JW Broadcasting: Julio de 2019

¡Bienvenidos!

Este mes los llevaremos a una de las exposiciones que hay en la sede mundial.

Conoceremos detalles sobre las numerosas actividades que organiza y dirige el Cuerpo Gobernante.

Luego aprenderemos cómo resistir las tentaciones.

Veremos cómo uno de nuestros hermanos jóvenes toma una sabia decisión y evita pecar.

¿Se ha preguntado cómo se asegura la organización de que todos recibamos el alimento espiritual?

Conozcamos lo que se está haciendo en África para que los hermanos vean JW Broadcasting® incluso donde la señal de Internet no es buena.

¡Este es el programa de julio de 2019 de JW Broadcasting!

Antes que nada, queremos que conozcan a dos de nuestras hermanas, que viven en Estados Unidos.

Su entorno familiar cambió drásticamente cuando eran pequeñas.

No obstante, ellas aprendieron que, aunque la vida cambie, Jehová nunca cambia.

Esta es mi hermana Lei Lei.

Esta es mi hermana Mimi.

Lei Lei es muy cariñosa.

No tengo ninguna duda.

Algo que valoro mucho de Mimi es que siempre está dispuesta a ayudar a los demás.

—Nos encanta nuestra familia.

—¡Sí!

Lo que más me gusta de mamá es que tiene un gran corazón.

Y papá..., papá quiere muchísimo a su familia.

Nuestra hermanita, Sophie, se preocupa por todos.

Quiere que estemos bien.

Jamás cambiaríamos a nuestra familia por nada.

Siempre será nuestra familia.

Pero antes no era así.

No siempre hemos sido hermanas.

Cuando era pequeña, yo ya vivía con una familia de acogida, y luego llegó Mimi.

Así es como nos convertimos en hermanas.

Pero a nosotras no nos trataban como parte de la familia.

No sabíamos cómo es que alguien te quiera.

No teníamos una habitación para nosotras.

Lei Lei y yo dormíamos juntas en un sofá.

Nuestra familia de acogida nos dejaba solas en casa y teníamos que ocuparnos de nosotras mismas.

Por eso estábamos muy unidas, porque hablábamos entre nosotras y nos ayudábamos.

Cuando íbamos a la escuela, no teníamos material escolar, así que yo robaba algunas cosas.

Tampoco teníamos uniformes; teníamos que llevar nuestra propia ropa, que estaba sucia.

Vivir todo aquello hizo que no me importara nada de lo que ocurría a mi alrededor.

No me gustaban las personas con autoridad y no confiaba en ellas.

Me sentía perdida y confundida, y hacía cualquier cosa para protegerme a mí misma.

Hemos vivido cosas que ningún niño debería vivir jamás.

Entonces nos enteramos de que había una familia que quería adoptarnos.

Yo tenía 12 años.

Y yo tenía nueve.

Algo que me resultaba muy difícil era conversar con mis padres.

Como yo no hablaba inglés, a ellos les costaba trabajo saber cómo me sentía, porque no era capaz de expresar si estaba triste o tenía miedo.

Para mí era difícil confiar en los demás.

Pero ellos nos demostraban amor, nos abrazaban y hacían que sintiéramos que aquel era nuestro hogar.

A medida que los iba conociendo mejor, que iba viendo que me querían de verdad y que me trataban como a su hija, fui queriéndolos más y confiando más en ellos.

Ver por primera vez a papá y mamá orando antes de comer fue algo nuevo para mí, porque no sabía que hubiera un Dios.

Yo había tenido algún contacto con la religión en el pasado, pero no me gustó.

Así que no me sentí cómoda cuando los vi orando.

Tuvieron que pensar en cómo hablarnos de su mejor Amigo, Jehová.

Nos llevaron a ese lugar llamado Salón del Reino.

Lo primero que sentimos allí fue cariño y amor.

¡Había tantos hermanos acercándose, saludándonos y abrazándonos!

Fueron supercariñosos con nosotras.

Papá nos dio unas hojas de papel y nos dijo que dibujáramos lo que entendiéramos.

Y esas eran las notas que tomábamos, solo dibujitos.

Nuestros padres oraban con nosotras y nos enseñaban a orar por cosas específicas y a fijarnos en cómo nos respondía Jehová.

Todos los días desayunábamos juntos y analizábamos el texto del día.

También representábamos historias bíblicas.

Y nos preparábamos las reuniones.

Nos fue genial cuando sacaron “La Atalaya” en lenguaje sencillo.

Pude entender mejor lo que estudiaba y fui aprendiendo más sobre Jehová.

Eso me ayudó a acercarme a él y a comentar más en las reuniones.

Algo que me marcó fue la asamblea internacional del 2014.

Allí vi el amor y la unidad que hay entre los hermanos, y eso me tocó el corazón.

También me animó a seguir progresando y a tomar la decisión de bautizarme.

