JW Broadcasting: enero de 2018 (reunión anual del 2017)

Este es el programa de enero de 2018 de JW Broadcasting.

Bienvenidos.

Como explicó Mark Noumair el mes pasado, el Cuerpo Gobernante ha aprobado que todos los años se transmita en un programa mensual de JW Broadcasting la reunión anual de la corporación de Pensilvania.

De ese modo, más equipos de traducción de todo el mundo podrán hacer disponible el programa en otros idiomas.

Esta reunión anual fue muy especial.

Se celebró el 7 de octubre de 2017.

Como también incluyó la dedicación de muchos edificios de la sucursal de Estados Unidos y de las instalaciones de la central mundial, se presentó en el auditorio de Betel de Warwick, en Nueva York.

El presidente fue el hermano Geoffrey Jackson, del Cuerpo Gobernante.

El programa mensual que van a ver contiene las partes relacionadas directamente con la dedicación.

Estoy seguro de que lo disfrutarán.

Vamos a comenzar haciéndoles una pregunta.

El Cuerpo Gobernante me pidió que les hiciera a los hermanos que hablan inglés una pregunta.

Es esta: ¿Qué pasaría si, en la oración inicial, el hermano Smalley hubiera dicho: “Oramos por la vindicación de tu nombre”?

¿Qué habrían pensado?

¿Habrían dicho: “Ay no, Gene se equivocó”?

Bueno, es cierto que, por muchos años, en inglés nos hemos asegurado de usar las expresiones “santificar el nombre de Jehová” y “vindicar su soberanía”.

Pero ¿está mal decir que se puede vindicar también el nombre de Jehová?

Bueno, allá en 1965, la ¡Despertad! afirmó que sería un error decirlo.

Luego, en 1995, La Atalaya destacó, volvió a enfatizar, que nadie está cuestionando el nombre de Jehová, así que no es necesario vindicar ese nombre.

Pero, cuanto más estudiamos el tema, más nos damos cuenta de que hay que corregir este punto de vista, particularmente en inglés.

Así que vamos a pensar un poco más en las palabras relacionadas con esta cuestión.

Primero, santificar.

¿Qué significa santificar?

Significa “hacer santo”, “tratar algo como sagrado”.

Así que ¿verdad que es muy apropiado pedir que se santifique el nombre de Jehová?

Eso es exactamente lo que Jesús dijo que pidiéramos: “Santificado sea tu nombre”.

De modo que pueden estar tranquilos, eso no va a cambiar.

Pero ¿qué hay de la palabra vindicar?

Bueno, a veces, vindicar se relaciona con librar de culpa a alguien o demostrar que lo que ha hecho está bien.

Como cuando critican a alguien, y luego se demuestra que esa persona tenía razón.

¿Y el término nombre?

¿Es solo una palabra para identificar a alguien?

Muchas veces, no se usa así en la Biblia, ¿cierto?

Con frecuencia se refiere a la reputación de la persona, no a la palabra que la identifica.

Por ejemplo, Proverbios 22:1 explica: “Ha de escogerse un nombre más bien que riquezas abundantes”.

En este caso, nombre se refiere a la reputación de la persona.

Dediquemos unos minutos a esto.

¿Qué es lo que, en realidad, ha estado criticando Satanás a lo largo de la historia?

En primer lugar, la reputación de Jehová, su nombre.

Y, segundo, ha criticado el derecho de Jehová a ser el soberano del universo, en otras palabras, su forma de gobernar.

De modo que tanto la reputación de Jehová como su forma de gobernar deben ser vindicadas.

Satanás ha intentado manchar el santo nombre de Jehová de muchas maneras, lo pinta como un Dios vengativo y severo.

Por otro lado, las iglesias de la cristiandad afirman que Dios quema a la gente en un infierno de fuego.

Además, en la Biblia vemos que Satanás insinuó que Jehová es un mentiroso que nos impide disfrutar de cosas buenas.

Bueno, por todo esto, nos damos cuenta de que es necesario limpiar o vindicar el nombre de Jehová, su reputación.

En resumen, está claro que la soberanía de Jehová tiene que vindicarse, como siempre hemos dicho, pero también debe vindicarse su reputación como Dios amoroso.

Así que no está mal que digamos que esas acciones, tanto la vindicación de la soberanía de Jehová como la vindicación de su nombre, llevarán a la santificación de su nombre.

Y ahora estarán pensando: “¿Y eso qué significa?”.

Muy sencillo, que no está mal que oremos por la vindicación del nombre de Jehová, porque sin duda su reputación tiene que ser limpiada.

Y qué honor tenemos de contribuir a ello.

¡Vaya!, la reunión anual comienza fuerte, con una aclaración de creencias.

Estas son solo unas palabras del presidente de la sesión.

¿Qué más nos espera?

Estamos deseando verlo.

Bien, hablemos del programa de dedicación.

Estoy seguro de que comprenden que es imposible contarles cada detalle de cada historia de cómo han visto la ayuda de Jehová los hermanos, tanto en sus vidas como durante la construcción.

En unos momentos, tendremos la oportunidad de ver un video que se ha preparado para contarnos algunas de esas historias.

Este video se ha hecho especialmente para que veamos lo que pasó en la construcción aquí en Warwick.

Pero, antes de ver el video, el Cuerpo Gobernante me ha pedido que le transmita su agradecimiento a un grupo en particular de hermanos.

¿De quiénes hablamos?

Pues, de los miles de hermanos que trabajaron en todas las obras de construcción o renovación que se llevaron a cabo a la vez que la de Warwick.

A veces solo hablamos de Warwick, pero, en las demás obras de construcción, los hermanos hicieron sacrificios parecidos, y algunas de esas obras fueron enormes.

Por ejemplo, en Wallkill, se renovaron o construyeron más de 100.000 metros cuadrados (1,1 millones de pies cuadrados) de instalaciones.

También se hicieron 302 habitaciones más.

Para ello, se colocaron 25.000 paneles de yeso y se instalaron más de 135.000 metros (450.000 pies) de cable.

Además, se hicieron oficinas para 240 trabajadores.

Cuando contaron cuántas personas habían colaborado en la obra de Wallkill, vieron que habían sido más de 6.000.

En cierto momento, los hermanos pusieron en marcha un programa para trabajar los sábados, y así avanzar más rápido.

Hubo 1.544 betelitas que, aunque tienen otras responsabilidades, usaron su tiempo libre para colaborar los sábados.

En total, dedicaron más de 10.000 horas.

Además, 937 voluntarios externos vinieron de 20 estados de Estados Unidos, y dedicaron unas 18.000 horas a la obra.

De modo que se hizo un enorme esfuerzo para la renovación y la construcción en Wallkill.

Pero ¿qué hay de la calidad del trabajo allí?

¿También estuvo a la altura?

Claro, de hecho, el edificio de viviendas F y el de oficinas de Wallkill recibieron en el 2015 el premio más alto, cuatro Globos Verdes, de la Green Building Initiative (Iniciativa de Edificios Ecológicos, GBI, por sus siglas en inglés).

Una directora de proyectos de la GBI dijo: “De los 23 edificios [en Estados Unidos] que han recibido cuatro Globos Verdes desde el 2006, el edificio de oficinas de la Watchtower en Wallkill es el que ha obtenido la puntuación más alta, un 94%”.

Por supuesto, desde ese año, otros edificios también han recibido los cuatro Globos Verdes.

Y hay que recordar que entre ellos están los siete edificios de Warwick.

Podríamos hablar sin parar de cómo Jehová ha bendecido la construcción de Wallkill.

Por dar solo un ejemplo: en diciembre de 2010, se comenzó a instalar el enfriador de la imprenta.

Nos cuentan los hermanos que era muy importante que el sistema estuviera funcionando a más tardar la primera semana de julio.

Pero no era fácil, porque no querían interrumpir el funcionamiento de la imprenta.

Un hermano nos contó lo que pasó: “Para mediados de junio —recuerden que tenía que estar listo para julio—, las cosas se empezaron a complicar, porque los especialistas del fabricante de los enfriadores no nos atendían.

El Departamento de Compras llamaba al fabricante una y otra vez, pero no lograba que se comprometiera con nuestros plazos”.

Entonces, ¿qué hicieron los hermanos?

Pues, oraron mucho y muy intensamente.

¿Y qué pasó luego?

El hermano dijo: “Pocos días después, me llamaron para avisarme de que había un representante del fabricante esperándome en la recepción principal.

