¿Verdad que vivimos en tiempos difíciles? A pesar de los avances en la tecnología, la gente sigue sufriendo por culpa de la guerra, las enfermedades, el hambre y todo tipo de desastres. Además, nos enfrentamos a la fuerte oposición y persecución de quienes todavía no conocen a Jehová. ¿Cuánto anhelamos que todo eso acabe y se haga justicia? En el libro de Apocalipsis, de manera simbólica hablan los que murieron por su fe.
Estos mártires le dicen a Jehová, Señor soberano, santo y verdadero, ¿hasta cuándo te vas a contener de juzgar y de vengar nuestra sangre? Aunque a esos mártires se les pidió que esperaran un poco más, Jesucristo dijo algo impactante en Apocalipsis 10: 6, Ya no habrá más demora. ¡Qué buenas noticias! Todo el libro de Apocalipsis son buenas noticias para los que amamos a Jehová y confiamos en Él. Predice sucesos dramáticos.
Pero no tenemos miedo, porque sabemos que Jehová cuidará de nosotros. Las buenas noticias de Apocalipsis anuncian que todo lo que nos hace sufrir pronto desaparecerá. Las promesas de este libro tienen que ver con una persona, Jesucristo.
Ya en el primer versículo se dice que este fascinante libro es una revelación de Jesucristo. Predice lo que ocurriría durante el Día del Señor, es decir, el periodo de tiempo que comenzó en 1914, cuando nuestro Señor Jesús se convirtió en Rey y que terminará al final de su reinado de mil años. A lo largo del libro de Apocalipsis se habla del papel fundamental de Jesús a la hora de eliminar a los enemigos de Dios, de acabar con el sufrimiento y de convertir la tierra en un paraíso.
Estas no son promesas vacías. Apocalipsis 1:1 dice que estas cosas tienen que suceder dentro de poco. ¿Qué cosas van a suceder dentro de poco? ¿Qué papel desempeñará Jesús en estos sucesos? ¿Y cómo se logrará que haya por fin justicia y paz? Comencemos analizando lo que ocurrirá con el imperio mundial de la religión falsa.
Por favor busquen Apocalipsis capítulo 18. Apocalipsis presenta a la religión falsa como una malvada prostituta llamada Babilonia la Grande. Durante miles de años ella se ha burlado de los siervos de Dios y los ha perseguido y asesinado.
Con descaro se ha aprovechado de la gente engañándola con mentiras. Tiene muchísima influencia, pero eso está a punto de cambiar. Empecemos nuestra lectura en Apocalipsis 18:1.
Fijémonos en lo que le ocurrirá a Babilonia la Grande y por qué. "Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo con gran autoridad y la tierra quedó iluminada con su gloria. Él gritó con voz fuerte.
Ha caído. Babilonia la Grande ha caído. Se ha convertido en guarida de demonios, donde están al acecho todos los espíritus impuros y todas las aves impuras y odiadas, porque todas las naciones fueron víctimas del vino de la pasión de su inmoralidad sexual.
Con ella los reyes de la tierra tuvieron relaciones sexuales inmorales y los comerciantes de la tierra se hicieron ricos gracias al poder de su lujo descarado. Y oí otra voz que venía del cielo y decía. Sálganse de ella pueblo mío, si no quieren ser cómplices de sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas, porque sus pecados se han acumulado hasta el cielo y Dios ha recordado sus actos injustos, páguenle con la misma moneda.
Si, devuélvanle el doble de las cosas que ha hecho. En la copa en la que ella preparó la bebida, prepárenle el doble de bebida. Denle tormento y duelo en proporción a la gloria que ella misma se dio y al lujo descarado en que vivió, porque ella no deja de decir en su corazón, estoy sentada como reina, no soy viuda y nunca estaré de duelo.
Por eso en un solo día vendrán sus plagas, muerte, duelo y hambre y será quemada por completo con fuego, porque Jehová Dios que la juzgó es poderoso". Babilonia cree que es una reina poderosa y que nadie puede hacerle daño, después de todo le ha ido muy bien durante miles de años, pero le espera la destrucción y será repentina como si fuera en un solo día. ¿Qué papel desempeña Jesús en esto? Fijémonos en los versículos 1 y 2. ¿Quién anuncia la caída de Babilonia? Un ángel con una gloria que ilumina toda la tierra.
¿A quién le ha dado Jehová esa gloria? A nuestro señor Jesús. Desde 1914 Jesús ha estado ejerciendo su papel de rey y juez sobre la tierra. Qué apropiado es que sea él quien anuncie la caída de Babilonia la Grande, pero este anuncio viene con una advertencia.
