No hay duda de que vivimos en “tiempos críticos y difíciles de soportar”, tal como lo predijo el apóstol Pablo —por inspiración— en 2 Timoteo 3.
¡Cuántas veces hemos leído Mateo 24, Marcos 13, Lucas 21 y Apocalipsis 6!
Pero ¿quién se iba a imaginar que la pandemia, la violencia, los llamados desastres naturales y los disturbios nos afectarían tanto, en sentido económico, físico y hasta emocional?
Algunos de ustedes viven situaciones inimaginables.
Muchos han pasado por la muerte de seres queridos, encarcelamientos, palizas, enfermedades, apuros económicos… Y, en el caso de algunos, han sufrido varias de estas dificultades u otras al mismo tiempo.
Queridos hermanos, queremos que sepan que estamos orando por ustedes.
Por todo esto, el programa de este mes se titula “Jehová siempre nos consuela en los momentos difíciles”.
Un texto que todos los cristianos recordamos muy bien es 2 Corintios 1:3, 4: Respecto a la expresión “el Padre de tiernas misericordias”, la Biblia de estudio en inglés explica: “La palabra griega que se traduce ‘tiernas misericordias’ […] aquí hace referencia a un sentimiento de compasión o lástima por los demás.
A Dios se le llama <b>el Padre</b> —o la fuente— <b>de tiernas misericordias,</b> lo que indica que la compasión proviene de él y es parte de su forma de ser.
Estos sentimientos profundos impulsan a Dios a actuar con misericordia a favor de sus siervos leales que sufren dificultades”.
Y, sobre la expresión “el Dios de todo consuelo”, la nota explica: “La palabra griega […] que aquí se traduce como ‘consuelo’ significa literalmente ‘llamar al lado de uno’.
Transmite la idea de estar al lado de alguien que pasa por problemas o está triste, con el fin de ayudarlo y animarlo. […] Dios se vale de su poderosa fuerza activa para consolarnos y ayudarnos en situaciones que, para el ser humano, parecen insuperables”.
Pensemos en lo que esto implica.
Jehová quiere que sepamos que, sea cual sea nuestro problema, él está a nuestro lado, ayudándonos a afrontar cualquier dificultad.
Ahora bien, él no nos promete que nos va a quitar nuestros problemas.
Más bien, hace que el dolor que sentimos en los momentos difíciles sea más llevadero.
¡Qué imagen tan bonita!
Jehová, justo a nuestro lado, ayudándonos cuando la situación parece insuperable.
Le proponemos un proyecto de estudio personal.
En la Guía de estudio para los testigos de Jehová o en la BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower™, busque la palabra consuelo.
Esto le ayudará a sentirse todavía más cerca de Jehová y le convencerá de que Jehová quiere y puede consolarlo más que nadie en el mundo.
Mediante el apóstol Pablo, Jehová también nos dice cómo nos consuela cuando está a nuestro lado.
Veamos lo que dice Romanos 15:4: “El consuelo de las Escrituras”.
Nos faltaría tiempo para hablar de todas las formas en las que la Biblia nos consuela, pero veamos algunos ejemplos.
Un texto en el que últimamente hemos pensado mucho los siervos de Jehová es el que encontramos en Jeremías, capítulo 29.
Cuando Jehová le dio por inspiración este mensaje a Jeremías para los judíos, ellos estaban lejos de Jerusalén, cautivos en Babilonia.
Se sentían desanimados.
Pero incluso estando allá, cautivos, Jehová quiso darles consuelo.
Veamos sus palabras en Jeremías 29:10: Dios les dijo a los judíos exiliados que iban a estar en Babilonia durante mucho tiempo.
Pero también les dijo que les esperaba un futuro lleno de paz.
La última parte de este versículo dice: Y, en el versículo 11, él dice: Y Dios cumplió la promesa que les había hecho a los israelitas.
Él les había dicho que les esperaba un futuro maravilloso.
Hablando sobre este texto —Jeremías 29:11—, una obra de consulta dice: “Es difícil encontrar en las Escrituras una promesa tan maravillosa como esta, una promesa que expresa la tierna compasión de Yahweh [Jehová] hacia estos exiliados y que por fin pone ante ellos una verdadera razón para ser optimistas y tener esperanza”.
La promesa de Dios fortaleció la fe de hombres como Jeremías, Ezequiel y Daniel.
Para confirmarles su promesa a los judíos, Jehová se la repitió, como vemos en Jeremías 31:17: “Y hay una esperanza para ti en el futuro […].
Tus hijos volverán a su propio territorio”.
Por supuesto, tal como Jehová predijo, Ciro —el rey de Persia— conquistó la ciudad de Babilonia.
Luego él permitió que los judíos regresaran a su tierra.
