¡Bienvenidos a nuestro programa!
Este mes hablaremos del bautismo.
¿Qué pasos debe dar alguien desde que comienza a estudiar la Biblia hasta que se bautiza?
Veremos qué es lo que han hecho muchos para lograrlo.
Al ir aprendiendo de la Biblia, los estudiantes a veces se dan cuenta de que tienen que hacer grandes cambios en su vida.
Esto es lo que le ocurrió a este hermano.
Veremos cómo lo logró.
Y el video musical de este mes es muy bonito.
Nos enseña la felicidad que sienten quienes dedican su vida a Jehová.
Este es el programa de marzo de 2020 de JW Broadcasting.
Imagínense que están planeando hacer un viaje por carretera.
Tienen todo lo que necesitan: un mapa y un auto con suficiente combustible.
Pero, antes de arrancar, necesitan saber cuál es su destino, ¿verdad?
Si no saben adónde van, no sabrán qué carretera tomar.
Lo mismo sucede con nuestro ministerio, que en cierto sentido es como un viaje.
Como dice Hechos 13:48, estamos buscando a todos los que tengan “la actitud correcta para obtener vida eterna”.
Tenemos todo lo que necesitamos para el viaje, por ejemplo, las herramientas de nuestro kit de enseñanza, pero ¿cuál dirían que es nuestro destino?
¿Cuál es nuestro objetivo principal cuando salimos a predicar?
Todos estos objetivos son buenos, pero ¿cuál es el más importante?
¿Cuál es el destino al que queremos llegar?
Jesús dijo cuál es en Mateo 28:19, 20.
Allí él dijo: Nuestro objetivo es que los que nos escuchen se hagan discípulos y se bauticen.
Cada persona con la que hablamos, cada publicación que dejamos, cada vez que dirigimos a alguien a nuestro sitio web, cada revisita que hacemos, cada curso bíblico que dirigimos...
deberíamos hacerlo todo teniendo en cuenta cuál es nuestro objetivo principal.
¿Por qué es esencial el bautismo?
En pocas palabras, porque el bautismo es necesario para salvarse.
Eso es lo que dice la Biblia en 1 Pedro 3:21: Así que, desde el momento en que encontramos a una persona interesada, queremos enfocarnos en nuestro objetivo: que esa persona llegue a bautizarse.
De hecho, el “Ministerio del Reino” de enero de 1978 explicó cómo debemos ver a las personas con las que estudiamos.
Si no tenemos claro en nuestra mente que nuestro objetivo es que las personas se bauticen, podemos acabar tomando una carretera equivocada.
Veamos un ejemplo en el siguiente video.
¿Vas a salir a predicar después de comer?
Sí, nos vemos en un rato.
Tengo que hacer una revisita primero.
—OK, chao.
—Chao.
Despidieron a mi vecino después de veinte años en la misma empresa.
Y, claro, ahora tiene que dejar su casa y mudarse a un apartamento.
Así que fui a ayudar al pobre hombre a preparar las cosas de la mudanza para que no se le hiciera tan cuesta arriba.
Qué mal...
pero ¿verdad que será maravilloso vivir en un mundo sin problemas económicos?
Claro, sí...
Por eso estoy tan contento de que mis nietos decidieran ir a la universidad.
Ahora ganan mucho dinero.
No sé si has visto las obras en el puente, ese puente que tienes que cruzar para llegar hasta aquí.
Dicen que hay bastante trabajo.
Van a cambiar el puente entero.
He leído en el periódico que las obras van a durar por lo menos seis meses.
Oh, guau, cuánto tiempo. Eh...
Mire, Chris, la verdad es que vine porque quería mostrarle esta revista.
Me gustan mucho.
Están muy bien escritas.
Isaías 48:17 es uno de los textos clave.
Fíjese en lo que dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, el que te enseña por tu propio bien”.
Eso me suena...
Creo que tu padre me lo leyó alguna vez.
A propósito, ¿cómo está tu padre?
Bien.
De hecho, casi no tienen tiempo de atender a todas las personas que quieren estudiar la Biblia.
Qué bien.
¿Sabes? Me acuerdo de cuando venías con tu padre.
Eras más o menos así de alto y siempre te quedabas a su lado.
Tu padre estaba tan orgulloso de ti...
Bueno, Chris, sé que mi padre alguna vez le preguntó si quería estudiar la Biblia.
John, siendo sincero, ya soy muy viejo para cambiar.
Tengo mis costumbres.
Creo que Dios va a tener que aceptarme tal y como soy.
¿Más chocolate?
Eh... sí, está bien.
Traten de identificar qué problema tiene el hermano.
¿Les ha pasado alguna vez lo mismo que a este hermano?
¿Han estado visitando a alguien que solamente quiere pasar el rato?
