¡Bienvenidos!
Este es mi amigo Alex Reinmueller.
Alex me va a ayudar a presentar este programa, que va a hablar de la familia.
Alex, ¿qué vamos a ver hoy?
Gracias, Gerrit.
Es un placer estar aquí contigo.
Ya hace casi 10 años que empezó a publicarse la serie “Hazte amigo de Jehová”, y a los niños les encanta.
¿Cómo los ha ayudado a ellos y a sus padres?
Cuando eran adolescentes, Tainara y Alex desarrollaron una fe fuerte en Jehová.
¿Cómo los ayudó esto a superar situaciones difíciles?
¿Está casado o está pensando en casarse?
Entonces, le encantará ver el primer episodio de una nueva serie que está pensada para ayudar a las parejas cristianas a ser felices.
Ya estoy deseando empezar.
Este es el programa de abril de 2022 de JW Broadcasting®.
Hoy hablaremos de un grupo al que queremos, al que queremos mucho: nuestros jóvenes.
Estoy seguro de que los que son padres valoran y aman mucho a sus hijos.
¡Qué privilegio es poder tener hijos!
Piensen en esto: hay millones de ángeles.
Sin embargo, a ellos no se les creó con la capacidad de tener hijos.
Por otro lado, cuando Jesús estuvo en la Tierra —como no se casó—, no tuvo el privilegio de tener hijos.
Pero ustedes, padres, sí que lo tienen.
¡Qué bonito regalo!
Y, jóvenes, el Cuerpo Gobernante quiere decirles algo: ¡los queremos mucho!
Nos encanta estar con ustedes.
Y queremos ayudarlos a que lleguen a servir a Jehová para siempre.
Ustedes son un regalo muy especial que nos ha dado Jehová, y no duden de que para sus padres ustedes valen más que todo el oro del mundo.
¿Por qué lo decimos?
Pues porque el Salmo 127:3 dice que “los hijos son una herencia de Jehová”.
¿Qué significa eso?
Una herencia es un regalo muy valioso que alguien recibe, generalmente de un familiar mayor que él.
Así que Jehová los considera a ustedes un regalo muy valioso que les ha hecho a sus padres.
Y él espera que ellos cuiden de ese regalo muy bien.
Les ha dado la responsabilidad de cuidar de sus hijos física y emocionalmente.
Y nos alegra mucho ver que, cuando sus padres los ayudan y los cuidan lo mejor que pueden, ustedes se esfuerzan por servir a Jehová y hacerlo feliz.
Por todo el mundo hay muchos jóvenes que son muy buenos ejemplos porque aman la verdad y a Jehová.
Padres, ¿serán sus hijos buenos ejemplos para otros jóvenes cristianos?
Un padre que tiene siete hijos y que todos han llegado a ser amadores de Jehová siempre les dice a los nuevos padres que con los hijos no hay garantías.
Hay muchas cosas que pueden influirles y cada uno tiene su propia personalidad.
Aun así, siempre les dice a los padres que hagan todo lo que puedan por enseñarles y llegarles al corazón.
Y es cierto.
Cuando los padres hacen esto, es más probable que sus hijos sirvan lealmente a Jehová.
Por eso, padres, ¿cómo están cuidando la herencia que han recibido de Jehová?
¿Qué cosas son importantes para enseñarles a sus hijos y llegarles al corazón?
Primero vamos a ver lo que dice Jueces 13:8.
Los padres de Sansón seguramente oraron mucho a Jehová para saber cómo educar bien a su hijo.
El versículo 8 dice: Padres, hagan lo mismo.
Jehová contestará sus oraciones mediante la Biblia, nuestras publicaciones o quizás por medio de las reuniones de la congregación.
Otra cosa muy importante para que la verdad llegue al corazón de sus hijos es tener la costumbre de hacer la adoración en familia.
Es cierto que esto exige hacer planes y apartar tiempo todas las semanas.
Pero recuerden lo que pasó en el 2008: el Cuerpo Gobernante ajustó el programa de las reuniones semanales para que tengamos tiempo de hacer nuestra adoración en familia cada semana.
Un hermano de Portugal escribió: No nos extraña que los tres hermanos ya lleven varios años en el servicio especial de tiempo completo.
Un hermano del norte de Italia escribió algo parecido: Cada cabeza de familia debe decidir lo que es mejor para los suyos.
Ahora bien, es esencial preparar un buen programa de adoración en familia.
Otra forma importante de enseñar a los hijos es con el ejemplo.
Es muy normal que los hijos imiten a sus padres, por ejemplo, su forma de hablar, actuar o caminar.
Pero también imitan sus cualidades cristianas y su actitud hacia las cosas espirituales.
Así que sean la clase de persona que quieren que sus hijos sean.
Piensen en María, la madre de Jesús, y en su padre adoptivo, José.
Aunque han sido los únicos padres que han tenido un hijo perfecto en la Tierra, le pusieron un ejemplo muy bueno a Jesús.
