Hoy quiero plantearte una pregunta: ¿qué sacrificios estás dispuesto a hacer?
En el texto de hoy —Marcos 10:29, 30—, Jesús dejó muy claro que, cuando alguien decide ser discípulo suyo, tal vez tenga que sacrificar algunas cosas que valora; a veces, su relación con su familia.
Sabemos que, en ocasiones, cuando alguien acepta la verdad, su familia se pone en contra del mensaje e incluso puede que rechace a la persona.
Pero, cuando esto sucede, por más doloroso que pueda ser, quien de verdad ama a Jehová no dudará en permanecer fiel a su Padre celestial.
Estaría dispuesto a hacer cualquier sacrificio con tal de servirle a Jehová.
¿Qué has sacrificado tú?
Es bueno que pensemos en lo que estamos dispuestos a hacer por Jehová y por Jesús.
Las recompensas sin duda valdrán la pena.
Pero, claro, tenemos que seguir en todo momento el ejemplo de Jesús.
Así nos lo muestra el texto para el día de hoy.
Muchos de nuestros hermanos y hermanas siguen sirviéndole a Jehová fielmente a pesar de solo tener algunos familiares en la verdad o a pesar de no tener a ninguno de sus familiares en la verdad.
Por otro lado, hay hermanos que pertenecen a familias que llevan generaciones en la verdad.
Y qué bueno por ellos.
Estos hermanos también están sirviéndole a Jehová fielmente.
La realidad es que los sacrificios que una persona tenga que hacer por servir a Jehová dependerán de sus circunstancias.
Jesús sabía que tendríamos que hacer sacrificios.
Por eso dijo lo que dijo.
Pero, sin importar cuánto perdamos, podemos estar seguros de que Jehová y Jesucristo cumplirán la promesa registrada en Marcos 10.
Ellos nos garantizan 100 veces más de lo que hayamos perdido y vida eterna en el futuro.
¿Qué debemos hacer en vista de que tenemos esa promesa?
Debemos estar dispuestos a seguir haciendo cualquier sacrificio necesario con tal de seguir cumpliendo la voluntad de Jehová.
Tenemos fe en esa promesa.
Y esa fe y el amor a Jehová es lo que nos impulsa.
Él ha sido tan bueno y tan generoso con nosotros… Y sabemos que él también ha sacrificado muchísimo por nosotros.
Si tenemos fe, jamás seremos como Demas, que como sabemos abandonó al apóstol Pablo cuando se vio sometido a presión.
Él empezó a añorar lo que había dejado atrás y perdió de vista este punto: es lo que damos y lo que estamos dispuestos a dejar atrás por la verdad lo que de veras le importa a Jehová.
Lo que damos y lo que dejamos atrás revela quiénes somos en realidad.
Claro, lo que nosotros sacrifiquemos puede ser diferente a lo que otros sacrifiquen.
Pero Jehová nos dará a todos a cambio mucho más de lo que podemos imaginarnos.
De nuevo, Jesús dijo en Marcos 10:30 “100 veces más”, nada menos.
Tener muy en cuenta este detalle de la promesa nos ayudará a dejar a un lado cualquier cosa.
Jesús mismo la tuvo muy en cuenta en su vida.
Por ejemplo, todos recordamos cuando sus hermanos no quisieron creer en él.
¿Cómo reaccionó Jesús ante esa decepción?
Él en ningún momento pensó en dejar a un lado su servicio con tal de complacer a los miembros de su familia.
De hecho, Jesús dijo en cierta ocasión: “¡Ay cuando […] hablen bien de ustedes [...]!”.
Jesús sabía que quien hace todo lo posible por complacer a todo el mundo y al mismo tiempo servir a Dios siempre termina haciendo algo que desagrada a Jehová.
Jesús fue siempre fiel, porque Jesús no estaba obsesionado con lo que la gente pensaba sobre él, sino que se concentró en complacer a su Padre, Jehová.
¿Y qué beneficio obtuvo Jesús por mantenerse fiel y no ceder a la presión?
