Sábado mañana (parte 1) | Asamblea regional del 2021 “Poderosos gracias a la fe”

Bienvenidos, hermanos.

La sesión de hoy comenzará con un video musical que nos recuerda que es un honor y una responsabilidad ayudar a otros a tener fe.

Espero que les guste mucho.

Bienvenidos de nuevo a la asamblea “Poderosos gracias a la fe”.

Durante las siguientes dos sesiones escucharemos los discursos que corresponden al sábado en el programa impreso.

El texto temático para el sábado está basado en Judas 3, que dice: “Luchen con todas sus fuerzas por la fe”.

Veremos cómo podemos demostrar fe, sin importar nuestras circunstancias, y también cómo podemos ayudar a otros a tener fe.

Ahora, vamos a cantar todos la canción 57, titulada Predicamos a toda clase de personas. Canción 57.

¿Se ha encontrado alguna vez en el ministerio a alguien que le parece que nunca aceptará la verdad?

¿Está preparado para ayudarlo?

Como veremos en la primera serie de discursos de hoy, nuestra manera de ver a otros influye en cómo les predicamos y en cómo responden al mensaje.

Cada orador presentará al siguiente.

Prestemos atención al hermano Ronald Curzan, ayudante del Comité de Enseñanza.

Comenzará con el discurso “Recuerde: los que no tienen fe pueden obtenerla.

Los ninivitas”.

¡Imposible!

¡Eso no va a pasar ni en un millón de años!

¿Alguna vez ha pensado de alguien que no se haría Testigo nunca?

Quizás pensara eso porque tenemos una visión limitada de las cosas.

Pero ¿cómo ve Jehová a esa persona?, ¿cómo ve él a todos los seres humanos, incluso a los que no tienen fe?

Podemos encontrar la respuesta en 1 Timoteo 2:4.

Ahí dice: “Su voluntad es que toda clase de personas se salven y lleguen a tener un conocimiento exacto de la verdad”.

Así que ¿qué es lo que desea Jehová?

Quiere que todos escuchen el mensaje, puedan cambiar y se salven.

Puede que eso nos parezca imposible, pero sabemos que “para Dios todo es posible”.

Él puede tocar el corazón de cualquiera y motivarlo a actuar.

Aunque es verdad que “la fe no es posesión de todos”, millones de personas por todo el mundo sí tienen fe.

Y cualquiera que lo desee puede obtenerla.

Sabemos que la Biblia tiene muchos ejemplos de hombres y mujeres que no tenían fe pero la adquirieron.

Y lo mismo ocurre hoy.

No es imposible.

Esta serie de discursos nos ayudará a recordar el hecho de que las personas que no tienen fe pueden obtenerla si las vemos como las ve Jehová y les damos la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios y hacer cambios.

En esta serie, hablaremos de cuatro grupos de personas: los ninivitas, los hermanos carnales de Jesús, las personas importantes y las que no son religiosas.

En cada uno de los discursos de esta serie, veremos qué ayudó a los que no tenían fe a adquirirla y qué podemos aprender nosotros.

Primero, veamos el ejemplo de los ninivitas.

Recordarán que ellos vivían en la capital del Imperio asirio, la ciudad de Nínive, fundada por Nemrod, conocida como “la ciudad que derrama sangre”.

Con la fama que tenía la ciudad, nos podemos imaginar cómo era la gente de allí.

Adoraban a dioses de la guerra.

La guerra era su religión.

Eran agresivos, muy violentos.

Incluso disfrutaban torturando a quienes hacían prisioneros.

Tenían muy mala reputación entre todas las naciones vecinas, incluido el pueblo de Dios.

Por eso, Jehová les envió a su profeta Jonás para que les anunciara su destrucción.

Veamos el siguiente video e imaginemos cómo se sintió Jonás al entrar en Nínive, caminar por sus calles y observar a las personas mientras pensaba en lo que les iba a decir.

¿Cómo veía Jonás a los ninivitas?

Bueno, en ese momento no los veía como Jehová.

Les tenía miedo, quizás por lo que pudieran pensar de él o por lo que pudieran hacerle cuando escucharan su mensaje.

Jonás era humano, tenía sentimientos como los nuestros.

Los humanos tendemos a juzgar a las personas basándonos en lo que vemos y en lo que oímos.

Si usted hubiera estado allí y Jehová le hubiera dado la misión de Jonás, ¿cómo habría reaccionado?

¿Habría pensado en la crueldad y la maldad de los ninivitas, y habría dicho: “Seguro que cambian”?

¿O habría dicho: “Es imposible, eso no va a pasar, ni en un millón de años”?

Pues así se sintió Jonás.

Pero Jehová corrigió el punto de vista que tenía sobre la misión y sobre los ninivitas.

Él aceptó la corrección que Jehová le dio y decidió ir a proclamar su mensaje a los ninivitas.

Y captó la atención de ellos, pero es posible que pensara: “Hasta aquí llegué”.

Pero ¿cómo reaccionaron?

Leamos Jonás 3:5.

Dice: “Y los hombres de Nínive tuvieron fe en Dios”.

Esto sorprendió al mismo Jonás.

El rey mandó que se anunciara lo que todos los habitantes tenían que hacer para demostrar su fe.

Versículo 8: “Que se cubran de tela de saco, tanto hombres como animales.

Que supliquen a Dios con todas sus fuerzas y dejen su mal camino y la violencia que practican.

¿Quién sabe?

Tal vez el Dios verdadero reconsidere lo que piensa hacer y su furia ardiente se calme, y así no muramos”.

¿Qué ayudó a los ninivitas a cambiar, a adquirir fe?

Fue el hecho de que Jonás llevó a cabo su misión, predicó con valor el mensaje de Dios.

Se les dio la oportunidad de cambiar y, para sorpresa de Jonás, lo hicieron.

Jonás también tuvo que cambiar.

Tuvo que cambiar el punto de vista que tenía sobre su misión y la gente, y ver a las personas desde el punto de vista de Jehová.

Las personas pueden cambiar.

Jehová puede tocar sus corazones.

Jonás tuvo que examinarse y pensar en cuál era su comisión.

Él no era el juez, ese no era su papel.

Él era el mensajero.