Quería echarle un vistazo a nuestro calendario de arranque y a lo que ya habíamos instalado, para darnos una lista de lo que faltaría por hacer.

Pero le explicamos que todo estaba listo y que necesitábamos tenerlo en marcha en dos semanas.

Entonces, el hombre pasó a la fábrica, y quedó asombrado.

Dijo que, en los 20 años que llevaba haciendo el trabajo, nunca había visto en una primera visita una instalación que ya estuviera lista para funcionar”.

Sin salir de su asombro, le dijo al hermano: “Dígame quiénes instalaron el aislante.

Quiero contratarlos”.

El hermano, acertadamente, no le dijo hasta después que gran parte del trabajo lo habían hecho hermanas, y que la mayoría no tenían experiencia previa.

No se lo contó por si acaso se las quería llevar a trabajar para él.

El hermano continuó contando que al final se armó de valor para preguntarle al hombre: “¿Y por qué se animó a venir a nuestras instalaciones hoy?”.

El hombre respondió que había recibido una llamada urgente de otro cliente de una población cercana, así que decidió pasar por la Watchtower, que le quedaba de camino.

Pero explicó: “Resultó que aquella era una falsa alarma”.

En fin, el enfriador arrancó a tiempo, y todo comenzó a funcionar según lo planeado.

Y esa es solo una de tantas.

En verdad, me han enviado montañas de papeles con experiencias como esta.

No las pude contar todas, perdónenme.

Una y otra vez oímos a los hermanos expresar su agradecimiento por la oportunidad de haber trabajado en la construcción de Wallkill y en las otras obras.

También cuentan cómo los ha bendecido Jehová.

Muchos tuvieron que vender sus casas, simplificar sus vidas o postergar planes personales para trabajar aquí.

Así que, a todos esos hermanos que trabajaron en las demás obras de construcción, les decimos: “Gracias.

Gracias, de todo corazón”.

Ahora podremos ver un video de una entrevista que se le hizo al CPC.

¿Qué es el CPC?

Es el Comité del Proyecto de Construcción que organizó las labores en Warwick.

Isaías 40:12 nos deja ver el poder y el alcance de la mano de Jehová.

Ese versículo dice que él mide “las aguas en el simple hueco de su mano” y que “con un simple palmo” mide el universo.

Y aunque no lo dice en sentido literal, nos da una idea de lo que Jehová puede hacer para que se cumpla su voluntad.

Al ver lo bien que quedó el proyecto de Warwick, nos damos cuenta de que la mano de Jehová dirigió los asuntos.

Como recordarán, en la reunión anual del año pasado entrevistamos a los cinco hermanos que integraron el Comité del Proyecto de Construcción de Warwick.

Estos hermanos supervisaron y coordinaron los trabajos de construcción, y aquella vez nos explicaron cómo se realizó la obra.

Pues, como parte del programa especial de dedicación, hoy entrevistaremos de nuevo a estos hermanos.

Nos hablarán de algunas situaciones en las que vieron la mano de Jehová dirigiendo el proyecto.

Sí, vamos a relatar algunas historias muy conmovedoras relacionadas con los grandes sacrificios que hicieron los voluntarios y el apoyo que recibieron de sus familias.

Les van a encantar.

Y también les contaremos algunas experiencias que demuestran cómo la mano de Jehová estuvo dirigiendo los trabajos en sí.

Por último, veremos que, por la forma en que se hizo el trabajo, hasta quienes no son Testigos se dieron cuenta de que Jehová estaba detrás del proyecto.

Comencemos hablando de cómo los que vinieron a trabajar sintieron el apoyo de Jehová.

Richard, tú también comentaste que hubo algo que te convenció a ti de esto.

A pesar del mal tiempo, de los largos viajes, de no vivir en el lugar ideal y de trabajar tan duro, los hermanos mostraron el fruto del espíritu; se percibía en su trabajo.

Se notaba que Jehová estaba con ellos y les daba las fuerzas.

Eso hizo que este proyecto fuera muy especial.

Una pareja había visto que el dinero que tenían solo les daba para venir a trabajar un máximo de tres semanas.

Y vinieron.

Pero al final de la tercera semana los hermanos les preguntaron si podían quedarse otra semana.

Así que le pidieron a Jehová que los ayudara a estar contentos y a no preocuparse por su situación.

Le dijeron: “Aunque nos quedemos sin dinero, queremos estar una semana más”.

Y eso hicieron.

De regreso a casa, cuando estaban en la puerta de embarque del aeropuerto, la aerolínea anunció que no cabía más gente en el vuelo y necesitaban voluntarios para viajar más tarde.

En compensación, estaban ofreciendo una cantidad de dinero importante.

Pues ellos aceptaron la oferta y así se recuperaron en sentido económico.

Pero no fue en ese momento cuando vieron la mano de Jehová, sino durante esa última semana, ya que pudieron trabajar felices y sin preocuparse por nada.

Nunca olvidaré la noche en que Troy me llamó para decirme lo que le había pasado a uno de los voluntarios que iba a venir.

Él y su esposa estaban reparando la rueda del auto junto a la carretera allí donde vivían.

Y mientras ella sostenía una linterna, vino un auto, se salió de la carretera y mató a la chica justo delante de él.

Sí, lo habíamos invitado y ya tenía fecha para venir.

Pero, después de eso, la verdad es que no esperábamos que viniera.

Le dijimos que podía quedarse en casa para atender sus asuntos, pero él quería venir.

Y fue impresionante ver cómo Jehová lo ayudó.

Sus superintendentes, que habían sido asignados a cuidarlo, y los hermanos de su departamento le dieron mucho ánimo.

Al final, él dijo que trabajar en el proyecto lo había ayudado a recuperarse en sentido emocional y espiritual, y había sido una expresión del cariño de Jehová.

Le mostró con toda claridad que las promesas de Jehová siempre se cumplen.

Otro hermano, que vino por una semana, tenía a su esposa muy enferma en casa.

Aun así, ella le dijo: “Quiero que vayas.

Dejarte ir será mi sacrificio, mi aportación al proyecto”.

Fue muy bonito ver cómo Jehová se valió de hermanas tan abnegadas como ella.

Para nosotros, fue como si estuvieran aquí echando una mano.

A medida que avanzaba el proyecto, al ver que solo podríamos terminarlo con la ayuda del espíritu de Jehová, vimos una transformación en los hermanos.

Nos dimos cuenta de que lo más importante era que fuéramos personas espirituales y de que necesitábamos la bendición de Jehová.

Así que, antes de cada reunión, los hermanos hacían una oración.

Todos teníamos muy claro que el éxito de este proyecto dependía de que contáramos con el espíritu de Jehová.

Los superintendentes se ganaron la reputación de ser buenos pastores y no solo buenos trabajadores.

Cuidaron a los hermanos con mucho cariño.

Los del Comité nos encargamos de hacer visitas de pastoreo, tres o cuatro al mes, y había otros hermanos que hacían lo mismo en los distintos departamentos.

Los voluntarios venían a su cita al final del día cubiertos de grasa o de polvo, con frío —con guantes y orejeras—, pero con una enorme sonrisa.

Era evidente que Jehová nos estaba dando las fuerzas para seguir adelante día tras día.

Fue maravilloso.

Parecía que Jehová nos estaba diciendo: “La salud espiritual y las personas son más importantes que el trabajo”.

Verlo así nos ayudó a tener las prioridades claras.

Vimos que, si hacíamos todo lo posible por cuidar a los hermanos en sentido emocional y espiritual, lograban mucho más de lo que hubiéramos podido imaginar.

Fue un gran ejemplo de lo que se puede lograr en un ambiente espiritual.

Troy, los hermanos de la zona también ayudaron muchísimo, ¿verdad?

Sí. Los hermanos de las congregaciones cercanas hicieron un trabajo impresionante.

Muchos venían temprano por la mañana para dirigir el tráfico, guiar a los autobuses al estacionamiento y dar paso a los peatones.

Tenían que madrugar, y muchas veces el frío era intenso.

Hacían su trabajo, desayunaban y luego se iban a su lugar de empleo o a atender sus asuntos personales.

Eran hermanos sumamente abnegados.

Otro trabajo sobresaliente que hicieron fue ayudarnos con los más de 700 viajes al aeropuerto que se debían hacer cada fin de semana para llevar y traer a los voluntarios.

Esto se tuvo que hacer por varios años, y la mayoría de las veces lo hicieron hermanos de la zona, incluso usando sus propios vehículos.

