Robert Luccioni: Seamos como Gedeón (Efes. 4:1, 2)

El texto del día para hoy habla acerca de las cualidades necesarias para portarse “de una manera digna”, de forma que agrade a Jehová.

Pero probablemente se han dado cuenta de que el versículo que analizamos hoy no se ha citado de forma completa.

Solo aparece Efesios 4:1.

Pero vamos a leer hasta el 3.

Efesios 4:1-3: “Así que yo […], les suplico que se porten de una manera digna de la llamada que recibieron: sean completamente humildes, apacibles y pacientes; sopórtense unos a otros con amor; hagan todo lo posible por mantener la unidad del espíritu mediante el vínculo de la paz”.

¿Cómo dice Pablo que hay que estar para portarse “de una manera digna”?

Unidos.

¿Y qué cualidades hacen falta para conseguir esto?

Hay que ser “humildes, apacibles y pacientes”.

Pero esta no es la única vez que el apóstol Pablo relaciona estas tres cualidades con la unidad, pues en Colosenses 3:12 dice que tenemos que vestirnos con cualidades como la humildad, la apacibilidad y la paciencia.

¿Para qué?

Para seguir soportándonos unos a otros.

¿Por qué son tan importantes estas cualidades para tener paz y unidad?

¿Qué nos dice la Biblia sobre esto?

Quizás pensemos en lo que dice Filipenses 2:3, 4: “No hagan nada motivados por un espíritu conflictivo o egocéntrico, sino que humildemente piensen que los demás son superiores a ustedes”.

Esto nos da paz y unidad.

O Proverbios 15:1: “Una respuesta amable aparta la furia”.

O Proverbios 25:15: “Con paciencia se convence a un comandante”.

Apacibilidad, humildad y paciencia.

Estas cualidades son muy importantes para quitarle tensión a una situación.

Y no solo eso, sino que contribuirán a que haya paz y unidad.

En la Biblia encontramos muchos relatos que confirman que esto es cierto.

Veamos uno de ellos.

El relato de los efraimitas y Gedeón.

Si abrimos la Biblia en Jueces 6 y 7, podemos leer cuando Gedeón fue a luchar contra los madianitas.

Siguiendo las instrucciones de Jehová, Gedeón comenzó con un ejército de 32.000 hombres, pero lo fue reduciendo hasta que se quedó con solo 300.

En La Biblia, en el apéndice B6, podemos ver un mapa que nos ayuda a visualizar la estrategia que siguió Gedeón con la ayuda de Jehová.

El ejército de Madián estaba acampado junto a la colina de Moré, en el lugar marcado en el mapa.

Y, como vemos en el capítulo 6, versículo 34, “el espíritu de Jehová vino sobre Gedeón”.

Esto quiere decir que Gedeón seguía la guía de Jehová.

Así es que Gedeón llamó a las tribus de Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí para que lo ayudaran.

Y es muy lógico que lo hiciera, ya que estas tribus estaban muy cerca del lugar donde se iba a librar la batalla.

Luego, en Jueces 7:22, leemos que el primer ataque de Gedeón causó un gran caos entre los madianitas y tuvieron que huir al sur hacia Abel-Meholá.

En el versículo siguiente, el 23, Gedeón les dijo a las tribus de Neftalí, Aser y Manasés que persiguieran a los madianitas y los empujaran más hacia el sur.

Y esta estrategia resultó ser muy buena.

¿Por qué?

Porque, como se explica en los versículos 24 y 25, Gedeón le dijo a la tribu de Efraín que les cortara el paso en los ríos hasta Bet-Bará y no dejara escapar a ninguno.

Y todo fue un éxito.

Acabaron con los dos príncipes de Madián.

Esta estrategia tan bien planificada llevó a los israelitas a la victoria en una de las batallas más épicas narradas en la Biblia.

De hecho, no hay registro de que los madianitas volvieran a molestar al pueblo de Jehová.

¿Se imaginan lo emocionante que hubiera sido formar parte de esa estrategia y haber celebrado la victoria?

Pero no todos estaban contentos.

Noten lo que dice Jueces 8:1: “Entonces los hombres de Efraín le preguntaron a Gedeón: ‘¿Qué nos hiciste?

¿Por qué no nos avisaste cuando fuiste a luchar contra Madián?’.

Y se lo reprocharon violentamente”.

¿Por qué estaban tan molestos?

Tal vez creyeron que Gedeón debió llamarlos antes o que debió manejar los asuntos de otra forma.

Tal vez dijeron: “¿Por qué no nos llamaste?

¿Por qué no avisaste antes?

¡No sabíamos lo que pasaba!

¡Tuvimos que dejarlo todo tirado para venir a ayudarte!”.

¿Fueron los efraimitas humildes, apacibles y pacientes?

¡Para nada!

Con su actitud rompieron la unidad.

¿Pero cómo reaccionó Gedeón?

Recordemos que él tenía el espíritu de Jehová, y que planificó una excelente estrategia que lo llevó a conseguir la victoria.

Así que, ¿qué les dijo?

Veamos los versículos 2 y 3.

Dice: “Pero él les contestó: ‘¿Y qué hice yo en comparación con lo que han hecho ustedes?

¿No es mejor lo que sobra de la cosecha de Efraín que toda la vendimia de Abí-Ézer?

Dios entregó a Oreb y a Zeeb, los príncipes de Madián, en sus manos.

¿Qué he hecho yo en comparación con ustedes?’.

Cuando les habló así, ellos se calmaron”.

Gedeón sí fue humilde, apacible y paciente.

Y por eso todos se tranquilizaron y Gedeón pudo continuar con su servicio a Jehová.

Ahora comparemos esta situación con otra en la que los efraimitas volvieron a hacer lo mismo.

La encontramos en Jueces 12.

Ahí leemos que esta vez acusaron a Jefté de no haberlos llamado a la batalla.

Otra vez lo mismo.

Pero Jefté les dijo: “Yo los llamé a la batalla.

No vinieron, así que tuve que ir sin ustedes”.

Entonces se pusieron a pelear entre ellos y se olvidaron por completo de cuál era la voluntad de Jehová.

¿Cuál es la lección?

Bueno, la lección es que a veces ocurren cosas que pueden perturbar la paz.

Por ejemplo, algunos hermanos en la congregación, en Betel o en lugares de construcción pueden reaccionar mal, como los efraimitas.

Y a veces nosotros también, ¿no es cierto?

“¿Por qué no me preguntaste?

Se supone que me tenías que haber preguntado.

¿Por qué me dices esto ahora cuando lo necesitabas hace dos semanas y ahora lo tengo que dejar todo tirado para venir a ayudar?”.

Esas cosas pasan, somos humanos.

Pero ¿cómo reaccionamos cuando sucede algo así?

Debemos recordar algo esencial: mantener la unidad es más importante que tener la razón.

Gedeón lo sabía entonces, y hoy día la unidad sigue siendo igual de importante.

Recuerdo un artículo muy interesante de La Atalaya del 15 de diciembre de 2014.

Se titulaba “Para sobrevivir, tendremos que estar unidos”.

Y decía lo siguiente: “Se acerca uno de los períodos más sombríos de la historia. […] Para el pueblo de Dios, será momento de estar más unidos que nunca”.

Y sigue: “Cuando comiencen tiempos de angustia para este sistema, nosotros tendremos que estar muy unidos”.

¿Qué dirían, hermanos?

¿Creen que es una coincidencia que justo en este momento de la historia Jehová nos esté uniendo?

¿O es quizás una coincidencia que la organización de Jehová nos esté recordando vez tras vez que debemos estar unidos y en paz?

¡No! Cuanto más vemos a la gente de este mundo dividida y peleada, está claro que más y más unidos debemos estar en el pueblo de Jehová.

Por eso es tan importante cultivar humildad, apacibilidad y paciencia.

¿Y si se pierde la paz y la unidad?

¿Podríamos ser nosotros el problema?

La verdad es que muchas veces la culpa es nuestra, ¿no es cierto?

Tal vez no nos preguntaron cuando debieron hacerlo.

O tal vez tú tenías una idea sobre cómo hacer las cosas, pero los demás tenían otra.

Pero, pensando mejor el asunto, ¿realmente era tan importante?

Muchas veces, cuando ya nos hemos calmado y volvemos a pensar en lo ocurrido, nos damos cuenta de que tal vez nuestra idea era buena, pero no era el momento.

O puede que la idea ni siquiera fuera tan buena.

Quizás hasta había varias opciones para atender ese asunto.

Incluso pudiera ser que Jehová quisiera dirigir las cosas en otra dirección.

Entonces, ¿qué es necesario para no romper la unidad?

Humildad, apacibilidad y paciencia, justo lo que hemos analizado en Efesios 4.

Recordemos, queridos hermanos, que, si Jehová quiere que algo pase, pasará.

Y, si no pasa, ¡qué triste sería que nos convirtiéramos en un obstáculo para la unidad!

Y encima por algo que para Jehová no es tan importante.

Hermanos, ¿saben lo que necesitamos?

“Gedeones”.

“Gedeones” que nos ayuden a colaborar con el Cuerpo Gobernante.

Gedeón nos puso un increíble ejemplo.

En cuanto supo cuál era la voluntad de Jehová, estuvo dispuesto a hacer lo que fuera por él y por su organización.

Y eso es lo que queremos, “gedeones”.

No queremos tener efraimitas.

En conclusión, según el texto de hoy, todos debemos andar de una manera digna y desarrollar cualidades como la humildad, la apacibilidad y la paciencia en estos últimos días.

Si lo hacemos así, no solo fomentaremos la unidad, sino que también seremos valiosos para Jehová y para su organización, tal como lo fue Gedeón.



Tal vez te interesen estas entradas

Entrada destacada

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Hay alguien entre ustedes al que no conocen. Es el que viene detrás de mí. Y yo ni siquiera merezco…

Popular Posts

JW Broadcasting: Abril de 2025

JW Broadcasting: Abril de 2025

¡Bienvenidos a JW Broadcasting®! Los testigos de Jehová vem…

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

Imagina que vas a salir de viaje. Te han regalado los bolet…

JW Broadcasting: Marzo de 2025

JW Broadcasting: Marzo de 2025

Bienvenidos a JW Broadcasting®. ¡Qué alegría que estén con …

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

Bienvenidos, queridos hermanos. Para empezar, tenemos una n…

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

¡Bienvenidos, hermanos! ¿Han pensado en lo que vimos en la …

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

El texto de hoy nos prueba muy claramente que tanto Jehová …

El deseo de su corazón

El deseo de su corazón

El rey David quería de todo corazón participar en la constr…

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Pues bien, ¿te parece que en ocasiones te faltan las dos co…

“La palabra profética” nos fortalece

“La palabra profética” nos fortalece

Este análisis se basa en las palabras de 2 Pedro 1:19. Ahí …