Tener el punto de vista de Jehová lo cambia todo: cómo vemos a los demás, cómo nos vemos a nosotros mismos, cómo vemos nuestras asignaciones...

Nuestro papel es llevar el mensaje de Jehová.

No somos jueces.

El Juez es Jehová, y decidió que los ninivitas merecían su misericordia y no ser destruidos.

¿Por qué?

Veámoslo en Jonás 3:10.

Dice: “Cuando el Dios verdadero vio lo que hicieron y cómo habían dejado su mal camino, reconsideró su decisión de mandarles la calamidad que había anunciado, y no la mandó”.

En el siguiente video, veamos los cambios que hicieron los ninivitas y cuál fue el resultado.

¿Eres Jonás?

Ajá.

Gracias.

Estos ninivitas eran muy diferentes a los que vimos en el primer video, ¿verdad?

Los cambios que hicieron en su interior se reflejaron en su exterior.

Cambió su manera de ver a los demás y su manera de tratarlos.

Cambió hasta su aspecto.

Pasaron de tener caras serias y tristes a tener caras sonrientes y felices.

Estaban agradecidos a Jonás por el mensaje que les dio y a Jehová por su misericordia.

¿Cuál es la lección para nosotros?

La misma lección que aprendió Jonás: tenemos que mostrar compasión, igual que Jehová.

Implica más que darse cuenta de que alguien necesita ayuda.

Significa tener el deseo de ayudarlo y sacar el tiempo para hacerlo, actuar.

¿Cómo podemos imitar la compasión de Jehová hoy día?

Pasando del sentimiento a la acción.

Y lo hacemos al predicar.

Predicando a todas las personas, dándoles la oportunidad de cambiar.

Y no juzgándolas, sino viéndolas como posibles ovejas, como futuros hermanos o hermanas.

Como los ninivitas, muchos hoy tienen creencias falsas y malas actitudes desde la niñez.

Puede ser difícil que cambien, pero no es imposible.

¿Qué puede ayudarlos a cambiar?

Hebreos 4:12 dice que “la palabra de Dios” puede ayudar.

“La palabra de Dios está viva y actúa con poder”.

Muchos de nosotros hemos cambiado gracias al poder de la Biblia.

Antes de aprender la verdad, algunos de nosotros no teníamos fe o éramos violentos o inmorales.

Pero como dijo el apóstol Pablo: “Algunos de ustedes eran eso”.

En el pasado muchos cambiaron, y hoy día muchos otros también.

Con la ayuda de la Palabra de Dios y del espíritu santo, podemos ayudarlos a cambiar.

No leemos los corazones, pero sabemos que Jehová sí, y él puede tocar y motivar el corazón de cualquiera.

¿Y qué podemos hacer nosotros?

Podemos recordar lo que dice Romanos 10:16.

Nuestra misión es ser mensajeros.

Versículo 16: “Sin embargo, no todos hicieron caso a las buenas noticias, pues Isaías dice: ‘Jehová, ¿quién ha puesto su fe en nuestro mensaje?’.

De modo que la fe sigue al mensaje que se oye, y el mensaje [...] llega por medio de la palabra acerca de Cristo”.

“La fe sigue al mensaje que se oye”.

¿Qué motivó a los ninivitas a cambiar?

Fue el mensaje de advertencia que Jonás les dio.

Oramos para que muchas personas pongan su fe en Dios al escuchar el mensaje que les llevamos.

Así que seamos como Jonás, demostremos compasión y valor al predicar las buenas noticias a todos.

Y, quién sabe, la fe podría seguir al mensaje que se oye.

Recuerden: no es imposible, los que no tienen fe pueden obtenerla.

El hermano Mark Sanderson, del Cuerpo Gobernante, presentará el siguiente discurso de esta serie: “Recuerde: los que no tienen fe pueden obtenerla.

Los hermanos carnales de Jesús”.

¿Tiene familiares que actualmente no están sirviendo a Jehová?

La mayoría de nosotros los tenemos, y no somos los únicos.

El propio Jesús también tuvo familiares que no eran creyentes.

De hecho, aunque los hermanos de Jesús sabían que él estaba haciendo milagros, la Biblia dice que ellos no tenían fe en que él fuera el Mesías.

Qué triste, ¿verdad?

¿Se lo imaginan?

Incluso cuando Jesús fue ejecutado, parece ser que sus hermanos no estaban allí.

¿Recuerdan el relato en el que Jesús estaba en el madero y miró a uno de sus discípulos para pedirle básicamente que se encargara de cuidar a su madre?

Sus hermanos no estaban allí para apoyarlo.

Pero ¿qué pasó poco después de que Jesús fue resucitado?

Pasó algo increíble, porque algunos de sus hermanos estaban junto con su madre y otros discípulos orando intensamente.

¿Se imaginan cómo se sintió Jesús, lo contento que tuvo que haberse puesto al ver que sus hermanos ahora tenían fe?

Quizás a usted le haya pasado algo así.

Quizá alguno de sus familiares, su cónyuge, uno de sus hijos o uno de sus hermanos ahora está sirviendo a Jehová.

¡Qué alegría, qué sentimiento tan maravilloso!

Nada se puede comparar a eso.

¿Y qué fue lo que ayudó a los hermanos de Jesús a pasar de no tener fe a poner su fe en él?

¿Y qué podemos aprender nosotros de ese ejemplo?

Respondamos la primera pregunta.

¿Qué fue lo que ayudó a los hermanos de Jesús a adquirir fe?

Bueno, lo más importante es que Jesús fue paciente con sus familiares.

Eso llama mucho la atención, porque miren cómo trataron ellos a Jesús.

Busquen conmigo Marcos 3:21.

Ahí dice: “Cuando su familia se enteró de lo que estaba pasando, fueron a buscarlo para llevárselo, pues decían: ‘Se ha vuelto loco’ ”.

Jesús no se ofendió, aunque su familia trató de llevárselo, aunque le dijeron que estaba loco.

¿Le han dicho sus familiares a usted algo parecido?

Jesús no se ofendió, fue paciente.

De hecho, miren lo que hizo Jesús después de su resurrección.

Vayamos a 1 Corintios 15:7.

Dice: “Después se le apareció a Santiago; luego a todos los apóstoles”.

Este es solo un pequeño detalle, pero ¿se fijaron en lo que dice?