¡Sálganse de ella! No queremos tener nada que ver con una organización que está condenada a la destrucción. Jehová odia a Babilonia la Grande y nosotros también. Sin embargo, muchos han sacado provecho de la religión falsa.
Los gobernantes han contado con el apoyo de Babilonia la Grande para sus gobiernos y sus guerras. Los comerciantes han hecho dinero con ella. ¿Cómo reaccionan ellos a la destrucción repentina de Babilonia? Leámoslo en Apocalipsis 18 a partir del versículo 9. Cuando los reyes de la tierra que tuvieron relaciones sexuales inmorales con ella y vivieron en lujo descarado con ella, vean el humo de su incendio, llorarán y se golpearán el pecho de dolor por ella.
Se quedarán de pie a cierta distancia por temor al tormento de ella. Dirán, ¡Qué lástima! ¡Qué lástima! ¡Tú, la gran ciudad Babilonia! ¡La poderosa ciudad! Y es que en una sola hora ha llegado tu juicio. Además, los comerciantes de la tierra llorarán y se lamentarán por ella, porque ya no habrá nadie que compre todo su cargamento.
Un cargamento de oro, plata, piedras preciosas, perlas, lino de calidad, tela púrpura, seda y tela rojo escarlata, toda clase de artículos hechos de madera aromática y todo tipo de objetos elaborados con marfil y con maderas preciosas, cobre, hierro o mármol, también canela, especia de la India, incienso, aceite perfumado, olívano, vino, aceite de oliva, harina fina, trigo, vacas, ovejas, caballos, carruajes, esclavos y vidas humanas. Sí, el buen fruto que deseabas te ha abandonado y todas las mercancías exquisitas y espléndidas se han acabado para ti. No volverán nunca más.
Los comerciantes que vendían estas cosas, los que se hicieron ricos gracias a ella, estarán de pie a cierta distancia por temor al tormento de ella. Llorarán y se lamentarán diciendo ¡Qué lástima! ¡Qué lástima! La gran ciudad, vestida de lino de calidad, de púrpura y de rojo escarlata y adornada con muchas joyas de oro, piedras preciosas y perlas. Y es que en una sola hora riquezas tan grandes han sido destruidas.
Y todos los capitanes de barco, todos los navegantes y marineros, y todos los que se ganan la vida en el mar, se quedaron de pie a cierta distancia. Y al mirar el humo de su incendio gritaban ¡Qué ciudad es como la gran ciudad! Se echaban polvos sobre la cabeza y llorando y lamentándose gritaban ¡Qué lástima! ¡Qué lástima! La gran ciudad, donde gracias a sus riquezas se hicieron ricos todos los que tenían barcos en el mar. Y es que en una sola hora ha sido destruida.
¡Qué lástima! ¡Qué lástima! gritaban. Pero ¿qué hay de los siervos de Dios? Ellos reaccionan de una forma muy diferente. Leamos a partir del versículo 20 y veamos cómo los siervos de Dios tanto en el cielo como en la tierra reaccionarán a la destrucción de Babilonia.
Fijémonos también en por qué la religión falsa se merece un castigo tan severo. ¡Oh cielo, alégrate por lo que le ha pasado! Alégrense también ustedes, los santos, los apóstoles y los profetas, porque Dios ha actuado a favor de ustedes dictando su sentencia contra ella. Y un ángel fuerte levantó una piedra parecida a una gran piedra de molino y la arrojó al mar, diciendo, Así de un golpe será arrojada hacia abajo Babilonia, la gran ciudad, y nunca más se la volverá a ver.
Nunca más se volverá a oír en ti el sonido de cantores tocando sus arpas, ni el sonido de músicos, flautistas o trompetistas. Nunca más se volverá a ver en ti a ningún artesano de ningún oficio. Nunca más volverá a oírse en ti el sonido de la piedra de molino.
Nunca más volverá a brillar en ti la luz de ninguna lámpara, ni jamás volverá a oírse en ti la voz de un novio o de una novia. Porque tus comerciantes eran los magnates de la tierra y porque engañaste a todas las naciones con tus prácticas espiritistas. Así es, en ellas se encontró la sangre de profetas, de santos y de todos los que han sido asesinados en la tierra.
Después de esto, oí algo como la voz fuerte de una gran multitud en el cielo. Ellos decían, La salvación, la gloria y el poder le pertenecen a nuestro Dios. Porque sus juicios son verdaderos y justos.
Porque ha ejecutado la ascendencia contra la gran prostituta, la que corrompió la tierra con su inmoralidad sexual y ha vengado la sangre de sus esclavos que había en las manos de ella. Y enseguida dijeron, por segunda vez, Alaben a Já. El humo de ella seguirá subiendo para siempre jamás.
