Domingo mañana (parte 2) | Asamblea regional del 2021 “Poderosos gracias a la fe”

Queremos darles una cordial bienvenida a todos los que aceptaron una invitación para estar con nosotros en esta asamblea.

Vivimos en un mundo en el que la gente ya no confía en los demás.

¿De verdad podemos creer en las promesas de la Biblia para el futuro?

Si es así, ¿qué debemos hacer para beneficiarnos de ellas?

El hermano William Turner, ayudante del Comité de Servicio, contestará estas preguntas en el discurso titulado “Tengan fe en las buenas noticias”.

¿Alguna vez ha recibido un e-mail de una fuente desconocida diciéndole que tiene buenas noticias?

“¡Acaba de ganar un premio!

Haga clic en el enlace para recibirlo”.

O una llamada telefónica de alguien que le dice que tiene muy buenas noticias.

“Acaba de ganar algo muy caro.

Pero es ahora o nunca.

Lo único que tiene que hacer es dar sus datos personales”.

Lamentablemente, estas noticias tan emocionantes no suelen ser ciertas, ¿verdad?

Esto demuestra que, independientemente de la forma en la que nos lleguen, muchas de las noticias que recibimos hoy día son falsas, engañosas y a menudo decepcionantes.

Y es que el mundo está saturado de malas noticias.

Muchas veces ver las noticias nos deja alterados, tristes, o hasta asustados.

Por eso, no es raro que muchas personas al recibir buenas noticias desconfíen de ellas, porque piensan que, si algo es demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea.

Es cierto que la Biblia dice que debemos tener cuidado y no creernos cualquier noticia.

Pero la Biblia también dice que hay noticias, buenas noticias, en las que podemos confiar.

Por favor, busquen conmigo en la Biblia el libro de Marcos.

Marcos 1:14, 15 dice: “Después de que arrestaron a Juan, Jesús fue a Galilea a predicar las buenas noticias de Dios.

Decía: ‘El tiempo fijado se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado.

Arrepiéntanse y tengan fe en las buenas noticias’ ”.

“Tengan fe en las buenas noticias”.

Ese es el título de este discurso.

Para entender mejor las palabras de Jesús, tenemos que responder tres preguntas: primero, ¿qué son las buenas noticias?

Segundo, ¿por qué podemos tener fe en ellas?

Y, tercero, ¿cómo podemos desarrollar esa fe?

Conocer las respuestas nos ayudará a tener fe en las buenas noticias y a tener una vida con verdadero propósito.

Analicemos la primera pregunta: ¿a qué buenas noticias se estaba refiriendo Jesús?

Volvamos a la Biblia, esta vez al evangelio de Lucas.

Lucas 8:1: “Poco después, él fue de ciudad en ciudad y de aldea en aldea predicando y anunciando las buenas noticias del Reino de Dios.

Con él iban los Doce”.

¿Cuáles son las buenas noticias que Jesús predicó?

El versículo dice: “Las buenas noticias del Reino de Dios”.

Así que un aspecto importante de las buenas noticias es lo que tiene que ver con el Reino de Dios.

Este Reino es un gobierno real en el cielo, con un rey celestial y súbditos en la Tierra.

Jesús dedicó su vida como adulto en la Tierra a predicar y anunciar que el Reino de Dios es la única solución a los problemas de la humanidad.

¿Y cómo lo hizo?

Con las herramientas más sencillas: su boca y sus pies.

Él caminó sin parar de ciudad en ciudad, de aldea en aldea, cientos de kilómetros por caminos de tierra, a veces sin comer, para llevarles el mensaje a las personas.

Incluso preparó a sus discípulos para que ellos llevaran estas buenas noticias a otras ciudades y aldeas a las que él no llegaría.

Quizás se pregunte: “¿Por qué deberían estas buenas noticias que Jesús predicó hace más de 2.000 años interesarnos a nosotros hoy?”.

