En el programa de hoy, analizaremos cómo Jehová nos ayuda cuando sentimos que la vida es injusta.
En el nuevo episodio de “Ejemplos de fe”, veremos cómo Míriam estuvo dispuesta a aceptar con humildad la disciplina de Jehová.
¿Qué hicieron dos jóvenes para ayudar a otros a tener confianza en que las injusticias se van a acabar?
Lo veremos en el nuevo capítulo de “Razones para tener fe”.
El video musical nos mostrará cómo Jehová nos llena de poder cuando nos sentimos abrumados por los problemas.
Bienvenidos a JW Broadcasting®.
¿Siente que a veces usted está en desventaja?
¿Le parece que quizás debido a circunstancias complicadas, difíciles, que escapan a su control, no tiene tantas oportunidades en la vida como otras personas?
A lo mejor siente que, en la carrera por la vida, otros pueden correr con total libertad, pero en su caso es como si necesitara usar muletas.
En este programa, vamos a hablar de uno de los aspectos de la personalidad de Jehová que sin duda nos atrae muchísimo: el cariño que les muestra a los que se sienten desamparados.
Conoceremos mejor lo que Jehová siente por ellos, la consideración que les muestra y cómo los ha cuidado a lo largo de la historia.
También veremos cómo este aspecto de la personalidad de Jehová nos atrae mucho más hacia él y cómo nos ayuda si estamos limitados por nuestras circunstancias en lo que podemos hacer.
En primer lugar, ¿quiénes podrían estar en desventaja?
A lo largo de este discurso hablaremos de los que están sufriendo, pero no solo porque tengan ciertas limitaciones, sino porque tienen circunstancias tan duras y tan complicadas que la vida se les hace cuesta arriba.
Y, además, por lo general, estas personas no han hecho nada para encontrarse en esta situación.
Por ejemplo, la Biblia habla específicamente de las personas que han tenido que dejar su país, de las viudas y de los huérfanos.
Veamos esto en Deuteronomio 24:17.
Dice: La Atalaya dijo: “La Ley protegía en especial a los que no podían hacerlo por sí solos, como los huérfanos, las viudas y los extranjeros”.
Salmo 10:14 se refiere a estas personas como víctimas desafortunadas.
En la Biblia también se llama “humildes” a estas personas, pero no porque sean menos importantes, sino porque tienen circunstancias difíciles.
La siguiente pregunta es: ¿qué siente Jehová por estas víctimas desafortunadas?
Su manera de tratarlas nos enseña un aspecto precioso de la personalidad de Jehová: él siente empatía y les demuestra compasión.
Por ejemplo, una viuda no tiene un esposo que la cuide, un huérfano no tiene padres que lo protejan y le den lo necesario, y quizás un extranjero no tenga quién lo defienda.
Pero entonces Jehová actúa y se encarga de llenar esos vacíos personalmente.
Fijémonos en cómo dice eso el Salmo 68:5: Así que es Jehová mismo quien asume la responsabilidad de cuidar de ellos.
Él se convierte en su Padre; él se convierte en su protector.
Y, como es su protector, veamos en Éxodo 22:22-24 lo mucho que le importan estas personas: Hablando de este texto, La Atalaya dijo: Así que Jehová se toma muy en serio el cuidado de las personas que están desamparadas, con gusto se hace cargo de ellas y les asegura su cuidado y protección.
Jehová personalmente se preocupa por que tengan todo lo que necesitan.
Otro texto que nos ayuda a ver lo mucho que se preocupa Jehová por estas personas es Proverbios 19:17: Prestemos atención a lo que nos enseña este versículo.
En primer lugar, ayudamos al necesitado o le mostramos compasión de alguna manera.
Quizás le demos ayuda práctica o ánimo, nos esforcemos por que se le trate justamente o lo ayudemos a cubrir alguna de sus necesidades.
Como dijimos antes, Jehová se encarga personalmente de cuidar a estas personas desfavorecidas.
Por eso, cuando tomamos la iniciativa y las ayudamos, Jehová lo ve como si lo estuviéramos ayudando a él mismo, como si lo estuviéramos ayudando a cumplir con su responsabilidad.
Y para Jehová esto no es un regalo o una donación, sino un préstamo.
Y ¿cuál es la diferencia entre un regalo y un préstamo?
Si nos hacen un préstamo, lo tenemos que devolver.
¿Se imaginan?
Cuando ayudamos a los desamparados, Jehová siente que tiene que saldar una deuda con nosotros, simples seres humanos.
Jehová pagará esa deuda bendiciéndonos y dándonos su aprobación.
No tenemos dudas; Jehová se preocupa muchísimo por todos los que están en desventaja.
Hablemos un poquito más de esto.
Como Jehová les tiene tanto amor y compasión a los desamparados, se encargó de que hubiera leyes que los protegieran en el antiguo Israel.