Puede que le hayan dejado publicaciones durante meses, incluso años, pero está claro que esa persona en realidad no quiere progresar.
¿Por qué es eso un problema?
Todo parece indicar que la persona no está interesada en convertirse en un discípulo de Cristo.
Aprovecharíamos mejor el tiempo buscando a otras personas que tengan “la actitud correcta para obtener vida eterna”.
Por supuesto, eso no significa que no sea útil dejar publicaciones o las tarjetas de contacto con nuestro sitio web.
Esas herramientas forman parte de nuestro kit de enseñanza por una buena razón.
Pueden sernos de gran ayuda para llegar al corazón de los que tienen “la actitud correcta”.
Así que sigamos aprovechando bien las herramientas que nos da la organización de Jehová.
Pero no perdamos de vista que nuestro objetivo es comenzar cursos bíblicos con las personas interesadas y que el objetivo final es hacer discípulos y bautizarlos.
¿Y qué pasa cuando llevamos años dándole clases a una persona y no hace cambios, no deja de ir a su iglesia ni tiene ningún interés en asistir a nuestras reuniones?
Bueno, hay quien estudia con nosotros simplemente porque le gusta aprender cosas de la Biblia.
Y a nosotros nos encanta enseñarle a la gente lo que dice la Biblia.
Pero recordemos que nuestro objetivo principal no es que la gente tenga mucho conocimiento de la Biblia.
Eso sería tomar una carretera equivocada.
La realidad es que algunas personas que valoran mucho el conocimiento bíblico no tienen ningún interés en llegar a ser discípulos de Jesús y bautizarse.
Hay muchos expertos en la Biblia, con un gran conocimiento bíblico, que nunca llegan a hacerse discípulos de Jesús.
Por ejemplo, uno de estos especialistas recibió formación en un instituto bíblico, fue a una universidad religiosa y a un seminario teológico, tiene un doctorado en teología, conoce muy bien el griego bíblico y ha escrito 30 libros sobre la Biblia.
Aun así, él mismo se considera “ateo agnóstico”.
Entonces, transmitir conocimiento bíblico no es nuestro objetivo principal.
Queremos que la gente tenga fe en Dios, que tenga su propia amistad con Jehová.
Eso los llevará al destino final: la dedicación y el bautismo.
Por eso es importante que analicemos con honradez el progreso de nuestros estudiantes.
¿Están solo absorbiendo información?
¿Se preparan para las clases?
¿Responden con sinceridad y usando sus propias palabras?
¿Están haciendo cambios en su vida para aplicar lo que aprenden?
¿Asisten con regularidad a las reuniones?
Si no lo hacen, deberíamos seguir el consejo que se menciona en el “Ministerio del Reino” de octubre de 1988: Pero ¿por qué es tan importante que elijamos bien en quién vamos a invertir nuestro tiempo?
¿No es mejor tener estudiantes, aunque no progresen, que llamar a las puertas?
Si no hay casi nadie y poca gente muestra interés.
Para responder, leamos lo que dijo Jesús en Mateo 10:11-13.
Aquí Jesús les estaba dando instrucciones a sus discípulos antes de que salieran a predicar.
Les dijo: Tal y como acabamos de leer, queremos concentrarnos, como dijo Jesús, en las personas que merezcan el mensaje, personas que tengan “la actitud correcta para obtener vida eterna”.
Claro, hay que ser equilibrados.
Tenemos que ser pacientes con las personas y tener en cuenta que no todo el mundo progresa al mismo ritmo.
Pero, al visitar a las personas y conducir cursos bíblicos, nunca debemos olvidar nuestro objetivo, nuestro destino: hacer discípulos y bautizarlos.
Si siempre tenemos claro nuestro destino, sabremos si vamos en la dirección correcta o si hemos tomado una carretera equivocada.
Podemos explicarlo con un ejemplo, el de un avión que está en la pista de despegue.
Ese avión es una persona a la que visitamos y que creemos que tiene interés en el mensaje de la Biblia.
Nuestro objetivo a corto plazo es que el avión despegue, o sea, comenzar un curso bíblico.
Si lo conseguimos, eso significa que el avión está en el aire.
Pero, una vez que está volando, tenemos que tener claro cuál es su destino.
No puede estar en el aire toda la vida.
Nuestro objetivo es que el estudiante llegue a bautizarse.
Si en un periodo razonable de tiempo el estudiante no progresa, ¿qué tenemos que hacer?
Continuar con el curso sería como si el avión volara en círculos.
Sencillamente, está suspendido en el aire, no va a ir a ningún sitio.
Tiene que aterrizar, ya sea porque llegue al destino del bautismo o porque haya que ponerle fin al curso.