Porque el mensaje de esas buenas noticias incluye la promesa de bendecir en el futuro a los seres humanos obedientes que vivan bajo el Reino de Dios.

Esto debería interesarnos a todos.

Nos afecta a usted y a mí.

Y las bendiciones del Reino cambiarán por completo nuestra vida.

Veamos algunos ejemplos.

El primero tiene que ver con nuestra salud.

Por favor, busquen conmigo el libro de Isaías.

Isaías 33, y leeremos la primera parte del versículo 24.

Isaías 33:24: “Y ningún habitante dirá: ‘Estoy enfermo’ ”.

Es una frase muy sencilla, pero ¿alguna vez ha pensado en lo que implica?

Nunca tener que volver a decir o escuchar a alguien decir “estoy enfermo”, “no me encuentro bien”, “creo que tengo algo malo”.

Piense en los millones de personas que se han enfermado durante la pandemia, en los millones de personas con discapacidades y en todas las enfermedades que hay: las enfermedades comunes, las enfermedades raras, las que pueden ser mortales, crónicas, degenerativas...

y aquellas en las que parece que estás bien por fuera pero por dentro cada día es una lucha.

Bajo el Reino de Dios, todo eso: todas las discapacidades, todas las enfermedades, todos los problemas de salud...

dejarán de hacer sufrir a la humanidad; eso será cosa del pasado.

Y para que se haga una idea de lo maravillosa que será la vida cuando se cumpla esta promesa, aunque usted ahora mismo no tenga ninguna enfermedad, piense en cómo sería su vida si no existiera el dolor.

Ahora sentimos dolor si estamos mucho tiempo de pie, si estamos mucho tiempo sentados, si caminamos mucho, si dormimos demasiado...

Saber que no habrá dolor y que cada día que pase nos sentiremos cada vez mejor...

¿no es una buena noticia?

Eso es exactamente lo que experimentaremos cuando se cumpla la promesa “ningún habitante dirá estoy enfermo”.

Veamos ahora otra promesa.

Todos los cabezas de familia queremos cuidar de los nuestros y cubrir sus necesidades.

Pero a menudo es difícil conseguirlo.

¿Cuántas veces ha estado preocupado por conseguir o mantener un empleo?

Pues piense en cómo se sentirá cuando estas palabras sean una realidad.

Seguimos en Isaías, esta vez en el capítulo 65, versículos 21 y 22: “Construirán casas y vivirán en ellas; plantarán viñas y comerán su fruto.

No construirán casas para que otros vivan en ellas ni plantarán para que otros coman.

Porque los días de mi pueblo serán como los días de un árbol, y mis escogidos disfrutarán al máximo del fruto de su trabajo”.

¿Cuál es la promesa?

Nadie estará sin techo ni desempleado.

Y en ninguna parte de estos versículos encontramos las palabras hipoteca o alquiler.

Cuando el Reino gobierne la Tierra, todos tendremos la satisfacción de ser dueños de nuestra propia casa.

¿Se imagina la satisfacción que sentirá cuando pueda vivir en una casa construida por usted mismo y de trabajar con sus propias manos para cuidar a su familia?

Será una maravilla, ¿verdad?

Y, si vamos a plantar nuestras propias viñas, es porque habremos recibido otra bendición: alimento en abundancia.

La Biblia describe esto de una forma muy bonita en el libro de los Salmos.

Salmo 72:16: “En la tierra habrá grano en abundancia, [...] abundancia en las cumbres de las montañas.

Los frutos del rey crecerán como en el Líbano, y en las ciudades la gente florecerá como la vegetación de la tierra”.

Todos hemos visto esas imágenes terribles de niños hambrientos y desamparados.

Y en la pandemia puede que hayamos visto las largas filas para recibir comida.

Pero, bajo el gobierno de Dios, a nadie le faltará alimento, ni pasará hambre.

La pobreza y la escasez de alimento desaparecerán.

¡Y qué cuadro tan hermoso nos pinta este versículo de cómo la Tierra producirá alimento en abundancia!

