¡Bienvenidos a JW Broadcasting!
El programa de este mes será muy animador.
Conoceremos la historia de la hermana Agapita Reyes.
La hermana Reyes pudo cumplir como esposa y dar una buena crianza a sus hijos gracias a que se guió por los principios bíblicos.
¿Qué más la ha ayudado a mantenerse fiel toda su vida?
¿Cómo podemos mantenernos concentrados incluso después de alcanzar una meta espiritual?
¿Podríamos, sin darnos cuenta, distraernos y perder el rumbo?
Hablaremos de una cualidad que puede ayudarnos mucho.
Los padres se sienten orgullosos cuando sus hijos dan lo mejor de sí a Jehová, quien también se siente muy feliz.
El video musical de este mes habla de eso.
Que disfruten el programa de agosto de 2017 de JW Broadcasting.
La complejidad de la naturaleza ha inspirado grandes logros en la tecnología y ha hecho que algunos pregunten: “¿Casualidad o diseño?”.
Así se llama una serie de artículos que empezó a publicarse en ¡Despertad! en 2008.
Esta ha dirigido la atención hacia Jehová, el Creador de todas las cosas.
Nos complace presentar el primero de una fascinante nueva serie de videos basados en dichos artículos.
La trompa del elefante africano es una impresionante herramienta multiusos.
Es muy flexible pero también fuerte.
Útil para cortar una brizna de hierba...
o arrancar un árbol.
Algunos elefantes pueden consumir hasta 270 kilos de vegetación al día usando la trompa.
Con ella, el elefante también puede sorber agua, rociarla como si usara una manguera o nadar con su propio “tubo de respiración”.
Puede dar una suave caricia, un fuerte empujón o un trompetazo de advertencia.
A los ingenieros les asombra que la trompa del elefante sea tan flexible.
En vez de huesos, cuenta con unos 150.000 músculos.
¡Qué impresionante combinación de flexibilidad y fuerza!
Inspirados en la trompa del elefante, los investigadores están trabajando en el diseño de robots que sean mucho más flexibles.
A menudo es posible optimizar el diseño de numerosos artefactos copiando las bellas e inmejorables características que se encuentran en la naturaleza.
¿Qué opina usted sobre la trompa del elefante?
¿Casualidad o diseño?
Esta nueva serie presenta la evidencia de que existe un Creador.
Ayudará especialmente a los jóvenes a reconocer la falsedad tras la teoría de la evolución y a rechazarla.
Vean estos videos cuando se sienten a estudiar y también muéstrenselos a sus profesores y compañeros de clase.
Podrán dar un buen testimonio y honrar a Jehová.
Los encontrarán en la sección “Videos” del canal JW Broadcasting.
En estos tiempos tan difíciles, los jóvenes necesitan tener una fe fuerte.
Pero no están solos: tienen el espíritu santo de Jehová, a la hermandad y, en muchos casos, a padres cristianos amorosos.
La hermana Agapita Reyes, quien vive en Monterrey (México), hizo algo que vale la pena imitar: edificó la fe de sus hijos.
No fue fácil.
¿Pero cómo lo logró?
Criar hijos en la verdad no es fácil...
y yo tuve 10.
Conocí a Jehová cuando tenía 19 años.
Unos hermanos llegaron a predicar a nuestro pueblo, y mi padre les ofreció hospedaje.
Los escuchó toda la noche y luego nos dijo, lleno de emoción, que había encontrado la verdad.
Yo me bauticé en la década de 1950.
A mi esposo le gustaba el mensaje de la Biblia, pero se envolvió en los asuntos políticos de la comunidad y así inició su carrera política.
Cuando leí 1 Pedro 3:1, 2, comprendí que debía estar en sujeción a mi esposo para que pudiera ser ganado sin una palabra, con mi conducta.
Cuando mis hijos eran pequeños, yo tenía un programa semanal de estudio para cada uno según su edad.
Y a medida que iban creciendo, los mayores me ayudaban con sus hermanitos.
Recuerdo que mi mamá siempre se esforzó por enseñarme a predicar.
Yo les escribía en una hoja de papel sus presentaciones para la predicación, y ellos las repasaban mientras hacían sus tareas de limpieza en casa.
Teníamos un día específico de la semana para el estudio de familia.
Cualquier objeto que había en la casa —un costal de papas, un costal de harina o una maceta— me decía: “Imagínate que ese es una persona en el servicio del campo.
¿Qué le dirías?”.
Y cuando terminaba, me decía: “Así como lo hiciste, así hazlo ahora que vayas a la predicación”.
Mi mamá fue muy creativa.
Ella asignaba un personaje bíblico, y a cada uno nos daba la parte que nos iba a corresponder.
Mi mamá nos ayudó a nosotros a apreciar la verdad y lo hizo fundamentalmente con su ejemplo.
Serví de precursora regular durante muchos años.
Y me esforcé por motivar a mis hijos a tener metas de servicio.
Mi hija mayor salió de casa a la edad de 18 años para servir de precursora especial.
Después, mi hijo mayor hizo lo mismo.
Así que los dos mayores les pusieron un gran ejemplo a sus hermanos.
