Unos 28 años después de la muerte de Jesús, el apóstol Pablo animó y consoló a los hermanos mediante la hermosa promesa que leemos en el texto de hoy, en Hebreos 6:10, donde Jehová dice: “No los olvidaré a ustedes ni sus obras ni su amor”.
Y ¿por qué sería un consuelo para los hermanos saber que Jehová no olvida?
¿Verdad que el significado de decirle a alguien que no lo olvidas o no olvidas lo que ha hecho puede ser diferente dependiendo de la persona y de las circunstancias?
Por eso, hablemos de lo que significa que Jehová no olvida.
Para que este análisis sea más práctico, queremos hablarles específicamente a nuestras queridas hermanas que están sufriendo porque su esposo murió o ha sido infiel.
En el primer siglo, en Judea, seguramente también había viudas que se sentían como ustedes, que tuvieron que enfrentarse a la pérdida de un esposo y a los problemas económicos y sociales que esto producía.
Entonces, contestemos las siguientes tres preguntas.
¿Cómo demostró Jehová que recordaba, o que no olvidaba, a la viuda de Sarepta?
Segundo, ¿cómo demuestra Jehová que hoy las recuerda a ustedes, queridas hermanas?
Y, tercero, ¿cómo te beneficias tú, y cómo podemos beneficiarnos todos nosotros de que Jehová nos recuerde?
Respondamos primero cómo demostró Jehová que recordaba a la viuda de Sarepta.
Vayamos al capítulo 17 de 1 Reyes.
Como saben, durante una sequía Dios le dijo a Elías que para sobrevivir, para mantenerse a salvo, tenía que ir a la ciudad de Sarepta.
Allí una viuda lo ayudaría.
Así que Jehová recordó a la viuda de Sarepta en el sentido de que veía lo que hacía.
Sabía que estaría dispuesta a ayudar a Elías y que dejaría que Dios la utilizara.
Jehová veía su potencial.
¿Pudo ella finalmente ayudar a Elías?
Leamos lo que dice 1 Reyes 17:15, 16: “Así que [la viuda] hizo lo que Elías le dijo, y tanto él como ella y su familia tuvieron comida por muchos días.
La harina del jarro grande no se acabó y el aceite del jarro pequeño no se terminó, de acuerdo con las palabras que Jehová había dicho por medio de Elías”.
Jehová alimentó milagrosamente a Elías.
Pero ¿se olvidó de la viuda?
No.
Jehová se convirtió en su Salvador.
Gracias a Jehová, la viuda sobrevivió y pudo seguir alimentándose.
Incluso, más adelante, Jehová siguió recordando la fe de la viuda y sus obras.
¿Cómo?
Por ejemplo, cuando el hijo de la viuda murió, Elías le pidió a Jehová que lo resucitara.
Y veamos lo que pasó leyendo los versículos 22 a 24: “Jehová escuchó la súplica de Elías, así que la vida del niño volvió a él y el niño revivió.
Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación de la azotea y lo metió en la casa.
Se lo llevó a su madre y le dijo: ‘Mira, tu hijo está vivo’.
Al ver esto, la mujer le dijo a Elías: ‘Ahora sé que tú eres realmente un hombre de Dios y que las palabras de Jehová que salen de tu boca son verdad’”.
¡Qué bendición tan maravillosa recibió esta mujer!
¡Qué momento tan feliz!
Jehová no se olvidó ni de su fe ni de sus obras, y le dio el consuelo que tanto necesitaba.
Además, como resucitó a su hijo, Jehová se encargó de que tuviera a alguien que la cuidara cuando fuera mayor.
Así, él cubrió las necesidades de esta mujer.
Tiempo después, según Lucas, capítulo 4, Jesús habló bien de ella, así que es posible que ella viviera el resto de su vida como una fiel sierva de Jehová.
¡Cuánto se alegrará esta mujer cuando muy pronto Jehová la recuerde otra vez y la resucite!
Este ejemplo nos enseña que Jehová no se olvida de sus siervos y lo demuestra llegando a ser lo que la persona más necesita.
Veamos la segunda pregunta.
Queridas hermanas, ¿de qué maneras demuestra Jehová que las recuerda a ustedes?
Analicemos tres textos de la Biblia que nos muestran lo que Jehová llega a ser para ustedes.
Vayamos en primer lugar a Juan, capítulo 14.
