Kenneth Cook: No nos dejemos engañar, apoyemos el Reino de Dios (Jer. 10:23)

El comentario de hoy habla sobre cómo el Diablo ha distorsionado el punto de vista que tiene la gente sobre Jehová.

Satanás ha cegado a las personas mediante enseñanzas apóstatas y encargándose de que el nombre de Dios se elimine de muchas traducciones de la Biblia.

Pero hoy vamos a hablar sobre un tema muy importante relacionado con esto: ¿qué sucesos, presentes y futuros, del mundo de Satanás podrían empañar nuestra visión del Reino de Dios si no tenemos cuidado?

En este análisis veremos qué tiene que ver esto con el principio que encontramos en Jeremías 10:23, que dice: “Oh, Jehová, yo sé muy bien que el hombre no es dueño de su camino.

Al hombre que está andando ni siquiera le corresponde dirigir sus pasos”.

Con esto en mente, veamos cómo las protestas populares, las promesas de los políticos y la declaración de paz y seguridad podrían distorsionar nuestro punto de vista del Reino de Dios.

Primero, hablemos de las protestas populares.

Cuando las protestas se extienden por un país, suele haber un líder que lleva la voz cantante y que es muy convincente, ¿verdad?

Y normalmente su protesta tiene que ver con algo que para muchos es una injusticia.

Sea que las protestas atraigan a decenas, cientos o miles de personas, la mayoría de ellas son seguidores que repiten el mismo mensaje o consigna.

El problema es que las soluciones que buscan son soluciones humanas.

Recuerden lo que dijo Jeremías, ni siquiera le corresponde al hombre dirigir sus pasos.

Pero ¿cómo podrían las protestas afectar a los cristianos verdaderos?

Bueno, el peligro es este: si empezáramos a apoyar estas causas, aunque sea solo un poquito, aunque sea solo allí en nuestro corazón, poco a poco podríamos dejar de confiar en el Reino de Dios.

¿Y qué podría pasarnos?

Bueno, cuando la gente pierde la esperanza y no sabe qué camino seguir, con frecuencia su corazón se llena de amargura y de rabia.

Pues lo mismo puede pasarle a un siervo de Dios si pierde de vista el Reino.

Pensemos un momento en lo que les pasó a los que apoyaron al hijo del rey David, Absalón.

La Biblia explica que Absalón no quería que su padre siguiera siendo el rey, y no se quedó de brazos cruzados.

Logró reunir un montón de seguidores engañando a la gente.

Podemos leer lo que hizo Absalón en 2 Samuel 15:2-6.

Prometió hacer justicia, y el versículo 6 dice que “Absalón se fue robando el corazón de los hombres de Israel”.

En otras palabras, convenció a mucha gente con su mensaje.

Los que se unieron a él, se volvieron violentos y los resultados fueron desastrosos.

Así que ir tras una causa equivocada también puede robarles o capturarles el corazón a los siervos de Jehová o, como dice el texto de hoy, engañarlos.

Ese es el peligro, y el Diablo lo sabe perfectamente.

No hay duda de que hoy día Satanás está utilizando diferentes mensajes de protesta para alejar a las personas de la verdadera solución, el Reino de Dios.

Y extenderá sus redes todo lo que pueda para tratar de atrapar a algún siervo de Jehová.

Para no caer en sus redes y no perder de vista el Reino, debemos recordar lo que Isaías 42:1 promete acerca de Jesús.

Allí dice que Jesús “traerá justicia a las naciones”, Jesús, no los seres humanos.

Como Rey del Reino de Dios, Jesús logrará lo que ningún ser humano imperfecto puede lograr: que haya justicia para la gente.

Otra cosa que podría empañar nuestra visión del Reino son las promesas de los políticos.

¿Verdad que cuando alguien quiere llegar al poder es capaz de prometer lo que sea?

Y, aunque algunos políticos intenten cumplir algunas de sus promesas, normalmente no tienen ni el conocimiento ni los recursos necesarios para hacerlo.

En el mejor de los casos, los gobiernos humanos solo pueden dar soluciones temporales.

Suelen dejarse llevar por la opinión popular, aunque sea inmoral.

Su forma de pensar está tan distorsionada que les cuesta distinguir el bien del mal.

Enfrentan problemas que llevan allí toda la vida, como el malestar social, pero que no pueden resolver de manera permanente ni con todo el dinero del mundo.

Una vez más, como dijo Jeremías, al hombre “ni siquiera le corresponde dirigir sus pasos”.