A mí, lo que de verdad me ayudó a acercarme más a Jehová y a ver el Reino como algo real fue salir más a predicar.

Por eso tomé la decisión de bautizarme.

Y, después de terminar mis estudios, me hice precursora.

Es una forma de demostrarle a Jehová que lo amo.

Antes solo me preocupaba por mí misma, pero aprendí a interesarme en los demás y a pensar primero en ellos.

Los jóvenes debemos valorar el tiempo que pasamos con nuestros padres.

Ellos son los mejores amigos que podemos tener.

Como soy tímida, al principio me resultaba difícil salir a predicar.

Pero decidí confiar en Jehová y comencé el precursorado.

Hace poco, también comencé a trabajar de voluntaria en Betel un día a la semana.

La cualidad más importante que Jehová me ha enseñado es el amor.

Siento el amor de mi familia, de Jehová y de mis amigos.

He aprendido que no hay nada malo en amar a otros, y eso es lo que debemos hacer.

Hay que amar a los demás y preocuparse por ellos.

Ahora veo que mi vida tiene propósito y me siento bien.

Cuando reflexiono en todo lo que Jehová ha hecho por Lei Lei y por mí, sé que no debo tener miedo.

Jehová es un refugio seguro para mí porque, aunque nuestra vida cambie, él nunca cambia.

El amor y la unidad que vieron entre los hermanos fue algo que atrajo a Lei Lei y a Mimi, y las motivó a servir a Jehová.

Para que una persona llegue a bautizarse, debe cultivar ese mismo amor, y así lo hicieron nuestras hermanas.

Ahora bien, hay muchas otras facetas de la personalidad cristiana que todos debemos seguir puliendo.

Una de las cualidades que menos valora este mundo es la modestia.

De hecho, el mundo nos anima a ser todo menos modestos.

Afirma cosas como estas: “La persona más importante eres tú”, “Demuéstrales a todos quién eres”, “Vive la vida sin límites” o “Tienes derecho a ser quien tú quieras”.

En este discurso analizaremos por qué es equivocada dicha forma de pensar.

También veremos que la modestia es una cualidad que nace de lo que es bueno.

Así lo expresa el texto temático de este discurso, Miqueas 6:8.

Allí dice: Como vemos, la modestia se considera un aspecto fundamental de “lo que es bueno”.

Veremos por qué y contestaremos tres preguntas: Primero veamos qué es la modestia.

Básicamente, es aceptar que tenemos limitaciones.

Cuando hablamos de modestia, a veces pensamos en la forma de vestirnos y arreglarnos, pero abarca mucho más.

¿Cómo lo sabemos?

Pensemos en las palabras de Proverbios 11:2.

Proverbios 11:2 dice: Aquí la modestia se presenta como lo contrario de la presunción.

Alguien presuntuoso es atrevido y se toma libertades indebidas.

Va más allá de los límites que debería respetar.

Su actitud puede llevarlo al desastre y arruinarle la reputación.

Y, peor aún, puede llevarlo a perder el favor divino.

Recordemos lo que le sucedió al rey Saúl.

Aunque al principio era modesto, se convirtió en un hombre arrogante y atrevido.

Hasta llegó a presentar a Dios una ofrenda quemada, cuando él no era el indicado para hacerlo.

Jehová acabó rechazando a Saúl y dándole su reino a otra persona.

Su presunción, su falta de modestia, le acarreó deshonra.

La persona modesta y sabia, por el contrario, reconoce sus límites y se esfuerza por respetarlos.

Ahora bien, ¿por qué decimos que quien es modesto también es sabio?

Esto nos lleva al segundo punto: Primero que nada, porque nuestro Padre, Jehová, espera que seamos modestos.

Aunque no podría decirse propiamente que Jehová es modesto —pues a él no le es aplicable esa cualidad—, él mismo se ha impuesto ciertas limitaciones, que jamás viola.

De esta manera, nos pone un ejemplo que hacemos bien en seguir.

¿En qué sentido se impone Jehová limitaciones?

Pensemos en lo siguiente: él nunca impediría que ejerciéramos la libertad de elección que nos concedió.

Jamás nos obligaría a servirle, aunque tiene el poder para hacerlo.

¿Verdad que agradecemos el hecho de que podamos servirle porque queremos, porque lo amamos, y no por mera obligación?

Jehová también nos enseña a ser modestos de otras maneras.

Pensemos en la paciencia con la que escuchó a Abrahán, que estaba muy preocupado por la destrucción de Sodoma y Gomorra, o en cómo pidió a los ángeles que aportaran ideas para engañar a Acab y luego le dio su visto bueno a una de ellas.

¿Qué aprendemos de esos ejemplos?

Que si Jehová, quien no necesita la ayuda ni la opinión de nadie, escucha a otros con paciencia y les delega tareas, ¡con más razón deberíamos hacerlo nosotros, que estamos tan limitados!