Sabemos que ustedes pusieron toda su energía en el proyecto y vieron la mano de Jehová en acción justo cuando más lo necesitaban.

¿Qué nos pueden contar sobre eso?

Recuerdo una ocasión en particular en la que nos reunimos con un miembro del Cuerpo Gobernante.

Durante la conversación, le preguntamos por qué estaban él y el resto del Cuerpo Gobernante tan seguros de que el proyecto se iba a terminar a tiempo.

Él nos explicó que, cuando iban a comprar la propiedad, escribieron en el contrato una serie de condiciones que fueron como aquella prueba del carbón de 1918.

Y Jehová les dio una señal muy clara.

Desde ese momento en adelante, tanto él como los demás miembros del Cuerpo Gobernante no tuvieron absolutamente ninguna duda de que la voluntad de Jehová era que se mudaran de Brooklyn a Warwick.

Yo tenía que transmitirles esa misma convicción a los hermanos.

Llegamos a un punto en el que íbamos a tener que tomar decisiones muy importantes, y ya no habría vuelta atrás.

Había que invertir mucho dinero en materiales que no podríamos devolver.

Necesitábamos más fe.

Hubo un par de ocasiones en las que yo me sentía muy desanimado, y veía que los demás voluntarios se sentían igual.

Pues en ambos casos se presentó sin avisar un miembro del Cuerpo Gobernante y nos dirigió palabras de ánimo a nosotros y al grupo entero de voluntarios.

Eso era justo lo que necesitábamos para seguir adelante.

Cambiando un poco de tema, hablemos ahora de cómo vieron ustedes la mano de Jehová dirigiendo el trabajo.

Con la ayuda de Jehová, los hermanos no solo se convirtieron en buenos trabajadores, sino en expertos de primera categoría.

Muy a menudo podías ver a un grupo de hermanos que se habían quitado los cascos para hacer una oración.

Sabían que su trabajo era parte de su adoración y al orar estaban dejando que Jehová los dirigiera.

Veíamos que sentían la necesidad de contar con el espíritu de Jehová para cumplir con sus labores.

Por eso oraban antes de emprender cualquier tarea.

Por su manera de trabajar y por lo mucho que oraban, demostraban que el trabajo les importaba y que lo veían como parte de su adoración.

Muchas veces les comentábamos a los voluntarios que el Comité tenía un problema con el proyecto y les pedíamos que incluyeran el asunto en sus oraciones.

Luego, ellos venían a decirnos que habían estado orando sobre el tema y que les habían pedido a sus familias que hicieran lo mismo.

Además, no dejábamos de recibir cartas, tarjetitas y dibujos que los niños habían hecho en la adoración en familia.

Nos mandaron cientos de paquetes con regalos.

Llegaron cartas de todas partes del mundo...

¡hasta de Japón, Australia y Europa!

De hecho, una hermana de Europa envió 30 kilos de chocolate suizo para los voluntarios.

Enrique, ¿te acuerdas de las famosas reuniones de diseño, coordinación y construcción de los viernes por la tarde?

Después de la oración, siempre empezábamos igual: “No tenemos lo necesario para la semana que viene; nos hacen falta más planos”.

Y ahí se ponía Enrique a mandar correos y a recibir información de los hermanos.

Para cuando acababa la reunión, a las 5:00 de la tarde, decíamos: “Pues, mira, ya tenemos suficiente hasta el viernes de la semana que viene”.

Y llegaba el siguiente viernes, y otra vez lo mismo...

¡Pobre Enrique!

Pero Jehová siempre nos dio lo que necesitábamos.

Era como si nos estuviera diciendo: “Tranquilos, tengo todo bajo control.

Ustedes sigan trabajando”.

Ahora, cuéntennos sobre cómo surgió la idea de los grupos de construcción y cómo los organizaron...

Bueno, contábamos con la gente más preparada que puede haber, y estaban listos para trabajar.

Pero no eran suficientes, necesitábamos más voluntarios.

Así que el Comité decidió que un par de nosotros buscara una manera ordenada de reclutar a hermanos de todo el país.

Y, para ello, solo tendríamos un sábado por la tarde.

Yo pensé: “Una tarde no da para organizar algo así”.

Pero nos sentamos a la 1:30 y para las 3:00 de la tarde ya teníamos las bases de lo que llegó a conocerse como los grupos de construcción para Warwick.

¡Fue Jehová!

Él nos mostró lo que había que hacer para completar cada edificio.

Es verdad que tuvimos que cambiar algunas cosas más adelante, pero por lo menos teníamos las bases.

Dividimos el país en 11 secciones y asignamos tres hermanos a cada una para reunir voluntarios.

Había que contactar con ellos, decirles que los necesitábamos y explicarles en qué consistiría el trabajo.

El sistema era una maravilla.

De los 27.000 voluntarios que llegaron a venir a Warwick, 21.000 se consiguieron gracias a esos 11 grupos.

Ellos les daban la capacitación necesaria y lo organizaban todo para que, en cuanto llegaran a Warwick, pusieran manos a la obra.

¿Y te acuerdas del problema que tuvimos con el aislamiento de las tuberías?

¿Cuántos kilómetros de tuberías eran?

Sí, había que aislar cientos de kilómetros.

Pero no había muchos hermanos en Estados Unidos que supieran hacerlo, por lo menos no tantos como los que necesitábamos.

Así que los hermanos de los grupos de construcción dijeron: “No puede ser tan difícil.

¿Por qué no les enseñamos nosotros?”.

Creo que vinieron uno o dos hermanos a Betel para aprender cómo se hacía, y luego se organizaron talleres en Salones del Reino y en casas de hermanos.

Cerca de 2.000 voluntarios —la mayoría hermanas— aprendieron a aislar tuberías y se encargaron de hacer todo ese trabajo.

Y lo hicieron muy bien.

Y eso destaca el papel que desempeñaron las hermanas en la construcción.

Tanto las que fueron asignadas al proyecto como las que vinieron de afuera hicieron una enorme aportación.

El espíritu de Jehová las capacitó para que nos ayudaran a terminar el trabajo y a resolver ciertos problemas.

Gracias a esos programas de capacitación, los hermanos entendieron rápidamente que el amor a Jehová impulsa a las personas espirituales a velar por la seguridad.

Los cristianos le damos mucha importancia a la seguridad.

Lo hacemos por amor a los hermanos, a nuestras familias y a Jehová, quien es la fuente de la vida.

Muchos que no son Testigos participaron en el proyecto.

¿Se dieron cuenta ellos también de que Jehová estaba detrás de todo?

En una reunión que tuvimos con algunos funcionarios para hablar sobre un aspecto particular del proyecto, hubo un pequeño desacuerdo y no hallábamos la manera de resolverlo.

Entonces, nos dimos cuenta de que, si abordábamos el asunto desde un punto de vista técnico, no íbamos a llegar a ninguna parte.

Así que dejamos a un lado todo, hicimos una oración en silencio y luego les preguntamos: “¿Qué podemos hacer para que estén tranquilos?

¿Qué preferirían ustedes?”.

Eso enseguida cambió el tono de la conversación, pues nos olvidamos de los aspectos técnicos y les hicimos ver que, como buenos vecinos, queríamos colaborar con ellos y llegar a un acuerdo.

Y por fin encontramos una solución aceptable para todos.

Unas semanas después, tuvimos que ir a hablar con ellos sobre otro tema, pero antes de que pudiéramos explicarles por qué estábamos allí, nos felicitaron por lo bien que había salido la reunión anterior.

Nosotros nos miramos extrañados, porque no pensábamos que hubiera ido tan bien.

Pero dijeron que agradecían mucho que los hubiéramos tratado con dignidad.

Aquello nos hizo ver que lo más importante en este proyecto no serían los aspectos técnicos, sino dejar claro, por nuestra forma de manifestar el fruto del espíritu al tratar con los funcionarios, que Jehová nos estaba guiando.

El camión de combustible estaba en un taller del pueblo.

Ese camión era muy importante porque lo usábamos todos los días, a las 4:00 o 4:30 de la mañana, para ponerles combustible a las máquinas y los vehículos.

Así que los hermanos llamaron al taller para ir a buscarlo, pero el señor les dijo: “Lo siento, está cerrado.

Pero ¿de dónde llaman?”.

Al decirle que eran del proyecto de Warwick de los testigos de Jehová, él les dijo: “Ah, los Testigos...

Bueno, por ser ustedes, les voy a dejar abierto el portón y les digo dónde están las llaves del camión.

Estará listo cuando lleguen”.