Cuando los gobernantes de la antigua Roma querían calmar al pueblo, les regalaban todo tipo de cosas.

Hacían que la comida, el entretenimiento y muchos servicios fueran muy baratos o gratis.

A eso le llamaban “pan y circo”.

Esa era su estrategia para calmar a la gente y ganarse su apoyo.

Pero, al igual que los gobiernos de hoy, el Imperio romano acabó perdiendo su poder, y los seres humanos que lo dirigían no pudieron ofrecer soluciones permanentes, solo temporales.

Claro, es probable que los cristianos que vivían en Roma y otros lugares se beneficiaran de algunas de las cosas que proporcionaba el Imperio, como la comida, el agua, los caminos, etc.

Sin embargo, aquellos cristianos tenían que mantener la vista enfocada en el Reino que Dios les había prometido.

De lo contrario, su visión de las cosas podía distorsionarse y llevarlos a traicionar su lealtad a Dios apoyando indebidamente al Imperio romano.

Eso hubiera sido un grave error, pues con el tiempo el Imperio romano se volvió en contra de los cristianos y empezó a perseguirlos.

Hoy día, también podríamos beneficiarnos de algunas de las cosas que hacen los gobiernos.

Pero, como los primeros cristianos, no dejemos que nada nos distraiga.

Mantengamos la vista fija en el Reino.

¿Qué nos ayudará a lograrlo?

Algo muy importante es recordar que el futuro de la humanidad está en manos de Jehová y su Hijo.

Las soluciones que ellos ofrecen son permanentes y las promesas que nos han hecho se cumplirán.

Si no olvidamos esto, cuando el mundo se vuelva en contra del pueblo de Dios, no nos tendrá atrapados en sus redes.

Claro, como dice la Biblia, obedecemos a los gobiernos si lo que nos piden no va en contra de lo que dice Dios.

Pero eso no significa que pongamos nuestro futuro en manos de los gobiernos.

Ponemos nuestra confianza y nuestro futuro en manos del Reino de Dios, y nada más.

Las naciones seguirán tratando de complacer a la gente haciéndole un montón de promesas, pero nosotros no perdamos el enfoque, no olvidemos que el Reino es la única solución.

Por último, otra cosa que podría empañar nuestra visión o distorsionar nuestro punto de vista del Reino de Dios es la declaración de “paz y seguridad”.

1 Tesalonicenses 5:3 predice que, cuando ellos, es decir, los gobiernos, “estén diciendo ‘¡Paz y seguridad!’, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina”.

¿Por qué vendrá esa destrucción repentina?

Porque los gobiernos humanos no son la solución.

Aunque han escuchado el mensaje del Reino, no dejarán de confiar en su capacidad para resolver los problemas.

En cierto momento, los gobiernos harán una arrogante declaración de “paz y seguridad”, y lo harán de tal modo que se cumpla lo que dice 1 Tesalonicenses 5:3.

Jehová sabe cómo y cuándo sucederá esto.

Y no importa cuántas veces o con cuánta fuerza las naciones digan “paz y seguridad”.

No pueden cambiar el hecho de que “al hombre que está andando ni siquiera le corresponde dirigir sus pasos”.

Igual que los seres humanos no pueden volar, por más que aleteen con los brazos, tampoco están capacitados para gobernarse a sí mismos.

Así que, a medida que se acerca la gran tribulación, tengamos cuidado y no nos dejemos engañar por lo que digan las naciones, aunque suenen convincentes o seguras de sí mismas.

Por lo tanto, hermanos, no nos dejemos engañar por las protestas populares que buscan soluciones humanas a los problemas del mundo.

No confiemos en ninguna de las promesas que hagan los políticos y no nos dejemos engañar cuando las naciones hagan su declaración de “paz y seguridad”.

No importa lo que el mundo de Satanás promueva en las noticias, las redes sociales o en cualquier otro lugar, sabemos que el Reino de Dios es la única solución.

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Sigamos predicando las buenas noticias del Reino y también el mensaje de advertencia de lo que va a ocurrir.

Recordemos que el futuro de la humanidad está en las manos de Jehová y en las de su Hijo.

Y no dejemos que Satanás y su mundo debiliten nuestra fe y empañen nuestra visión del Reino de Dios.

Y nunca olvidemos estas palabras.

Se encuentran en Isaías 26:3, 4.

Allí dice acerca de Jehová: “Protegerás a los que se apoyan por completo en ti, les darás una paz constante, porque es en ti en quien confían.

Confíen en Jehová para siempre, porque Jah Jehová es la Roca eterna”.



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