¿Es usted cabeza de familia, sirve de anciano en una congregación o tiene algún otro puesto de responsabilidad en la organización?

Si es así, no intente controlar cada detalle de lo que hacen los demás.

Esté dispuesto a escuchar sugerencias y a delegar tareas.

Imite a Jehová, quien dignifica a los demás dándoles la oportunidad de participar y haciendo lo necesario para que tengan éxito.

Otra razón por la que debemos ser modestos, además de complacer a Jehová, es que la modestia nos hace felices.

¿Por qué?

Porque nos ayuda a ser personas agradecidas.

Un hermano muy querido que trabajó cincuenta años en el Departamento de Redacción solía decir: “Para ser feliz, hay que ser agradecido”.

Si reconocemos con modestia nuestras limitaciones, siempre nos mostraremos agradecidos por la ayuda que recibimos, y eso nos hará felices.

Recordemos el caso del leproso que regresó a darle las gracias a Jesús por haberlo sanado.

Él estaba muy agradecido porque era modesto y sabía que, sin la ayuda de Jesús, jamás se habría curado.

Una razón más para ser modestos es que nos ayuda a llevarnos bien con los demás.

Seamos sinceros, a nadie le gusta trabajar con quienes piensan: “Si quieres que algo se haga bien, tienes que hacerlo tú mismo”.

Al contrario, todos valoramos que confíen en que podemos hacer las cosas bien, y nos sentimos atraídos a personas así.

La modestia también nos ayuda a llevarnos bien con los demás porque nos frena de compararnos con ellos.

Compararnos con los demás es algo muy peligroso.

Recordemos el caso de los apóstoles de Jesús, que tanto se preocupaban por quién era el mayor, o el de los hermanos de José y las barbaridades que hicieron por culpa de los celos.

La persona modesta no se obsesiona por el lugar que ocupa en relación con los demás.

Pensemos en el buen ejemplo que nos dio Moisés.

¿Cómo reaccionó él cuando Jehová permitió que otros israelitas también sirvieran de profetas?

Se alegró mucho, e incluso dijo que le encantaría que todos los siervos de Jehová fueran profetas.

Moisés jamás pensó que era el único que debía disfrutar de aquel privilegio.

Finalmente, la modestia nos ayuda a llevarnos mejor con quienes nos rodean porque impide que hagamos alarde de nuestros logros o que busquemos ser el centro de atención, algo que pudiera incomodar a los demás.

Pues bien, ya sabemos qué es la modestia y por qué debemos ser modestos.

Hablemos ahora del tercer punto: Una manera es meditando en los ejemplos que encontramos en la Biblia, tanto los buenos como los malos.

Hoy hemos mencionado algunos.

Y otro muy bueno es el ejemplo de Daniel.

Él no se atribuyó el mérito por haber interpretado el sueño del rey Nabucodonosor.

¿Qué aprendemos?

Que si tenemos el privilegio de enseñar en la congregación o si nos va bien en el ministerio, siempre debemos darle la gloria a Jehová.

Tenemos que reconocer con modestia que no lograríamos nada sin su ayuda.

También podemos meditar en el ejemplo de Jesús, a quien ni siquiera le pasó por la cabeza la idea de rebasar los límites de su autoridad.

Filipenses 2:6 dice acerca de él: Pensemos en lo que hizo cuando Santiago, Juan y la madre de ellos fueron a pedirle un privilegio que a él no le tocaba conceder.

Jesús reconoció con modestia que solo su Padre podía decidir quién se sentaría a su izquierda y a su derecha en el Reino de los cielos.

Jesús no fue más allá de lo que le correspondía.

¿De qué otra manera podemos cultivar la modestia?

Poniendo en práctica este consejo de 1 Corintios 4:6: Eso se refiere, principalmente, a las cosas escritas en la Palabra de Dios y, por extensión, a las instrucciones que hallamos en las publicaciones basadas en ella.

Por ejemplo, si alguien nos pide un consejo, no tratemos de imponerle nuestra opinión, y tampoco le digamos lo primero que se nos venga a la mente.

Al contrario, siempre tenemos que dirigir la atención a los consejos que se encuentran en la Biblia o en nuestras publicaciones.

Otra forma de cultivar la modestia es pidiéndole a un amigo de confianza que nos diga con toda franqueza si tenemos la reputación de ser modestos.

A este respecto, la Biblia nos recuerda: Y si alguien tiene el valor de darnos un consejo cariñoso, no deberíamos ponernos a la defensiva.

Puede que no sea tan agradable que nos corrijan, pero la realidad es que todos lo necesitamos de vez en cuando.

Somos imperfectos, y puede que no nos demos cuenta de algunos de nuestros defectos.

No es fácil vernos como los demás nos ven.

Además, solo podemos hacer ajustes en nuestra personalidad cristiana si sabemos en qué debemos mejorar, si somos conscientes de que algo anda mal.