Sí, alaben a Já. ¿Por qué? Aquellos líderes religiosos fueron responsables de la muerte de los profetas y de la del propio Jesucristo. El discípulo Esteban les preguntó a los líderes religiosos, ¿a cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Sí, ellos mataron a los que anunciaron de antemano la venida del justo, aquel a quien ustedes traicionaron y asesinaron.
En vez de tomar a pecho las palabras de Esteban, lo mataron a él también ese mismo día. Desde los días del discípulo Esteban, la religión falsa ha estado durante siglos engañando, asesinando y corrompiendo la tierra con su inmoralidad sexual. Así que de nuevo hacemos la pregunta, ¿por qué alabar a Já? El coro celestial responde, porque los juicios de Dios son verdaderos y justos.
Nuestro justo Dios Jehová se asegurará de que la religión falsa jamás vuelva a corromper este mundo y hacerles daño a sus siervos fieles. La destrucción de Babilonia la Grande será el comienzo de lo que Jesús llamó la gran tribulación. Después de que se elimine a la religión falsa, ¿qué pasará? El libro de Ezequiel predice que las naciones atacarán al pueblo de Jehová.
Serán como una gran fuerza militar, como nubes que cubren la tierra. Pero esta no es la primera vez que el sistema político se pone en contra de Jehová y de su pueblo. Muchos países se han opuesto con dureza a la adoración verdadera.
Han prohibido nuestras reuniones y nuestra predicación. Han encarcelado a hombres y mujeres, jóvenes y mayores, sólo por tener una Biblia o hablar de su Dios. Y algunos de nuestros hermanos y hermanas han sido torturados por su fe.
Claro, mientras Jehová permita que haya gobiernos humanos, los respetaremos. Y no todos los gobiernos se oponen a nosotros. Aún así, el hecho de que los humanos gobiernen es un insulto para Jehová.
Los humanos piensan que pueden gobernar mejor que el Rey de reyes y Señor de señores Jesucristo. ¡Qué arrogantes! Por eso, cuando estos poderes políticos ataquen al pueblo de Dios, Jesús entrará en acción. Veamos en Apocalipsis 19 lo que Jesús hará contra la potencia mundial formada por el Reino Unido y Estados Unidos, llamada falso profeta, y contra todo el sistema político representado por los reyes de la tierra y la bestia salvaje.
Apocalipsis, capítulo 19, desde el versículo 11. Vi el cielo abierto, y en esto apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero, y juzga y guerrea con justicia.
Sus ojos son una llama de fuego, y en su cabeza hay muchas coronas. Lleva un nombre escrito que sólo él conoce, nadie más. Va vestido con un manto manchado de sangre, y se le llama por este nombre la Palabra de Dios.
Además, los ejércitos del cielo lo seguían en caballos blancos, y estaban vestidos de lino de calidad, blanco y limpio. De la boca de él sale una espada larga y afilada para atacar a las naciones, y las pastoreará con vara de hierro. Además, pisa las uvas en el lagar del furor de la ira de Dios, el Todopoderoso, y en su manto, a la altura del muslo, tiene un nombre escrito, Rey de Reyes y Señor de Señores.
También vi a un ángel de pie en el sol. Él gritó con voz fuerte, y les dijo a todas las aves que vuelan en medio del cielo. Vengan aquí, reúnanse para la gran cena de Dios.
Coman carne de reyes, de comandantes militares y de hombres poderosos, y carne de caballos y de sus jinetes, la carne de todos, tanto de hombres libres como de esclavos, de pequeños y de grandes. Y vi a la bestia salvaje, a los reyes de la tierra, y a sus ejércitos, todos reunidos para guerrear contra el jinete de aquel caballo y contra su ejército. Y la bestia salvaje fue atrapada, y junto con ella, el falso profeta que realizó delante de ella las señales con las que engañó a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que adoran a la imagen de ella.
Mientras todavía estaban vivos, los dos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. Pero al resto, se le dio muerte con la espada larga que salía de la boca del jinete de aquel caballo, y todas las aves se saciaron con la carne de ellos. ¿Quién mejor que Jesucristo para liderar a las fuerzas celestiales en la batalla de Armagedón? La religión falsa ya habrá sido destruida, y entonces Jesús se concentra en lo que queda del malvado mundo de Satanás, sus sistemas político y comercial.
Elimina, destruye y hace añicos a todos los que se oponen a la adoración verdadera en la tierra. Pero todavía quedan algunos enemigos. ¿Quiénes son y qué hace Jesús al respecto? Sigamos la lectura de Apocalipsis 21 a 3. Vi a un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano.