Criar a mi hijo Noé no fue nada fácil.
Él era el más pequeño, y pocos años después de nacer, le diagnosticaron epilepsia.
A pesar de su discapacidad, llegó a ser precursor regular y siervo ministerial.
Luchó por más de 4 décadas contra su enfermedad hasta que falleció hace poco.
Perder a mi esposo en la muerte fue otro duro golpe.
Ahora mi salud y mi memoria se están acabando.
Ya no puedo hacer tanto en la predicación como antes, pero aun así, gracias al apoyo de los hermanos de la congregación, no me doy por vencida.
Aunque por años mi esposo no sirvió a Jehová, siempre lo respeté mucho.
Nunca olvidaré el momento en que mi esposo me pidió que le enseñara de la Biblia.
Y recuerdo que mi hijo mayor dio el discurso de bautismo cuando su padre estaba entre los candidatos.
¡Sí, casi 42 años después de recibir el mensaje, finalmente se bautizó!
Otra gran bendición fue ver a mis hijos crecer y usar su juventud para servir a Jehová.
Algunos han servido de precursores especiales, superintendentes viajantes o en Betel.
Si no fuera por la ayuda que...
que ella nos dio y el apoyo de mis hermanos, quizás no estaríamos en la organización.
Pero gracias a eso, emprendimos la mejor carrera en la vida.
Y es algo que no puedo expresar palabras para agradecerle.
Ahora me hace tan feliz ver a mis nietos y nietas, y a los primeros bisnietos, seguir el ejemplo de sus padres.
Al pensar en todo lo que he vivido durante más de 60 años de servicio a Jehová —criar a mis 10 hijos en la verdad, haberme ganado a mi esposo y ver que 30 miembros de mi familia sirven de tiempo completo—, no puedo menos que darle las gracias a Jehová por todas sus bendiciones.
¡Realmente ha valido la pena!
¡La hermana Reyes sigue sirviendo fielmente a Jehová a sus 86 años de edad!
¿Ha enfrentado usted duras pruebas como ella?
La hermana perdió a su esposo y también a un hijo.
Y en años recientes, ha tenido problemas de salud.
Pero a pesar de todo, ella sigue adelante, inspirando con su aguante a nuestras hermanas.
Su historia es una excelente introducción al tema que deseamos abordar este mes.
Este discurso se titula “Mujeres que anuncian buenas noticias”.
Es triste, pero a lo largo de la historia, la mujer ha sido víctima de injusticias, violencia y abusos.
¿Por qué?
La Biblia lo explica.
En el capítulo 3 de Génesis, en la parte final del versículo 16, Dios le dijo a Eva: Cuando Jehová dijo que Adán dominaría a su esposa, no estaba dando su consentimiento para que el hombre sometiera a la mujer.
Solo estaba prediciendo las tristes consecuencias del pecado que se había cometido.
Así que el maltrato que sufre la mujer es consecuencia de la naturaleza imperfecta del ser humano, y no de una maldición divina.
Aun en nuestros días, es poco común ver que a las mujeres se las trate con la dignidad que Dios desea que reciban.
Sin embargo, Jehová deja muy claro en su Palabra, la Biblia, que a sus ojos, los hombres y las mujeres son iguales.
Es más, él indicó que las mujeres tendrían un papel importante en el cumplimiento de su propósito.
El texto temático de este discurso es Salmo 68:11.
Vamos a leerlo: Dios inspiró estas palabras, pero ¿a qué se refería el salmista cuando las escribió?
El contexto del Salmo 68 muestra que David estaba alabando a Jehová por sus actos de salvación.
Desde que salieron de Egipto, los israelitas tuvieron que pelear muchas veces contra naciones enemigas.
Pero, con la ayuda de Jehová, lograban vencerlas, y luego, toda la nación celebraba con alegría la victoria que Jehová les había dado.
La primera celebración de victoria que se registra en la Biblia tuvo lugar cuando Jehová libró a su pueblo de Faraón y su ejército, que estaban al acecho.
Éxodo capítulo 15, versículos 20 y 21, relata lo que sucedió luego de aquella milagrosa victoria: Imaginemos la escena.
La nación de Israel se componía de unos 3 millones de personas.
¿Pueden ver a “todas las mujeres” bailando y cantando alabanzas a Jehová?
¡Sí que era un ejército grande!
¡Y qué poderoso grito de alabanza a Jehová se escuchó ese día!
Hubo otra celebración cuando el rey Saúl y su general David regresaron después de haber derrotado a los filisteos.
Leamos el relato en 1 Samuel 18:6, que dice: Noten que el relato dice que las mujeres salieron “de todas las ciudades” a recibirlos con música, canto y danza.
Estas celebraciones eran más que una expresión de la alegría espontánea.
Recordemos lo que David dijo bajo inspiración divina: “Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande”.
Así es, Jehová valoró aquellas expresiones de alabanza tanto como el despojo traído de la batalla.
¿Qué hay de nuestros días?
Bueno, el informe del año de servicio 2017 indica que hay más de 8,3 millones de publicadores anunciando buenas noticias por toda la Tierra.
