¡Bienvenidos!
Normalmente, en diciembre vemos el programa de la graduación de Galaad que se celebra en septiembre cada año.
Sin embargo, la llegada de los estudiantes de la clase 149 a Estados Unidos estaba prevista para una fecha en la que la pandemia ya había comenzado.
Así que el curso tuvo que posponerse.
Por eso, este mes nos centraremos en cómo ser mejores maestros de la Biblia.
¿Qué veremos en este programa?
Cecilio y Schera hicieron muchos sacrificios para ayudar a sus estudiantes a convertirse en siervos dedicados de Jehová.
Veremos cómo influyeron en Mercedes y Abel.
La llegada de un bebé da mucha alegría, pero también tiene sus desafíos.
Veremos cómo ayuda Jehová a los que son padres por primera vez a adaptarse a sus nuevas circunstancias.
Y Louise Blanton nos contará cómo la influencia de sus padres la ayudó a tener una vida feliz sirviendo a Jehová.
Este es el programa de diciembre de 2020 de JW Broadcasting.
El discurso de este mes está basado en 1 Corintios 3:10: “Que cada uno vigile cómo construye”.
¿Construir?
¿Vamos a hablar de las nuevas instalaciones de algunos departamentos de la central mundial, que se construirán en Rámapo (Nueva York)?
¿O vamos a hablar de la construcción de nuevos Salones del Reino en el país en el que usted vive?
Bueno, esos proyectos de construcción son importantes, pero en este discurso vamos a hablar de una construcción mucho más importante.
Veamos lo que dice el contexto en 1 Corintios 3:5.
Aquí se menciona a Apolos y a Pablo.
¿Y cuál era su cometido, según dice el versículo?
El texto dice: Apolos y Pablo les enseñaron la verdad a muchos en Corinto.
En los versículos 6 a 9, Pablo compara la obra de enseñar a la labor de sembrar en un campo.
Las semillas de la verdad se siembran en el corazón de las personas.
Y mediante las revisitas y los cursos bíblicos se riegan las semillas.
Y, si la persona es receptiva, será gracias al espíritu y la bendición de Jehová que la semilla de la verdad crecerá, y esa persona llegará a dedicarse y bautizarse.
¿Notaron que en el versículo 9 se describe a los maestros de la Biblia como “colaboradores de Dios”?
¡Qué privilegio tan especial tenemos de colaborar con Jehová en reunir “las cosas valiosas de todas las naciones”!
Así que ya sabemos de qué hablan estos versículos de 1 Corintios 3.
Hablan de los maestros de la Biblia que ayudan a otros a hacerse creyentes.
Pero ¿se dieron cuenta de que en el versículo 9 Pablo usa otra comparación?
Él dice: Aquí usa la agricultura.
Pero enseguida usa otra comparación y dice: “El edificio de Dios”.
Aquí usa la arquitectura, la construcción.
¿Por qué cambia de comparación?
La comparación con la construcción destaca un punto específico.
En el caso de la comparación del agricultor, el punto no es el efecto que su trabajo tiene en el crecimiento de la planta.
Lo que se destaca es que, aunque el agricultor riega la semilla, es Dios el que la hace crecer.
Sin embargo, la comparación de la arquitectura, o de la construcción, se centra en el trabajo del constructor, o en el trabajo del maestro de la Biblia.
La calidad de un edificio depende muchísimo de la persona que lo construye.
¿Qué clase de materiales utiliza?
¿Es cuidadoso en su trabajo, o más bien va a la carrera con tal de acabar antes o trabajar menos?
Ahora leamos 1 Corintios 3:10: El apóstol Pablo, como un “maestro de obras”, ayudó a muchas personas en Corinto a conocer la verdad.
De hecho, puso “el fundamento” para que otros pudieran construir sobre él.
¿Y cuál era ese fundamento?
El versículo 11 lo explica: Pablo ayudó a establecer la congregación de Corinto basándose en las enseñanzas de Jesús, el fundamento de la verdad.
Al construir sobre este fundamento, otros llegarían a ser maestros de la Biblia, y estos ayudarían a otros a hacerse cristianos.
Por eso Pablo nos advierte en el versículo 10 que vigilemos cómo construimos.
Podemos influir en el resultado.
Así que todos los maestros de la Biblia, incluidos los padres, debemos preguntarnos: “¿Cómo estoy construyendo sobre el fundamento?”.
¿Por qué es esto tan importante?
Leamos los versículos 12 y 13: ¿Entendemos la importancia de evaluar nuestras técnicas de enseñanza?
¿Haremos todo lo posible por llegar al corazón de nuestros estudiantes o de nuestros hijos?
¿O seguiremos la ley del mínimo esfuerzo, conformándonos solo con lo básico, como si construyéramos con heno o con paja?
Hace algunos años, en un país en desarrollo, durante un bum económico, el Gobierno decidió construir una gran cantidad de escuelas.
Tristemente, la calidad de los materiales y los estándares de construcción eran muy bajos.
¿Qué pasó cuando un terremoto de magnitud 7,9 sacudió una zona del país?
Muchas escuelas de la zona afectada se derrumbaron, mientras que los edificios de alrededor se mantuvieron en pie.
Según mencionó un informe oficial, murieron más de 5.000 estudiantes.
Imagínense.
Antes del terremoto ya habían comenzado las clases.
Y parecía que todo iba bien.