Pero ¿qué sucede si hay algo que está impidiendo al estudiante llegar al destino del bautismo?
Pudiera ser que todavía celebre ciertas fiestas o que tenga algún vicio, como fumar.
En el siguiente video, veremos a un estudiante que tiene este problema.
Cuando empecé el curso bíblico, había varias cosas que me impedían estudiar todas las semanas.
Era camionero y pasaba mucho tiempo en la carretera.
Además, tenía muy malas amistades y fumaba mucho, unos sesenta cigarrillos al día.
Me di cuenta de que, para hacer los cambios necesarios, tenía que buscar otro trabajo.
Y eso es lo que hice.
Pero para poder bautizarme también tenía que dejar de fumar.
Logré fumar solo dos o tres cigarrillos al día.
En una ocasión, me compré solo un cigarrillo.
Lo encendí y le hice una oración a Jehová.
Le supliqué que me ayudara, y eso hizo.
Me ayudó tanto que no he vuelto a fumar.
Y, hasta el día de hoy, ni siquiera he sentido ganas de hacerlo.
Diez años después de empezar a estudiar la Biblia, me bauticé.
Llevo veinte años sirviendo a Jehová junto con mi esposa y todos mis hijos.
¿Se dieron cuenta de que fue la oración lo que ayudó a este hombre a superar el vicio de fumar?
En otras palabras, tuvo que desarrollar su propia amistad con Jehová para poder tener la fe que necesitaba para dejar de fumar.
Del mismo modo, nosotros debemos ayudar a nuestros estudiantes a desarrollar su propia amistad con Jehová para que ellos también puedan superar cualquier obstáculo que les impida seguir progresando hacia el bautismo.
Pero ¿y si ahora no estamos dirigiendo ningún curso bíblico?
¿Y si nunca hemos tenido el privilegio de ver a uno de nuestros estudiantes bautizarse?
¿Significa eso que nuestro servicio a Jehová no tiene valor?
En absoluto.
No lo olviden, cada uno de nosotros pone su granito de arena.
¿Recuerdan lo que dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 3:6, 7?
Así que nunca piense que lo que hace no sirve para nada.
Como explicó Pablo, nuestro ministerio es un trabajo en equipo.
Cuando una persona se bautiza, no es solo gracias al esfuerzo de la persona que le dio las clases.
También es gracias al esfuerzo de otros.
Puede que fuera otra persona la que despertara su interés dejándole una publicación o dándole testimonio de otra manera.
Pero acuérdense de lo que dijo Pablo.
Jehová es el que “lo hace crecer”.
Él es el que está atrayendo a las personas que tienen “la actitud correcta para obtener vida eterna”.
¡Qué gran privilegio es ser colaboradores de Jehová y ayudar a otros a hacerse discípulos de Jesús!
Tengamos siempre muy claro en la mente nuestro objetivo, ¿por qué razón?
Así no nos conformaremos con dejar publicaciones o dirigir a las personas a nuestro sitio web.
Tampoco nos conformaremos con hacer revisitas o conducir cursos bíblicos.
Tendremos siempre en mente nuestro destino final: hacer discípulos de Cristo y bautizarlos.
El Cuerpo Gobernante desea que Jehová los bendiga por trabajar hombro a hombro con nosotros ayudando a los que tienen “la actitud correcta” a convertirse en discípulos de Jesús y bautizarse.
Veamos ahora un video que muestra los pasos que han dado algunos hermanos para llegar al bautismo.
También se responderán algunas preguntas que muchas personas se hacen.
¿Qué requisitos hay que cumplir?
¿Qué cualidades hacen falta?
¿Qué ocurre el día que uno se bautiza?
Y ¿qué bendiciones les esperan a quienes se bautizan?
Yo disfrutaba mucho de la compañía de los testigos de Jehová.
Y, más tarde, también acepté un curso bíblico.
Sabía que necesitaba hacer cambios drásticos en mi vida, pero mi empleo me lo impedía.
Así que me puse a pensar qué quería hacer en la vida.
Empecé a estudiar la Biblia de nuevo con un matrimonio.
Un mes más tarde comencé a asistir a todas las reuniones.
Nuestros padres habían dejado de estudiar, así que íbamos solo las tres a las reuniones.
¡Jehová puede hacer mucho por ti!
Él puede...
él puede hacer que todo cambie.
Sabía que si seguía los consejos de Jehová, él no me iba a fallar.
Para fortalecer mi relación con Jehová, oro y leo la Biblia todos los días.
Mi amistad con Jehová es más fuerte.
Cuando oro, siento que estoy hablando con mi mejor amigo.
A mí, lo que de verdad me ayudó a acercarme más a Jehová y a ver el Reino como algo real fue salir más a predicar.
Por eso tomé la decisión de bautizarme.