Ahora bien, cuidado con la falsa modestia.

Nuestro objetivo no debe ser parecer modestos, sino que la modestia nos nazca del corazón.

Meditar en las respuestas a las siguientes preguntas nos revelará si de verdad somos modestos: “¿Qué siento realmente cuando alguien me da un consejo o una sugerencia?

¿Depende mi reacción de quién me da el consejo, de la autoridad o experiencia que tenga esa persona?

Si la sugerencia es buena, ¿estoy dispuesto a aceptarla, venga de quien venga?”.

Por último, si se lo pedimos, Jehová puede ayudarnos a ser modestos.

Seguro que recordamos las palabras de Santiago 1:17, que dicen: La modestia es una de las dádivas, o regalos, que recibimos de parte de Jehová.

Así que podemos estar seguros de que, si le pedimos que nos ayude a ser modestos, él contestará nuestra oración.

En resumen, ¿qué es la modestia?

Es aceptar que tenemos limitaciones.

¿Por qué debemos ser modestos?

Porque es algo que Jehová espera de nosotros, que nos ayuda a llevarnos bien con los demás y que nos hace felices.

Y ¿cómo podemos cultivar la modestia?

De muchas formas.

Una es meditando en los ejemplos de la Biblia, tanto los buenos como los malos, y poniendo en práctica las lecciones que aprendemos.

Otra es no yendo más allá de lo que está escrito.

También podemos pedirle a alguien que nos diga si considera que somos modestos.

Y, por último, podemos pedirle a Jehová que siga ayudándonos a cultivar esta virtud.

Al ver los beneficios que resultan de comportarnos con modestia, ¿no diríamos que es una cualidad que nace de lo que es bueno?

La modestia también nos protege de las trampas del Diablo.

Veamos cómo un joven toma una sabia decisión gracias a que demuestra modestia.

Mi mamá ha estado trabajando mucho últimamente, pero me gustaría que hiciera más por Jehová.

Intento ayudarla en lo que puedo.

Por cierto, soy Jin.

Todos los días comienzan igual.

Tomo un poco de agua.

Saludo a Jun, que está en mi congregación.

Y, bueno, esa es Mee-Kyong.

OK.

Aquí vamos.

Yo digo: “Hola”, ella dice algo ingenioso y yo trato de irme.

Pero esta vez es diferente.

Le está yendo mal en Matemáticas y necesita que la ayude.

No quiero ser desagradable, pero, si la ayudo, ¿podría pasar algo más entre nosotros?

¿Cómo le dices que no a una chica así?

¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella?

Las visitas de mis tíos siempre nos ayudan.

Incluso mamá se asegura de estar en casa la noche en que cenamos juntos y vemos JW Broadcasting.

Mi tío quiere que prediquemos juntos este fin de semana.

Tal vez eso me ayude a aclarar las ideas.

Jehová debe estar decepcionado conmigo.

Necesitaba contarle a alguien lo que me estaba pasando.

Fue difícil, pero le conté todo a mi tío.

Me sentía culpable porque, aunque no debía, me gustaba la atención que me daba esa chica.

Leímos juntos Génesis 39:7-12.

Ya conocía el relato de la esposa de Potifar, pero mi tío mencionó algo en lo que no había pensado antes.

José le dijo: Pero ¿por qué tuvo que huir José?

Él rechazaba su atención día tras día, pero ella no se iba a dar por vencida.

Estaba segura de que solo era una cuestión de tiempo.

La situación se hizo tan difícil que José tuvo que huir.

Le expliqué por qué cortaba mi relación con ella, pero no se quería dar por vencida.

¿Saben lo último que me dijo?

Que era un cobarde.

Pero ella se equivoca.

Nunca serás un cobarde si huyes de lo malo para obedecer a Jehová.

Nuestro hermano se dio cuenta de lo peligroso que sería empezar una relación con alguien que no sirve a Jehová.

Lo ayudaron a ver que, si se involucraba sentimentalmente con una persona que no tenía sus mismos valores, podría caer en el pecado.

Ser modesto lo protegió del desastre.

También hemos visto en acción la fe de nuestro joven hermano.

A propósito, en Warwick (Nueva York) hay una exposición titulada: “La central mundial: un modelo de fe en acción”.

Le alegrará echar un vistazo a la exposición, si no ha tenido la oportunidad de visitarla.

Y, si ya la conoce, podrá repasar lo que aprendió.

Bienvenidos a la central mundial de los testigos de Jehová, en Warwick (Nueva York).

En el pueblo de Jehová hay personas de muchas culturas e idiomas diferentes.

Y, como ven en las imágenes, nos concentramos en nuestra misión de predicar las buenas noticias del Reino en toda la Tierra.

¿Qué está haciendo nuestra organización ahora?

¿Cuál es nuestra historia?

¿Y qué nos ayuda a realizar nuestra labor?

Si quieren averiguarlo, los invitamos a visitar nuestras exposiciones.

