“Acuérdate de tu Gran Creador en tu juventud”.
Qué apropiadas son estas palabras hoy en día, especialmente para los jóvenes, que viven rodeados de personas que deciden ignorar a Dios.
Prefieren idolatrar a las personas o a las cosas materiales.
Otros incluso niegan descaradamente la existencia de Dios.
Y los mismos profesores de ciencia y biología que les cuentan a nuestros jóvenes lo maravillosos que son los animales, las criaturas marinas o los pájaros les dan todo el mérito a la misteriosa y anónima “madre naturaleza” o a la evolución.
Un artículo de la revista ¡Despertad! mencionó que científicos escriben artículos en los que cuentan con asombro las cosas que están descubriendo.
Usan palabras como las siguientes: “milagroso”, “admirable”, “ingenioso”, “extraordinario”, “perfecto”, “una obra maestra”, “gran misterio”, “infalible”, “maravilloso”, “fantástico” e “increíble”.
Y luego dicen: “¡Qué sabia es la madre naturaleza!”.
Claro, el texto de hoy está dirigido a los jóvenes, pero es bueno que todos nosotros nos acordemos de nuestro Gran Creador. La Atalaya del 15 de enero de 2014, en la página 23, comentó: “Aun si llevamos sirviendo a Jehová muchos años, de vez en cuando nos conviene pararnos a pensar en lo magnífico que es nuestro Creador”.
Y ahora hace esta pregunta: “¿No nos causan asombro los seres vivos?
La complejidad de su diseño está más allá de nuestra comprensión.
Jehová nos da tantas cosas y tan variadas que tenemos muchas oportunidades para disfrutar de la vida.
Cuando contemplamos su creación, se renueva el aprecio que sentimos por su amor, sabiduría y poder”.
Así es.
De hecho, no debería ser tan difícil que nos acordáramos constantemente de nuestro Gran Creador Jehová.
Por ejemplo, quizás en su casa o en su habitación, ustedes tienen guardados algunos regalitos que sus amigos les han hecho a lo largo de los años.
¿Saben? Mi esposa y yo tenemos un armario para eso.
Está lleno de regalos y recuerdos.
Y, cuando miramos cada una de estas cosas, nos acordamos de quién nos la regaló.
De manera parecida, las creaciones de Jehová también son regalos que él nos hace.
Y, cada vez que observamos una de estas impresionantes creaciones, recordamos su grandeza, su majestuosidad y lo maravilloso que es.
Sin duda, él es el Gran Creador.
Al leer los artículos de la serie “¿Lo diseñó alguien?”, nos impresiona ver su creatividad y su ingenio.
Una hermanita escribió: “Me encanta leer los artículos de la sección ‘¿Lo diseñó alguien?’.
Me confirman que la evolución no puede ser cierta.
Es una locura pensar que cosas tan hermosas como una mariposa o un colibrí aparecieron por accidente”.
¿Verdad que estamos de acuerdo con ella?
La hermana mencionó las mariposas, y sin duda estos insectos son de las criaturas más hermosas que Jehová ha hecho.
Hablemos un poco más de las mariposas.
De las miles de especies que hay, conozcamos mejor a dos de ellas.
La primera es la mariposa monarca.
Miren esta delicada joya.
Ningún diseñador de moda podría haberse imaginado una combinación de colores tan llamativa como la de estas delicadas alas naranjas, perfiladas en negro y decoradas con un diseño tan complejo.
Pero la mariposa monarca es mucho más que belleza.
Tiene el cerebro del tamaño de la punta de un bolígrafo.
No obstante, todos los años, en otoño, es capaz de viajar desde Canadá hasta una pequeña zona boscosa del centro de México, a unos 3.000 km o unas 1.800 millas de distancia.
Estas mariposas cruzan grandes lagos, ríos y montañas.
Y, a pesar de que ninguna de ellas ha hecho nunca antes este viaje, llegan sanas y salvas.
¿Cómo lo logran?
Bueno, ellas usan el Sol para orientarse, lo usan como referencia.
Pero, como la trayectoria del Sol cambia, Jehová diseñó su diminuto cerebro con la capacidad de reajustar su rumbo de acuerdo con esa trayectoria.
Hermanos, ¿qué nos recuerda la mariposa monarca sobre nuestro Gran Creador?
Bueno, pues esta obra maestra del color y del diseño nos enseña que a Jehová le encantan las cosas bonitas.
Pero eso no es todo.
Piensen en lo siguiente: si nuestro Gran Creador se esmeró tanto para que la mariposa monarca sea capaz de viajar largas distancias y llegar a su destino sana y salva, ¿no estará mucho más interesado en guiarnos a nosotros en el largo viaje a nuestro destino, el nuevo mundo?
Hablemos de otra mariposa, la mariposa morfo azul gigante.
Fíjense en sus alas.
A simple vista parecen muy frágiles, ¿verdad?
Al verlas, quizás se pregunten: “¿Cómo puede volar esta mariposa cuando hay una tormenta?
Si la lluvia cae sobre sus alas y se mojan, van a pesar tanto que no va a poder volar.
Pero resulta que las alas de esta mariposa permanecen secas.
¿Cómo es posible?”.
Al mirarlas a simple vista, parece que son lisas.
Pero, si las miráramos a través de un microscopio, veríamos que en realidad están cubiertas de diminutas escamas superpuestas, como las tejas del tejado de una casa.
A su vez, estas escamas tienen ranuras microscópicas en paralelo que hacen que las gotitas de agua resbalen.
Los ingenieros están tratando de imitar el diseño de estas alas para fabricar revestimientos impermeables.
Obviamente, todo esto nos recuerda la sabiduría que tiene nuestro Gran Creador.
¿Pero qué más nos enseña acerca de él?
Si nuestro Dios, Jehová, se tomó la molestia de diseñar con tanto detalle las escamas que están en las alas de esta preciosa mariposa, ¿deberíamos dudar de que él se preocupa de los detalles de nuestra vida?
¿Y no es cierto que él nos prepara espiritualmente para afrontar las tormentas de la vida?
¡Por supuesto!
Él no es solo un Dios de sabiduría, sino sobre todo un Dios de amor.
Bueno, estos solo son un par de ejemplos donde se ve la sabiduría, el conocimiento y el amor de Jehová.
Pero hay muchísimos más, porque los regalos de Jehová son infinitos.
Nos tomaría una eternidad comprender toda su personalidad.
Eso es justo lo que dijo Salomón en Eclesiastés 3:11: “Él lo ha hecho todo hermoso a su debido tiempo.
Hasta ha puesto la eternidad en el corazón de ellos; con todo, la humanidad nunca comprenderá totalmente las obras que el Dios verdadero ha hecho”.
Y, en el Salmo 143:5, David escribió: “Con gran interés reflexiono en [o estudio] la obra de tus manos”.
Al igual que el rey David, el esclavo fiel y prudente ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a investigar.
Y ha publicado mucha información, tanto en papel como en formato electrónico, sobre las maravillas de la creación, como la serie “¿Lo diseñó alguien?”.
Así que estaría bien que la leyéramos o que incluso la estudiáramos a fondo.
¡Despertemos nuestra curiosidad por la creación de Jehová!
¡Avivemos las ganas de saber más sobre ella!
Si lo hacemos, nos estaremos acordando de nuestro Gran Creador.
Al hacerlo, estaremos muy agradecidos, y eso hará que queramos darle lo mejor mientras estemos vivos.