Los estudiantes y los profesores entraban y salían de las escuelas todos los días.
Pero ese terremoto inesperado demostró que los métodos de construcción utilizados no habían sido los adecuados para evitar el derrumbe y la pérdida de tantas vidas.
Primera a los Corintios 3:13 deja claro que la manera como construimos cuando les enseñamos a los estudiantes de la Biblia o a nuestros hijos es igual de importante.
Ahora veamos la advertencia que se nos da en los versículos 14 y 15: El versículo 14 destaca que, si nos esforzamos por llegar al corazón de nuestros estudiantes de la Biblia, eso puede darles las fuerzas que necesitan para soportar las pruebas que surjan.
En ese caso, nuestra obra resistirá.
Luego el versículo 15 muestra que, si nuestros métodos de enseñanza son deficientes, o quizás hasta mediocres, nuestros estudiantes no podrán resistir el fuego, es decir, las pruebas difíciles que les sobrevengan.
Puede que nosotros sí sobrevivamos, pero podríamos perder a alguien a quien le hayamos enseñado, ya sea nuestro estudiante o nuestro propio hijo.
Es por eso que Pablo le da tanta importancia a que seamos tan buenos maestros de la Biblia como podamos.
Sin embargo, queremos aclarar que, si una persona que llega a dedicarse y a bautizarse después deja la verdad, la culpa no tiene por qué ser necesariamente del maestro.
Puede que el maestro se haya esforzado mucho y haya hecho todo lo posible por ayudar a su estudiante, pero que el estudiante, o el hijo, no haya llegado a ser amigo de Dios o que haya permitido que la imperfección o alguna tentación lo apartara de la verdad.
Pero la lección que podemos aprender de 1 Corintios 3 es que debemos hacer todo lo posible por construir la fe de nuestros estudiantes con materiales resistentes al fuego.
Queremos que resistan, que soporten las pruebas a las que tendrán que enfrentarse.
¿Qué podría ser construir la fe de nuestros estudiantes con materiales de baja calidad?
Bueno, quizás despertamos el interés de la persona hablándole de la esperanza de la vida eterna en un paraíso.
Y eso está en la Biblia.
Pero ¿es eso suficiente para construir una fe que sobreviva a las pruebas de fuego que tendrá en el futuro?
¿Qué hay si nuestra enseñanza se limita solo a decir: “Si quieres vivir para siempre en el Paraíso, tienes que estudiar, ir a las reuniones y salir a predicar”?
Si hacemos esto, estaríamos construyendo con materiales de baja calidad, y nuestro estudiante, o nuestro hijo, no podría resistir las pruebas y mantenerse fiel con el paso de los años.
En ese caso, estaríamos usando madera, heno o paja.
¿Recuerdan que Pablo dijo que debíamos construir sobre el fundamento?
Pues él dijo que el fundamento “es Jesucristo”.
Ese es un fundamento sólido.
Efesios 3:16, 17 nos ayuda a entender lo que significa construir con materiales de alta calidad, como el oro, la plata y las piedras preciosas.
En el versículo 16 se indica que hay una manera de fortalecer la persona que somos en el interior.
Ahora leamos el 17: ¿Cómo podemos ayudar a nuestro hijo, o a nuestro estudiante, a ser fuerte en sentido espiritual?
El versículo 17 dice que para eso el Cristo debe residir en su corazón.
No solo debe tener a Jesús en su mente, sino que la personalidad de Jesús y sus enseñanzas también deben estar en su corazón.
Significa conocer a Jesús tan bien que es como si viviera o residiera en nuestro interior, y eso nos mueve a ser buenos cristianos.
¿Y el resultado?
El versículo 17 termina diciendo que el estudiante estará bien arraigado y establecido en el fundamento, establecido en un fundamento sólido, Jesucristo.
Hebreos 1:3 dice que Jesús Jesús mismo dijo: “Nadie puede llegar al Padre si no es por medio de mí”.
Así que construir con materiales resistentes al fuego significa ayudar al estudiante a amar a Jesús y también a tener una amistad estrecha con nuestro Padre, Jehová.
¿Por qué estamos hablando de este tema ahora, de que cada uno vigile cómo construye?
¿Por qué es esto más urgente que nunca?
Porque sabemos, por lo que está pasando en el mundo y por las profecías bíblicas, que el sistema malvado de Satanás está a punto de terminar repentinamente.
Las cosas que se mencionan en Mateo 24 y las malas actitudes de la gente descritas en 2 Timoteo 3:1-5 son cada vez más evidentes a medida que la escena de este mundo va cambiando.
Podemos esperar que se intensifiquen aún más la oposición y la persecución por parte de aquellos que quieren que dejemos de ser leales a Jehová.
Los hermanos de Rusia y de otros países ya están pasando por eso.
Algunos han recibido palizas y otros tipos de maltrato.
Y, como sabemos, otros han sido sentenciados a varios años de prisión.
En los últimos años, la organización nos ha estado recordando lo que podemos esperar que ocurra cuando empiece la gran tribulación.
¿Recuerdan este video de la serie “Busquemos las cosas que fortalecen nuestra lealtad”, de la asamblea regional del 2016?
Veámoslo.
Su fe los ha traído aquí porque son siervos leales de Jehová, confían en el Salmo 97:10, que dice que “Él está guardando las almas de los que le son leales”.
¿Dónde están?