Aquí contamos con tres exposiciones, que se sostienen con donaciones voluntarias.

Todas están llenas de historias interesantes.

En la segunda planta, encontramos la exposición “Fe en acción”.

Allí veremos las últimas novedades sobre la organización de Jehová.

En este piso también se encuentra la exposición “Un pueblo para el nombre de Jehová”, que nos transporta al pasado en un viaje muy emocionante.

Y abajo está la exposición de “La Biblia”.

En ella, abriremos un baúl de tesoros espirituales.

En su visita podrán observar que las exposiciones están diseñadas de manera interactiva, para que, no solo las vean, sino que puedan vivirlas.

Bueno, pues... comencemos la visita.

Esta es la entrada a la exposición “Fe en acción”.

Fíjense en esta descriptiva palabra: “acción”.

¿Qué acciones o actividades está organizando y dirigiendo el Cuerpo Gobernante?

Esta pantalla explica cuál es la función de cada uno de los comités del Cuerpo Gobernante.

Cada comité se encarga de unas tareas específicas, pero, durante la visita, verán que todos se coordinan para alcanzar los objetivos.

La exposición “Fe en acción” está dividida en cuatro galerías: “Demostremos amor”, “Reunámonos”, “Alimentémonos espiritualmente” y “Hagamos discípulos”.

Al caminar por las galerías, observarán que están comunicadas entre sí por una franja del mismo azul que el del logo JW®.

Así que, si se pierden, solo tienen que seguir la franja.

Esta es la galería “Demostremos amor”.

Aquí aprenderán lo que hace el Cuerpo Gobernante para ayudar al pueblo de Dios a tenerse amor unos a otros, como mandó Jesús en Juan 13:35.

Por ejemplo, ¿qué hacen los hermanos de la central mundial cuando ocurre una catástrofe?

En esos casos, ya sea un desastre natural, un atentado terrorista o disturbios civiles, el Comité de Coordinadores organiza las operaciones de socorro.

Entonces, se comunica con el Comité de Sucursal que supervisa la zona siniestrada.

En unas 48 horas, normalmente, el Comité de Sucursal compila un informe sobre lo sucedido y sobre la ayuda que se les ha brindado a los hermanos, y lo manda a la central.

El informe puede servir de base para comunicar los hechos a la hermandad a través de un artículo en jw.org®.

El pueblo de Jehová también recibe amor por otro medio: las escuelas.

Por ejemplo, la Escuela para Ancianos de Congregación y la Escuela para Superintendentes de Circuito y sus Esposas capacitan muy bien a los hermanos para pastorear a la congregación con amor.

El Comité de Enseñanza programa el plan de estudios, mientras que el Comité de Servicio organiza la selección de estudiantes.

Ahora estamos en la galería “Reunámonos”.

Veremos cómo está ayudando el Cuerpo Gobernante al pueblo de Dios a reunirse para motivarse a mostrar amor y a hacer buenas obras, como dice Hebreos 10:24, 25.

¿Cómo satisface la central de Warwick esa necesidad?

Debido a la expansión mundial de la obra, hay una constante necesidad de construir nuevos Salones del Reino y remodelar muchos otros.

El Comité de Publicación del Cuerpo Gobernante decide dónde se deben edificar los Salones y provee los fondos a las sucursales.

El Comité de Publicación trabaja muy de cerca con la sucursal, y el Departamento Local de Diseño y Construcción realiza el trabajo.

Pero ¿de dónde salen todos esos trabajadores incansables?

El Comité de Personal nombra a los siervos de construcción, quienes reciben una asignación en su país o en el extranjero.

¿Han trabajado en alguna obra de construcción teocrática?

Respondan a la encuesta, y cuéntennoslo.

Algunos Salones del Reino no tienen electricidad o tienen poca, pero eso no nos impide celebrar las reuniones.

El Comité de Publicación ha encargado la fabricación de un sistema de sonido portátil para usarlo en esas zonas.

Este reproductor tiene una batería que se puede recargar con un panel solar o con una manivela integrados.

Gracias a esta herramienta, nuestros hermanos de zonas distantes pueden beneficiarse más de las reuniones.

Bienvenidos a la galería “Alimentémonos espiritualmente”.

¿En qué creen que se inspiró el diseño?

Sí, en una mesa de comedor.

Veremos cómo cumple el Cuerpo Gobernante con el mandato de Lucas 12:42 de alimentar espiritualmente al pueblo de Dios.

Para ello, millones de Biblias, libros y otras publicaciones se preparan, se traducen y se imprimen.

Además, se publica un flujo constante de información en Internet.

Los traductores de todo el mundo mantienen una estrecha comunicación con los Servicios de Traducción, un departamento de la central supervisado por el Comité de Redacción.

¿Cuál es su publicación favorita?

Pues no solo hay que redactarla.

La sección “De principio a fin” destaca los 11 pasos necesarios para producirla.

¿Y qué hay del alimento espiritual que recibimos por Internet?

Todos los meses estamos deseando ver el nuevo programa de JW Broadcasting.

Una vez que el Comité de Enseñanza aprueba una idea para un video, Servicios de Audio y Video se documenta sobre el tema y prepara un guion para su aprobación final.

Los guiones aprobados, tanto escritos como gráficos, se les asignan a equipos de producción de todo el mundo.

Esto les da a nuestros videos un sabor internacional.

Pues hemos llegado a la última galería, “Hagamos discípulos”.

Aquí podrán ver cómo nos ayuda el Cuerpo Gobernante a llevar a cabo el mandato de Mateo 28:19 de hacer discípulos de gente de todas las naciones y de bautizarlos.

Cumplir con este encargo puede suponer un auténtico desafío, en especial en algunos lugares.

¿Cómo afrontamos este reto?

El Comité de Servicio supervisa la predicación a escala mundial y ayuda a todos a participar según sus capacidades: unos como publicadores, y otros como evangelizadores de tiempo completo.

Además, gracias a las campañas especiales y a la predicación pública, se han comenzado muchos cursos bíblicos.

Sin embargo, a veces las autoridades atacan nuestra libertad religiosa.

El Comité de Coordinadores supervisa el Departamento de Asuntos Legales de la Central Mundial.

Muchos tribunales han fallado a nuestro favor.

Aun así, tenemos que seguir defendiendo nuestro derecho a predicar.

Nuestras herramientas en línea son una gran ayuda para hacer discípulos.

Este contador indica el promedio de visitas a jw.org® en todo el mundo.

Todos los días se solicitan unos doscientos cincuenta cursos en el sitio web.

Las escuelas también son una ayuda para hacer discípulos.

Tenemos la Escuela del Servicio de Precursor, la Escuela para Evangelizadores del Reino y la Escuela de Galaad.

¿Han asistido a alguna de ellas?

Dígannoslo.

Hemos llegado al final de nuestra visita.

Esperamos que hayan disfrutado de la interesante exposición “Fe en acción”.

Lo que hemos visto nos recuerda que, ahora y para siempre, el pueblo de Jehová es un pueblo de fe, fe en acción.

Como acabamos de ver, las buenas obras del pueblo de Jehová son una clara muestra de su fe en él.

Hay otro ejemplo de fe en acción que deseamos mostrarles.

Acompáñennos a África para ver lo que se está haciendo a fin de que nuestros hermanos y hermanas puedan recibir el alimento espiritual.

Nuestros hermanos del África subsahariana no tenían forma de ver algunos de los videos que se traducen a sus idiomas.

En muchas zonas de Mozambique no hay acceso a Internet.

Y en algunos lugares no hay cobertura de telefonía móvil.

Así que empezamos a averiguar qué haría falta para transmitir por satélite todos los días y a todas horas el canal JW Broadcasting®.

Cuando se anunció a la congregación que tendríamos un canal por satélite, nuestros hermanos y hermanas se pusieron muy contentos.

Nuestra organización tiene mucha experiencia publicando videos por Internet, pero transmitir contenidos por satélite era algo nuevo, y tuvimos que investigar mucho.

Claro, no tenemos nuestro propio satélite en el espacio, sino que alquilamos un canal en un satélite que cubre el África subsahariana.

Los hermanos solo necesitan una antena parabólica y un decodificador.

Con eso ya pueden ver el canal, sin gastos adicionales.

Les entregamos la antena en la sucursal, en una Oficina Remota de Traducción o en el depósito de publicaciones.

A los hermanos que vienen, primero se les enseña cómo colocar la antena.

Después, se les explica cómo instalar el decodificador y cómo ajustar la antena para que funcione bien.

A continuación, les mostramos cómo grabar los programas para que puedan verlos con los hermanos de la congregación.

Nuestro canal por satélite está preparado para transmitir una pista de video y 16 pistas de audio.

Esto permite que se puedan emitir videos en 16 idiomas.

Con la ayuda del Departamento de Servicios de Traducción, vimos cuáles eran los 16 idiomas más hablados por nuestros hermanos en África.

Creamos un programa informático que toma cada video nuevo que llega a JW Broadcasting® y le incorpora los 16 idiomas.

Todo queda en un solo archivo, que después se envía al operador del satélite.

El Cuerpo Gobernante nos demostró su amor al aprobar que el gasto del canal por satélite se cubriera con las contribuciones para la obra mundial.

Así que los hermanos de África no tienen que pagar nada por ver el canal.

Normalmente usamos un solo canal.

Pero a veces usamos un segundo canal para los eventos en vivo, como asambleas regionales o visitas de representantes del Cuerpo Gobernante a la sucursal.

Cuando el representante de la central mundial da su discurso en Betel, nosotros lo vemos en vivo a través del canal por satélite.

Y sentimos que estamos allí mismo, en Betel.

Nos hace muy felices.

El último evento que se emitió en vivo se celebró en Francia.

Fue cuando se presentó la edición revisada de la “Traducción del Nuevo Mundo”, así que fue muy emocionante.

En diez países de África, hermanos que asistieron a las asambleas regionales pudieron conectarse a la transmisión de Francia gracias al satélite.

En el territorio de nuestra sucursal estamos trabajando para que el equipo de audio y video de los Salones nuevos o remodelados incluya lo necesario para ver el canal por satélite.

Nos pusimos muy contentos cuando recibimos la antena parabólica.

Ahora nos sentimos muy cerca de los hermanos del Cuerpo Gobernante.

¡El canal por satélite es genial!

Es un regalo que nos ha tocado el corazón.

Los sordos de todo el país disfrutaron del discurso especial que se interpretó al lenguaje de señas malauí.

Fue una muestra de que Jehová quiere mucho a los sordos y esto nos ayuda a fortalecer nuestra relación con él.

Nuestra congregación está en el campo de refugiados de Dzaleka.

Cuando eres un refugiado te faltan muchas cosas.

Me refiero a cosas materiales.

Pero a nosotros no nos falta el alimento espiritual.

Le seguimos pidiendo a Jehová que el mayor número posible de nuestros hermanos del África subsahariana tenga acceso a nuestro canal por satélite.

Este canal por satélite es una muestra del gran amor que el “esclavo fiel y discreto” nos tiene, porque permite que millones de personas en África puedan beneficiarse de recibir el alimento espiritual en el idioma, en el momento y en el lugar apropiados.

¡Qué regalo tan maravilloso nos ha hecho el esclavo fiel!

Queda claro que nuestra organización da prioridad a las necesidades de los hermanos.

Y, al hacerlo, busca soluciones sencillas y modestas que beneficien al mayor número posible.

Ya hemos hablado de la modestia y de que es importante que cada uno de nosotros se esfuerce por demostrarla.

Pero debemos cuidarnos para no caer en el error de pensar que ser modestos significa creer que no valemos nada.

Permítanme presentarles a Juan Cayul, de Chile.

Él pertenece a la etnia mapuche.

Los mapuches han sufrido discriminación por décadas.

Como consecuencia, algunos de ellos se resisten a hablar en público su lengua, el mapudungún.

La situación no fue fácil para Juan, quien deseaba dar el máximo en el ministerio.

“Mapudungún” significa “idioma de la tierra”.

Es una lengua hermosa y expresiva, y es el idioma de mi corazón.

Cuando tenía 12 años, me fui a vivir con mi abuelo y con la familia de mi tío para estudiar en una escuela que quedaba cerca.

Mis primos hablaban en mapudungún casi todo el tiempo, así que estaba muy contento.

Cuando veía que algunos de mis compañeros no entendían algo en clase, especialmente en Matemáticas, trataba de ayudarlos.

En ese tiempo, comencé a soñar con ser profesor de Matemáticas para poder ayudar a otros.

Pero la directora me dijo que por hablar en mapudungún y por ayudar a mis compañeros me iba a bajar las notas.

Cuando mi papá vio mis notas, se enojó mucho.

Me dijo que yo no estudiaba y que era un flojo.

Me sacó de la escuela, y volví a mi casa en Tromén.

Pensé que nunca cumpliría mi sueño de ser profesor.

Como mi papá había sufrido mucho por culpa de la discriminación, nos dijo que ya no habláramos más en mapudungún.

Cuando recuerdo esa parte de mi vida, me pongo muy triste.

Años más tarde, conocí a Silvia, que era mapuche como yo.

Era una persona muy cariñosa y sensible.

Entre nosotros hablábamos en mapudungún, y eso me ayudó a aliviar la amargura que sentía en el corazón.

Algún tiempo después, conocí a alguien que también me hizo sentir amado y valorado: Jehová.

Eso cambió mi vida.

Cuando aprendí sobre él, todo mi dolor desapareció.

Mi esposa y yo estudiábamos la Biblia en español con los Testigos.

Así que, cuando empecé a predicar y a enseñar, lo hice en español.

Un día, en la predicación, llegamos a una casa donde una mujer mayor que era mapuche se acercó a la puerta.

Ella estaba asustada, así que la saludé en mapudungún.

Entonces nos invitó a pasar y conversó con nosotros.

Esa era la primera vez que le hablaba de Jehová a alguien usando mi lengua materna.

Mientras volvíamos, estaba muy pensativo, y le iba pidiendo a Jehová que me mostrara cómo ayudar a los mapuches.

Pasaron muchos años antes de que pudiera ver la respuesta a mis oraciones.

Un día, después de la reunión, recibí una invitación para discursar en la primera asamblea que incluiría partes en mapudungún.

Pero yo no quería hacerlo.

Como había sufrido tanta discriminación, sentía que no valía nada.

Así que le oré a Jehová una y otra vez, y medité mucho.

Entendí que esta era la respuesta de Jehová a mis oraciones.

Él sabe cuánto valemos de verdad.

Estaba tan, tan feliz.

Entendí que Jehová me amaba, que se preocupaba por mí y que me seguiría ayudando.

No una, sino varias congregaciones en mapudungún se formaron en solo unos pocos años.

Ahora, mi esposa, mis dos hijos y yo servimos en congregaciones en mapudungún.

Ya llevo más de siete años colaborando en la traducción al mapudungún.

Cuando les cuento a los hermanos y hermanas que trabajan conmigo en la oficina de traducción que de niño soñaba con ser profesor algún día, me dicen: “Ahora eres nuestro profesor”.

Quiero decirles a todos mis hermanos y hermanas alrededor del mundo: “Nunca piensen que no valen nada.

Ustedes valen mucho.

Son muy valiosos para Jehová, y él siempre los ayudará”.

Juan fue valiente y dejó atrás su temor a la discriminación.

Sin importar las circunstancias, como Juan, todos los siervos de Jehová podemos ser valientes.

Nunca olvidemos las palabras de Josué 1:9: “¿No te he dado orden yo?

Sé animoso y fuerte.

No sufras sobresalto ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas”.

Con esta idea en mente, disfrutemos del video musical de este mes, titulado “No te dejes vencer”.

♪♪ Un día más, la fiel mamá se vuelve a levantar y con gran cariño cuida de sus niños y les habla de Jehová.

Es buena y muy servicial, humilde, fiel y espiritual.

Siempre hace una oración y piensa en su canción.

(ESTRIBILLO) No te dejes vencer, lucha con valor.

Él te ayudará, no te dejará.

No te dejes vencer, recuerda tu canción: “Él fuerzas te dará, Jehová te cuidará”.

Tiene que trabajar, atender su hogar y llegar a fin de mes.

Del amanecer hasta el anochecer, una y otra y otra vez.

Igual que un ave, que vuela y sabe que Dios la sostendrá, ella sigue en pie, y, sin perder su fe, se pone en manos de Jehová.

Hace más de lo que es capaz, a veces cree que ya no puede más.

Pero siempre hace una oración y piensa en su canción.

(ESTRIBILLO) No te dejes vencer, lucha con valor.

Él te ayudará, no te dejará.

No te dejes vencer, recuerda tu canción: “Él fuerzas te dará, Jehová te cuidará”.

“Él fuerzas te dará, Jehová te cuidará”. ♪♪ Hoy hemos visto varios ejemplos relacionados con la modestia.

Primero conocimos a las hermanas McConnell, cuya historia nos enseña que la familia es feliz cuando los hijos y sus padres reconocen sus limitaciones con modestia y buscan la guía de Jehová.

Tras el discurso, conocimos a un joven que aprendió a ser modesto y evitó caer en la trampa del pecado.

Después vimos lo que está logrando la organización al actuar con modestia.

Visitamos la exposición de Warwick sobre la fe en acción y vimos lo que se está haciendo en el África subsahariana para que nuestros hermanos disfruten de JW Broadcasting®.

Se nos recordó la importancia de no confundir la modestia con la idea de que no valemos nada y, más bien, esforzarnos por dar lo mejor de nosotros en el servicio a Jehová.

Y el video musical nos recordó que nuestro Padre siempre nos cuidará.

Más tarde este mes, en la sección de videos, encontrarán un interesante informe sobre las labores que desempeña el Comité de Publicación del Cuerpo Gobernante.

No se lo pierdan.

Para terminar, los invito a viajar hasta la isla de Tasmania.

Tasmania se ubica a 240 kilómetros (150 millas) al sur de Australia y constituye el estado más pequeño de dicho país.

A pesar de ser una región relativamente pequeña, cuenta con una enorme diversidad de paisajes: montañas escarpadas, lagos y hermosas playas.

Algo que destaca en Tasmania es su meseta central, que cuenta con más de 4.000 lagos que tuvieron su origen en los glaciares.

En esta isla hay 1.800 publicadores, en 22 congregaciones.

Esta es la congregación de Huonville, cuyos publicadores predican en el extremo sur de la isla...

y del territorio australiano.

Su territorio es enorme, y muchos de los publicadores ya no son tan jóvenes.

Aun así, acostumbran ayudar a otras congregaciones a abarcar su territorio.

En el 2016 se remodeló el Salón del Reino de Huonville, lo que hizo muy felices a todos.

A menudo, los hermanos que visitan la congregación para dar un discurso reciben como obsequio una caja con productos cultivados en la localidad.

Todos nuestros hermanos de la congregación de Huonville nos envían un cariñoso saludo.

Nosotros también los queremos mucho.

Nos vemos dentro de un mes, en el próximo programa de JW Broadcasting, desde la sede mundial de los testigos de Jehová.



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