Nicholas Ahladis: Jehová se preocupa por los “pequeños” (Mat. 18:10)

Vamos a leer el texto de hoy completo.

Mateo 18:10: “Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en el cielo siempre ven el rostro de mi Padre que está en el cielo”.

Bueno, respondamos dos preguntas sobre este versículo.

La primera: ¿quiénes son “estos pequeños”?, ¿quiénes dio a entender Jesús que eran?

Y la segunda: ¿cómo está cuidando Jehová a los “pequeños” en la actualidad?

Bueno, ¿quiénes son “estos pequeños” que se mencionan en el texto?

El libro Jesús es el camino relaciona este capítulo de Mateo con los relatos de Marcos y Lucas.

Y los Evangelios de Marcos y Lucas nos explican que, antes de hacerle una pregunta a Jesús, los discípulos habían estado discutiendo sobre quién era el más importante.

Entonces, en Mateo 18:1, ellos le preguntan a Jesús abiertamente: “¿Quién es el mayor en el Reino de los cielos?”.

Y Jesús aprovecha la oportunidad para enseñarles una lección difícil de olvidar.

Llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “A no ser que cambien y lleguen a ser como niños, nunca van a entrar en el Reino de los cielos”.

Usó a este niño como ejemplo para corregir su manera de pensar.

En el versículo 6, Jesús dice: “Estos pequeños que tienen fe en mí”.

Y, en el versículo 10, advierte: “Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños”.

Un artículo de La Atalaya del 2015 explica que estos son los que parecen “ ‘pequeños’ o poco importantes para el mundo”.

Cuando Jesús dijo estas cosas, probablemente estaba señalando a aquel niño que estaba allí con ellos.

Ese niño representaba a todos los discípulos humildes que tienen fe en Jesús.

Una obra de consulta dice que “despreciar a estos pequeños significa tratarlos como si no valieran nada”.

Justo después de decirles a los discípulos que no despreciaran a los pequeños, les puso un ejemplo conmovedor, el de un pastor que tenía 100 ovejas.

Para este pastor ni una de sus ovejas era de poco valor, no despreciaba a ninguna.

Buscaba por todas partes a la que se perdía, o se alejaba del rebaño, o todavía no había vuelto.

Esto nos lleva a la segunda pregunta: ¿cómo está cuidando Jehová a los “pequeños” en la actualidad?

Hablemos por unos minutos sobre lo que Jehová ha hecho para que los “pequeños” del continente de África se unan a su rebaño.

En África se hablan muchos idiomas, al menos un tercio de los idiomas del mundo.

Nuestras publicaciones se han traducido a más de 350 idiomas africanos, y parte de la Traducción del Nuevo Mundo ya está disponible en 90 de esos idiomas.

Muchos de ellos no se enseñan en las escuelas.

De hecho, La Atalaya a menudo es la única publicación periódica disponible.

Muchas de las personas de África que hablan los idiomas oficiales, como el inglés, el francés, el portugués o el suajili, tienden a pensar que los idiomas locales son inferiores o menos importantes.

De hecho, muchas Iglesias ofrecen sus servicios religiosos solamente en los idiomas oficiales.

Claro, eso no es un problema, porque los que van a la iglesia normalmente no participan.

Se limitan a cantar una canción o dos.

El caso es que millones de personas, especialmente en las zonas rurales, no aprenden los idiomas oficiales, quizás porque no se enseñan en las escuelas o por falta de dinero.

Así que no los dominan o incluso no los entienden en absoluto.

Pero eso no impide que Jehová encuentre a las ovejas que hablan idiomas minoritarios.

Jehová las trae a su pueblo.

Recientemente, el Cuerpo Gobernante decidió que se tradujeran el libro Disfrute de la vida y la revista La Atalaya al havu, al kanyok y al kinande, que son idiomas congoleños.

Veamos el efecto que tiene en los hermanos escuchar la voz de Jehová en su propio idioma.

Habakkuk, un hermano que habla kinande, aprendió la verdad en suajili, uno de los idiomas oficiales del país.

Pero le costaba progresar porque no entendía bien el suajili.

Él dijo: “Mi lengua materna es el kinande.

Pero yo pensaba que era un pecado hablar kinande en el Salón.

Cuando empezamos a tener reuniones en kinande, me di cuenta de que no era un pecado hablar mi idioma en el Salón.

En nuestro territorio, la gente habla kinande, y ahora les doy clases de la Biblia a seis personas.

