La verdad es que a la Biblia le podemos sacar mucho jugo, y un ejemplo de esto es lo que aprendemos en Gálatas 6:1.
Así que búsquenlo conmigo.
Primero lo vamos a leer completo.
Y luego analizaremos este versículo frase por frase, idea por idea.
Ya verán, lo vamos a exprimir.
Aquí, en Gálatas 6:1, Pablo escribe: “Hermanos, aun si un hombre da un paso en falso sin darse cuenta, ustedes, los que tienen las debidas cualidades espirituales, traten de corregir al hombre con espíritu apacible.
Pero que cada uno se vigile a sí mismo para que no sea tentado también”.
La primera palabra que aparece es “hermanos”.
Y, como podemos ver, está en plural.
Esto es interesante.
Lo retomaremos más tarde, no se preocupen.
Ahora Pablo dice: “Aun si un hombre da un paso en falso”… ¿Cuál es la comparación aquí?
¿En qué está pensando el apóstol Pablo?
En andar.
Él se está imaginando a un hombre que va andando por un camino y, de repente, el pobre hombre “da un paso en falso”.
Bueno, pensándolo bien, esta no es la primera vez que Pablo habla de andar en la carta que escribió a los gálatas.
Vamos a echar un vistazo rápido al capítulo 5.
Versículo 16: “Les digo esto: sigan andando de acuerdo con el espíritu y así no harán realidad ningún deseo de la carne”.
Ahora el 18.
Dice: “Es más, si el espíritu los guía, no están bajo la ley”.
Y luego también en el 25: “Si vivimos de acuerdo con el espíritu, también sigamos andando correctamente [literalmente, en línea recta] de acuerdo con el espíritu”.
Y ahora vuelve a hablar de andar: “Hermanos, aun si un hombre da un paso en falso”.
Aquí Pablo está describiendo a un cristiano que va caminando en línea recta cuando, de repente, tropieza, da un paso en falso.
Una pregunta: ¿dar un paso en falso es tan grave?
¿Recuerdan cuando caminábamos por Brooklyn, por aquellas aceras que podían ser tan desiguales?
A veces, al bajar de la acera, si no teníamos cuidado, dábamos un paso en falso y se nos torcía algo.
Esto nos muestra que dar un paso en falso puede tener consecuencias graves.
¿Y qué piensas tú, joven, que juegas al baloncesto?
¿Verdad que, si das un paso en falso mientras estás jugando un partido en la cancha, puedes terminar con muletas durante un par de semanas?
Así que no hay duda de que dar un paso en falso puede ser algo muy serio.
Y, de hecho, la palabra griega que se traduce “dar un paso en falso” puede tener varios significados.
Puede referirse, por ejemplo, a un pequeño error, pero también puede referirse a algo más serio, a un pecado mucho más grave.
Y se darán cuenta de que, en el comentario, las palabras de Gálatas 6:1 se aplican a un pecado grave.
Tengamos esto en cuenta mientras analizamos el versículo.
Continuemos.
“Un hombre da un paso en falso [y noten] sin darse cuenta”.
¿Por qué dice eso?
Bueno, la expresión griega que se utiliza aquí ya transmite la idea de hacerlo sin querer.
Es decir, el hombre no salió de su casa con el propósito de pecar.
Fue algo que no había planeado; lo tomó por sorpresa.
Quizás empezó a juntarse con quien no debía y al final terminó metiendo la pata.
Terminó haciendo algo que no tenía pensado hacer.
Fue sin querer.
Pero eso no significa que no haya sido grave, simplemente quiere decir que no fue algo a propósito.
OK.
Ahora la ayuda viene en camino: “Ustedes, los que tienen las debidas cualidades espirituales”… Seguro que los gálatas ya sabían a lo que se refería Pablo, porque en el capítulo 5, los versículos 22 y 23, él menciona los aspectos del “fruto del espíritu”.
Así que tenían que saber cuáles eran esas cualidades espirituales.
¿Y qué aprendemos?
Como destacó el hermano Devine en su comentario, si tenemos que dar un consejo, tenemos que dejarnos guiar por el espíritu santo, no por la frustración ni tampoco por la rabia.
No hay que saltar a dar un consejo porque algo nos ha hecho enojar.
Es el espíritu santo el que nos debe impulsar a dar ese consejo.
La siguiente palabra es interesante.
“Los que tienen las debidas cualidades espirituales, traten”.
“Traten”.
Esta palabra no la van a encontrar en muchas otras traducciones de la Biblia.
Creo que en inglés solo aparece en una más.
El resto sigue el modelo de la versión del rey Jacobo, que dice algo así como: “Los que son espirituales, corrijan al hombre”.
