Robert Luccioni: Hagamos las cosas como Jehová quiere (Juan 5:19)

¿Qué es más importante?

¿Finalizar una tarea o la manera en la que hacemos las cosas para completarla?

El texto de hoy usa el Día de Expiación para ayudarnos a ver que la manera en la que Jesús vivió su vida fue mucho más importante que entregar su vida para salvarnos.

¿Por qué?

Porque todo lo que hizo Jesús en su vida y en su ministerio fue una respuesta al desafío de Satanás.

Y Jesús demostró que hacer las cosas a la manera de Jehová es la forma correcta de vivir.

Con su manera de vivir, Jesús apoyó la soberanía de Jehová y por eso el sacrificio que hizo fue aceptable para Dios.

¿De qué maneras apoyó o vindicó Jesús la soberanía de Jehová?

¿Y cómo podemos imitarlo al cumplir con nuestras tareas?

Bueno, podríamos decir muchas cosas, pero vamos a centrarnos en tres maneras.

La primera: Jesús hizo lo que Jehová le mandó hacer y no lo que él quería.

Como sabemos, Jesús podía calmar tormentas, curar a las personas, alimentarlas… Así que él pudo haber dicho: “Sí, voy a predicar, pero también voy a concentrarme en ayudar a la gente.

Voy a socorrer a los necesitados, sanar a los enfermos y ayudar a los pobres”.

También sabemos que la gente quiso hacerlo Rey.

Él pudo haber dicho: “Bueno, voy a dejar que me hagan Rey, así podré solucionar algunos de los problemas que tienen”.

Y Jesús quería mucho a los niños, y a la gente le gustaba cómo enseñaba.

Jesús pudo haber pensado: “Sí, voy a predicar, pero también voy a dedicarme a establecer escuelas en las que les pueda enseñar a los niños sobre Jehová”.

Jesús pudo haber hecho todo eso, pero ¿qué hizo?

Vayamos a Lucas 4:43 y veamos lo que Jesús le dijo a la gente cuando le pidieron que se quedara para que los ayudara.

Lucas 4:43: “Pero él les dijo: ‘También tengo que anunciarles las buenas noticias del Reino de Dios a otras ciudades, porque para eso fui enviado’ ”.

¡Interesante!

Jesús nunca perdió de vista la razón por la que vino aquí, a la Tierra.

Él siempre se concentró en hacer lo que Jehová le dijo que hiciera.

¿Cómo podemos imitar a Jesús al hacer nuestra labor?

Bueno, lo cierto es que la organización podría hacer muchas cosas, cosas buenas.

Hacer más labores de socorro, ayudar a los pobres, enseñar, o sea, establecer escuelas para enseñarle a la gente o muchas otras cosas.

Y, si tenemos una nueva idea, no hay nada de malo en proponérsela a nuestro superintendente.

Pero ¿qué haremos cuando se tome una decisión?

Seguimos las instrucciones que nos den.

Hacemos todo lo posible por apoyar las decisiones que se tomen.

Sí, respetamos lo que Jehová quiere que su organización haga y cómo quiere que lo haga.

No se trata de lo que nosotros queremos que haga la organización, sino de lo que Jehová quiere que haga.

Veamos otro ejemplo.

Jesús respetó el sistema que Jehová había establecido o había permitido que funcionara.

Claro, Jesús podía ver la hipocresía, la corrupción y las deficiencias del sistema judío que existía en aquella época.

Y, aunque había otras cosas que funcionaban bien, eran solo temporales y pronto se acabarían.

Pero ¿qué hizo Jesús?

¿Recordamos el relato de Mateo 8:4, cuando Jesús curó a un leproso?

¿Qué le dijo que hiciera?

Que se presentara ante el sacerdote.

Él sabía que el hombre ya estaba limpio, pero le dijo que siguiera las normas.

En Gálatas 4:4 se dice que Jesús estaba “bajo la ley”.

Y él respetaba el sábado.

Ahora bien, sabemos que Jehová había establecido el sábado como algo temporal, para que el pueblo entendiera que debía sacar tiempo para pensar en cosas espirituales.

Jesús sabía cuál era el principio detrás del sábado.

Él meditaba en asuntos espirituales todos los días y sabía que el sábado pronto acabaría.

Pero respetó y obedeció esa ley.

Es interesante lo que leemos en Mateo 23:3 sobre los fariseos.

Jesús dijo: “Hagan y cumplan todo lo que les digan”.

Él dijo que los obedecieran aunque no hacían las cosas bien.

¿Por qué?

Porque eso era lo que Jehová quería.

Jesús respetó el sistema que Jehová había establecido.

Aún no había llegado el momento de cambiarlo.

¿Cómo podemos imitar a Jesús al cumplir con nuestras tareas?

Puede que, a veces, dentro de la organización haya departamentos, procesos o formas de hacer las cosas que a nosotros nos parezcan poco eficientes, complicadas o anticuadas.

Bueno, está claro que Jehová ha permitido que se hagan así las cosas y todavía no ha decidido cambiarlas.

¿Apoyaremos a la organización?

¿Haremos las cosas como nos piden y no a nuestra manera?

Así demostramos que queremos que Jehová haga las cosas como él quiere.

Veamos otro ejemplo, el tercero.

Jesús sabía cuáles eran los límites de su autoridad.

En el Evangelio de Mateo 11:27 Jesús dijo: “Mi Padre me ha entregado todas las cosas”.

“Todas las cosas”.

Aun así, Jesús sabía hasta dónde llegaba su autoridad.

Recordemos el relato de Lucas 12, en el que un hombre le dice a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo”.

¿Qué respondió Jesús?

“Está bien, vamos a solucionarlo”.

No.

Dijo: “¿Quién me nombró juez o árbitro entre ustedes dos?”.

Pero ¿no tenía él toda la autoridad?

Y ¿qué hay de cuando la mujer fenicia le pidió a Jesús que curara a su hija?

¿Qué le respondió él?

Él le dijo: “Solo se me envió a las ovejas perdidas de la nación de Israel”.

Y, aunque al final él la ayudó, por la respuesta que le dio, sabemos que Jesús entendía que su autoridad tenía límites.

De hecho, veamos lo que él mencionó en Juan 5:19: “Por lo tanto, Jesús les dijo: ‘De verdad les aseguro que el Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su cuenta, solo hace lo que le ve hacer al Padre.

Porque todas las cosas que hace el Padre, el Hijo también las hace de la misma manera’ ”.

“El Hijo no puede hacer ni una sola cosa”.

Pero él tiene toda la autoridad.

¿Cómo podemos imitar a Jesús en este aspecto?

Yo creo que el Cuerpo Gobernante nos pone un muy buen ejemplo en esto.

En mi departamento a menudo recibimos llamadas de hermanos del Cuerpo Gobernante.

Quizás alguno de ellos vio algo que le preocupa en nuestras instalaciones o simplemente quiere darnos una sugerencia.

Y, en todos los casos, al final de la llamada, el hermano siempre dice: “Recuerden, esto es solamente mi opinión, mi punto de vista.

No lo tomen como una instrucción.

Quizás los hermanos del Comité de Publicación piensen algo diferente”.

Qué bonito, ¿verdad?

Incluso los miembros del Cuerpo Gobernante saben que su autoridad tiene límites.

¡Qué buen ejemplo para todos nosotros!

En el mundo, cuantas más responsabilidades reciba una persona, más autoridad tiene.

Pero ¿no es verdad que en la organización de Jehová pasa todo lo contrario?

Cuantas más responsabilidades tengamos, más medidas se toman para limitar nuestra autoridad.

Para mí, es un sistema muy bueno el que ha establecido Jehová, porque de esa manera es imposible que una persona tenga tanta autoridad que tome el control de la parte terrestre de la organización.

Es imposible.

Está claro que es Jehová quien nos dirige por medio de su Hijo.

Cuando nosotros entendemos cuál es nuestro lugar en la organización, apoyamos la autoridad de Jehová y su derecho a gobernar como él quiere.

En cambio, Satanás hace lo opuesto.

Él quiere que cada uno haga las cosas a su manera.

Fomenta la rivalidad y la competencia entre la gente.

Satanás no cree que su autoridad tenga límites.

Para dejar claro cuál es la lección, vayamos a Lucas 9:23.

Vamos a leerlo juntos.

Lucas 9:23: “Luego se puso a decirles a todos: ‘Si alguien quiere ser mi seguidor, que renuncie a sí mismo, que tome su madero de tormento día tras día y me siga constantemente’ ”.

Cuando una persona decide seguir a Jesús es como si dijera: “Ahora mi voluntad pasa a un segundo plano y me someto a la voluntad de Jehová”.

En resumen, el ejemplo de Jesús nos deja claro que no se trata solamente de finalizar una tarea, sino de la manera en la que hacemos las cosas para completarla.

Por eso preguntémonos: “¿Demuestro con mi forma de hacer las cosas que apoyo la soberanía de nuestro Dios Jehová?”.

Al meditar en la muerte de Jesús y en el rescate, también pensemos en cómo podemos imitar su ejemplo.

Podemos imitarlo de las tres maneras que vimos: 1) haciendo las cosas que Jehová quiere que se hagan; 2) respetando el sistema que él ha establecido, y 3) recordando los límites de nuestra autoridad.

Así demostraremos que estamos totalmente convencidos de que hacer las cosas a la manera de Jehová siempre es lo mejor.



Tal vez te interesen estas entradas

Entrada destacada

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Hay alguien entre ustedes al que no conocen. Es el que viene detrás de mí. Y yo ni siquiera merezco…

Popular Posts

JW Broadcasting: Abril de 2025

JW Broadcasting: Abril de 2025

¡Bienvenidos a JW Broadcasting®! Los testigos de Jehová vem…

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

Imagina que vas a salir de viaje. Te han regalado los bolet…

JW Broadcasting: Marzo de 2025

JW Broadcasting: Marzo de 2025

Bienvenidos a JW Broadcasting®. ¡Qué alegría que estén con …

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2024 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

¡Bienvenidos, hermanos! ¿Han pensado en lo que vimos en la …

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

Bienvenidos, queridos hermanos. Para empezar, tenemos una n…

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

Michael Banks: Jehová está con nosotros (Juan 17:15)

El texto de hoy nos prueba muy claramente que tanto Jehová …

El deseo de su corazón

El deseo de su corazón

El rey David quería de todo corazón participar en la constr…

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Antony Griffin: Dios nos llena de energías (Filip. 2:13)

Pues bien, ¿te parece que en ocasiones te faltan las dos co…

“La palabra profética” nos fortalece

“La palabra profética” nos fortalece

Este análisis se basa en las palabras de 2 Pedro 1:19. Ahí …