John Ekrann: "Amantes del dinero" (2 Tim. 3:2)

“Amantes del dinero”.

Eso no suena tan mal, comparado con “traicioneros”, “feroces”, “calumniadores” y otro tipo de personas descritas en 2 Timoteo 3.

¿Qué hay de malo en ser amantes del dinero?

Mucho.

Cuando una persona ama el dinero más que a nada o nadie, se corrompe.

Veamos, por ejemplo, qué efecto ha tenido este tipo de personas en el mundo de los negocios.

A todos nos gusta que una empresa nos ofrezca buenos productos a un precio justo, ¿verdad?

Pero, si los empresarios aman el dinero más que a nada, harán trampa, mentirán sobre los riesgos, sobornarán, aceptarán sobornos y harán cualquier cosa que sea necesaria para que sus empresas ganen más dinero.

Nos ofrecen productos nuevos, supuestamente mejores, y nos mienten en sus anuncios.

Y la realidad es que estamos tan acostumbrados a que sucedan cosas así que muchos dicen: “Así son los negocios”.

¿Y cómo han influido en los gobiernos quienes aman el dinero?

Cuando una persona así sube al poder, en vez de gobernar para el pueblo, gobierna para su propio beneficio.

Hay políticos y gobernantes que se enriquecen desviando a sus cuentas privadas dinero que en realidad le pertenece al pueblo.

Es muy común ver el efecto tan poderoso que tiene el amor al dinero, incluso en políticos que, al principio, tienen buenas intenciones.

Lo vemos a diario.

Ningún gobierno en la Tierra puede librarse de la mala influencia que tienen quienes aman el dinero.

De hecho, es por culpa de gobernantes codiciosos como estos que hay tantas personas por todo el mundo sufriendo injusticias.

¿Y qué efecto han tenido quienes aman el dinero en la cristiandad y en otras religiones falsas?

Por ejemplo, que los líderes religiosos comenzaran a cobrar por sus servicios o a presionar a sus feligreses para que les dieran dinero influyó negativamente en cómo la gente veía la adoración a Dios.

El dinero cambió la dinámica de la religión.

Cambió la relación entre los líderes religiosos y las personas que estaban en sus congregaciones.

Se lo explico con un ejemplo: ninguna esposa le entrega a su esposo una factura por todo lo que ha hecho por él y por su familia, y ningún esposo le daría a su esposa una factura por todo lo que hace él.

¿Verdad que algo así cambiaría la dinámica en la familia, la forma como se tratan y lo que sienten unos por otros?

Jehová inspiró a Pablo para que hablara de la mala influencia de quienes aman el dinero en la religión.

Acompáñenme, por favor, a 2 Timoteo 4:3, 4.

Dice: “Porque habrá un tiempo en que ellos no soportarán la enseñanza sana, sino que, siguiendo sus propios deseos, se rodearán de maestros que les regalen los oídos.

Dejarán de escuchar la verdad y prestarán atención a cuentos falsos”.

En la actualidad, como acabamos de leer, muchas religiones se dedican a regalarles los oídos a las personas.

Les cuentan cuentos falsos y les dicen cosas para que se sientan bien.

Por cierto, cuando busqué información en internet sobre el efecto que tiene el dinero en las religiones, me topé con varios sitios que explicaban cómo puedes formar tu propia religión (qué decir y qué hacer), para ganar mucho dinero y hacerte rico.

Si quienes dirigen una religión son personas que aman el dinero, no amarán ni la verdad ni la Palabra de Dios.

Como se les paga por los sermones, no hablan tanto de la Biblia, sino de lo que la gente quiere oír.

Les dicen que pueden comprar el perdón de Dios con dinero —que, básicamente, pueden sobornarlo para que no los castigue—.

Dicen que funciona así: “Te portaste mal.

Dios te va a castigar.

Pero danos dinero a la Iglesia y a mí, y Dios te va a perdonar”.

Esta mentira con la que estafan a la gente es muy antigua.

Un ejemplo de esto son las indulgencias que vendía la Iglesia católica en el siglo dieciséis.

Con las indulgencias, pagabas un dinero para que, según ellos, Dios no te castigara.

La ¡Despertad! de agosto de 1989 habla de las indulgencias y de lo que opinaba acerca de esta práctica Martín Lutero: “La venta de indulgencias se originó durante las Cruzadas, cuando estas se concedían a los creyentes que estaban dispuestos a arriesgar su vida en una guerra ‘santa’.

Más tarde se otorgaban a las personas que ofrecían apoyo económico a la Iglesia.

Pronto se convirtieron en un método práctico de reunir dinero […,] ‘el bingo del siglo XVI’.

Con su característica mordacidad, Lutero preguntó: ‘Si el Papa tiene el poder de librar a cualquiera del purgatorio [sobre la base de las indulgencias], ¿por qué no deja salir a todos en el nombre del amor y así acaba con él?’ ”.

