Los jóvenes valen mucho a los ojos de Jehová, él los ama profundamente, prueba de ello fue la manera como Jesús, trató a los niños cuando estuvo en la Tierra. Los invitó a estar con él, e incluso los bendijo. Lo hizo porque los veía igual que su Padre Jehová. Dios considera muy valioso a los niños porque ve el potencial para alabarlo y darle gloria. Al crear a los seres humanos, Jehová dispuso que éstos crecieran y disfrutaran de la juventud y es que la juventud es una época muy especial ya que las fuerzas, no parece acabarse nunca. De hecho, la Biblia dice en Proverbios 20:29 “que la hermosura de los jóvenes es su poder”. Que lindo que ese poder se use para servir a Jehová y alabarlo.
¿Habra una mejor forma de procurar la bendición de Jehová utilizando todas nuestras fuerzas, especialmente las fuerzas que hay en la juventud para hacer la voluntad divina? Al hacerlo percibimos cómo nos utiliza Jehová y nos bendice. Lo que motiva a servirle aún más al hacernos mayores. Y así ocurrió con el rey David. Como sabemos, de joven fue pastor, cuidó de los rebaños de su padre. ¿Y qué más hizo en su juventud? ¡Utilizó sus energías para proteger a las ovejas! ¡Llegó a matar osos y leones que amenazaban el rebaño de su padre! David vio de que era capaz. Pero, sobre todo, comprobó que Jehová lo apoyaba.
Eso lo alentó a confiar en Jehová y lo alentó a alabarlo a medida que pasaban los años, y a afrontar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Por ejemplo, “sintió el apoyo de Jehová cuando Goliat desafió a las filas de batalla de Israel”. ¿De qué le sirvió en aquel critico momento lo que había vivido como pastor de ovejas? Bueno si tiene su Biblia a la mano ábrala en 1 Samuel 17:36, David dice: 36 Tanto al león como al oso tu siervo los derribó; y este filisteo incircunciso tiene que llegar a ser como uno de ellos, porque ha desafiado con escarnio a las líneas de batalla del Dios vivo”. (NM 1987) (1 Sam. 17:36) 36Tu siervo ya mató a un león y a un oso, y ese filisteo incircunciso va a acabar igual que ellos porque ha desafiado al ejército del Dios vivo”. (NM 2019)
Ahora el 37: “37Entonces añadió David: “Jehová, que me libró de la garra del león y de la garra del oso, él es quien me librará de la mano de este filisteo”. Ante esto, Saúl dijo a David: “Ve, y que Jehová mismo resulte estar contigo”. (NM 1987) (1 Sam. 17:37) “37Y David añadió: “Jehová me libró de las garras del león y del oso, y también me librará de las manos de ese filisteo”. Saúl entonces le dijo a David: “Ve, y que Jehová esté contigo”. (NM 2019) Sí, David estaba seguro que Jehová lo apoyaría mientras usara todas sus fuerzas y destrezas para servirle y alabar su nombre. Confiaba en la ayuda de Jehová, y cuando le dio muerte a Goliat, esa ayuda fue más que evidente.
En efecto, David no actuaba solo, recordemos que cuando Goliat vio a David, se burló de él. Ahí estaba aquel pelirrojo con cara de niño. Goliat debió pensar, no trajo lanza ni armadura, ¿acaso es una broma? Pero Jehová apoyó a David y le dio la victoria, pues todo lo que este sirvo deseaba era alabar a su Dios. En las Escrituras encontramos relatos de jóvenes que pusieron todos sus esfuerzos en alabar a Jehová y él los respaldo. Viene a nuestra mente la historia de la niña israelita que llegó a ser esclava del sirio Naamán.
Esta pequeñita había sido secuestrada y seguramente tenía miedo. Pero cobró valor y buscó oportunidades para alabar a Jehová. ¿Cuál fue el resultado? Como sabemos, Jehová bendijo sus esfuerzos. De hecho, se ganó todo el respeto de aquel guerrero llamado Naamán. Y el valor que la niña israelita tuvo para alabar a Dios motivó a aquel hombre adorara a Jehová. Queda claro que se necesita valor y fortaleza. Pero no es preciso ser extraordinariamente fuerte en sentido físico, pues Jehová con su apoyo nos faculta para cumplir su voluntad. Solo tenemos que hacer nuestra parte. Como David y la niña israelita, para alabarlo y entonces él nos bendice.
