¿Qué nos enseñan sobre la generosidad y la confianza la manera en la que Jehová usa su espíritu santo?
Hablemos primero de la generosidad.
Si fueras el dueño de toda la energía y el combustible del universo, ¿los darías gratis y generosamente?
¿O cobrarías el máximo precio posible por litro?
¿Qué ejemplo nos pone nuestro Padre, Jehová, cuando nos suministra su espíritu santo?
Vayamos a las palabras inspiradas del Evangelio de Juan, capítulo 3.
Y fijémonos en el versículo 34.
Juan 3:34 dice: “Aquel a quien Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios da el espíritu generosamente”.
La Nueva Traducción Viviente dice: “Porque Dios le da el Espíritu sin límites”.
¿Se les ocurre algún ejemplo de las Escrituras Hebreas en el que Jehová haya dado su espíritu generosamente?
Bezalel estaba lleno del espíritu de Dios.
Josué “estaba lleno del espíritu de sabiduría”.
El espíritu de Jehová le dio fuerza a Sansón.
¿Y en la Escrituras Griegas?
Juan el Bautista estaba lleno de espíritu santo incluso antes de nacer.
Y los discípulos de Jesús fueron ungidos con espíritu santo en el Pentecostés del año 33, que es lo que menciona el texto de hoy.
Hechos 2:4 dice que “todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en diferentes idiomas”.
Así que, aunque Jehová usa su espíritu santo para lograr diferentes cosas en armonía con su propósito, queda claro que siempre lo da con generosidad.
¿Y qué hay de nuestros días?
Jesús explicó una de las maneras como nos ayuda el espíritu santo.
Si todavía están en el libro de Juan, vamos a buscar el capítulo 14 y versículos 16 y 17.
Jesús dijo: “Yo le rogaré al Padre y él les dará otro ayudante que esté con ustedes para siempre: el espíritu de la verdad”.
La nota de estudio para Juan 14:16 dice que la palabra ayudante también puede significar “consolador”, “motivador”, “defensor”.
¿Y cómo puede consolarnos el espíritu santo?
El versículo 26 dice: “Pero el ayudante, el espíritu santo, […] ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho”.
El espíritu santo nos ayuda a recordar.
Nos refresca la memoria.
¿Y qué es lo que nos recuerda?
A menudo ideas de la Palabra de Dios que nos consuelan.
Por ejemplo, veamos una noticia de nuestro sitio web.
En diciembre de 2021 Pióter y su esposa Maya recibieron una condena condicional de tres años por hablar de temas religiosos con sus amigos.
Cuando le preguntaron si había sentido la ayuda de Jehová en alguna ocasión, él dijo: “Una vez le pedí a Jehová que me diera su espíritu santo, y entonces recordé una frase de Juan 10:28 que dice: ‘Nadie las arrebatará de mis manos’”.
Él dijo que pensar en esas palabras le dio fuerzas y alegría.
Y añadió: “Pude ver […] que mi Padre […] estaba siempre a mi lado.
Así que, ¿cómo no me iba a sentir más tranquilo y seguro?”.
¡Qué buen ejemplo de cómo Jehová consuela a sus siervos con su espíritu santo!
Y nosotros, ¿en qué situaciones necesitamos que el espíritu santo nos consuele, nos motive y nos defienda?
Cada uno sabe cuál es su plaga, su dolor.
Y Jehová también.
Y él usará su espíritu santo para ayudarnos a demostrar amor, felicidad, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, autocontrol y otras cualidades que nos ayudan a servirle.
Aunque Jehová es el dueño de esta fuente de energía, no es tacaño.
Cuanto más espíritu santo necesitamos, mayor es su generosidad.
Aunque ocho millones de sus siervos le estén pidiendo su espíritu, él no sube el precio.
El espíritu santo es gratis.
¿Qué aprendemos de esto?
Dejemos que Jehová mismo nos lo diga en Proverbios 3:27, 28.
¿Cómo podemos imitar la generosidad de Jehová?
Proverbios 3:27 dice: “No dejes de hacerles el bien a quienes debes hacérselo si está a tu alcance ayudarlos.
No le digas a tu prójimo ‘¡Vete! ¡Vuelve más tarde!
Mañana te daré algo’ si puedes dárselo ahora”.
¿La lección?
Seamos generosos como Jehová.
Démosles a los demás lo que necesiten.
Aprendemos una segunda lección de cómo Jehová usa su espíritu.
Él confía en otros.
¿Cómo suministra Jehová su espíritu?
Encontramos una pista en Filipenses 1:19.
Dice: “Porque sé que el resultado será mi salvación mediante el ruego de ustedes y el apoyo del espíritu de Jesucristo”.
¿Qué quiere decir “el espíritu de Jesucristo”?
La nota en la Biblia de estudio en inglés dice que, al parecer, se refiere “al espíritu santo, o fuerza activa, que Jesús había recibido del Padre”.
Y añade: “Hechos 2:33 dice que Jesús ‘recibió del padre el espíritu santo prometido’.
Y en Filipenses 1:11 Pablo pide que los cristianos ‘estén llenos de fruto justo, que viene mediante Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios’”.
Sigue diciendo: “Desde que Jesús resucitó y subió al cielo, Dios lo ha usado para darles a los cristianos en la Tierra lo que necesitan”.
Por supuesto, esto incluye darles espíritu santo.
Él confía en Jesús.
¿Fue en el Pentecostés del 33 la primera vez que Jesús usó el espíritu de Jehová para ayudar a sus…, para llevar a cabo la voluntad de Jehová?
Vamos a ver lo que dice Colosenses 1:15, 16.
Refiriéndose a Jesús, ahí dice: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación; porque por medio de él todo lo demás fue creado en los cielos y en la tierra”.
Jehová, el Creador, usó a su “obrero experto” para crear todas las otras cosas.
¿Necesitó Jesús el espíritu santo de Jehová para hacer lo que se le pidió?
Claro que sí.
El libro “Ven, sé mi seguidor”, en la página 131, dice: “Hasta cierto punto, podemos asemejar la colaboración entre Padre e Hijo a la de un arquitecto y su contratista”, que es el que hace realidad los diseños del arquitecto.
Está claro que Jehová confía en Jesús, ¿verdad?
Jehová le dio a su Hijo los medios y la capacitación para cumplir lo que le encargó.
Entonces, ¿qué aprendemos de esto?
Lo que dijo Pablo en 2 Timoteo 2:1, 2.
Bajo inspiración le escribe a Timoteo: “Por lo tanto, hijo mío, sigue fortaleciéndote con la bondad inmerecida que está en Cristo Jesús.
Y las cosas que oíste de mí y que muchos testigos confirmaron, encárgaselas a hombres fieles, y así ellos estarán capacitados para enseñar a otros”.
Aquí tenemos cuatro generaciones de maestros: el apóstol Pablo, Timoteo, los hombres fieles y otros.
¿Qué aprendemos?
Sigamos capacitando, sigamos delegando, sigamos confiando en otros.
¿Qué hemos visto hasta ahora?
Jehová da su espíritu santo con mucha generosidad.
Así que seamos generosos con nuestro tiempo y recursos.
Y Jehová le confía a Jesús su espíritu santo.
Por eso nosotros deberíamos delegar en otros y confiar en que harán bien su trabajo.
Sin duda, el espíritu santo es un valiosísimo regalo de nuestro generoso Padre.
Nunca dejemos de pedírselo y confiemos en “aquel que mediante su poder —que está actuando en nosotros— puede hacer infinitamente más que todo lo que pedimos o imaginamos”.