En el comentario de hoy, hay una idea interesante.
Más o menos a la mitad hay una frase que dice: “La compasión nos motivará a actuar con bondad”.
Es interesante que estas dos cualidades se mencionen juntas en diferentes versículos.
Efesios 4:32 dice: “Sean bondadosos unos con otros, trátense con ternura y compasión”.
La obra Perspicacia define así la compasión: “Sentimiento de [...] lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias, unido a un deseo de aliviarlas”.
Así que no solo sentimos lástima, sino que también tenemos el deseo de actuar con bondad.
Lamentablemente, como dijo La Atalaya en una ocasión, el clima moral de nuestros tiempos ha erradicado la compasión del corazón de muchas personas.
Hace unos años, en la sección “Observando el mundo” de la ¡Despertad!, apareció esta historia.
En Italia, una niña de seis años iba con su padre a la playa en auto.
Al entrar en un túnel, el padre, que solo tenía treinta y tantos años sufrió un infarto.
Antes de morir, le dijo a su hija que regresara a casa.
Mientras la niña intentaba salir del túnel, se cayó varias veces debido a las ráfagas de viento de los autos que pasaban a toda velocidad.
Arañada, sangrando y llorando, caminó por la autopista durante media hora.
Pasaron por su lado cientos de autos, pero nadie le hizo caso.
Al final, solo uno paró a ayudarla.
Los periódicos de todo el país se preguntaban por qué había pasado algo así y si la prosperidad de Italia había hecho que se perdiera el cariño y la compasión que caracterizaban a su gente.
Un periódico comentó: “En el plan de vacaciones de verano, no se incluían paradas para ayudar a quienes estuvieran en apuros”.
Esta historia demuestra cómo está el mundo en el que vivimos.
Hablemos un poco más de esta cualidad, la compasión.
Vamos a ver en qué ocasiones no se debe mostrar compasión, también veremos un ejemplo de la compasión de Jehová y, por último, hablaremos de diferentes maneras de mostrar compasión.
Primero, hay ocasiones en las que no se debe mostrar compasión.
Por ejemplo, si alguien decide seguir haciendo lo que está mal, no deberíamos tenerle compasión ni tratar de impedir que se le discipline.
No sería el momento de demostrar compasión.
Vamos a ver un ejemplo de algo que pasaba en Israel.
Busquemos Deuteronomio 13, y fijémonos en el versículo 6.
Dice que, si un israelita tenía un hermano o un hijo, incluso se usan expresiones como “amada esposa” o “amigo más íntimo”, y alguno de ellos intentaba convencerlo de servir a otros dioses, debía hacer lo que dice el versículo 8: “No te dejes convencer ni lo escuches.
Tampoco sientas lástima por él ni le demuestres compasión ni lo protejas.
En vez de eso, debes matarlo sin falta”.
¿Por qué era tan importante no mostrar compasión?
Versículo 11: “Entonces todo Israel se enterará y tendrá miedo, y ellos no volverán a hacer algo tan malo como esto en medio de ti”.
Era una protección para la nación.
Si alguien intentaba impedir que un israelita sirviera a Jehová, no se le podía mostrar compasión.
Permitir que alguien nos presione para mostrar compasión cuando Jehová no quiere que lo hagamos puede tener graves consecuencias.
Así que no mostremos compasión cuando no debemos hacerlo.
Veamos ahora un ejemplo de la compasión de Jehová.
Vamos a buscar Éxodo, capítulo 3.
Éxodo 3.
Mientras cuidaba las ovejas de su suegro, Moisés vio algo que nunca había visto.
Ni creo que lo hayamos visto ninguno de nosotros.
Moisés vio una zarza que estaba ardiendo pero que no se quemaba.
Así que se acercó para ver qué pasaba.
Mediante un ángel, Jehová le habló a Moisés desde el fuego.
Veamos lo que le dijo en el versículo 5: “No te acerques más.
Quítate las sandalias, porque estás pisando suelo santo”.
Pensemos en esto: como Dios, que es santo, estaba allí representado por el ángel, Moisés estaba en suelo santo.
Hablaremos de esto más tarde.
Veamos ahora la compasión que Jehová le mostró a su pueblo, que estaba sufriendo en Egipto.
