Clive Martin: Imitemos la fe de Sara (Heb. 11:11)

Tenemos fe en Jehová y confiamos en sus promesas.

Alguien que nos dejó un gran ejemplo sobre esto fue Sara, la esposa de Abrahán.

Si juntáramos todas las palabras que se le atribuyen a Sara en Génesis, tendríamos más o menos 12 oraciones.

La mitad de ellas son sobre Agar e Ismael.

La otra mitad tienen que ver con la idea de darle un hijo a Abrahán.

Está claro que la promesa sobre la descendencia de Abrahán era muy importante.

Pero ¿qué pensaba Sara sobre esto?

Lo que ella dijo nos da una idea, pero podemos saber muy bien lo que pensaba gracias a lo que dice Hebreos 11.

Así que, por favor, busquen el capítulo 11 de Hebreos y quédense ahí.

El versículo clave es el 11: “Por la fe, Sara también recibió poder para concebir descendencia, a pesar de que ya se le había pasado la edad, porque consideró fiel al que le hizo la promesa”.

“Porque consideró fiel al que le hizo la promesa”.

Esa fe no se consigue de la noche a la mañana.

Vamos a repasar 25 años de la vida de Sara para ver cómo ella mantuvo su fe en las promesas de Jehová a pesar de las dificultades, las decepciones y la incertidumbre.

Dificultades: Sara tiene unos 65 años.

Acompaña a su esposo, Abrahán, en un viaje.

Cruzan el río Éufrates para ir al sur, hacia Canaán.

Era un viaje largo y agotador, pero los movía la promesa de Jehová: “Te convertiré en una gran nación”.

Y no iba a ser fácil.

Todavía estaban adaptándose a vivir en este nuevo país cuando ocurrió una época de hambre.

Eso los obligó a hacer un largo viaje hacia Egipto.

Y por si fuera poco secuestran a Sara, porque el faraón quería casarse con ella.

¿Los había abandonado Jehová?

Claro que no.

Jehová salvó a Sara de aquella situación de manera milagrosa.

Y pudieron volver sanos y salvos a la tierra de Canaán.

Y allí empezó a irle bien a la familia.

¿Qué le enseñó eso a Sara sobre las promesas de Jehová?

Que no debía centrarse en las dificultades, sino en cómo Jehová nos ayuda a aguantar.

Decepciones: imaginen lo contento que estaba Abrahán cuando una noche entra y le cuenta a Sara lo que Jehová le acababa de decir: “Mira al cielo y cuenta las estrellas...

si es que puedes contarlas”.

“Así de numerosa llegará a ser tu descendencia”.

Pero Jehová también le dijo a Abrahán que su descendencia sería maltratada y esclavizada durante 400 años en otro lugar antes de volver a poseer su tierra.

Si tú fueras Sara, ¿cómo responderías?

“¿Cuatrocientos años?

Llevamos aquí ¿qué, 10 años?

¿Y dices 400 años?

¡Ni siquiera vamos a vivir para verlo!”.

Pero ¿cómo reaccionó Sara cuando supo el alcance de aquella promesa, todo lo que implicaba?

Volvamos a Hebreos 11.

Los versículos 11 y 12 hablan sobre la fe de Sara, y luego el versículo 13 dice: “Todos ellos [incluida Sara] murieron firmes en la fe, aunque no recibieron las cosas prometidas [murieron antes].

Pero las vieron a lo lejos y las aceptaron con gusto”.

Como Sara confiaba en las promesas de Dios, fue paciente y respetó que él decidiera cuándo hacer las cosas.

Pero probablemente esta no fue su mayor decepción.

Jehová acababa de repetir que la descendencia de Abrahán sería como las estrellas de los cielos.

Y Sara quería, más que nada en el mundo, ser ella la que le diera ese hijo a Abrahán.

Pero, a la edad de 75 años, parecía que las probabilidades de tener ese privilegio se esfumaban.

¿Qué iba a hacer?

Sara sabía que la promesa era mucho más importante que sus sentimientos, ¿qué fue lo que hizo?

Tomó a su sierva Agar y se la entregó a Abrahán para que ella le diera un hijo.

Sara tenía fe en la promesa de Jehová.

Y, aunque sufrió una decepción, quiso hacer todo lo que estaba a su alcance para que se cumpliera.

Pero de la mano de la decepción llegó la incertidumbre.

Imaginen a Sara observando cómo crecía el hijo de Agar.

¿Se preguntaría cuál era su papel, si ella valía algo?