Dice que Jesús “se le apareció a Santiago”.

La verdad es que no sabemos qué le dijo Jesús a Santiago cuando se le apareció.

Pero lo cierto es que el hecho de que se le apareciera a su medio hermano fue un detalle por parte de Jesús.

Seguro que Santiago agradeció muchísimo esa atención especial que le dio su hermano.

¿Por qué lo decimos?

Bueno, sabemos que Santiago‏ llegó a ser un anciano respetado en la congregación de Jerusalén.

Quizás recuerden que Hechos 15 dice que los apóstoles y los ancianos se reunieron en Jerusalén para hablar del asunto de la circuncisión, y parece ser que Santiago era el que estaba presidiendo aquella reunión.

Bueno, ¿qué había pasado?

Santiago pasó de ser una persona sin fe a ser un pilar en la congregación.

Santiago y otro de sus hermanos, Judas, tuvieron el privilegio de escribir cartas que llegaron a formar parte de la Biblia.

En el siguiente video, por favor, fíjense en qué fue lo que ayudó a uno de los miembros de una familia a tener fe.

La primera que aprendió la verdad en casa fue mi madre.

Lo cierto es que a mí nunca me interesó mucho la verdad.

Donde yo crecí, los estudios son muy importantes.

La gente quiere ganar dinero y tener una vida llena de lujos.

Y esa fue la vida que yo escogí: estudiar, ir a la universidad...

para tener lo que otros tenían.

Aunque sabían que a mí no me interesaba la verdad, mi madre y mi hermano no me dieron por perdido.

Todos los años, en enero, cuando salía de la universidad para visitarlos, mi madre aprovechaba para darme el folleto Examinando las Escrituras diariamente. Se aseguraba de que tuviera una Biblia y el folleto Examinando de cada año.

Aunque yo no iba a las reuniones, ella quería que al menos tuviera las publicaciones.

Además de eso, mi hermano menor, al que estaba muy unido, decidió tomarse la verdad en serio.

Cuando volví de la universidad, vi que a mi hermano le estaban dando clases de la Biblia.

Me sorprendió verlo estudiándola y preparándose para las clases.

A él le importaba lo que dice la Biblia y le encantaba lo que estaba aprendiendo.

Y entonces entendí que la Biblia puede cambiarte la vida.

Un texto que me viene a la mente es el de Oseas 11:4.

Aquí dice que Jehová nos atrae “con las cuerdas del amor” y la bondad.

Eso fue lo que Jehová hizo conmigo.

Así que tomé la decisión de asistir a todas las reuniones.

Empecé a estudiar la Biblia en el 2007 y me bauticé al año siguiente, en el 2008.

Mi familia siempre estuvo ahí, nunca se dieron por vencidos.

Animo a los padres a hacer lo mismo con sus hijos.

Tienen que seguir animándolos y no perder nunca la esperanza de que Jehová los traiga a su organización al ver que tienen un buen corazón.

Queridos hermanos, ¿verdad que queremos que ocurra lo mismo con nuestros familiares?

¿Qué podemos hacer para ayudarlos a tener fe?

Hablemos brevemente de tres cosas.

La primera: sea paciente con su familia.

Queremos imitar el ejemplo de nuestro maravilloso Dios, Jehová.

¿Recuerdan que la nación de Israel le falló a Jehová muchas veces?

En Jeremías 44, la Biblia dice que Jehová envió a sus profetas “una y otra vez”.

Él fue muy paciente con su pueblo.

Y nosotros tenemos que serlo con nuestra familia.

No los demos por perdidos.

La segunda: tengamos tacto.

Busquemos maneras de despertar su interés por la verdad.

Es cierto que Jesús describió el mensaje de la verdad como “agua” que puede “dar vida eterna”.

Pero ¿alguna vez ha tratado de beber agua de una boca de incendios?

Eso es algo muy difícil de hacer.

No queremos ahogar a nuestros familiares bombardeándolos con demasiada información, como si les disparáramos agua a presión.

Al contrario, queremos que la verdad refresque a nuestros familiares.

Que ellos se sientan ahogados o refrescados dependerá de la manera en la que les hablemos de la verdad.

Tengamos tacto y hablémosles con cariño.

A lo mejor así despertamos su interés.

Y ahora el tercer punto: debemos mostrarle empatía a nuestra familia y dejar que nuestra conducta hable por nosotros.

Cuando aprendemos la verdad, puede que a nuestros familiares les preocupe cómo afectará eso a nuestra relación con ellos.

En vez de pensar en todas las cosas diferentes que podríamos decir, es importante que recordemos que lo que hacemos dirá mucho más que las palabras que utilicemos.

Hay un refrán que dice: “Predicar con el ejemplo es el mejor argumento”.

Y es cierto.

Una hermana llamada Pauline se dio cuenta de que, en vez de hablarle todo el día a su esposo de la verdad, tenía que ponerle un buen ejemplo.

Cuando el esposo vio el buen efecto que estaba teniendo la Biblia en su esposa y en sus hijos, empezó a estar más dispuesto a escuchar el mensaje de las buenas noticias.

Nunca se sabe, queridos hermanos, el buen efecto que puede tener nuestra conducta, nuestro ejemplo, en la familia.

Hace dos años estuve en California en una asamblea regional y una hermana se acercó a mí con sus dos hermanos.

Su madre, que era Testigo, le enseñó la verdad cuando ella era pequeña.

Pero luego ella se alejó de la congregación durante más de 30 años.

Vio uno de nuestros programas, y eso la motivó a volver.

Después fue a hablar con su hermano, que también llevaba más de 30 años alejado de la verdad, y él también decidió volver.

Y luego los dos fueron a ver a su otro hermano, que también llevaba 30 años alejado, y él también decidió volver.

Y ahí estaban los tres, frente a mí.

Y la hermana me dijo: “Creo que mi madre va a tener que resucitar dos veces.

Todos habíamos dejado la verdad cuando ella murió.

Cuando nos vea a los tres en el nuevo mundo, le va a dar un ataque y va a tener que resucitar de nuevo”.

¿Cuál es el punto?

Que el buen ejemplo de su madre los ayudó incluso muchos años después de que ella muriera.