Una mañana, el conductor de uno de los autobuses llegó tarde.

Explicó que le habían asignado un autobús equivocado y tuvo que regresar a cambiarlo.

Estaba muy enojado y le dijo a su compañero: “Ellos trabajan para Dios.

Nadie les paga, y tienen que llegar a tiempo”.

Luego les dijo a los hermanos: “Un día me haré Testigo y serviré a mi Dios, Jehová”.

Entonces se puso al volante y los llevó al trabajo.

Un hermano estaba predicando y, al tocar en una puerta, le salió un señor.

El hermano empezó a hablar, pero el hombre lo interrumpió y le dijo: “¿Usted ha ido a Warwick?”.

Sorprendido, le contestó: “No, nadie puede ir.

Aún está en construcción”.

El señor le dijo: “Pues yo sí.

Fui a trabajar.

Es un sitio muy limpio y organizado.

Son las personas más amables que he conocido.

Trabajar allí ha sido la mejor experiencia de mi vida”.

Había que instalar la línea principal de alimentación eléctrica, un trabajo muy especializado.

Lo programamos para el 24 de diciembre, pero el contratista quería hacerlo otro día para supervisarlo.

Le dijimos que necesitábamos hacerlo ese día porque teníamos una fecha límite que cumplir.

Él nos preguntó: “¿Y quién lo va hacer?”.

Le dijimos: “Pues unas hermanas, ya sabe que aquí tenemos muchas voluntarias”.

Él no lo podía creer y dijo: “El cable pesa mucho y no puede estar golpeando el piso.

Hay que tener cuidado con él mientras está fuera del conducto”.

Y añadió: “Yo no iba a trabajar mañana, pero hablaré con mi esposa y nos vemos allí”.

Así que el hombre vino y se quedó un par de horas.

Las hermanas, como siempre, hicieron un trabajo tremendo.

Instalaron la línea sin ningún problema.

¿Y recuerdas cuánto tardaron en hacerlo?

¡Dos horas!

Fue impresionante.

Instalaron la línea en solo dos horas.

El hombre se fue a su casa sin poder creerlo.

Encargamos una gran parte del trabajo a la compañía de construcción más grande de la zona.

Y cuando ya estábamos terminando, el director de la empresa nos dijo: “Cuando nos visitaron por primera vez y nos contaron los planes que tenían, que querían construir algo de ese tamaño con un programa tan apretado y con voluntarios, nos dio risa.

No nos molestaba quedarnos con su dinero, pero la verdad es que, cuando se fueron, nos reímos mucho de ustedes.

Pensamos que jamás podrían construir algo así en tan poco tiempo, y encima con voluntarios.

Creíamos que sería un desastre.

Pero lograron lo imposible”.

De modo que pudieron ver que Jehová estaba detrás del proyecto.

¡Muchas gracias por habernos contado estas experiencias tan animadoras!

Nos han hecho recordar que, como dice Isaías 59:1, la mano de Jehová no se queda corta a la hora de cumplir su voluntad.

Y este proyecto así lo demuestra.

Sé que tanto ustedes como nosotros agradecemos la labor de todos los voluntarios, de los hermanos de la zona que vinieron a ayudar, así como el apoyo que tantos nos brindaron desde sus casas con sus oraciones.

Estamos muy agradecidos.

Y también queremos darles las gracias a ustedes cinco y a sus esposas por todos los sacrificios que hicieron a favor del proyecto.

Otra prueba de que Jehová ha bendecido este proyecto es que los cinco siguen siendo amigos.

Al estar con ustedes y ver que se llevan tan bien, uno puede percibir que es gracias al espíritu de Jehová.

Y, sobre todo, le damos las gracias a Jehová, pues sabemos que él es el responsable del éxito de este proyecto.

Nos sentimos muy agradecidos por haber tenido la oportunidad de ver la mano de Jehová en acción.

La verdad es que fue una magnífica entrevista.

Y, a los que están de visita, los animamos a preguntar a los que trabajaron en la obra: “¿De qué manera viste la ayuda de Jehová, tanto personalmente como en la construcción?”.

Y les sorprenderá oír las cosas que les pasaron.

Bueno, ahora vamos a hacer algo nuevo, un examen interactivo.

Así veremos quién califica para permanecer en este auditorio.

Lo primero que les vamos a pedir es que respondan la siguiente pregunta:

¿cuántos edificios vamos a dedicar hoy?

Díganlos en orden alfabético...

No, ¿cómo creen?, no les vamos a pedir eso.

Se les pasará este pequeño susto después de ver otro video, que muestra todas las instalaciones que se van a dedicar.

Con el fin de apoyar la obra del Reino, recientemente se ha llevado a cabo una expansión de nuestras instalaciones en Estados Unidos.

Esto ha implicado la construcción de la nueva central mundial en Warwick y de otros 15 edificios, dedicados en la reunión anual de 2017.

Visitemos cada una de estas instalaciones, descubramos el impacto que tienen en la obra del Reino y veamos cómo estos edificios honran a Jehová.

Los videos han cobrado mucha importancia en nuestra adoración, así que hay una gran necesidad de producirlos cada vez más rápido y con mayor calidad.

Hace cinco años, el departamento producía una película y unos cuantos videos cortos al año.

En el 2016, la cantidad de videos que se produjeron superó la cifra de 350.

En Patterson había tres estudios de grabación pequeños.

Pero, para producir más contenidos a la vez, necesitábamos un espacio mayor, con varios escenarios.

A principios del 2015, se compró un gran edificio en la calle Mount Ebo, a menos de ocho kilómetros (cinco millas) de Patterson.

El edificio había sido un almacén de productos farmacéuticos y tenía más de 6.500 metros (70.000 pies) cuadrados de espacio disponible.

Hubo que convertir el almacén en un gran estudio de grabación y dos escenarios más pequeños.

Los trabajos finalizaron en diciembre de 2016.

La demanda de videos no disminuye, sino que aumenta.

Para el año 2017, se programaron unos 420 videos, que se usarán en la organización con diversos propósitos.

Así que hemos tenido que aumentar el personal y el espacio para poder atender toda esta demanda.

Y Jehová se ha encargado de que tengamos “dádivas en hombres” y mujeres, que nos han permitido producir la hermosa música que disfrutamos y tantos videos que están llegando al corazón y la mente de las personas.

A poco más de un kilómetro (una milla) de Mount Ebo, se compró otro edificio, de 1.114 metros (12.000 pies) cuadrados, que se convirtió en un taller de carpintería para la utilería y escenografía.

También se adquirieron y renovaron los apartamentos Mountain View, que dan alojamiento a 100 betelitas.

El Comité de Sucursal dirige las actividades teocráticas.

Con la ayuda del Departamento de Servicio, supervisa la organización de las congregaciones, las reuniones, la asignación de territorios y otros aspectos de la predicación.

Fue necesario ampliar las instalaciones de la sucursal de Estados Unidos para trasladar estos departamentos a Wallkill.

Las obras de ampliación de Wallkill quedaron prácticamente terminadas en noviembre de 2015.

Se renovaron algunos edificios de viviendas y se construyeron el estacionamiento F y el nuevo edificio de oficinas.

Fueron más de 103.000 metros (1.110.000 pies) cuadrados entre edificios nuevos y renovados.

Hay que recordar que todos los departamentos seguían funcionando durante las obras mientras todos estos edificios iban creciendo a nuestro alrededor.

Estoy seguro de que los que trabajaban en la obra no se daban cuenta, pero para nosotros era como ver un video de imágenes aceleradas.

¡Era increíble!

Estos hermanos eran profesionales y tenían una gran capacitación, pero sobre todo tenían entusiasmo y eran felices.

Supieron mantener una actitud positiva a pesar de la gran carga de trabajo que tenían.

Y nos contagiaron a todos los que estábamos cerca su entusiasmo y agradecimiento.

Muchos están aprovechando las aplicaciones JW Library y JW Language para leer, estudiar y enseñar a otros sobre la Biblia.

En vista de que cada vez se utiliza más este tipo de tecnología, se necesitan más ingenieros informáticos y más personal para diseñar, desarrollar y probar las aplicaciones.

Estos hermanos viven y trabajan en los apartamentos Rivercrest, situados en Fishkill.

Además, los hermanos de la sucursal de Estados Unidos están muy interesados en cuidar a los betelitas de mayor edad.

Para lograr este objetivo, se edificaron las Residencias Norte y Sur, que se terminaron en el 2016.

