Seth Hyatt: Jehová oye mis ruegos (Sal. 116:1)

Cuando leemos el Salmo 116, aprendemos muchas cosas interesantes sobre su escritor.

En los primeros versículos, él dice: “Amo a Jehová porque él oye mi voz, mis ruegos por ayuda.

Como él inclina su oído hacia mí [o, como dice la nota, “se agacha para escucharme”], mientras yo viva, lo llamaré”, dice el salmista.

Bueno, el salmista estaba pasando por una situación peligrosa.

Y, como tenía miedo de morir, le hizo una oración a Jehová.

Pero en el 8 añade: “Tú me has salvado de la muerte; mis ojos has librado de las lágrimas, mis pies de tropezar”.

El punto es que el salmista estaba convencido de que Jehová lo iba a ayudar porque recordaba que ya lo había ayudado en el pasado.

Él ya había visto la mano de Jehová respondiendo sus oraciones anteriormente.

¿Y qué hay de nosotros?

¿Pasamos también momentos de preocupación y ansiedad?

Nadie se libra de ello.

Entonces ¿le contamos a Jehová cómo nos sentimos?

Y los que estamos en el servicio de tiempo completo, ¿a qué preocupaciones y problemas nos enfrentamos?

Hablemos de dos.

Por un lado, la preocupación por la familia.

Quizá nuestros padres son mayores y tal vez estén luchando con problemas serios de salud.

O puede que tengamos un familiar que ahora esté débil en sentido espiritual.

Y así, de un momento a otro, hay que tomar una decisión: “¿Qué voy a hacer?

¿Cuál es mi responsabilidad como cristiano?

¿Y yo qué es lo que quiero hacer?

¿Qué me permiten hacer mis circunstancias ahora?”.

Inquietudes.

La otra preocupación: quizás nos atormenten errores que cometimos.

Algunos de nosotros seguimos sintiéndonos culpables por errores que cometimos hace tiempo.

Aunque amamos muchísimo a Jehová, vez tras vez seguimos pensando en lo mismo y muchas veces nos juzgamos a nosotros mismos de forma más severa que el propio Jehová.

Si alguno de estos problemas nos causa preocupación o ansiedad, ¿qué podemos hacer?

Podemos hacer lo mismo que el salmista: orar.

Esta mañana vamos a detenernos a analizar las oraciones de tres siervos fieles de Jehová que se sintieron angustiados.

Hablaremos de Jacob, David y Jehosafat.

Empecemos con Jacob.

Busquemos Génesis, capítulo 32.

Jacob le oró a Jehová antes de reencontrarse con su hermano Esaú, a quien no había visto hacía más de 20 años.

Jacob estaba preocupado por cómo iba a reaccionar su hermano al verlo.

Leamos su oración en los versículos 11 y 12: “Te suplico que me salves de las manos de mi hermano Esaú, pues tengo miedo de que venga y me ataque a mí, así como a los niños y a sus madres”.

Aquí vemos lo que le preocupaba, a lo que le tenía miedo.

Pero el 12 agrega: “Porque tú has dicho: ‘De veras te trataré bien y haré que tu descendencia sea como los granos de arena del mar, que son tan numerosos que no se pueden contar’”.

Es curioso, ¿no?, aunque él tenía un problema que le causaba preocupación, también tenía muy presentes todas las promesas que Jehová le había hecho.

Como vemos, él tenía muy claro el cuadro completo.

Esa fue la clave, lo que le ayudó a ver las cosas con equilibrio.

Cuando nosotros nos preocupamos por algún familiar, es normal que nos hagamos preguntas como: “¿Debería mudarme, quizás a miles de kilómetros, para poder ayudar a mi familia y atender sus necesidades?

¿Debería dejar el servicio de tiempo completo?”.

No estoy diciendo que solo hay una decisión correcta, no.

Cada caso es diferente.

Lo que quiero decir, hermanos, es que hay que mirar el cuadro completo.

Y no debemos apresurarnos a dejar nuestro servicio.

Está claro que hubo un problema entre Jacob y Esaú, pero ¿es posible que a los ojos de Jacob fuera mucho más grave?

Puede que Esaú no lo viera de la misma manera.

Y nos puede pasar.

¿No es cierto que tal vez pudiéramos estar buscándole la solución a un problema que desde nuestra perspectiva es muy grande pero que quizás nuestra familia no lo ve así?

En resumen: no nos apresuremos, veamos el cuadro completo y recordemos las promesas de Jehová.

Sin duda, él nos va a ayudar a que no nos preocupemos tanto.

¿Y si hemos cometido errores en el pasado?

Puede que hasta el día de hoy nos sigamos sintiendo culpables por cosas que hemos hecho tiempo atrás.

Pero algo que nos ayudará es recordar que siervos fieles del pasado lucharon contra sentimientos parecidos.

Por ejemplo, Job, cuando estaba pasando por todos los problemas que conocemos, admitió que en su juventud había pecado.

Y David hizo lo mismo.

Lo vemos en el Salmo 25.

En el Salmo 25, en el versículo 7, fíjense en qué dice David: “No recuerdes los pecados de mi juventud ni mis ofensas.

Por tu amor leal, acuérdate de mí, por tu bondad, oh, Jehová”.

Jehová tiene una memoria perfecta.

Puede recordar cualquier cosa que desee.

Pero aquí David le pide: “Por favor, Jehová, olvídate de mis errores pasados.

Y acuérdate de mí, por tu bondad”.

A veces nos quedamos atrapados en los errores pasados; algunos son errores graves y otros no tanto.

Pero, si no nos liberamos de esos pensamientos negativos, podemos desanimarnos en sentido espiritual.

¿Qué nos ayudará?

Recordar que a Jehová le encanta hacer algo: poner nuestros errores tan lejos de nosotros “como está el este del oeste”.

Es decir, cuando Jehová nos observa, no está mirando nuestros errores del pasado: está mirando las cosas buenas que hacemos ahora.

Así que, en vez de seguir atormentándonos con el pasado, una vez que hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance para arreglar las cosas con Jehová, olvidémonos del pasado y concentremos nuestros esfuerzos en servir a Jehová.

La última oración que vamos a repasar esta mañana se encuentra en 2 Crónicas, capítulo 20.

Por favor, busquémoslo.

¿Cuál es el contexto de esta oración?

El rey Jehosafat y la nación de Judá se enfrentaban a un poderoso ejército formado por moabitas, ammonitas y soldados de la región montañosa de Seír.

¿Qué hicieron?

Jehosafat oró.

2 Crónicas 20:12 dice: “Oh, Dios nuestro, ¿no los vas a castigar?

Porque nosotros no podemos contra esta gran multitud que viene a atacarnos, y [fíjense, Jehosafat le dice a Jehová] no sabemos qué hacer, pero nuestros ojos miran hacia ti”.

Bueno, es verdad que hay ocasiones en las que no sabemos qué hacer y, como Jehosafat, también podemos contárselo a Jehová.

¿Y qué hizo Jehová por este humilde rey?

Confundió a sus enemigos, se mataron unos a otros, y Jehosafat no tuvo que hacer nada.

¿Y qué puede hacer Jehová por nosotros?

Él puede usar su espíritu santo para ayudarnos a recordar textos bíblicos.

También puede usar a hermanos y hermanas maduros de la congregación y usa al “esclavo fiel y prudente” para hacernos llegar alimento espiritual en abundancia, publicaciones que podemos estudiar.

Jehová también puede hacer algo totalmente inesperado por nosotros, como hizo con Jehosafat.

Es así.

Y, cuando eso ocurre, cuando sentimos la mano de Jehová en nuestra vida, decimos lo mismo que dijo el salmista en las palabras que analizamos hoy.

Decimos: “Amo a Jehová porque él oye mi voz, mis ruegos por ayuda”.

Expresamos convencidos: “Mientras yo viva, lo llamaré”.




Tal vez te interesen estas entradas

Entrada destacada

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Hay alguien entre ustedes al que no conocen. Es el que viene detrás de mí. Y yo ni siquiera merezco…

Popular Posts

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

Imagina que vas a salir de viaje. Te han regalado los bolet…

JW Broadcasting: Abril de 2025

JW Broadcasting: Abril de 2025

¡Bienvenidos a JW Broadcasting®! Los testigos de Jehová vem…

JW Broadcasting: Marzo de 2025

JW Broadcasting: Marzo de 2025

Bienvenidos a JW Broadcasting®. ¡Qué alegría que estén con …

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

¡Bienvenidos, hermanos! ¿Han pensado en lo que vimos en la …

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

El texto de hoy nos prueba muy claramente que tanto Jehová …

El deseo de su corazón

El deseo de su corazón

El rey David quería de todo corazón participar en la constr…

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Pues bien, ¿te parece que en ocasiones te faltan las dos co…

Mark Sanderson: Siempre tenemos presente su aguante

Mark Sanderson: Siempre tenemos presente su aguante

Quisiera hablarles brevemente sobre el tema: “Siempre tenem…

Ronald Curzan: Jehová nos ayuda a vencer gigantes (Mar. 1:11)

Ronald Curzan: Jehová nos ayuda a vencer gigantes (Mar. 1:11)

A veces nos dan una tarea o una responsabilidad, y sentimos…