¿Siente que a veces usted está en desventaja?
¿Le parece que quizás debido a circunstancias complicadas, difíciles, que escapan a su control, no tiene tantas oportunidades en la vida como otras personas?
A lo mejor siente que, en la carrera por la vida, otros pueden correr con total libertad, pero en su caso es como si necesitara usar muletas.
En este programa, vamos a hablar de uno de los aspectos de la personalidad de Jehová que sin duda nos atrae muchísimo: el cariño que les muestra a los que se sienten desamparados.
Conoceremos mejor lo que Jehová siente por ellos, la consideración que les muestra y cómo los ha cuidado a lo largo de la historia.
También veremos cómo este aspecto de la personalidad de Jehová nos atrae mucho más hacia él y cómo nos ayuda si estamos limitados por nuestras circunstancias en lo que podemos hacer.
En primer lugar, ¿quiénes podrían estar en desventaja?
A lo largo de este discurso hablaremos de los que están sufriendo, pero no solo porque tengan ciertas limitaciones, sino porque tienen circunstancias tan duras y tan complicadas que la vida se les hace cuesta arriba.
Y, además, por lo general, estas personas no han hecho nada para encontrarse en esta situación.
Por ejemplo, la Biblia habla específicamente de las personas que han tenido que dejar su país, de las viudas y de los huérfanos.
Veamos esto en Deuteronomio 24:17.
Dice: La Atalaya dijo: “La Ley protegía en especial a los que no podían hacerlo por sí solos, como los huérfanos, las viudas y los extranjeros”.
Salmo 10:14 se refiere a estas personas como víctimas desafortunadas.
En la Biblia también se llama “humildes” a estas personas, pero no porque sean menos importantes, sino porque tienen circunstancias difíciles.
La siguiente pregunta es: ¿qué siente Jehová por estas víctimas desafortunadas?
Su manera de tratarlas nos enseña un aspecto precioso de la personalidad de Jehová: él siente empatía y les demuestra compasión.
Por ejemplo, una viuda no tiene un esposo que la cuide, un huérfano no tiene padres que lo protejan y le den lo necesario, y quizás un extranjero no tenga quién lo defienda.
Pero entonces Jehová actúa y se encarga de llenar esos vacíos personalmente.
Fijémonos en cómo dice eso el Salmo 68:5: Así que es Jehová mismo quien asume la responsabilidad de cuidar de ellos.
Él se convierte en su Padre; él se convierte en su protector.
Y, como es su protector, veamos en Éxodo 22:22-24 lo mucho que le importan estas personas: Hablando de este texto, La Atalaya dijo: Así que Jehová se toma muy en serio el cuidado de las personas que están desamparadas, con gusto se hace cargo de ellas y les asegura su cuidado y protección.
Jehová personalmente se preocupa por que tengan todo lo que necesitan.
Otro texto que nos ayuda a ver lo mucho que se preocupa Jehová por estas personas es Proverbios 19:17: Prestemos atención a lo que nos enseña este versículo.
En primer lugar, ayudamos al necesitado o le mostramos compasión de alguna manera.
Quizás le demos ayuda práctica o ánimo, nos esforcemos por que se le trate justamente o lo ayudemos a cubrir alguna de sus necesidades.
Como dijimos antes, Jehová se encarga personalmente de cuidar a estas personas desfavorecidas.
Por eso, cuando tomamos la iniciativa y las ayudamos, Jehová lo ve como si lo estuviéramos ayudando a él mismo, como si lo estuviéramos ayudando a cumplir con su responsabilidad.
Y para Jehová esto no es un regalo o una donación, sino un préstamo.
Y ¿cuál es la diferencia entre un regalo y un préstamo?
Si nos hacen un préstamo, lo tenemos que devolver.
¿Se imaginan?
Cuando ayudamos a los desamparados, Jehová siente que tiene que saldar una deuda con nosotros, simples seres humanos.
Jehová pagará esa deuda bendiciéndonos y dándonos su aprobación.
No tenemos dudas; Jehová se preocupa muchísimo por todos los que están en desventaja.
Hablemos un poquito más de esto.
Como Jehová les tiene tanto amor y compasión a los desamparados, se encargó de que hubiera leyes que los protegieran en el antiguo Israel.
En esas leyes, vemos lo bien que Jehová entiende la situación de estas personas y cuánto se preocupa por que estén protegidas.
Analicemos dos ejemplos.
Primero, repasemos la ley que hablaba de las garantías de los préstamos.
Podemos leerla en Éxodo 22:26, 27: Esta ley le mostraba compasión a cualquier israelita pobre que necesitara un préstamo.
Pero notemos un detalle que se añadió para las viudas que necesitaran un préstamo.
Busquemos Deuteronomio 24:17: En el caso de una viuda, ningún israelita podía quedarse con su manto como garantía de un préstamo.
Está claro que Jehová quería asegurarse por todos los medios de que la viuda no pasara la noche sin su manto y pudiera mantenerse caliente.
¡Cuánto cariño!
Vemos claramente que Jehová siente mucho amor por los desfavorecidos cuando pensamos en esta ley.
Veamos un segundo ejemplo de cómo la Ley ayudaba a los necesitados.
La que vamos a ver ahora tiene que ver con los sacrificios que los israelitas le hacían a Jehová para recibir el perdón por sus pecados.
Recordemos que la sangre era muy importante en los sacrificios para expiar los pecados.
Levítico 17:11 dice: “La sangre es lo que hace expiación”.
Pero notemos la excepción que Jehová hizo para los más pobres de Israel.
Está en Levítico 5:11: Sobre este asunto, La Atalaya comentó: La Atalaya añadía: Jehová demostró que era un Dios razonable y flexible, compasivo y que amaba a los desfavorecidos.
Nadie se sentía excluido, hasta los más pobres recibían el mismo beneficio de sus sacrificios que el resto de la nación.
Así que hasta ahora hemos visto que Jehová se encarga personalmente de cuidar a las personas que están en desventaja.
Jehová cumple el papel que a ellos les haga falta.
Y, cuando nosotros ayudamos a estas personas, Jehová lo ve como si le hiciéramos un préstamo.
Por último, las leyes que él les dio a los israelitas nos enseñan el amor y compasión que siente por estas personas.
Pero una pregunta importante: cuando piensa en el lugar tan especial que ocupan en el corazón de Jehová las personas desfavorecidas, ¿qué es lo que siente por él?
¿Verdad que lo hace sentirse más cerca de Jehová?
¡Es imposible no sentir amor por él!
Hay un contraste muy grande entre la forma tan amorosa en la que Jehová trata a los que están en desventaja y la forma en la que los trata el mundo.
Es muy triste ver cómo el mundo pisotea a los desfavorecidos.
Se aprovechan de ellos sencillamente porque pueden.
Por ejemplo, en el mundo, ¿a quiénes se admira o da prioridad?
¿No es verdad que a las personas atractivas, con dinero, con talento, divertidas o influyentes?
Mientras que las personas comunes y corrientes —y sobre todo las que tienen desventajas— generalmente no reciben un trato especial.
Por el contrario, nuestro Dios, Jehová, está buscando a los menos favorecidos.
Entonces analicemos lo siguiente: ¿cómo saber esto puede ayudar a los que de una forma u otra se sienten en desventaja?
¿Recuerda la pregunta del principio?
¿Se siente usted en desventaja?
Piense en sus circunstancias.
Quizás por su situación usted se sienta identificado con la viuda, el huérfano o el extranjero que vivía en Israel.
Y, aunque la Ley mosaica hablaba específicamente de estos tres casos, nosotros hoy podemos ampliar los grupos, ¿verdad?
Por ejemplo, seguro que conocemos a gente que ha enviudado, y sentimos mucha tristeza al pensar en cuánto sufren.
Pero ¿no podríamos incluir también en este grupo a las esposas de hombres que las desprecian o las maltratan verbalmente, emocionalmente o físicamente?
Sus esposos no les dan a estas mujeres la protección que ellas merecen.
Y también están los padres que crían solos a sus hijos, ya sea porque se han quedado viudos, se han divorciado o los han abandonado.
Lo mismo con los huérfanos.
Incluimos a niños que se crían con solo uno de sus padres, niños con padres que tienen adicciones —como al alcohol o a las drogas— o niños que tienen padres con depresión grave o algún otro problema serio de salud mental.
En estas circunstancias, los padres quizá no puedan darles los cuidados y la educación que los niños necesitan.
¿Y los que han dejado su país?
Tal vez estén en desventaja porque están solos y no tienen quien los ayude a resolver cuestiones legales.
En este grupo también se pueden incluir a aquellos que son parte de una minoría dentro del país en el que viven y que muchas veces son discriminados por eso.
Así que podríamos incluir en la lista a cualquiera que no tenga la protección que merece o a cualquiera al que no le den las mismas oportunidades que a otros, a todos los que se sientan en desventaja —ya sea por falta de recursos, por algún impedimento físico, por falta de educación o capacitación—, a todos los que pasaron una niñez o adolescencia difíciles y no tuvieron oportunidades… Y la lista podría ser más larga.
Ahora piense en su caso.
¿Se siente usted en desventaja?
Todo el cariño y cuidado que Jehová da a los desamparados y del que estuvimos hablando hasta hace poco… ¡recuerde que también es para usted!
Jehová se preocupa muchísimo por usted y su situación, igual que se preocupó por las viudas, los huérfanos y los extranjeros de Israel.
Para Jehová es una responsabilidad personal cuidar de usted y protegerlo.
Fijémonos en lo que dice la Biblia sobre él en Isaías 57:15: Jehová nos dice aquí que él vive con los humildes.
No es que Jehová mire de lejos la situación por la que usted está pasando.
Tampoco es que haga una visita rápida.
No, esto da a entender que Jehová llega y se sienta, se pone cómodo y se queda con usted.
¿Y para qué quiere Jehová quedarse al lado suyo?
Para revivir su espíritu y su corazón.
Jehová se preocupa sinceramente por su bienestar.
¿Ha sentido alguna vez en su vida la ayuda y el cariño de Jehová?
Claro, en el tiempo en el que vivimos, no podemos esperar que Jehová nos libre de todos los problemas, pruebas y situaciones difíciles.
Pero ¿ha sentido cómo lo ayudó a aguantar alguna situación?
¿Ha visto cómo cubrió sus necesidades en alguna ocasión?
¿Ha visto la respuesta a una oración en el momento en el que más lo necesitaba?
¿Le ha pasado alguna vez que ha leído un texto o un artículo de nuestras publicaciones que le dio justo lo que necesitaba cuando usted lo necesitaba?
¿Pudo sentir el cariño de Jehová a través de algún hermano o hermana de la congregación que le dio ánimo y consuelo o hizo algo por usted?
¡Eso es una prueba de que Jehová está a su lado!
Usted no está solo.
Jehová está reviviendo su corazón.
Él se hace responsable de usted.
Lo va a cuidar.
Para él esto es algo personal.
A sus ojos, ¡usted es valiosísimo!
Cómo no amar a un Dios tan cariñoso, ¿verdad?
Pero, además, hay otra cosa que Jehová hace para ayudarlo: le da esperanza.
Pronto no sufrirá más injusticias.
En el nuevo mundo, experimentaremos el amor de Jehová como nunca antes.
Ya no habrá nadie que se sienta en desventaja porque todos sus problemas serán eliminados.
Salmo 145:16 dice: No dice “satisfaces el deseo de los más importantes o de los populares”; Jehová satisfará “el deseo de todos los seres vivos”.
Eso también lo incluye a usted.
Hablando del cumplimiento de esta promesa, La Atalaya dijo: Nada va a faltar en el Paraíso.
Y no habrá más injusticias.
Nadie más volverá a estar en desventaja.
Que toda la gloria vaya a Jehová, el protector de todos los desfavorecidos.
Esperamos que este discurso haya fortalecido su confianza en que Jehová lo ama mucho y le haya recordado que Jehová siempre estará ahí para usted.
Sea cual sea su dificultad, él siempre lo va a proteger.
No lo olvide: muy pronto Jehová les dará un maravilloso futuro a todas las personas que se refugian en él.