¡Bienvenidos, hermanos!
¿Han pensado en lo que vimos en la reunión anual del 2023?
¿Recuerdan cómo se destacó la misericordia de Jehová, “el Juez de toda la tierra”?
Nos emocionó mucho saber que personas que murieron en el Diluvio o en la destrucción de Sodoma y Gomorra, y hasta algunos que quizás se arrepientan durante la gran tribulación, podrían beneficiarse de la misericordia de Jehová.
Después de escuchar ese programa, ¿han estado pensando y pensando en la misericordia de Jehová?
Pues el Cuerpo Gobernante también.
Hemos estado orando, estudiando, meditando y hablando del tema...
Nos hemos centrado en cómo Jehová trató a los que cometieron pecados graves en el pasado.
En este informe, analizaremos brevemente el ejemplo que Jehová nos dejó en la Biblia.
Luego explicaremos algunas novedades sobre la manera de tratar pecados graves en la congregación cristiana.
En 2 Pedro 3:9 dice que Jehová “no desea que ninguno sea destruido, sino que todos lleguen a arrepentirse”.
¿Qué nos enseña este texto?
Nos ayuda a entender que Jehová quiere que la gente se arrepienta y pueda vivir.
Cuando Adán y Eva se rebelaron, condenaron a la humanidad al pecado y la muerte.
¿Qué hizo Jehová entonces?
Enseguida tomó medidas para ayudar a tantos descendientes de Adán como fuera posible a obtener la vida.
Con el sacrificio de Jesús, Jehová hace posible que se cubran los pecados de todos los que demuestran fe y se arrepienten.
Esas personas pueden vivir para siempre.
Por eso no nos extraña que a lo largo de la Biblia encontremos a Jehová animando a los pecadores a arrepentirse y a los que se han alejado de la adoración verdadera a volver.
Y esto encaja con lo que dice Romanos 2:4: Veamos algunos casos en los que Jehová trató de llevar a pecadores hacia el arrepentimiento.
Caín odiaba tanto a su hermano Abel que quería matarlo, pero Jehová tomó la iniciativa y trató de razonar con él.
Otro ejemplo: Jehová usó al profeta Natán para llevar a David hacia el arrepentimiento.
¿Y qué pasó con la nación de Israel?
Jehová siguió interesándose por ellos, hasta cuando ellos no querían arrepentirse.
En Ezequiel 33:11, Jehová le ruega a la nación de Israel: ¿Qué aprendemos de esto?
Aunque Jehová no obliga a nadie a arrepentirse de sus pecados, les ha demostrado muchísima compasión a los seres humanos imperfectos.
Él ha hecho hasta lo imposible por darnos su perdón, por tocar el corazón de los pecadores y por llevarlos hacia el arrepentimiento siempre que se puede.
¿Verdad que Dios es muy compasivo y misericordioso?
El Cuerpo Gobernante ha orado sobre el tema y ha analizado cómo se podría reflejar mejor la misericordia de Jehová cuando un cristiano peca.
Y, gracias a eso, comprendemos mejor tres textos bíblicos.
Veamos el primero; es 2 Timoteo 2:24, 25.
Ahí Pablo dijo: ¿A quiénes se estaba refiriendo Pablo cuando dijo “los que no tienen una buena actitud”?
Una nota de 2 Timoteo 2:25 en la Biblia de estudio en inglés explica: Hoy en día, estos pudieran ser hermanos y hermanas de la congregación que pasan por alto los consejos bíblicos y cometen un pecado grave.
Cuando alguien comete un pecado grave, necesita la ayuda de los ancianos.
Por eso un comité de ancianos se reúne con él.
El objetivo de estos ancianos no es solo juzgar si la persona está arrepentida, sino también hacer lo que dice 2 Timoteo 2:24, 25.
Los ancianos deben corregir y enseñar al hermano con apacibilidad.
Entonces, ¿cuál es su misión?
Vean lo que dice otra nota de estudio para 2 Timoteo 2:25: Así que los ancianos tienen la meta de llevar al pecador hacia el arrepentimiento.
Entender mejor 2 Timoteo 2:24, 25 nos ha llevado a hacer algunos cambios.
Hasta ahora, por lo general, un comité de ancianos se reunía con el pecador una sola vez.
Sin embargo, el Cuerpo Gobernante ha decidido que el comité puede decidir reunirse con él más de una vez.
¿Por qué?
En Apocalipsis 2:21 se habla de una tal “Jezabel”.
Jesús dijo de ella: “Le di tiempo para que se arrepintiera”.