Jehová sabe que ya no tienes a tu lado a tu esposo, quien te felicitaba, te daba consuelo y ánimo… Pero pensemos en Jesús.
¿Qué lo ayudó a él a sentirse amado y valorado?
Jehová lo fortaleció por medio de sus palabras y dándole su aprobación.
Ahora nota lo que Jesús te asegura en el versículo 21.
Juan 14:21.
Jesús dice: “El que acepta mis mandamientos y los obedece es el que me ama.
Y, al que me ama, mi Padre lo amará, y yo lo amaré y me mostraré abiertamente a él”.
Así que Jehová te ama.
Por favor, no dejes que Satanás te haga dudar del amor que te tiene Jehová, que no te haga dudar de que Jehová está muy contento contigo.
Por eso, cuando los hermanos te feliciten y te demuestren su amor, piensa que todo eso viene de parte de Jehová.
Él los utiliza a ellos porque no se olvida de tus obras ni de tu amor.
El segundo texto que leeremos está en el Salmo 68.
Jehová es consciente de que necesitas sentirte a salvo y protegida.
Entonces, ¿qué llega a ser Jehová?
Tu protector.
Notemos lo que dice Salmo 68:5 sobre Jehová: “Padre de huérfanos y protector de viudas”.
Así es, nuestro Padre te protege de una manera muy especial.
Por ejemplo, te protege de lo que podría dañar tu amistad con él.
Te da todo lo necesario para que evites hacer algo que le desagrade y puedas seguir siendo su amiga.
Él usa su Palabra y las publicaciones para que veas con claridad cómo te protege y cómo te guía con cariño.
Y ahora el tercer versículo.
Está en Hebreos 13.
Cuando perdiste a tu esposo, quizás te preocupaste por cómo podrías cubrir tus necesidades materiales.
Pero ¿qué ha pasado en todo este tiempo?
¿Has visto cómo Jehová ha cumplido su promesa en tu vida, la promesa que el apóstol Pablo repitió en Hebreos 13, al final del versículo 5?
¿Recuerdas esas palabras?
Allí Jehová dice: “Nunca te dejaré y jamás te abandonaré”.
Como Jehová no se olvida de tus obras ni de tu amor, te da todo lo que necesitas.
Y, por favor, acepta la ayuda que otros hermanos te ofrecen.
De esta manera Jehová te demuestra que se acuerda de ti.
Diles a los hermanos lo que necesitas, y así Jehová los podrá utilizar para cuidarte.
Así que Jehová te demuestra que no se olvida de tus obras ni de tu amor dándote su aprobación, llegando a ser tu protector y dándote todo lo que necesitas, y de otras muchas maneras.
Y la última pregunta era: ¿cómo podemos beneficiarnos todos nosotros de que Jehová nos recuerde?
Bueno, lo que hemos comentado hasta ahora no es nada nuevo, lo hemos escuchado muchas veces.
Pero hay momentos en nuestras vidas en los que nos gustaría que Jehová nos dijera directamente: “Te veo. Veo tus obras.
Veo tu amor y nunca me voy a olvidar de ti”.
¿Qué podemos hacer cuando necesitamos eso?
Tenemos que dejar que lo que Jehová nos dice en su Palabra llegue a nuestra mente y corazón e influya en nuestra vida.
¿Cómo logramos esto?
Permitiendo que lo que leemos en la Biblia nos llegue a lo más profundo.
Así que, cuando meditemos en lo que leímos, hagámonos preguntas como estas: “¿Estoy convencido de que lo que acabo de leer es verdad?
¿Por qué estoy seguro de que los ejemplos de la Biblia no son casos aislados, sino que muestran la forma en la que Jehová siempre trata a sus siervos?
¿He visto, he sentido esto en mi propia vida?
Y ¿verdad que tengo muy buenas razones para creer que Jehová me habla por medio de la Biblia a mí personalmente?”.
Meditar en estas preguntas nos ayudará a sentir que las palabras de Jehová están dirigidas a nosotros personalmente.
Y esto, además, nos ayudará a pensar cada vez más parecido a como piensa Jehová.
En resumen, el ejemplo de la viuda de Sarepta nos enseña las muchas maneras en las que Jehová demuestra que recuerda a las viudas, su amor y sus buenas obras.
Queridas hermanas, por favor, no se olviden nunca de que Jehová les da lo que necesitan, de que es su protector y de que las ama muchísimo a cada una de ustedes.