¡Y qué alegría sentí cuando, cuatro meses después, pude dedicarme a Jehová y bautizarme!
¡Me sentí tan feliz!
Hoy es un día muy muy especial para mí porque me voy a bautizar.
Me bauticé el 9 de agosto de 2014 en la asamblea regional.
Fue un día maravilloso.
Ahora, cuando pienso en mis tres hijos que se han bautizado hoy, mi corazón siente mucha alegría.
Le doy muchas gracias a Jehová.
Todos los días le doy gracias a Jehová porque me dio un futuro, me dio esperanza.
Si estamos decididos a ser leales a Jehová y tenemos el valor de mantenernos puros, no habrá nada de qué arrepentirnos.
Aprender que tienes un Padre celestial que se preocupa por ti...
¡es lo mejor que puede pasarte en la vida!
Muchas veces pienso: “Dios, ¿es esto real?
¿Está ocurriendo?
¿De veras me merezco todas estas bendiciones?”.
Todas estas bendiciones me convencen de que este estilo de vida te da verdadera satisfacción y felicidad.
La cualidad más importante que Jehová me ha enseñado es el amor.
Siento el amor de mi familia, de Jehová y de mis amigos.
He aprendido que no hay nada malo en amar a otros, y eso es lo que debemos hacer.
Trabajar tan cerca de Jehová hace que me sienta parte de su familia.
Cuando ejercemos fe en Jehová, le entregamos nuestra vida.
Yo sé que Jehová ha permitido que me sucedan estas cosas, pero nunca me ha desamparado.
Cuando reflexiono en todo lo que Jehová ha hecho por Lei Lei y por mí, sé que no debo tener miedo.
Jehová es un refugio seguro para mí porque, aunque nuestra vida cambie, él nunca cambia.
Servir a Jehová ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida.
¡Qué palabras tan bonitas!
¿Notaron qué es lo que puede ayudar a una persona a llegar al bautismo?
Estudiar la Biblia, asistir a las reuniones, participar en el ministerio y orar a Jehová.
Es obvio que estos hermanos están muy felices de haber tomado la decisión de bautizarse.
Para algunos, el camino al bautismo no es nada fácil, pero cuando llega ese día, su vida cambia por completo.
Veámoslo en el siguiente video.
Nací en Dalby, un pueblo de Australia.
Soy el más pequeño de cinco hermanos, y mis padres tenían una granja de cerdos.
Así que vivíamos en el campo, a unos diez minutos del pueblo.
Cuando tenía ocho años, mis padres se separaron.
Aquello me impactó mucho.
Fue un golpe muy duro, y aquella experiencia me pasó factura durante décadas.
Pasaba las vacaciones de la escuela con mi padre en la granja, pero él bebía mucho, fumaba y decía malas palabras.
Por eso, cuando era adolescente, ya hacía lo mismo que él.
Al final de la adolescencia, fumaba marihuana todos los días y pasaba casi todas las noches en bares, discotecas y fiestas.
Era adicto al alcohol, los cigarrillos, la marihuana y la pornografía, y no era capaz de dejarlo.
Obviamente, no pasó mucho tiempo hasta que todo aquello afectó a mi salud.
Me resultaba difícil relacionarme con otros y caí en una depresión.
Mi vida cambió una tarde en la que dos testigos de Jehová llamaron a mi puerta.
Me sentía tan perdido y tan infeliz que había empezado a buscar respuestas y a estudiar las enseñanzas del movimiento Nueva Era.
No fue coincidencia que llegaran aquel día.
De verdad creo que Dios quería que me dieran el libro.
Nunca más volví a estudiar las enseñanzas del movimiento Nueva Era y, en lugar de eso, comencé a leer el libro “El hombre más grande”.
Algo clave para hacer los cambios que necesitaba fue dejar atrás las malas compañías.
Me bauticé en marzo de 1994.
Cuando finalmente di ese paso, sentí que estaba en el camino correcto.
Estoy muy agradecido de que Jehová me haya encontrado y quiera que sea su amigo.
Me enamoré de las palabras del Salmo 8:1, 3, 4: “Oh, Jehová [...,] cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente y el hijo del hombre para que lo cuides?”.
Me sentía tan poca cosa, y aun así Jehová me prestaba atención.
Algo que me llegó al corazón fue la esperanza de la vida eterna y el perdón de Jehová.
Le agradecí mucho que me perdonara todo lo que había hecho mal y que me permitiera hacer borrón y cuenta nueva.
Cuando me invitaron a ser superintendente de circuito junto a mi esposa, tuve muchas dudas por mis limitaciones.
Tardaba mucho tiempo en preparar los discursos, y siempre me sentía como pez fuera del agua.