En Lucas 2:41, 42, leemos que “todos los años” los padres de Jesús “tenían la costumbre de ir a Jerusalén a la fiesta de la Pascua”.
José podía haber pensado que aquello requería demasiado esfuerzo o que era demasiado caro.
Pero tanto él como María le pusieron un buen ejemplo a su hijo Jesús.
Muchos jóvenes se saben de memoria 1 Corintios 15:33.
Y seguramente es porque sus padres les han recordado este principio muchas veces.
“Las malas compañías echan a perder las buenas costumbres”.
¿Recuerdan que en el capítulo 8 de Lucas Jesús habló de los diferentes tipos de terreno en los que podía caer la palabra de Dios?
El tipo de terreno representa el corazón de sus hijos.
Le pedimos a Jehová que el corazón de sus hijos sea como esa “tierra buena” o “excelente”.
En el versículo 15, Jesús explicó quiénes son como esta tierra buena.
Dijo: Puede que su hijo esté respondiendo bien a la educación que usted le da de la Palabra de Dios.
Pero ¿qué le puede ocurrir si se expone a malas compañías?
Si sus hijos pasan demasiado tiempo con otros jóvenes que no han sido educados según los principios bíblicos, todo su trabajo puede echarse a perder.
Las malas compañías son como una tormenta fuerte que erosiona el terreno que usted se ha esforzado por cultivar.
Puede acabar con todo lo que le ha enseñado a su hijo.
El Salmo 1:1 dice que seremos felices si no andamos, no nos detenemos y no nos sentamos con los malvados.
Y a esto podemos añadir: si no enviamos mensajes o correos a quienes no piensan como Jehová.
Padres, ayuden a sus hijos a elegir buenas compañías.
Muchos de nuestros jóvenes por todo el mundo se han beneficiado de la educación que les han dado sus padres, y lo agradecen de corazón.
Quisiera compartir con ustedes algunos ejemplos que lo demuestran.
Un jovencito de Estados Unidos nos mandó una carta.
Decía esto: También recibimos este mensaje: Recuerdo que conocí a una niña en Denver, en Colorado, que tenía ocho años y que se había bautizado a esa misma edad.
Para entonces, ¡ya se había leído la Biblia completa dos veces!
Claro, cada niño es diferente; no todos maduran ni al mismo ritmo ni a la misma edad.
Al principio mencionamos lo que dice el Salmo 127:3.
Decía que “los hijos son una herencia de Jehová”.
Ahora leamos el versículo 4: Así que la Biblia dice que los hijos son como flechas que se disparan a un objetivo.
Cuando un arquero lanza una flecha, ya no puede detenerla.
Esto significa que los padres tienen relativamente poco tiempo para ayudar a sus hijos a que alcancen el objetivo.
¿Y cuál es el objetivo?
¿Cuál es la meta?
Que sus hijos aprendan a hacer lo que es correcto, y se dediquen a Jehová y se bauticen.
Claro, las flechas pueden ser de diferentes materiales y de diferentes medidas.
Por eso, padres, no olviden que no hay dos niños exactamente iguales.
A temprana edad, puede que algunos niños sean lo suficientemente maduros como para saber que quieren bautizarse.
Pero puede que otros no estén preparados hasta que pase más tiempo.
Así que los padres que tienen esto en cuenta no presionan a sus hijos para que se bauticen.
Más bien, ayudan a cada hijo a crecer y a progresar espiritualmente a su propio ritmo.
Por otro lado, también es cierto que hay padres que subestiman a sus hijos.
Algunos los frenan y les dicen que esperen para bautizarse, incluso aunque sus hijos ya hayan desarrollado una amistad con Jehová.
Una hermana de Rusia nos escribió esto: Una vez, La Atalaya mencionó que algunos dicen que criar a los hijos es un proyecto que toma 20 años, pero la realidad es que los padres nunca dejan de serlo.
Algunas de las mejores cosas que pueden darles a sus hijos son su amor, su tiempo y una educación bíblica, es decir, esforzarse por llegarles al corazón. Pero claro, la reacción de cada hijo a lo que se le enseña es diferente.
Sin embargo, muchos que han sido criados por padres que aman a Jehová se sienten como Joanna Mae, una hermana de Asia.
Ella dijo: Y hay millones de siervos de Jehová —que ahora son adultos— que dirían algo parecido.
Padres, cuiden bien de sus hijos, la valiosa herencia que han recibido, y esfuércense por enseñarles y llegarles al corazón.
Gracias por tus palabras tan animadoras, Gerrit.
Sobre todo, me encantaron los comentarios de nuestros jóvenes.
Uno de ellos daba las gracias por los videos de Caleb y Sofía.
Y es que todos nos hemos encariñado con ellos, ¿verdad?
En el siguiente video, el hermano Anthony Morris, del Cuerpo Gobernante, nos hablará de cómo esta serie ha ayudado a los niños y a sus padres.
Parece increíble, pero ya han pasado casi 10 años desde aquel primer video que salió en el 2012.
No hay duda: la serie “Hazte amigo de Jehová” ha sido un verdadero regalo de nuestro Padre.
