo aprobaran, nos reunimos de nuevo con los funcionarios de Rámapo, que no eran los mismos que los de hace una década, para ver si eran tan colaboradores como los de antes.

Y lo cierto es que nos recibieron muy bien.

Era como si nos estuvieran esperando con los brazos abiertos.

Claro, sabíamos que tenemos que construir siguiendo sus leyes, pero daba la sensación de que ellos querían que usáramos el terreno para hacer unas instalaciones de audio y video.

Durante todos estos años, hemos tratado de vender esta propiedad varias veces, pero, aunque pusimos todo nuestro empeño en ello y utilizamos diferentes métodos de venta, nadie mostró interés en nuestra propiedad en aquel tiempo.

Así que, cuando empezamos a pensar en la ampliación, nos pareció lógico usar este terreno que ya teníamos.

Desde hace alrededor de un año, hemos estado haciendo los preparativos para la obra.

Y, claro, eso supone trabajar miles y miles de horas en el diseño y la planificación del proyecto para cumplir con los requisitos que exigen tanto Rámapo como Nueva York, y así poder obtener el permiso de edificación.

Una vez obtenidos los permisos necesarios y en cuanto nos pongamos manos a la obra, esperamos acabar todo el complejo en cuatro años, o incluso menos si es posible.

En las últimas obras de construcción que ha dirigido el Cuerpo Gobernante, como la de la sucursal de Gran Bretaña, ha sido muy importante diseñar oficinas que fueran adaptables, para que se puedan reconfigurar los espacios en función de las necesidades de la sucursal.

Una novedad que se ha implementado en la nueva sucursal de Gran Bretaña es que no hay una lavandería comunitaria.

Todas las habitaciones tienen una lavadora y una secadora, y así cada uno lava su ropa.

Además, hay un edificio multiusos que se puede configurar fácilmente para diferentes propósitos.

Los edificios serán modulares, lo que permitirá adaptar las instalaciones en función de las necesidades, y hacerlo a un coste mínimo y de manera sencilla.

Los nuevos edificios están diseñados para que sea fácil reconfigurarlos.

Esto es muy útil, porque la organización avanza rápidamente y hay muchos cambios, y así podemos movernos a su paso.

Adaptamos los espacios dependiendo de las necesidades de la organización sin gastar mucho dinero.

Los estudios de grabación de Rámapo serán los más grandes de nuestra organización.

Ya hemos construido estudios de este tipo en otras partes del mundo, así que la experiencia que hemos adquirido nos servirá para los de Rámapo.

Esto significa que los necesitamos, hermanos.

Necesitamos sus oraciones, sus contribuciones y su trabajo, porque para este proyecto harán falta miles de voluntarios.

De hecho, en los picos de trabajo, harán falta unos mil quinientos al día.

Pero confiamos completamente en las palabras del Salmo 110:3, donde dice: “Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente el día en que dirijas a tus fuerzas militares”.

Así que... no lo duden.

Hagan todo lo que puedan por apoyar este emocionante proyecto.

Necesitaremos miles y miles de voluntarios que estén dispuestos a venir una semana, un mes, seis meses, lo que ellos puedan, para apoyar esta construcción.

En las últimas obras de grandes dimensiones, ha sido muy útil contratar empresas para los trabajos más especializados o que requieren maquinaria pesada.

Por ejemplo, las estructuras de acero o las de concreto u hormigón, los muros exteriores, los revestimientos o las cubiertas.

Y luego los hermanos hacen el trabajo que no se ve, los pequeños detalles que marcan la diferencia, como las tuberías subterráneas, la parte mecánica y eléctrica del edificio, y los acabados, que también son muy importantes.

Queremos trabajar con el LDC para encontrar hermanos y hermanas que puedan recibir capacitación ahora.

Pueden ser asignados a trabajar en obras locales del LDC o a colaborar en obras de renovación como la de Patterson.

Así podremos darles una capacitación que será muy valiosa cuando comencemos las obras en Rámapo.

Esperamos que el espíritu de Jehová motive a la hermandad a apoyar esta obra, como hizo con la de Warwick y la de Gran Bretaña.

Todos los hermanos que han estado trabajando en el diseño, los presupuestos, calculando el personal que se necesitará, reuniéndose con los funcionarios, han orado mucho y meditado cuidadosamente en cada uno de los detalles.