Recordemos que, en la mayoría de los países, más de la mitad de los precursores especiales y casi tres cuartas partes del total de precursores regulares son mujeres.
Todo eso sin contar a las hermanas que se esfuerzan de corazón por anunciar las buenas noticias del Reino tanto como sus circunstancias se lo permiten.
Hay muchas madres que crían solas a sus hijos y les dan lo necesario en sentido material y espiritual.
También hay muchas hermanas solteras que son fieles y que se gastan sirviendo a Jehová en proyectos de construcción o mantenimiento, en Betel o en lugares con más necesidad de predicadores, lo que a veces implica aprender un nuevo idioma.
Las hermanas casadas apoyan lealmente a sus esposos a la vez que cumplen con la tarea de predicar y enseñar.
Sí, ¡Jehová se siente feliz de verlas a todas ustedes sirviéndole de tantas maneras distintas!
Y todos valoramos el cariño que nuestras queridas hermanas demuestran, así como la influencia positiva que ejercen en las congregaciones.
Sin duda, Jehová tiene en alta estima al gran ejército de mujeres que le sirven.
Pero ¿será que él se fija en las circunstancias y los sacrificios de cada una de ellas?
No hay que adivinarlo.
En su Palabra, Jehová deja claro que él observa y toma en cuenta a cada una de sus siervas.
Por ejemplo, ¿se dieron cuenta de que, en el capítulo 15 de Éxodo, a Míriam se la llama “la profetisa”?
Eso demuestra que ella tenía el honor de ser un medio por el que Jehová se comunicaba.
Sin duda, una forma de hacerlo era inspirándola para entonar canciones.
Míriam no es la única mujer de la Biblia que recibió el título de profetisa, pues hubo otras, entre ellas Ana y la esposa del profeta Isaías.
El libro de los Jueces nos habla de Débora, otra fiel sierva de Jehová.
Leamos Jueces 4:4, 5, que dice: Al parecer, la asignación de Débora consistía en zanjar disputas transmitiendo la opinión de Jehová sobre los problemas que surgían.
Muchos años después, durante el reinado del fiel rey Josías, Huldá sirvió de profetisa.
Segundo de los Reyes 22:8 relata que, mientras se estaban llevando a cabo algunas reparaciones en el templo, se encontró el libro original de la Ley.
Cuando se lo leyeron, Josías se sintió destrozado por lo mucho que la nación se había alejado de las leyes de Jehová.
El versículo 13 dice lo que el rey ordenó al sacerdote, al secretario y a otros hombres de autoridad: ¿Cómo inquirieron ellos de Jehová?
El versículo 14 lo explica: Resulta interesante que Jehová usara a esta fiel mujer para transmitir sus instrucciones y que sacerdotes y otros hombres de autoridad pidieran su consejo inspirado por Dios.
Ahora bien, las Escrituras Griegas Cristianas no autorizan a las mujeres a tener responsabilidades como las de Débora y otras profetisas de la nación de Israel.
Aun así, Tito 2:3, 4 anima a las “mujeres de edad” a demostrar buenas cualidades, a fin de dar consejo a las mujeres jóvenes en asuntos espirituales.
Allí dice: ¡Cuánto valoramos a las hermanas maduras en sentido espiritual que ayudan a las jóvenes y a las que son nuevas en el pueblo de Jehová!
Con todo, en la actualidad, Jehová ha dado la autoridad a los varones.
Cuando cumplen con los requisitos bíblicos, ellos pueden servir de ancianos o siervos ministeriales, a fin de ministrar, guiar y proteger al pueblo de Dios.
Claro, esto no quiere decir que se menosprecien los dones de nuestras hermanas.
De hecho, muchos hermanos con responsabilidades reconocen que se han beneficiado de la experiencia y la sabiduría práctica de nuestras hermanas humildes, espirituales y maduras.
Por último, pensemos en la sobresaliente fe que demostró otra mujer que se menciona en la Biblia, María.
Jehová le confió una gran responsabilidad: ¡dar a luz y criar a su propio hijo como ser humano!
¡Imaginen todo lo que habrá pasado por su mente cuando se le comunicó su asignación!
Pero el capítulo 1 de Lucas nos dice mucho sobre su espiritualidad.
El versículo 38 dice que, cuando el ángel Gabriel terminó de hablar, ella respondió: Debió preguntarse cómo haría Jehová todo aquello, pero fue humilde y obediente.
Incluso hombres fieles, como Moisés y Jeremías, mostraron ciertas dudas ante asignaciones difíciles, ¡pero María no!
¡Qué gran ejemplo para todos nosotros, seamos hombres o mujeres!
No cabe duda de que Jehová siempre ha tenido a las mujeres en alta estima.
Y en nuestros días es un placer servir junto a millones de hermanas diligentes.
¡Jehová debe estar feliz de ver a nuestras queridas hermanas sirviéndole con humildad y lealtad!
Las animamos, hermanas, a seguir haciendo tan buen trabajo y a seguir siendo una influencia positiva dentro de la congregación.
Jehová les ha dado, fieles hermanas, el honor de participar en el cumplimiento de estas palabras del salmista: “Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande”.