Y esto no debería sorprendernos.

¿No le ofreció Satanás a Jesús grandes riquezas materiales?

Él le dijo: “Te daré [o te pagaré con todos los reinos del mundo —el mayor de los sobornos—] […] si te arrodillas y realizas ante mí un solo acto de adoración”.

Ahora comparemos este amor al dinero que Satanás fomenta y que demuestra la cristiandad con lo que Jesús enseó en Mateo 10:8.

Cuando Jesús preparó a sus discípulos para llevar el mensaje del Reino, les dio instrucciones específicas.

Les dijo: “Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios.

Recibieron gratis, den gratis”.

Oigan, ¿por qué, después de hablarles de todas estas cosas bonitas que podrían hacer, tuvo que decirles Jesús que lo hicieran gratis?

Porque Jesús sabía que el amor al dinero podía echar a perder todos estos maravillosos regalos que los discípulos podían hacerle a la gente.

Él lo había visto durante todo el tiempo que había observado a la humanidad.

Conocía la influencia corruptora que tiene el dinero.

Por ejemplo, él vio cuando Naamán quiso ofrecerle regalos caros a Eliseo después de que él lo curó de la lepra que padecía.

Pero Eliseo no quiso aceptar nada.

Eliseo sabía que estaba mal aceptar una recompensa por algo que había hecho el espíritu santo.

Pero Guehazí no se pudo resistir.

Amaba el dinero, y eso arruinó por completo su servicio fiel.

Claro que hoy día no podemos curar la lepra ni resucitar muertos, pero la lección que Jesús nos enseó en Mateo 10:8 sí nos aplica a todos: “Recibieron gratis, den gratis”.

La idea es clara.

No aceptemos dinero por lo que hace el espíritu santo.

Ni el mensaje del Reino ni sus bendiciones se pueden comprar o vender.

Hermanos, pertenecemos a una organización dirigida por el espíritu santo, con gente que ama a Dios en vez de amar el dinero.

No hacemos colectas en nuestras reuniones ni en nuestras asambleas.

Si se hace una donación la cantidad es privada, y ese dinero se usa de forma sabia y prudente.

Además, los ancianos tienen que cumplir con un importante requisito que se menciona en 1 Timoteo 3.

Ahí dice que un superintendente no debe “amar el dinero”.

Y esto es muy importante porque, si amaran el dinero, echarían a perder la relación que hay entre ellos y los demás hermanos de la congregación.

Y fíjense en este detalle.

La expresión griega que se usa aquí es la misma que se usa en 2 Timoteo 3, cuando dice que en los últimos días las personas amarían el dinero.

Y esta expresión solo aparece dos veces en la Biblia.

Cuando vemos la influencia tan negativa que quienes aman el dinero han tenido sobre los negocios, los gobiernos y la religión falsa, aprendemos una lección muy importante: el lugar adecuado para el dinero es la billetera, no el corazón.



Tal vez te interesen estas entradas

Entrada destacada

James Mantz: ¿Somos privilegiados por tener privilegios?

Antes de venir a Galaad, todos ustedes han disfrutado de muchos privilegios de servicio. Quizás han…

Popular Posts

JW Broadcasting: Abril de 2025

JW Broadcasting: Abril de 2025

¡Bienvenidos a JW Broadcasting®! Los testigos de Jehová vem…

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

George Aljian: Cómo sobrellevar la plaga de tu propio corazón

Imagina que vas a salir de viaje. Te han regalado los bolet…

James Mantz: ¿Somos privilegiados por tener privilegios?

James Mantz: ¿Somos privilegiados por tener privilegios?

Antes de venir a Galaad, todos ustedes han disfrutado de mu…

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Avance: Las buenas noticias según Jesús | Episodios 2 y 3

Hay alguien entre ustedes al que no conocen. Es el que vien…

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

2025 | Informe 2 del Cuerpo Gobernante

Bienvenidos, queridos hermanos. Para empezar, tenemos una n…

Ronald Curzan: Jehová nos ayuda a vencer gigantes (Mar. 1:11)

Ronald Curzan: Jehová nos ayuda a vencer gigantes (Mar. 1:11)

A veces nos dan una tarea o una responsabilidad, y sentimos…

Tú también puedes ser precursor

Tú también puedes ser precursor

Y un último anuncio. La hermana Lidia Díaz ha sido nombrada…

Evitemos las cosas que destruyen la paz (fragmento)

Evitemos las cosas que destruyen la paz (fragmento)

Hola a todos, soy Clara de Happy Jewels, con más ideas para…

David Splane: No seamos un estorbo para el propósito de Jehová (Heb. 4:12)

David Splane: No seamos un estorbo para el propósito de Jehová (Heb. 4:12)

Hoy me gustaría centrarme en las primeras palabras del text…