Estas lecciones de la Biblia enseñan a los niños a ser amables, honrados, respetuosos y a desarrollar otras cualidades cristianas que los ayudan a ver y obedecer “al que es invisible”.
Esta serie ha tenido un profundo efecto en las familias de nuestros hermanos por toda la Tierra.
¿Les gustaría ver algunos ejemplos?
Escuchemos a algunos padres.
Nos dirán cómo estos videos han ayudado a sus hijos a hacerse amigos de Jehová.
A mi hija, Kady-Ann, no le gustaba mucho pasar tiempo con los hermanos y hermanas mayores de la congregación.
No me gustaba mucho porque… es que… son un poquito lentos.
Pero la lección 25, Busca nuevos amigos, era justo lo que necesitaba.
Estuvimos repasando los videos durante algunas semanas en la adoración en familia, y eso fue muy útil porque la ayudó a ver a los hermanos y a las hermanas mayores de otra manera, a ser más respetuosa y a tener más ganas de salir a predicar con ellos.
Elsa es una hermana muy viejita, pero a Sofía le gusta hablar con ella.
Así que yo puedo hacer lo mismo.
En mi caso, yo estoy criando sola a mi niña y, la verdad, no es nada fácil.
Te toca hacer de papá y de mamá al mismo tiempo.
Pero estos videos me han ayudado mucho y he visto que Jehová nunca se ha olvidado de mí.
Eso ha fortalecido mucho mi relación con él.
Me bauticé porque quiero mucho a Jehová, lo amo con todo mi corazón.
Y sé que Jehová también me ama a mí, aunque soy chiquitita y estoy hecha de polvo.
Estoy segura de que Jehová me está ayudando a criar a mi hija.
Laura, nuestra hija del medio, era una niña completamente sana… hasta los cuatro años.
Ahí fue cuando le encontraron un tumor muy raro en el sistema nervioso central.
Por desgracia, cuando terminó el tratamiento, Laura falleció.
Incluso cuando estaba mal, le encantaba ver los videos.
Su favorito era el que se titula ¡A predicar! Ese video la impactó e hizo que tuviera muchas ganas de hablar de Jehová a otros.
Cada vez que le tocaba quimioterapia, le bajaban mucho las defensas y se tenía que quedar en casa porque, si salía, se podía enfermar.
Pero a veces la llevábamos a la consulta a hacerse un control y entonces le decían que estaba bastante bien, que las defensas estaban un poquito más altas… Y lo primero primero que le preguntaba a la doctora era: “¿Entonces ya puedo ir a predicar?”.
Y la doctora se reía y decía: “Sí, ya puedes”.
Así que aprovechábamos esos momentos para ir a predicar todos juntos en familia.
Eso ponía a Laura muy feliz.
Pensemos un momento en por qué se creó la serie “Hazte amigo de Jehová”.
Estos videos no se crearon simplemente para entretener a los niños o solo para tenerlos sentados, tranquilos por un rato.
Se diseñaron para ayudar a los niños a tener una relación personal con Jehová cada vez más fuerte, y que así puedan vivir y servirle para siempre.
Jehová ama a los niños.
Vemos ese amor en la forma en la que Jesús trató a los niños cuando estuvo en la Tierra.
Y el Cuerpo Gobernante también quiere mucho a los niños… muchísimo.
Además, Jehová ama a los padres cristianos.
Él ve lo mucho que ustedes se esfuerzan por enseñarles a sus hijos a amarlo.
Estamos seguros de que les encanta ver los videos nuevos con sus hijos y de que los usan para enseñarles a amar y respetar a Jehová, a Jesús y lo que dice la Biblia.
Y piensen en esto: ¿Cómo creen que se siente Jehová cuando, gracias a esta serie, un niño pequeño puede llegar a conocerlo y luego cuando crece decide dedicarle su vida para siempre?
Eso es algo muy especial.
Seguiremos orando para que esta serie llegue al corazón de nuestros niños y los ayude a acercarse más a Jehová.
Así serán sus amigos ahora y para siempre.
Como hemos visto, estos videos no son solamente dibujos animados para entretener a los niños.
Son poderosas herramientas de enseñanza para ayudar a los niños a desarrollar una relación personal con Jehová.
Padres, continúen usándolos en su adoración en familia.
Claro, llegará un momento en la vida de sus hijos en que tengan que hacer suya la verdad.
¿Qué cosas pueden hacer ellos para fortalecer y estrechar su amistad con Jehová?
Eso es lo que vamos a ver en el siguiente episodio de “Cuando eres adolescente”.
Mi mamá y yo empezamos a estudiar la Biblia y a asistir a las reuniones cuando yo tenía 5 años.
Después, cuando tenía 13, decidí bautizarme.
Decidí dedicarle mi vida a Jehová cuando tenía 14 años.
Siento que Jehová es un Dios muy bueno.
Él no solo es un amigo con el que puedes contar, sino que también es como un padre.
En mi familia no tengo un papá en sentido espiritual, pero, para mí, Jehová es ese Padre que me ayuda.