¡Revisen el sótano!
¡Esa puerta!
A este video lo llaman cariñosamente el video del sótano.
En él se ve una situación que podría considerarse una prueba de fuego, de acuerdo con 1 Corintios 3:13.
Tenemos que hacernos una pregunta muy seria: “¿Estaría mi estudiante de la Biblia, o mi hijo, en ese sótano con esos hermanos tan leales?”.
Si no, ¿sería la razón su propia falta de fe?
¿O podría ser, al menos en parte, que no nos hayamos tomado en serio nuestra responsabilidad como maestros de la Biblia?
¿Construimos con materiales resistentes al fuego, o con heno y paja?
El mismo versículo dice: Es un asunto muy serio, ¿verdad?
En el programa de JW Broadcasting® de mayo de 2020, el hermano Lett habló de la preocupación que han expresado algunos padres sobre las escenas que se muestran en algunos de nuestros videos.
En estos videos aparecen siervos de Dios enfrentándose a pruebas difíciles, a pruebas de fuego.
Algunos padres no dejan que sus hijos vean nada negativo en la televisión, ni siquiera noticias sobre desastres o tragedias reales, así que les preocupa que algunas de estas escenas tengan un efecto negativo en ellos.
El video del sótano, que acabamos de ver, es uno de los que ha provocado esa reacción.
Otro fue el de la historia del rey Ezequías, en el que se muestra cómo Jehová salvó a su pueblo de los asirios.
Este video, titulado “Oh, Jehová, en ti confío”, se presentó en la asamblea regional del 2016.
Veamos otra vez esa representación de un acto de salvación de Jehová.
¡Señor!
Si algunos padres están protegiendo a sus hijos de cualquier escena o imagen negativa, aunque sea de una noticia que represente la realidad, entendemos que puedan estar preocupados.
Sin embargo, como dijo el hermano Lett: “Los padres [...] tienen que darles a sus hijos una visión realista de lo que todos viviremos en el futuro.
Muchos padres ayudan a sus hijos a valorar los videos basados en la Biblia y a aprender de lo que ven en ellos.
Además, usan esos videos para enseñarles a confiar en Jehová, quien los ayudará en tiempos difíciles”.
El punto es, hermanos, que la Biblia nos advierte que todos, seamos jóvenes o mayores, pronto pasaremos por pruebas muy difíciles.
Tenemos que ser realistas y enfrentarnos a ellas con fe y valor.
Las escenas que aparecen en nuestros videos están hechas con el mayor tacto posible.
En ellas no se ven actos sangrientos ni violentos.
Les aseguramos que el Cuerpo Gobernante no quiere asustar a nadie.
Más bien, lo que queremos es que todos estén preparados.
Tenemos la responsabilidad de fortalecer la fe de los hermanos con materiales resistentes al fuego, de acuerdo con 1 Corintios 3.
Como maestros de la Palabra de Dios, debemos orar a Jehová y evaluar cómo son nuestros métodos de enseñanza y nuestra actitud al dirigir cursos de la Biblia.
Tenemos el apoyo del espíritu santo de Jehová.
Las palabras de 2 Pedro 3:9 nos recuerdan que Jehová “no desea que ninguno sea destruido, sino que todos lleguen a arrepentirse”.
Nosotros tenemos el mismo deseo.
Por eso, sigamos el consejo de 1 Corintios 3:10: “Que cada uno vigile cómo construye”.
Tener hijos es una de las mayores alegrías de la vida, y también es una de las mayores responsabilidades que Jehová le puede dar a un matrimonio.
En el siguiente video, veremos que la llegada de un bebé cambia la vida de un matrimonio y veremos cómo ayuda Jehová a los padres primerizos.
Jehová ha sido muy bueno con nosotros.
Estamos muy ocupados sirviendo a Jehová, y él nos ha dado muchas bendiciones...
... incluida una que no esperábamos.
¡Amamos tanto a nuestra Sofi!
Pero ser padres es más difícil de lo que pensábamos.
La mayoría de los días son buenos.
Otros, no tanto...
Necesito descansar un poco.
¿Cuándo volverán las cosas a ser como antes?
Me despierto cada vez que llora.
Me despierto cuando está callada.
¿Lo estaré haciendo bien?
Debería ir a ver si están bien.
Cuando por fin teníamos tiempo para nosotros, no queríamos hacer nada.
El cansancio estaba afectando nuestra amistad con Jehová.
Y... nuestro matrimonio.
Nos ayudó mucho la visita de los ancianos.
Uno de ellos, David, también es padre.
Leímos Isaías 40:29, que dice: Jehová es un Padre amoroso, y quiere que seamos buenos padres también.
Por eso nos da las energías que nos hacen falta para lograrlo.
Tal vez las cosas nunca vuelvan a ser como antes.
Pero David nos dio ideas para tener una rutina espiritual que funcionara para nosotros.
Él nos dijo que es normal que los padres se sientan agobiados al principio, y que eso puede ser agotador.
Así que le pedimos a Jehová que nos dé paz.
Y que nos ayude a tratarnos con cariño aunque estemos muy cansados para que podamos seguir trabajando como un equipo.
Agradezco mucho que Miguel me ayude.
Estoy dejando de hacer algunas cosas menos importantes.
Así podemos poner lo espiritual en primer lugar.
Siempre va a haber mucho que hacer.