Hemos podido ver en cada una de las decisiones que se han tomado que Jehová está dirigiendo el proyecto y que él ya sabe cuál va a ser el resultado.

Si miramos atrás, hace más de una década, entre el 2005 y el 2009, cuando estábamos buscando terrenos para construir, encontramos el de Warwick y el de Rámapo, y parecía que podíamos usar cualquiera de los dos.

La organización decidió construir en uno, pero en el otro no.

Ahora que necesitamos hacer una ampliación, podemos construir en el otro terreno, ya que lo tenemos y que contamos con la colaboración de los funcionarios locales.

Esta experiencia ha fortalecido mi fe, porque he visto el resultado del trabajo que se hizo hace una década y en el que han participado muchos hermanos (incluido el Comité de Sucursal), y no sabíamos qué iba a pasar con este terreno.

Hace diez años no sabíamos para qué lo íbamos a usar.

Pero ahora vemos claramente que esta propiedad va a ser muy útil en el futuro, y eso fortalece mi fe.

Veo la mano de Jehová.

Trabajos como estos, además de cubrir las necesidades de la organización, ofrecen al pueblo de Jehová la oportunidad de mostrarle su gratitud y el amor que le tienen.

En el caso de Warwick, pudimos ver que la construcción del complejo y la participación de hermanos y hermanas de todas partes del país fortalecieron la fe de miles de voluntarios, la de sus familias y la de sus congregaciones.

Y estamos convencidos de que ocurrirá lo mismo con este proyecto.

En un proyecto de esta magnitud, las decisiones iniciales son cruciales.

Y, con lo que hemos visto hasta ahora —la colaboración entre los equipos de diseño y organización; los planes para apoyar, cuidar, dar alojamiento y comida a los voluntarios; la actitud positiva de los que están involucrados en el proyecto, y el enorme apoyo del Cuerpo Gobernante—, tenemos claro que Jehová está con nosotros.

Santiago 4:8 dice: “Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”.

Jehová está dando muchísimas oportunidades a las personas para acercarse a él, como nunca antes.

Les habla utilizando su Palabra inspirada, así como llamativas imágenes, música emotiva y videos que llegan al corazón.

Y todos los miembros del Cuerpo Gobernante están convencidos de que, gracias a este nuevo complejo, podremos producir más de estas maravillosas grabaciones que nos acercan a Jehová.

Nos alegra ver su entusiasmo.

¡Qué información más animadora hemos escuchado!

Esta fue solo la primera parte.

En la segunda y tercera parte, escucharán seis discursos del Cuerpo Gobernante que aclararán cómo entendemos algunas verdades bíblicas y fortalecerán nuestra confianza en Jehová.

No se los pierdan.

Vayan a la sección “Videos” de la pestaña “Biblioteca” de jw.org en las próximas semanas.

Para finalizar el programa de este mes, viajemos a Papúa Nueva Guinea.

Se encuentra al suroeste del océano Pacífico.

Papúa Nueva Guinea abarca la mitad este de la isla de Nueva Guinea, además de otras islas y atolones.

En Papúa Nueva Guinea hay tres idiomas oficiales: el inglés, el hiri motu y el tok pisin, que es el idioma oficial más extendido.

Además de estos, se calcula que en este país se hablan más de ochocientos idiomas, muchos de ellos con menos de mil hablantes.

Esto presenta un gran desafío en la predicación.

Nuestros hermanos utilizan carritos al predicar en zonas muy concurridas para que las personas los puedan ver y se valen de los videos disponibles en los idiomas locales para enseñar la verdad.

Los hermanos de la congregación Kwaivagolo caminan hasta cinco horas para predicar por todo su territorio, que está muy esparcido.

Su entusiasmo está teniendo buenos resultados.

Los 34 publicadores dirigen un promedio de 38 cursos bíblicos.

Aunque celebran sus reuniones en el idioma hiri motu, predican principalmente en la lengua local, el tubulamo.

Cuando construyeron su Salón del Reino, tuvieron que excavar toda la tierra solo con herramientas, pues no disponían de maquinaria.

Después, transportaron a mano los materiales de construcción montaña arriba, un trayecto que toma dos o tres horas.

Nuestros hermanos les envían su amor cristiano y saludos, y nosotros les mandamos los nuestros.

Que Jehová bendiga el amor y el entusiasmo que muestran por su nombre.

Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting.



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