Algo que siempre he tenido muy claro es que tengo que estar convencido de que estoy en la verdad y que no tengo que servir a Jehová porque mi familia lo haga, sino porque yo amo a Jehová.
Entender eso es superimportante.
Así, cuando surja un problema o nos enfrentemos con alguna situación difícil, podremos seguir siendo fieles.
Algunas de las cosas que me convencieron de que Jehová era un amigo que estaba ahí para mí fueron en realidad verdades básicas.
Yo creo que son como los cimientos de una casa; sin una buena base, sin buenos cimientos, una casa no va a aguantar mucho.
Por ejemplo, quería ver qué pruebas científicas hay de que Jehová es el Creador y de que él hizo todas las cosas que existen.
Así que leí una de las secciones del folleto El origen de la vida. Eso me ayudó a ver lo maravilloso que es el diseño de las cosas y me convenció de que Jehová tiene que haberlas creado.
Yo quería encontrar las respuestas a mis preguntas.
Eso me motivó a estudiar más la Biblia, y eso me ayudó a fortalecer mi amistad con Jehová y a convencerme de que él es el Dios verdadero.
Me esforzaba por estudiar la Biblia, y la verdad es que lo disfrutaba mucho, me gustaba.
Lo hacía por las mañanas.
Para mí era mejor hacerlo a esa hora porque hubo una época en la que pasé por muchos problemas y en la mañana me sentía más tranquilo.
Era un momento del día en el que los problemas no me parecían tan grandes.
También es muy importante ponerse metas espirituales porque no tener metas es como irte de viaje sin saber adónde vas o adónde quieres llegar.
Pero, si antes de salir ya tienes claro un objetivo, ya sabes adónde quieres ir, podrás llegar sin problemas.
Siempre trato de ponerme metas de tres tipos: a corto, medio y largo plazo.
Y ya pude cumplir algunas de las metas que me puse, por ejemplo, bautizarme y ser precursor regular.
También pude servir en grupos de construcción.
Siempre que tenía que tomar alguna decisión, pensaba en cómo iba a afectar mis metas para el futuro.
Cuando tenía 17 años, le diagnosticaron cáncer a mi mamá.
Fue una situación muy dolorosa.
De un momento a otro, mi vida cambió por completo: tuve que aprender a hacer las cosas de la casa, a cocinar, a cuidar de una persona enferma y a darle el apoyo emocional que necesitaba.
El problema más grande que pasé cuando era adolescente fue que mi papá y mi mamá se divorciaron, y mi mamá dejó de ser testigo de Jehová.
Yo tenía 15 o 16 años cuando pasó todo eso.
A esa edad es cuando más necesitas el apoyo y la guía de tus padres, pero yo no recibí ni ese apoyo ni esa guía que tanto necesitaba.
Mi mamá era mi mejor amiga...
y ya no está.
Ella era muy cariñosa conmigo.
Ella siempre me ayudaba.
Ella siempre leía las publicaciones conmigo.
Nos encantaba estudiar juntas la Biblia.
No podemos saber en qué momento van a surgir los problemas.
Por eso, es importante que estemos decididos a ser leales a Jehová antes de los problemas, antes de las dificultades.
Hubo un texto que me ayudó mucho.
Fue el de Romanos 8:37-39.
Allí dice que ni muerte ni vida, ni altura ni profundidad, ni ninguna otra cosa puede separarnos del amor de Jehová.
Pensar en eso me ayudó a enfrentarme a los problemas.
Ser un verdadero cristiano significa que tus valores, tus principios, son los mismos que tiene Jehová.
Hay que estar decidido a hacer lo que le agrada a Jehová, sin importar los problemas que estés pasando.
Es muy importante que estemos decididos a servir a Jehová en cualquier situación, por ejemplo, si nuestra familia no es Testigo, porque es en esos momentos, es en esas situaciones difíciles, cuando podemos demostrar que somos leales a Jehová.
De verdad, estoy muy orgullosa de ser testigo de Jehová.
Jehová nos ayuda de maneras impresionantes.
Es nuestro amigo, nuestro Padre, y está ahí para consolarnos.
Es increíble poder ser amiga de un Dios tan poderoso y, además, tener el gran privilegio de defender y llevar su nombre.
Llegar a ser un cristiano verdadero no se logra de la noche a la mañana ni con una sola decisión.
Como vimos en el caso de Tainara y Alex, eso es un proceso que nos lleva a tener una vida más feliz.
Y con el matrimonio pasa algo parecido.
El día de la boda es muy especial, pero tanto el esposo como la esposa deben fortalecer su matrimonio todos los días.
Para ayudar a las parejas, el Cuerpo Gobernante aprobó que se produjera una nueva serie.
Se llama “Secretos para un matrimonio feliz”.
En cada episodio, habrá escenificaciones sobre problemas reales que afrontan los matrimonios.
Y mostrará cómo los principios bíblicos pueden ayudarlos a estrechar su relación.
Veamos el primer episodio.