Pero cuando Sofi está durmiendo puedo fortalecer mi fe, y también descansar.
Nuestra nueva rutina espiritual nos da mucha energía.
¡Papi, papi! ¡Mira!
¡Hey!
Jehová nos ayudó a entender que, aunque la vida en este sistema puede tener muchos desafíos, poner en primer lugar las cosas espirituales nos dará las fuerzas que necesitamos.
Este nuevo papá quería que las cosas volvieran a ser como antes.
Pero los que son padres tienen que darse cuenta de que al tener hijos su vida cambia.
Si acaban de tener su primer hijo, recuerden, uno de los ajustes más importantes que tendrán que hacer es establecer una nueva rutina espiritual para ustedes y también para su querido hijo.
Claro, los niños crecen.
Y, cuando se hacen adolescentes, de repente todo cambia.
En el siguiente video veremos que Rudy y Nenita Garcia estaban decididos a enseñarles a sus hijas a amar a Jehová.
Nos contarán cómo les fue.
Ya teníamos a nuestra primera hija, Renita.
Y luego nos dijeron que íbamos a tener gemelas.
Éramos nuevos en la verdad y teníamos mucho que aprender.
Así que me preguntaba: “¿Cómo puedo cuidar a mis hijas, no solo en sentido físico, sino espiritual?
¿Cómo puedo enseñarles a amar a Jehová y adorarlo?”.
Primera a los Corintios 3:10 me hizo pensar en la importancia de criar a mis hijas usando buenos materiales.
Así que tener una buena rutina espiritual fue muy importante para nuestras hijas.
Mi esposa y yo queríamos que ellas tuvieran un buen fundamento espiritual.
Teníamos que ponerles un buen ejemplo a las niñas.
Desde que tengo uso de razón, siempre recuerdo a mis padres estudiando, teniendo su estudio personal.
Recuerdo que un día papá entró en la sala y nos dijo: “¿Saben? Estuve leyendo Salmo 1:2, donde dice que tenemos que disfrutar con la ley de Jehová, y leerla día y noche y meditar en ella.
¿Qué les parece si nos proponemos hacer esto en familia, como un proyecto?
Leer la Biblia todos los días en voz alta juntos”.
Mis padres eran personas muy sencillas, o sea, no necesitaban muchas cosas para estar contentos.
Papá y mamá siempre trabajaron a tiempo parcial.
Papá era precursor, así que no teníamos mucho dinero y nuestro auto no era muy fiable que digamos.
Dejaba de funcionar justo antes de la reunión.
Recuerdo una vez que el auto no arrancaba y pensé: “Me parece que hoy no vamos a la reunión”.
Pero nos dijeron: “Chicas, el auto no arranca, así que tenemos que ir caminando”.
Así que allí estábamos los cinco camino a la reunión; mi papá con su traje y nosotras cuatro con los vestidos y los bolsos.
Aquello me enseñó a no permitir que ningún problema o preocupación me impida ir a las reuniones.
Para mis padres era muy importante que pasáramos tiempo de calidad juntos, sobre todo después de las reuniones.
Nos cambiábamos de ropa y, mientras comíamos algo en la sala, hablábamos de cómo nos fue el día y de la reunión.
Esos momentos eran muy especiales, nos unían mucho.
Sin importar cuán ocupado estuviera papá, siempre dejaba a un lado lo que estuviera haciendo y hablaba conmigo mirándome a los ojos.
Sabía que para él yo era más importante que lo que estaba haciendo.
Recuerdo que una vez me gustaba un chico.
Mis padres razonaron conmigo y, a partir de ese momento, me sentí con la libertad de contarles cualquier cosa porque sabía que no se iban a enfadar conmigo.
Sabía que iban a escucharme y a intentar comprender mis sentimientos.
Uno de los mejores regalos que mis padres me han hecho ha sido enseñarme a pensar y a meditar en la Biblia.
Siempre nos animaron a ponernos la meta del precursorado o del servicio de tiempo completo.
Mis hermanas y yo trabajábamos a tiempo parcial.
Recuerdo que una vez una hermana amiga de la familia me dijo: “Mira, tus padres se están haciendo mayores.
Tú, como su hija, quizás deberías trabajar a tiempo completo y así ellos podrían tener una vida más fácil”.
Después de esa conversación, casi dejé el precursorado.
Pero, en el fondo, sabía que mis padres no querrían que hiciera eso.
Ellos querían que usáramos nuestra juventud para servir a Jehová.
A mi esposo y a mí nos invitaron a la clase 145 de la Escuela de Galaad.
Fue un sueño hecho realidad.
Tengo que agradecerles a mis padres que siempre hayan estado a mi lado durante todos estos años.
Nunca lo habría conseguido sin su ayuda, y por eso les estaré eternamente agradecida.
Les agradezco mucho a mis padres la educación que me dieron.
Tengo una vida muy feliz.
Estoy agradecida porque me he ahorrado muchos dolores de cabeza en la vida.
Y todo gracias a que mis padres me enseñaron la verdad y a amar a Jehová.
Los niños imitan todo lo que ven, así que van a imitar nuestro ejemplo.
Le doy gracias a Jehová por la familia que tengo.
Cuando veo que todos somos precursores, los cinco miembros de la familia, pienso: “Gracias, Jehová”.
Criar a tres hijas les tomó muchos años de trabajo y sacrificio.