Dice que en las montañas habrá grano desde las laderas hasta arriba, hasta las cumbres.

¿Se da cuenta de cuántas cosas buenas nos esperan?

Para cumplir la siguiente promesa, Dios utilizará su poder de crear y hará uno de los mayores milagros de la historia.

Volvamos a Isaías.

Isaías 25:8.

Aquí dice: “Él eliminará la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová secará las lágrimas de todos los rostros.

Quitará de toda la tierra la deshonra de su pueblo, porque Jehová mismo lo ha dicho”.

Para muchos, esta es la mejor noticia de todas.

¡Qué alegría sentiremos cuando la muerte haya desaparecido para siempre!

Todos los que hemos perdido a alguien a quien queríamos mucho sabemos el vacío, la angustia, las dolorosas cicatrices que provoca la muerte.

Es algo que nos afecta a todos.

¿A cuántos funerales ha tenido que asistir durante la pandemia?

Para algunos es demasiado duro pensarlo.

Un hermano dijo lo siguiente: “Ya no estoy deseando que lleguen los sábados.

Parece que el sábado ahora es el día para los discursos de funeral”.

Podemos entenderlo ¿verdad?

Pero ¿vio lo que dice la Biblia?

Dice que Dios “eliminará la muerte para siempre”.

Él va a acabar con ella, desaparecerá para siempre.

¡Qué felices seremos cuando eso ocurra!

Pero las buenas noticias no acaban ahí, porque Jehová no solamente eliminará la muerte, sino que hará algo más.

Veámoslo en el capítulo 26, el versículo 19.

Dice: “Tus muertos vivirán.

Mis cadáveres se levantarán.

¡Despierten y griten de alegría, residentes del polvo!

Porque tu rocío es como el rocío de la mañana, y la tierra dejará que los que están impotentes en la muerte vuelvan a vivir”.

Estamos hablando de la resurrección.

Nuestros seres queridos volverán a vivir.

¿Se fijaron en la frase “despierten y griten de alegría”?

Es interesante cómo traduce esta frase otra versión de la Biblia: “Los que duermen en la tierra se despertarán y darán gritos de alegría”.

¿Verdad que eso describe muy bien el estado en que se encuentran nuestros seres queridos?

Están durmiendo.

Tal como un bebé que no ha nacido está protegido en el vientre de su madre, los muertos están en el lugar más seguro que existe, totalmente seguros y protegidos en la memoria de Jehová.

Y en su debido momento volverán a la vida.

Y podemos estar allí, podemos estar allí para darles la bienvenida, tal como cuando nace un bebé su familia lo recibe con alegría.

Nos esperan bendiciones maravillosas.

Y estas bendiciones de las que hemos hablado son solo unos cuantos ejemplos de las buenas noticias.

El Reino de Dios conseguirá muchísimo más.

Según el Salmo 46:9, las guerras dejarán de existir.

En Apocalipsis 11:18 hay una advertencia para cualquiera que esté contaminando la tierra, el aire o el agua, o que esté acabando con la vida salvaje.

Dios promete que destruirá “a los que están destruyendo [o contaminando] la tierra”.

Ya tenemos la respuesta a la primera pregunta.

¿Qué son las buenas noticias?

Las buenas noticias son las noticias sobre el Reino de Dios.

Este gobierno celestial gobernará a la humanidad obediente y traerá muchísimas bendiciones.

Así que nos esperan bendiciones maravillosas, ¿se le ocurren noticias mejores que estas?

¿No cree que vale la pena estudiar estas promesas de Dios?

Claro que sí.

Pero a algunos les pasa esto: les cuesta aceptar la idea de que se pueda vivir para siempre en condiciones como estas, especialmente cuando piensan en cómo es la vida en la actualidad.

¿Qué pasa si a alguien le cuesta creer estas buenas noticias, si piensa que son demasiado buenas para ser verdad?

Pues la segunda pregunta tiene que ver exactamente con esto: ¿por qué podemos tener fe en las buenas noticias?

En otras palabras, ¿por qué podemos estar seguros de que estas cosas de las que hemos hablado, estas promesas de Dios, son confiables y se van a cumplir?

Bueno, como pasa con cualquier noticia o información que recibimos, primero tenemos que asegurarnos de que la fuente sea confiable.

Las buenas noticias vienen directamente de Dios, Jehová.

Vamos a ver lo que dice la Biblia sobre él.

Busquen conmigo la carta a Tito.

Tito 1:1, 2: “De Pablo, esclavo de Dios y apóstol de Jesucristo según la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento exacto de la verdad, que está de acuerdo con la devoción a Dios y que se basa en la esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió hace mucho tiempo”.

Así que podemos estar seguros de que estas promesas se cumplirán, porque tenemos base para ello, pues como acabamos de ver en la Biblia “Dios, que no puede mentir”, es el que hizo estas promesas.

¿Esto qué significa exactamente?

Vamos a poner un ejemplo.

Supongamos que le pide a un amigo que vaya a buscarle a su casa, y él le dice: “No hay problema, estaré allí a las siete”.

Pero, en cuanto lo dice, usted ya sabe que no llegará antes de las siete y media, o las ocho.

Todos conocemos a alguien así, ¿verdad?

Pero ¿por qué sabemos esto sobre nuestro amigo?

Probablemente por lo que ya ha hecho en el pasado.

Si nuestro amigo, aunque tiene buenas intenciones, siempre llega tarde, nos ha dado razones para dudar de lo que dijo.

Claro, somos humanos e imperfectos.

Pero el punto es que lo que hayamos hecho en el pasado determinará si somos confiables.

¿Y qué podemos decir de nuestro Dios todopoderoso?

¿Qué podemos decir de Jehová, la fuente de las buenas noticias, el que no puede mentir?

Si examinamos lo que ha hecho en el pasado, veremos que tenemos razones para confiar en él.

Él ha cumplido el 100 % de sus promesas.

No ha fallado ni una.

Y sus profecías no se cumplen de manera general, se cumple hasta el último detalle.

Por ejemplo, el profeta Isaías predijo que la poderosa ciudad de Babilonia sería destruida, pero además dio detalles específicos de cómo sería conquistada: las aguas del río se secarían, las puertas se quedarían abiertas, hasta dijo el nombre del que la conquistaría unos 200 años antes de que sucediera.

Y la historia confirma que cada detalle de esta profecía se cumplió.

Incluso se predijo que Babilonia acabaría en ruinas y que nunca volvería a ser habitada.

Y así ha sido hasta el día de hoy.

Y esta es solo una de muchas profecías.

Cuando sacamos tiempo para investigar, podemos estudiar otras profecías, como la de cuántos años estaría desolada la tierra de Judá, el año exacto en el que vendría el Mesías, dónde nacería, qué haría, cómo moriría y sería resucitado...

Todas se cumplieron al pie de la letra.

El hecho de que tantas profecías de la Biblia ya se hayan cumplido demuestra que podemos confiar en lo que la Biblia dice sobre el futuro.

Hay otra razón por la que podemos tener fe en las buenas noticias.

Volvamos a la Biblia, esta vez a Mateo 9:35: “Y Jesús comenzó a recorrer todas las ciudades y aldeas.

Iba enseñando en sus sinagogas, predicando las buenas noticias del Reino y curando todo tipo de enfermedades y todo tipo de dolencias”.

Ya dijimos antes lo mucho que se esforzó Jesús por predicar las buenas noticias.

Pero, además, cuando visitaba aquellas ciudades y aldeas no solo predicaba, sino que gracias al poder de Dios hacía milagros que demostraban que aquellas buenas noticias eran confiables.

Y algunos de esos milagros fueron vistos por miles de personas, por eso ni siquiera sus enemigos podían negarlos.

Hasta ahora hemos visto qué son las buenas noticias: las noticias sobre el Reino.

También hemos visto por qué podemos tener fe en las buenas noticias.

La fuente de las buenas noticias es Jehová, un Dios que no puede mentir y que siempre ha cumplido todas sus promesas.

Además, el Hijo de Dios, Jesucristo, el Rey de ese Reino, nos dio una garantía cuando estuvo aquí en la Tierra al demostrar que puede curar las enfermedades y las dolencias.

Hoy día, hay millones de personas de diferentes antecedentes que han sacado tiempo para estudiar las promesas del Reino de Dios.

Han visto que son confiables, y estas buenas noticias les han ayudado.

Sus vidas han mejorado, y ahora tienen una esperanza para el futuro.

Le invitamos a ver el siguiente video.

Verá cómo se han beneficiado algunos de las buenas noticias.

El miedo y la guerra eran algo normal en mi país de origen.

Tenía muchas preguntas.

¿Por qué tiene que morir la gente joven?

¿Por qué tienen que pasar mis hijos por esto?

Dios no nos creó para estar en guerra.

Los líderes de mi iglesia siempre me decían que era la voluntad de Dios.

Huir de mi país fue horrible.

Más de una vez creí que íbamos a morir.

Al final llegamos a Alemania, y estaba convencida de que allí podría encontrar la respuesta a mis preguntas.

Fui a diferentes iglesias, pero no obtuve respuestas.

Yo les decía: “Estoy buscando algo.

No sé lo que es, pero ustedes no me están dando lo que busco”.

Algunas veces pensaba que estaba buscando algo que nadie sería capaz de darme.

Un día, una mujer alemana se acercó y me habló en árabe.

Fue realmente increíble.

Nunca había tenido una buena opinión de los testigos de Jehová.

Pensé que no tendría nada interesante que enseñarme, pero le di una oportunidad.

Y respondió todas mis preguntas con mucha lógica.

En mi país de origen hay personas de diferentes religiones y nacionalidades que se odian y se pelean.

Pero en las reuniones de los testigos de Jehová he visto que todo tipo de personas pueden vivir en paz unos con otros si conocen a Dios.

Él nos da amor y paz.

Por fin encontré lo que estaba buscando.

Yo llevaba una vida sin normas.

Me emborrachaba, fumaba mucho y era adicto al juego.

Era un completo desastre.

Mi esposa quería separarse de mí.

Aquella época fue horrible.

Mi esposa empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová.

Yo tenía muchas dudas, pero empecé a observar una cosa que me hizo verlo todo de una manera diferente.

Tanto mi esposa como mis hijos eran más tranquilos, más serenos, más felices.

Por eso, yo también empecé a estudiar la Biblia.

Me di cuenta de que Jehová nos ama a cada uno de nosotros individualmente.

Eso me dio una esperanza real para el futuro.

Todo lo que yo estaba aprendiendo al estudiar la Biblia me ayudó a entender que obedecer a Jehová siempre es lo mejor para nosotros.

Eso me ayudó a dejar los malos hábitos, a tratar mejor a mi familia y a respetar a mi esposa.

Si Jehová no me hubiera buscado y traído a su pueblo, si yo no hubiera llegado a conocerlo, mi familia estaría rota.

Pero hoy somos una familia feliz, una familia unida, más unida que nunca.

Solamente Jehová podía hacer un milagro como este.

Contestemos ahora la última pregunta: ¿cómo podemos desarrollar fe en las buenas noticias?

Al igual que la hermana del video, puede que estemos pasando por situaciones en la vida que nos lleven a querer buscar respuestas.

Pero podríamos encontrar información que diga cosas que no son ciertas sobre Dios.

Así que vuelve a surgir la pregunta: ¿Cómo podemos saber en qué cosas podemos creer?

La Biblia nos da la respuesta.

Busquemos Hebreos 11:1.

Aquí dice: “La fe es la certeza de que sucederá lo que se espera, la prueba convincente de que existen realidades que no se ven”.

¿Se fijó en qué dice que debe basarse nuestra fe?

Debe basarse en “pruebas convincentes”.

Eso nos ayuda a ver que la verdadera fe no es credulidad.

Igual que con los estafadores y los engaños de los que hablamos al principio, no nos creemos las cosas simplemente porque suenan bien.

No, como dice el texto, debe haber pruebas convincentes de que las cosas que no se ven existen.

Supongamos que un niño pregunta: “¿Cómo sabemos que el aire existe?”.

No podríamos decirle: “Pues porque es así. Y ya está”.

No, tendríamos que ayudar al niño a ver las pruebas de que el aire existe: como el hecho de que puede tomar y expulsar aire, los efectos del viento... y ejemplos así.

Y, cuando el niño vea que hay pruebas convincentes, podrá aceptar la existencia de algo que no puede ver, en este caso, el aire.

Pues lo mismo debe pasar con la fe.

Debe basarse en pruebas sólidas y convincentes.

Los testigos de Jehová de todo el mundo tienen fe en las buenas noticias.

Han estudiado las promesas de la Biblia y han visto las pruebas por ellos mismos.

Igual que el hermano del video, también hemos visto que las buenas noticias han mejorado nuestra vida y que son una prueba de que Jehová, nuestro Dios, nos ama.

Algunos de los que están escuchando este programa quizás conocen a los Testigos desde hace poco, y queremos que sepan que estamos muy contentos de que hayan sacado tiempo para verlo.

Y es posible que también tengan preguntas, y necesitan respuestas, respuestas confiables.

Si es su caso, deles una oportunidad a los Testigos, la oportunidad de ayudarle a encontrar las respuestas en la Biblia.

Cuando hable con ellos, pregúnteles qué les llevó a creer en las buenas noticias y por qué tienen fe en ellas.

Y, cuando tenga más fe, se dará cuenta de lo importante que es este mensaje.

Se sentirá motivado a hacer los cambios necesarios en su vida.

Sentirá una felicidad tan grande que tendrá muchísimas ganas de compartir todo lo que haya aprendido con otros.

Y eso es bueno, porque al hacerlo fortalecerá su fe en lo que dice la Biblia.

Después de todo lo que hemos analizado, ¿a qué conclusión llegamos?

Si tenemos fe en las buenas noticias, estaremos convencidos de que todo lo que dice Jehová es cierto y se cumplirá sin falta.

Y lo demostraremos con nuestras acciones.

En este mundo saturado de tantas malas noticias, le damos las gracias a Dios por darnos razones para confiar en sus buenas noticias y por demostrarnos que nos quiere y que se preocupa por cada uno de nosotros.

Estas noticias no son demasiado buenas para ser ciertas.

Se harán realidad muy pronto.

Tengamos fe en las buenas noticias.

Si nos acercamos a Dios, experimentaremos de primera mano el amor de Jehová, porque él recompensa a todos los que lo buscan con fe.

Gracias, hermano Turner, por mostrar las pruebas de que todas las promesas de Dios se cumplirán muy pronto.

Millones de personas de todo el mundo están desarrollando fe en Jehová y en su Palabra, la Biblia.

Si quiere recibir un curso de la Biblia gratuito en el lugar y a la hora que más le convenga, póngase en contacto con un testigo de Jehová o visite el sitio jw.org y llene la solicitud en línea para un curso bíblico.

Estaremos encantados de ponerle en contacto con un Testigo para que lo ayude.

Hemos llegado al final de esta sesión.

Estamos deseando ver la siguiente.

Veremos el impresionante final de la historia de Daniel y escucharemos el último discurso de la asamblea.

Ahora cantaremos una canción que expresa nuestra confianza en Dios y en su Reino.

Los invitamos a cantar la canción número 22, titulada ¡Que venga el Reino que Dios ha establecido! Repetimos, canción 22.

Después pueden hacer una oración de conclusión.



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