Un periódico de Japón mencionó lo que dijo un sacerdote católico.
Dijo que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios lleno de ira y que no podía sentirse cerca de él.
Y añadió que, finalmente, este Dios cambió y se transformó en el Dios del Nuevo Testamento, el Dios de amor de quien Jesús habló.
¿Han escuchado esto alguna vez?
Muchas personas piensan así, que Dios tiene doble personalidad.
No les gusta leer en la Biblia que Dios algunas veces se enoja.
¿Por qué?
Bueno, pudiera ser por dos razones.
La primera es que hay críticos en este mundo que constantemente tratan de desacreditar a Jehová.
Por ejemplo, un famoso biólogo, hace algunos años, dijo en su libro algo que impactó mucho: “El Dios del Antiguo Testamento es el personaje más desagradable de todos los relatos de ficción”.
Y no sigo, porque lo que dijo después es aún peor.
¡Qué manera de blasfemar contra Dios!
Cuanto más escuchan las personas cosas como estas, más se las creen.
La otra razón por la que algunos no entienden que Dios se enoje es que han sufrido algún tipo de maltrato y son muy sensibles a lo que ellos perciben como maltrato.
Una hermana dijo: “Cuando mi padre estaba borracho, explotaba de ira y su rostro cambiaba.
Parecía un lobo enseñando los dientes, a punto de atacar”.
Y añadió: “Viví esa pesadilla casi todos los días”.
Este tipo de maltrato puede afectar a uno durante mucho tiempo.
¿Cómo podemos ayudar a las personas a superar su temor a que Dios se enoje, para que se acerquen a él?
Hablemos primero de lo que dicen los críticos y luego de cómo tranquilizar a quienes se sientan inseguros.
Primero, dejemos clara una cosa: Jehová no tiene doble personalidad.
Cuando Jesús estuvo en la Tierra, enseó una poderosa verdad: que Jehová es uno solo.
Cuando un escriba le preguntó cuál era el mayor de todos los mandamientos, ¿qué le respondió?
Leamos Marcos 12:29, 30 y veamos exactamente qué fue lo que le dijo.
Respondió citando el texto de hoy.
Marcos 12:29, 30: “Jesús contestó: ‘El primero es: “Escucha, oh, Israel.
Jehová nuestro Dios es un solo Jehová.
Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” ’ ”.
Jesús dijo que amar a Jehová por lo que es, y no por lo que nos gustaría que fuera, es la decisión más importante que una persona puede tomar.
Ahora bien, las naciones paganas tenían diferentes dioses para cada cosa.
Incluso, dependiendo del lugar, se adoraban variantes diferentes del mismo dios, como pasaba con Baal, por poner un ejemplo.
Algo parecido ha ocurrido en otras religiones, por ejemplo, la Iglesia Católica con sus diferentes manifestaciones de María.
Pero en Israel las cosas eran muy diferentes.
Ellos habían aprendido que solo hay un Dios, Jehová, a quien le debían todo lo que tenían.
Y, cada vez que leían Deuteronomio 6:4, se les recordaba que Dios tiene solo una personalidad.
Entonces, ¿por qué un Dios de amor se enoja a veces?
La respuesta es sencilla.
Cuando los rebeldes desafiaron su soberanía, Jehová tuvo que defender su nombre y sus normas.
La rebelión hizo que Jehová se enojara, y con razón.
Pero él siempre demuestra su ira de forma controlada y de acuerdo con sus justos principios.
Como Padre, tenía que proteger a su familia.
El respeto por su nombre y el amor por sus hijos lo motivaron a actuar.
Al mismo tiempo, Jehová es un Dios “paciente y lleno de amor leal”.
Él no está siempre enojado, es un Dios feliz.
Y Jesús dijo que “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito”.
Jehová ha sido, es y siempre será un Dios de amor.
Él nunca cambia.
Primera de Juan 4:8 dice: “Dios es amor”.
Esa es su personalidad.
Pero Jesús también dijo que Dios entregó a su Hijo “para que nadie que demuestre tener fe en él sea destruido, sino que tenga vida eterna”.
¿Se fijaron en que Jesús dijo que los que no tengan fe en él serán destruidos?
Así que la personalidad de Jehová no fue mejorando con los años, como si lo necesitara.
Él no cambió su personalidad por otra diferente.
La severidad con la que juzga a los malvados no es menor ni el amor que siente es mayor que en el pasado.
Jehová no cambia.
Pongamos un ejemplo para entender esto.
Un policía es visto por los delincuentes como alguien que se encarga de que se cumpla la ley.
Sus hijos lo ven como el padre amoroso que es.
Y a sus amigos les encanta su buen sentido del humor.
El policía, el padre y el amigo son la misma persona.
Pero en cada situación se destaca un aspecto diferente de su personalidad.
Y lo mismo pasa con Jehová.
Como su propio nombre indica, “él hace que llegue a ser” o llega a ser todo lo que hace falta en cada momento a fin de cumplir su propósito, especialmente, su propósito para aquellos que lo aman.
Así que, si queremos estar más cerca de Jehová, tenemos que aceptar todos los aspectos de su bonita personalidad, una personalidad que nunca cambia.
Los que amamos a Dios no tememos su ira.
Confiamos en él porque siempre es bondadoso y cariñoso con nosotros.
¿Por qué decimos esto?
Bueno, abramos la Biblia en Jeremías 29:11 y veamos por qué podemos estar seguros de que Jehová siempre quiere lo mejor para nosotros, como lo quiso para sus siervos del pasado.
Ahí leemos: “Porque sé muy bien lo que tengo en mente para ustedes —afirma Jehová—.
Quiero que tengan paz, no calamidad.
Quiero darles un futuro y una esperanza”.
Jehová Dios nos ama.
Él tiene absoluto control sobre sí mismo y las circunstancias que le rodean.
Además, su Hijo murió por nuestros pecados.
Por eso, podemos sentirnos seguros con Jehová.
No debemos tener miedo de acercarnos a él.
Muy pronto, como predice Zacarías 14:9, “Jehová será Rey de toda la tierra.
Ese día —dice el profeta— Jehová será el único y su nombre será el único”.
Ese día, todos en el cielo y en la Tierra proclamarán que Jehová, nuestro Dios, es el Soberano Universal.
Y tú y yo uniremos con alegría nuestras voces a ese coro.
¡Qué maravilloso futuro nos espera!