Pero Rudy y Nenita están muy contentos porque sus hijas son felices sirviendo a Jehová a tiempo completo.
Si los padres se esfuerzan por criar a sus hijos usando buenos materiales, les darán todo lo que necesitan para que tomen buenas decisiones en su vida.
Eso fue lo que pasó con Louise Blanton.
Los métodos de construcción que usaron sus padres la ayudaron a llevar una vida plena.
Mi familia empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová en Nueva Jersey.
Mis padres siempre se esforzaron mucho por enseñarnos los principios de la Palabra de Dios, pero también nos ayudaron a conocer a personajes bíblicos que podían ser un ejemplo para nosotros.
Eso nos hizo ver que Jehová se preocupa por todos sus siervos, no solo por los adultos.
Él también cuida a los niños que le sirven.
Algo que nos pasaba muchas veces cuando estábamos predicando era que venía la policía y nos arrestaba.
Si no podían encontrar a los padres, metían a los niños en la cárcel, porque sabían que nuestros papás tendrían que venir a buscarnos.
La policía trataba de asustarnos.
Nos decían: “Ahí dentro hay ratas.
Hay ratas en la celda.
¿Seguro que quieres que te metamos ahí?”.
Nos decían cualquier cosa para asustarnos, para que les dijéramos dónde estaban nuestros padres.
Entonces nos encerraban, y nosotros, para fortalecer nuestra fe, nos poníamos a cantar.
Nosotros mismos inventábamos canciones.
Eran canciones espirituales que nos animaban mucho y nos ayudaban a recordar la razón por la que estábamos allí en la cárcel.
Cuando cumplí 18 años, mis padres estuvieron de acuerdo en que yo aceptara una asignación.
Debido a la segregación racial que había en el sur de Estados Unidos en aquellos años, en muchas zonas no había Salones del Reino a los que las personas de color tuvieran permitido asistir.
Así que, si podías y estabas dispuesto a ir, la organización normalmente te enviaba al sur.
Como mi padre y mi madre habían nacido en el sur, me pudieron contar lo que iba a encontrarme allí.
Así, cuando me fuera a vivir a aquella zona, el cambio no me impactaría tanto.
Me enviaron a servir como precursora a Andalusia, una ciudad de Alabama.
Era un lugar donde la integración y la segregación eran temas muy candentes, y por eso todas las personas tenían su opinión al respecto.
Así que estaba preocupada y me preguntaba si tendría el valor necesario para predicar en esas circunstancias tan difíciles.
Había mucho que hacer en la predicación.
Allí vivían muchas personas que nunca habían oído hablar de los testigos de Jehová y que estaban muy interesadas en escuchar el mensaje.
Eso hacía que nos sintiéramos muy felices.
Recuerdo que teníamos hermanos muy espirituales.
Y Jehová los estaba usando para ayudarnos a todos nosotros, sin importar nuestro color, a acercarnos más a Jehová y entender bien su propósito.
Estos hermanos nos dieron ideas y sugerencias muy buenas que nos ayudaron a saber cómo sobrellevar las situaciones por las que estábamos pasando.
Nos explicaron, por ejemplo, que lo que intenta conseguir el Ku Klux Klan es asustar a la gente.
Este grupo piensa que si logra asustarte al final te irás.
Satanás siempre ha intentado que la gente tenga miedo y usa diferentes métodos.
Pero, cuando alguien quería asustarnos, nosotros no nos íbamos.
Si estábamos predicando por la calle, nos quedábamos allí.
Y cuando pasaban por nuestro lado nos insultaban, claro, pero no nos íbamos.
Cuando miro atrás y recuerdo aquellos años, no me arrepiento absolutamente de nada de lo que hice para servir a Jehová.
Él siempre me bendijo, en todas mis asignaciones.
Si te haces disponible, Jehová te usará.
Jehová siempre está ahí, y nos ayuda.
Y hace lo mismo con su organización.
Cuando la dirige para que haga algo, está a su lado apoyándola siempre.
Por eso, si no nos sentimos capaces de cumplir con una nueva asignación o nos parece muy difícil, hay que confiar en Jehová.
Con él a tu lado, nunca fracasarás.
Los padres de Louise le enseñaron a apreciar los principios de la Biblia y aprender de los siervos del pasado.
Eso le llegó al corazón y la ayudó a enfrentarse a situaciones difíciles.
Louise lleva más de 50 años sirviendo a Jehová a tiempo completo, incluidos los más de 40 años que lleva en Betel.
También hay que trabajar duro y hacer sacrificios para ayudar a nuestros estudiantes a servir a Jehová.
Veremos esto en el siguiente video.
Bueno, el maestro o la maestra siempre tiene que inculcar en la estudiante o el estudiante el amor a Jehová.
Eso es una base primordial.
Para mí, es importante que ellos lleguen a ver a Jehová como una persona real.
Para poner un buen fundamento para ellos, tienen que saber que Jehová nos dio la Biblia.
Para tener la instrucción de él y la guía para el futuro, para siempre.
Soy grata a mi maestra porque siempre me ayudó a poder ver desde la Biblia la opinión de Jehová.
Nunca voy a parar de agradecerle a Jehová lo que hizo por mí, trayéndome a la verdad, dándome un maestro que no solo me enseñaba la Biblia, pero el hermano me enseñaba con su ejemplo cómo ser un verdadero testigo de Jehová.