En la Biblia vemos que con el tiempo sus medio hermanos terminaron por aceptar el mensaje, especialmente después de ver todo lo que sucedió relacionado con su muerte y resurrección.
Su forma de ver a Jesús y sus enseñanzas cambió justo en el momento debido.
Ahora veamos qué aplicación práctica tiene todo esto en el caso de algunos que están escuchando.
Tal vez algunos de sus familiares no sean Testigos, puede que ni siquiera sus padres sean Testigos y que lleven mucho tiempo sirviendo a Jehová sin su apoyo.
Incluso sabiendo que queda poco tiempo para que llegue el fin, ¿qué puede ayudarles a mantener la esperanza?
¿La respuesta?
Seguir el ejemplo de Jesucristo.
Al igual que él, nunca los den por perdidos, pero nunca dejen a un lado su servicio a Jehová con tal de complacerlos.
Sigan dándoles un buen ejemplo, uno que ellos no puedan olvidar.
Como dijo Jesús en Mateo 5:16 —noten las palabras que utilizó aquí—: “Hagan brillar su luz a la vista de la gente.
Que vean sus buenas obras y así le den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos”.
¿Qué es lo que otros, incluidos nuestros familiares no Testigos, ven cuando nos observan?
¿Ven que estamos afrontando el futuro con confianza y que nuestra fe es fuerte?
¿Fortalecemos nuestra fe pidiéndole a Dios más fe todos los días y leyendo y meditando en su Palabra todos los días?
Quienes se estén inclinando hacia la verdad notarán eso en nosotros.
Verán que demostramos que tenemos fe con nuestras obras.
Entonces tal vez se inclinen todavía más en la dirección correcta.
Tenemos que pensar en eso, porque, como dice el dicho, “Un ejemplo vale más que mil palabras”.
Y, como dijo Jesús: “Que vean sus buenas obras y así le den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos”.
Por supuesto, puede que aun así nos preocupemos un poco por nuestros familiares que no son testigos de Jehová.
Nos preocupamos por ellos porque los queremos.
Nos preocupa que no respondan al mensaje antes de que llegue el fin.
Eso nos quita el sueño.
Cuando esos pensamientos y preocupaciones nos abrumen, recordemos esto: tal como acabó sucediendo en el caso de los hermanos de Jesús, Jehová puede atraer fácilmente a quienes ya se están inclinando en la dirección correcta.
Jehová conoce el corazón de todas las personas en el mundo.
Y Jesucristo también; él sabe perfectamente quién puede llegar a ser una oveja.
Seamos optimistas y ayudemos a nuestros familiares a inclinarse en la dirección correcta.
Luego dejemos el asunto en manos de Jehová.
Siga confiando en que Jehová los atraerá si tienen una buena disposición.
Hay algo que es cierto: si de una familia sale un Testigo, pueden salir más.
Y lo decimos por experiencia, hermanos.
Esto es algo que ha sucedido en una ocasión tras otra.
De donde sale una oveja, pueden salir más.
Así que tengamos paciencia, no perdamos la esperanza.
Pero ¿y si nuestros familiares nunca aceptan la verdad?
Puede pasar.
Si eso sucede, recordemos siempre que Jehová sabe que lo hemos intentado.
Y, además, siempre nos bendecirá por ello.
Así que, en conclusión, ¿qué sacrificios estás dispuesto a hacer?
Si seguimos el ejemplo de Jesús, siempre nos pondremos del lado de la verdad y no permitiremos que nada nos aparte, aunque tengamos que sacrificar muchas cosas, aunque tengamos que sacrificar la relación con nuestros familiares.
Si somos leales a Jehová, nuestro buen ejemplo puede hacer que otros se inclinen en la dirección correcta, que cambien de rumbo y Jehová los acerque a él.
¿Qué prometió Jesús que nos dará si por seguirlo estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio?
“100 veces más”.
En nuestros días, una familia internacional de hermanos y hermanas que nos queremos de verdad.
Y eso no es todo.
Jesús también les prometió a quienes estén dispuestos a hacer sacrificios vida eterna en el nuevo mundo.