Si eres anciano o te estás esforzando por serlo, estas palabras de Pedro son para ti.
1 Pedro 5.
Ahí leemos: “Les hago esta súplica a los ancianos que hay entre ustedes: pastoreen el rebaño de Dios”.
Los ancianos tenemos muchas responsabilidades que atender.
Pero hay una que es clave: ser pastores...
Pastores.
¿Qué les viene a la mente cuando escuchan esta palabra?
Tal vez piensen en la conmovedora imagen de un hombre fiel que guía, alimenta y protege a sus ovejas.
Así que vamos a analizar las instrucciones que les da Pedro a los pastores.
Y vamos a responder tres preguntas importantes: ¿quién es el dueño de las ovejas?, ¿en qué consiste la labor de los pastores de la congregación?
y ¿cómo protegen a las ovejas?
Leamos las instrucciones de Pedro en su primera carta, capítulo 5, a partir del versículo 2.
Y pueden poner una marquita aquí, porque vamos a volver más tarde.
1 Pedro 5:2: “Pastoreen el rebaño de Dios que está a su cuidado, sirviendo de superintendentes; no lo hagan por obligación, sino de buena gana ante Dios; tampoco lo hagan por amor a ganancias deshonestas, sino con empeño, ni lo hagan actuando como si fueran los amos de los que son la herencia de Dios, sino convirtiéndose en ejemplos para el rebaño”.
¿De quién son las ovejas?
Son “el rebaño de Dios”.
Es más, Pedro dice en el versículo 3 que “son la herencia de Dios”.
¿Qué les transmite eso?
El apóstol Pablo dijo algo parecido que nos ayuda a entender lo que quiso decir Pedro.
En Hechos, capítulo 20, hablando a los ancianos de Éfeso, les dijo lo siguiente.
Hechos 20:28.
Les dijo pastoreen “la congregación de Dios, que él compró con la sangre de su propio Hijo”.
Jehová pagó el precio más alto que hay porque para él sus ovejas son valiosísimas.
Y los ancianos vemos a las ovejas igual que Jehová, porque lo amamos y queremos hacerlo feliz.
Así que, como dice 1 Pedro 5:2, servimos de superintendentes no “por obligación, sino de buena gana ante Dios”, porque queremos hacerlo feliz.
Tampoco “por amor a ganancias deshonestas, sino con empeño”, porque amamos a las ovejas tanto como su dueño, Jehová.
Segunda pregunta: ¿en qué consiste la labor de los pastores?
Aquí, en 1 Pedro 5:2, Pedro dice: “Pastoreen el rebaño de Dios […] sirviendo de superintendentes”.
¿Qué dirían ustedes?
¿Qué es un superintendente?
Quizás piensen que es el que manda, el que toma las decisiones.
Pero ¿es eso lo que quiere decir?
Volvamos a las palabras de Pablo en Hechos 20:28.
Y recuerden que él aquí se dirige a los ancianos.
Les dice: “Cuídense ustedes mismos y cuiden del rebaño, del cual el espíritu santo los nombró superintendentes para pastorear la congregación de Dios”.
Si se fijan, tanto Pablo como Pedro dicen lo mismo: que los pastores son superintendentes.
En este versículo tenemos una nota de estudio.
Es una nota para la palabra “superintendentes”.
Dice que su significado básico es “estar muy atento” o inspeccionar.
Y, si vamos un poquito más abajo, verán una oración que dice “supervisar para proteger”.
La leo: “El término griego comunica la idea básica de supervisar para proteger.
Los superintendentes de la congregación cristiana tienen la responsabilidad de cuidar de las necesidades espirituales de sus hermanos en la fe”.
La clave está en la frase “supervisar para proteger”.
No se trata de mandar sobre las ovejas, sino de cuidarlas, de asegurarse de que estén bien alimentadas, fuertes y a salvo.
¿Y cómo cuida un superintendente de las necesidades espirituales de las ovejas?