Estos edificios son auténticas residencias para mayores, ya que cuentan con lo necesario para cuidar a los miembros más valiosos de la familia Betel.

Estamos rodeados de hermanos maravillosos, muy trabajadores y que nos atienden muy bien.

Su cariño me conmueve.

Es toda una bendición pasar tiempo con amigos de toda la vida como si estuviéramos en una reunión sin fin, y ver que Jehová realmente los ha cuidado mucho.

La atención que reciben nuestros hermanos mayores es extraordinaria.

Y, sí, se les cuida con mucho amor, pero hay una razón para ello: vemos a los mayores como los ve Jehová.

Isaías 46:4 indica que él no nos abandona en la vejez.

Por eso, los que hemos aprendido de Jehová cuidamos a las personas mayores.

Y esa es la razón por la que reciben tanto cariño.

En el 2014, se compró un almacén en Montgomery (Nueva York), de unos 20.500 metros (220.000 pies) cuadrados, para recibir y guardar materiales de construcción.

Allí se organizaban los materiales y se prefabricaban los baños de las habitaciones de Warwick, lo que permitió ahorrar tiempo.

El almacén de Montgomery se sigue utilizando como depósito para la sucursal de Estados Unidos y para la central mundial.

En el 2014, también se compraron dos hoteles: el Newburgh Center A y el Newburgh Center B.

Debido a su céntrica ubicación con respecto a las tres localizaciones de Betel, estos hoteles han resultado ideales para alojar a los voluntarios temporales y a los visitantes.

Estos hoteles fueron de gran ayuda para los voluntarios, pues estaban más cerca de la obra.

Antes tenían que viajar mucho tiempo en autobús desde Brooklyn, así que, antes de empezar, ya estaban cansados.

Pero ahora podían descansar un poquito más por las mañanas y por las tardes, y ser más productivos.

Cuando conoces a estos hermanos, los tienes que querer.

Hicieron un montón de sacrificios: dejaron sus casas o las vendieron; dejaron sus trabajos, sus negocios, su familia, sus amigos, sus mascotas...

Y uno se lo agradece, pero ellos también están agradecidos.

Consideran un honor haber estado aquí, aunque son ellos los que hicieron todos esos sacrificios.

Son un ejemplo para todos nosotros.

Los planes para trasladar la central mundial a Warwick comenzaron hace más de ocho años, cuando compramos una propiedad de 102 hectáreas (253 acres), a 80 kilómetros (50 millas) al noroeste de Brooklyn.

Algunas de las ventajas que ofrecía estar en Brooklyn ya no eran importantes para nosotros.

Es más, al vivir en una ciudad que no para de crecer, teníamos cada vez más complicaciones y más costos.

Aun así, muchas veces pienso que la auténtica razón por la que nos mudamos de Brooklyn es la que dijo el Cuerpo Gobernante desde el principio: ellos están convencidos de que fue el espíritu santo el que los guió para salir de Brooklyn y mudarse a Warwick.

Y estamos deseando que llegue el momento en que miremos atrás en el tiempo y comprendamos todas las razones por las que Jehová hizo que esto ocurriera.

La propiedad de Warwick tenía edificios abandonados que había que demoler.

Una vez que se limpió el terreno y se aprobó el proyecto, el 29 de julio de 2013 comenzó la construcción, que avanzó a un ritmo impresionante.

Cada día venían a la obra unos 4.000 voluntarios.

En total han trabajado aquí más de 27.000 hermanos.

En Betel, todos estuvieron unidos para que este proyecto fuera un éxito: el Cuerpo Gobernante y cada uno de los departamentos.

Claro que hubo dificultades, pero se resolvieron en paz, con amor y con las demás cualidades del espíritu de Jehová.

Esto es un milagro de nuestros días, sobre todo cuando piensas que el mundo está tan dividido, que hay tanta falta de unidad...

Y, cuando ves lo que hay aquí, te sientes orgulloso de ser parte de esta organización.

Recuerdo la primera vez que visité Warwick después de las obras.

Diría que fue un momento alegre y triste a la vez: alegre porque ya se podían usar los edificios para lo que se habían diseñado, pero triste porque ya no se veían chalecos de seguridad.

Era muy bonito ver a todos esos chalecos de colores, pero ya no estaban, y te daba tristeza.

Se te hacía un nudo en la garganta, porque debajo de cada chaleco había un hermoso ejemplo de fe.

Se les extraña.

El entorno de Warwick es precioso; es tranquilo y relajante.

Me hace valorar más la creación de Jehová.

Estar aquí es hermoso; le agradezco a Jehová esta bendición.

Warwick es un complejo de ocho edificios que en total tiene unos 140.000 metros (un millón y medio de pies) cuadrados.

La familia Betel se aloja en cuatro edificios de viviendas, que tienen un total de 569 habitaciones, y también en un edificio cercano de 21 habitaciones, en Sterling Forest.

A poca distancia está el edificio de Tuxedo.

Allí está el equipo de ingeniería de redes del Departamento de Computación y el estudio de JW Broadcasting, donde se produce el programa mensual, que ahora está disponible en más de 130 idiomas.

El edificio de oficinas y de servicios sirve principalmente como enlace para las diferentes labores que se realizan en la central mundial.

En este edificio también se encuentran tres exposiciones, en las que se pueden realizar visitas autoguiadas: “La Biblia y el nombre divino”, que muestra ejemplares poco comunes de la Biblia y destaca cómo el nombre de Jehová se ha conservado en las Santas Escrituras; “Un pueblo para el nombre de Jehová”, que es una exposición histórica de los testigos de Jehová, y “La central mundial: un modelo de fe en acción”, que explica cómo se organizan los Testigos para estudiar, enseñar y vivir según lo que aprenden en la Biblia.

Cuando viajas por el territorio de la sucursal de Estados Unidos o vas a otros países, siempre te encuentras con alguien que ha trabajado en Warwick.

Y la sensación que te da es que Warwick no es la central mundial, sino que es nuestra central mundial.

Algunos me dijeron que, cuando volvieran a casa, ya no serían los mismos.

Unos han simplificado su vida y se han mudado de una casa grande a un apartamento.

Otros han decidido ser precursores.

Ha sido un testimonio para nosotros los Testigos.

Jehová busca ocasiones para bendecir a su pueblo.

Esto lo hace feliz.

Y, cuando miras atrás y te fijas en todo el trabajo que se ha hecho..., cuando Jehová ve a todos los que se ofrecieron para participar en el proyecto, a todos los que lo apoyaron por todo el mundo con sus donaciones, a los que oraron para que tuviera éxito, a los que ayudaron a otros para que pudieran venir..., ¡qué orgulloso debe de sentirse!

Él está deseando bendecirlos.

A veces me imagino las conversaciones entre los ángeles y los que están reinando en el cielo, y cuán orgullosos deben de estar de todos los que trabajaron aquí en la Tierra.

Sin duda, ellos también se involucraron en el proyecto.

Y, aunque solemos pensar solo en los que trabajaron en la Tierra, ¿qué hay de quienes lo hicieron desde el cielo?

Seguro que más de una vez colaboraron en asuntos legales o de seguridad.

Así que Jehová está orgulloso de toda su familia universal, tanto en el cielo como en la Tierra.

Creo que los hermanos que vengan a visitar Warwick se van a fortalecer espiritualmente.

Como sabemos, están viniendo de todas partes del mundo, y esto va a acelerar la obra del Reino.

Estos edificios son hermosos y están en un sitio precioso.

Por supuesto, eso le da honra a Jehová.

Pero lo que le traerá aún más honra es que estos edificios se usarán para alabar su nombre, atraer a las personas hacia su Reino y dirigir la predicación por toda la Tierra.

De modo que estos edificios ayudarán al Cuerpo Gobernante a darle la mayor honra a Jehová.

Así que ahora vamos a repartir las hojas del examen...

No.

Más bien, hemos llegado a una parte del programa en la que todos podemos participar.

Lo haremos usando nuestras voces para alabar a Jehová.

Así que, si lo desean y pueden hacerlo, los invitamos a ponerse de pie para cantar la nueva canción de dedicación.

Se titula: “Un lugar que te honrará”.

Qué bonita canción, y qué bien sonó.

Ahora pueden sentarse.

A continuación disfrutaremos de uno de los platos fuertes del programa, el discurso de dedicación.

Lo va a presentar el hermano que lleva más tiempo en el Cuerpo Gobernante, el hermano Gerrit Lösch.

El título del discurso es: “Una expansión que da gloria a Jehová”.

