¡Buenos días, alumnos!
Soy el director Rodríguez.
Ya saben que pronto se acaba el año y tendremos nuestra fiesta.
¡Qué emocionante!
Habrá juegos, dulces… ¡Va a ser genial!
¡Síííííí!
¡Fiesta! ¡Fiesta!
¡Hay fiesta!
¡Fiesta!
Bueno, bueno, tranquilos.
Nos vemos mañana.
Nos vemos en la fiesta, Sofía.
¡Ay, no!
Tú no puedes ir.
Bueno, ¡eso es todo por hoy!
¿Qué?
Ah, OK, es verdad. Gracias.
Antes de irme, me gustaría anunciar quién fue el mejor estudiante del mes, y es...
¡Caleb, eres el mejor!
Mira a Caleb, ¡qué contento va!
Ese es mi hermanito.
Se esfuerza un montón, y Jehová lo ayuda mucho.
Me gusta aprender de Jehová.
¿Lista para la clase?
¡Ah! Voy por mi libro.
Nos vemos afuera.
¡OK!
Hola, Cati.
Ah, hola.
¿Qué haces?
Eh... pues... voy a ir a ver a...
Sofía.
¿Por qué te juntas con ella?
Es tan...
¿Diferente?
Rara.
Nunca hace nada divertido.
O sea, tú eres diferente, Cati.
Pero no como ella.
Deberías juntarte con nosotras, no con esa tonta.
¡Ángela!
¡Quiero hablar contigo!
Te veo luego, Cati.
¿No te molesta que otros piensen que eres diferente?
¿Por qué lo dices?
Unos niños dicen que ustedes son raros, que no los dejan celebrar fiestas y que no pueden divertirse.
¿Qué?
¿Que no podemos divertirnos?
Claro que nos divertimos.
Ser diferente no está tan mal, aunque a veces no sea fácil.
Jesús fue diferente.
¿Jesús?
Sí, Jesús.
Hablamos mucho de él en la adoración en familia.
En la Biblia, Jesús dijo que sus seguidores “no son parte del mundo”.
¿Qué piensan que significa no ser parte del mundo?
Mmm...
¡Guau! ¡Guau!
T-menos 10... 9... 8... 7...
6... 5... 4... 3... 2... 1...
¡Despegue!
Buen intento.
Pero no tenemos que irnos del planeta.
Jesús no quería sacar a sus seguidores de este mundo, sino que...
... que no fueran “parte del mundo”.
Eso es, mi amor.
Y ¿qué otra cosa dijo él?
“Ellos no son parte del mundo, igual que yo no soy parte del mundo”.
¿Qué significa que Jesús no era “parte del mundo”?
¡Vamos a ver!
Jesús era diferente a todos los demás, y sus amigos también.
Les enseñó a ser diferentes en lo que hacían, en lo que decían y hasta en lo que pensaban.
¿De verdad?
¿Cómo?
La gente no siempre es amable con los que les parecen diferentes.
Pero él quería ayudar a todos.
Y por eso algunos se enojaron mucho con él.
Querían que fuera como ellos.
Pero a él no le importaba lo que ellos pensaran, porque ¿a quién quería parecerse Jesús?
¡A Jehová!
¡Muy bien!
Jehová dice que los que lo obedecen para él son especiales.
Por eso, si amas y obedeces a Jehová y no eres “parte del mundo” como hizo Jesús..., ... eso es lo que te hace especial para él.
No sé si algún día podré ser como ustedes.
¿Pero por qué, Cati?
Bueno, bueno, tranquilos.
Ay... Pues no sé.
Bueno, tengo que irme.
Si amas a Jehová y lo obedeces, eso es lo que te hace especial para él.
¡Eh!
¡Un leproso!
¡Lárgate!
¡No te queremos aquí!
Pero ¿qué está haciendo?
¡No debería estar aquí!
Señor, sé que, si quieres, tú me puedes limpiar.
¡Claro que quiero!
Queda limpio.
¡Es un milagro!
¡¿Pero qué es esto?!
Jesús no es de los nuestros.
Jesús era diferente en lo que hacía, decía y pensaba.
Siento lo de tu abuelita.
Te traje este libro.
Te va a ayudar.
Gracias.
Y por eso algunos se enojaron mucho con él.
¡Ayyy!
Uy, perdón, no te vi.
¿Estás bien?
Déjame ayudarte.
A mí también me molestan.
La gente no siempre es amable con los que les parecen diferentes.
Deberías juntarte con nosotras, no con esa tonta.
Jesús quería ser como su Padre, Jehová, y eso fue lo que lo hizo especial.
Ey, mi amor, ¿qué tal la clase con Sofía?
Mamá, quiero enseñarte algo.
Ah, OK.
Bueno, ¡todo el mundo a disfrutar de la fiesta!
Ey, Cati, ¿vienes o qué?
Mira y aprende, Sofía.
Ey, ¡hola!
¿No fuiste a la fiesta?
No. Quiero que Jehová esté feliz.
Ven, juega con nosotros.
Ay... ¡Otra vez!