La siguiente vez que la Biblia habla de Sara, Ismael tiene unos 13 años y ella 89.

Ella y Abrahán están atendiendo a tres mensajeros de Jehová, eran ángeles.

Y, mientras Sara escucha lo que dicen, se da cuenta de que esta vez el mensaje no es solo para Abrahán, es para ella.

Dijeron: “En un año, por estas fechas, Sara tendrá un hijo”.

Cuando lo oye, ella se ríe —no lo puede evitar— y luego niega haberse reído.

Y esa risa, ¿era una muestra de falta de fe en la promesa de Jehová?

No. Volvamos al versículo clave, que nos dice lo que ella pensaba, el versículo 11: “Por la fe, Sara [...] recibió poder para concebir descendencia”.

¿Por qué?

“Porque consideró fiel al que le hizo la promesa”.

Ella siempre tuvo fe.

Ahora imaginen la alegría de Sara mientras cría a un hijo que ama a Jehová y que quiere servirle.

Es él, es la persona ideal para que se cumpla la gran promesa de Jehová, y es su hijo.

Sara murió antes de poder ver a Isaac casarse con Rebeca y no pudo conocer a los gemelos.

Pero, cuando resucite en el Paraíso, podrá enterarse de todo eso y podrá ver el importante papel que Jehová le dio a ella en el cumplimiento de su propósito.

Pero volvamos atrás, ¿cómo se enfrentó Sara a aquellos años de incertidumbre?

Volvamos al capítulo 11 de Hebreos, porque ya dijimos que Sara era una mujer que tenía fe en las promesas de Jehová.

Si nos fijamos un poco antes, en el versículo 6, veremos algo importante sobre la fe.

Pablo dice: “Además, sin fe es imposible agradarle a Dios, porque el que se acerca a Dios tiene que creer [tiene que creer] que él existe y que recompensa a los que lo buscan con empeño”.

Sara no siempre supo cómo la recompensaría Jehová ni cuándo.

Pero sí tenía esta clase de fe.

Ella sabía que Jehová es un Dios que recompensa a sus siervos y cumple sus promesas.

¿Qué nos enseña el ejemplo de Sara sobre la fe en las promesas de Jehová?

Tenemos dificultades, pero nos concentramos en cómo Jehová nos ayuda a superarlas.

Si nos sentimos decepcionados, recordemos que el cumplimiento de las promesas de Jehová es más importante que nuestros sentimientos.

Por eso, seamos pacientes y humildes, y hagamos lo que podamos para apoyar su obra.

Y, ante la incertidumbre, confiemos en que Jehová nos recompensará y cumplirá sus promesas.

Todos los días confiamos en Jehová, en que él cumple sus promesas, y él siempre nos ayuda.

Jehová nunca nos decepciona.

Y lo mejor está por llegar.

Lo sabemos, porque, igual que Sara, consideramos “fiel al que [...] hizo la promesa”.

Tal vez te interesen estas entradas

Entrada destacada

James Mantz: ¿Somos privilegiados por tener privilegios?

Antes de venir a Galaad, todos ustedes han disfrutado de muchos privilegios de servicio. Quizás han…

Popular Posts

JW Broadcasting: Abril de 2025

JW Broadcasting: Abril de 2025

¡Bienvenidos a JW Broadcasting®! Los testigos de Jehová vem…

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

Imagina que vas a salir de viaje. Te han regalado los bolet…

James Mantz: ¿Somos privilegiados por tener privilegios?

James Mantz: ¿Somos privilegiados por tener privilegios?

Antes de venir a Galaad, todos ustedes han disfrutado de mu…

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Hay alguien entre ustedes al que no conocen. Es el que vien…

Ronald Curzan: Jehová nos ayuda a vencer gigantes (Mar. 1:11)

Ronald Curzan: Jehová nos ayuda a vencer gigantes (Mar. 1:11)

A veces nos dan una tarea o una responsabilidad, y sentimos…

Tú también puedes ser precursor

Tú también puedes ser precursor

Y un último anuncio. La hermana Lidia Díaz ha sido nombrada…

Evitemos las cosas que destruyen la paz (fragmento)

Evitemos las cosas que destruyen la paz (fragmento)

Hola a todos, soy Clara de Happy Jewels, con más ideas para…

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

Bienvenidos, queridos hermanos. Para empezar, tenemos una n…

JW Broadcasting: Septiembre de 2024

JW Broadcasting: Septiembre de 2024

En el programa de hoy, analizaremos cómo Jehová nos ayuda c…