Esperamos que, mediante los esfuerzos y el cariño de los ancianos, Jehová ayude al cristiano que se ha descarriado a recobrar el juicio y a arrepentirse.
Si la persona se arrepiente, el comité la pastoreará para que pueda escapar de las trampas de Satanás y siga haciendo rectos los caminos para sus pies.
Este procedimiento refleja lo que hizo Jehová para ayudar personalmente a David y a la nación de Israel a arrepentirse.
¿Y qué ocurre cuando un menor bautizado —que tiene menos de 18 años— comete algún pecado grave?
Hasta ahora, un comité de ancianos se reunía con el menor y con sus padres cristianos.
Pero, a partir de ahora, dos ancianos se reunirán con el menor y sus padres Testigos.
Los ancianos averiguarán qué medidas han tomado los padres para ayudar a su hijo a arrepentirse.
Si el menor tiene una buena actitud y está aceptando la ayuda de sus padres, los dos ancianos podrían decidir que ya no es necesario tomar medidas adicionales.
Claro, los ancianos hablarán con los padres de vez en cuando para comprobar que el menor está recibiendo la ayuda necesaria.
Pero ¿y si el menor no se arrepiente y sigue pecando?
¿Qué se hace entonces?
En ese caso, un comité de ancianos se reunirá con él y con sus padres cristianos.
El Cuerpo Gobernante está seguro de que estos cambios reflejan el deseo de Jehová de llevar a los pecadores hacia el arrepentimiento.
Él quiere que “recobren el juicio y escapen de la trampa del Diablo”.
Jehová “no desea que ninguno sea destruido, sino que todos lleguen a arrepentirse”.
Analicemos el segundo texto.
Es 1 Corintios 5:13, que dice: La Biblia enseña claramente que hay que sacar de la congregación a un pecador que no se arrepiente.
Y en realidad es una consecuencia que él mismo ha provocado.
¿Por qué?
Porque los ancianos han intentado con amor varias veces llevarlo hacia el arrepentimiento, pero él se ha negado a hacerles caso.
Cuando los ancianos le informen a una persona que se le va a sacar de la congregación, no la dejarán sin la esperanza de volver.
El comité no solo le explicará los pasos que debe dar para que la congregación la reciba de nuevo.
¿Qué más harán los ancianos?
Ellos le dirán a la persona que les gustaría reunirse con ella en unos pocos meses para ver si ha cambiado de actitud.
Si la persona acepta reunirse, los ancianos tratarán con cariño de hacer que se arrepienta y vuelva.
¿Qué pasa con las personas que fueron expulsadas en el pasado, quizás hace muchos años?
En algunos casos, tal vez ni siquiera recuerden por qué se les expulsó.
Puede que hayan abandonado hace años su mala conducta.
El Cuerpo Gobernante ha decidido que los ancianos deben visitar a esas personas, orar con ellas y animarlas con cariño a que vuelvan a la congregación.
Si alguien lleva muchos años alejado de la congregación, sin duda estará muy débil espiritualmente.
Por eso, si la persona quiere, los ancianos pueden decidir que se le den clases de la Biblia incluso antes de que sea readmitida.
Por supuesto, la persona debe tener el deseo de volver a la congregación, y los ancianos siempre serán los que se encarguen de organizar el curso.
Como hemos visto, Jehová es compasivo con los pecadores imperfectos, y nosotros también queremos que el mayor número de personas sepa que la puerta está abierta para que vuelvan a la congregación.
Si usted está viendo este informe y está expulsado, por favor, acepte la ayuda que le den los ancianos para volver a la congregación.
Si no conoce a los ancianos de la zona en la que vive, vaya al Salón del Reino o incluso llame por teléfono y solicite ayuda espiritual.
Jehová quiere que usted vuelva a su hogar, y nosotros también.
De acuerdo con las instrucciones que da la Biblia en 1 Corintios 5:11, cuando se saca a una persona de la congregación, dejamos de relacionarnos con ella, ni siquiera comemos con ella.
Eso quiere decir que, si a alguien se le saca de la congregación, dejamos de socializar con él.
Sin embargo, eso no quiere decir que un hermano no pueda invitar a una persona expulsada a una reunión de congregación.
Podría tratarse de un familiar, un antiguo estudiante o alguien que fue un amigo cercano en el pasado.
Qué bueno que este cambio llega justo ahora, en este momento, mientras nos preparamos para la reunión más importante del año, la Conmemoración, que se celebrará el domingo 24 de marzo.
¿Qué haremos si una persona expulsada va a una reunión al Salón?