Al comienzo de mi estudio bíblico, mi padre y mi madre me llamaron y me dijeron que ya no era más su hija.
En el estudio de la Biblia mi maestra me ayudó mucho.
Me hizo ver a través de la Biblia que Jehová tenía cosas más lindas para mí.
Mi mundo antes era muy muy agresivo.
Mi problema era que discutíamos con mi esposa, yo tenía mal genio.
Los consejos del hermano nos ayudaron muchísimo a nosotros a calmarnos cuando teníamos problemas.
Cuando una persona empieza a conocer a Jehová y empieza a aprender las doctrinas y quiere aplicarlas, las otras personas que antes eran sus amigos los van a dejar.
Nuestra posición es darles eso que ellos van a perder.
Tuvimos que hacer sacrificios por nuestros estudiantes, pero cuando pensamos en las bendiciones de esos sacrificios, pues casi ni nos acordamos cuáles fueron.
En mi caso yo trabajaba a tiempo completo, así que tenía que ajustarme a las necesidades del estudiante, no que el estudiante tenía que ajustarse a mí.
A veces, a las seis de la mañana estaba conduciendo un estudio bíblico.
En la vida ocurren cosas que a veces uno no va a poder estar.
Pero el estudio sí debe estar.
Cualquier hermano puede darles el estudio si nosotros no vamos a estar presentes.
Cuando una persona empieza a estudiar, todo se le hace mucho.
La Biblia tiene 66 libritos, verdad, entonces mostrarle: “Puedes leer quizás unos versículos cada día.
Y cada semana aumentar un poquito”.
Entonces así podemos ver el progreso de ellos.
Y llega a ver que en verdad está poniendo en práctica lo que está aprendiendo, verdad, siguiendo los consejos bíblicos.
Para nosotros no es sencillamente: “OK, vamos a dar un estudio, progresó, se bautizó, hasta luego”.
No es así.
Ellos forman parte ahora de nuestra vida.
La amistad que tengo con él desde que me bauticé o un poco antes...
son como unos 28 años.
Este estudiante, Abel, unos años atrás pasó una prueba muy grande.
Su esposa se enfermó.
Nosotros, estando distantes de él, oímos lo que estaba ocurriendo.
Nos mantuvimos en contacto con él.
“Gracias, familia Livingston, por llamar a Jéssica en estos tiempos difíciles.
Nos anima mucho”.
“Yo sé que nos quieren, y nosotros los queremos mucho a ustedes.
Son un punto de referencia para nosotros en la adoración verdadera.
Que Jehová los siga cuidando y bendiciendo”.
Yo soy bautizada hace 34 años y precursora regular hace 33 años.
Bueno, mi maestra es Schera.
Pasó una situación de cáncer.
Cuando yo enfermé, Jehová usó a Mercedes para ayudarme.
Después de tanto tiempo que le enseñé la verdad a ella y todo, ahora ella me sirve de consuelo a mí.
Es una relación de padre e hijo.
En algún momento u otro ese estudiante quizás me pueda ayudar a mí.
Y podemos decir que somos esclavos que no servimos para nada y que hicimos lo que teníamos que haber hecho.
Y que ellos están amando y sirviendo a Jehová.
¿Qué mejor que eso?
Para ampliar su ministerio, muchos testigos de Jehová han aprendido un nuevo idioma.
¿Es su caso?
Enseñarle la verdad a alguien en el idioma de su corazón es una gran satisfacción.
Pero aprender a hablar y pensar en otro idioma puede ser difícil.
Hace poco, en una adoración matutina, el hermano William Malenfant nos dio algunos consejos muy prácticos.
Normalmente, el primer idioma que aprendemos cuando somos niños se convierte en el idioma de nuestro corazón.
Y ese idioma se aprende en casa.
Casi siempre, la persona que más influye en cuál será nuestro primer idioma, o la lengua del corazón, es nuestra madre.
Y eso es justo lo que ocurrió en Israel en los días de Nehemías.
Pero en este caso había un problema.
Muchos judíos, incluso prominentes, se habían casado con mujeres extranjeras.
Y ellas enseñaban a sus hijos su idioma y, probablemente, sus creencias.
Leamos lo que dice Nehemías 13:23, 24.
Nehemías 13:23, 24: “Por ese entonces también vi que algunos judíos se habían casado con mujeres asdoditas, ammonitas y moabitas.
La mitad de sus hijos hablaba asdodeo y la otra mitad el idioma de otros pueblos, pero ninguno de ellos sabía hablar el idioma de los judíos”.
Y, como dijimos antes, es muy probable que esas madres les enseñaran a sus hijos sobre su tierra, su cultura y su religión, es decir, sobre los dioses paganos a los que adoraban.
Así que había que hacer algo.
Siguiendo la guía y el consejo de Esdras y Nehemías, los judíos mismos tomaron una decisión.
Despidieron a sus esposas junto con sus hijos.
Y, quizá, para algunos de esos esposos fue difícil separarse de sus hijos.
Pero lo único que esos niños conocían era el idioma de sus madres paganas.
Nada de hebreo ni de la adoración a Jehová.
Así que tenían que irse para que los judíos no perdieran poco a poco su identidad debido a la influencia de la cultura y la religión de las naciones vecinas de donde venían sus esposas.
En los días de Nehemías hablar hebreo era vital.