Queridos hermanos, Jehová puede usarlos a ustedes para ayudar a su familia.

Es posible que ellos ahora no tengan fe, pero, con su ayuda, pueden llegar a obtenerla.

Funcionó en el caso de Jesús, y puede funcionar en el suyo.

Ahora, el hermano Ralph Walls, ayudante del Comité de Personal, presentará el discurso “Recuerde: los que no tienen fe pueden obtenerla.

Las personas importantes de este mundo”.

Hace unos años, un hermano de una zona rural de México, vestido con su modesta ropa de campesino, tocó a la puerta de una gran mansión.

Un hombre en bata de seda abrió la puerta y le preguntó qué quería.

El Testigo dijo: “Si llegara una mula a su puerta cargada con dos bolsas de oro, ¿las aceptaría?”.

Molesto, el hombre respondió: “No entiendo lo que me está diciendo.

Yo soy un ingeniero famoso”.

El Testigo le preguntó: “¿Qué sabe usted de las profecías?”.

El hombre admitió que no sabía nada de ellas.

El Testigo dijo: “De eso quiero hablar con usted.

Yo soy la mula que llega a su puerta, y las dos bolsas de oro son estas revistas, La Atalaya y ¡Despertad!”. El hombre quedó impresionado por la presentación de este hermano y se quedó con las revistas.

¿Llegó a hacerse Testigo este hombre?

No lo sabemos.

Pero lo que sí sabemos es que nuestro humilde hermano le dio la oportunidad a aquel hombre de que Jehová tocara su corazón.

En el siglo primero, muchos judíos importantes no se atrevieron a seguir a Jesús por miedo a que los marginaran.

Juan 12:42 dice: “Muchos gobernantes de los judíos pusieron su fe en él; pero no lo reconocían abiertamente por miedo a los fariseos, para no ser expulsados de la sinagoga”.

Sin embargo, algunos aguantaron la presión social y se pusieron de parte de Jesús.

La Biblia habla de José de Arimatea, un miembro respetado del Consejo que “se armó de valor, se presentó delante de Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús”.

Y el libro de Hechos dice que “la palabra de Dios siguió extendiéndose [...].

Y un gran grupo de sacerdotes empezaron a aceptar la fe”.

Alguien que fue una persona importante de este mundo fue Saulo de Tarso, que luego llegó a ser el apóstol Pablo.

Él era fariseo y perseguía a los cristianos de origen judío.

Fíjense en lo que reconoció: “Perseguí a muerte a los miembros de este Camino, atando y metiendo en prisión a hombres y mujeres”.

Pero cambió, y fue un predicador entusiasta y un apóstol.

También hoy día algunos que tenían una posición social alta en este mundo se han hecho creyentes.

¿Qué ayudó a Saulo a obtener fe?

Dejemos que Pablo responda.

Por favor, busquen Hechos 22:6-8.

Dice: “Pero, durante el viaje, cuando ya me acercaba a Damasco a eso del mediodía, una gran luz del cielo me envolvió de repente.

Entonces caí al suelo y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’.

Yo le contesté: ‘¿Quién eres, Señor?’.

Y me dijo: ‘Soy Jesús el Nazareno, a quien tú persigues’ ”.

Jesús se le apareció de manera milagrosa a Saulo y le dijo quién era.

¡Fue algo impactante!

Después de aquello, Saulo cambió por completo sus valores y sus prioridades en la vida.

Y luego lo que escribió bajo inspiración muestra que había cambiado completamente su punto de vista.

Vamos a leerlo.

Está en Filipenses 3:7, 8: “Pero las cosas que para mí eran ganancia, ahora las considero pérdida a causa del Cristo.

Es más, considero también que todas las cosas son pérdida debido al incalculable valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor.

Por él he aceptado la pérdida de todas las cosas y las veo como un montón de basura, para ganar a Cristo”.

¿Qué fue lo que motivó a Pablo a cambiar tanto?

Jehová se valió de un suceso impactante para tocar su corazón.

Hoy día, los acontecimientos mundiales, una tragedia o algún cambio de circunstancias —aunque Jehová no sea el causante— pueden hacer que una persona importante se replantee su vida y escuche las buenas noticias.

Puede que esa persona se dé cuenta de que el estatus social no es la solución a los problemas de la vida.

En el siguiente video, vean cómo los cambios de circunstancias pueden influir en una persona.

Cuando era adolescente, trabajaba en un astillero como soldador.

Era muy duro, y además en verano hacía mucho calor.

Así que pensé: “No, no voy a hacer esto durante 30 o 40 años.

Tengo que buscar algo mejor”.

En aquel tiempo, para mí el éxito era tener un buen trabajo, un montón de dinero y comodidades.

Así que decidí ir a la universidad, y estudié 4 años para ser contable.

En mi trabajo, cada traslado significaba un ascenso.

Así que fui de África a Bélgica, de Bélgica a Escocia, de Escocia volví a Estados Unidos y luego fui a Singapur.

Y eso sí que fue un ascenso.

Tenía autos caros, un chofer y mucho dinero en el banco.

Y, cada vez que conseguía un ascenso, mi esposa y yo decíamos: “Ahora, ahora sí vamos a ser felices.

Por fin vamos a disfrutar de todo esto”.

Pero la alegría nos duraba muy poco.

Sencillamente, se iba.

Sentíamos un vacío que cada vez se iba haciendo más y más grande.

Estábamos confundidos.

No sabíamos dónde encontrar la felicidad que estábamos buscando.

Resulta que mi hija tenía una tienda en la que vendía ropita y mueblecitos para los bebés.

Y la tenía con su esposo.

Así que contrataron a una muchacha para que les ayudara con la tienda y con sus hijos.

Cuando la chica no tenía mucho trabajo, sacaba su biblia y se ponía a leerla.

Y le preguntaron a la chica: “¿Tú conoces a alguien que pueda darles clases a los nenes?”.

Dijo: “Sí, creo que conozco a las personas adecuadas, la pareja perfecta”.

Así que quedaron en empezar las clases de la Biblia la semana siguiente.

Y mi hija me llamó y me dijo: “Papá, ¿puedes estar en la clase?

No conozco a esta gente.

Tú solo tienes que asegurarte de que va todo bien”.

Así que fui a aquella clase y me senté a escuchar.

