¿Quiénes son los príncipes que sirven como escondite contra el viento, y quiénes los serán en el futuro? Isaías 32 1 dice, Mira, un rey reinará para justicia misma, y en cuanto a príncipes, gobernarán como príncipes para derecho mismo. Luego tenemos el texto de hoy, y cada uno tiene que resultar ser como escondite contra el viento y escondrijo contra la tempestad de lluvia. Nuestras publicaciones explican que el título rey se refiere aquí a Jesucristo, y que su reinado para justicia comenzó en 1914.
Pero, ¿Quiénes son los príncipes? Por años hemos dicho que son los ancianos nombrados en las congregaciones. Y como indica el texto, bajo la dirección de Jesús, ellos deben ser como un escondite contra el viento y las tempestades del sistema de Satanás. El capítulo 25 de las profecías de Isaías, volumen 1, dice, En vista de las condiciones angustiosas que reinan hoy en el mundo, se necesitan príncipes, sí, ancianos que presten atención a todo el rebaño.
Tales príncipes deben satisfacer los requisitos consignados en primera a Timoteo 3:2-7, es decir, los requisitos que deben cumplir los ancianos. Pero, ¿Quiénes serán los príncipes después del Armagedón? Bueno, un poco más adelante el mismo libro añade, A los ancianos pertenecientes a las otras ovejas que constituyen la clase del principal en formación, se les está preparando para que algunos de ellos, no todos, después de la gran tribulación, puedan desempeñar funciones administrativas en la nueva tierra. Y luego cita del capítulo 44 de Ezequiel, donde encontramos la visión de la clase del principal.
Las palabras hebreas para príncipe y principal significan casi lo mismo. Entonces, ¿quiénes, entre la clase del principal, serán esos príncipes después del Armagedón? Bueno, busquen Salmo 45:16. Aquí otra vez se habla de un rey y de príncipes.
Pero, ¿Quiénes serán estos príncipes? Si vemos el versículo 15, se menciona el palacio del rey. Luego en el 16 dice, tus hijos, es decir, los del rey. En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.
Cuando Jesús estuvo en la tierra, sus antepasados fueron hombres fieles de la antigüedad, como Abraham, Isaac y David. No obstante, cuando Jesús los resucite en el paraíso, ellos llegarán a ser sus hijos. De modo que algunos príncipes que tendrán funciones administrativas en la nueva tierra saldrán de entre estos hombres fieles del pasado.
Ahora bien, el libro Espíritu Santo, La Fuerza tras el Nuevo Orden Venidero, dice lo siguiente. Ya habrá príncipes en la tierra antes de ellos, es decir, antes de que resuciten estos hombres fieles. Pero, ¿quiénes? El libro continúa.
Los hombres de entre la grande muchedumbre que se hayan salvado de la tribulación a quienes se hayan nombrado tales al principio del nuevo orden. Luego de Isaías 32, cite el texto de hoy. Entonces, ¿Quiénes serán? Los ayudantes del cuerpo gobernante, los miembros de comités de sucursal, los superintendentes de circuito.
Se fijaron que Salmo 45: 16 dice, ¿a quiénes nombrarás príncipes? Así que los príncipes en la tierra serán nombrados por Jesús cuando se requiera. Una de nuestras publicaciones señaló, Cristo se encargará de que se nombre a los hombres apropiados para que sean representantes del gobierno del reino, porque Él estará interviniendo directamente en los asuntos de la tierra. También, la atalaya del 2006 dijo, de modo que Jesucristo mismo es quien nombrará a los representantes principescos.
Todos esperamos ese maravilloso tiempo. Ahora veamos el texto de hoy desde otro ángulo. Solemos decir que Isaías 32:1, 2 se refiere a los ancianos, tal como 1 Timoteo 3:2-4 habla sobre los requisitos que ellos deben llenar.
Así que los invito a leer 1 Timoteo 3, desde el versículo 2. Y me gustaría hacer una pregunta a las hermanas. En vista de su edad y los años que llevan en la verdad, si fueran hombres, ¿serían ya ancianos o siervos ministeriales? Bueno, quizás estén pensando, ¿qué clase de pregunta es esa? Yo no soy hombre, soy mujer y así soy muy feliz. 1 Timoteo capítulo 3 no se escribió para mí.
En realidad, cuando leemos ese texto, podemos ver que los requisitos que se enlistan son cualidades básicas de todo cristiano, no sólo de los varones. Primera Timoteo 3: 2, 3 y 4, si lo leyéramos pensando en las hermanas, ¿creen que se entendería? No, no pretendo torcer las Escrituras. Solo quisiera que leyéramos esta lista como si se hubiera dirigido a las hermanas y veamos si algo suena fuera de lugar.
La mujer cristiana, por lo tanto, debe ser irreprensible, esposa de un solo hombre, moderada en los hábitos, de juicio sano, ordenada, hospitalaria, capacitada para enseñar, no una borracha pendenciera, no una golpeadora, sino razonable, no belicosa, no amadora del dinero, que presida su casa excelentemente. ¿Verdad que estas palabras también aplican muy bien a las hermanas? Bueno, ahora algunas estarán diciendo, pues siempre motivan a los jóvenes a esforzarse por llegar a ser siervos ministeriales. Y al menos, dos veces al año se evalúa a los siervos ministeriales para ver si llenan los requisitos para ser ancianos.
Si todavía no lo logran, los ancianos los animan a mejorar. Pero a las hermanas nunca se nos motiva seguir mejorando o ampliar nuestro ministerio con ese objetivo. Bueno, piensen en las hermanas de su congregación.
¿Verdad que cada una de ellas ha alcanzado un grado de madurez espiritual diferente? Muchas son excelentes ejemplos de cristianas maduras que reflejan las cualidades que leímos. Otras podrían mejorar. Hace 35 años, había dos hermanas casadas que servían como precursoras en nuestra congregación.
Ambas eran un buen ejemplo de cómo debe ser una mujer cristiana. Eran muy estudiosas y buenas maestras de la Biblia. Además eran muy hospitalarias y siempre visitaban a los enfermos para darles ánimo.
Cuando a una joven le costaba salir a predicar o tenía dificultades con sus hijos, siempre la apoyaban dándole consejos sabios. Por si fuera poco, eran sumisas, prudentes y nunca actuaban sin pensar. Treinta y cinco años después, todavía nos acordamos de ellas, y su buen ejemplo sigue siendo una influencia positiva.
Entonces, queridas hermanas, no procuren alcanzar un puesto de superintendente, pero sí procuren seguir cultivando las 13 o 14 cualidades mencionadas en 1 Timoteo 3, 2 al 4. ¿Por qué no las analizan una por una y estudian lo que se ha publicado sobre ellas para ver cómo pueden demostrarlas a mayor grado? Lo mismo es cierto de Tito, capítulo 2. ¿Pueden las hermanas demostrar esas virtudes? Bueno, en Tito 2: 2 hay una serie de cualidades que los varones deben considerar, pero vean el versículo 3. Dice, igualmente, que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, etc. Así que no, hermanas, no se les va a nombrar princesas. Pero la congregación apreciará mucho sus cualidades espirituales, y Jehová, el soberano del universo, también.
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