Atrapó al dragón, la serpiente original que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años y lo arrojó al abismo donde lo encerró y selló la entrada para que no volviera a engañar a las naciones hasta que se terminaran los mil años. Después de eso tiene que ser liberado por un poco de tiempo. ¿Y quién tiene la llave del abismo? Sin duda el mismo del que se profetizó que aplastaría la cabeza de Satanás, Jesucristo.
Es Jesús quien eliminará a todos los enemigos de Dios, entre ellos el peor, Satanás. Al diablo le espera el abismo y Jesús no sólo lo pondrá allí, lo arrojará. Por fin, qué alivio.
Después de que el armagedón haya pasado, el reino de Dios irá restaurando la tierra para que se convierta en lo que Jehová quería que fuera. Los que hayan sido leales a Jehová presenciarán cosas maravillosas. ¿Cuál será una de ellas? Leamos Apocalipsis capítulo 20 desde el versículo 12.
Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono. Y se abrieron rollos, pero se abrió otro rollo, el rollo de la vida. Y de acuerdo con lo que estaba escrito en los acciones, el mar entregó a los muertos que había en él, y la muerte y la tumba entregaron a los muertos que había en ellas.
Y cada uno fue juzgado por sus acciones. La muerte y la tumba fueron arrojadas al lago de fuego. El lago de fuego representa la muerte segunda.
Según el versículo 4, Jehová, el juez supremo, les ha dado a Jesucristo y a los que reinarán con él autoridad para juzgar. ¿A quiénes juzgarán? No sólo a la gran muchedumbre que sobrevivirá al Armagedón, sino a miles de millones que resucitarán de entre los muertos. Y al final del reinado milenario, la muerte por fin habrá desaparecido.
Será arrojada al lago de fuego, destruida para siempre, como cuando un papel se convierte en cenizas. ¿Cómo será la vida bajo el reino de Dios? Nos encanta pensar en las promesas de Apocalipsis 21.4. Y Dios le secará toda lágrima de sus ojos. Y la muerte ya no existirá.
Ni habrá más tristeza, ni llanto, ni dolor. Piense en cómo será eso. Los sordos podrán oír, podrán escuchar la lluvia caer, la risa de la gente, el canto de los pájaros y el sonido de la música.
Los ciegos podrán ver, podrán contemplar cielos estrellados y preciosos arcoíris. Verán a los niños jugar con animales. Por toda la tierra, la gente será curada de manera milagrosa.
Los que antes eran mayores o tenían una discapacidad podrán caminar por el bosque, subir a la cima de una montaña o correr por la playa. Ya no habrá hambre, enfermedades ni injusticia. La gente mala ya no existirá.
Todos tendremos salud perfecta y viviremos seguros y felices por toda la eternidad. No deje de pensar en estas promesas. Hágalo con sus cinco sentidos.
Para concluir, leamos una parte del último capítulo de Apocalipsis, el capítulo 22, que describe otras bendiciones que habrá cuando la tierra esté gobernada por reyes justos. Entonces él me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal que salía del trono de Dios y del Cordero y corría por el centro de la calle principal de la ciudad. En las dos orillas del río había árboles de vida que producían 12 cosechas y que daban fruto cada mes.
Las hojas de los árboles eran para curar a las naciones y ya no habrá ninguna maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y sus esclavos le darán servicio sagrado. Verán su rostro y tendrán el nombre de él en la frente. Tampoco volverá a haber noche y no necesitarán la luz de una lámpara ni la luz del sol, porque Jehová Dios los iluminará y ellos reinarán para siempre jamás.
El ángel me dijo. Estas palabras son fieles y verdaderas. Así es, Jehová, el Dios que inspiró a los profetas, ha enviado a su ángel para mostrarles a sus esclavos lo que tiene que suceder dentro de poco.
Mira, vengo pronto. Feliz el que obedece las palabras de la profecía de este rollo. ¿Y usted anhela adorar a Jehová con salud perfecta bajo un gobierno perfecto y en un mundo perfecto? Nuestro rey también desea que llegue ese día.
El ángel le dice a Juan que estas cosas tienen que suceder dentro de poco. Y hablando en nombre de Jesús, el ángel dice, vengo pronto. Este mundo está lleno de problemas, pero Jesús lo solucionará todos.
Ha anunciado que la religión falsa pronto será eliminada y en la guerra de Armagedón, Él acabará con el resto de este sistema. Arrojará al abismo a la serpiente, Satanás el diablo, y más tarde la destruirá y pronto eliminará al último enemigo, la muerte. Estas cosas sucederán.
Si en algún momento tenemos dudas, recordemos lo que dijo el ángel. Estas palabras son fieles y verdaderas. ¡Qué buenas noticias para los que apoyamos a nuestro rey Jesucristo! Nos sentimos igual que Juan cuando dijo en el.