Hasta ahora, no saludábamos a las personas a las que se había sacado de la congregación.
Pero el Cuerpo Gobernante ha decidido que los publicadores, según su conciencia entrenada por la Biblia, pueden decidir si saludarán y le darán la bienvenida brevemente a una persona expulsada que asiste a una reunión.
Hola, nos alegra mucho verte aquí.
Gracias.
Aunque no tendríamos una conversación larga ni trato social con esa persona, no es necesario ignorarla por completo.
Esto nos lleva al tercer texto: 2 Juan 9-11.
Ahí dice: ¿No dice este texto que acabamos de leer que no saludemos a nadie que haya sido sacado de la congregación?
Después de analizar el contexto de estos versículos, el Cuerpo Gobernante ha concluido que el apóstol Juan en realidad estaba hablando de apóstatas y de los que promueven activamente alguna mala conducta.
Con razón Juan les ordenó a los cristianos que ni siquiera saludaran a esa clase de personas, para que se protegieran de su mala influencia.
Por eso, si se sabe que un expulsado es un apóstata o alguien que promueve una mala conducta, los ancianos no lo visitarían y ningún cristiano lo saludaría ni lo invitaría a asistir a una reunión de congregación.
En este informe hemos hablado del deseo de Jehová de llevar a los pecadores hacia el arrepentimiento y se nos ha ayudado a entender mejor tres textos que hablan sobre cómo tratar a los pecadores.
En armonía con 2 Timoteo 2:24, 25, un comité de ancianos corregirá y enseñará con amor al pecador con el objetivo de llevarlo hacia el arrepentimiento.
Como dice 1 Corintios 5:13, si una persona se niega a arrepentirse, se le debe sacar de la congregación.
Aun así, el comité intentará ayudarla a ver la necesidad de arrepentirse y volver, y quedarán en reunirse de nuevo con ella en pocos meses.
También se aclaró nuestra manera de entender 2 Juan 9-11, que como vimos se refiere específicamente a los apóstatas y a los que promueven activamente una mala conducta, y no a todos los que han sido sacados de la congregación.
Desde el momento en el que pecaron Adán y Eva, Jehová ha estado trabajando para rescatar a los humanos que se arrepienten.
Por supuesto, Jehová no es permisivo ni evita que los pecadores que no se arrepienten sufran las consecuencias de sus acciones.
Pero Dios es amor y quiere que los pecadores se reconcilien con él siempre que sea posible.
Él no quiere que nadie sea destruido, por eso les pide que se arrepientan.
Los ancianos tienen el honor de colaborar junto con Jehová a la hora de ayudar a los pecadores a arrepentirse.
Nuestro amor por Jehová se hace más grande cuando meditamos en su amor, misericordia y compasión.
Les alegrará mucho saber que todo lo que hemos explicado en este informe se publicará en una serie de artículos de la edición de estudio de la revista La Atalaya. Además, los ancianos recibirán instrucciones sobre cómo aplicar esta información.
Que Jehová nos dé su bendición y nos ayude a aplicar estos cambios, que reflejan su amor y su compasión.
Antes de terminar, el Cuerpo Gobernante me ha pedido que lea el siguiente anuncio: “El Cuerpo Gobernante ha decidido que las hermanas, si lo desean, pueden usar pantalones de vestir al participar en el ministerio y al asistir a las reuniones y asambleas de circuito y regionales.
Si una hermana decide llevar pantalones en esas ocasiones, no deben ser informales, sino dignos, modestos y apropiados.
Si una hermana participa en el programa, debe llevar una falda o un vestido, si esa es la costumbre en el lugar donde vive.
Por supuesto, las hermanas también pueden elegir llevar falda o vestido aunque no vayan a participar en el programa.
Además, los hermanos pueden decidir si llevarán o no saco, o chaqueta, o corbata al participar en el ministerio y al asistir a las reuniones y asambleas de circuito y regionales.
Si un hermano decide no llevar saco o corbata en esas ocasiones, su forma de vestir debe ser apropiada, modesta y digna, no informal.
Si un hermano participa en el programa, debe llevar saco, o chaqueta, y corbata, si esa es la costumbre en el lugar donde vive.
Por supuesto, los hermanos pueden llevar saco o corbata aunque no vayan a participar en el programa.
Al visitar Betel, sería apropiado que los hermanos lleven saco, o chaqueta, y corbata, y que las hermanas lleven falda o vestido, si esa es la costumbre en el lugar donde viven”.
Los queremos mucho a todos.
Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting®.