Versículo 7: “Jehová añadió: ‘De veras he visto el dolor de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas por culpa de los que los han esclavizado.
Conozco bien sus sufrimientos’ ”.
Jehová no ignoraba el sufrimiento de su pueblo ni las súplicas que le hacían pidiéndole ayuda.
Él sentía la angustia de su pueblo.
¿Se fijaron en lo que dice el versículo al final?
“Conozco bien sus sufrimientos”.
Cierta obra de consulta explica que la expresión “conozco bien” indica delicadeza, ternura y compasión.
Así que estas palabras demuestran que Jehová es un Dios compasivo que se preocupa por su pueblo.
Entonces, ¿haría Jehová algo, movido por la compasión?
Bueno, sabemos que sí.
En el versículo 10, Jehová le dice a Moisés: “Sacarás de Egipto a mi pueblo”.
Este pasaje debería animarnos.
Nos da la seguridad de que Jehová ve nuestro sufrimiento y escucha nuestras súplicas.
Él sabe el dolor que sentimos a veces.
Pero Jehová no solo siente compasión por nosotros, sino que actúa con bondad.
¿Por qué? 1 Pedro 5:7.
Porque él se preocupa por nosotros.
La compasión de Dios también nos da esperanza.
A una hermana que luchó contra la depresión y el desánimo la consoló mucho la historia de Moisés y la zarza.
¿Se acuerdan del suelo santo del versículo 5?
Pues la hermana dijo: “Si Jehová hizo que aquel sucio suelo fuera santo, [...] tal vez pueda hacer lo mismo por mí”.
Pudo experimentar la compasión de Jehová.
Hasta ahora hemos visto cuándo no debemos mostrar compasión.
También hemos visto que Jehová no solo siente compasión, sino que esta lo mueve a actuar.
¿Cómo podemos imitarlo?
Una cualidad que puede ayudarnos es el amor, un amor desinteresado por los demás.
Veamos dos maneras en las que el amor puede ayudarnos a mostrar compasión.
La primera es que nos ayudará a no tratar con dureza a otros cuando cometen errores.
¿Recuerdan que Efesios 4:32 relaciona la bondad con la compasión?
Pues vamos a leer el versículo anterior, Efesios 4:31.
Mientras lo leemos, recordemos que la compasión nos ayudará a no tratar mal a otros cuando se equivoquen.
Versículo 31: “Líbrense de todo amargo rencor, furia, ira, gritería y palabras hirientes, y también de toda maldad”.
Y el 32 dice: “Más bien —y aquí está la clave—, sean bondadosos unos con otros, trátense con ternura y compasión”.
Así que tanto en casa, como en la congregación, en Betel o en una obra de construcción...
dejemos que el amor, el amor desinteresado por los demás, nos ayude a mostrarles compasión y a no tratarlos mal cuando cometen errores.
La segunda manera en la que el amor nos puede ayudar a ser compasivos es que nos ayudará a evitar la tendencia a abusar del poder.
Colosenses 3:12 dice: “Por lo tanto, [...] vístanse de tierna compasión, bondad”.
De nuevo aparecen juntas las dos, y luego el versículo añade: “Humildad”.
La Atalaya dijo lo siguiente sobre este versículo: “La humildad mental hace posible que nos pongamos en el lugar de nuestros subordinados.
Ser compasivo significa ser humilde y razonable, no difícil de complacer.
La eficiencia no debe ser un pretexto para tratar a otros como simples piezas de una máquina”.
Muy buenos consejos.
Estas son las dos maneras en las que el amor nos ayuda a ser compasivos: hace que no tratemos mal a otros cuando cometen errores y nos ayuda a evitar la tendencia a abusar del poder.
Así que, aunque en el mundo en el que vivimos la compasión brilla por su ausencia, nosotros queremos ser compasivos.
Por supuesto, no queremos mostrarle compasión a una persona que decide seguir haciendo lo que está mal.
Pero sí queremos imitar a Jehová y que la compasión nos motive a ser bondadosos con los que lo necesitan.
Por lo tanto, durante el día de hoy, busquemos maneras de seguir el consejo de Efesios 4:32: “Sean bondadosos unos con otros, trátense con ternura y compasión”.