Es decir, háganlo.
Se puede traducir así, pero también puede ser: “Traten de corregirlo”.
Y los traductores tienen que tomar una decisión.
El primer comité a cargo de la Traducción del Nuevo Mundo decidió poner “traten”.
Ellos sabían que, por más que uno trate de corregir a una persona, el resultado va a depender de ella misma.
¿Aceptará esa persona la corrección?
Puede que sí la acepte o puede que no.
Y, como los testigos de Jehová quizás tenemos más experiencia dando consejos a las personas, el comité se dio cuenta de ese detalle y por eso tradujo así esta idea que aparece aquí en Gálatas 6:1.
Entonces, tenemos un hombre caminando que, de repente, da un paso en falso.
¿Y qué pasa cuando uno da un paso en falso?
Tal vez nos disloquemos un hueso.
Y eso nos lleva a la palabra de la nota.
Junto a “corregir”, la nota dice: “O ‘reajustar’ ”.
Quizás ya saben que la palabra griega era un término médico y se refería a colocar un hueso en su lugar.
Así que encajaba muy bien con la comparación.
Vas caminando, das un paso en falso, te dislocas un hueso y ahora ese hueso tiene que ser reajustado, es decir, hay que volver a ponerlo en su lugar.
Ahora seguimos con algo que también destacó el hermano Devine: “Con espíritu apacible”.
Y esto es importante.
A veces los ancianos tienen que aconsejar a alguien que hizo algo que a ellos les parece horrendo, o quizás algo que los haga sentirse indignados.
Y puede que incluso le quieran decir a la persona unas cuantas cosas, pero no lo hacen.
Le piden a Jehová espíritu santo.
¿Y cuál es un aspecto del fruto del espíritu?
La apacibilidad.
Así que necesitan que Jehová les dé un espíritu apacible.
Al fin y al cabo, si la persona ha hecho algo así de malo, se sentirá muy avergonzada, y le habrá hecho falta muchísimo valor tan solo para ir a contarles lo que hizo a los ancianos.
Por eso hay que tratarla con bondad.
Así que dice: “Con espíritu apacible”.
Y sigue diciendo: “Pero que cada uno se vigile a sí mismo”.
¿“Cada uno”?
Un segundo.
¿Y por qué “cada uno”?
¿No empezamos leyendo el versículo 1 con la palabra “hermanos”?
Ahí les hablaba a todos.
Pero, ahora, Pablo aquí le habla individualmente a quien tiene que dar consejos y le advierte claramente que tiene que vigilarse “a sí mismo”.
Por eso es muy importante que nos examinemos.
Estoy seguro de que muchos nos hemos sentido identificados con el comentario que se hizo antes.
Los que llevamos muchos años dando consejos tal vez sintamos cierto grado de arrepentimiento por haber dicho algo alguna vez de forma poco amable o poco cariñosa.
De ahí la necesidad, hermanos, de que todos de vez en cuando nos hagamos un autoexamen.
Preguntémonos cómo hacemos sentir a los demás cuando les damos un consejo.
Cuando dice “cada uno”, Pablo nos está hablando individualmente a los que somos ancianos.
Pablo te está hablando a ti, anciano.
Pablo me está hablando a mí.
Y nos dice: “Vigílate a ti mismo.
Ten cuidado con la forma en la que estás dando los consejos”.
Última frase: “Para que no sea tentado también”.
¿A qué se refería Pablo?
¿Quería decir que, si escuchamos todos los detalles de lo que hizo el hermano, nosotros vamos a querer hacer lo mismo?
No, lo que nos está queriendo decir es que todos nosotros somos imperfectos.
Nos dice: “Que no se te suban los humos a la cabeza.
No te creas que eres mejor que los demás.
Recuerda que tú también eres imperfecto.
Quizás algún día seas tú el que tenga que sentarse en esa silla para recibir un consejo”.
Y, si llega ese día, ¿cómo te gustaría que te trataran?
Con un espíritu apacible, ¿verdad?
Recordar nuestros propios defectos nos ayudará a hablar con un tono más suave.
Le hablaremos al hermano con un espíritu apacible.
Volvamos a leer Gálatas 6:1: “Hermanos, aun si un hombre da un paso en falso sin darse cuenta, ustedes, los que tienen las debidas cualidades espirituales, traten de corregir al hombre [o reajustarlo] con espíritu apacible.
Pero que cada uno se vigile a sí mismo para que no sea tentado también”.
¿Qué es lo que debemos recordar de este análisis?
Que debemos dejarnos guiar por el espíritu santo cuando damos un consejo y darlo con apacibilidad.
Con que recuerden eso habrá valido la pena.