Y menos mal que hoy día no es necesario que todos sepamos hebreo.
Pero Jehová es muy sabio e invita a todas las personas, sin importar qué idioma hablen, a aprender el “idioma puro”: la verdad sobre él y sus propósitos.
En realidad es como lo contrario a lo que pasó en la Torre de Babel, cuando Jehová intervino y confundió a sus constructores, haciendo que hablaran idiomas diferentes y pensaran de maneras diferentes.
Eso hizo que se fueran, porque ya no se entendían ni podían trabajar juntos.
Hoy día, los siervos de Dios por todo el mundo hablan muchísimos idiomas distintos.
Pero Jehová es muy sabio, y está uniendo a todas esas personas, a todos los que aman la verdad y lo aman a él.
Y esto es lo que describe Sofonías, en Sofonías 3:9.
Ahí se habla del “idioma puro”: “Y entonces cambiaré el idioma de los pueblos a un idioma puro para que todos ellos puedan invocar el nombre de Jehová”.
Y eso es lo que hacen, aunque todos hablen distintos idiomas.
Aprenden la verdad y se unen a la organización de Jehová para que, como sigue diciendo el versículo, puedan servirle “hombro a hombro”.
Qué interesante, ¿verdad?, cómo Jehová ha usado el “idioma puro” para unir a personas de muchas culturas distintas e idiomas diferentes.
Hoy día, mucha gente está emigrando a otros países donde se habla un idioma distinto al suyo.
Y, cuando uno lo piensa, es impresionante: hay ciudades grandes que están llenas de personas que hablan distintos idiomas.
Incluso en pueblos pequeños también hay personas que hablan diferentes lenguas.
Y hay que ayudarlos a aprender la verdad en el idioma de su corazón.
Llama la atención la cantidad de betelitas que han aprendido un nuevo idioma para enseñarles la verdad a otros.
En el Betel de Estados Unidos, en nuestra sucursal, hay más de 2.500 betelitas y voluntarios externos que apoyan muchos grupos y congregaciones en un total de 24 idiomas.
Así que, como vemos, hay muchos hermanos que trabajan en Betel que están haciendo un gran esfuerzo por ayudar a las personas del territorio a aprender la verdad.
Y a muchos nos gustaría hablar otros idiomas.
¿Se imaginan lo maravilloso que sería aprender como los niños?
Lo absorben y listo. Sin esfuerzo.
Y empiezan a hablar.
Una ¡Despertad! citó estas palabras del doctor John Brierley: “Claramente el cerebro joven parece estar programado casi como una computadora” para el desarrollo lingüístico.
Explicó que hasta “la anatomía del cerebro” sugiere “que un infante nace con la capacidad biológica programada de antemano para hablar”.
Y que es como si los niños tuvieran en su cerebro un sistema de cables programado para aprender idiomas.
La mala noticia es que, queramos o no, a muchos de nosotros se nos van pelando esos cables con los años.
Pero si estamos dispuestos a hacer ese esfuerzo extra y decidimos cambiarnos a una congregación donde se habla otro idioma, recordemos esto: los niños que van a esa congregación pueden ayudarnos mucho con el idioma.
A veces pueden ser muy directos, ¿verdad?
“Usted habla raro.
¿Por qué no puede decir bien esa palabra?
Si es muy fácil”.
“Claro, para ti será fácil porque es tu idioma”.
Pero así son los niños.
Ellos no se dan cuenta de que, con el paso de los años, más se arraiga en el cerebro nuestra lengua materna.
Cada vez se nos hace más difícil cambiar el chip y nos cuesta más aprender nuevas palabras y aprender a pronunciar nuevos sonidos.
Tengan sentido del humor.
Escuchar a los niños los ayudará.
Y no... no se preocupen demasiado si al hablar ese idioma se les nota su acento.
En realidad, todos tenemos un acento.
Es verdad que algunos son más agradables que otros, pero todos tenemos uno.
Y, algunos no quieren admitirlo, pero, en realidad, sí lo tienen.
Incluso en un mismo idioma se puede saber de dónde es la persona por como habla: si es del norte, del sur o de cualquier otra parte.
Hay diferentes acentos y maneras de pronunciar las palabras.
Recuerdo que, hace años, cuando eras misionero y llegabas a tu asignación tenías que seguir un programa especial para aprender el idioma del lugar.
El primer mes tenías que estudiar 11 horas al día.
Todos los días, 11 horas.
Era tan difícil que muchos días te sentías como si estuvieras en la Torre de Babel.
El segundo mes tenías que estudiar el idioma 4 horas al día y además predicar 130 horas.
Y el tercer mes tenías que pasar 150 horas en la predicación y estudiar cuando pudieras.
Para los que están intentando aprender un nuevo idioma, les comento unas sugerencias que saqué de la ¡Despertad! de marzo de 2007 y de la ¡Despertad! de enero del año 2000.
Son cuatro puntos: 1) motivación, 2) humildad, 3) paciencia, 4) práctica.
Motivación: hace falta un incentivo, una razón para llegar a la meta.
Y, es verdad, porque mientras más motivado estés, mejores resultados tendrás.
¿Y qué mejor motivación hay que la nuestra?
Queremos enseñar la verdad, alabar a nuestro Dios Jehová y fortalecer a los hermanos de nuestra nueva congregación.
¿Y qué hay de la humildad?