¡Me quedé impresionado!

Y, cuando terminó la clase, les pregunté: “¿Podrían darme clases a mí?”.

En el mundo, es cierto que puedes subir, pero luego rápidamente empiezas a ir cuesta abajo, y ya te quedas ahí, abajo del todo.

En cambio, la verdad te da felicidad constante.

No hay nada igual.

Es una satisfacción completa.

Sabes que estás haciendo lo que está bien.

Cambió por completo nuestra vida y nuestra actitud.

Ahora estamos muy muy satisfechos y felices.

Hermanos, se espera que les prediquemos con valor a las personas importantes de este mundo.

Es normal que, a veces, este tipo de personas nos intimiden, y no nos atrevamos a predicarles.

Pero decidámonos a imitar a Jesús.

¿De qué manera?

Veamos lo que dice Isaías 11:3 sobre él: “Y él se complacerá en el temor de Jehová.

No juzgará por las apariencias ni reprenderá simplemente por lo que oiga”.

¿Lo vieron?

Igual que Jesús, que no juzga por las apariencias, nosotros tampoco deberíamos prejuzgar a las personas por su aspecto, por la casa que tengan, su fama o su posición.

También debemos imitar la actitud que tenía el apóstol Pablo cuando ya era cristiano.

Miren lo que él dijo en Romanos 1.

Y nos vamos a centrar en el versículo 16.

Romanos 1:16.

Vamos a leer la primera parte de este versículo.

Dice: “Porque no me avergüenzo de las buenas noticias”.

Y a continuación, bajo inspiración, Pablo explica el poder de las buenas noticias: “En realidad, [las buenas noticias] son el poder de Dios para salvar a todo el que tiene fe, primero al judío y también al griego”.

Así que decidámonos a predicar con valor a todos, y démosle a Jehová la oportunidad de tocar el corazón de los que escuchen.

El hermano Anthony Morris, del Cuerpo Gobernante, presentará el último discurso de esta serie: “Recuerde: los que no tienen fe pueden obtenerla.

Las personas que no son religiosas”.

Me gustaría que, por un momento, usara su imaginación.

Imagine que está teniendo una conversación con una persona a la que respeta y que tiene cierta autoridad.

Y, mientras está hablando con esta persona, en un momento dado de la conversación ella le dice: “Recuerde. Quiero que recuerde esto”.

Pues eso es lo que Jehová nos dice en esta serie de discursos.

Cuando alguien dice “recuerde”, la mayoría de la gente se detiene, se concentra y presta más atención.

¿Y qué es lo que Jehová quiere que recordemos con estos discursos?

Que muchas personas que no son religiosas pueden obtener fe.

Todos los años personas que antes eran ateas o agnósticas aceptan la verdad.

Así que la lección para nosotros es esta: no nos retraigamos de predicarles a los que no son religiosos.

No deberíamos juzgarlos ni dar por hecho que nunca van a aceptar la verdad porque son ateos o agnósticos, o porque son materialistas.

Nosotros no queremos juzgarlos.

Al contrario, queremos que Jehová nos use para ayudar a las personas que no son religiosas.

Veamos lo que escribió Pablo en Romanos 10 y fijémonos en cómo algunos cambian sus creencias al escuchar la verdad y las enseñanzas de Jehová.

Y la única manera de que obtengan fe es haciendo lo que dice aquí.

Así que leamos cuidadosamente Romanos 10:13-15: “Porque ‘todo el que invoque el nombre de Jehová será salvado’.

Sin embargo, ¿cómo lo invocarán si no han puesto su fe en él?

¿Y cómo pondrán su fe en él si no han oído hablar de él?

¿Y cómo oirán sin alguien que predique?

¿Y cómo predicarán si no han sido enviados?

Tal como está escrito: ‘¡Qué hermosos son los pies de los que declaran buenas noticias de cosas buenas!’ ”.

Qué bonito, ¿verdad?

Así es como una persona obtiene fe, contestando estas preguntas, preguntas muy importantes que todos debemos recordar a la hora de predicarles a las personas que no son religiosas.

Necesitan a alguien que les lleve las buenas noticias y que lo haga de tal manera que llegue a su corazón.

¡Y eso es muy importante!

No es solo lo que decimos, sino cómo lo decimos.

Eso es lo que importa.

Alguien tiene que llevarles las buenas noticias para que puedan obtener fe.

Así que surge la pregunta ¿cómo podemos hablar de las buenas noticias para que las personas que no son religiosas estén más dispuestas a escucharnos?

Buena pregunta.

Para ayudar a los que no son religiosos a adquirir fe, tenemos que tener en cuenta lo que dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios.

Busquemos 1 Corintios 9:22: “Con los débiles me hice débil para ganarme a los débiles.

He llegado a ser de todo con gente de todo tipo para salvar por todos los medios posibles a algunos”.

Qué bonito, ¿verdad?

Qué ejemplo tan bueno nos dejó el apóstol Pablo al adaptarse a los que lo escuchaban.

Les hablaba de una manera a los judíos, haciendo referencia a las Escrituras Hebreas, y de otra manera a los griegos, que no sabían nada de Jehová.

Así que la idea, hermanos, es hablar de temas que les interesen a estas personas.

Me gustaría leerles algunos puntos de La Atalaya de julio de 2019.

En las páginas 22 y 23, hay algunos puntos que queremos recordar cuando les predicamos a las personas que no son religiosas.

Muy muy buenos consejos.

Podríamos hablar de la naturaleza.

A muchas personas, incluso a los ateos y a los agnósticos, les encanta la naturaleza.

Así que podríamos usar ese tema para comenzar la conversación.

Podríamos decir algo así como: “Quizás sepa que muchos inventos son el resultado de copiar cosas que existen en la naturaleza.

Por ejemplo, quienes diseñan micrófonos estudian el oído y quienes diseñan cámaras estudian el ojo.

¿Qué le viene a la mente cuando piensa en la naturaleza?

¿Le parece que es una fuerza maravillosa, una persona o alguna otra cosa?”.

Y escuche atentamente cuando haga preguntas así.

Y luego podría añadir: “Cuando los ingenieros estudian el diseño del ojo y del oído, quizás nos preguntemos de quién están aprendiendo.

