Sin duda, el texto nos muestra que Jehová tiene en alta estima a los mayores. Él nos dice: “Ante canas debes levantarte y tienen que mostrar consideración a la persona que ha envejecido, y Jehová ama realmente a las personas que han envejecido en su servicio”. Aunque sufran los dolores y achaques de la vejez, claro, algunos más que otros, continúan irradiando la idea de servir a Jehová y por eso los apreciamos tanto. Es probable que recuerden el artículo, “que la vejez no le robe la alegría”, w15 06 junio pág. 9
El primer párrafo hizo esta pregunta, ¿cómo se siente cuando piensa en la vejez? A muchos le llena de preocupación, ansiedad, o incluso terror. Esto le sucede porque normalmente, envejecer se asocia con cosas negativas como las arrugas, las canas, el cansancio, la pérdida de memoria y los achaques. Hace dos años, La Atalaya también dijo: “No hay que tratar de eliminar a toda costa los signos de envejecimiento que realidad pueden reflejar madurez, dignidad, y belleza interior”.
Y como ya se mencionó esta mañana, Proverbios 16:31 dice: (Prov. 16:31) “La canicie es como corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia”. (NM 1987) (Prov. 16:31) “Las canas son una corona de belleza cuando están en el camino de la justicia”. (NM 2019) Por ello la misma revista dijo para Jehová es muy importante lo que somos por dentro y para nosotros debería ser así. Unos años antes, otro artículo mencionó que si la edad avanzada nos impide lograr tanto como quisiéramos en nuestro ministerio, no debemos perder las esperanzas.
Recordemos que un cristiano vale, no por cuanto participa en la obra, sino por cuanto ama a Jehová, por su fe en él y por darle lo mejor que pueda según su propia capacidad. Ahora bien, la dura realidad es que todos estamos envejeciendo mientras pasan los años, más lo notamos. Por eso, seamos jóvenes o mayores, deberíamos meditar en la oración Moisés que encontramos en el Salmo 90, leeremos algunos versículos de este capítulo. Empecemos leyendo el ver. 9 y el 10.
“Porque todos nuestros días han llegado a su declinación en tu furor; hemos terminado nuestros años lo mismo que un susurro” 10. “En sí mismos los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo, su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que pasar rápidamente, y volamos. (NM 1987). 9 “Nuestros días se desvanecen por causa de tu furia; nuestros años se acaban como un suspiro”. 10 Nuestra vida llega hasta los setenta años, o hasta los ochenta si alguien tiene una fortaleza especial. Pero esos años están llenos de dificultades y penas; pasan rápido, y desaparecemos. (NM 2019)
Mi querido padre murió fiel a los 91 años, unos antes el médico le dijo que tenía muchos problemas que no se podían curar, así que mi padre solía decir: “la vejez no es para debiluchos”. Definitivamente, los efectos de la vejez, pueden hacer la vida más difícil, menos agradable y hasta aterradora. Cuanto significado tiene entonces lo que dijo Moisés en el ver. 12: 12Muéstra[nos] precisamente cómo contar nuestros días de tal manera que hagamos entrar un corazón de sabiduría”. (NM 1987). 12Enséñanos a contar nuestros días para que consigamos un corazón sabio. (NM 2019)
¿Qué significa “contar nuestros días”? Bueno no se refiere a irlos contando como en la pared de una celda, tampoco significa que nos obsesiones por cuanto vamos a vivir. No, como Moisés necesitamos pedirle a Jehová que nos enseñe a valorar nuestros días y a considerarlos preciosas oportunidades de hacer cosas que valgan la pena y honren a Jehová. Sin importar nuestra edad, si vivimos cada día para tener la aprobación de Jehová y alegrar su corazón entonces podemos orar como lo hizo Moisés en el ver. 14.