La adoración a Jehová en tiempos modernos tuvo un comienzo pequeño.

Nos hace pensar en lo que dice Zacarías 4:10: “¿Quién ha despreciado el día de las cosas pequeñas [o comienzos pequeños]?”.

¿Cuál es el contexto de este versículo?

En el año 537 antes de nuestra era, Jehová impulsó al rey persa Ciro, que había conquistado Babilonia, a liberar a los israelitas que habían estado cautivos allí durante 70 años.

Así pudieron regresar a Jerusalén y Judá.

Tenían que restaurar la adoración verdadera y reconstruir el templo que Nabucodonosor había destruido.

¿Y cuántos desterrados salieron de Babilonia y regresaron a Jerusalén en aquel año, el 537?

Según Esdras 2:64, unos 50.000.

Una nota a pie de página de la sexta edición de la traducción de la Biblia

de Isaac Leeser dice que, en total, acabaron regresando unas 200.000 personas, mujeres y niños incluidos.

Entonces, en el mes séptimo del año 537 antes de nuestra era, los israelitas edificaron el altar.

Y, al año siguiente, el 536, colocaron los cimientos del templo.

Pero después se despreocuparon y no reconstruyeron el templo sobre esos cimientos.

Los enemigos que vivían cerca también los presionaron para que pararan la construcción.

Lograron prohibirla unos 15 años después, en el 522 antes de nuestra era.

Dos años después, en el 520, el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué reiniciaron con valor la construcción del templo a pesar de la prohibición.

Fue gracias a la motivación de los profetas Ageo y Zacarías.

Jehová predijo: “Las [...] manos de Zorobabel han colocado el fundamento de esta casa, y sus propias manos la terminarán [...].

Porque, ¿quién ha despreciado el día de las cosas pequeñas?” (Zacarías 4:9, 10).

La reconstrucción del templo de Jehová en Jerusalén tuvo un pequeño comienzo, pero no había que menospreciarlo.

Después de todo, tenía que ver con la adoración verdadera, la adoración a Jehová.

Estos comienzos pequeños ocurrieron en el año 520 antes de nuestra era, y ya para el año 515, o sea, 22 años después del regreso de Babilonia y 5 años después de reiniciarse la construcción, el templo quedó terminado.

Los que habían estado desterrados ahora celebraban con gozo la inauguración, o podríamos decir, la dedicación, de aquella casa (Esdras 6:13-16).

Esto le trajo honra a Jehová.

El templo reconstruido le dio gloria.

La congregación cristiana también tuvo comienzos pequeños en el Pentecostés del año 33 de nuestra era.

Jesús hizo una comparación en Mateo 13, en los versículos 31, 32: “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; la cual es, de hecho, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la más grande de todas las legumbres, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hallan albergue entre sus ramas”.

¿Qué significa esa comparación de la semilla de mostaza que mencionó Jesús?

El grano de mostaza representa el mensaje del Reino, así como el resultado de predicar ese mensaje, es decir, la congregación cristiana.

Igual que el grano de mostaza es “la más pequeña de todas las semillas”, la congregación cristiana tuvo un comienzo pequeño en el año 33.

Sin embargo, en pocas décadas, creció rápidamente.

Se expandió más allá de lo que nadie podía imaginar.

Jesús dice que “las aves del cielo” hallan “albergue entre sus ramas”.

Estas aves simbólicas representan a las personas de buen corazón que encuentran alimento espiritual, sombra y refugio dentro de la congregación cristiana.

También hubo comienzos pequeños en la época moderna.

Pensemos en nuestra primera sede.

En nuestros tiempos, los Estudiantes de la Biblia (así se nos conocía), al principio tenían sus oficinas centrales en la Quinta Avenida de Pittsburgh, número 101, y luego en la calle Federal, número 44, en Allegheny (Pensilvania).

A finales de la década de 1880, construyeron su propio edificio, que terminaron en 1889.

Estaba en la calle Arch, y llegó a conocerse como la Casa Bíblica.

Pero la obra siguió creciendo, así que hubo que mudar las oficinas centrales a Brooklyn, en Nueva York, entre 1908 y 1909.

En 1908, se compró el antiguo Betel de Plymouth, que abarcaba los números 13 a 17 de la calle Hicks, en Brooklyn.

Había pertenecido a la Iglesia Congregacional Plymouth.

También se le compró a esa Iglesia otro edificio cercano, en la calle Columbia Heights, 124.

Pronto llegó a ser la nueva vivienda de los 30 miembros del personal de la sede en aquel entonces.

La llamaron Betel, que significa “Casa de Dios”.

Betel era el nombre que la Iglesia Plymouth le había dado a su edificio de la calle Hicks.

Luego se remodeló este edificio, y se le llamó el “Tabernáculo de Brooklyn”.

Tenía oficinas y un auditorio.

El 31 de enero de 1909, se celebró la dedicación de la nueva sede, y asistieron 350 personas.

Pero en 1919 también hubo un comienzo pequeño en otro sentido.

Lo que decía Zacarías 4:10 sobre “las cosas pequeñas” se cumplió después de que los israelitas salieran de Babilonia.

¿Tiene eso un paralelo en nuestros días?

Sí, los cristianos ungidos tuvieron un comienzo pequeño en 1919, cuando fueron librados por completo de la dominación de Babilonia la Grande, el gran conjunto de religiones falsas, para restaurar la adoración verdadera.

Ya en los años anteriores se habían ido librando de la influencia de Babilonia.

Entre 1914 y 1919, los hermanos pasaron por muchas crisis y pruebas, pero en 1919 las superaron del todo.

Cuando se celebró la Conmemoración de la muerte de Cristo el domingo 13 de abril de 1919, asistieron un total de 17.961 personas en muchos países.

Por supuesto, eran muchas menos que las que salieron de la Babilonia literal.

Y, de esas 18.000, unas 4.000 entregaban informes de su predicación.

Mucha gente menospreciaba a estos hermanos.

Es cierto, era de nuevo un comienzo pequeño, pero tenían la aprobación de Jehová, y él hizo que aumentara la obra desde entonces en adelante.

También hay crecimiento en sentido físico.

Con el fin de celebrar reuniones para adorar a Jehová, en el 2016 se compraron 1.000 terrenos en donde se construyeron Salones del Reino.

Además, se hicieron muchos trabajos de remodelación, grandes y pequeños.

Hay trabajos de expansión de sucursales y se construyen nuevas oficinas remotas de traducción, locales para escuelas bíblicas y Salones de Asambleas.

En Estados Unidos tenemos en uso 47 Salones de Asambleas.

También se ve el aumento en las cifras.

En la República Democrática del Congo, este año hubo casi 1,2 millones de asistentes a la Conmemoración.

En México, asistieron unos 2,2 millones, eso sin incluir otros países de Centroamérica.

Por todo el mundo, unos 20 millones de personas asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo en el 2016.

Y cada fin de semana se bautizan 5.300 personas, que llegan a ser nuestros hermanos.

Nuestra familia mundial sigue creciendo.

Pero el crecimiento que se ve en cifras no prueba por sí mismo que tengamos la verdad.

Otras religiones tienen más integrantes, y algunas crecen rápido.

Por ejemplo, hay unos 1.500 millones de musulmanes en el mundo, cantidad solo superada por el número de quienes afirman ser cristianos.

Pero los números por sí solos no prueban nada.

La verdad no se mide en cifras.

Es la combinación de enseñanzas verdaderas, amor genuino, elevadas normas morales, neutralidad, llevar y santificar el santo nombre de Dios, además del crecimiento, lo que prueba más allá de cualquier duda que Jehová nos ha elegido para ser su pueblo.

En Isaías 60:22, encontramos una profecía que dice: “El pequeño mismo llegará a ser mil, y el chico una nación poderosa.

Yo mismo, Jehová, lo aceleraré a su propio tiempo”.

¿Cuál es esa “nación poderosa”?

Es la gran muchedumbre junto con los ungidos.

En conjunto, forman “una nación poderosa”, aunque sean relativamente pocos en comparación con la actual población mundial, de más de 7.500 millones de habitantes, para marzo de este año.

Muchos que nos visitan en Warwick, en Wallkill o en Patterson dicen: “Ustedes viven en un paraíso”.

Los que lo dicen quizá se refieren al compañerismo y el cariño que se respira, así como a los alrededores hermosos.

Y el hecho es que sí vivimos en un paraíso, un paraíso espiritual.

Pero ¿qué se puede decir de quienes nos visitan y de los que están viendo o verán este programa por Internet?