Miles de hermanas se han mantenido activas por años como parte de este “ejército grande” de mujeres.
Bertille Kupelian, una precursora especial de Virginia Occidental (Estados Unidos), comenzó su servicio de tiempo completo en 1958 y ha ayudado a más de 60 personas a dar el paso del bautismo.
¿Qué piensa sobre la predicación y cómo la ha ayudado eso a perseverar por casi 60 años?
Durante mi niñez, mi padre se oponía a que fuéramos testigos de Jehová, pero mi madre fue muy fiel.
Me di cuenta de que lo que mi madre me enseñaba era la verdad.
Desde entonces supe que quería ser testigo de Jehová.
No fue fácil, pero ambas —mi madre y yo— lo logramos.
Aunque yo estaba más apegada a mi papá, mi mamá se aseguró de estudiar la Biblia conmigo y mis hermanos.
Y lo hizo aunque en la congregación no era común que los niños estudiaran con sus padres.
No nos gustaba mucho estudiar y nos quejábamos, pero ahora me alegra que ella nunca se diera por vencida.
Mi madre era una persona muy positiva.
Pude ver que a pesar de la oposición, se mantuvo firme y decidida a servir a Jehová pasara lo que pasara.
Y nos enseñó a ser como ella.
Estar decidido a servir a Jehová es cuestión de actitud, ¿sabes?
La mente es muy poderosa.
Puede dirigirte hacia lo bueno o hacia lo malo.
Así que yo me propuse servir a Jehová fielmente.
En nuestra congregación había hermanos y hermanas ungidos.
Siempre eran cariñosos conmigo y me animaban mucho.
Cuando salía a predicar con ellos, pensaba: “Yo quiero ser como ellos”.
A los niños les gusta que se les dedique tiempo.
Si hablas con ellos, los invitas a predicar y los ayudas a prepararse y a practicar una y otra vez su presentación, estarán listos para predicar y disfrutarán mucho de hacerlo.
Así fue como me ayudaron los hermanos ungidos de mi congregación.
Se interesaron en mí, y a mí me encantaba.
Para poder ser buena maestra, primero pienso en la persona, en su situación, y trato de imaginarme qué es lo que está pensando.
Entonces busco algunas citas bíblicas que podrían ayudarla.
Me preparo para cada curso bíblico tomando todo esto en cuenta.
Siempre he enfrentado retos.
Cuando vivía cerca de un lago, los inviernos eran extremadamente crudos.
Mi casa remolque estaba estacionada de tal forma que cuando el viento soplaba y caían la nieve y el hielo, este sellaba mi puerta.
Así que, para poder abrirla, tenía que cortar el hielo alrededor de la puerta con un gran cuchillo que llevaba en el auto.
Era toda una aventura.
En ocasiones, me he enfrentado a oposición en el territorio.
Una vez, una señora estaba tan enojada que me dio varias patadas en el estómago.
Yo solo me despedí de ella.
Tiempo después, predicamos de nuevo en ese territorio y nadie quería ir a esa casa.
En nuestros registros, esa casa no estaba en la lista de quienes habían pedido que no se les visitara; de hecho, no había ninguna casa marcada en ese territorio.
Así que fui, toqué a su puerta y le dije: “¡Hola!
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de conversar con usted”.
Ella recordó lo sucedido.
Le dije: “No se preocupe, tal vez solo estaba pasando un mal día”.
En una época, me sentí desanimada porque dirigía pocos cursos bíblicos.
Entonces oré: “Jehová, ayúdame.
Necesito encontrar a personas que quieran aprender de ti”.
Luego salí a buscarlas.
He perdido a mi padre, mi madre, mi hermana y mi hermano.
Como es natural, han sido golpes muy duros.
Pero Jehová y los hermanos me han animado mucho.
Además, me he mantenido muy ocupada en la predicación.
Y de nuevo, todo depende de la actitud mental.
¿Dejarás que las pruebas te derroten, o las derrotarás tú a ellas?
Jehová nos ayuda a vencer las pruebas.
Una de las armas más eficaces de Satanás es el desánimo.
Y por eso siempre me digo: “No dejaré que Satanás me derrote”.
En cuanto a mi salud, en general me encuentro bien.
Pero tengo una molestia constante en mi pierna.
Pienso en Jacob; él pudo servir a Jehová aun siendo cojo.
Y también medito en Pablo.
Ambos relatos me ayudan a ser humilde.
He suplicado a Jehová, pero al igual que con Pablo, esta espina en la carne no desaparece.
Ahora lo que le pido es: “Jehová, solo véndame para que pueda aguantar hasta Armagedón.
Entonces el problema desaparecerá”.
Si te decides a servir a Jehová con toda el alma y sabes que eso es lo que Jehová desea, entonces lo harás.
He visto la mano de Jehová en mi vida: cuando he necesitado trabajo, dinero, ánimo...
Cuando necesito compañía —porque muchas veces estoy sola en la predicación— entonces hablo con Jehová, y él siempre está ahí para ayudarme.
Estoy resuelta a seguir sirviendo de precursora, a dar todo lo que pueda, pase lo que pase.
