La manera de vestirse y arreglarse es algo muy personal.
En este tema, hay opiniones para todos los gustos.
Pero déjenme preguntarles en qué están pensando ahora mismo.
Tal vez estén pensando “¿Por qué se puso una boina?”.
O quizás, “Este debe ser uno de esos momentos decisivos en la vida del hermano Jackson”.
Y habrá quien diga “¿Será una nueva norma?
Eso nunca lo habíamos visto”.
Bueno, mejor me la quito.
Lo que quería era demostrar que nuestra manera de vestir y arreglarnos puede distraer mucho a los demás.
Cuando predicamos, nuestro aspecto puede distraer a las personas o hacer que piensen en otra cosa.
Si nuestra forma de vestir y arreglarnos es rara o llama mucho la atención, podemos hacer que los demás se concentren en nosotros, y no en Jehová y su mensaje.
Claro, cuando viajas por el mundo, ves que los hermanos se visten de muchas formas diferentes.
No les voy a mostrar fotos, pero tal vez recuerden las fotos que salen en “La Atalaya” de nuestros hermanos predicando.
Algunos no usan corbata, otros no usan saco o chaqueta.
En Fiyi, por ejemplo, los hombres usan una especie de falda llamada “sulu”.
Así que hay una gran variedad de ropa y una gran variedad de estilos que están bien.
De hecho, cuando los hermanos del Cuerpo Gobernante presentan una nueva Biblia o cuando dan discursos en las asambleas, seguro que los habrán visto vestirse con los trajes típicos del lugar.
Así que en la organización de Jehová no se ponen reglas estrictas o inflexibles.
No se espera que todos nos vistamos igual.
Es verdad que las circunstancias son distintas en cada lugar.
En algunos países, hay un montón de opciones para vestirse y arreglarse.
En otros, los hermanos realmente no tienen mucho de donde elegir.
Recuerdo que hace algunos años mi esposa y yo vimos algo en una asamblea regional que nos emocionó mucho.
Yo estaba sentado detrás de la plataforma, esperando para dar el último discurso, y podía ver a los hermanos que subían a dar sus comentarios en el Estudio de “La Atalaya”.
Me conmovió ver que las hermanas que bajaban de la plataforma les daban sus zapatos, collares y otros accesorios a las hermanas que iban a subir.
Obviamente no tenían muchas cosas; compartían lo que tenían.
Era lo que había.
Por otro lado, nos puede pasar, sobre todo a nuestras hermanas, que vamos a un centro comercial y parece que hay muchísimas opciones para elegir.
Pero, cuando empezamos a buscar, estamos igual que las hermanas de la asamblea; no hay casi nada que pueda ponerse un cristiano.
¿Qué podemos hacer, entonces?
Pues, lo bueno es que vayamos donde vayamos, sea que los hermanos usen corbatas o chaquetas o lo que tengan, todos los testigos de Jehová tenemos algo en común: siempre intentamos estar limpios y bien arreglados.
Como saben, el Cuerpo Gobernante no quiere fijar un montón de reglas rígidas sobre este asunto.
Entonces, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hermanos a tener el punto de vista correcto y así darle gloria a Jehová?
¿Qué les parece si repasamos cinco principios bíblicos?
Hay muchos otros textos bíblicos, pero creo que vale la pena analizar estos cinco.
Para empezar, abramos la Biblia en 1 Timoteo 2:9.
Ahora veremos el texto en la pantalla con algunas palabras resaltadas.
Dice: Vivamos donde vivamos, ¿qué aprendemos de estas palabras?
Pues que no vamos a elegir ropa que sea llamativa ni extravagante ni rara ni provocativa ni que enseñe mucho, ni tampoco ropa que siga alguna moda extrema.
Acuérdense de la boina que me puse.
Si nos arreglamos de una forma muy distinta a lo que se acostumbra, ¿qué pasará?
Que la gente no estará atenta al mensaje que llevamos.
Y, lo que es peor, podríamos dar una impresión equivocada de la clase de vida que llevamos.
Encontramos el segundo principio en 2 Corintios 6:3, que dice: Fíjense en las palabras “nada” y “nadie”.
Cuando elegimos lo que nos ponemos, tenemos que asegurarnos de que absolutamente nada haga tropezar a nadie ni cuando estemos predicando, o sea, fuera de la congregación, ni tampoco a nuestros hermanos dentro de la congregación.
Si nos ponemos ropa que podría ser provocativa, es posible que despertemos malos pensamientos en alguien.
Es importante recordar este principio tan práctico cada vez que elijamos lo que nos vamos a poner.
El tercer principio está en Números 15:39.
Aquí Jehová sí les da a los israelitas algunas leyes estrictas sobre cómo vestirse y arreglarse.
Esas leyes eran para que los israelitas fueran diferentes de las naciones que los rodeaban.
Leamos lo que dice Números 15:39: Y fíjense en esto: ¿No les parece que este texto nos da una lección muy interesante?
Ojo, no estamos sugiriendo que usemos bordes con flecos en nuestra ropa.
¿Cuál es la lección?
Jehová les estaba enseñando a no dejarse llevar por los ojos o el corazón al elegir su ropa.
En otras palabras, no debemos pensar cosas como: “Pues a mí esto me gusta mucho.
Me queda superbién y le va perfecto al tono de mi piel”.
Hay que tomar en cuenta muchas otras cosas.
En el caso de los israelitas, seguro que había algunos a los que no les gustaban los bordes con flecos.
Pero pensar en lo que Jehová esperaba de ellos los ayudó a obedecer.
¡Qué buena lección!
Nosotros podemos hacernos preguntas como estas: “¿Qué cara pondrá la gente si me pongo esto?
¿Dará una imagen equivocada de mí?
¿Es de mi talla?
¿Tengo edad para ponérmelo?”.
Estas son algunas preguntas en las que todos debemos pensar.
Veamos ahora el cuarto principio.
Está en 1 Corintios 10:23, 24.
Este también es uno de los principios que quizás nos viene a la mente cuando pensamos en este asunto.
Dice: ¿Y aquí?
¿Qué preguntas tendríamos que hacernos?
Es posible que lo que nos hayamos puesto no esté tan mal como para que alguien tenga que hablar con nosotros.
Pero ¿estamos dando un buen ejemplo?
¿Estamos representando a Jehová de manera digna?
Y no me refiero solo a cuando vamos a las reuniones o predicamos, sino también en nuestro tiempo libre.
Si alguien nos viera cuando estamos de vacaciones, ¿se sorprendería al enterarse de que somos testigos de Jehová por la forma en que vamos vestidos?
Son buenas preguntas, ¿verdad?
El último principio, que también nos puede servir, está en Filipenses 3:17.
El apóstol Pablo dice: Si tenemos dudas a la hora de decidir cómo vestirnos o arreglarnos, una buena idea es fijarnos en hermanos de la congregación que sean maduros en sentido espiritual.
¿Cómo se visten ellos?
Por otro lado, ¿qué piensa la congregación en conjunto?
¿Qué es lo que se ve bien?
Eso puede darnos una idea del tipo de ropa que debemos elegir.
Hermanos, queremos felicitarlos por lo bien que se visten.
En especial queremos felicitar a la familia Betel.
Le están dando gloria a Jehová.
Así que, sin poner un montón de reglas estrictas, nunca olvidemos estos principios básicos.
Y hagamos siempre las cosas para la gloria de Jehová.