A casi todos los que estamos casados nos ha pasado alguna vez.
Llevar una vida muy ocupada, el trabajo y las distracciones pueden hacer que nos distanciemos emocionalmente el uno del otro.
Ya no hablamos tanto como antes, y por eso ya no nos sentimos tan cerca.
Quizá no nos sintamos valorados, y eso puede hacer que nos tratemos de manera fría o poco amorosa.
Hasta podría pasar que no queramos tener intimidad con nuestra pareja ni tengamos ganas de aceptar sus muestras de cariño, y pasemos de ser una pareja romántica y cariñosa a ser simplemente dos personas que viven juntas.
¿Qué podemos hacer para que no nos pase eso?
Algo que nos puede ayudar mucho es el principio que encontramos en Hechos 20:35: Pero ¿cómo podemos saber lo que tenemos que darle a nuestro cónyuge o lo que podemos hacer para que sienta nuestro amor y cariño?
La mejor manera de saber lo que necesita nuestro esposo o nuestra esposa es preguntárselo.
Para sentirse queridos, algunos necesitan que los escuchen con atención o que les digan lo mucho que los aman y valoran.
Otros necesitan una caricia, que les tomen la mano o que les dediquen tiempo de calidad.
Y otros se sienten queridos cuando los ayudan con las tareas de la casa.
Y, aunque los dos seamos imperfectos, tomemos en cuenta lo que nos dijo nuestro cónyuge y esforcémonos por hacer esas cosas que lo hacen sentirse querido y valorado.
Si los dos hacemos todo lo posible por demostrarle amor a nuestro cónyuge, el cariño surgirá de forma natural.
Y este es solo uno de los muchos secretos para tener un matrimonio feliz.
Ahora, paren un momento el video y háganse estas preguntas el uno al otro.
Y recuerde: sea sincero y dígale a su cónyuge cómo se siente.
Luego, cuando le toque a usted escuchar, no se ponga a la defensiva.
Tómenlo como una oportunidad para expresar sus sentimientos.
Así que pongan el video en pausa y empiecen a conversar.
Como vemos, el objetivo de esta serie es animar a las parejas a tener conversaciones sinceras y abiertas.
Estos videos serán muy útiles tanto para los casados como para los que están pensando en casarse.
¡Cuánto agradecemos al Cuerpo Gobernante esta serie!
Ya estamos deseando ver los siguientes episodios.
Estemos casados o solteros, tengamos hijos o no, todos pertenecemos a la familia de Jehová.
Nos amamos mucho y nos ayudamos, especialmente cuando tenemos problemas.
Durante muchos años, el hermano Baston Nyirenda pasó por graves dificultades y sufrimientos.
Veamos cómo lo ayudó su familia espiritual.
A mediados de los sesenta, cuando yo era precursor, era difícil para los hermanos mantenerse neutrales porque la situación política en Malaui empezó a cambiar rápidamente.
Golpeaban a los hermanos y quemaban sus biblias y publicaciones por negarse a comprar la tarjeta del partido.
Donde yo vivía, quemaron las casas de los hermanos y el Salón del Reino.
En una ocasión, me detuvieron por no tener la tarjeta del partido.
Me ataron las manos y me dieron una tremenda paliza.
Cuando se fueron a cenar, uno de ellos se quedó vigilándome.
Le di mucha lástima y me dijo: “Cuando vuelvan, te van a matar”.
Entonces me dijo: “Si crees que puedes arrastrarte, te desato las manos y dejo que te vayas”.
Conseguí salir arrastrándome y, en plena oscuridad, llegué como pude a la casa de un hermano que fue muy bueno conmigo y me ayudó.
Jehová me dio la salida para que pudiera aguantar.
Al final, se anunció oficialmente que la obra de los testigos de Jehová quedaba prohibida.
Para que no nos descubrieran, teníamos que hacer las reuniones de nueve de la noche a una de la madrugada, más o menos.
No podíamos cantar en las reuniones y tampoco podíamos aplaudir porque, si no, nos descubrían.
Así que, cuando queríamos expresar nuestra gratitud o cuando algo nos gustaba mucho, nos frotábamos las manos.
En mi trabajo se supo que era testigo de Jehová y, entonces, la policía me arrestó.
Me llevaron a la prisión de Chichiri y luego a la de Zomba, que era donde metían a los que sentenciaban a muerte.
Mi celda estaba al lado de las salas de ejecución.
Yo pensé que a mí también me iban a matar.
Jehová me dio paz.
No dejaba de pensar en Romanos 8:38, 39.
Estaba convencido de que ni siquiera la muerte podría separarme del amor de Dios.
Cuando me soltaron, me puse muy contento de volver a estar con Violet —mi esposa— y mis niños.
Pero, como quedarse en Malaui era muy peligroso, tuvimos que huir a Mozambique.
Pasamos tres años en el campo de refugiados de Mlangeni.
Ahí nos dejaban tener biblias, cancioneros y otras publicaciones.
Cuando pensamos en las cosas que pasaron en el campo, nos damos cuenta de que Jehová nos estaba preparando para lo que venía.