Pero justo el mismo día en que recibimos la noticia de que me nombraban superintendente de circuito, mi lectura de la Biblia era Éxodo, capítulos 3 y 4, en donde Moisés le hablaba a Jehová sobre sus limitaciones y de que se sentía torpe al hablar.
Y entonces Jehová le preguntó: “¿Quién le dio la boca al hombre?”.
Era como si Jehová me estuviera diciendo: “No te preocupes.
Yo te ayudaré”.
¡Cuánto le agradezco a Jehová que me ayudara a cambiar mi vida!
Antes de aprender la verdad, me sentía perdido.
No sabía ni quién era.
Era un completo desastre.
Quería ser un buen hombre, pero la verdad es que no sabía cómo conseguirlo.
Jehová me ha hecho una persona nueva.
Jehová me lo ha dado todo.
Podemos aprender mucho del ejemplo de Andrew.
Como él, hay personas que tienen muchos problemas en la vida.
Aun así, gracias a su relación con Dios, Andrew pudo decir que Jehová lo había hecho “una persona nueva”.
Vimos que, para ser un cristiano maduro, quizás haya que hacer grandes cambios.
Por ejemplo, Andrew tuvo que dejar las malas amistades.
Además, la experiencia de Andrew nos mostró que el bautismo no es el final del camino, pues él siguió madurando en sentido espiritual.
Pero ¿y si eres hijo de testigos de Jehová?
¿Estás pensando en bautizarte?
¿Te has puesto la meta del bautismo?
Bautizarte cuando aún eres joven puede hacer que tengas una vida llena de bendiciones.
Con esto en mente...
Me alegra muchísimo darle la bienvenida a un buen amigo mío: el hermano Robert Johnson.
Robert, bienvenido al programa.
Gracias, Mark.
Estoy muy contento de estar aquí.
Te hemos invitado hoy porque sabemos que le has servido a Jehová por mucho tiempo y que has recibido grandes bendiciones.
—Okey.
—Sé que tu familia ha servido a Jehová —durante varias generaciones.
—Sí.
De hecho, tu bisabuelo conoció la verdad en el tiempo del hermano Russell, —incluso antes de 1914.
—Así es.
Eso quiere decir que tú ya eres la cuarta generación.
Ajá.
Entonces, como muchos de los que están viendo el programa, tú creciste dentro del pueblo de Jehová.
A ver, cuéntanos, ¿qué te llevó a tomar la decisión de dedicar tu vida a Jehová y bautizarte?
Bueno, Mark, haciendo memoria, creo que hubo unas cuantas personas que ejercieron una gran influencia en mi vida.
En primer lugar, estuvieron mis padres.
Fue una verdadera bendición contar con esa herencia espiritual.
Yo era un niño como todos los demás.
Pero mis padres cultivaron en mí el deseo de agradar a Dios y de servirle toda la vida.
Me ayudaron a ponerme metas y me enseñaron la verdad.
Aprendí de ellos todo lo que necesitaba para dedicar mi vida a Jehová y tener una fuerte amistad con él.
Y, bien jovencito, decidí servir a Jehová.
Todavía recuerdo muy bien aquella noche en la que, después de la cena, me fui a mi habitación, me puse a orar y le pedí a Jehová que aceptara mi dedicación.
Fue el 25 de mayo de 1949 y tenía 11 añitos.
Cuando se lo dije a mis padres, se pusieron contentos, pero me aconsejaron que esperara un poco, hasta que pasaran los años difíciles de la adolescencia.
Así que tuve que esperar.
Y, por fin, ¿cuándo tuviste la oportunidad de bautizarte?
Fue en la asamblea internacional que se celebró en el Estadio de los Yankees de Nueva York, el 22 de julio de 1953.
Y la verdad es que me acuerdo de ese día como si fuera ayer.
Cuando salí del agua, le di las gracias a Jehová porque por fin era uno de sus Testigos.
Y te tengo que confesar que, como el niño que era, también le dije: “Puedes traer el fin cuando quieras”.
Bueno, ya mencionaste a tus padres y cómo te ayudaron ellos, pero ¿quién más te ayudó?
Pues bien, en aquella asamblea de 1953, el hermano Knorr anunció que habría un nuevo programa para capacitar a los que llevaban poco tiempo en la verdad.
En nuestra congregación había un hermano ungido llamado Charles Richardson.
Y mi padre le pidió al hermano Richardson que, como parte de este programa, me capacitara.
Durante los siguientes cinco años de mi vida, el hermano Richardson fue mi mentor.
Este hermano me enseñó a ver el ministerio como una forma de ayudar a las personas a conocer a Jehová y acercarse a él.
Me hizo ver que el ministerio no solo consistía en enseñar las verdades de la Biblia, sino en ayudar a las personas a ver a Jehová como alguien real.