La buena noticia es que ustedes también viven en un paraíso espiritual.

Toda la hermandad mundial vive en un paraíso espiritual.

Pero ¿qué es el paraíso espiritual?

Abarca nuestra relación con Jehová y el alimento espiritual que disfrutamos gracias al esclavo fiel.

También incluye el amor que mostramos en la congregación y a la hermandad mundial.

Abarca, además, las bendiciones que Jehová nos da a cada uno en nuestra vida diaria.

Este paraíso es el ambiente de actividad espiritual seguro y próspero en el que adoramos a Jehová.

No importa dónde vivamos en el mundo, podemos estar en el paraíso espiritual siempre que participemos en apoyar la adoración a Jehová y nos esforcemos por desarrollar la nueva personalidad.

El paraíso espiritual tuvo un comienzo limitado en el año 33, en el Pentecostés.

Pasó por muchos cambios en el transcurso de los siglos, pero al final fue restaurado en 1919.

En ese año, se hizo evidente que Dios había aprobado a los ungidos.

Esa aprobación también se relaciona con el paraíso espiritual.

A partir de entonces, los ungidos han disfrutado de cada vez más prosperidad espiritual, aun mayor que la que tenían en el siglo primero.

Y, desde los años treinta, los que tienen la esperanza de vivir en la Tierra también han entrado en el paraíso espiritual.

Al final, este paraíso llegará a su nivel pleno, perfecto, en el nuevo mundo.

¿Estamos agradecidos por el paraíso espiritual?

Sin embargo, Satanás trata de destruir ese paraíso.

Y cree que lo puede lograr, porque parecemos indefensos.

Intenta interrumpir el flujo de alimento espiritual, romper nuestra unidad y detener la predicación, cosas que componen el paraíso espiritual.

También usa gobiernos humanos para borrar de la Tierra la adoración verdadera y a quienes la practican.

Pero no lo conseguirá.

Al contrario, será arrojado al abismo y estará allí por mil años.

Después, será completamente destruido.

¿Y qué hay de los gobiernos que él controla hoy?

Esos serán destruidos en Armagedón, para siempre.

El Reino mesiánico tomará el control de la Tierra, y esta se convertirá poco a poco en un paraíso perfecto en sentido literal.

Entonces el paraíso espiritual y el físico existirán al mismo tiempo.

El crecimiento del paraíso espiritual a partir de 1919 estuvo acompañado de crecimiento en sentido físico.

Permítanme contarles un poco de historia.

Primero, hablemos de las imprentas.

En 1920, comenzamos a usar una imprenta rotativa en la avenida Myrtle, en Nueva York.

En 1922, la imprenta se mudó a la calle Concord, número 18.

Entre 1927 y 1986, se compraron o construyeron en la calle Adams más edificios para las imprentas.

¿Y la ampliación de viviendas y oficinas?

El 10 de octubre de 1960, se celebró la dedicación de un nuevo edificio de viviendas y oficinas en la calle Columbia Heights, número 107.

Se efectuó en el Salón del Reino de la planta baja y tuvo una asistencia de 630 hermanos.

En esa ocasión, el hermano Franz dijo que el nuevo edificio hacía recordar las palabras del salmista de que todos en el templo de Jehová hablarían de Su gloria.

En 1969, se construyeron las viviendas de la calle Columbia Heights, número 119, que se dedicaron el 2 de mayo.

En ese mismo año, se compró un complejo de edificios a la compañía farmacéutica Squibb, y allí estuvo ubicada la central mundial hasta que nos mudamos aquí a Warwick.

Abarcaba los números 25 a 30 de la calle Columbia Heights, y se dedicó el 15 de marzo de 1982.

Más adelante se hizo una conexión entre el edificio 30 y los números 48 y 50.

Allí cerca está la propiedad de la calle Jay, número 85, una manzana completa que se usaba para estacionamiento.

Después, el 18 de septiembre de 1995, se celebró otra importante dedicación.

Se han añadido diecisiete edificios de viviendas desde aquella dedicación de Betel, el 2 de mayo de 1969.

Por ejemplo, estaban el Hotel Towers, que se compró en 1975; el Hotel Bossert; el Hotel Standish; el edificio Sliver; el de la calle Joralemon, número 108; el edificio de 30 pisos de la calle Sands, y el de la calle Columbia Heights, número 97, en donde antes se encontraba el Hotel Margaret.

El 15 de marzo de 1983, también compramos el edificio de la calle Furman, número 360.

Allí se ubicaron el Departamento de Envíos y otros departamentos.

Habíamos remodelado por completo ese edificio.

Tenía 93.000 metros cuadrados (un millón de pies cuadrados) de superficie.

Para esta fecha, hemos vendido la mayoría de estas instalaciones, casi todas.

El dinero de la venta fue más que suficiente para cubrir los gastos de la construcción de esta nueva sede.

¿Y qué hay de la expansión de Wallkill?

La granja que estaba en Wallkill se compró a unos hermanos en 1963.

Se encuentra a 120 kilómetros, o 75 millas, de la ciudad de Nueva York.

Luego se construyeron allí nuevas viviendas en 1968, 1971 y 1973.

Ese mismo año se construyó una gran imprenta, que se agrandó en 1975.

En 2004, finalizó el trabajo de impresión en Nueva York, y se concentró en Wallkill.

El 15 de mayo de 2005, se celebró la dedicación de la ampliación de Wallkill.

Hoy dedicamos también un nuevo edificio de viviendas, un estacionamiento nuevo y un edificio de oficinas nuevo, que se construyeron en Wallkill, así como el almacén de Montgomery, dos hoteles cercanos y el comedor que vieron antes en el video.

Wallkill es ahora la sede nacional, la sucursal de Estados Unidos, y la mayoría de los integrantes del Comité de Sucursal viven allí.

Por otro lado, en Warwick está la central mundial, esa es la diferencia.

A mediados de los años noventa, también se construyeron las instalaciones de Patterson, en las que hay oficinas, viviendas y escuelas teocráticas.

La dedicación fue el 19 de mayo de 1999.

Cerca de Patterson se añadieron hace poco los estudios de Mount Ebo, en la carretera 22, así como otro edificio.

Actualmente se considera Patterson parte de la central mundial.

También se compró el edificio de Tuxedo a una empresa papelera; ahora se encuentra allí el estudio de JW Broadcasting, que también es parte de la central mundial.

Está a solo 10 minutos de aquí en la misma carretera que Warwick.

Y, por último, también vamos a dedicar los apartamentos Rivercrest, que se compraron en Fishkill, y en donde viven varios cientos de betelitas.

Pero hoy nos centramos en la dedicación de las hermosas instalaciones de la central mundial, en Warwick.

¿Por qué se construyeron aquí?

Creemos que Jehová quería que las construyéramos en este lugar.

2 Reyes 23:27 nos indica que en tiempos antiguos fue Jehová quien eligió Jerusalén como centro de su adoración.

En nuestros tiempos, esta central mundial es un lugar que promueve la adoración verdadera por todo el mundo, así que también creemos que Jehová decidió que fuera así.

Y toda la expansión de la que hemos hablado glorifica a Jehová.

El apóstol Pablo tenía la actitud correcta.

En 1 Tesalonicenses 2:6 escribió que él no había buscado “la gloria de los hombres”.

Así es, buscamos la gloria de Jehová, no la nuestra.

Es él quien ha promovido y bendecido esta construcción.

Y estoy seguro de que ustedes están de acuerdo.

También fue Jehová quien bendijo la reconstrucción del templo físico en los días de Zorobabel.

En aquel tiempo, Jehová dijo lo que leemos en Isaías 60:7: “Yo hermosearé mi propia casa de hermosura”.

En nuestros tiempos, esa profecía sobre la “casa de hermosura” no se refiere a las estructuras literales de la central mundial, sino al templo espiritual.

Tal como se predijo, muchos vendrían a adorar a Dios en ese templo.

Sería una “casa de oración” simbólica para todas las naciones, como menciona Isaías 56:7.

Revelación 7:9 predijo que habría “una gran muchedumbre [...] de todas las naciones”.

¿Qué hace y dónde?

Fijémonos de nuevo en lo que dice la Biblia ahí, en Revelación, capítulo 7.

En el versículo 9 dice: “Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos”.

Ahí dice que están “delante del trono” de Dios.

¿Significa eso que van al cielo?

No. Isaías 66:1 dice que la Tierra es el “escabel” de Dios, o su reposapiés.