Tuvimos que aprendernos textos y canciones del Reino.
Uno de esos textos fue Habacuc 3:17, 18, que fue el texto del año 1974.
El versículo 18 dice: ¡Ni nos imaginábamos cuánto nos iba a ayudar ese texto más adelante!
En 1975 tuvimos que regresar a Malaui por la guerra civil de Mozambique.
Me arrestaron y me llevaron a la prisión de Dzaleka.
Teníamos que trabajar desde la mañana hasta la noche sin comer ni descansar.
Las celdas estaban repletas, y la mayoría teníamos que dormir en el suelo.
En aquella época, nos fue muy útil lo que nos aprendimos en el campo de refugiados de Mozambique.
Todos los textos y las canciones que memorizamos nos fortalecieron mucho.
Y fue en ese momento, que aquel texto del año que recibimos en Mozambique nos ayudó tanto.
Un hermano decía: “Habacuc”.
Y otro decía: “Capítulo 3, versículos 17 y 18”.
Entonces, todos los demás decían esos versículos de memoria.
Aquello fortalecía mucho nuestra fe. Las publicaciones se distribuían de forma clandestina en el país gracias a hermanos que viajaban cientos de kilómetros en bicicleta.
Las revistas se imprimían en papel biblia, que es mucho más ligero que el papel normal, y así los hermanos podían llevar el doble de publicaciones en su bicicleta.
También recibíamos unas minirrevistas, que podían doblarse y guardarse fácilmente en el bolsillo.
Una vez, lograron pasarnos un ejemplar del Anuario, que entonces incluía los textos diarios para todo el año.
Así que lo que hicimos fue copiar todos los textos diarios en papel higiénico.
Luego les hicimos llegar algunos de esos textos a nuestras hermanas, que estaban en otra parte de la prisión.
Todas estas cosas fueron regalos maravillosos de Jehová, que nos ayudaron un montón a mantenernos fuertes espiritualmente. En el 2002 me volvieron a mandar a la prisión de Zomba.
Pero esta vez no como prisionero, sino como superintendente de distrito para atender una miniasamblea de circuito.
Cuando entré allí, mi mente se remontó 33 años atrás, cuando estuve en esa misma cárcel al lado de las salas de ejecución.
Sin duda, he visto que son ciertas las palabras de Isaías 54:17, que dice: Mi esposa Violet y yo aguantamos muchas veces la persecución de los gobiernos, vivimos sin techo y comida, en campos de refugiados, prisiones… Sufrimos palizas y la muerte de seres queridos.
Y a veces hasta pensábamos que nos íbamos a morir.
Aun así, siempre hemos visto que Jehová nos ha cuidado con amor.
Durante todas esas pruebas estuvimos convencidos, y seguimos totalmente convencidos, de que no hay nada que pueda separarnos del amor de Dios.
¡Cuánto fortalece nuestra fe ver que los hermanos animaron y ayudaron al hermano Nyirenda!
Claro, hoy en día también hay hermanos que se enfrentan a persecución.
Pero la familia espiritual de Jehová continúa orando por todos ellos y ayudándolos a aguantar.
Ahora, veremos una adoración matutina presentada por el hermano William Malenfant.
Nos hablará de la importancia de educar bien a los hijos.
Seguramente, todos tenemos anécdotas curiosas sobre jovencitos y podríamos hablar largo y tendido de eso.
Pero una vez leí un relato sobre un psicólogo infantil que comenzó a ejercer su profesión con cuatro teorías y ningún hijo.
Años después, tenía cuatro hijos y ninguna teoría.
Se dio cuenta de que criar a un hijo es más que simple teoría: hay mucho trabajo, muchísimo trabajo detrás de la crianza de un hijo.
Esta historia la contó el psicólogo Bruce Narramore y se publicó en la ¡Despertad! del 8 de abril de 1981.
Las teorías sobre la crianza de los hijos van y vienen, pero los mejores consejos para criar a los hijos, obviamente, los podemos encontrar en la Biblia.
Y es que llevan ahí miles de años… ¡Y funcionan!
Siempre han funcionado.
Un dato interesante es que, en el libro bíblico de Proverbios, por cada consejo que se da a un adulto, hay cuatro para los jóvenes.
A lo mejor esto les sorprende, pero es lo que yo leí… No me lo inventé.
Proverbios 22:6 es un texto muy conocido.
Proverbios 22:6 dice: “Educa al niño en el camino por el que debe ir, y no lo dejará ni siquiera cuando llegue a viejo”.
¿Es eso cierto?
Sí, es cierto.
¿Significa eso que si los padres educan a su hijo en el buen camino nunca se apartará de él?
No, no significa eso; más bien, este versículo se refiere a lo que, en términos generales, ocurre cuando los padres educan bien a sus hijos.
Sobre esto, hay un breve comentario sacado de La Atalaya del 1 de abril de 2008.
Dice que, cuando los padres educan a sus hijos de acuerdo con las normas bíblicas, están “creando las circunstancias más favorables para obtener un resultado maravilloso”.