Así, también aprendí a disfrutar del ministerio.
Para mí esa ha sido la clave para seguir sirviendo a Jehová con alegría hasta el día de hoy.
Por lo que me acabas de decir y por lo que hemos hablado en otras ocasiones, veo que el hermano Richardson fue un excelente ejemplo para ti.
Fue tu inspiración...
e hizo que tú mismo desearas capacitar a otros.
—De hecho, por eso nos conocimos.
—Sí, sí.
Tú fuiste mi maestro cuando llegué al Departamento de Servicio.
Lo recuerdo con cariño.
Y no fui tu único alumno: has pasado toda tu vida capacitando a otros.
Para mí ha sido un privilegio, y es que a mí también me enseñaron.
No aprendí solo.
Yo no soy nadie.
Lo que pasa es que Jehová me ha mostrado bondad inmerecida y me ha utilizado de esa manera.
Por eso, no me puedo guardar lo que he aprendido.
Debo transmitírselo a otros, ¡y me encanta ver a los hermanos progresar!
Muy bien, —volvamos a cuando tenías 15 años.
—Okey.
Te bautizaste allá, en el Estadio de los Yankees.
¿Qué beneficios dirías que obtuviste por bautizarte siendo joven?
Si tienes claro lo que quieres hacer con tu vida y te centras en lograrlo, entonces te resulta más fácil afrontar los obstáculos que puedan surgir.
En mi caso, haberme dedicado a Jehová y haberme bautizado cuando era un muchacho me permitió mantenerme centrado en la verdad.
Todavía hoy recuerdo aquella promesa que le hice a Jehová, pues fue algo decisivo en mi vida.
Y me gustaría que los demás también vieran lo importante que es ese paso, para que se dediquen a Jehová lo antes posible.
Y estoy seguro de que Jehová los bendecirá, tal como lo ha hecho conmigo.
Y, a tus 15 años, ¿qué oportunidades te surgieron?
¿Qué puertas se te abrieron por haberte bautizado?
A los 17 años de edad fui nombrado siervo ministerial y, a los 18, cuando salí de la escuela, empecé el servicio de precursor.
Me fui a servir a un lugar donde hacían falta más publicadores, y allí pude ayudar a formar una nueva congregación.
A los 21, me nombraron siervo de congregación, o anciano.
Luego surgió la necesidad de contar con más superintendentes viajantes.
Por eso, a la edad de 25 años, fui nombrado superintendente de circuito.
Y ¿cómo te sentiste cuando te nombraron anciano a los 21 y superintendente de circuito a los 25?
¿No te dio un poco de miedo?
Sí, sí, y mucho.
Yo tenía conocimiento de la verdad, pero no estaba seguro de si podría cumplir con lo que se esperaba de mí.
Eso sí, sabía que Jehová me ayudaría.
Aprendí muchísimo durante mis primeros años como superintendente de circuito.
Y le doy gracias a Jehová por haberles dado tanto aguante a los hermanos de aquellas congregaciones.
Sí. Habrán sufrido un poco.
Pero contar con un superintendente de circuito tan joven también debió tener sus ventajas.
¿No es cierto?
Sí, un superintendente de circuito joven tiene más energías para predicar muchas horas.
Además, alguien joven puede entender un poco mejor a los muchachos y también a los adultos más jóvenes que hay en la congregación.
Todavía hay hermanos que recuerdan con cariño algunas de las cosas que hicimos juntos durante aquella época.
Por ejemplo, después de pasar un buen rato en la predicación o en las reuniones, planeábamos algunas otras actividades para divertirnos todos juntos.
Jugábamos a las carreras en la calle, o al béisbol, o al baloncesto, o sacábamos juegos de mesa.
Y también aprovechábamos para hablar de temas espirituales, como el de darse tiempo para servir a Jehová cuando uno es joven, con la confianza de que más adelante habrá oportunidad de encontrar un cónyuge.
Entonces, serviste a Jehová soltero por algún tiempo.
Pero eso cambió.
Cuéntanos qué pasó.
Pues, después de disfrutar del servicio a Jehová soltero y de tantas y tantas bendiciones, cuando tenía 28 años de edad, me casé con una preciosa precursora regular.
Y para entonces ya me había adaptado a la obra de circuito, pues estaba en mi segundo circuito.
Gracias a Jehová, hemos sido muy felices.
Llevamos casados 52 años, y seguimos en el servicio de tiempo completo.
Pues bien, primero fuiste superintendente de circuito, después superintendente de distrito...
Correcto.
Luego fuiste instructor —de la Escuela del Ministerio del Reino.
—Así es.
—Entonces los invitaron a Betel.
—¡Sí!
Y estuvieron 31 años.
Exacto.
Y ahora Grace y tú son precursores especiales.