En esas leyes, vemos lo bien que Jehová entiende la situación de estas personas y cuánto se preocupa por que estén protegidas.
Analicemos dos ejemplos.
Primero, repasemos la ley que hablaba de las garantías de los préstamos.
Podemos leerla en Éxodo 22:26, 27: Esta ley le mostraba compasión a cualquier israelita pobre que necesitara un préstamo.
Pero notemos un detalle que se añadió para las viudas que necesitaran un préstamo.
Busquemos Deuteronomio 24:17: En el caso de una viuda, ningún israelita podía quedarse con su manto como garantía de un préstamo.
Está claro que Jehová quería asegurarse por todos los medios de que la viuda no pasara la noche sin su manto y pudiera mantenerse caliente.
¡Cuánto cariño!
Vemos claramente que Jehová siente mucho amor por los desfavorecidos cuando pensamos en esta ley.
Veamos un segundo ejemplo de cómo la Ley ayudaba a los necesitados.
La que vamos a ver ahora tiene que ver con los sacrificios que los israelitas le hacían a Jehová para recibir el perdón por sus pecados.
Recordemos que la sangre era muy importante en los sacrificios para expiar los pecados.
Levítico 17:11 dice: “La sangre es lo que hace expiación”.
Pero notemos la excepción que Jehová hizo para los más pobres de Israel.
Está en Levítico 5:11: Sobre este asunto, La Atalaya comentó: La Atalaya añadía: Jehová demostró que era un Dios razonable y flexible, compasivo y que amaba a los desfavorecidos.
Nadie se sentía excluido, hasta los más pobres recibían el mismo beneficio de sus sacrificios que el resto de la nación.
Así que hasta ahora hemos visto que Jehová se encarga personalmente de cuidar a las personas que están en desventaja.
Jehová cumple el papel que a ellos les haga falta.
Y, cuando nosotros ayudamos a estas personas, Jehová lo ve como si le hiciéramos un préstamo.
Por último, las leyes que él les dio a los israelitas nos enseñan el amor y compasión que siente por estas personas.
Pero una pregunta importante: cuando piensa en el lugar tan especial que ocupan en el corazón de Jehová las personas desfavorecidas, ¿qué es lo que siente por él?
¿Verdad que lo hace sentirse más cerca de Jehová?
¡Es imposible no sentir amor por él!
Hay un contraste muy grande entre la forma tan amorosa en la que Jehová trata a los que están en desventaja y la forma en la que los trata el mundo.
Es muy triste ver cómo el mundo pisotea a los desfavorecidos.
Se aprovechan de ellos sencillamente porque pueden.
Por ejemplo, en el mundo, ¿a quiénes se admira o da prioridad?
¿No es verdad que a las personas atractivas, con dinero, con talento, divertidas o influyentes?
Mientras que las personas comunes y corrientes —y sobre todo las que tienen desventajas— generalmente no reciben un trato especial.
Por el contrario, nuestro Dios, Jehová, está buscando a los menos favorecidos.
Entonces analicemos lo siguiente: ¿cómo saber esto puede ayudar a los que de una forma u otra se sienten en desventaja?
¿Recuerda la pregunta del principio?
¿Se siente usted en desventaja?
Piense en sus circunstancias.
Quizás por su situación usted se sienta identificado con la viuda, el huérfano o el extranjero que vivía en Israel.
Y, aunque la Ley mosaica hablaba específicamente de estos tres casos, nosotros hoy podemos ampliar los grupos, ¿verdad?
Por ejemplo, seguro que conocemos a gente que ha enviudado, y sentimos mucha tristeza al pensar en cuánto sufren.
Pero ¿no podríamos incluir también en este grupo a las esposas de hombres que las desprecian o las maltratan verbalmente, emocionalmente o físicamente?
Sus esposos no les dan a estas mujeres la protección que ellas merecen.
Y también están los padres que crían solos a sus hijos, ya sea porque se han quedado viudos, se han divorciado o los han abandonado.
Lo mismo con los huérfanos.
Incluimos a niños que se crían con solo uno de sus padres, niños con padres que tienen adicciones —como al alcohol o a las drogas— o niños que tienen padres con depresión grave o algún otro problema serio de salud mental.
En estas circunstancias, los padres quizá no puedan darles los cuidados y la educación que los niños necesitan.
¿Y los que han dejado su país?
Tal vez estén en desventaja porque están solos y no tienen quien los ayude a resolver cuestiones legales.
En este grupo también se pueden incluir a aquellos que son parte de una minoría dentro del país en el que viven y que muchas veces son discriminados por eso.