Y ese resultado es que sirvan a Jehová con lealtad.
Proverbios 23:24 nos dice algo a este respecto.
Proverbios 23:24.
¿Y verdad que muchos padres y madres se sienten muy orgullosos de sus hijos?
Por ejemplo, los que tienen un hijo sirviendo en Betel.
Dice: “El padre de un justo sin duda estará contento; el que sea padre de un sabio se alegrará gracias a él”.
Y esto es cierto: cuando los padres tienen un hijo así, se sienten muy felices.
Pero también está el otro lado de la moneda: aunque los padres pongan todo su empeño, a veces sus hijos le dan la espalda a Jehová.
Ahí tienen a Salomón.
No era precisamente un niño, pero cuesta entender cómo es posible que este hombre, ya de viejo, abandonara a Jehová.
Pero lo hizo, lo dejó.
Y todos sabemos lo que le pasó a Jehová con algunos de sus hijos, como decía La Atalaya del 1 de junio de 2007.
Algunos ángeles se rebelaron contra su Padre, contra su Creador.
Y esto es algo que queremos que los padres que se han esforzado muchísimo por criar a sus hijos tengan en cuenta.
No queremos que se mortifiquen dándole vueltas, año tras año, pensando que han fracasado como padres.
No tiene sentido que lo hagan.
Porque si no, ¿cómo te explicas —en el caso de los padres que sienten que han fracasado—, cómo te explicas que haya hijos que sin tener ninguna ayuda de parte de sus padres amen a Jehová y le sirvan?
Pues depende del corazón de los hijos.
Por eso, lo más sensato para los padres es centrarse en lo que pueden hacer; no mirar al pasado, sino al futuro, dejar de culparse por lo que ya sucedió.
Por eso, aun cuando un hijo decide abandonar a Jehová, los padres que se esforzaron al máximo por educar a sus hijos en el camino en que deben ir pueden mantener viva la esperanza de que algún día su hijo regrese a Jehová.
No los damos por perdidos: ni a nuestros muchachos ni a nuestros familiares, o si tenemos amigos que han dejado a Jehová.
Sea quien sea.
Nunca perdemos la esperanza de que algún día volverán.
Es interesante lo que dice el Salmo 19:7.
Cuando habla de los recordatorios de Jehová, allí dice: “La ley de Jehová es perfecta, renueva las fuerzas.
[Y noten ahora:] Los recordatorios de Jehová son confiables, hacen sabio al inexperto”.
Y muchas veces, son esos recordatorios los que hacen que una persona vuelva a Jehová: lo feliz que era en su casa, los consejos que le daban sus padres, el amor de la congregación a la que asistía.
En la Biblia hay un relato de alguien que dejó su mala vida, recapacitó, y fue gracias a estos recordatorios.
¿Quién fue?
El hijo pródigo.
¿Y no se acordó él, cuando tocó fondo, de su padre, de su padre que lo había tratado con amor?
Así que no debemos subestimar el impacto que la educación puede tener en los hijos.
Aunque puede que los hijos no respondan —o por lo menos de manera inmediata— muchas veces reaccionan más tarde, tal vez por las cosas que les pasan en la vida, y eso hace que se topen de frente con la realidad.
Por otra parte, hay miles de hijos de testigos de Jehová criados en la verdad que, como dice Proverbios, se comportan de una manera pura y correcta.
Y es impresionante que estos jóvenes piensan por sí mismos, no se limitan a repetir como periquitos lo que sus padres les dicen.
Han desarrollado su capacidad de pensar y son capaces de hablar de la verdad, de hecho, la defienden a su manera.
En Gran Bretaña, Tim y Sam, dos niños de 11 años que eran publicadores no bautizados, estaban predicando con la mamá de Tim.
Los dos niños necesitaban maletines nuevos para predicar, pero sus padres no tenían dinero.
Es curioso que esa mañana las mamás de los dos niños, antes de salir a predicar, habían orado sobre ese asunto.
En la última casa que visitaron esa mañana, Tim habló con una mujer y le leyó un texto de la Biblia.
La mujer lo interrumpió y le preguntó de qué religión era.
Cuando Tim le dijo que era testigo de Jehová, la mujer se enojó mucho y lo regañó, y le dijo a su madre que cómo era posible que los Testigos dejaran morir a sus hijos por prohibirles aceptar una transfusión de sangre.
Podemos imaginar que encontrarse en esa situación no fue nada fácil para ese niño y su mamá.
La mamá de Tim le dijo a la señora que por qué no le preguntaba ella misma a los niños lo que ellos pensaban.
Y lo hizo.
Entonces, Tim le explicó que él siempre elegiría tratamientos alternativos que no fueran en contra de su conciencia entrenada por la Biblia.
¡Un niño de 11 años!
Y Sam, el otro niño, dijo que su propia hermana había recibido un tratamiento sin sangre y se recuperó mejor que los que se ponían sangre.
