lo que dice la Biblia en Efesios 3:14-19.
Este texto también será la base
de mis comentarios este mes.
Aquí en Efesios capítulo 3,
comenzando en el versículo 14,
el apóstol Pablo dice:
Ahora bien, el versículo 15
ha sido la fuente de inspiración
para desarrollar este tema:
“Glorifiquemos a Jehová,
Aquel a quien toda familia
debe su nombre”.
El núcleo familiar
está bajo un ataque feroz
en estos últimos días.
La obra Perspicacia
hizo honor a su nombre
al incluir en la entrada “Familia”,
un comentario muy perspicaz,
que dice:
“Las Escrituras inspiradas predijeron
que se produciría un ataque frontal
contra la institución familiar,
que fuera de la congregación cristiana
traería como consecuencia
el desmoronamiento
de los principios morales
y de la sociedad humana”.
El artículo señaló
que “‘en los últimos días’
surgiría un estado
de desobediencia a los padres,
deslealtad y falta de ‘cariño natural’,
que llegaría a ser común
aun entre personas
que tendrían
‘una forma de devoción piadosa’”.
¿Cómo pueden los matrimonios,
los padres y los hijos
contrarrestar estos ataques diabólicos?
¿Recuerdan las palabras que leímos
en el capítulo 3 de Efesios?
El versículo 16 dice
que Aquel a quien toda familia
debe su nombre, Jehová,
nos concedería ser
“hechos poderosos en el hombre
que somos en el interior”.
En efecto,
Jehová puede darnos
fortaleza espiritual
para combatir los esfuerzos de Satanás
por acabar con la familia.
¿De qué manera?
Siendo constantes
en la lectura de la Biblia.
En particular,
queremos imitar la manera amorosa
en que Jesús trató a sus discípulos.
¿Notaron que Efesios 3:17
dice que debemos hacer
que “el Cristo more
en nuestros corazones con amor”?
Si cada uno de nosotros
le tiene cariño a Cristo
en su corazón
al grado de que él more,
o resida, ahí constantemente,
su familia no solo sobrevivirá,
sino que verdaderamente prosperará.
Esto será tan palpable
que el versículo 17 añade
que estaremos “arraigados y establecidos
sobre el fundamento”.
¡Sí, bien sólidos!
Y recordemos
que 1 Corintios 3:11
dice que el “fundamento”
sobre el que edificamos es Jesucristo.
El versículo 18
del capítulo 3 de Efesios
dice que nuestra visión periférica espiritual
se agudizará.
Como resultado,
no habrá puntos ciegos
que pudieran ocasionar
que se infiltrara el espíritu del mundo
en nuestra familia.
Dicho versículo dice que seremos
“enteramente capaces de comprender
cuál es la anchura y longitud
y altura y profundidad”.
Todos los aspectos
de la personalidad de Jesús
se pondrán de manifiesto en el trato
que damos a nuestros familiares.
Por último,
el versículo 19 resume
el resultado diciendo que así
llegaremos a “conocer el amor del Cristo
que sobrepuja al conocimiento”.
Por supuesto,
tener conocimiento es importante,
pero solo si desplegamos
auténtico amor cristiano
podremos salvaguardar
la integridad de nuestra familia.
La vida familiar
en estos críticos últimos días
pudiera asemejarse a la de un diabético.
Se cree que la diabetes es causada
por factores genéticos y ambientales.
De modo parecido,
la familia
ha heredado el pecado
y la imperfección
de nuestros primeros padres,
Adán y Eva, lo que vendría siendo
el factor genético.
Sin embargo,
también nos exponemos
a factores ambientales
cada vez más tóxicos
en el mundo malvado de Satanás.
Muchos de los que padecen
un cuadro grave de diabetes
tienen que seguir dos métodos
para aliviar los síntomas
y llevar una vida normal.
Deben vigilar la dieta y,
en muchos casos,
inyectarse insulina diariamente.
En sentido espiritual
tenemos que evitar la comida dulce
pero malsana
que el mundo promueve en películas,
programas de entrevistas,
Internet y medios impresos.
Tal como lo haría un diabético,
necesitamos cambiar permanentemente
nuestro estilo de vida
y dejar los hábitos del pasado.
Además de evitar
la comida chatarra del mundo de Satanás,
necesitamos “inyecciones” diarias
de la Palabra de Dios
y de otras provisiones nutritivas.
Hacerlo es mucho más importante
a medida que seguimos adentrándonos
en estos últimos días.
¿Qué provisiones
nos ha dado la organización
en el tema de la vida familiar?
Bueno,
a comienzos del siglo veinte
el enfoque estaba
en la predicación de las buenas nuevas.
Se hablaba poco sobre
cómo tener matrimonios
y familias fuertes.
Durante algún tiempo,
incluso se desaconsejaba el casarse,
yendo más allá de lo que dice la Biblia.
Investigué al respecto,
y es digno de mención
que de 1919 a 1921
apareció en la revista The Golden Age
una sección titulada
“Estudio bíblico para los jóvenes”.