También hoy vemos a los pequeños alabando a Jehová haciendo un gran trabajo. Esta semana escuché en la mesa la historia de un hermanito que sirve en una congregación aquí en la Ciudad de Nueva York. Él estabas decidido a alabar a Dios, así que tenía una presentación bien preparada y quería ir a la gente sobre Jehová. Entro en una tienda junto con un hermano adulto, el dueño no quiso escucharlo, pero mientras camina hacia la salida, venía entrando un hombre alto y fuerte, el niño no lo dejó pasar, no se iba a ir sin hacer su presentación, de modo que miró al hombre y le dijo:
“¿Sabe porque me llaman testigo de Jehová?” El hombre respondió: pues porque debe ser que estás siguiendo a un hombre llamado Jehová. Bueno, déjeme enseñarle con la Biblia porque nos llamamos testigos de Jehová, dijo el niño: “Termino dándole un conmovedor testimonio y le dejó dos revistas”. ¡El publicador adulto, agradeció al hombre su atención! “Pero este replicó: ‘No yo valoro mucho lo que el niño tenía que decir, su presentación fue excelente”. Sí que alabanza dio a Jehová este pequeño niño de solo 6 años.
Quién me contó esta historia, también me dijo, debiste ver a aquel hombre, te lo pensarías dos veces antes de hablarle. Pero nuestro hermano tuvo el arrojo. Así como el deseo de alabar a Jehová, quien miró con agrado su esfuerzo. Sí, se ve la bendición de Jehová, sobre nosotros y nuestros jóvenes. Y cómo se ha dicho en uno de los comentarios: “Qué animador es ver cómo alaban a Jehová cuando sirven en Betel. Vemos a estos hermanos y hermanas venir y ofrecerse a honrar a Jehová, trabajando duro, y cómo él bendice a su organización por ese esfuerzo.
Servir así a Jehová desde jóvenes, sienta las bases para una vida de satisfacción. En Betel, estamos tan concentrados en glorificar a Jehová que un día lleva a otro y así el tiempo pasa volando. Entonces vemos que han pasado todos los años, aunque claro seguimos considerándonos jóvenes. Pero entonces, pudiera presentarse algo que nos sorprende y hasta confunde. Un buen día nos despertamos con un dolorcito en la espalda, notamos que empezamos a cansarnos más que antes y que nuestras fuerzas, nuestra juventud comienzan a desvanecer.
¿Qué haremos ahora? ¿tirar la toalla, decir, olvídalo? Mejor que alguien más venga a hacer mi trabajo. ¿Recuerda que ha prometido Jehová hacer por nosotros? Busquemos Isa. 40:31. Aquí Jehová nos da la siguiente garantía: “31 pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán.” (NM 1987) (Isa. 40:31) “31pero los que ponen su esperanza en Jehová recobrarán las fuerzas. Alzarán el vuelo como si tuvieran alas de águila. Correrán y no se agotarán; andarán y no se cansarán”. (NM 2019)
Aunque el cuerpo se canse, la motivación, el ánimo, el arrojo, las ganas para servir a Jehová, siguen intactos. Pensemos de nuevo en el rey David cuando envejeció. 2 Samuel 21: “nuevamente lo encontramos luchando contra gigantes y el relato dice que llegó a cansarse”. ¿Qué sucedió luego? Bueno, otros ayudaron a David, pelearon por él, enfrentaron a los gigantes, sin duda muy motivados por la entrega de David, por sus palabras de ánimo y por las historias que debió contarles por las victorias que logró en su juventud, gracias a la ayuda de Jehová.
Sí el corazón de David nunca se debilitó, David mantuvo el mismo temple hasta el final. Entonces, si son jóvenes usen todas sus fuerzas para alabar a Jehová. Él los bendecirá y les dejará formar parte de logros maravillosos. Y quiénes vamos haciéndonos mayores, también podemos conservar un espíritu joven al alabar a Jehová y colaborar en grandes obras para su alabanza.
Entradas