Bueno, no seamos demasiado exigentes con nosotros mismos al aprender un idioma.
Es normal equivocarse.
Si están esperando a hablar perfecto antes de empezar a comentar en las reuniones o dar discursos, prepárense para esperar bastante tiempo.
Porque puede que no lo consigan hasta después de los 1.000 años.
Así que no tengan miedo de equivocarse y cometer errores.
No se rindan.
Paciencia.
Un hermano dijo: “Los primeros dos años fueron difíciles para mí, y a veces casi me di por vencido”.
Aun así, él reconoce que con el tiempo se hace cada vez más fácil.
Hasta lo disfrutaremos.
Y por último, la práctica.
La ¡Despertad! decía: “Un programa de estudio le ayudará a adquirir fluidez en el nuevo idioma.
Intente practicar todos los días, aunque sea solo unos minutos”.
Y hay un libro que dice algo interesante: “Es preferible poco con frecuencia a mucho pero rara vez”.
Así que practiquen regularmente el idioma, aunque sea a ratitos.
Bueno, la verdad es que la mayoría de los betelitas aquí en Estados Unidos sirve en el campo inglés.
Y son una verdadera bendición para sus congregaciones.
Los hermanos están contentos de contar con estos betelitas que dan un buen ejemplo y trabajan duro para fortalecer a la congregación.
Así que la decisión de servir en una congregación en nuestro idioma o en uno distinto es muy personal.
Sea cual sea nuestra decisión, hay algo muy importante que tenemos que recordar para mantenernos fuertes en sentido espiritual y dar lo mejor de nosotros en Betel.
Debemos recordar y tener muy presente que el idioma más importante, el que tenemos que dominar, es el “idioma puro” que Jehová Dios le ha dado a su pueblo.
Como vimos antes, sabemos que van a venir pruebas difíciles en el futuro.
Pero, si hemos usado materiales resistentes al fuego con nuestros hijos, nuestros estudiantes y nosotros mismos, podremos mantenernos firmes.
Vamos a verlo en el precioso video musical de este mes.
♪♪ El día que oí de la verdad, del nuevo mundo y del nombre Jehová, le di mi lealtad al Dios del amor; lo tengo muy claro: no hay vida mejor.
No voy a dudar, no me quiero desviar.
Hoy voy a demostrar que quiero seguir, que así es como quiero vivir.
Daré lo mejor, y así seguiré haciendo más fuerte mi fe, porque no quiero dar ni un paso atrás.
El mundo dirá: “Déjalo ya, disfruta sin más, olvida a Jehová”.
Mi fe tendré que saber construir sobre roca para poder resistir.
Me voy a cuidar, no me quiero desviar.
Hoy voy a demostrar que quiero seguir, que ser fiel me hace feliz.
Daré lo mejor, y así seguiré haciendo más fuerte mi fe, porque no quiero dar ni un paso atrás.
Hoy voy a demostrar que quiero seguir, que nunca me voy a rendir.
Daré lo mejor, y así seguiré haciendo más fuerte mi fe, porque no quiero dar ni un paso atrás, ni un paso atrás, ni un paso atrás. ♪♪ ¡Qué canción tan animadora!
Para ayudarnos a mantenernos firmes ante las pruebas, este mes se publicará un nuevo video, titulado Firmes ante la oposición. Este video de 10 minutos contiene fragmentos de dos documentales que nos emocionaron a todos: Los testigos de Jehová se mantienen firmes ante el ataque nazi y Fieles ante las pruebas. Los testigos de Jehová de la Unión Soviética. Los animamos a ver ese video, que contendrá los puntos más interesantes de estos dos documentales.
Fortalecerá su fe y los ayudará a mantenerse fieles a Jehová.
En el programa de este mes hemos visto que tenemos que vigilar cómo construimos.
Vimos qué pueden hacer los padres primerizos para que les vaya bien en esa nueva etapa de la vida.
El buen ejemplo de Rudy y Nenita ayudó a sus tres hijas a alcanzar metas espirituales.
La preparación que recibió Louise de sus padres la ayudó a llevar una vida plena.
Cecilio y Schera se esforzaron mucho por ser buenos maestros de la Biblia, y eso tuvo una influencia positiva en sus estudiantes.
Para terminar, visitemos a nuestros hermanos de Nigeria.
Nigeria es el país más poblado de África.
Allí viven unos 200 millones de personas y se hablan más de 500 idiomas.
En este país hay más de 400.000 testigos de Jehová.
Muchos publicadores vienen de otros países para ayudar en la predicación.
Hay muchas personas interesadas en las buenas noticias.
Todos los meses se dirigen más de 870.000 cursos de la Biblia.
Como promedio, cada día se bautizan unas 40 personas y cada mes se forman siete congregaciones.
Esta es la congregación Obudu Ranch.
Su territorio es hermoso, enorme y montañoso.
Está literalmente en las nubes.
Esta congregación cuenta con 23 publicadores, incluidos dos precursores especiales.
Hay zonas a las que solo se puede llegar a pie, y los hermanos tienen que caminar durante ocho horas para llegar a algunas de ellas.
Aunque es un desafío, estas caminatas les dan la oportunidad de pasar tiempo juntos.
Después de predicar, los hermanos se quedan a dormir y al día siguiente caminan otras ocho horas para volver.
Los hermanos de la congregación Obudu Ranch les envían un cariñoso saludo.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting.