Segunda a los Corintios 1:3 describe a Jehová como “el Dios de todo consuelo” y el Dios “de tiernas misericordias”.
¿Qué significa la palabra “consuelo” en este contexto?
Literalmente significa “un llamamiento al lado de uno”, es decir, estar al lado de una persona para animarla cuando pasa por momentos muy difíciles.
Un experto en textos bíblicos describe “consuelo” de esta forma: “Esta palabra siempre significa mucho más que una compasión que alivia.
El consuelo cristiano es aquel que da valor, que permite que el hombre enfrente todo lo que la vida puede hacerle”.
Esto describe a Jehová, ¿verdad?
A él también se le llama “el Padre de tiernas misericordias”, y esa expresión, “tiernas misericordias”, significa sentir compasión y preocuparse mucho.
Así que Jehová es el ejemplo perfecto de alguien que siente profunda compasión y que se preocupa por otros.
Por ejemplo, abramos la Biblia en el Salmo 23 y leamos el versículo 1.
Notemos que Jehová siempre está junto a nosotros para cuidarnos como un pastor.
Salmo 23:1 dice: “Jehová es mi Pastor.
Nada me faltará”.
Así que, sin importar lo que nos pase en la vida, Jehová es nuestro Pastor, que nos cuida y nos consuela.
Y esta expresión, “Pastor”, es muy adecuada porque un pastor de Oriente Medio cuidaba muy bien de sus ovejas.
Él sabía sus nombres, las examinaba cada día y, si veía que alguna estaba enferma o le dolía algo, la ayudaba enseguida.
Le daba la medicina que necesitara.
Y si, mientras se recuperaba, estaba demasiado débil para levantarse, literalmente la cargaba para que no se rindiera y se quedara allí tendida y muriera.
Sí, Jehová siempre está ahí para ayudarnos.
Cuando tenemos problemas y sentimos que no podemos más, él está ahí para llevar nuestra carga y apoyarnos como un Pastor que nos cuida.
Esta idea de tener lo que necesitamos también se destaca en 2 Timoteo 3:16, 17.
Por inspiración, Pablo habla de que las Escrituras están inspiradas y de cuánto nos benefician.
¿Y cuál es el resultado de aprovechar el consuelo que Jehová nos da mediante las Escrituras?
Dice: “A fin de que el hombre de Dios esté perfectamente capacitado y completamente preparado para realizar todo tipo de buenas obras”.
Y no solo todo tipo de buenas obras, sino todo lo que nos pueda pasar en la vida.
La expresión “completamente preparado” significa literalmente “aprovisionado por completo, a punto”.
Y a veces se usaba para referirse a un barco que se preparaba con todo lo necesario para un viaje o para referirse a una máquina preparada para funcionar según había sido diseñada.
Así que Jehová siempre nos da lo que necesitamos sin importar qué tipo de problema tengamos.
Vamos a ver un ejemplo de cómo la Palabra de Dios puede ayudarnos, como si Jehová estuviera a nuestro lado para apoyarnos.
Vamos a hablar de algo que puede ser emocionalmente agotador y muy difícil de sobrellevar: la soledad.
La soledad es el deseo de que alguien nos quiera, nos entienda, que alguien nos necesite y nos valore.
Y, cuando eso no ocurre, nos sentimos muy vacíos por dentro.
Claro, estar a solas no es lo mismo que sentirse solo.
Estar a solas significa que uno no está con nadie.
Pero sentirse solo es un estado emocional, pues algunas de las personas que se sienten más solas están rodeadas por muchísima gente en grandes ciudades.
Así que no basta con estar rodeado de personas, tenemos que sentirnos cerca de ellas.
Notemos lo que dice el Salmo 68:6, que muestra lo que Jehová hace por aquellos que se sienten solos.
La primera parte del Salmo 68:6 dice: “Dios les da a los que están solos un hogar donde vivir”.
¿Notaron?
En este caso no dice que Jehová les dé una casa, un refugio, aunque Jehová sí hace eso.
Pero un hogar implica mucho más, ¿verdad?
Un hogar es donde la familia está unida, trabaja junta y se divierte.