Entonces la señora se dirigió otra vez a la mamá de Tim, y esta vez le echó en cara que anduviéramos llevando a los niños por las casas.
Seguro que nos han dicho esto muchas veces.
En esta ocasión, los dos niños le contestaron a la señora que les encantaba predicar y que era mucho mejor que andar por la calle sin hacer nada, como hacían otros niños de su edad.
Esto le impresionó a la señora.
De hecho, la hizo pensar y se calmó.
Entonces les pidió a los niños que esperaran un momento y entró a su casa.
¡Imagínense la sorpresa que se llevaron cuando regresó con dos maletines de piel nuevos y perfectos para la predicación!
Y es que ella se dedicaba a venderlos.
Su actitud cambió tanto que incluso aceptó que los niños la visitaran de nuevo.
Justo cuando se despidieron, la mamá de la señora, que tenía 94 años y había estado escuchando, salió y le pidió a la hermana que la visitara en su casa.
¡Qué orgullosos estamos de nuestros jovencitos, ¿verdad?!
Es un verdadero placer escucharlos comentar en sus propias palabras en las reuniones, o cuando predicamos con ellos y los oímos expresar su fe.
Sin duda, tenemos muchos, muchísimos jóvenes fieles que están demostrando que de veras son maduros y quieren a Jehová.
Este programa nos ha recordado que todos pertenecemos a una familia muy cariñosa, una familia mundial: la familia de Jehová.
En el siguiente video musical, veremos que todos podemos ayudar a otros a ser parte de esta familia.
♪♪ Dicen que no es fácil encontrar algo más que amigos, familia de verdad.
Mil y una veces me llegué a preguntar: “¿Puede ser tal vez un sueño nada más?”.
Quién lo diría, cuestión de fe, por fin he hallado aquello que tanto deseé, algo que me llena de felicidad, algo tan real, es la familia de Jehová.
Hoy tengo hermanos, tengo hermanas, todos junto a mí.
Hijos y padres también, siempre están ahí.
No me importa su color, su idioma y su país.
Todos son, qué más da, la familia de Jehová.
Es agradable, se siente bien, es un inmenso orgullo poder pertenecer a este pueblo que comparte la verdad, a esta hermandad, la familia de Jehová.
Y qué importa su color, su idioma y su país.
Todos son, qué más da, la familia de Jehová.
Él quiere darnos mucho más que amistad, promete que seremos sus hijos de verdad.
Sueño con vivir por la eternidad siendo parte de la familia de Jehová.
Seré la familia de Jehová, de Jehová, de Jehová. ♪♪ ¡Qué video tan animador!
Esta canción encaja muy bien con el programa de este mes, que ha girado en torno a la familia.
Alex, gracias por estar aquí hoy.
Gracias a ti, Gerrit.
En el programa de este mes se nos recordó que la serie de dibujos animados “Hazte amigo de Jehová” es una herramienta muy útil para que los padres eduquen a los hijos, y que además les gusta a todos.
También vimos que los adolescentes pueden cultivar una amistad estrecha con Jehová y llegar a ser cristianos verdaderos.
Esto los ayudará a defender sus creencias.
Y les presentamos una nueva serie, “Secretos para un matrimonio feliz”, y vimos que es importante que los matrimonios se muestren amor y cariño.
Ahora es el momento de la videopostal, que nos transportará a Zambia.
Este país, situado en el centro sur de África, es una tierra de amplios espacios naturales, abundante vida salvaje y espectaculares ríos y cataratas.
Toma su nombre del río Zambeze, que fluye a través de las cataratas Victoria.
En la época en la que el río se desborda, las cataratas Victoria se consideran la cortina de agua más grande de la Tierra.
Cada minuto, caen por las cataratas hasta 545 millones de litros de agua, unos 144 millones de galones.
En el pasado, los testigos de Jehová de Zambia se enfrentaron a una feroz oposición, provocada por el nacionalismo.
Durante los años sesenta, miles de hijos de testigos de Jehová fueron expulsados de las escuelas por no saludar a la bandera, y se prohibió la predicación de casa en casa.
Pero, con la ayuda de Jehová, los hermanos aguantaron, y muchas personas aceptaron la verdad.
En la actualidad, hay más de 225.000 testigos de Jehová en Zambia.
Para ayudar a los hermanos que viven donde no hay internet o no funciona bien, el superintendente de circuito graba sus discursos, los pone en una memoria USB y se los da a los ancianos para que los distribuyan.
Visitemos a los hermanos de la congregación Lusaka Rockfield.
A pesar de la pandemia del COVID-19, han mostrado un gran entusiasmo en la predicación.
De hecho, la congregación creció tanto que se tuvo que formar una nueva.
Además, durante la pandemia, muchísimas personas han asistido a las reuniones y a las asambleas.
Algunos jovencitos de la congregación ayudan con la grabación de nuestras canciones.
Los hermanos y hermanas de la congregación Lusaka Rockfield, de Zambia, les envían saludos y todo su cariño.
Y nosotros también les mandamos nuestro amor a todos ustedes.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting.