En este discurso vamos a hablar del milagro de la oración.
¿Cuál es una de las mejores maneras de acercarnos a Jehová y permanecer cerca de él?
La oración.
Cuando oramos, le expresamos nuestro amor a Jehová de una manera muy personal. La Atalaya dijo hace unos años: “Sepa con seguridad que por medio del milagro de la oración Jehová puede escucharle a usted”.
Y es adecuado describir la oración como un milagro.
Pensemos en lo siguiente.
Podemos orar en cualquier idioma.
Y eso que, según algunos lingüistas, hoy en día se hablan más de 6.800 idiomas en la Tierra.
Jehová puede entender todas esas lenguas.
A nosotros nos impresiona que alguien hable varios idiomas.
Pues Jehová los conoce todos.
Y eso incluye los 300 lenguajes de señas que, según una enciclopedia, probablemente se hablan hoy.
Jehová entiende todos los lenguajes de señas.
Es más, podemos orar incluso en silencio, sin que nadie más oiga lo que decimos en nuestro corazón.
Y es increíble que, si un siervo de Jehová leal ni siquiera sabe qué decir ya sea porque la situación es muy complicada o porque esté angustiado, según Romanos 8:26, el espíritu santo de Jehová puede orar por él.
Es realmente un milagro.
Y sabemos que Jehová no ha delegado en nadie la tarea de escuchar las oraciones, ni siquiera en su hijo.
Salmo 65:2 dice que Jehová es “el que escucha las oraciones”.
“El que escucha” está en singular.
Pero la pregunta es ¿qué es la oración?
Algunos dicen que orar es hablar con Jehová.
Pero ¿es eso exacto?
Busquemos Génesis, capítulo 3, para ver si orar es solamente hablar con Jehová.
Génesis, capítulo 3, versículo 9: “Y Jehová Dios estuvo llamando al hombre una y otra vez, y diciéndole: ‘¿Dónde estás?’.
Por fin, el hombre respondió: ‘Oí tu voz en el jardín, pero, como estaba desnudo, tuve miedo y me escondí’ ”.
Es evidente que Adán estaba hablando con Jehová, pero no estaba orando.
Y en la Biblia hay muchos más ejemplos de esto.
El libro Perspicacia define muy bien la oración.
Dice que es “dirigirse al Dios verdadero [...] en actitud de adoración”.
Y añade: “Conlleva devoción, confianza, respeto y un sentido de dependencia de aquel a quien se dirige la oración”.
Esto es muy importante.
Si queremos que Jehová vea nuestras oraciones no solo como que estamos hablando con él, sino como oraciones reales, debemos dirigirnos a él con una actitud de adoración, con devoción, confianza, respeto y demostrando que dependemos totalmente de él.
Y, claro, para eso tenemos que preparar nuestro corazón antes de orar a Jehová.
En Esdras 7:10 leemos que Esdras preparó su corazón.
Y nosotros deberíamos hacer lo mismo.
Y aquí surge otra pregunta.
¿Cuántos tipos de oraciones hay?
Bueno, nuestras publicaciones han explicado que hay básicamente cuatro tipos de oraciones.
Están las peticiones, las súplicas, las de agradecimiento y las de alabanza.
Pero, si lo pensamos un poco más, podríamos reducirlo a dos, las peticiones y las de agradecimiento, porque las súplicas son peticiones, cargadas de sentimientos muy intensos, pero peticiones.
Y una alabanza es una forma de dar gracias, de darle las gracias a Jehová por ser la clase de Dios que es.
Hablemos brevemente de estas cuatro categorías en las que podemos dividir las oraciones.
Primero, las peticiones.
Como su nombre indica, son cosas que le pedimos, que le solicitamos, a Jehová.
Y Jehová nos anima a pedirle las cosas que necesitemos.
En Mateo 7:7, Jesús dijo: “Sigan pidiendo y se les dará, sigan buscando y encontrarán, sigan tocando a la puerta y se les abrirá”.
Jesús también nos dijo algunas cosas que podemos pedirle a Jehová: el pan para el día, que nos perdone los pecados y que nos libre del Maligno, entre otras cosas.
Hablemos ahora de las súplicas. La Atalaya explica que son peticiones muy intensas, que son ruegos.
Implica implorar a Dios con gran intensidad, como en tiempos de gran tensión o peligro.
Si quieren un ejemplo moderno de lo que es una súplica, piensen en la oración de una hermana la noche antes de que ejecuten a su esposo por ser íntegro.
Eso es una verdadera súplica.
Oraciones de agradecimiento.
Obviamente, hacemos estas oraciones para darle gracias a Jehová.
Y hay muchas cosas por las que podemos mostrarle nuestro agradecimiento a Jehová.
Pensemos en todas las cosas materiales o físicas que son necesarias para la vida y que además nos hacen felices.
“Todos los regalos buenos y todos los dones perfectos vienen” de Jehová.
Santiago 1:17.
¿Y qué hay de la inmensa cantidad de regalos espirituales que Jehová nos ha dado?
Los beneficios del rescate, el espíritu santo, la Biblia, la congregación cristiana y la maravillosa esperanza del Reino.
Solo por mencionar algunas cosas.
¿Cómo no vamos a darle las gracias a Jehová por todo lo que ha hecho, está haciendo y va a hacer en el futuro?
Como dijo Pablo en Efesios 5:20, deberíamos darle “siempre las gracias a nuestro Dios y Padre por todo”.
Oraciones de alabanza.
Las alabanzas son oraciones en las que ensalzamos a Jehová, y están muy relacionadas con las de agradecimiento.
En las oraciones de agradecimiento, le damos las gracias a Jehová por las cosas que él nos da.
En las oraciones de alabanza, le damos las gracias por ser la clase de Dios que es y por sus cualidades, que tanto valoramos.
Un hermano dijo que alabar a Jehová es “presumir de él”.
Y es que eso es justo lo que dijo Pablo en 1 Corintios 1:31: “El que presume, que presuma de Jehová”.
Jehová está por encima de todos.
Y por eso se merece toda nuestra alabanza.
Éxodo, capítulo 15, versículo 11, apoya esta idea.
Dice: “¿Quién entre los dioses es como tú, oh, Jehová?
¿Quién es como tú, que demuestras ser supremo en santidad?
Tú eres aquel a quien se debe temer y alabar con canciones, aquel que hace cosas impresionantes”.
Está claro.
Jehová se merece que le cantemos canciones de alabanza.
Estos son los cuatro tipos de oraciones que hay.
Las peticiones, las súplicas, las de agradecimiento y las de alabanza.
Y, por supuesto, cuando oramos deberíamos intentar combinar los cuatro tipos de oraciones de los que hemos hablado.
Porque, si no tenemos cuidado, corremos el peligro de que nuestras oraciones se conviertan solo en peticiones.
Y eso no estaría bien, ¿verdad?
De hecho, me estoy acordando de un comentario que hizo la ¡Despertad! en la sección “Observando el mundo” sobre una encuesta entre gente que oraba.
Los resultados de la encuesta demostraron que la mayoría de la gente que ora hace solo peticiones.
Y decía que veían a Dios como si fuera una especie de Santa Claus.
“Dame esto. Dame lo otro.
Haz esto por mí. Ayúdame”.
No quisiéramos que nuestras oraciones pudieran sonar egoístas, ni un poco.
¿Pero qué es lo que olvida la mayoría de la gente en sus oraciones?
Alabar a Jehová.
Si nos descuidamos, podríamos olvidarnos de alabar a Jehová como él merece.
Y eso sería muy triste, porque él de verdad merece que lo alabemos.
Por lo tanto, perseveremos en la oración.
Romanos 12:12.
Oremos constantemente.
1 Tesalonicenses 5:17.
Esforcémonos para que nuestras oraciones sean equilibradas y sinceras, dándole a nuestro Padre celestial la adoración que se merece.
Eso nos ayudará a acercarnos a nuestro maravilloso Padre y a permanecer cerca de él.