El texto de hoy nos da un motivo más para alabar a nuestro Dios, Jehová.
¿Y cuál es ese motivo?
Pues que Jehová mantiene a su pueblo bien informado, en especial sobre lo que va a pasar en el futuro.
Es una gran bendición.
Como vamos a leer a continuación, Jehová no solo predice el futuro, sino que hace que se cumpla lo que predice.
Vamos a verlo en Isaías 44:26: “Soy el que hace que las palabras de su siervo se realicen y que cumple por completo las predicciones de sus mensajeros”.
¡Qué bendición tener un Dios como Jehová!
Al analizar la interpretación que hizo Daniel de la imagen, vemos que esa interpretación habla de gobiernos reales de este mundo, gobiernos que se convirtieron en potencias mundiales.
Esos gobiernos existieron de verdad.
En Daniel 2:38, vemos la cabeza de oro, que es Babilonia.
En el 39, el segundo reino, el pecho y los brazos de plata, que es Medopersia.
También en el 39, el tercer reino, el vientre y los muslos de cobre, que es Grecia.
Y en el 40, el cuarto reino, las piernas de hierro: Roma.
Así que no hay duda de que estos reinos existieron.
Pero vemos que no se menciona un quinto reino, un quinto gobierno.
¿Y cómo sabemos que los pies representan a otra potencia mundial, que representan a la potencia formada por el Reino Unido y Estados Unidos?
Para responder, veamos algunas ideas de la Biblia.
La descripción que hace Daniel de los pies de la imagen indica que aquello que representan los pies saldría de Roma, y no que conquistaría Roma, cosa que sí había pasado con los otros reinos de los que hablamos antes.
Fijémonos en que en la imagen Daniel ve el mismo metal.
El hierro de las piernas llega hasta los pies y se extiende hasta los dedos de los pies.
Así que podríamos decir que el cuarto reino del capítulo 2 no representa solo a Roma, representa a otra potencia mundial más.
Sobre este tema, en el capítulo 7 de Daniel encontramos un detalle muy interesante, una idea clave.
En este capítulo, el capítulo 7 de Daniel, él describe a los mismos cuatro reinos de los que ya habló en el capítulo 2.
Pero esta vez los presenta como bestias.
Y la descripción de la cuarta bestia corresponde con lo que leemos en el capítulo 2 sobre el cuarto reino.
Pero en el capítulo 7 dice algo interesante.
Sobre la cuarta bestia, que es Roma, encontramos un detalle clave.
Vamos a verlo juntos.
Busquemos Daniel, capítulo 7, y leamos el versículo 8: “Mientras observaba los cuernos [los 10 cuernos de la bestia], vi que entre ellos salía otro cuerno, uno pequeño, y delante de él se arrancaron 3 de los primeros cuernos”.
Vemos que un cuerno pequeño sale de la cuarta bestia, de Roma.
Y este elimina a tres de los otros cuernos.
Sabemos por la historia que en un determinado momento Gran Bretaña llegó a ser parte del Imperio romano.
Pero entonces, a finales del siglo dieciocho, Gran Bretaña —que ya no era parte del Imperio romano— empezó a ganar protagonismo.
Y Gran Bretaña —el cuerno pequeño— eliminó a tres cuernos: Francia, España y los Países Bajos.
Para 1870, Gran Bretaña tenía el ejército más poderoso del mundo y se había convertido en el mayor imperio que había en la Tierra.
¿Y qué pasó con el tiempo?
Que de este cuerno simbólico, que originalmente era el Imperio británico, salió la potencia mundial formada por el Reino Unido y Estados Unidos.
Estos dos países formaron una alianza especial en la Primera Guerra Mundial.
Y hay un detalle más.
Apocalipsis 17:10 muestra que después de Roma vendría una potencia mundial más, una de las siete cabezas.
Y otra razón por la que sabemos que el cuarto reino del capítulo 2 de Daniel no puede representar solo al Imperio romano la vemos en las palabras del texto de hoy, en Daniel 2:28.
Ahí leemos que Daniel —en la interpretación que le hizo a Nabucodonosor— habló también de lo que iba a pasar “en la parte final de los días”, que es cuando llegó a existir la potencia formada por el Reino Unido y Estados Unidos.
¿En qué se diferencia esta potencia de los reinos mencionados antes en el capítulo 2 de Daniel?
Pues en la mezcla de hierro y de barro.
Y por eso esta potencia sería un poco más débil que la potencia de la que había salido, Roma.
Entonces la pregunta es: ¿qué tiene esto que ver con nosotros?
Daniel le dijo a Nabucodonosor que la interpretación era “digna de confianza”.
No es solo una historia.
Sabemos que la interpretación es exacta.
Sabemos que existió el Imperio babilónico, el Imperio medopersa, el Imperio griego y el romano, y sabemos que existe la potencia mundial formada por el Reino Unido y Estados Unidos.
Estos fueron y son gobiernos reales.
La historia confirma la exactitud de la descripción del capítulo 2 de Daniel y también el orden de aparición de estos gobiernos.
Pero aquí viene la pregunta: aunque sabemos que estos gobiernos fueron reales, ¿estamos convencidos de que la piedra, el Reino de Dios, el gobierno de Dios, también es real?
¿Estamos seguros?
¿Qué pensamos?
¿Estamos convencidos de que la piedra destruirá todos los gobiernos?
Y, en ese caso, ¿estamos apoyando el Reino de Dios?
Como la mayoría de las profecías del capítulo 2 de Daniel ya se han cumplido, sabemos que las que faltan muy pronto se cumplirán.
La piedra se acerca; va hacia los pies.
Solo es cuestión de tiempo.
Y hay un detalle más en el que podemos meditar cuando leemos esta información.
Daniel tuvo que ser muy valiente para decirle a Nabucodonosor: “Tu reino desaparecerá.
Va a ser destruido; va a ser conquistado”.
No tuvo que ser fácil.
Daniel no sabía cómo reaccionaría Nabucodonosor porque el rey no estaba precisamente de muy buen humor cuando Daniel le contó la interpretación.
Iba a matar a todos los sabios, incluido Daniel, si no le contaban el sueño que había tenido.
Así que ¿qué deberíamos hacer nosotros?
¿Qué aprendemos de lo que Jehová nos ha dicho en Daniel 2:44?
¿Tenemos nosotros el mismo valor que tenía Daniel para predicar el mensaje, sobre todo si pensamos que quizás tengamos que hacerlo de manera más directa en el futuro?
Es algo en lo que pensar, ¿verdad?
En conclusión, confiar en lo que Jehová nos ha dicho que pasará en el futuro nos motivará a demostrar que creemos de verdad en el Reino de Dios, que apoyamos ese Reino y que tenemos y siempre tendremos el valor para hablar de él como un gobierno real.