Así que podríamos incluir en la lista a cualquiera que no tenga la protección que merece o a cualquiera al que no le den las mismas oportunidades que a otros, a todos los que se sientan en desventaja —ya sea por falta de recursos, por algún impedimento físico, por falta de educación o capacitación—, a todos los que pasaron una niñez o adolescencia difíciles y no tuvieron oportunidades… Y la lista podría ser más larga.
Ahora piense en su caso.
¿Se siente usted en desventaja?
Todo el cariño y cuidado que Jehová da a los desamparados y del que estuvimos hablando hasta hace poco… ¡recuerde que también es para usted!
Jehová se preocupa muchísimo por usted y su situación, igual que se preocupó por las viudas, los huérfanos y los extranjeros de Israel.
Para Jehová es una responsabilidad personal cuidar de usted y protegerlo.
Fijémonos en lo que dice la Biblia sobre él en Isaías 57:15: Jehová nos dice aquí que él vive con los humildes.
No es que Jehová mire de lejos la situación por la que usted está pasando.
Tampoco es que haga una visita rápida.
No, esto da a entender que Jehová llega y se sienta, se pone cómodo y se queda con usted.
¿Y para qué quiere Jehová quedarse al lado suyo?
Para revivir su espíritu y su corazón.
Jehová se preocupa sinceramente por su bienestar.
¿Ha sentido alguna vez en su vida la ayuda y el cariño de Jehová?
Claro, en el tiempo en el que vivimos, no podemos esperar que Jehová nos libre de todos los problemas, pruebas y situaciones difíciles.
Pero ¿ha sentido cómo lo ayudó a aguantar alguna situación?
¿Ha visto cómo cubrió sus necesidades en alguna ocasión?
¿Ha visto la respuesta a una oración en el momento en el que más lo necesitaba?
¿Le ha pasado alguna vez que ha leído un texto o un artículo de nuestras publicaciones que le dio justo lo que necesitaba cuando usted lo necesitaba?
¿Pudo sentir el cariño de Jehová a través de algún hermano o hermana de la congregación que le dio ánimo y consuelo o hizo algo por usted?
¡Eso es una prueba de que Jehová está a su lado!
Usted no está solo.
Jehová está reviviendo su corazón.
Él se hace responsable de usted.
Lo va a cuidar.
Para él esto es algo personal.
A sus ojos, ¡usted es valiosísimo!
Cómo no amar a un Dios tan cariñoso, ¿verdad?
Pero, además, hay otra cosa que Jehová hace para ayudarlo: le da esperanza.
Pronto no sufrirá más injusticias.
En el nuevo mundo, experimentaremos el amor de Jehová como nunca antes.
Ya no habrá nadie que se sienta en desventaja porque todos sus problemas serán eliminados.
Salmo 145:16 dice: No dice “satisfaces el deseo de los más importantes o de los populares”; Jehová satisfará “el deseo de todos los seres vivos”.
Eso también lo incluye a usted.
Hablando del cumplimiento de esta promesa, La Atalaya dijo: Nada va a faltar en el Paraíso.
Y no habrá más injusticias.
Nadie más volverá a estar en desventaja.
Que toda la gloria vaya a Jehová, el protector de todos los desfavorecidos.
Esperamos que este discurso haya fortalecido su confianza en que Jehová lo ama mucho y le haya recordado que Jehová siempre estará ahí para usted.
Sea cual sea su dificultad, él siempre lo va a proteger.
No lo olvide: muy pronto Jehová les dará un maravilloso futuro a todas las personas que se refugian en él.
En el pasado, Jehová cuidaba de las viudas.
Y, en la actualidad, él sigue cuidando de aquellos siervos suyos que han pasado por lo mismo.
Veamos cómo Jehová ha ayudado a nuestro hermano Cort a sobrellevar el dolor tan grande de haber perdido a su querida esposa.
Miriam y yo pudimos disfrutar muchas bendiciones de Jehová.
Recibimos muchas asignaciones.
Fuimos a Paraguay, Nigeria y Zambia.
Un día, empacamos todas nuestras pertenencias y nos fuimos, nos mudamos de California al otro lado de Estados Unidos, al Betel de Patterson.
Un par de meses después, a ella le diagnosticaron ELA, un tipo de esclerosis.
Estábamos destrozados.
Así que volvimos a California y ahí hicimos todo lo posible por ayudarla.
Nada funcionó, y ella falleció.
Eso fue muy difícil.
Era mi mejor amiga.
Una hermana me envió una carta con el fin de ayudarme a seguir adelante y de animarme.
Y uno de los textos que incluyó en esa carta fue el de Salmo 18:29: “Con el poder de Dios puedo escalar una muralla”.
A veces las pruebas se pueden sentir así, como una muralla.
Es imposible escalar una muralla si no hay de dónde agarrarse.
Pero, aunque la prueba se sienta así, este texto nos recuerda que “con el poder de Dios” sí es posible escalar esa muralla.