No hay nada que produzca más felicidad que ayudar a alguien a encontrar el camino a la vida eterna.
¿Existe acaso una vida mejor?
La hermana Kupelian ha tenido una gran influencia en aquellos a quienes les ha predicado.
Sé de qué estoy hablando: ella me predicó a mí cuando yo tenía 14 años.
A esa edad, yo quería ser médico.
Pero una noche, después de la reunión, Bertille me dijo: “Sabes, en el nuevo mundo no vamos a necesitar médicos porque Jesús nos curará a todos”.
Honestamente, sus palabras me hicieron sentir decepcionado.
Deseaba ayudar a las personas y apoyar económicamente a mi madre.
Bertille añadió: “Lo que sí vamos a necesitar son maestros”.
Aquello sonaba bien.
Pensé que podría estudiar para llegar a ser maestro, pero ella tenía otra cosa en mente.
Con paciencia me explicó a qué se refería y me motivó a convertirme en la mejor clase de maestro posible: un maestro de la Palabra de Dios.
¿Hay alguien como la hermana Kupelian en su congregación?
¡Cuánto agradecemos a hermanas así su buen espíritu y el interés que muestran por nosotros!
Estamos seguros de que Jehová también las valora mucho.
Una de las mejores cualidades de la hermana Kupelian es su perseverancia.
Perseverar implica seguir adelante con decisión a pesar de la adversidad, ser tenaz, no darse por vencido.
Ahora bien, si no tenemos cuidado, podríamos alcanzar alguna meta pero luego permitir que algo nos distraiga.
En la siguiente escenificación, veremos a una precursora joven que está esforzándose por alcanzar nuevas metas.
¿Pero podría caer en la trampa de distraerse?
Cuando empecé a aprender lenguaje de señas, pensé: “¡Esto es lo mío!”.
Y recuerdo que cuando me cambié a la congregación de señas, me sentía súper feliz.
Era precursora y me encantaba hablar y predicar en esta lengua.
Pero es curioso que las mismas cosas que tanto te gustan son las que podrían ponerte a prueba.
Poco después hice un examen para ser intérprete de lenguaje de señas.
Y para mi sorpresa, ¡lo aprobé!
¡Me encantaba mi nuevo trabajo!
Quería que este empleo me ayudara a seguir como precursora y, tal vez, un día viajar a un país en donde hubiera necesidad de predicar en lenguaje de señas.
Mi jefe estaba muy contento conmigo, así que empezó a darme más trabajo.
Todos valoraban que fuera tan dedicada.
¡Y un dinerito extra nunca está de más!
Tenía todo bajo control.
Mmm... bueno, no todo.
Mi jefe me pidió que trabajara a tiempo completo durante unos meses para capacitarme más.
Y si ganaba más dinero, eso podría ayudarme a pagar mi viaje.
Sabía que mis padres estaban preocupados.
De hecho, yo me sentía igual.
Físicamente estaba agotada.
¡Pero solo serían unos cuantos meses!
La verdad, no sabía qué hacer.
Papá me felicitó por tener buenas metas y por trabajar duro para alcanzarlas.
Entonces me mostró un versículo de la Biblia que me puso a pensar, 1 Timoteo 4:16: Me ayudó a recordar que Timoteo también se había puesto metas espirituales mientras crecía.
Pero aquí Pablo le estaba diciendo: “¡No las pierdas de vista!”.
Timoteo ya era todo un adulto, un hombre espiritual.
Aun así, Pablo lo animó a fijarse nuevas metas de servicio y a luchar por alcanzarlas.
¿Por qué metas estaba luchando yo?
Fui a ver a mi jefe para decirle que había decidido trabajar la menor cantidad de horas posible...
porque no pensaba descuidar mi trabajo más importante.
Quizás me tome más tiempo ahorrar para mi viaje.
Pero con la ayuda de Jehová y un poquito de paciencia, sé que ese viaje algún día llegará.
Llama la atención que lo mismo que la hermana hizo para ampliar su ministerio y permanecer en el precursorado fue lo que empezó a distraerla.
Al principio no se dio cuenta.
¿Pero quién la ayudó a ver las cosas con más claridad?
Sus padres, especialmente su papá, un hombre espiritual.
Hermanos, el tiempo y la atención que les den a sus hijas siempre valdrán la pena.
Podrían ayudarlas a tomar una sabia decisión en el momento justo.
Todo lo que hacen por ellas demuestra cuánto las aman tanto ustedes como Jehová.
Esta es la idea expresada en el video musical titulado Mi pequeña.
♪♪ Con tierno amor leal, la vio crecer.
Hubo felicidad y hubo que aprender.
Mas al dar lo mejor y mostrar valor, lo hizo muy, muy feliz.
(Estribillo) Mi pequeña, ¡qué orgulloso estoy!
Tú por siempre tendrás mi amor.
Ella fue buena y fiel, y obedeció.
Todo el consejo de él siempre recordó.
¡Qué bueno es saber cuánto la ama él!
Es muy dichosa al escuchar: (Estribillo) “Mi pequeña, ¡qué orgulloso estoy!
Tú por siempre tendrás mi amor”.
Siempre ve Jehová tu dedicación.
Siempre observa él tu gran devoción.
Es seguro que tu fidelidad bendecirá.
Mi pequeña, ¡qué orgulloso estoy!
Mi pequeña, no te dejaré.
Mi pequeña, yo te cuidaré.
Y por siempre te amaré. ♪♪ El apóstol Juan dijo que nada lo hacía más feliz que escuchar que sus hijos espirituales seguían andando en la verdad.
Los padres sienten la misma alegría cuando ven que sus hijas llegan a ser cristianas maduras.
Enseñar a los hijos a amar a Jehová es una de las tantas cosas que los padres hacen por su familia.
En un programa de la adoración matutina, el hermano Lett se centró en otra cosa: la relación especial entre cónyuges.
¿Cómo puede el esposo demostrar que ve a su esposa como Jehová la ve?
El título de este breve discurso es: “Esposo, ama a tu esposa como a ti mismo”.
¿Cuál dijo Jesús que era el segundo mandamiento más importante?
Ustedes lo conocen bien.
En Mateo 22:39, él dijo: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”.
¡Qué imagen tan descriptiva la de este segundo mandamiento!
Lo más normal es que valoremos nuestra persona y lo demostremos de varias maneras.
Por eso, lo que Jesús nos está diciendo es esto: “Esfuércense por mostrar a los demás el mismo amor que muestran por sí mismos”.
Pero ahora queremos dirigirnos específicamente a los esposos.
Así que pensemos: ¿quién es la persona más cercana para un hombre casado?
Obviamente, su esposa.
De modo que los esposos deben esforzarse por mostrarle a su esposa, más que a nadie, el mismo amor que, de manera natural, demuestran por sí mismos.
Ahora bien, ¿cómo demuestra un esposo amor por sí mismo?
Hablemos de 5 maneras, aunque estoy seguro de que a ustedes se les ocurrirán algunas otras.
La primera: el esposo se alimenta.
Efesios 5:29 dice: “Porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta”.
Entonces, ¿qué implica amar a nuestra esposa como a nosotros mismos?
Por supuesto, el esposo debe asegurarse de poner el pan en la mesa y también de proveer otras cosas materiales necesarias.
Eso me hace recordar a los hermanos que estuvieron en campos de concentración en la Alemania nazi.
Aunque casi no tenían nada que comer, acostumbraban compartir lo poco que les daban con otros hermanos y, a veces, ¡hasta con quienes no eran testigos de Jehová!
De igual modo, el esposo debe estar dispuesto a sacrificarse, si es preciso, con tal de cubrir las necesidades de su esposa.
Pero más importante aún es que se asegure de que ella esté bien alimentada en sentido espiritual.
Debe encargarse de que su esposa tenga un programa de estudio personal y se beneficie de las reuniones, las asambleas y la adoración en familia.
Hablemos ahora de la segunda forma en la que un esposo demuestra amor por sí mismo: se trata con ternura.
Efesios 5:29 también dice: “Porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, [...] la acaricia”.
¿Qué significa la palabra acariciar?
Según un diccionario, significa tratar a alguien con amor y ternura.
El término transmite la idea de atesorar y valorar.
Por naturaleza, nos gusta tratarnos bien.
Por eso procuramos descansar cuando estamos enfermos o cansados, tratamos de pasar tiempo con amigos y seres queridos, nos divertimos y hacemos ejercicio.
Es decir, hacemos cosas que nos agradan y, de vez en cuando, hasta nos damos un gustito.
Entonces, ¿qué más implica amar a nuestra esposa como a nosotros mismos?
Es obvio que significa más que solo vivir con ella.
Hay que valorarla y cultivar un cariño especial por ella.
Pensemos en esto: Proverbios 8:31 dice que, antes de venir a la Tierra, Jesús ya les tenía cariño a los seres humanos.
¿Y no creen que sentir ese cariño le hizo más fácil aceptar la difícil asignación de venir a nuestro planeta y hasta morir por nosotros?
De la misma manera, si los esposos valoran a sus esposas y sienten un cariño profundo por ellas, les será más fácil perdonarlas y, de ser necesario, hasta morir por ellas.
Pero para cultivar esa clase de sentimientos, debemos hacer lo mismo que hace Jehová: concentrarnos en las buenas cualidades de nuestra esposa, y no en sus defectos o imperfecciones.
Hace un momento, un hermano mencionó lo que se dijo en un número de La Atalaya.
Y me encantó lo que dice esa revista: “Es importante que el esposo y la esposa se demuestren ese amor con palabras y hechos.
¡Nunca deben permitir que los quehaceres del día a día los priven de hacer eso!”.
¿Cuál es la tercera manera en la que los esposos demuestran amor por sí mismos?
Se adornan.
Primera a Timoteo 2:9 dice que las mujeres se adornan con vestido bien arreglado.
Bueno, los esposos procuramos algo parecido.
Cuando nos arreglamos, tratamos de disimular o de esconder nuestros defectos, nuestras imperfecciones... lo feo.
¿Verdad que queremos lucir lo mejor posible?
Entonces, ¿cómo demostramos un amor como ese por nuestra esposa?
Una forma es no señalando sus defectos todo el tiempo.
¡Y mucho menos en público!
Es más, ni en silencio deberíamos pensar demasiado en ello.
Es mejor pasar por alto sus pequeños errores.
Recuerden que Proverbios 19:11 dice que es hermoso “pasar por alto la transgresión”.
Así que adornemos a nuestra esposa, es decir, hagamos que luzca lo mejor posible ante los demás y ante nosotros mismos.
La cuarta forma en la que un esposo demuestra amor por sí mismo es esta: cuando se enferma o se lastima, hace lo posible por curarse.
En Marcos 5:26 se habla de una mujer que estaba muy enferma.
Los médicos la hicieron pasar muchas penas; gastó todos sus recursos y no se curó; incluso empeoró.
El punto es que hizo todo lo posible por curarse.
Y los esposos hacemos lo mismo.
Si nos enfermamos o nos lesionamos, tratamos de descansar más tiempo, compramos medicinas, tomamos vitaminas, vamos a ver al médico, seguimos el tratamiento...
Buscamos la manera de sentirnos mejor.
¿Qué implica, entonces, amar a nuestra esposa de la misma forma?
Bueno, si se enferma o se lastima, haremos lo que esté a nuestro alcance para que recupere la salud.
Pero más importante aún es que si ella llegara a enfermar en sentido espiritual, nosotros debemos hacer lo que sea necesario para que recobre la salud espiritual.
¿Cómo podríamos ayudarla?
Proverbios 12:18 dice: “La lengua de los sabios es una curación”.
Así que usemos palabras bien pensadas.
Y Proverbios 16:24 dice: “Los dichos agradables son un panal de miel, dulces al alma y una curación a los huesos”.
Podemos usar “dichos agradables” para ayudarla a recuperarse en sentido espiritual.
La quinta manera en que los esposos demuestran amor por sí mismos es que, cuando se equivocan, son muy considerados con su persona.
Los esposos suelen culpar de sus errores a la herencia genética, al ambiente, al nivel de azúcar en la sangre, a si durmieron bien o no, al clima, etcétera, etcétera.
¿No es cierto que somos muy comprensivos al pensar en nuestras propias limitaciones?
Por lo tanto, ¿cómo podemos amar a nuestra esposa de la misma manera?
Pues seremos igual de comprensivos con ella, en lugar de imputarle malos motivos.
Si nos habla con un poco de rudeza o actúa sin pensar, trataremos de entender los sentimientos que hay detrás de lo que dice o hace.
Seremos comprensivos, sobre todo si vemos que está bajo cierta presión.
Seremos tan considerados con ella como lo seríamos con nosotros mismos.
Así que las 5 maneras de demostrar amor por uno mismo son: alimentarse, tratarse con ternura, adornarse, curarse y ser comprensivo con uno cuando se equivoca.
Esforcémonos por demostrar el mismo amor —de estas 5 maneras— por nuestras queridas esposas.
Estoy seguro de que ustedes pensarán en otras formas en las que un esposo demuestra amor por sí mismo.
¡Qué mensaje tan profundo transmitió Jesús!
Pero no se limitó a eso: fue un paso más allá.
Amplió este concepto con las palabras registradas en Juan 13:34; ustedes las conocen bien.
Allí dice: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros”.
Jesús dijo que debemos cultivar un amor por nuestros hermanos aun más profundo que el que sentimos por nosotros mismos.
Y, obviamente, eso incluye a nuestra esposa.
Amar a nuestra esposa de esa manera nos motivará a tratarla incluso mejor que a nosotros mismos.
Esposos, sus esposas nunca se cansarán de que ustedes hagan lo que ha sugerido el hermano Lett.
La verdad es que toda la familia se beneficia cuando cada miembro ama a su prójimo más cercano como a sí mismo.
Y una familia feliz y fuerte en sentido espiritual tiene mucho que darle a Jehová.
La sucursal de Escandinavia hizo los preparativos para que familias procedentes de 19 congregaciones de Dinamarca, Noruega y Suecia formaran un coro de niños y grabaran canciones del Reino.
Los niños se prepararon muy bien para cada sesión.
Claro, eso significó mucho trabajo para sus padres.
Pero el resultado fue un coro de alabanza a Jehová.
¡Qué lindo es cantar con otros!
Así nos creó Jehová.
Los pajaritos también cantan.
Siento que Jehová está orgulloso de mí.
La sucursal de Escandinavia supervisa la grabación en audio y video en nueve idiomas.
Existen tres coros infantiles para las canciones de la serie Hazte amigo de Jehová en los tres idiomas más hablados en la región: danés, noruego y sueco.
Primero escucho con atención al coro de hermanos que cantan en inglés.
Trato de identificar cuándo respiran, hacen pausas y en qué estado de ánimo se encuentran al cantar.
Luego escucho la música que recibimos.
Tengo un piano en casa para familiarizarme con las distintas voces, identificar las notas altas y bajas, así como las partes más difíciles de cantar.
Entonces oriento a los niños.
También pienso en el objetivo de cada canción, es decir, que todos los niños que las escuchen y las canten se sientan tan felices como los que integran el coro infantil.
Hacemos pruebas para asegurarnos de que todo el equipo esté listo antes de que lleguen los niños que van a cantar.
Cuando las niñas reciben la invitación para participar en la grabación de una canción nueva, se lo toman muy en serio y se ponen a ensayar.
Además, tenemos la costumbre de cantar las canciones en la adoración en familia.
Cuando vamos a la oficina de traducción para grabar —y también en otras ocasiones—, tenemos la costumbre de cantar en el auto.
¡Me gusta mucho cantar las canciones!
Son muy bonitas.
Las canciones más recientes son mis favoritas por ser tan diferentes.
En una se escuchan tambores africanos, y otra tiene un toque irlandés que te hace sentir como en un valle o en una montaña.
Alma toca el violonchelo y les pidió a los hermanos las partituras de las nuevas canciones del Reino, que son sus favoritas.
Para André y para mí no ha sido nada fácil, pues casi no tenemos talento musical.
Esto tiene su lado formal.
Siempre oramos a Jehová.
Luego vemos el video y hablamos del propósito que tiene y de cómo puede beneficiar a otros niños y a sus familias.
Después hacemos unos ejercicios de calentamiento y relajación y, entonces, ¡estamos listos para cantar!
Nos queda claro que los niños valoran esta oportunidad cada día más.
En realidad, sienten que alaban a Jehová cuando cantan.
El entusiasmo que demuestran es contagioso, y quienes trabajamos con ellos no somos inmunes a eso.
Los niños cantan con alegría y total libertad, y eso tiene un gran impacto en sus padres y en la congregación.
Jehová se siente muy feliz, y también muchos hermanos grandes y chiquitos.
Es muy divertido grabar.
Te sientes muy feliz y cantas con más ganas en las reuniones.
Ahora entiendo por qué le cantamos a Jehová, por qué hacerlo es parte de nuestra adoración.
No venimos solo a pasar un rato con nuestros amigos: venimos a cantar.
Esto es una forma de alabar a Jehová.
Cantar es como orar.
A mí me gusta tararear las canciones, y la gente me pregunta por qué lo hago.
Eso me ayuda a practicar, y también puedo hablarles de Jehová.
Mi fe es más fuerte ahora.
Me siento más cerca de Jehová.
¡Estoy muy contenta!
Yo he aprendido que a Jehová le gusta mucho que le cantemos y quiere que siempre lo hagamos.
Cuando los niños le cantan con gozo a Jehová, se sienten más cerca de él.
Los que cantaron en Escandinavia son un buen ejemplo de ello.
Estaban tan entusiasmados que hasta hubo oportunidad de que les predicaran a sus compañeros de la escuela.
Si ustedes cantan en su adoración en familia, estarán de acuerdo conmigo en que cantarle todos juntos a Jehová une a la familia.
Si echan una mirada a la Guía de actividades de agosto, notarán que en la reunión de la semana del 28 de agosto se analizará el artículo “¿Cuándo podría ser precursor auxiliar?”.
Pueden prepararse viendo el video “Si Sabina puede, los demás podemos también”.
Se trata de la historia de la hermana Sabina Hernández, la cual se presentó en el programa de diciembre del 2015 de este canal.
Vayan a la sección “Videos”, bajo “Entrevistas y experiencias”.
Así estarán listos para comentar cómo les ha animado el ejemplo de Sabina.
En este programa hemos visto cuánto valora Jehová todo lo que hacen las mujeres en la familia, en la congregación y en la predicación.
Queridas hermanas, tengan la seguridad de que las amamos y siempre le pedimos a Jehová que siga bendiciendo su labor.
Queremos terminar el programa recibiendo los saludos de nuestros hermanos de Saipán.
Esta es una isla de Micronesia, en el Pacífico oeste, y es un destino muy popular para miles de turistas.
Pero es mucho más que eso: también es un paraíso para predicar.
A pesar de que al principio hubo mucha oposición a la obra, ahora la verdad está floreciendo.
Hay 3 congregaciones, con un total de 200 publicadores del Reino, incluidos 33 precursores regulares.
El ambiente agradable y el clima tropical hacen que la predicación pública con los carritos sea un eficaz medio para encontrar a personas de buen corazón.
Gran cantidad de turistas —muchos procedentes de países asiáticos— se están beneficiando de las publicaciones en japonés, coreano, tagalo, chino y otros idiomas.
Algunas hermanas fieles que ahora tienen más de 80 años de edad estuvieron entre los primeros publicadores que se bautizaron en Saipán.
La hermana Taeko Castro se bautizó en 1970, y la hermana Tomasa Mafnas lo hizo en 1973.
Ellas continúan predicando con entrega y son un buen ejemplo de mujeres que anuncian buenas noticias.
Enviamos nuestro amor y saludos a todos los hermanos de Saipán.
Y los felicitamos por su espíritu positivo y su esfuerzo por dar a conocer el nombre de Jehová.
Gracias por acompañarnos.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, este es el canal JW Broadcasting.