Me pareció muy interesante lo que dijo un poeta de la antigüedad”.

Y esto es una buena idea, porque el poeta es el salmista.

Leeremos el Salmo 94:9, 10, pero podemos decir poeta de la antigüedad.

Y este texto dice: “El que hizo el oído, ¿acaso no puede oír?

El que formó el ojo, ¿acaso no puede ver?

¡Es él quien le da conocimiento a la gente!”.

Qué bonito, ¿verdad?

Buenas preguntas para conversar con personas que no son religiosas.

Y también tenemos en el sitio de internet jw.org la sección “Opiniones sobre el origen de la vida”.

Ahí hay videos que podrían ayudarlos.

También debemos demostrar compasión, empatía y tratar de llegarles al corazón.

Me gustaría repasar con ustedes algunos puntos que debemos recordar a la hora de hablar con personas que no son religiosas.

Seamos positivos.

Recordemos que todos los años se hacen Testigos personas que no eran religiosas.

El siguiente punto: seamos amables y tengamos tacto, porque las personas nos escucharán no solo por lo que decimos, sino por cómo lo decimos.

Si quiere llegar al corazón, hable desde el corazón.

Sea amable y hable con tacto.

Imitemos la manera que tenía Jesús de enseñar.

Siempre lo hacía con amor y compasión.

Otro consejo: seamos comprensivos y escuchemos.

Es muy importante saber escuchar.

A veces, y esto lo hacemos todos, hablamos demasiado.

Hacemos una pregunta, damos dos segundos para que nos contesten y enseguida volvemos a hablar.

Pero hay que escuchar.

Hoy día la gente no está acostumbrada a escuchar a los demás.

No seamos así.

Seamos comprensivos y escuchemos.

Dejemos que se expresen.

Esforcémonos por mostrar empatía y amor.

Si seguimos estos consejos, Jehová bendecirá nuestros esfuerzos.

En el siguiente video, veamos lo que motivó a un joven que no era religioso a aceptar la verdad.

Mi familia era católica no practicante, así que en casa nunca me animaron a creer en Dios.

Mis profesores eran las personas en las que más confiaba en el mundo.

Por eso, cuando me enseñaron la teoría de la evolución, no solamente me la creí, sino que me encantó.

Cuando tenía 19 años, un amigo de la infancia que se había hecho testigo de Jehová empezó a visitarme.

Me encantaba conversar con él, pero cuando me hablaba de Dios le decía: “Por favor, deja de hablarme de Dios, porque yo no creo en él”.

Él nunca tiró la toalla.

Un día me preguntó: “¿Por qué no quieres hablar conmigo de Dios ni siquiera un rato?”.

Su pregunta me hizo pensar.

Siempre había rechazado sus argumentos sin siquiera escucharlos.

No quería darle la impresión de que yo era una persona orgullosa y testaruda.

Así que pensé: “¿Qué tal si le dejo explicarse?”.

Él usó el libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación? Fue como si me quitaran una venda de los ojos.

En ese momento, empecé a conocer a Jehová.

Por fin entendí que mi vida tenía un propósito.

Lamento no haber conocido a Dios durante los primeros 20 años de mi vida.

Mi amistad con Jehová es, sin duda, lo más valioso que tengo.

Estoy decidido a hablarle de él a todo el mundo, especialmente a aquellos que no tienen fe, para que también lleguen a conocer las maravillosas cualidades de nuestro Creador.

Sí, personas que no eran religiosas están aceptando la verdad.

Pueden obtener fe.

Y hay muchas experiencias que lo demuestran.

Así que recuerde: los que no tienen fe pueden obtenerla.

Hemos hablado de los ninivitas, de los hermanos carnales de Jesús, de judíos importantes...

Todos ellos hicieron grandes cambios.

Y hoy día, tal como en el pasado, está sucediendo lo que dice 1 Timoteo 2.

El versículo 4 habla sobre la voluntad de Jehová: “Su voluntad es que toda clase de personas se salven y lleguen a tener un conocimiento exacto de la verdad”.

Eso es lo que Jehová desea.

Le dedicamos nuestra vida a Jehová para hacer su voluntad.

Y año tras año toda clase de personas ponen su fe en él.

Los animamos a predicar con valor pero con tacto a sus familiares, a las personas importantes de este mundo y a las personas que no son religiosas.

Esforcémonos por predicar a todos, y Jehová lo hará crecer.

Él bendecirá nuestros esfuerzos.

Y recuerde: Jehová puede tocar el corazón de cualquier persona y hacer que llegue a tener fe.

Gracias, hermanos, por ayudarnos a ver a toda clase de personas como posibles discípulos.

Estamos muy entusiasmados con el nuevo manual de estudio, ¡Disfrute de la vida para siempre! Curso interactivo de la Biblia. ¿Cómo podemos usar bien esta herramienta para ayudar a otros?

El hermano Robert Ciranko, ayudante del Comité de Redacción, presentará el siguiente discurso, titulado “Edifique la fe de otros con el libro Disfrute de la vida”.

¿Cuál diría que es su mayor deseo en la vida?

Si le hubieran hecho esa pregunta al escritor del Salmo 146, probablemente habría contestado con las siguientes palabras: “¡Alaben a Jah!

Que todo mi ser alabe a Jehová.

Toda mi vida alabaré a Jehová”.

¿Verdad que nosotros deseamos lo mismo, alabar a Jehová para siempre y enseñar a otros qué deben hacer para adorarlo?

Estos sentimientos están muy bien expresados en la canción Servirte me hace feliz. En el siguiente video, fíjense en lo que dice parte de la letra de esta canción.

Jehová, Padre amado, me nace de dentro un latir; yo te quiero cantar que servirte me hace feliz.

Me encanta ayudar a la gente a saber más de ti.

Hablar de tu nombre, no hay nada mejor para mí.

¡Qué bonito es sentir cada día que aumenta mi fe!

Dedicarte mi vida entera es lo que soñé.

Menos mal que solo la recité y no intenté cantarla.

Es cierto que nuestra fe aumenta cada día que alabamos a Jehová.

Pero ¿qué hay de los que no lo conocen o no tienen fe en él?

Cuando les damos clases de la Biblia, queremos ayudarlos, con la Palabra de Dios, a saber cómo adorar a Jehová con una fe fuerte.

¿Cómo se hace eso?

La fe se basa en pruebas.

Para tener fe, primero hay que adquirir un conocimiento exacto de las verdades de la Biblia, que servirá como base para desarrollar fe.

Y podemos empezar con las palabras de Jesús en Juan 17:3, que conocemos muy bien.

En una oración a Jehová, él dijo: “Esto significa vida eterna: que lleguen a conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a quien tú enviaste, Jesucristo”.

¿Qué quiso decir Jesús?

Bueno, que para obtener vida eterna las personas deben tener su propia amistad con Jehová, y para ello deben aprender la verdad sobre Dios y sobre Cristo.

¿Y eso qué implica para los que somos maestros de la Biblia?

Tres cosas.

Primero: debemos aclarar cualquier confusión que tenga la gente sobre la identidad de Dios y la de Cristo.

Y podemos usar dos textos, el de Jeremías 10:10 y el de Mateo 16:16.

Jeremías 10:10 y Mateo 16:16.

Jeremías 10:10 dice: “Pero Jehová es el verdadero Dios.

Él es el Dios vivo”.

Y, en Mateo 16:16, leemos: “Simón Pedro le contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo’ ”.

Así que Jehová es el Dios vivo, y Jesús es el Hijo del Dios vivo.

No puede estar más claro, ¿verdad?

Pero saber estas verdades básicas no es suficiente.

El segundo punto es ayudar a los estudiantes a desarrollar una fe fuerte en Jehová.

Como vimos en el primer discurso de esta asamblea, tener fe implica llegar a conocer a Jehová y verlo como alguien real, confiar en él, tener una amistad inquebrantable con él.

Para eso hay que saber qué es lo que a Jehová le gusta y lo que no, y conocer sus valores y sus normas.

Entonces el estudiante podrá hacer lo que dijo el Hijo de Dios en Juan 14:1: “Demuestren fe en Dios”.

Pero Jesús añadió: “Demuestren fe en mí también”.

Así que, tercero, debemos ayudar a los estudiantes a desarrollar una fe fuerte en Jesús.

¿Y qué es lo más importante que deben creer sobre Jesús?

Veamos la respuesta que da el apóstol Pablo en Efesios 1:7: “Por medio de él conseguimos la liberación por rescate mediante su sangre, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de la bondad inmerecida de Dios”.

Cuando una persona aprende que Jesús dio su vida por ella personalmente, entonces puede empezar a tener fe en el poder del rescate, que hace posible el perdón de nuestros pecados, nos da la esperanza de vida eterna bajo el Reino de Cristo y además es la mayor prueba del amor que Dios nos tiene.

Es necesario que las personas acepten toda la verdad sobre Jehová y Jesucristo.

Pero eso no es suficiente, porque la Biblia dice, en Romanos 10:10, que “con el corazón se demuestra la fe”.

No basta con que una persona crea en la verdad de la Biblia, también tiene que valorarla.

Solo así se sentirá motivada a actuar de acuerdo con la verdad.

De lo contrario, podría rechazar las pruebas de que lo que está aprendiendo es la verdad y seguir aferrado a creencias falsas y haciendo lo que está mal.

Así que tenemos que hacer todo lo posible por llegar al corazón de nuestros estudiantes.

¿Le parece que eso es muy difícil?

Bueno, ahora tenemos una nueva herramienta, que nos ayudará a edificar la fe de otros: el manual de estudio ¡Disfrute de la vida para siempre! Curso interactivo de la Biblia. Contiene textos clave, razonamientos claros, preguntas eficaces, ilustraciones y videos, que ayudarán al maestro a llegar al corazón del estudiante, para que exprese lo que de verdad siente.

Si tiene el libro, en papel o en la aplicación JW Library® en su teléfono o su tablet, por favor, vaya a la sección 1.

Verá que las lecciones de esa sección ayudan a desarrollar fe en Jehová progresivamente.

En la lección 4, el estudiante aprende quién es el Dios verdadero y que su nombre es Jehová.

La lección 5 ayuda a tener fe en que Jehová es el Autor de la Biblia.

La lección 6 enseña que Jehová es el Creador del universo y la Fuente de la vida.

La lección 7 habla de cómo es Jehová, explica que es alguien real con bonitas cualidades.

Y las lecciones 8 y 9 le enseñan al estudiante cómo acercarse a Dios y ser su amigo.

Pero a algunas personas se les hace difícil pensar que pueden ser amigos de alguien a quien no pueden ver, y mucho menos de Dios.

Busque la lección 8, “Usted puede ser amigo de Jehová”.

Y en el siguiente video fíjese en cómo la maestra usa esta lección del libro para ayudar a su estudiante a tener fe en que Jehová desea ser su amigo.

Están estudiando la información que encontramos en el punto 6, “Lo que Jehová hace por sus amigos”.

Muy bien.

Ahora el punto 6: “Lo que Jehová hace por sus amigos”.

Cassie, ¿podrías darle al enlace para ver el video Jehová vino a rescatarme?

Cuando tenía 14 años, empezaron a afectarme emocionalmente cosas que me habían sucedido en el pasado.

Me sentí como si tuviera la culpa de todo lo que me había ocurrido.

Descubrí en la Biblia que Dios quiere tomarme de la mano, darme fuerzas y ayudarme de verdad.

Eso me pareció algo increíble.

Ella menciona un pasaje de la Biblia en el que Jehová nos toma de la mano.

¿Podrías leerlo?

Es Isaías 41:10, 13.

Por favor.

“No tengas miedo, porque estoy contigo.

No te angusties, porque yo soy tu Dios.

Yo te daré fuerzas.

Sí, yo te ayudaré.

Con mi mano derecha de justicia, de veras te sostendré”.

Versículo 13: “Porque yo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu mano derecha; soy el que te dice: ‘No tengas miedo. Yo te ayudaré’ ”.

Cassie, según estos versículos ¿qué promete hacer Jehová por todos sus amigos?

Ayudarnos cuando tenemos miedo.

Eso es.

Vamos a fijarnos en los detalles.

“Yo te daré fuerzas”...

“Yo te ayudaré”...

“De veras te sostendré”.

¿Esto lo dice un amigo que puede ayudarte, o que quiere ayudarte?

Nunca había visto a Dios, a Jehová, así.

¿Crees que Jehová puede ser un buen amigo?

Claro.

¿Por qué?

En el versículo 10, Jehová te ofrece su mano, ¿cuál de las dos?

La derecha.

Y, en el versículo 13, él toma tu mano, ¿cuál?

La derecha.

No entiendo...

Cassie, ven.

¿Está Jehová a tu lado, dándote la mano?

¿O está...?

Enfrente.

Exacto.

Agarra con su mano derecha tu mano derecha.

Está frente a ti para sacarte del hoyo.

Cassie, ¿de qué hoyo te sacó a ti Jehová?

De una vida vacía.

Ese es el resultado de la amistad con Jehová.

Y se hace más fuerte cuanto más hablamos con él.

¿Lo vemos en la siguiente lección?

¡Qué buen ejemplo de cómo usar el libro Disfrute de la vida para edificar la fe en Jehová!

Cassie, la estudiante, parecía estar angustiada, pero la maestra la trató con mucha paciencia y cariño.

¿Y se fijaron en que la hermana no habló demasiado?

Ella usó muy bien el video, el texto y las preguntas para que su estudiante expresara sus sentimientos.

Y la ayudó a visualizar lo que Jehová promete hacer por ella.

Este manual también ayuda a las personas a desarrollar fe en Jesús.

Busque la sección 2.

Las lecciones de esta sección ayudan a desarrollar fe en Jesús progresivamente.

En la lección 15, el estudiante aprende quién es Jesús y por qué es tan importante conocerlo.

La 16 muestra qué hizo Jesús en la Tierra y qué tiene que ver eso con nosotros.

La lección 17 explica cómo es Jesús y cómo podemos imitar sus cualidades.

Si saltamos a las lecciones 27 y 28, veremos cómo la muerte de Jesús demuestra cuánto nos quieren él y su Padre.

Pero muchas personas no entienden el rescate de Jesús o no lo ven como un regalo que Dios les hace a ellos.

El apóstol Pablo sí lo veía así.

Estaba convencido.

Busque la lección 27, titulada “¿En qué sentido nos salva la muerte de Jesús?”, y vaya al punto 5, “El rescate es un regalo de Jehová para usted”.

Aquí nos dice que leamos el texto de Gálatas 2:20, que dice: “Estoy clavado al madero con Cristo.

Ya no soy yo el que vive, sino que es Cristo el que vive en unión conmigo.

Así es, la vida que ahora vivo en este cuerpo la vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí”.

Debemos recordar estas palabras cuando hacemos la pregunta de repaso de esta lección.

En el siguiente video, veremos cómo el maestro usa la sección “Descubra algo más” para llegar al corazón de su estudiante, que tiene dudas.

Notarán que están analizando la última pregunta de repaso.

Okey, Luis, la última pregunta de repaso es ¿cómo te beneficia a ti la muerte de Jesús?

Supongo que debería decir que se me perdonan los pecados, pero Dios no va a perdonarme a mí.

¿Por qué piensas eso?

No lo pienso, lo sé.

Lo hice mejor en los negocios que en mi familia.

Es la verdad.

Luis, ve hacia abajo, a la sección “Descubra algo más”, y toca donde la pregunta “¿Perdona Jehová hasta los pecados graves?”.

Ya está.

¿Puedes leer el segundo párrafo, por favor?

Claro.

“Hay quienes han cometido graves pecados y se preguntan si Dios los perdonará algún día.

Afortunadamente, la Biblia asegura: ‘La sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado’.

Así es, Jehová perdona con gusto hasta los pecados graves, siempre que nos arrepintamos de corazón”.

La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.

Mediante el rescate, Jehová perdona nuestros pecados, incluso los graves, y nos atrae hacia él.

Pero, Ron, es que no es justo que te perdonen porque sí.

No es porque sí.

—¿Ves la referencia a Isaías 1:18?

—La veo.

¿Lo puedes leer?

“ ‘Vengan y arreglemos las cosas entre nosotros’, dice Jehová.

‘Aunque los pecados de ustedes sean como [...] escarlata, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la tela carmesí, se volverán como la lana’ ”.

Así que Jehová perdona nuestros pecados si “arreglamos las cosas”.

¿Qué crees tú, Luis, que significa eso?

Hacer lo correcto.

Y lo intento.

Eso está bien.

Pero implica algo más.

Estar arrepentido, y lo estoy.

Y eso es una buena señal, Luis.

Además, deja que Jehová te ayude a hacer algo que para muchos de nosotros es lo más difícil.

Tienes que perdonarte a ti mismo.

Jesús murió por mí.

Ron, creo que necesito tiempo para procesar esto.

Te entiendo.

Vamos a terminar con una oración y pidámosle a Jehová que fortalezca tu fe en el rescate y en que él te puede perdonar.

Y, cuando tú ores, puedes pedir lo mismo.

Gracias.

Okey.

Oremos.

Nuestro padre, Jehová...

Luis no estaba convencido de que la muerte de Jesús le beneficiara a él.

Si no aceptaba esa verdad en su corazón, no tendría la fe suficiente para ser discípulo de Jesús.

El hermano conocía bien la sección “Descubra algo más” y decidió analizar con Luis un artículo de La Atalaya que podría ayudarlo.

En otras ocasiones, el maestro puede pedirle al estudiante que lea algún artículo por su cuenta o que vea un video de la sección “Descubra algo más” y que lo comente en la siguiente clase.

En el video, Ron le iba a pedir a Jehová que ayudara a Luis a tener fe en el rescate y en que él podía perdonarlo.

¡Qué manera tan buena de ayudar a un estudiante a acercarse a Jehová y a desarrollar fe en la Palabra de Dios!

El espíritu de Dios solo produce fe en quienes aman la verdad y odian la mentira.

Usemos el manual Disfrute de la vida para enseñarles la verdad a nuestros estudiantes y ayudarlos a desarrollar fe en Jehová y Jesús.

Además, pidámosle a Jehová que nos ayude a llegar a su corazón.

Gracias, hermano Ciranko.

Estamos deseando poner en práctica todos estos consejos al usar este nuevo manual.

A continuación, cantaremos la canción 67, titulada “Predica la palabra”. Canción 67.



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