Cuando una familia es feliz, siente que se pertenecen unos a otros, que se necesitan, que se quieren y que se aprecian.
Y este tipo de relación es la mejor cura para la soledad.
Un ejemplo de esto es lo que dijo una de nuestras hermanas, según se mencionó en el número 1 del 2018 de la edición para el público de “La Atalaya”.
Ella sufrió muchas pérdidas y se sentía muy sola.
Pero cuando ella meditó en el Salmo 68:6, que acabamos de leer, dijo lo siguiente: “Sabía que ese versículo no podía referirse únicamente a que Dios nos da una casa literal donde vivir.
Comprendí que Dios nos ofrece un hogar espiritual, un lugar donde sentirnos realmente seguros, arropados y unidos a quienes aman a Jehová”.
Así que Jehová le dio un hogar, no solo una casa.
Le dio un hogar con personas con las que relacionarse, que se preocupaban por ella, y así no sintió tanta soledad.
Eso es lo que Jehová nos da, ¿verdad?
Este mismo punto se destaca en Marcos, capítulo 10.
Abramos la Biblia en Marcos 10 para ver la diferencia entre una casa y las relaciones con otros.
En este capítulo, Jesús estaba hablando de las personas que dejan sus posesiones, sus casas y su familia por las buenas noticias.
¿Y qué dijo Jesús de una persona así?
En el versículo 29 de Marcos 10, dijo: “Les aseguro que no hay nadie que haya dejado hogar, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos...”.
En el idioma original, la palabra “hogar” también significa “casa”.
Y él dijo que, al igual que su Padre, se aseguraría de que aquellos que están solos o renunciaron a cosas recibieran lo que él mencionó en el versículo 30: “100 veces más [en este tiempo] —casas, hermanos, hermanas, madres, hijos...”.
Así que nuestra manera de servir a Jehová y de seguir a Cristo nos ayuda a luchar contra la soledad.
¡Y qué bueno es tener presente que podemos imitar a Jehová!
Y, aunque estemos rodeados de muchas personas aquí en Betel o en otros lugares, es bueno recordar que hay quienes pudieran sentirse solos aunque estén rodeados de gente.
Pero hacemos todo lo posible por estar a su lado, consolarlos, demostrarles que nos importan y ayudarlos a que no se sientan solos, como hace Jehová.
Para terminar, me gustaría mencionar algo con lo que debemos tener cuidado.
Nunca querríamos buscar consuelo en el lugar equivocado.
Jehová, Jesucristo y nuestros queridos hermanos son quienes mejor nos pueden consolar.
Pero, a veces, cuando estamos estresados, nos sentimos solos o enfrentamos otros problemas, el consuelo equivocado puede empeorar las cosas.
¿Recuerdan cómo describió Job a los supuestos amigos que vinieron a consolarlo?
En Job 16:2, él dijo: “¡Qué consuelo tan molesto me dan todos ustedes!”.
Y en Job 13:4 dijo: “Son médicos inútiles”.
No fueron de ninguna ayuda.
De hecho, empeoraron la situación con las cosas que dijeron.
Y la actitud que tuvieron con Job hizo que él reaccionara de la forma equivocada.
Empeoraron las cosas.
¿Dónde podríamos encontrar hoy este tipo de consuelo vacío y que nos hace daño?
Bueno, a veces hay quienes buscan una vía de escape.
Si no tienen cuidado, podrían buscar el tipo incorrecto de consuelo en el consumo excesivo, o el abuso, del alcohol para tratar de sentirse mejor o ahogar sus problemas.
Otros buscan consuelo fantaseando con cosas que son totalmente impropias porque creen que así van a sentirse mejor.
Pero eso solo empeora las cosas, ¿verdad?
O una persona que esté desanimada pudiera hacer algo inmoral creyendo que ese momento de placer le va a hacer sentir mejor.
Pero nada de esto nos trae consuelo de verdad; al contrario, empeora la situación y hace que necesitemos más ayuda.
Así que imitemos a Jehová y hagamos todo lo posible por consolar a otros.
Pero recordemos que quien nos consuela es nuestro Creador, “el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo”, que nos ayuda a enfrentar cualquier situación.