(Salmo 106: 14 14Satisfácenos a la mañana con tu bondad amorosa, para que clamemos gozosamente y nos regocijemos durante todos nuestros días”. (NM 1987) 14Sácianos de tu amor leal por la mañana para que gritemos de alegría y estemos contentos toda nuestra vida”. (NM 2019) Salomón se expresó sabiamente sobre este asunto en cap. 12 de Eclesiastés conocemos bastante bien el ver. 1, pero el 2 no tanto.
Ecl. 12:1, 2 1Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: “No tengo en ellos deleite”; 2antes que se oscurezcan el sol y la luz y la luna y las estrellas, y hayan regresado las nubes, después el aguacero; (NM 1987) 1Acuérdate de tu Gran Creador en tu juventud, antes de que vengan los días angustiosos y lleguen los años en que vas a decir: “No encuentro en ellos ningún placer”; 2 antes de que se oscurezcan el sol, la luz, la luna y las estrellas, y regresen las nubes después del aguacero; (NM 2019)
En el ver. 2, Salomón compara la época de la juventud al verano palestino, cuando el sol, la luna y las estrellas brillan intensamente en un cielo despejado. Obviamente no hay mejor época para recordar a nuestro Creador que en el verano de la vida, en los mejores años cuando podemos servirle al máximo de nuestra capacidad. Sin embargo, resulta difícil hacer eso en los días calamitosos los de la vejez, cuando el cuerpo está débil y enfermo, entonces los días llegarían ser como la temporada fría y húmeda del invierno, cuando nos llueve un problema tras otro.
Algunos dicen que quisieran vivir una vida al revés. Pero ¿cómo sería eso? Bueno, una persona lo explicó así. “Comenzaría siendo viejito, viviendo los primeros años en un asilo, hasta que nos echaran de ahí por ser demasiado joven. Poco después vendrían los años de trabajo seglar. Luego de 40 años, nos retiraríamos siendo jóvenes, entonces iríamos a la escuela para poco a poco, convertirnos en niñitos juguetones sin responsabilidad, llegaríamos a ser bebés y así hasta terminar como un proyecto en la mente de nuestros padres”.
¡Qué idea más absurda! ¿Pero, lo es? Realmente no. Veamos Job 33:25. La Biblia promete que en el “Nuevo Mundo” el proceso del envejecimiento se invertirá. El texto dice: 25“Que su carne se haga más fresca [o más saludable] que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil’. (NM 1987) 25“Que su carne se vuelva más fresca [o más saludable] que cuando era joven; que él tenga otra vez el vigor de su juventud’. (NM 2019) Por lo tanto quienes nunca mueran volverán a los días de su juventud. Claro no hasta la cuna.
Pero si volverán a la plenitud de la vida, cuando disfrutarán de un cuerpo saludable, perfecto y lleno de fuerza, que será el complemento ideal de una mente sana, llena de conocimiento, sabiduría y experiencia. Y quien no quisiera eso. Bueno, ninguno de nosotros es tan viejo como para pensar que no verá ese día, y pronto.
El artículo “Que la vejez no le robe la alegría”, señala: Sea que gocemos de buena salud o no, todos queremos envejecer con dignidad y sin perder la alegría ¿cómo se logra eso? En parte depende de nuestra actitud y habilidad para adaptarnos a esta nueva etapa de la vida. Y un principio sencillo y práctico que el artículo recomienda es el de ser positivos, dice: ‘Usted tal vez se deprima al recordar que tenía cuando era joven y todo lo que hacía entonces y es comprensible, pero no permita que esos pensamientos negativos lo hundan’”
Estar pensando siempre en el pasado, solo que el presente sea más triste, concéntrese en las cosas que sí puede hacer. Así que con la actitud correcta es posible envejecer con dignidad. Ahora mismo no podemos vivir la vida al revés, solo podemos vivir hacía adelante. Mirar hacía el futuro eterno en el que llegaremos a ser un valioso tesoro para Jehová. ¿Por qué? Porque sabrá que nos acordamos de él, Nuestro Magnífico Creador.