Imagínate que alguien se te acerca porque eres anciano y tiene una decisión muy importante que tomar, y te pregunta: “¿Qué debo hacer?”, “¿Debo pedir un préstamo para comprarme un coche nuevo?”, “¿Crees que debería inscribirme en la universidad?”, “¿Me caso con esa hermana?”.
¿Qué le vas a contestar?
Bueno, el hermano acudió a ti porque eres anciano y quizá tienes más experiencia, más años en la verdad.
Es fácil pensar: “Yo sé perfectamente qué es lo que más le conviene.
Así que voy a decirle lo que tiene que hacer”.
¿Harías eso?
Seguramente no.
Es verdad que en 1 Pedro 5:2 dice que servimos como superintendentes, pero, en el versículo 3, Pedro también dice que los ancianos no actuamos como si fuéramos “amos de los que son la herencia de Dios”.
Y, si se fijan, justo aquí tenemos una referencia marginal.
Si tocamos la letrita e, nos lleva a 2 Corintios 1:24.
En este versículo Pablo dijo algo parecido.
Ahí dice: “No digo que nosotros seamos amos [o, literalmente, señores] de la fe de ustedes —porque ustedes están firmes por su fe—, sino que somos colaboradores para que ustedes estén felices”.
Así que los superintendentes no toman decisiones por otros.
Más bien, colaboran con los hermanos, los ayudan a entender los principios de Jehová y a confiar en ellos, y así, basándose en esos principios, tomarán decisiones que agraden a Jehová.
Esta idea nos hace pensar en algo más que tienen que hacer los pastores.
Volvamos a 1 Pedro 5.
En el versículo 3, Pedro dice que no actúen “como si fueran los amos”, sino haciéndose ejemplos del rebaño.
Ejemplos.
Claro, esto no quiere decir que ahora llega el pastor y dice: “Mira, yo lo hice así.
Y tú tienes que hacerlo igual”.
No, su ejemplo no es un patrón que los demás tengan que seguir ahí a la perfección.
Más bien, se refiere a lo que el apóstol Pablo escribió en su carta a los hebreos.
Vayan conmigo, por favor, a Hebreos 13:7.
Noten que aquí Pablo les está hablando a las ovejas sobre los pastores.
En ese versículo dice: “Acuérdense de los que los dirigen, quienes les han hablado acerca de la palabra de Dios [no su propia palabra, sino la de Dios], y, fijándose en los resultados de su conducta, imiten su fe”.
Así que los pastores les enseñamos a las ovejas lo que dice Jehová.
Claro, nosotros mismos debemos tomar decisiones que demuestren que tenemos una fe fuerte en los principios de Jehová.
Nuestra fe y los buenos resultados de nuestras decisiones deben ser un buen ejemplo para las ovejas.
¿Entonces cuál es la labor de un pastor?
Cuidar de las ovejas y ser un ejemplo de fe para ellas.
Quizá se dieron cuenta de que ya respondimos también a la tercera pregunta: ¿qué hacen los pastores para proteger a las ovejas?
Vimos que, por lo que dicen y por lo que hacen, los pastores ayudan a las ovejas a fortalecer su propia fe para que mediante esa fe puedan ganarse la aprobación de Jehová.
Así que, ancianos y futuros ancianos, ¿qué han aprendido de las palabras de Pedro?
¿Quién es el dueño de las ovejas?
Como vimos, es Jehová.
Él las valora muchísimo, y nosotros tenemos que hacer lo mismo.
Jehová nos ha encargado que las protejamos y que cuidemos de ellas de buena gana, con empeño.
¿En qué consiste la labor de los pastores?
Pues son superintendentes cariñosos y ejemplos de fe.
Ellos supervisan para proteger.
¿Y cómo protegen a las ovejas?
Pues, con sus palabras y con su ejemplo, fortalecen la fe de ellas en Jehová.
Los ancianos tenemos muchas responsabilidades.
Pero, de todas nuestras asignaciones, le agradecemos a Jehová en particular que nos haya confiado el privilegio tan especial de pastorear a sus valiosas ovejitas.