En 1920 salió un folleto titulado
The Golden Age ABC.
Y no fue sino hasta 1941
que se entregó un ejemplar
del ahora famoso libro Hijos
a todos los jovencitos
que asistieron a la asamblea
aquel año.
Pero a medida
que transcurrían los últimos días,
se produjeron más publicaciones
para las familias.
Por ejemplo,
en la década de 1970
se publicó el libro
Cómo lograr felicidad en su vida familiar.
Casi al mismo tiempo
se publicaron los libros
Escuchando al Gran Maestro
y Tu juventud...
aprovechándola de la mejor manera.
En 1982, comenzó a publicarse
en ¡Despertad!
la sección titulada
“Los jóvenes preguntan”,
que ha salido por décadas.
Ahora tenemos
dos volúmenes actualizados
de Los jóvenes preguntan,
y la serie continúa apareciendo
en jw.org.
También hemos recibido el libro
Aprendamos del Gran Maestro.
Y nuestro sitio de Internet
tiene tantas secciones
y actividades para los jovencitos
que me faltaría tiempo
para mencionarlas todas.
También se publican regularmente
artículos sobre el matrimonio
y la vida familiar en nuestras revistas.
Y, desde luego,
jamás olvidaré que en 2012
tuve el honor de presentar
la serie animada
Hazte amigo de Jehová.
Estos videos han sido una bendición
tanto para los niños como para sus padres.
¡Una magnífica herramienta docente
para todos!
En 2014, asistí
a una asamblea internacional
en Atlanta, Georgia,
aquí en Estados Unidos.
Cuando una niñita
de dos años vio mi rostro
en la pantalla gigante
mientras pronunciaba un discurso,
comenzó a buscar
desesperadamente a alguien.
Cuando sus padres
le preguntaron a quién buscaba,
ella dijo: “¡A Caleb!
Debe andar por aquí
porque su abuelito está discursando”.
Muchos niños quieren conocer
a Caleb en persona
cuando visitan Betel.
Los dos videos
que se publican mensualmente
están causando
una profunda impresión
en sus corazoncitos.
Puesto que los principios bíblicos
les están quedando grabados
en mente y corazón
desde una edad temprana,
oramos para que haya muchos jóvenes
con inclinación espiritual
en los próximos años.
Tenemos mucho alimento espiritual saludable
para contrarrestar la “diabetes” familiar.
Por eso,
le damos toda la gloria a Jehová,
Aquel “a quien toda familia debe su nombre”.
Uno de los pasajes favoritos de la Biblia
de todo el que afirma ser cristiano
es el Salmo 23.
Cabezas de familia,
¿creen que podemos
beneficiarnos de imitar,
no solo al Pastor Excelente, Jesús,
sino al Gran Pastor,
Jehová Dios?
Voy a tomar prestado
el contenido del Salmo 23
y modificaré algunas expresiones
para que percibamos la tranquilidad
que siente la familia cuando la jefatura
se ejerce apropiadamente.
De hecho, esposos, mientras leo,
imagínense que su esposa
está describiéndolos según percibe ella
que ejercen ustedes la jefatura.
“Mi esposo es nuestro pastor.
Nada nos faltará.
En prados herbosos
la recreación refrescante
nos hace recostar;
nos conduce por descansaderos
donde abunda el agua
las reuniones y asambleas.
Refresca nuestra alma.
Nos guía en el ministerio
por los senderos trillados de la justicia
por causa del nombre de Jehová.
Aunque andemos en el valle
de sombra económica profunda,
no tememos nada malo,
porque papá está con nosotros;
tu vara y tu cayado
la disciplina amorosa
son las cosas que nos consuelan.
Dispones ante nosotros
una mesa de adoración en familia,
para ayudar a los hijos a enfrentar
a los que nos muestran hostilidad.
Con aceite nos has untado la cabeza;
nuestra copa
de bienestar familiar está bien llena.
De seguro el bien
y la bondad amorosa mismos
seguirán tras de nuestra familia
todos los días de nuestra vida;
y ciertamente nuestra familia morará en la casa de Jehová
hasta la largura de nuestros días”.
No necesito dar más explicaciones.
Percibimos el sentido de seguridad
que hay en los cuartos interiores
de ese hogar,
¿no es verdad?
¿Recuerdan el punto
que destacamos cuando leímos
Efesios capítulo 3 hace un momento?
Debemos atesorar la personalidad
de Jesús
y dejar que more en nuestro corazón.
Si todos los miembros de nuestra familia
se determinan a esforzarse
por tratarse unos a otros
como Jesús lo haría,
¡venceremos al mundo!
Sí, que nosotros
—su familia espiritual en el cielo
y todos los seres humanos en la Tierra
que hemos dedicado nuestra vida a él—
¡demos gloria a Jehová!
Le agradecemos a Jehová
las provisiones espirituales
que nos da mediante su Palabra
y su organización
para proteger
a cada familia que lleva su nombre.
¡Qué Jehová bendiga a las familias
a medida que luchan por ganar la guerra
que Satanás libra contra ustedes
en estos últimos días!