Después de 70 años de cautiverio, por fin volvieron a Jerusalén.
Jehová de veras cumplió su promesa.
¿Y qué tiene que ver esto con nosotros?
Todas las promesas que Jehová ya cumplió nos garantizan que lo que nos ha prometido a nosotros también lo cumplirá, sin importar nuestras circunstancias.
Él mismo dijo: “Y cumpliré mi promesa”.
¿Verdad que eso nos consuela?
Pero, como sabemos, el mayor consuelo que Jehová nos da es mediante Jesús, su Hijo unigénito.
Cuando estuvo en la Tierra, le dio esperanza a la gente.
Su ministerio incluyó obras maravillosas; hizo muchos milagros, como curar enfermos.
Y, sobre todo, les enseñó a las personas sobre el Reino de Dios.
Sin embargo, la esperanza más grande que tenemos es gracias al rescate de Jesús.
Mediante su Palabra inspirada, nos damos cuenta de que Jehová nos asegura que no solo comprende los problemas por los que pasamos, sino que desea consolarnos y darnos fuerzas.
Nuestro cariñoso Padre celestial cuida de forma especial a los que se esfuerzan por obedecerle.
Pero, en su gran misericordia, también atrae a las personas humildes de corazón que aún no lo conocen.
¿Cuántos de nosotros conocimos a Jehová y aprendimos la verdad justo cuando estábamos pasando por momentos difíciles?
Eso no es casualidad; es una prueba clara de que Jehová nos quiere y de que desea consolarnos y darnos esperanza.
Mis queridos hermanos, la gran tribulación está muy muy cerca.
Nos esperan situaciones aún más difíciles.
Y, durante la gran tribulación, tendremos que confiar por completo en Jehová.
Así que debemos saber identificar y aceptar los medios que él usa para consolarnos.
Tengamos presente lo que dijo Pablo, lo que vimos al principio, en 2 Corintios 1:4.
¿Por qué no se lo aprende de memoria?
Jehová es un Dios que “nos consuela en todas nuestras pruebas”.
Hace tiempo entrevistamos a dos hermanos que llevan muchos años en el Betel de Estados Unidos: al hermano Gerald Grizzle, ayudante del Comité de Personal, y al hermano Sam Roberson.
Los dos sirvieron muchos años de superintendentes viajantes antes de venir a Betel.
El hermano Grizzle ha servido en Betel desde 1978 y el hermano Roberson desde hace casi 20 años.
El Cuerpo Gobernante los ha asignado a hacer visitas de pastoreo a la familia Betel de Estados Unidos.
¿Visitas de pastoreo?
¡Pero si ellos no necesitan ánimo!
¿Qué problemas pueden tener los betelitas?
Veamos lo que dicen nuestros hermanos.
Hermano Grizzle, ¿cuáles son algunas situaciones difíciles a las que se enfrentan los betelitas?
La familia Betel mundial representa, a pequeña escala, a todos nuestros hermanos.
Con esto quiero decir que, como leemos en 1 Pedro 5:9, sabemos “que toda la hermandad está pasando por los mismos sufrimientos”.
Algunos de nuestros hermanos en Betel están pasando por problemas graves de salud, y aun así siguen en su asignación.
Otros están preocupados por sus padres, ya mayores; y, aunque amaban Betel, algunos han tenido que salir para cuidarlos.
Y también hay quienes pasan por periodos de depresión o de tristeza.
Pero todos estos queridos hermanos tienen una actitud muy bonita.
Están decididos a no permitir que los problemas por los que están pasando los dominen.
Más bien, gracias a su fe en Jehová, están decididos a seguir centrados en sus asignaciones.
Gracias por explicarnos esto.
Hermano Roberson, ¿cómo han logrado consolar a estos hermanos?
Cuando nos enteramos de que un betelita está pasando por un momento difícil, hacemos estas cuatro cosas.
En primer lugar, oramos por el hermano y buscamos algunas ideas bíblicas que le puedan ayudar en su situación.
Y, todo esto, antes de la visita.
En segundo lugar, durante la visita, escuchamos de verdad.
Me refiero a que procuramos escuchar con el corazón y no solo con los oídos.
Procuramos sentir lo que él siente, procuramos mostrar compasión.
Luego, en tercer lugar, le recordamos al hermano con la Biblia que en esos momentos tan difíciles no está solo.
Y vemos que esto funciona.
Por ejemplo, hace poco visitamos a un hermano que estaba pasando por un problema muy grave.
Entre otras cosas, analizamos con él Éxodo 3:7, 12.
El versículo 7 dice: “Jehová añadió: ‘De veras he visto el dolor de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas por culpa de los que los han esclavizado’ ”.
Y, si nos fijamos en el final del versículo, notamos algo muy bonito.
Jehová no dice: “Conozco los sufrimientos de mis siervos”.
Él dice: “Conozco bien los sufrimientos de mis siervos”.
Y luego, para darle confianza a Moisés —que en ese momento tenía miedo de presentarse ante el faraón—, Jehová le dijo en el versículo 12: “Él le respondió: ‘Yo estaré contigo’ ”.
Son solo tres palabras, pero con mucho poder.
Jehová le dio a Moisés esta garantía.
El pueblo podía estar seguro de que Jehová estaba con ellos, de que los apoyaba y de que no se iba a apartar de su lado en ningún momento.
¡Qué tranquilizador, ¿verdad?!
Y, en cuarto lugar, antes de terminar la visita, hacemos una oración junto con el hermano.
Y, en la oración, usamos su nombre.
Esto ayuda mucho, porque estamos hablando con Jehová, el Gran Pastor.
En 1 Tesalonicenses 5:14, el apóstol Pablo dijo: “Hermanos, les rogamos que […] consuelen a los deprimidos, apoyen a los débiles y sean pacientes con todos”.
Y esto es lo que nos esforzamos por hacer.
Gracias por estas ideas tan interesantes.
Y, hermano Grizzle, hermano Roberson, ¿qué efecto ha tenido esta labor en ustedes?
Hermano Grizzle, por favor.
En estos tiempos tan difíciles, he podido sentir el amor de Jehová por sus siervos.
En todos estos años, yo mismo lo he experimentado.
He sentido cómo él me ha cuidado en los momentos difíciles.
Hace algún tiempo perdí a mi madre, a mi hermano y a mi padre; en un periodo de un año murieron los tres.
Y, en el 2017, perdí a mi querida esposa, Bonnie.
Juntos, servimos fielmente a Jehová durante unos 65 años.
Pero oré mucho, estudié, recibí el cariño de los hermanos, y así Jehová me dio consuelo.
Y estoy muy agradecido, porque ahora tengo la oportunidad de consolar a otros.
Muy emotivo, hermano Grizzle. Gracias.
Hermano Roberson, ¿qué efecto ha tenido esta labor en ti?
En mi caso, algo que me marcó fue lo que me pasó hace varios años mientras Linda y yo servíamos en el circuito.
Resulta que perdí la voz.
Me tuvieron que operar de las cuerdas vocales, y no pude hablar durante seis semanas.
Me sentía como un pájaro sin alas.
¿Se imaginan lo que es para un superintendente de circuito no poder hablar?
Nunca había tenido que escribir tantas notas como escribí en esas seis semanas.
Pero, a pesar de esta y otras situaciones difíciles que hemos pasado —parecidas a las de Gerald—, Jehová siempre nos ha ayudado a aguantar.
Así que para mí es un privilegio compartir el consuelo que Jehová me ha dado con muchos otros.
Y, al hacer estas visitas, vemos el interés del Cuerpo Gobernante por todos, incluidos los que tienen más responsabilidades.
De veras reflejan las cualidades de Jehová, quien es “el Dios de todo consuelo”.
Muchísimas gracias hermanos.
Agradecemos de verdad sus comentarios.
Valoramos las visitas que hacen.
Pero sobre todo valoramos su ejemplo, porque vemos su aguante, vemos cómo Jehová los ha consolado a ustedes, y también vemos lo que hacen para consolar a otros.
Muchas gracias.
Bajo la dirección del Cuerpo Gobernante, se sigue un sistema parecido para dar ánimo a betelitas de todo el mundo.
Ahora vamos a dirigirnos a algunos de ustedes en particular.
Por culpa de las preocupaciones, ciertas decepciones o las heridas emocionales causadas por un hermano, algunos se han alejado de la organización de Jehová.
Otros quizás fueron expulsados de la congregación pero ahora quieren volver.
Queremos decirles esto: dejen que Jehová los consuele y les dé fuerzas.
Jehová quiere que ustedes se acerquen a él, y él les va a ayudar.
Recuerden lo que dice Santiago 4:8: “Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”.
Jehová siente un gran amor por quienes hacen esto.
Miren lo que él dice en Ezequiel 34:16: Algunos que han vuelto dicen que una de las cosas más difíciles fue cruzar la puerta del Salón del Reino.
Pero recuerde: es Jehová quien le vendará las heridas.
Usted es su ovejita, él lo va a curar.
En el mismo capítulo, en el versículo 12, Jehová dice: Con el mismo amor que siente Jehová, el esclavo fiel le dice a usted: “Lo vemos como una oveja perdida, no como un caso perdido”.
Y, queridos hermanos, queremos que todos ustedes recuerden que, en los momentos difíciles —pase lo que pase—, Jehová siempre nos consuela.