Seamos sinceros: estás ocupado.
Tienes tus amigos, las cosas de la escuela y quizás incluso tienes trabajo.
Así que, cuando tienes que ponerte a limpiar, no hay tiempo.
Pero todos tenemos que sacar tiempo para estar limpios.
¿Por qué?
Primero, porque es una muestra de respeto a los demás.
Segundo, porque te hace sentir bien contigo mismo.
Y, tercero, porque te facilita la vida y te estresas menos.
Entonces, ¿qué puedes hacer?
Empieza con lo básico.
Lávate las manos con frecuencia, sobre todo antes de comer y después de ir al baño.
Así eliminas los gérmenes y ganas salud.
Ten la costumbre de bañarte regularmente y después de hacer deporte o de haber sudado.
Y no te olvides de los dientes.
Hay que tenerlos limpios.
Pídeles a tus padres que te enseñen a lavar la ropa.
Cuando te vayas de casa, quizás tengas que hacerlo tú mismo.
En fin, saca tiempo para ordenar y limpiar tu casa, tu auto y lo que sea importante para ti.
La Biblia enseña que es importante hacerlo “todo de forma digna y ordenada”.
¡Eso es ser inteligente!
Es verdad, estás ocupado.
Pero que eso no te impida ser limpio.