Estoy muy agradecido por poder predicar en kinande, porque encuentro a muchas personas que quieren saber más de la Biblia”.

Caphia, una hermana que habla kanyok, dice: “Me costaba dar los pasos para bautizarme porque estudiaba en chiluba” —que es otro de los idiomas principales del Congo—, “pero ese no era mi idioma.

Así que, cuando vi el folleto Escuche a Dios en kanyok, solo el título ya me llegó al corazón.

Ahora me encanta estudiar la Biblia.

Me siento cómoda orando.

Siento que Jehová es mi Padre y que me está escuchando.

Finalmente me bauticé en el 2022.

Cuando predico en kanyok, encuentro a mucha gente que tiene interés.

A menudo los oigo decir que ahora se dan cuenta de que Dios entiende su idioma, el kanyok”.

Y por último Anita, una hermana de 18 años que habla havu, dijo: “Empecé a estudiar en el 2020 en suajili.

Pero iba lento, iba a paso de tortuga.

Cuando veía llegar a mi maestra, empezaba a temblar, porque me costaba mucho estudiar en suajili.

Pero, cuando empecé a estudiar la Biblia en havu y a asistir a las reuniones en mi idioma, dejé de tener miedo.

Entonces disfrutaba de estudiar y comentaba en las reuniones.

Y hace poco me bauticé.

Ahora mi amistad con Jehová es más fuerte y mis oraciones son más profundas, porque ahora puedo abrirle mi corazón sin miedo a cometer errores, como me pasaba en suajili.

Ahora me siento cómoda al predicar.

Ya no tengo miedo de que se rían de mí, que era lo que me pasaba cuando hablaba suajili”.

Estos son solo tres ejemplos, pero los miles de cursos de la Biblia que se dirigen en estos y otros idiomas nativos del Congo demuestran que a Jehová le importan mucho estas personas, “estos pequeños”.

Pero no solo producimos publicaciones en estos idiomas, sino también producimos videos en 22 lenguas de señas africanas.

Uno de “estos pequeños”, que se comunica en lengua de señas zimbabuense, dijo: “Queremos agradecerles a los hermanos todo lo que han hecho para preparar las asambleas y traducir el libro Disfrute de la vida.

El duro trabajo que hacen transmite este mensaje: ‘Jehová ama a los sordos.

Jehová ama a los sordos’ ”.

Estos comentarios muestran por qué tenemos reuniones y producimos publicaciones en tantos idiomas de África, así como en otros lugares de la Tierra.

Esto es prueba de que Jehová se preocupa por “estos pequeños”.

En muchos casos, no hay miles de publicadores que hablen estos idiomas nativos o lenguas de señas, sino solo unos cientos.

La mayoría de los equipos de traducción son muy pequeños, como estos que vemos aquí, el de havu y el de kanyok.

Claro, no producen todo lo que tenemos en inglés, pero hacen todo lo que pueden, porque saben que la gente necesita publicaciones en su idioma para conocer a Jehová.

Estos traductores trabajan con mucho entusiasmo.

Por ejemplo, hace unos años, una hermana interpretó, ella sola, casi todos los discursos de una asamblea internacional para un pequeño grupo de sordos.

El hermano Henschel vio lo mucho que ella estaba trabajando, y le preguntó a un hermano: “¿De dónde saca las energías?”.

Él le respondió: “Una de las hermanas sordas del auditorio es su mamá, y la hija no quiere que se pierda nada del programa”.

Y nuestros traductores, tanto de África como de todo el mundo, sienten lo mismo por sus hermanos.

Tengamos también en cuenta lo que Jesús dijo en la segunda parte del texto de hoy: “Sus ángeles en el cielo siempre ven el rostro de mi Padre que está en el cielo”.

La nota de estudio de este versículo explica algo interesante: “Lo que dice Jesús sobre estos pequeños (es decir, sus discípulos) y ‘sus ángeles’ no significa necesariamente que cada cristiano devoto tenga su propio ángel de la guarda.

Aun así, los ángeles sí velan por el bienestar espiritual de los cristianos verdaderos en conjunto y se interesan de forma activa por cada discípulo de Cristo”.

Para nosotros es un honor colaborar con los ángeles y con el esclavo fiel.

Ellos tienen el mismo punto de vista que Jesús, que encontramos en la parte final del comentario de hoy.

Jesús dijo de su Padre celestial, Jehová: “Él no desea que ni uno solo de estos pequeños se pierda”.

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