Seguir como precursor regular me ha ayudado a mantenerme activo y también a esforzarme por alcanzar otras metas, ampliar mi servicio a Jehová, como sirviendo temporalmente en Betel.
Trabajar en Betel es un privilegio.
Pasas todo el día trabajando para Jehová.
Es muy bonito poder trabajar con los hermanos; siempre tienen palabras de ánimo para mí.
Colaborar con ellos y mantenerme ocupado en proyectos teocráticos fue lo que me ayudó a poder seguir adelante con mi vida y a tener un punto de vista positivo.
Además, soy anciano de congregación, así que me esfuerzo por cumplir con mis responsabilidades, hacer visitas de pastoreo… Todo eso me ayuda a no solo pensar en mí mismo, sino también en los demás y en sus problemas.
Algo que también me gusta mucho es salir a predicar con los hermanos de la congregación.
Ellos te cuentan sus problemas, las cosas que están sufriendo por enfermedad o ansiedad.
Yo los escucho, ellos me escuchan, y de esa manera nos animamos “unos a otros”, como dicen las Escrituras.
Miriam y yo teníamos una muy buena costumbre.
Estudiábamos la Biblia personalmente y después nos contábamos el uno al otro lo que habíamos aprendido en esa sesión de estudio que habíamos tenido.
Ahora que lo hago solo, es todavía más importante.
Tratar de seguir encontrando puntos nuevos me ayuda a mantener la motivación y, además, es un recuerdo muy bonito de algo que hacía con ella.
Tengo una buena rutina espiritual.
Y también tengo una rutina de ejercicio.
Me encanta andar en bicicleta por la montaña.
Lo hago muy seguido, unas tres o cuatro veces por semana, porque me gusta mucho disfrutar de la creación de Jehová.
Mientras estoy allí, tengo tiempo para orar y para meditar.
Aprovecho para hablar con Jehová y expresarle cómo me siento.
Lo que Jehová tiene preparado para nosotros es muy diferente de lo que vivimos ahora.
Viviremos en un paraíso en el que nada nos hará sufrir, nada.
Jehová me ayudó a escalar la muralla y a superar la prueba.
Cort se mantiene activo.
Él ayuda a los demás, y Jehová hace lo mismo por él.
Le sigue dando su ayuda.
No tenga dudas: Jehová hará lo mismo por usted.
Tal vez usted se quedó solo por un motivo diferente.
Y está luchando con sentimientos de soledad.
En la siguiente adoración matutina veremos cómo Jehová nos ayuda en esa situación.
Unos 28 años después de la muerte de Jesús, el apóstol Pablo animó y consoló a los hermanos mediante la hermosa promesa que leemos en el texto de hoy, en Hebreos 6:10, donde Jehová dice: “No los olvidaré a ustedes ni sus obras ni su amor”.
Y ¿por qué sería un consuelo para los hermanos saber que Jehová no olvida?
¿Verdad que el significado de decirle a alguien que no lo olvidas o no olvidas lo que ha hecho puede ser diferente dependiendo de la persona y de las circunstancias?
Por eso, hablemos de lo que significa que Jehová no olvida.
Para que este análisis sea más práctico, queremos hablarles específicamente a nuestras queridas hermanas que están sufriendo porque su esposo murió o ha sido infiel.
En el primer siglo, en Judea, seguramente también había viudas que se sentían como ustedes, que tuvieron que enfrentarse a la pérdida de un esposo y a los problemas económicos y sociales que esto producía.
Entonces, contestemos las siguientes tres preguntas.
¿Cómo demostró Jehová que recordaba, o que no olvidaba, a la viuda de Sarepta?
Segundo, ¿cómo demuestra Jehová que hoy las recuerda a ustedes, queridas hermanas?
Y, tercero, ¿cómo te beneficias tú, y cómo podemos beneficiarnos todos nosotros de que Jehová nos recuerde?
Respondamos primero cómo demostró Jehová que recordaba a la viuda de Sarepta.
Vayamos al capítulo 17 de 1 Reyes.
Como saben, durante una sequía Dios le dijo a Elías que para sobrevivir, para mantenerse a salvo, tenía que ir a la ciudad de Sarepta.
Allí una viuda lo ayudaría.
Así que Jehová recordó a la viuda de Sarepta en el sentido de que veía lo que hacía.
Sabía que estaría dispuesta a ayudar a Elías y que dejaría que Dios la utilizara.
Jehová veía su potencial.
¿Pudo ella finalmente ayudar a Elías?
Leamos lo que dice 1 Reyes 17:15, 16: “Así que [la viuda] hizo lo que Elías le dijo, y tanto él como ella y su familia tuvieron comida por muchos días.
La harina del jarro grande no se acabó y el aceite del jarro pequeño no se terminó, de acuerdo con las palabras que Jehová había dicho por medio de Elías”.
Jehová alimentó milagrosamente a Elías.
Pero ¿se olvidó de la viuda?
No.
Jehová se convirtió en su Salvador.
Gracias a Jehová, la viuda sobrevivió y pudo seguir alimentándose.
Incluso, más adelante, Jehová siguió recordando la fe de la viuda y sus obras.
¿Cómo?
Por ejemplo, cuando el hijo de la viuda murió, Elías le pidió a Jehová que lo resucitara.
Y veamos lo que pasó leyendo los versículos 22 a 24: “Jehová escuchó la súplica de Elías, así que la vida del niño volvió a él y el niño revivió.
Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación de la azotea y lo metió en la casa.
Se lo llevó a su madre y le dijo: ‘Mira, tu hijo está vivo’.
Al ver esto, la mujer le dijo a Elías: ‘Ahora sé que tú eres realmente un hombre de Dios y que las palabras de Jehová que salen de tu boca son verdad’”.
¡Qué bendición tan maravillosa recibió esta mujer!
¡Qué momento tan feliz!
Jehová no se olvidó ni de su fe ni de sus obras, y le dio el consuelo que tanto necesitaba.
Además, como resucitó a su hijo, Jehová se encargó de que tuviera a alguien que la cuidara cuando fuera mayor.
Así, él cubrió las necesidades de esta mujer.
Tiempo después, según Lucas, capítulo 4, Jesús habló bien de ella, así que es posible que ella viviera el resto de su vida como una fiel sierva de Jehová.
¡Cuánto se alegrará esta mujer cuando muy pronto Jehová la recuerde otra vez y la resucite!
Este ejemplo nos enseña que Jehová no se olvida de sus siervos y lo demuestra llegando a ser lo que la persona más necesita.
Veamos la segunda pregunta.
Queridas hermanas, ¿de qué maneras demuestra Jehová que las recuerda a ustedes?
Analicemos tres textos de la Biblia que nos muestran lo que Jehová llega a ser para ustedes.
Vayamos en primer lugar a Juan, capítulo 14.
Jehová sabe que ya no tienes a tu lado a tu esposo, quien te felicitaba, te daba consuelo y ánimo… Pero pensemos en Jesús.
¿Qué lo ayudó a él a sentirse amado y valorado?
Jehová lo fortaleció por medio de sus palabras y dándole su aprobación.
Ahora nota lo que Jesús te asegura en el versículo 21.
Juan 14:21.
Jesús dice: “El que acepta mis mandamientos y los obedece es el que me ama.
Y, al que me ama, mi Padre lo amará, y yo lo amaré y me mostraré abiertamente a él”.
Así que Jehová te ama.
Por favor, no dejes que Satanás te haga dudar del amor que te tiene Jehová, que no te haga dudar de que Jehová está muy contento contigo.
Por eso, cuando los hermanos te feliciten y te demuestren su amor, piensa que todo eso viene de parte de Jehová.
Él los utiliza a ellos porque no se olvida de tus obras ni de tu amor.
El segundo texto que leeremos está en el Salmo 68.
Jehová es consciente de que necesitas sentirte a salvo y protegida.
Entonces, ¿qué llega a ser Jehová?
Tu protector.
Notemos lo que dice Salmo 68:5 sobre Jehová: “Padre de huérfanos y protector de viudas”.
Así es, nuestro Padre te protege de una manera muy especial.
Por ejemplo, te protege de lo que podría dañar tu amistad con él.
Te da todo lo necesario para que evites hacer algo que le desagrade y puedas seguir siendo su amiga.
Él usa su Palabra y las publicaciones para que veas con claridad cómo te protege y cómo te guía con cariño.
Y ahora el tercer versículo.
Está en Hebreos 13.
Cuando perdiste a tu esposo, quizás te preocupaste por cómo podrías cubrir tus necesidades materiales.
Pero ¿qué ha pasado en todo este tiempo?
¿Has visto cómo Jehová ha cumplido su promesa en tu vida, la promesa que el apóstol Pablo repitió en Hebreos 13, al final del versículo 5?
¿Recuerdas esas palabras?
Allí Jehová dice: “Nunca te dejaré y jamás te abandonaré”.
Como Jehová no se olvida de tus obras ni de tu amor, te da todo lo que necesitas.
Y, por favor, acepta la ayuda que otros hermanos te ofrecen.
De esta manera Jehová te demuestra que se acuerda de ti.
Diles a los hermanos lo que necesitas, y así Jehová los podrá utilizar para cuidarte.
Así que Jehová te demuestra que no se olvida de tus obras ni de tu amor dándote su aprobación, llegando a ser tu protector y dándote todo lo que necesitas, y de otras muchas maneras.
Y la última pregunta era: ¿cómo podemos beneficiarnos todos nosotros de que Jehová nos recuerde?
Bueno, lo que hemos comentado hasta ahora no es nada nuevo, lo hemos escuchado muchas veces.
Pero hay momentos en nuestras vidas en los que nos gustaría que Jehová nos dijera directamente: “Te veo. Veo tus obras.
Veo tu amor y nunca me voy a olvidar de ti”.
¿Qué podemos hacer cuando necesitamos eso?
Tenemos que dejar que lo que Jehová nos dice en su Palabra llegue a nuestra mente y corazón e influya en nuestra vida.
¿Cómo logramos esto?
Permitiendo que lo que leemos en la Biblia nos llegue a lo más profundo.
Así que, cuando meditemos en lo que leímos, hagámonos preguntas como estas: “¿Estoy convencido de que lo que acabo de leer es verdad?
¿Por qué estoy seguro de que los ejemplos de la Biblia no son casos aislados, sino que muestran la forma en la que Jehová siempre trata a sus siervos?
¿He visto, he sentido esto en mi propia vida?
Y ¿verdad que tengo muy buenas razones para creer que Jehová me habla por medio de la Biblia a mí personalmente?”.
Meditar en estas preguntas nos ayudará a sentir que las palabras de Jehová están dirigidas a nosotros personalmente.
Y esto, además, nos ayudará a pensar cada vez más parecido a como piensa Jehová.
En resumen, el ejemplo de la viuda de Sarepta nos enseña las muchas maneras en las que Jehová demuestra que recuerda a las viudas, su amor y sus buenas obras.
Queridas hermanas, por favor, no se olviden nunca de que Jehová les da lo que necesitan, de que es su protector y de que las ama muchísimo a cada una de ustedes.
Puede que lo hayan abandonado, pero no está solo.
Jehová conoce su situación y lo ama.
A veces sufrimos sin tener ninguna culpa, pero otras veces sufrimos por culpa de nuestros propios errores.
¿Cómo podemos sentirnos mejor?
Veamos el ejemplo de Míriam, una mujer fiel del pasado.
La disciplina puede ser muy dolorosa.
Apreciar su valor requiere fe.
¡Moisés!
¡Míriam!
Qué bueno volver a verte.
Me hiciste tanta falta...
Llegó la hora.
♪♪ Jehová con gran gloria se ha ensalzado.
Al caballo y al jinete al mar ha arrojado… ♪♪ Ay, Jehová, mi Dios Altísimo.
Por favor, dame otra oportunidad.
¡Hola, Míriam!
Ah, hola.
Todos conocían a Míriam en el campamento de Israel.
Ella se llevaba muy bien con sus dos hermanos, Moisés y Aarón.
Durante la esclavitud en Egipto y el periodo del éxodo, Míriam llegó a ganarse el cariño y el respeto de los israelitas.
¡Oh! ¿Qué es eso?
¡Volvió Ziporá!
—¡Ziporá!
—Bienvenida a casa.
—Gracias.
—Hola, Ziporá.
—¡Ziporá!
—Míriam.
Bienvenida a casa.
Aarón.
Ziporá, bienvenida.
Tal vez al principio a Míriam le dio gusto que Ziporá volviera.
¿Se está adaptando bien Ziporá?
Mmm… sí.
Todo el mundo está encantado de que esté de vuelta, ¿verdad?
Pero parece ser que con el tiempo se dejó vencer por el orgullo.
Es posible que se sintiera amenazada… Gracias, Ziporá.
… y pensara que Ziporá iba a tomar su lugar como la mujer más respetada de Israel.
En cualquier caso, Míriam y Aarón empezaron a quejarse.
Pero es una cusita.
Bueno, pero es su esposa.
Sí, pero no es una israelita.
¿Qué clase de influencia será para Moisés?
Comenzaron hablando mal de Ziporá y poco después llegaron al punto de hablar en contra del mismo Moisés.
¡Mira! Alguien tiene que guiar al pueblo, y ellos ya confían en nosotros.
Míriam, es Jehová quien dirige al pueblo.
No me estás escuchando.
¡Míriam! ¡Espera!
Lo estamos pasando mal aquí.
—Tiene razón.
—¡Algunos cuestionan a mi hermano!
Tenemos que hacer algo.
Ella dice que la cusita lo está distrayendo.
Yo no entiendo lo que está haciendo Moisés.
Ya estoy harta de vivir en el desierto.
¿Jehová seguirá guiándonos?
Sufríamos en Egipto y ahora seguimos sufriendo aquí.
—Creo que Míriam está preocupada.
—Quizá necesitamos otro líder.
Según Míriam, no hay que confiar en Ziporá.
Moisés no nos entiende.
¿Tú crees que Moisés todavía es capaz de guiar a la nación?
¿Tiene idea Moisés de lo que hace?
¿Y si Jehová quiere que hagamos algo?
¿Por qué tenemos que escuchar a Moisés?
Seguro que los demás piensan lo mismo.
Estábamos mejor en Egipto.
Tenemos que hacer algo.
Aquí estamos sufriendo.
¡Quién sabe lo que está haciendo Moisés!
—Estamos muy frustrados.
—Ella tiene razón.
¿Por qué hay que obedecer a Moisés?
—Estoy cansada.
—¿Creen que Jehová está con nosotros?
—Regresemos a Egipto.
—Tal vez Jehová quiera que intervengamos.
Ya están hablando de eso en el campamento.
Debimos quedarnos en Egipto en vez de venir aquí.
—Estoy preocupado.
—Hay que hacer algo.
¿Es que Jehová ha hablado solo por medio de Moisés?
¿No ha hablado también por medio de nosotros?
Vayan ustedes tres a la tienda de reunión.
Oigan mis palabras, por favor.
Cara a cara hablo con mi siervo Moisés.
Él ve el aspecto de Jehová.
Entonces, ¿por qué no les dio miedo hablar en contra de mi siervo, en contra de Moisés?
¡Te lo suplico, señor mío!
¡Por favor, no nos castigues por este pecado!
Hemos sido unos tontos.
¡Por favor, no dejes que ella se quede como alguien que nace muerto!
¡Oh, Dios, por favor, cúrala!
¡Por favor!
Que pase siete días en cuarentena fuera del campamento y después puede ser admitida de nuevo.
Ay, Jehová, mi Dios Altísimo.
Elegiste a Moisés para guiar a tu pueblo, y yo no le mostré respeto a él ni a ti.
Por favor, por favor, perdóname.
Pero no recordamos a Míriam solo por sus errores.
¿Quieres que vaya a buscar una hebrea para que amamante al niño?
Llegó la hora.
Jehová estará contigo y con Aarón.
Jehová disciplina a quienes ama.
Y Míriam aceptó la disciplina con fe.
Jehová la perdonó, y ella siguió sirviéndole fielmente por muchos años.
Oh, Míriam, bienvenida de vuelta.
Siglos después, Jehová reconoció con cariño la lealtad y el fiel servicio de Míriam.
Mediante el profeta Miqueas, le recordó a su pueblo: Como Míriam fue humilde, aceptó la disciplina y se acercó más a Jehová.
Si usted ha cometido un error grave, no piense que es un caso perdido.
Jehová no lo ve así.
La injusticia se ha extendido por todos lados.
¿Verdad que nos sentimos muy mal cuando vemos una injusticia?
En el siguiente video, dos jóvenes nos hablarán de lo que podemos hacer cuando nos sucede eso.
Por años en Sudáfrica el racismo fue legal.
Luego esa ley cambió, pero eso no significa que lo que hay dentro del corazón de la gente haya cambiado.
Veía que la gente seguía teniendo prejuicios y opiniones sobre mi aspecto, mi manera de hablar o dónde vivir; no me sentía aceptada en ningún sitio.
Me di cuenta de que a nadie le importaba lo que necesitaba la gente.
Sus condiciones de vida eran malas.
Por ejemplo, algunos tenían agua y algunos no.
Yo quería ayudar a la gente.
Algunos partidos políticos empezaron a decir que ellos podrían cambiar la situación.
Pero, por dentro, aunque yo no le decía nada a nadie, poco a poco empecé a apoyarlos.
Las protestas son muy potentes.
Toda esa energía te sacude por dentro —gente de distintas razas, distintas culturas, chicos, chicas…—, todos juntos luchando por la igualdad de los demás.
Yo también quería ser parte del cambio.
Cuando empezó la pandemia, ya no podía salir tanto, así que veía mucha televisión.
Y en la tele veía lo mismo que cuando predicaba: la forma en la que se trataba a las mujeres, a los niños, a los mayores y a los inmigrantes en el país.
Y empecé a sentir que tenía que hacer algo.
Pues en mi escuela hubo una protesta.
Claro, como soy testigo de Jehová, sabía que no podía protestar, pero eso me frustraba un poco.
Además, me sentía mal por no hacer nada, como si solo estuviera mirando.
Parecía que no me importaba.
Y no quería que los demás pensaran eso, que no me importaba.
Mis padres se dieron cuenta de que estaba muy preocupado por esas cosas.
Y a veces yo no entendía por qué se trataba así a la gente.
Pero ellos hicieron muchas cosas para ayudarme: buscaron videos de JW Broadcasting®, y también hablamos de esos temas durante la adoración en familia.
La asamblea regional del 2019, la de “El amor nunca falla”, fue mi favorita.
El discurso que más me impresionó hablaba de que el amor “todo lo cree”.
Si de verdad amamos a nuestros hermanos, entonces creemos que nos tratan con las mejores intenciones a nosotros y a los demás.
Y ahí supe que tenía que cambiar: era demasiado negativa y crítica.
Ahora tengo amigos increíbles de distintas culturas.
Siento que los hermanos me quieren mucho y también a los demás.
Me encanta recibir y demostrar ese amor.
Me puse a pensar en el texto de Jeremías 10:23, donde dice “al hombre […] ni siquiera le corresponde dirigir sus pasos”.
Este texto me hizo darme cuenta de que la gente no podrá cambiar el mundo.
No han podido hacerlo en el pasado y siguen sin poder lograr que cambien las cosas.
Demostrar que los apoyo, sea protestando o en las redes sociales, sería como ponerme a pintar un barco que se está hundiendo.
No tendría sentido, porque es este mundo lo que se está hundiendo.
Ya no siento que no estoy haciendo nada o que solo estoy mirando.
En vez de sentirme frustrada porque no va a haber cambios o en vez de sentir que no hay esperanza, ayudo a la gente enseñándole la esperanza de la Biblia.
Ahora ya no me centro tanto en lo que muestra la televisión sobre las injusticias que sufre la gente, sino que me dedico a predicar a tiempo completo como voluntario.
Ayudo a la gente a conocer a Jehová, a conocer la verdad y a saber lo que Jehová hará por ellos en el futuro.
Estudiando la Biblia con mi papá, vimos las profecías y su cumplimiento.
Y me di cuenta de que todo lo que Jehová promete lo cumple al 100%.
Así que todo lo que ha prometido para el futuro él también lo va a cumplir.
El pueblo de Jehová se demuestra amor.
Todos se ayudan en momentos difíciles, aunque hablen distintos idiomas, vengan de distintos lugares y hasta de otros países.
Eso me convence de que en el futuro, bajo el Reino de Dios, todo el mundo se demostrará ese mismo amor: amor de verdad.
Cuando vemos una injusticia, es natural querer ayudar; nos duele lo que les ocurre a otros.
Al igual que Emma y Alwande, nos esforzamos por llevar a las personas la esperanza que trae verdadero consuelo.
En el programa de este mes, hemos visto que tenemos que ser humildes cuando nos disciplinan.
También hemos visto cómo el amor nos ayuda a luchar contra las injusticias y cómo, con el poder de Dios, podemos superar problemas en nuestra vida que son como una muralla.
El siguiente video musical resume muy bien lo que hemos visto hasta ahora.
♪♪ Mis manos son tan débiles...
Mis días son difíciles.
De corazón le pido a Dios: “¡Ayúdame!”.
Jehová, tú eres leal.
Tu poder va más allá de lo normal.
Alzaré el vuelo igual que un águila con tu poder.
Surcaré el cielo como si extendiera mis alas con tu poder.
¡Me elevas con tu poder!
La vida es tan fría y cruel...
Quisiera hacer que todos puedan ver tu compasión, que existe un Dios, que estás ahí, saber de ti.
Tu poder va más allá de lo normal.
Alzaré el vuelo igual que un águila con tu poder.
Surcaré el cielo como si extendiera mis alas con tu poder.
¡Me elevas con tu poder!
Alzaré el vuelo igual que un águila con tu poder.
Abriré mis alas sobre ríos, bosques, montañas, con tu poder.
¡Me elevas con tu poder!
¡Me elevas con tu poder!
¡Me elevas con tu poder! ♪♪ En la videopostal de este mes viajaremos a Canadá, donde encontraremos montañas cubiertas por nieve, lagos de agua fresca y cristalina, y también extensas praderas.
Los turistas vienen a ver los alces, los osos negros y los caribús de los bosques que hay en Canadá.
En este país también se encuentra el yacimiento de fósiles de dinosaurios más grande del mundo.
Y, por supuesto, no nos podemos olvidar de la comida.
Podemos probar el poutine, que es un plato de papas fritas cubiertas con salsa y cuajada de queso, o probar los dulces hechos con jarabe de arce.
Canadá tiene la costa más larga del mundo, y nuestros hermanos han predicado en ella durante muchísimo tiempo.
En 1930, los hermanos utilizaban el Charmian, un barco equipado con unos poderosos altavoces por los que se escuchaban discursos y que podían oírse a kilómetros de distancia.
En los años cuarenta, utilizaron el Kingdom 1 para recorrer las costas de Terranova y Labrador.
Y ese entusiasmo por la predicación continúa hasta el día de hoy en las ciudades pesqueras de Terranova, en los faros de Nueva Escocia y en los puertos de la Columbia Británica.
En 2023, Canadá tuvo un máximo histórico de precursores regulares y publicadores.
La congregación Casa Loma en Ontario desea enviar un cariñoso saludo a toda la hermandad mundial.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting.