El texto de hoy habla de los deseos del mundo, y los deseos del mundo pueden llevarnos a hacer cosas malas por razones egoístas.
Un ejemplo del egoísmo del mundo es el deseo de tener satisfacción inmediata.
Por eso esta mañana hablaremos de rechazar las cosas malas que dan satisfacción inmediata.
Contestaremos dos preguntas: ¿Por qué es peligroso buscar la satisfacción inmediata?
Y ¿cómo nos ayuda la bondad inmerecida de Dios a rechazar la satisfacción inmediata?
Veamos la primera pregunta: ¿Por qué es peligrosa la satisfacción inmediata?
Bueno, ¿qué es la satisfacción inmediata?
La persona que busca la satisfacción inmediata, o instantánea, hace algo ahora que la hace sentir bien, pero al hacerlo pierde la oportunidad de recibir algo mejor en el futuro.
Un ejemplo famoso es el de Esaú.
Renunció a su derecho de primogénito y a las bendiciones que eso le traería por una simple comida.
Este ejemplo muestra que el deseo de tener satisfacción inmediata siempre ha existido, pero hoy es un problema mucho más común.
¿Por qué?
Porque la tecnología y las redes sociales nos dan acceso a todo con un solo clic, en cualquier momento sin tener que esperar.
Puedes tener lo que quieras cuando quieras.
Por ejemplo, en casi todos los anuncios o comerciales se nos ofrece la posibilidad de comprar algo y pagarlo después.
Así que, ¿por qué esperar a tener el dinero para comprarlo?
Es triste, pero muchos no hacen caso de lo que dice Proverbios 22:7 y sufren las consecuencias de ser esclavos del que presta.
Veamos otro ejemplo: piensen en lo que pasa con nuestras relaciones con los demás cuando buscamos la satisfacción inmediata.
Si estamos molestos con alguien, puede que nos haga sentir bien en el momento descargar nuestra rabia enviándole un mensaje.
Pero sabemos que lo mejor es pensar en por qué nos sentimos así y en qué estará sintiendo la otra persona, y luego tener una conversación con ella cara a cara.
Aunque esto toma más tiempo, da mejores resultados.
Y un tercer ejemplo: hay personas que quieren casarse y buscan pareja en internet.
Y, al hacer esto, buscan satisfacción inmediata.
Pero, según las estadísticas, estos matrimonios no suelen durar mucho tiempo.
En cambio, Jehová nos dice que hay que ser pacientes al buscar pareja.
Se necesita tiempo para conocernos a nosotros mismos, para conocer a la otra persona y también para construir una buena relación.
Haciendo esto, es mucho más probable que un matrimonio sea feliz y no se acabe con el tiempo.
Estos son solo algunos ejemplos de la actitud tan común que vemos en nuestros días.
Está claro que la sociedad en la que vivimos es una sociedad egoísta, y esto trae malos resultados.
Contestemos ahora a la segunda pregunta, que era: ¿Cómo nos ayuda la bondad inmerecida de Dios a rechazar la satisfacción inmediata?
Vayamos, por favor, a Tito 2, para leer el texto de hoy y para ver por qué estamos hablando de la bondad inmerecida de Dios.
Leamos Tito 2, y empecemos por el versículo 11.
Ahí dice: “Porque la bondad inmerecida de Dios se ha manifestado al traer salvación a toda clase de personas”.
Y ahora viene el texto de hoy: “Esta [la bondad inmerecida de Dios] nos enseña a rechazar la irreverencia y los deseos del mundo”.
¿Se dieron cuenta de lo que nos ayuda a rechazar los deseos del mundo?
Es, según el versículo 11, la bondad inmerecida de Dios.
Pero, entonces, ¿qué es exactamente la bondad inmerecida de Dios, y cómo nos ayuda a rechazar el deseo de buscar la satisfacción inmediata?
La palabra que aquí se traduce por “bondad inmerecida” transmite la idea de recibir un regalo, de recibir algo que no nos hemos ganado y que no merecemos.
Y recibimos este regalo de diferentes maneras.
Aquí, en el versículo 11, Pablo habla de la manera más importante en la que Jehová nos ha mostrado bondad inmerecida: entregó a su propio Hijo para rescatarnos.
Jehová nos perdona nuestros pecados, y eso hace posible que recibamos muchas más bendiciones.
Por ejemplo, podemos tener una amistad estrecha y maravillosa con Jehová.
Y gracias a esta amistad seremos capaces de resistir las tentaciones.
¿Cómo?
Para contestar esta pregunta, veamos algo que le pasó a David.
Durante bastante tiempo, David tuvo que huir del rey Saúl.
Si vamos a 1 Samuel 24, vemos que David estaba escondido en una cueva.
Y justo en esa cueva entró el rey Saúl a descansar.
Entonces, ¿caería David en la tentación?
¿Mataría al rey Saúl para ya no tener que seguir huyendo por el desierto y para ser rey al fin?
Leamos juntos 1 Samuel 24:4 y veamos cómo los hombres de David lo animaron a buscar satisfacción inmediata.
Leamos el versículo 4: “Los hombres de David le dijeron: ‘Este es el día en que Jehová te está diciendo: “Mira, aquí te entrego a tu enemigo en tus manos.
Puedes hacer con él lo que te parezca bien” ’ ”.
Entonces, ¿qué pasó?
¿Qué hizo David?
Bueno, sabemos que resistió la tentación.
Pero ¿por qué?
Leamos lo que dijo David en el versículo 6.
Ahí leemos: “Les dijo a sus hombres: ‘No puedo hacerle esto a mi señor, porque es el ungido de Jehová.
Sabiendo cómo ve Jehová las cosas, jamás se me ocurriría ponerle la mano encima al ungido de Jehová’ ”.
David tenía una amistad muy estrecha con Jehová.
Conocía muy bien la manera de pensar de Dios y sabía poner en práctica los principios divinos.
Todas las oraciones de David que están registradas en la Biblia nos muestran que él siempre confiaba en Jehová.
Por esa razón esperó y dejó su satisfacción personal para más adelante.
Y ¿qué nos ayudará a resistir el deseo de buscar la satisfacción inmediata?
Recordemos: tenemos que hacer lo que dice Filipenses 4:6, 7.
Orémosle a nuestro querido amigo Jehová, y entonces su paz protegerá nuestro corazón.
Y además preparemos nuestro corazón estudiando la Biblia regularmente.
Eso nos ayudará a conocer bien la forma de pensar de Jehová.
Así, cuando queramos conseguir algo de forma inmediata, pero eso ponga en peligro las cosas más importantes de nuestra vida, entonces nuestra estrecha amistad con Jehová nos ayudará a elegir las bendiciones a largo plazo en vez de la satisfacción inmediata.
Hay otra manera en la que la bondad inmerecida de Dios nos ayuda a rechazar la satisfacción inmediata: nos permite mirar al futuro y ver el cuadro completo.
Eso es lo que hizo Jesús.
En Hebreos 12:2, el apóstol Pablo dijo que Jesús pudo aguantar “por la felicidad que fue puesta delante de él”.
Jesús vio su futuro en el cielo, y por eso no dejó de hacer lo correcto para conseguir un beneficio inmediato.
Por ejemplo, piensen en la ocasión en la que Satanás le ofreció “todos los reinos”.
Jesús vio el cuadro completo, entendió cuál era su papel en el propósito de Dios, y eso le ayudó a resistir esa tentación y a rechazar la oferta de Satanás de conseguir un beneficio inmediato.
Nosotros hacemos lo mismo.
Ya nos vemos viviendo en el nuevo mundo que Jehová ha prometido, recibiendo a nuestros seres queridos que han muerto y enseñándoles.
Mantener viva esa esperanza nos dará fuerzas para resistir el deseo de buscar satisfacción inmediata y nos ayudará a esperar a que lleguen esas bendiciones que durarán para siempre.
En conclusión, si rechazamos el deseo de buscar satisfacción inmediata, tomaremos buenas decisiones sobre las cosas materiales y las relaciones con otros.
La bondad inmerecida de Jehová nos permite tener una amistad estrecha con él, y eso protege nuestro corazón.
Y la esperanza nos ayuda a vernos, a imaginarnos, en ese futuro maravilloso en el que tendremos muchas más alegrías que las que puede darnos la satisfacción inmediata.