Así que, aunque se encuentra en la Tierra, la gran muchedumbre está de pie delante del trono de Jehová.

La componen cristianos que esperan vivir para siempre en el Paraíso en la Tierra.

En cuanto a ellos, Revelación 7:15 dice que “están rindiendo servicio sagrado [a Dios] día y noche”.

¿Dónde?

¿Enfrente del templo?

No, más bien, dice: “En su templo”.

Entonces, ¿en qué lugar, exactamente?

Bueno, no importa la esperanza que tengamos, todos servimos a Jehová en el templo espiritual, porque adoramos a Jehová sobre la base del sacrificio de Jesús.

Entonces, ¿qué dirían?

¿Cierto o falso?

¿Es lo mismo el templo espiritual que el paraíso espiritual?

Falso.

¿Se refiere a los cristianos ungidos?

De nuevo, falso.

Los templos de los tiempos bíblicos eran un medio, o un sistema, para adorar a Jehová.

Así que el templo espiritual es también un medio para adorar a Dios, basado en el rescate perfecto que pagó Jesús.

Todos los que adoran a Jehová sobre la base de ese sacrificio están en el templo espiritual.

Por otra parte, el paraíso espiritual se refiere a la condición que nos permite adorar a Jehová, tener su aprobación y estar en paz con los hermanos.

Podemos embellecer más el paraíso espiritual y ampliar sus fronteras si hacemos discípulos y si tenemos la personalidad cristiana.

Todos los que estamos en el paraíso espiritual cantamos alabanzas a Jehová sin cesar.

Es como si predicáramos día y noche.

Isaías 62:6 dice: “Todo el día y toda la noche, constantemente, que no se queden callados.

Ustedes, los que están haciendo mención de Jehová, no haya silencio por parte de ustedes”.

Así es, estamos resueltos a no permanecer callados, a no dejar de hablar de Jehová.

Y, en el capítulo 60 de Isaías, en el versículo 6, dice que anunciaríamos “las alabanzas de Jehová”.

Contribuimos a alabar a Jehová cuando predicamos las buenas noticias y damos nuestros comentarios en las reuniones.

Alabar a Jehová es una de las razones más importantes para asistir a las reuniones y predicar.

Sabemos que el motivo principal por el que predicamos no es para salvar las vidas de las personas.

Alabar a Jehová es más importante que salvar la vida de la gente.

¿Por qué?

Porque Jehová es más importante que la gente.

En Hebreos 13:15 dice: “Mediante él [Cristo] ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre”.

Nadie puede detener la expansión.

Ni siquiera las dictaduras, incluidos los gobiernos comunistas, han podido detener el crecimiento de la organización de Dios.

Hitler no pudo; Stalin, tampoco; Trujillo, en la República Dominicana, no pudo; Mussolini, en Italia, no pudo; Ceausescu, en Rumania, no pudo; Mao Tse-Tung, no pudo; tampoco pudo Enver Hoxha, el dictador de la Albania comunista.

Nadie puede, porque Jehová está con nosotros.

¿Y qué diremos de la antigua Unión Soviética, que incluía Ucrania, Moldavia, Bielorrusia y Rusia?

En 1991, había menos de 50.000 publicadores en la Unión Soviética.

Ahora son casi 400.000.

Piensen en todo ese crecimiento.

Entre 1991 y 1998, se bautizaron 220.492 personas en aquellas repúblicas.

En 1990, en Kiev, la capital de Ucrania, había solo una congregación.

Ahora hay unas 75.

Y en 1993 se efectuó el bautismo más numeroso de la historia de los cristianos verdaderos.

Se llevó a cabo también en Kiev, en la asamblea de distrito; hubo 7.402 bautizados.

Las prohibiciones no pueden detener la obra.

Jehová ha prometido: “Contra cualquiera que contienda contra ti yo mismo contenderé, y a tus propios hijos yo mismo salvaré”, según Isaías 49:25.

Las profecías también muestran que, poco antes de Armagedón, seremos atacados por una coalición de naciones o gobiernos dirigida por Satanás y sus demonios.

Pero no tenemos nada que temer.

Jehová protegerá a su pueblo durante la gran tribulación, y es razonable pensar que también protegerá la central mundial en sentido físico.

En Zacarías 2:8, él dice: “El que los toca a ustedes está tocando el globo de mi ojo”.

Y en Zacarías 2:5 leemos: “Yo mismo llegaré a ser para ella —es la expresión de Jehová— un muro de fuego todo en derredor [para protegerla], y una gloria es lo que llegaré a ser en medio de ella”.

Así es. La central mundial le da gloria a Jehová.

Estas instalaciones y los edificios relacionados con ellas se han construido para dar gloria y alabanza a Jehová.

Isaías 43:21 habla del pueblo a quien Jehová ha formado para él mismo.

¿Con qué propósito?

Dice: “Para que relate la alabanza mía”.

Isaías 43:21.

Es bueno recordar ese versículo.

Nos muestra que la razón por la que Jehová nos ha hecho su pueblo es para glorificarlo, para alabarlo.

Y, por cierto, ¿cuál es la razón de ser de la congregación cristiana?

Bueno, igual, para alabar a Jehová.

¿Y el objetivo de la central mundial de Warwick?

Alabar a Jehová.

Efesios 1:12 nos anima a servir a Jehová “para la alabanza de su gloria”.

Que estas nuevas instalaciones y los demás edificios que dedicamos hoy sirvan para glorificar y dar alabanza a nuestro amado Padre, Jehová.

Ahora es apropiado que hagamos una oración para dedicar todos los edificios que no se han dedicado a Jehová todavía.

El hermano Leon Weaver, del Comité de Sucursal de Estados Unidos, hará esta oración en nombre de todos.

Con esta oración y con el consentimiento de ustedes, declaro que todos estos edificios están dedicados a Jehová.

Y les agradecemos a todos ustedes lo mucho que han contribuido: tanto con su trabajo, como con dinero y oraciones.

Ahora, ¿qué es lo contrario del día de pequeños comienzos?

¿Será el día del gran final?

Bueno, ¿es la dedicación de esta central mundial el gran final?

No hay ningún final a la vista.

Todo es relativo.

En el nuevo mundo, quizá hasta consideremos que la dedicación de Warwick fue un pequeño comienzo en relación con el enorme trabajo que se logrará en el Paraíso, de enseñar la verdad a las miles de millones de personas que resucitarán.

Isaías 11:9 dice: “La tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar”.

No hay duda, tenemos un Dios glorioso, con un nombre glorioso, Jehová.

Tenemos buenas noticias gloriosas y una gloriosa esperanza para el futuro.

Cuando Salomón inauguró el templo, la gloria de Jehová llenó el edificio.

Hoy en día, el templo espiritual en el que estamos millones de nosotros también está lleno de la gloria de Jehová.

En Isaías 26:12, dice: “Oh Jehová, tú nos adjudicarás paz, porque aun todas nuestras obras nos las has ejecutado”.

Queremos darle el reconocimiento y la alabanza a Jehová.

Hasta nuestros adversarios se dan cuenta de que Jehová bendijo la construcción, como ocurrió en los días de Nehemías.

Nehemías 6:16 dice que los enemigos “llegaron a conocer que de parte de nuestro Dios esta obra se había hecho”.

Eso está de acuerdo con lo que dice 1 Pedro 4:11: “Para que en todas las cosas Dios sea glorificado mediante Jesucristo.

De él son la gloria y la potencia para siempre jamás. Amén”.

Revelación 5:13 expresa una idea similar, porque dice: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y la potencia para siempre jamás”.

¡Aleluya!

Muchas gracias, hermano Lösch, por ayudarnos a concentrarnos en el verdadero significado de la dedicación de estas instalaciones.

Miles de asistentes disfrutaron de este programa en persona o por Internet desde otros lugares.

Y ahora millones de ustedes han podido disfrutar de esta misma experiencia.

Lo sé, lo sé, están impacientes por ver el resto de la reunión anual.

Pues, me alegra anunciarles que lo que queda del programa se colgará este mes en JW Broadcasting.

Lo encontrarán en dos partes, en la sección Videos.

La segunda parte se colgará el lunes 15 de enero.

La tercera parte se colocará el lunes 29 de enero.

De modo que, para fin de mes, habrán podido oír los discursos de cinco miembros del Cuerpo Gobernante.

Tenemos mucho alimento espiritual, no hay duda.

Eso es todo por ahora.

Este programa se transmitió desde nuestro estudio de JW Broadcasting, en la central mundial de los testigos de Jehová.



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