Sí, en Orlando (Florida).
¡Estamos hablando de más de sesenta años en el servicio de tiempo completo!
Todo ha sido por la bondad de Jehová.
¡Me siento muy feliz!
Ahora me gustaría hacerte una pregunta.
Pensando en lo que has disfrutado durante los pasados sesenta y tantos años, ¿qué les dirías a los jóvenes que, como tú, conocieron a Jehová desde pequeños y ahora deben decidir si se van a dedicar a él o no?
Les diría que no podría haber hecho nada mejor con mi vida.
Dedicarme a Jehová me abrió muchas puertas en su servicio.
Y Jehová bendijo todos los esfuerzos que hice, como te ha bendecido a ti y a otros.
Los jóvenes de hoy tienen aún más oportunidades de servirle a Jehová, porque su organización —bajo la dirección de Jesucristo— está creciendo y avanzando más deprisa que nunca.
Como me dijo alguna vez el hermano Richardson, “tú solo tienes que hacerte disponible y la organización encontrará el mejor lugar para ti”.
Y, si eso era cierto antes, con más razón lo es hoy.
Una de mis mayores alegrías es ver cómo los hermanos jóvenes progresan y asumen nuevas responsabilidades.
No me arrepiento de nada.
No ha habido ningún obstáculo que me haya hecho lamentar mi decisión.
He tenido problemas, claro, pero con la ayuda de Jehová he salido adelante, y aquí estoy.
Y Jehová ayudará a los jóvenes también.
Así que yo les diría que aprovechen su juventud para servir a Jehová.
Él los bendecirá si deciden dedicarle su vida a él de todo corazón.
Robert, ha sido un verdadero placer tenerte en el programa y haberte oído hablar de todas las alegrías y bendiciones que has tenido en la vida.
Y todo gracias a la decisión que tomaste, cuando eras solo un muchacho, de dedicarte a Jehová y bautizarte.
Muchas gracias.
Gracias a ti. ¡Encantado!
El bautismo siempre es una parte muy especial de nuestras asambleas.
Lo veremos en el siguiente informe de la asamblea especial que hubo en Mozambique en el 2018.
La asamblea especial de Mozambique ha sido inolvidable por muchas razones.
Algo que la ha hecho única es que han asistido hermanos muy valientes que estuvieron en la cárcel por su fe.
Vinieron de Angola, Corea del Sur, Malaui, Zimbabue y algunos países de Europa.
La lealtad de estos hermanos fue puesta a prueba y su ejemplo es muy valioso para nosotros.
Y tenerlos aquí junto a nuestros valientes hermanos de Mozambique ha hecho que esta asamblea sea muy especial.
Estar en esta asamblea especial nos ha animado mucho.
Pasamos diez años en “campos de reeducación” con nuestros hermanos de Malaui y ahora estamos juntos en esta asamblea.
Nosotros estábamos en el mismo campo.
Nos ha fortalecido mucho estar aquí.
En 1990, me condenaron a 15 meses de prisión en París.
En total, estábamos encarcelados unos cien hermanos.
Trataron de humillarnos, pero Jehová nos ayudó a ser valientes.
Y esta hermosa asamblea nos ha dado aún más valor.
Cuando la obra estaba prohibida, yo era uno de los encargados de llevar publicaciones en bicicleta a zonas muy lejanas.
Era un trabajo peligroso porque la policía nos buscaba.
Pero Jehová nos ayudó a ser valientes y nuestro corazón no sintió miedo.
Nos metieron en la cárcel por ser neutrales.
Fueron momentos difíciles, pero Jehová nos dio valor para aguantar, y ahora estamos aquí juntos.
Estamos muy agradecidos a Jehová por eso.
Me detuvieron y me sentenciaron a seis años de prisión.
A pesar de las dificultades que viví, hoy me siento muy feliz y muy fortalecido.
En esta asamblea se presentaron las “Escrituras Griegas” en tshwa y en sena.
Muchísimas gracias, Jehová, por este regalo tan maravilloso.
Usaré esta Biblia para hablar del nombre de Jehová en tshwa.
Estamos muy contentos de tener la Biblia en tshwa.
Es fácil de leer y nos ayudará en nuestra adoración en familia.
Estos son los dos primeros idiomas locales de Mozambique en los que se publica una parte de la “Traducción del Nuevo Mundo”.
Así que ha sido un día muy emocionante.
Esta asamblea se retransmitió a 18 lugares de Mozambique.
En total, se bautizaron 1.685 personas.
Tengo fe en Jehová y quiero que seamos muy amigos.
A muchos les ha llamado la atención que entre los 981 que se bautizaron en Maputo hubiera tantos jóvenes.
Esto demuestra que los padres aquí en Mozambique se están esforzando mucho para ayudar a los jovencitos a conocer y amar a Jehová y a aprender lo que significa ser valiente.
Para organizar una asamblea especial en África hay que trabajar mucho y hay que hacer muchos planes.
Pero sin duda hemos visto la bendición de Jehová en esta asamblea, porque todo ha salido a la perfección y los delegados han disfrutado muchísimo.
Se nota que el espíritu de Jehová está con nosotros.
Antes de que se prohibiera la obra en Mozambique, le cantábamos a Jehová.
Cuando nos metieron en los campos, seguimos cantándole con alegría.
Y, ahora, en la asamblea especial, les cantamos a nuestros delegados.
Muchos de los delegados dijeron que lo que más les gustó fue salir a predicar con los hermanos locales.
Los delegados nunca olvidarán la hospitalidad que se les mostró, porque, aunque los hermanos no tienen mucho dinero, fueron muy muy generosos.
Esto impresionó tanto a algunos delegados que dijeron que serían más hospitalarios cuando volvieran a su casa.
Deseamos que estos queridos hermanos y hermanas estén convencidos de que el Cuerpo Gobernante los quiere mucho.
Pero más importante aún: Jehová los conoce bien, los ama y los ayuda.
¡Qué alegres estaban todos!
Nunca lo olvidaré.
Y estoy seguro de que los 1.685 hermanos que se bautizaron en aquella asamblea tampoco lo olvidarán.
No hay nada como el día del bautismo.
Lo veremos en el video musical de este mes.
♪♪ Siento cómo anida en mí, una sensación de paz.
Cuando pienso en ti, me haces tan feliz, no me iré de ti jamás.
Dedicar mi vida a ti para mí es un honor.
Yo lo quiero así, viviré por ti y te entregaré mi amor.
Por darnos a Jesús, de corazón te doy mi gratitud.
Por darnos salvación, de corazón te entregaré mi amor, te entregaré mi amor.
Siento que mi amor por ti no se cansa de crecer.
Sé que estás ahí, siempre junto a mí, como un sol de amanecer.
Por darnos a Jesús, de corazón te doy mi gratitud.
Por darnos salvación, de corazón te entregaré mi amor, te entregaré mi amor.
Por darnos a Jesús, de corazón te doy mi gratitud.
Por darnos salvación, de corazón te entregaré mi amor, te entregaré mi amor. ♪♪ ¡Qué hermosa canción!
Nos ha mostrado cómo nos sentimos cuando dedicamos nuestra vida a Jehová.
En el programa de hoy, hemos hablado del bautismo.
Aprendimos que nuestro objetivo principal en la predicación es ayudar a las personas a tener su propia relación con Jehová para que puedan dedicar su vida a él y bautizarse.
También vimos que, con la ayuda de Jehová, se pueden superar los obstáculos que hay en el camino hacia el bautismo.
El ejemplo de Andrew nos mostró que el bautismo puede cambiar nuestra vida por completo.
Además, también pudimos ver que tomar la decisión de dedicar la vida a Jehová en la juventud puede hacer que tengamos una vida llena de felicidad y de bendiciones de Jehová.
Escuchamos a muchos hermanos que alcanzaron la meta del bautismo y vimos lo felices que son ahora.
Antes de terminar, visitemos a nuestros hermanos de Angola.
La República de Angola está situada en la costa oeste de África.
Es un país muy hermoso y con una gran diversidad de paisajes.
Por ejemplo, se pueden visitar las impresionantes cataratas de Kalandula.
Aquí se predica tanto en la ciudad de Luanda, donde se abarca el territorio cada pocos días, como en las zonas remotas y escarpadas a las que solo se llega caminando.
Angola tiene unos treinta millones de habitantes.
En el país, hay muchas tribus indígenas y grupos lingüísticos.
Alrededor del 45 % de la población tiene menos de quince años.
Angola se ha estado recuperando de una guerra civil que duró 27 años.
Pero, a pesar de los problemas, muchos están aceptando la verdad.
En Angola, hay más de ciento sesenta mil testigos de Jehová que dirigen más de setecientos veinte mil cursos bíblicos.
Todos los días se bautiza un promedio de veinticinco personas.
Todos los meses se forman 13 congregaciones nuevas.
Y todos los años se forman unos quince nuevos circuitos.
Por eso hacen falta muchísimos Salones del Reino y de Asambleas.
Actualmente hacen falta más de trescientos Salones del Reino y 13 Salones de Asambleas.
Esta es la congregación Malueca, en Luanda.
Este hermoso Salón del Reino se construyó hace poco, y ya lo utilizan cinco congregaciones.
Nuestros queridos hermanos y hermanas de Angola nos envían su amor y sus saludos.
Y, hermanos, los queremos muchísimo.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting.